De mi maestro: Jose Eugenio Vicente Torres

Mi querido amigo y maestro, en su día de Teatro, después de vida, de quien aprendí tanto como para afirmar que le debo más de lo que podré pagarle nunca, ha escrito este texto que no puedo resistirme a publicar.

Maravillosamente redactado, este texto, como otros que me llegan últimamente, reflejan un sentir común, un malestar que lleva y conduce a depresiones, a insurrecciones, a desalientos, a las armas… contra uno mismo o, en breve, contra otros. Algo se cuece y las burbujas son solo una expresión de que la ebullición cambiará el estado físico de la materia.

Metro de Madrid y la solución final

A principios de año, Metro de Madrid lanzó una campaña publicitaria en la que nos mostraba, que por un importe muy bajo del precio del billete, teníamos acceso a uno de los mejores metros del mundo. Tan atrevida fue la campaña que incluso se comparaba con los precios de otras ciudades del extranjero. El resultado fue lamentable, ya que algunos usuarios a golpe de rotulador marcaron los sueldos mínimos de cada una de las ciudades que aparecían en los carteles, desnudando una verdad algo vergonzosa.

Poco después, la estación de estaciones, la que aparece con un recuadro en los mapas y en negrita, dejo de llamarse por su nombre para rebautizarse a golpe de talonario con el nombre de un teléfono móvil. Los politicastros de turno alabaron la iniciativa por los ingresos extras que ello motivaba a la compañía y en beneficio de sus usuarios. Mi pensamiento se dirigió a los hijos de estos personajes ¿Cuántos de ellos disfrutarían de las excelencias de aquel teléfono regalado por sus papás? ¿Cuántas cenas y cuánto dinero se desviaría a bolsillos sedientos de sobresueldos?

En la actualidad, la forma de pago del billete sencillo ha cambiado, encareciéndose según las estaciones que recorras, se han cerrado accesos de entrada y se han reducido tanto el horario como el número de trenes. No me es grato y creo que a nadie le hace ninguna gracia ir apelotonado con desconocidos, al tiempo que vemos en las pantallas de dichos vagones, un metro idílico, medio vacío, con asientos libres a elegir.

Salir con tus hijos a un andén abarrotado de gente, en el que unos niños pequeños se pierden en la espesura humana. Esto me hace pensar que esta pandilla se ha inculcado bien la idea de los nazis, del máximo rendimiento al menor coste posible ¿Qué más da que vayan unos encima de otros? También pienso en el presidente del gobierno y en su alabada “Gran masa silenciosa” Ahí la tiene, todas las mañanas y todas las tardes. Me gustaría que se presentase un día en uno de los vagones a rebozarse entre nosotros, para que sienta de verdad a la masa que tanto admira. Algún día la maldita oposición llegará a gobernar y no realizará ningún cambio “En este país lo que está, está” Se culpa al anterior gobierno y aquí no pasa nada. En estas, un grupo de chavales dice “Basta” y cometen el gran descaro de colarse. En seguida son tachados de terroristas, nada más y nada menos y el metro se viste del azul de la policía que golpea al que protesta. Los medios de comunicación satanizan a estos jóvenes para que las fuerzas de seguridad nos libren de tan mala influencia, y Madrid sigue siendo la capital de la España de la resignación. Aunque se haya ido Aguirre seguimos sin esperanza.

Intangibles

Mis amigos se vuelven intangibles
se van lejos y tendré que verles
a través de una pantalla
tendré que hablarles
a través de un teléfono
tendré que contarles cosas
a través de un teclado
y me tomaré cervezas intangibles
a distancia.

Pero seguirán siendo siempre mis amigos.

Mi dinero es intangible
desde hace años
no voy a un cajero
no voy a una sucursal de banco
no toco el papel más de lo necesario
y
si lo pienso bien
el dinero es siempre un intangible pues
los billetes o monedas son solo
símbolos de lo intangible
un número
una cifra
sumatorio de varias otras
a través de un servidor web
en la nube
donde está mi dinero
accesible
a través de una clave que poseo
y que permite que me reconozca
una base de datos que me autentifica
y me muestra en pantalla unos divertidos caracteres
alfanuméricos
que indican que no soy rico
ni pobre
en un entero mayor que cero
con un par de cifras decimales.

Pero pensándolo bien
también mi poesía es intangible
y siempre lo fue
aunque antes escribía en papel
pero no era el papel el poema
sino lo que estaba escrito en él
y las palabras se forman en el cerebro
no en las manos
adquieren una forma
un sentido
un significado
pero al menos algo era tangible
y después
fui convenciéndome
de la necesidad de digitalizarlas
para poder hacer copias de seguridad
de las que soy un obseso
en un formato compatible con cualquier sistema informático
de hoy
y del futuro previsible
en ASCII plano
pero luego fui dándome cuenta
de que no era imposible un apagón tecnológico
que nos retrotrajese a aquellos tiempos de Gutenberg
en los que era ya todo un lujo poder reproducir
sin electrónica
un texto
o una imagen
y salté un paso más
pues de perdidos al río
escribiendo directamente en esta nube
en la que posiblemente estés leyendo esto
que no pretende nunca ser objeto
más allá del intangible
que forme
o conforme
o semantique
en tu psique
allí
donde
todo
lo intangible
es corpóreo.

Un fin de semana largo

Exposición de Elias Arriero en el ChambaoHa terminado un largo puente de tres días, que en realidad no era un puente, que se supone pasa sobre algún día no festivo a modo de arcada, sino una extensión de la vacacionalidad de los dos días del fin de semana (sin tener en cuenta a quien trabaja sábados, pues tendría que tener en cuenta a quien trabaja domingos o, incluso, a mi cuñada, que trabajó el viernes).

En realidad terminó hace algunos días, más que ha terminado. Terminó denota una acción que ocurre en el pasado más alejado del día de hoy, o ayer… pero esa lejanía es subjetiva, así que su uso podría bien haber sido ha terminado.

Volviendo al tema… si es que este blog tiene alguno… diría que fue extraño.

Me divertí, varias veces, tanto el viernes, con mi amada Carmen, haciendo lo mínimo que necesito para ser feliz con ella, siempre tan fácil.

Me divertí también el sábado, comiendo con Mayte y su chico, al que he regalado (regalé) toda mi colección de CDs de Extremoduro. Les hicimos de comer comida rica, rica y con fundamento. Un delicioso primer plato de brócoli con bacon, ajitos, queso fundido y pimienta y un segundo plato de chuletas de aguja de cerdo (que son baratitas) con una salsa de cebolla caramelizada con mermelada de naranja al orujo. Fruta, helados y te, chupitos y, lo más importante, una fluida conversación.

Me divertí mucho, pero mucho mucho, en la noche del cumpleaños de mi amiga Aída, mi querida amiga a la que estoy empezando a echar de menos. Me reí como hacía mucho tiempo que no lo hacía, con su amiga Sofía, con un amigo llamado Sergio, que me contó el chiste más simple que he oído en años y, por ello, uno de los más divertidos y que dejo aquí para que no se me olvide:

-¿Qué sonido hace un gato borracho?
– …
– Mahou

Me divertí el domingo, también tenía otro cumpleaños. Nuestra amiga Simona celebraba una fiesta con intención de hacerla al aire libre (tipo picnic) y hubo de ser modificado el plan sobre la marcha, llevándonos a casa de su amiga Valeria. Fue divertido, muy «creativo», con ese estilo de fiestas laborales en las que hay que trabajárselo, como si no fluyera si no es gracias al ingenio creativo de los presentes, que no deja de ser desbordante: cantamos juntos, compusimos juntos, poemamos juntos… hablar menos, pero apenas nos conocíamos, así que igual… bueno, a mí personalmente me gusta más dejar que fluya lo que deba fluir, porque seguro que fluyen apasionantes conversaciones interpersonales. Pero no es su modelo, así que…

Y también era otra especie de cumpleaños-despedida: Simona, profesora y coreógrafa de danza contemporánea, ha decidido dejar Madrid para irse a vivir a Ginebra, Suiza. Es comprensible, sabiendo que aquí a duras penas puede subsistir y allí por aportar algo a la cultura de la ciudad, es remunerada con más de mil euros.

Ayer recibí un email de una de mis alumnas, una chica llamada Dolores que se va a vivir a EEUU, por amor, sí, por amor, pero no pude evitar sentir un pequeño dolor por dentro: 3 despedidas en 3 días. No le respondí un entusiasta grito de alegría, pero no podía hacerlo. No quiero que se vaya mi entorno.

Sé que de las tres amigas mencionadas hay motivos diversos que empujan a pensar que se habrían ido de no ser porque este país es cada vez más convexo: Aída y Dolores por amor, Simona por morinha de su tierra natal.

Pero no es del todo cierto.

¿Si en este pueblo las cosas estuviesen envidiosamente bien, acaso las parejas respectivas de Aída y Dolores no desearían venir, en lugar de pedir que se vayan ellas? ¿Simona no seguiría intentando animar con sus propuestas la inerte cultura de esta villa si se lo pusieran un poco más fácil?

Y después de tanta diversión, de tres días de desenfreno, me quedó, sin embargo, un triste sabor en la boca del estómago, un sentir que se desmorona algo delante de mis narices, que la vida se me rompe un poco, que habrá que reivindicar la movilidad e ir a ver a todos los emigrantes, que algo ha cambiado, ya no en esa macroeconomía más o menos alejada del sentir, sino claramente en esas pequeñas parcelas cotidianas de irse a tomar un café, o unas cañas, y no saber con quién.

Quedará gente después del éxodo, este que continúa sangrando España, pero la pregunta que hoy me hago es ¿Quién?

new age

Por todos los santos
adoradores de new age
son religiosos fundamentalistas
con su superioridad moral
tan egregia
como aplastante
plasta
en general.

Hay algunos y algunas
que tienen alguna pequeña creencia
alguna irracional superstición
como puede ser
la astrología
la quiromancia
la adivinación del futuro
fe en la reencarnación
el karma
la homeopatía
o comer comida de un mismo color
el ayurvedismo
y alguna otra fe
que no quiero mentar.

Alguno o alguna es feminista hasta el ridículo
o la ridícula, para no excluir a nadie.

Alguna cree en cambios políticos
revolucionarios
sin cambios en sus vidas
acomodadas hasta tener smartphones
con los que convocar manifestaciones
o agrupaciones de ecologistas en acción
contradictoria, pero acción.

Alguno dice que nos tratan mal los de arriba
y, ese mismo, trata fatal a los de al lado
y a los que supone arriba
y, por supuesto, a los de más abajo
pues siempre hay más abajo.

Insultan a quienes no son
o no piensan
como ellos o ellas
con arrogancia
con petulancia
con desprecio
por las personas
por la gente
por el género humano
en general.

Desean una civilización
de único pensamiento
que sea como el suyo
y que
por supuesto
nunca coincide con ningún otro.
Ni siquiera sus propios amigos o amigas o compañeros o compañeras de lucha.

Es una forma de ser algo adolescente
adolece de algunas cosas
que se supone que aporta la madurez
pero no carece del autoengaño de la felicidad.

Se automutilan
viven con tristezas
con desgana y cabreo
aunque se supone que hay que ser uno con el universo
y alcanzan a creer que están estupendos
pero sabes que no es cierto
porque siempre les duele algo
para lo que se terapizan
con alguna que otra extravancia
por supuesto fuera del alcance de los mortales
y otros que son tachados de superficiales
por no poder costearse
osteópatas
fisioterapeutas gurúticos
descansos de meses en la India
o Marruecos
sobrevolando la verdadera naturaleza de esos países
como viendo el folklore de los mismos
sin intentar penetrar en sus cotidianeidades
que son «tan» aburridas…

Y elogian lo oriental por ser oriental
afirmando que los sabios hindúes lo son por ser de oriente
como los reyes magos, por cierto,
y no se dan cuenta de que la india
es occidente para china
al menos en su mayor parte.

Hablan de lo ecológico y lo orgánico
mezclándolo con energía y otras palabrejas
hasta llegar a usar, ni más ni menos,
que fractal o cuántico
con una facilidad tan pasmosa
como desubicada
sin tener en cuenta que orgánico
es el plástico
derivado del petroleo
que es un residuo fósil de animales
que crecieron fuera del contacto humano,
que energía es tan indefinido fuera del contexto de la física
como pueda serlo la santidad
dios
o alguna otra de esas palabras que detestan oír
en esa extraña secta acéfala
de la que forman parte.

Ni se te ocurra aclararles lo que es el método científico
pues se trata de que tienes que abrir tu mente
y
según muchos creyentes
ese método la cierra.

Y el efecto placebo…
ay, qué bonito. Pero no es para los adoradores de incensarios.
Según ellos.
Y ellas.

Pero aun así
lo comprendo
lo acepto como una necesidad
de búsqueda espiritual
de llenar un vacío
que después del anuncio
de la muerte de dios
nos ha dejado huérfanos
lo acepto y lo puedo entender
como entiendo que la madre de Carmen
rece a los santos que adora
para que me cure o para que su hija apruebe un examen
o para lo que sea
pero al menos ella
pide por los demás
y no solo por sí misma
(aunque falta le hace)
y no le discuto la infalibilidad de su pontífice
como no discuto la infalibilidad de gurús con florecillas musicales.

Pero si a la mezcla de todas ellas
se suma la insolente
ignorancia por el otro
o la otra
y el ego se expande hasta ocupar un bar
se culpabiliza hasta criminalizar
la falta de intención de convertirse a esa religión
que nunca dice ser una religión,
pero que desde luego no es
una filo-sofía,
si se adiciona
la falta de interés por problemas ajenos
y se exacerba
el narcisismo
hasta ser sacramentado
entonces
tengo una amiga en mente
a la que cada día
tengo menos ganas de ver
y no contesto sus mensajes
ni sus llamadas
ni sus insinuaciones de vernos
pero no hay nada que hacer
yo no le importo lo suficiente
como para que lo entienda
para que entienda que ya no es compatible
conmigo
con un escéptico
agnóstico (por más que escéptico fuese suficiente)
que considera todas sus parrafadas
sobre cómo debo vivir
tan solo paparruchas y chorradas
a las que no haré caso
ni muriéndome
(aunque eso es mucho decir).

Voy a teclear un rato más
este pedazo de plástico negro
conectado a circuitos de silicio
mirando de cuando en cuando por la ventana
para preparar el taller de poesía
que comienzo esta tarde…
si dios y los astros y otros factores lo permiten.

Amigos en blanco y negro o en color

Tengo amigos y amigas (la verdad es que la mayoría de las veces son amigas) a las que quiero mucho, a las que añoro, vivan donde vivan, incluso aunque vivan a la vuelta de la esquina y me obsesiona no perderlas o, lo que es lo mismo, temo perder.

Es un miedo que mi padre me inculcó hace años cuando, seguramente sin mala intención, me dijo que cuando te vas haciendo mayor te quedas únicamente con tu familia y «los amigos» desaparecen. No solo se refería a que morían, estoy seguro, puesto que entonces él era más joven y sus amigos no fallecían. Ahora comienzan a hacerlo… pero también los familiares, no obstante.

Sin ninguna mala intención, pero con muy mala leche, hizo que quisiese llevarle la contraria, quisiese impedir que esto me ocurriese a mí: mis amigos (as) no desaparecerán.

En primer lugar, me encargué de asegurarme que mi pareja entendiese esta fijación, esta enfermedad por defender a capa y espada mis amistades, como si fuesen el verdadero tesoro que puedo llegar a tener en vida. Y di con Carmen, que, aún más que yo (le he llegado a decir que de manera insana) mantiene a sus amigos, sus vínculos, sus nostálgicas, en ocasiones, relaciones.

Así que esta cuestión estaba resuelta. He visto a muchos que, tras unirse en parejas, dejan de tener amigos de manera individual, como si eso de la amistad fuese tan arbitrario como para poder elegir un grupo entero del que amigarse (una pareja, una familia, un otro colectivo…). A mí no me pasará lo mismo.

Y adopté a algunas amigas como hermanas, como esa que parece que no tenía (tengo una con la que siempre me había llevado mal… hasta que empezó a ser la madre de mi sobrino). A algunos amigos como referentes, como espejos, como alter egos, creo que, incluso, comencé así a ser mi propio amigo.

Pero de entre todos mis amigos, tengo algunos que son en blanco y negro. No sé muy bien cómo explicar esto. No se trata de que no los quiera, sino de asumir que no tienen mucho color, que su forma de ser es un tanto gris, con matices, claro, pero gris. Son amigos que, a veces, me entristecen, como un día de lluvia. Y me encanta la lluvia.

Y otros amigos son en color. Sí, casi seguro que es una forma plausible de clasificar tipos de personas.

El otro día caminaba con unos amigos en blanco y negro y encontré a una recién conocida chica claramente en color y fue como un rayo de luz entre los espesos nubarrones. Agradecí encontrarla especialmente por el contraste, ese contraste romántico, patético, que recuerda una madonna iluminada por el sol filtrándose sobre las vidrieras azules en mitad de un ábside claustrofóbico de paredes de granito.

Y pensé en esto de los amigos en blanco y negro o en color. Tengo incluso alguna amiga de color tan intenso que podría decirse que está saturada, con el contraste desajustado, subida de tono… algo, en resumen, chillona.

Siento que algunos de estos amigos en blanco y negro me ven de esta manera, como si su blanco y negro fuese una forma de color en la que el mío resulta grotesco, payasesco, bufónico, histriónico. Siento que se sienten apabullados, sobresaltados por el despliegue casi pavorealesco de colorines que notan en mí.

Y yo, sin embargo, me siento tan apagado al lado de mis amigos y mis amigas en color…

¡Ay! ¡Relativismo!

Relativismo.

María ha dado a luz

Pablo
ha nacido hoy
y le toca celebrar su cumpleaños número cero
o los 9 meses de su concepción
o el nacimiento.

Jens me ha informado
de un parto en mitad de la madrugada
como si se tratase de un niño que llega tarde a casa
como si se tratase de un niño de mi amiga
que está empezando a imitarla.

Y me acuerdo de una canción maravillosa de Victor Manuel
que voy a incluir en este poema con una canción dentro
como un parturiento conjunto de versos
que me recuerden
que quiero a mi amiga
a mi muy querida amiga
como si fuese
(iba a decir mi hermana, pero más o mejor)
una de las personas más importantes de mi vida
y me alegra tanto que el alma se me arroba
se me alborota
me enorgullece
me abriga de esperanzas
en que algo cambiará en un futuro
con unos padres tan maravillosos como ellos
con unos amigos tan maravillosos como yo.

Les quiero!

[audio:https://giusseppe.net/blog/wp-content/uploads/2012/07/Victor-Manuel-Para-un-niño.mp3|titles=Victor Manuel – Para un niño]

Para un niño

(Víctor Manuel San José)

Si te conozco bien
que te presiento
aún antes de nacer.
Si te conozco bien
que ya adivino
el color de tu piel,
escasa la nariz
como era yo,
la boca y el mentón,
sé como son.

Si te conozco bien
nada me extraña
porque yo te inventé.
Conté con la mujer
que te alimenta
entre dos pudo ser.
Conozco tu perfil
lo que te hace reír
y esa fuerza interior
para vivir.

Si te conozco bien
tan apacible
vegetando sin ser.
Si te conozco bien
que me desvelo
por tratar de aprender
a darte un biberón,
cambiarte o descubrir
un diente florecer
desde anteayer.

Si te conozco bien
que soy tu amigo
implacable y feroz.
Si te conozco bien
que tus defectos
son la suma de dos.
Si te conozco bien
no hay que premeditar
al fin luego serás
como tú quieras ser.

(1976)

Dedicada a Jens y María, con todo mi cariño.

Amistades de mucho y poco

Vera, Estela y Marta cenaron ayer en mi casa: son amigas a las que quiero mucho y veo poco.

Veo mucho a María y Aída y siempre me parece poco. Muy muy poco. ¡Son adictivas!

Por mucho que hable con Sylvia se me hace muy muy poco tiempo. Podría pasar días seguidos sin parar de hablar. Es un enorme placer.

Veo tan poco a Jose o Xabi que apenas puedo decir que sean mis amigos y, sin embargo, los echo mucho, mucho de menos todos los días.

Mi querida Vicky me ayuda mucho aunque ella crea que lo hace poco, con su sonrisa, con su ejemplo de fortaleza, de vitalidad: es alguien a imitar en la vida.

Lilian es un poco despistada con el cuidado de los amigos, pero nos queremos mucho, mucho… como diría mi amiga África, como la trucha al trucho. (Heterosexualidad implícita, por cierto)

Carmen es mucho más que mi amiga, es, poco más o menos, mi alma gemela.

Mercedes, Susana, Ana y más movidos y movidas están entre quienes veo poco queriendo mucho, y hay tantos y tantas en esta categoría que impresiona. Muchos y muchas y no pocos y pocas a los que añoro con tanta frecuencia que no pueden imaginarlo: Jose, Poto, Junki, Ainhoa, Melanie, Paloma, Adolfo, Olga, Ayelén…

Por poco ni veo a mis lejanas amigas Ivania y Elena, en lugares tan distantes como Chile o Australia, pero las quiero mucho, las quiero en mi vida, aunque sea, no más, mediante un email cada año, recordándoles que estoy en sus vidas y que ellas están en las mías… porque gracias a mis amigas no tengo una vida, sino muchas.

Por no hablar de mi adorada y admirada Mariel, esa argentina que me mueve mucho el alma, con lo poco que nos vemos en persona: es de las pocas gozadas que me está regalando FaceBook, saber más de su día a día. La quiero mucho, pero mucho mucho… ¡Querida!

Me empeño mucho en no amistosearme con mis alumnos, pero es inevitable que, poco a poco, van calando en mí sus maravillosas personalidades: Cármenes, Ernesto, Dolores, Nines, Federico, Juan Carlos(es), Chema, Anas (3 o más), Teresa la bella, el itinerante Giovanni y, sin que se me noten preferencias, la sin par Saritísima.

Amigas como Simona, Raúl, Silvia, Robert, Marina y otros y otras que he ido conociendo en diversas diversiones, son gente con quienes tengo poco en común, están en una extraña frontera de amistad, pero por mucho que se empeñe esta categoría en ser un tanto excluyente, prefiero incluirles.

Pero hay algún amigo y, sobre todo, una amiga (cuyo nombre prefiero ocultar) a quien veo poco y, sin embargo, cuando la veo me parece mucho, mucho mucho… así que cada vez menos menos menos…

Por suerte, son muchos y muchas los que me saben a poco.

Como las casi invisibles Granaínas (Belén, Mati y Maria del Mar) a quienes por poco que vea, recuerdo mucho. Tenemos pendiente una comida juntos, será un placer.

Habrá muchos y muchas que he dejado en el tintero, pero los que están, lo están… y sé que no es poco lo que les quiero.

Pudor

No se puede hablar de A
porque podría enfadarse B
si sabe que le cuento C
a D.

No conviene contarle a E
lo que sabes de F
porque G
podría acabar sabiendo H
por intermediación de I.

Es mejor que no digas que J
visita un K
ante el riesgo de que su L
te diga que eres un M.

Ni se te ocurra mencionar que N
tiene a su Ñ
con un tremendo O
en el P
porque dañarías a Q
y perderías para siempre la confianza de R
que vería en ese S
un símbolo de tu T.

Es mejor que pienses en otra cosa mientras U
te detalla información sobre su V
que no has pedido y sabes que puedes acabar contando a W
sin darte cuenta de que X
no piensa lo mismo de Y
y acabar siendo para tus amistades un definitivo Z.

Disfrutando de la Globalización


Ayer comí con mi amiga querida
con Sylvia, de Toulouse,
en un restaurante oriental
en el que se mezclaba cocina japonesa
con china
y vietnamita
(con un vino blanco de la Ribera del Duero)
y pagamos en Euros
hablando en español
para luego quedar con mi otra gran amiga
Aída (B.)
y tomarnos un Spritz Aperol
en un café italiano a menos de 50 metros de mi casa.

Recordaba Verona
como si lo estuviese paladeando
y cómo le había dicho a Carmen
que era un poco menos significativo viajar
desde que la globalización campa a sus anchas por el mundo
porque encontrar Aperol a 50 metros de mi casa
o pasta a la albahaca
como la que hice ayer para cenar
se había convertido en norma
(normal)
y se apreciaba algo menos al estar en otros países.

Quizá ha llegado el momento de pensar
si tiene sentido viajar
pero, sobre todo,
si tienen sentido las fronteras.

www.ivanaraujo.com

Acabo de terminar la web de Iván Araújo, mi amigo, mi gran amigo, pintor y grabador que de esto de Internet no entiende nada ni quiere entender.

Y cada día lo entiendo (a él) más. No perder el tiempo en cuestiones como Facebook, emails, etc, hace que pueda centrarse en lo que sí que entiende y sí que hace bien, que es su obra plástica, sus pinturas, grabados, monotipos, sus talleres de grabado, su desarrollo como artista que se hace a sí mismo a cada paso de sus obras, con tesón, con sudor, transpiración al 99%…

Mientras, me ha decidido pagar la web (que un refrito de otras hechas y arreglada para la ocasión) con obra suya, y me hace rememorar a Picasso y Duchamp, sus relaciones, sus pagos en obra, la riqueza que acumuló el segundo que apenas hacía otras propias y, desde luego, poco comercializables, pero que se entregaba, parece ser, en ayudar con diversas gestiones extra-artísticas a sus amigos pintores, como el primero.

Compararme con Duchamp siempre ha sido uno de mis más anhelados deseos, no con Picasso, pero cada cual elige cómo quiere ser… y yo querría ser Duchampiano… Marcel-Duchampiano, claro. Quizá no esté tan cerca como quiero pensar, pero acercándome, y se lo debo, en parte, a mi querido Iván.

Para hacer esta web, como comentaba entre paréntesis, ha sido fácil, reutilizando algunos recursos que ya había usado en la mía, como la estructura en frames, o parte de las hojas de estilo, o la presentación de fotografías usando la librería highslide.js; pero también he tenido que hacer algunas cosas más «periféricas» como cambiar el tamaño de los archivos masivamente, cambiar nombres, crear index.html automáticamente…. para lo que he desarrollado algunos scripts como el siguiente:

#!/bin/bash

# DEFINICION de VARIABLES
let contador=0

while read line
do

    resto=`expr $contador % 4`
    if [ $resto -eq 0 ]
    then
    echo -e "\n \n"
    fi
    # echo -e $(printf "%02d" "$contador")
    numfile=`echo -e $(printf "%02d" "$contador")`
    echo -e "

    \n< a id=\"thumb1\" href=\"img$numfile.jpg\" class=\"highslide\" onclick=\"return hs.expand(this, { slideshowGroup: 1 }) \">"
    echo -e "\"Imagen\""
    titulo=$line
    echo -e "

    $titulo

    "
    echo -e "

    \n"

    # echo "Título: $titulo";

let contador=$contador+1;
done < listado.txt

Y es que me encanta programar para que programe para mí un programa… hacer algo que haga me gusta más que hacer directamente… quizá por eso me interesan tanto los talleres de escritura o performance… saber que ayudo a crear, más que crear en sí mismo es una forma interesante y diferida de creación, y no puedo evitar disfrutarla sobremanera.

También usé otros recursos como integrar un blog de wordpress, para que pueda mantenerlo él mismo y actualizar parcialmente el contenido de la web, o vincular las novedades a álbumes web de google/picassa, que podrá modificar el mismo Iván sin mi ayuda. Esto ya lo había usado también en algunas webs como la de Carmendelarosa.com o la de Espacio El Manantial (cuando la hice yo).

Como condiciones de trabajo, las habituales: usar herramientas extremadamente simples, como el VI, así como software de código abierto (GIMP, gThumb, pyRenamer) todo sobre Linux, con ftp client: Filezilla. Hosting: www.justhost.com.

Ahora, a disfrutar de la web y espero que Iván le guste tanto como me gusta a mí y le resulte fácil de mantener.

Esto no es una broma