Post scríptum de Crisis del Pensamiento Racional

Tras la acción comentada ayer, me solicitaron una participación en una reflexión sobre la misma y acabé escribiendo este texto:

Habitualmente determino las acciones mediante scripts bastante detallados (adjunto el mismo tras las respuestas al cuestionario) aunque tan sólo tengan interés personal, incluso diría íntimo, pues al hacerlo voy dándome cuenta de las innumerables cuestiones que surgen y que no he tenido en cuenta a la hora de dejar desarrollarse la idea principal u original (no siempre son la misma idea). En este caso partí de un boceto en el que lo único que tenía claro es que debía ir vestido de blanco (aunque no tengo aún claro el porqué) y preferiblemente descalzo, jugando con la idea de 4 puntos cardinales que representasen momentos estelares de la filosofía racional y, al mismo tiempo, ofreciesen 4 lugares donde burlar esta manera de entender el mundo, de aprehender el conocimiento. Esa burla se haría mediante elementos que previsiblemente estarían disponibles en el espacio en el que la acción se iba a desarrollar.

Ese primer boceto se complicó cuando visualicé el cuadrado lugar escénico que estaba perfilando, todo alrededor mío, seguramente, de manera que había un círculo y un cuadrado. Si además el primero tenía el área del segundo llegábamos a la cuadratura del círculo que fue un tema de debate en el terreno intelectual geométrico desde la lejana lúnula hipocrática.

Elegir los elementos de burla o irracionales fue divertido pues aparte del disponible cencerro que Matsu disponía y que, por supuesto, sería el punto de partida, me llevó a encontrarme con el escurridor de pasta que referenciaba claramente a la omnipresente influencia de las religiones más o menos establecidas y la contestación dada por la inteligente propuesta del Pastafarismo. Tambor y regadera eran otras obvias y algo tópicas imágenes de irracionalismo, si bien aún no tenía claro de qué manera iban a ser usadas en la acción.

Tras esta primera aclaración, procedo a responder una serie de preguntas que Ana Matey formula haciendo que el generoso VI Encuentro de MATSU no concluya con un adiós irreflexivo:

Cuestionario propuesto por Matsu

¿Cómo se transforma la performance una vez que pasa de idea a acción?

De manera semejante a la transformación que sigue al hecho de dibujar un círculo tras imaginarlo. La idea es la circunferencia perfecta, aquella cuyo diámetro, por ejemplo, mantiene una relación de ? con su longitud, de ancho nulo, plana. Pero su materialización es, dada su fisicidad, por naturaleza imperfecta, al menos desde una perspectiva meramente platónica, sin que ello implique que no deban existir otras perspectivas.

Hablar de la materialización en un determinado locus espacio-temporal concreto la multiplica hasta el infinito posible (que no el imaginario) pues en cada realización de esa idea de circunferencia obtendremos una circunferencia matérica nueva, con distinta relación diámetro-longitud, con distinto grosor de línea, con distintas irregularidades perimetrales, superficiales, etc, es decir, única, como copo de nieve, imperfecta, puede, pero tan interesante o más que la propia idea de partida.

La partitura de mi acción (de todas ellas) es absolutamente irreal en el sentido físico y sin embargo es absolutamente real en el sentido ideal, en el sentido, digámoslo, conceptual, pues ha sido concebida mentalmente. Pero asumo (en todas ellas) que al pasar al campo de lo concreto, se alejará y al mismo tiempo surgirá otra cosa, distinta de la idea, que es la materialización de la misma. Me parece, de hecho, ésta, una de las más apasionantes cuestiones del arte de acción, que comparte, entre otras cosas, con la música, pues la partitura es una cosa y su interpretación otra. Habitan u ocupan universos completamente disjuntos, de modo que no diría que la performance pasa de idea a acción, sino que la palabra se hace carne. Aunque aquí nos aventuramos en el espinoso misterio de la trinidad que sigue siendo difícil de encarar: la performance es idea/concepto, acción/concreción y, quizá, residuo/repercusión.

¿Qué surge al ser realizada?

Aparte de la concreción mencionada, surge interacción con otros seres humanos. Dejando de lado el posible debate de si una performance puede serlo sin ser vista/vivida por otras personas distintas al intérprete de la acción, una de las primeras cuestiones que (me) surgen es el contacto con la mirada ajena, con su desplazarse o mirar alrededor, cómo tratan la acción, si se acercan, si (me) hablan, si tocan, si ríen, si se van, si murmuran, si (me) ayudan o si no hacen nada de eso.

Aprovecharlo es algo que considero un aprendizaje continuo, pues quizá (demasiado racional) tiendo con frecuencia a un solipsismo exagerado que en esa encarnación de la que hablábamos acaba por desaparecer, disuelto en la incontestable presencia de la otredad.
En este caso concreto, fue muy estimulante tener rostros amigables (otro gran logro de MATSU: el ambiente no nace, se hace) dispuestos, por ejemplo, a ofrecerme cerveza que necesité durante la acción para facilitar la ingesta de unas tiras de papel con textos escritos. Esta misma cerveza, de hecho, sirvió para generar unos gases que, expulsados, produjeron un elemento de refuerzo de la componente irracional que ayudaba a la dialéctica entablada en la performance propuesta.

Gracias a la generosidad de eventos como los Encuentros de MATSU, un valor adicional, una perla que surge inesperada, es el residuo o la posibilidad de análisis de repercusión gracias a las charlas posteriores junto a una deliciosa cena compartida o mediante la exquisita documentación fotográfica y, también ahora, escrita.

¿Cómo afecta el contexto?

Casi cambiaría la pregunta por ¿cómo NO afecta el contexto?
La respuesta sencilla a la pregunta positiva planteada por Ana Matey es: de todas las maneras. El contexto es lo que hace a la acción una concreción y no una entelequia.

En mi caso, de nuevo concretando más allá de lo que me es habitual, la elección del lugar donde terminé realizando la acción vino determinada por diversos factores todos ellos contextuales: la música de una boda o algo similar en la finca de unos vecinos hacía que quisiese estar lo más lejos posible, el sol aterrador del sábado 17 de junio a las 7 de la tarde era como de poema taurino de García Lorca, los lugares elegidos para la realización de otras acciones, los objetos disponibles por el espacio…

Llevaba en mi mente la idea de realizar la acción en el lugar más «cuadriculable» posible que me parecía ser frente a la puerta del almacén donde están las herramientas. El calor me sacó de esa idea llevándome a elegir un lugar que no acababa de convencerme bajo los árboles en un pasillo pero apenas había espacio para trazar las líneas del cuadrado que, en principio, estaba concebido para ser de unos 3 metros de lado. Además, estaba el tema del final de la acción que implicaba lanzar hacia arriba (idealmente) un libro que en este contexto acabaría chocando inmediatamente con los árboles.

Tras la poderosa acción de Jesús García justo en el lugar que satisfacía algunas de mis necesidades escénicas, habiendo además bajado la intensidad del sol, decidí desplazar la ubicación de la acción a la puerta de la finca, retirando una mesa de ping-pong que había allí apoyada sobre 4 taburetes.

Pero de nuevo el contexto me lanzaba una cuerda y era útil usarla, aprovechando esas fantásticas 4 banquetas para marcar los vértices del cuadrado. Aproveché un pedazo cuasicilíndrico de un tronco de árbol para depositar en el centro del mismo el libro del Discurso del Método y proyectar la idea de círculo (rudimentariamente trazado) de área relativamente cercana a la del cuadrado definido por los 4 asientos.

Por cierto, el libro fue lanzado, finalmente, hacia uno de los lados y no hacia arriba, como había planeado hacer, curiosamente hacia el lugar en donde había proyectado realizar la acción.

¿Nuevas incógnitas?

Una pregunta que me formulé y compartí con la estupenda artista Isabel León Guzmán mientras estábamos realizando las acciones ese fantástico sábado fue si existía un estudio sobre los materiales que utilizan los y las performers en sus acciones (incluso en las ideas preconcebidas de sus acciones) en función de la climatología del momento.
Me resultó impactante el uso del agua fría que dudo mucho que hubiésemos utilizado tan profusamente si hubiese sido realizado el encuentro en mitad de diciembre, pongamos por caso. De modo que quizá habría que plantearse hacer un encuentro de verano y otro de invierno con las mismas acciones. ¿Serían las mismas?

¿Alguna reflexión?

Llegado a este punto, no sé si ya he reflexionado suficiente o más de lo suficiente.

Siempre sobrevuela estos encuentros la sombra de la endogamia, pero de nuevo el excelente buen hacer de Matsu logra que además de caras conocidas aparezcan nuevas personas en el panorama performático y, por otro lado, tampoco hay que obsesionarse pues son encuentros, como de amigos y amigas que se vuelven a ver. Es posible que más adelante podamos denominarlos, para que no haya la más mínima duda: reencuentros.

Otra de las reflexiones recurrentes, y ya algo cansina, es el tema de la financiación: si este tipo de trabajo debe ser remunerado, por quién y de qué manera. Pero es demasiado extensa como para tenerla en este lugar.

Quizá me sorprende que, para ser un «encuentro», hay poco trabajo colaborativo, poca acción que podamos poner en pie sobre propuestas colectivas, pero yo soy el primero al que le resultaría dificilísimo imaginar de qué manera aproximarme a este tipo de trabajos, dejando de lado mis personalísimas obsesiones.

¿Respuestas?

Opto por contestar a cuáles fueron las más significativas respuestas de la concurrencia ante la acción realizada.

El cálido beso de Yolanda Pérez Herrera fue una de las más agradables respuestas obtenibles, amén de la mirada aprobatoria y comprensora de la mayoría de las personas que estaban allí. Es una comprensión que se agradece especialmente cuando has pasado décadas de tu vida sintiendo incomprensión en el medio social que habitas. No hablo de intolerancia, que serían palabras mayores, sino simple y sencillamente la incomprensión de la rareza, de la marginalidad, de la diferencia.

En el encuentro de Matsu la libertad se cultiva tan hábilmente como las hortalizas y da lugar a aceptación total y comprensión de lo incomprendido, facilitando un ambiente de creación desinhibido que permite convivir la individualidad con el grupo sin abocar a un enfrentamiento desigual y, con frecuencia, cruel. Como ya escribí el año pasado: «el sábado, por encima de todo, primaba la libertad. Libertad sin juicio ante lo ajeno, presente en la creación variopinta, sin censuras, por placer, por onanismo, casi, pero sin desconsideración egocéntrica».

Tras el fin de semana, los emails surcaban las venas internaúticas, las imágenes de redes sociales servían para tender nuevas conexiones, redes sociales naturales, las ganas de permanecer en contacto se palpaban.

Tras el fin de semana, las respuestas siguen surgiendo, contextualizando la necesidad de encuentro(s), deseando agradecer de manera siempre insuficiente la dedicación de las personas que tienen a bien prestar su casa, su convocatoria, su trabajo, para que otras personas mostremos nuestro trabajo, nuestra intimidad a otras personas que lo reciben con curiosidad y con cariño.

Tras el fin de semana, deseamos esperar a que llegue otro encuentro con Matsu de fin de semana para que ese fin de semana no tenga fin.


NOTA: Toda la información de estas tres últimas entradas del diario, pueden ser descargadas de este documento:

crisisracional (postscriptum)

PROYECTO: 0020 – ERNESTINA

[youtube_sc URL=https://youtu.be/MVVAUWRJac4]

Título: Ernestina de Champourcin

Idea original
Giusseppe Domínguez
Tanja Ulbrich

Poema «Lo Eterno» interpretado por
Alejandro Gallego

Composición de Audio
Giusseppe Domínguez

Vídeo
Tanja Ulbrich

Edición vídeo
Giusseppe Domínguez

Composición visual
Tanja Ulbrich

Lecturas del libro
Ernestina de Champourcin
Poesía a través del tiempo
Colección
Memoria Rota
Exilios y heterodoxias

ANTHROPOS
Editorial del Hombre

Cabecera y Títulos de Crédito
Alejandro Gallego

Imágenes de Portada y Cierre
Tanja Ulbrich

Una Producción de

Laboratorio de Poesía Experimental

Asociación Cultural Clave 53

Texto, sólo texto

Me cansa
la incansable ingente cantidad de imágenes
por todos los lados
por todas partes
por todos los sitios
por todas artes.

Me cansa
la insondable ausencia inerte de palabras
por todos los lados
por todas partes
por todos los sitios
por todas artes.

Me cansa
la inopinada muerte del poema
en aras del cuadro
en aras del teatro
en aras del concierto
en aras del espectáculo
por todas artes.

Me cansa
mi propia parsimonia
mi propia complicidad
mi propia incoherencia
mi propia insistencia
por todas artes.

Ester Ferrer en Poetas 2017

Ahí estaba Ester, un poco antes de comenzar su acción en el Matadero de Madrid dentro del encuentro llamado Poetas 2017.

Lo organiza desde hace una década el librero y editor de Arrebato Libros, pero ha ido ganando en viabilidad a medida que ganaba en perversión. Se ha llenado de conciertos de música, como el que hizo esperar a Ester Ferrer para atraer público joven en cantidad, pero no en calidad. Es gente que en realidad no está interesada tanto en la poesía (ni siquiera en la poesía visual o performance) sino en los conciertos más o menos bonitos, amables, o lo que sea, pero no relacionados con la poesía, salvo tangencialmente, pero eso sí, atractivos. Espectáculo, espectáculo

Después llegó la acción de Ester, quien a sí misma se preguntaba si ella que no se reconocía poeta tenía sentido que estuviese allí. Su acción era mucho más poética que el concierto previo, amén de haber influenciado a generaciones de poetas y con eso parece ser suficiente para que te otorguen un Premio Nobel, ¿no ha de serlo para ser invitada a mostrar su trabajo inteligente y poético en un evento como este?

Consistió en una propuesta «participativa» en la que iba leyendo preguntas más o menos azarosamente respondiéndolas a razón de un minuto por cada una de ellas. El público se había autorizado (autoridad, autoridad) a participar proponiéndole preguntas antes de que ella extrajese alguna de una caja que contenía unas 150 preguntas preparadas.

La sencillez, proximidad y sinceridad de Ester Ferrer es tal que no cabe cuestionarse su valía como performer. Es una referente incontestable, pero no obstante, algo he decir que no me agradó completamente: Avisó no responder a preguntas «personales».

Lo que hizo que me pasase los 45 minutos que duró la acción preguntándome ¿Dónde está el límite entre lo personal y lo impersonal? ¿Qué es una pregunta personal? ¿Las preguntas que le estaban haciendo (a ella, en persona) y que ella contestaba (en persona, desde su muy personal punto de vista) no eran personales?

No quise formular esta pregunta, ninguna de ellas en realidad, porque siempre me hago consciente de que hay demasiado de ego en esta necesidad de dejar constancia de mi reflexión, de mi cerebro, creyendo que mis preguntas son tan importantes como para ser respondidas… así que «pasé palabra» que dice un alumno de los talleres de escritura con asiduidad.

En el fondo, acabé pensando (zorriuvilmente) que la acción tenía de interés el plantar preguntas en nuestros cerebros, por supuesto, mucho más que en escuchar sus respuestas, luego su acción habría logrado su inteligente e interesante objetivo.

Tampoco aquí pretendo responder a mis preguntas (eran verdaderas preguntas, es decir, no sé su respuesta) pues eran para ella. Yo tengo claro las respuestas a unas preguntas muy similares que me hubiese formulado a mí mismo, pero esa no es la cuestión.

La Pulpa

Tenemos tan normalizada la culpa que usamos la palabra con una generosidad desmedida.

La propuesta es lanzar en redes sociales una alternativa divertida con la que al mismo tiempo tomar conciencia de este abuso.

Aunque hay quienes llegaron a confundirlo con connotaciones sexuales o sencillamente con un vulgar juego de palabras que podría haberse dado con cualquier otra palabra. (Y habría sido divertido, no digo que no)

Yo-Es una propuesta para dejar de utilizar la palabra «culpa» (y lo que implica) con tanta generosidad. Jugando con la idea de que se puede cambiar por otra palabra de fonética parecida. Es posible que, cuando termine, pase a otra palabra similar: cambiando pecado por pescado.
Alguien-Pescado capital
Yo-Se me adelantan los pescadores.
Alguien-Es el pescado original, quise porder la manzana
Yo-Lánzate, lánzate a pescar, que lo estás deseando
Alguien-No sé, que luego me arrepiento y me entre una pulpa terrible
Yo-Suelo pisar. 😉
Alguien-Sí, es galgo inimitable

Termina con 27 sentencias realizando esta pequeña transposición entre la PULPA y la CULPA con algunas de sus palabras derivadas.

Acción realizada entre el 17 de abril de 2017 y el 26 de mayo de 2017 a las 10:25, publicando una frase por día de los considerados laborables en la red social FaceBook, bajo el perfil: https://www.facebook.com/giusseppe.dominguez

Las frases utilizadas han sido las siguientes, en orden estrictamente cronológico:

  1. Lo siento,
    ha sido todo pulpa mía.
  2. Por tu pulpa pulpita yo tengo negro negrito mi corazón.
  3. La pulpa fue del cha-cha-cha
  4. Entono el
    MEA PULPA
  5. Por mi pulpa, por mi pulpa,
    por mi gran pulpa
  6. Me siento pulpable
  7. ¿Le corroía la pulpa?
  8. Cargo con pulpas ajenas
  9. ¿Cómo afrontar el sentimiento de pulpa?
  10. Placer pulpable
  11. Échale la pulpa a alguien
  12. y yo no tengo la pulpa
    de verte caer
  13. Aprende a gestionar la pulpa
  14. La pulpa de todo la tiene la pulpa de todo
  15. La pulpa me tiene atrapado
  16. Sentimiento de pulpabilidad
  17. ¿Quién tiene la pulpa?
  18. Ha sido declarada pulpable
  19. ¿Fuiste tú el pulpable o lo fui yo?
  20. No se trata de saber quién tiene la pulpa
  21. La mala educación es pulpa de la mala educación
  22. Cómo vivir con la pulpa
  23. Eso no es pulpa tuya
  24. Toda la pulpa es de Cristobal Colón
  25. La pulpa de todo es de Internet
  26. Autoimpulparse
  27. Tú decides:
    culpa o pulpa

24/7. CONECTADOS

El martes pasado, aprovechando el cumpleaños de Carmen como excusa, nos regalamos un día formidable que da para dos entradas (por lo menos) de este blog (diario): Una para comentar la exposición 24/7.CONECTADOS del Centro de Arte Municipal (CentroCentro de Cibeles) y otra para recomendar el maravilloso restaurante «Nice to meet you», planta 14 de la terraza del hotel Dear Hotel.

En primer lugar, la exposición 24/7 CONECTADOS me atrajo desde el primer momento que vi el cartel:

Comisariada por Luisa Espino, con mucha elegancia, la muestra incluye piezas no únicamente de la postcontemporaneidad más multimedia y bastante vana, sino un abanico interesante de obras desde el arte conceptual ortodoxo de los 70, con vídeo acciones estupendas como la de Martha Rosler (EE.UU., 1943) y su discurso sencillo y eficiente, pasando por una selección supongo que bastante personal de artistas mucho más jóvenes españoles.

Artistas presentes en la exposición: Tania Blanco (Valencia, 1978), Harun Farocki (República Checa, 1944 – Alemania, 2014), Ceal Floyer (United Kingdom, 1968), Cristina Garrido (Madrid, 1986), Christian Marclay (EE.UU., 1955), Marta Minujín (Argentina, 1943), Begoña Olavarrieta G. (Granada, 1982), Ana Riaño (Bilbao, 1985), Paco Roca (Valencia, 1969), MP&MP Rosado (San Fernando, Cádiz, 1971), Martha Rosler (EE.UU., 1943), Francisco Ruiz de Infante (Vitoria-Gasteiz, 1966. Vive y trabaja en Francia), Mladen Stilinovic (Serbia, 1947 – Croacia, 2016) y Superflex (colectivo danés fundado en 1993).

Formidable el vídeo montaje en torno al teléfono de Christian Marclay en el que utilizando fragmentos de películas bastante populares y que reconocemos con facilidad genera una pseudo conversación con un hilo narrativo bien hilado, valga la redundancia, en el que hay principio, desarrollo y fin. Un final altamente cinematográfico y bien elegido de una imagen despegando a plano general.

[youtube_sc URL=https://youtu.be/yH5HTPjPvyE]

Pero el paseo continúa y me encuentro a la entrada del mismo una inteligentísima propuesta en torno al tema central de «conectados», por parte de Begoña Olavarría, quien había dispuesto un bloque con tarjetas que fotografié con la siguiente propuesta:

Ayer, por supuesto, llamé por la tarde a Begoña para preguntarle por la obra, cómo es que se le había ocurrido, si había tenido mucha repercusión, muchas llamadas, alguna anécdota, le comenté, por mi parte, que me resonaba su trabajo a la célebre pieza «Conversaciones Telefónicas» (que ella no conocía) de Isidoro Valcárcel Medina de 1973, cuando distábamos bastante de andar tan «conectados».

Fue una amena conversación para un par de personas que no se conocían y que como único interés en común era el arte contemporáneo. La sensación de hablar idiomas parecidos me conmovió como si, verdaderamente, estuviésemos parcialmente «conectados».

Bastante sugerente también me resultó la pieza del alemán Harun Farocki (República Checa, 1944 – Alemania, 2014) en la que utilizando una serie de «televisores» muestra películas o fragmentos de la historia del cine reflejando cómo éste retrataba los obreros y el movimiento de las fábricas a lo largo del siglo y pico que lleva entre nosotros. Obviamente, se pueden echar de menos películas, pero la selección no deja de ser válida. La imagen que forman los monitores muy bien expuesta tampoco es mala ni descuidada, sino, muy al contrario, de una delicadeza sorprendente.

Otra obra muy delicada, casi zen, me pareció la proyección de una libreta de anillas principalmente por la sabia elección del lugar hacia el que se proyectaba, haciendo coincidir el anillado central con un ángulo obtuso de la sala. Le debemos la pieza a Ceal Floyer (United Kingdom, 1968) de origen paquistaní.

A punto de terminar, me encontré con unas obras que me habrían resultado intrascendentes si no me hubiese acercado al material, porque algo me atrajo de ellas pero no era la imagen sino la factura.

Obras de Ana Riaño (Bilbao, 1985) donde juguetea y se burla de lo más virtual y conectante que aparentemente hay, como pueden ser las redes sociales reelaborando las imágenes con el material menos virtual posible: pintura acrílica sobre papel. De este modo, revierte la irrealidad virtual en realidad concreta, palpable (comercializable también, a diferencia del trabajo intangible de Begoña Olavarraía, pero ese es otro debate).

Otros trabajos me atrajeron mucho menos, pero no desmerece en nada la colección expuesta en este centro de arte que merece la pena visitar, incluso habitualmente, tan sólo por la increíblemente bella transformación del edificio antaño Palacio de las Telecomunicaciones (o sea, Correos).

Poemas por un Cubo

[youtube_sc URL=https://youtu.be/xEAw67elQC0]

PROYECTO: 0018 – POEMAS POR UN CUBO

Idea original Alejandro Gallego

Poemas
Marso GC
Ernesto Pentón
Alejandro Gallego

Diseño técnico del poema
Alejandro Gallego

Montaje de video
Alejandro Gallego

Música
Chants ?odiseaux (pour le Temps Pascal)
Olivier Messiaen

Sugerido por Giusseppe Domínguez

Cabecera y Títulos de Crédito
Alejandro Gallego

Imágenes de Portada y Cierre
Tanja Ulbrich

Laboratorio de Poesía Experimental
Asociación Cultural Clave 53

Esto no es una broma