DADOS DADAS

[youtube_sc URL=https://youtu.be/ndQLAIwjpd8]

PROYECTO: 0017 – DADOS DADAS

Título: Dados Dadas

Idea de Giusseppe Domínguez y Tanja Ulbrich

Audio
Artista Ove-Naxx
Del álbum Ovekeyashiki (juego de palabras con la palabra japonesa «Obakeyashiki» que significa «casa embrujada»)

Montaje
Giusseppe Domínguez

Cabecera y Títulos de Crédito
Alejandro Gallego

Imágenes de Portada y Cierre
Tanja Ulbrich

Laboratorio de Poesía Experimental
Asociación Cultural Clave 53

Huecos en la Memoria

[youtube_sc URL=https://youtu.be/N0LVokoPNrY]

PROYECTO: 0016 – Huecos en la Memoria

Título: Huecos en la Memoria

Idea de Giusseppe Domínguez sobre una frase de Geneviève Gaitan

Audio sobre ruido blanco por
Tanja Ulbrich

Cabecera y Títulos de Crédito
Alejandro Gallego

Imágenes de Portada y Cierre
Tanja Ulbrich

Laboratorio de Poesía Experimental
Asociación Cultural Clave 53

Esto no es un gif animado

Cansado de tanto GIF animado que circula por la red de redes, he decidido hacer un homenaje al famoso cuadro «Ceci n’est pas une pipe«, para ver si alguien alguna vez reflexiona sobre que una imagen que contiene la palabra GIF no necesariamente es un GIF, al mismo tiempo, podría haberlo exportado (lo realicé con GIMP) como GIF pero no animado, para reivindicar que no era animado, aunque fuese un GIF.

En resumidas cuentas: una tontería con pretensiones postmodernas apropiacionistas.

Laboratorio de Experimentos Poéticos

Poesía Experimental

Aventura Poética surcada de experimentación, exploración y juego en la que nada está cerrado, predefinido o hecho, sino que te invitamos a que vengas a probar lo que quieras.

Taller Día Hora
Laboratorio de Experimentos Poéticos Miércoles 20:30-22:00
Datos de Interés
Inform. y Reserva: Giusseppe Domínguez 655 99 04 13 // poesia@clave53.org
Lugar: Costanilla de los Ángeles, 2, Esc. Izda. 1-Dcha.
Metro Ópera (L2, L5)

Es un laboratorio gratuito y abierto. Cada cual puede experimentar con lo que desee, incluso, de este modo, podemos aportarnos propuestas que no se nos hubiesen ocurrido independientemente.

  • Se trata de un dedicado espacio-tiempo para explorar nuevos formatos para crear poemas, dando rienda suelta a la imaginación más rupturista
  • Mezclamos poemas (quizá preescritos) con fotografía, vídeo, collage o cualquier otro formato inusual utilizando la riqueza sugerente del trabajo en grupo, aprovechando las propuestas que vamos realizando entre las personas asistentes para desafiar nuestra creatividad
  • El futuro de los «productos» cocinados en el laboratorio depende de lo que deseemos hacer con ellos, por consenso, si bien, actualmente, está siendo un canal de Youtube en el que vamos vertiendo los distintos proyectos realizados en forma de poemas audiovisuales

[youtube_sc URL=https://www.youtube.com/embed/R7ns5eO3WlE?list=PLSj8bJLxz5NKnEoMR-c90GTgR6Ng1QAn_]

Se participa en la cofinanciación del espacio con una cantidad proporcional al coste de la sala e inversamente proporcional al número de asistentes, vaya, lo que se conoce como «pagar la sala a medias». Viene costando de 2 a 4 euros cada sesión por persona.

Contacta por email (poesia@clave53.org) antes de venir.

Hemos puesto en marcha el Laboratorio de Experimentos Poéticos

Como anunciamos el curso pasado, ya está en marcha el Laboratorio de Experimentos Poéticos, que surgió de una pequeña derrota (inevitable, por otro lado) derivada de la escasa asistencia que había en el grupo de Poesía Avanzada de la Asociación Cultural Clave 53.

Aprovechando el horario, propusimos un experimento de experimentos poéticos, un laboratorio experimental en la doble vertiente de ser un experimento y lugar donde realizarlos.

Por supuesto, después de 2 meses (mayo y junio) de 2016, quedó claro que era un proyecto vital que quería mantener y así ha sido este curso, en el que aparece ya en el «calendario oficial» y ha venido para quedarse y crecer.

Octubre ha comenzado productivo y hemos terminado de cerrar los poemas experimentales (principalmente audiovisuales) que empezamos hace unos meses.

Iremos publicando los proyectos en curso bajo la categoría de LabExPo, pero iniciamos la serie con el vídeo Bidineto I:

[youtube_sc url=https://youtu.be/YYylbebA49g]

BIDINETO I (soneto bidi) – 5′

Idea original
Giusseppe Domínguez

Voz del poema
Juan Carlos Ortega

Edición de Audio y Vídeo
Giusseppe Domínguez

Poema
Lope Félix de Vega y Carpio (1617)

Bob Dylan sí o Bob Dylan no

Esa no es la cuestión.

Bob Dylan ha obtenido el Premio Nobel de Literatura 2016.

No conozco muy en detalle al propio Bob Dylan. Sé, como curiosidad, que su nombre está inspirado en Dylan Thomas (aunque en ocasiones haya sido afirmada otra cosa).

No sé, en concreto, si escribe libros de poesía. Conozco su música. Algunas de sus celebérrimas canciones.

Y aquí comienza el quid de la cuestión:

¿Es una canción un poema?

Hoy tengo una clase de Introducción a la Poesía Contemporánea. De hecho es el primer día dedicado a ella. Y de las primeras cosas que aclaro es qué es eso de la contemporaneidad, donde nos metimos de lleno desde mediados del siglo XIX de la mano de Charles Baudelaire (en EEUU haría algo similar Walt Whitman).

Se rompe con el criterio objetivable de una academia que decida qué es poesía (siempre circunscritos a la evolución de la literatura «occidental«) o qué es belleza «clásica«, lo que venimos en conocer como «canon«, pero entendiéndolo como diferente de «moda».

(Nota: Sería interesante saber por qué no se otorgan Premios de Literatura a Poetas Orales, que haberlos hailos. Quizá, aventuro, una mirada eurocentrista sobre qué es la literatura pueda tener algo que ver con ello)

A partir de ese momento, un poema lo es porque una persona afirma que lo es. (No hablo de su calidad, que ahora reposará en otros baremos)

Así, si yo digo que

A

es un poema, lo es.

No porque lo diga «yo«, sino porque yo «lo diga«.

La importancia no estriba en el yo, sino en la intención.

No es un tema de justicia, sino de criterio. No me importa a qué poeta o escritor le dan un premio, pero si un cantante (que no ha escrito poesía) es reconocido como poeta o escritor, se abre una peligrosa ventana al sinsentido: ¿por qué no un cineasta? ¿por qué no un (buen) político? ¿músico? Hay cineastas/músicos/políticos que han influido enormemente en la cultura popular o en la «alta» cultura. Por mí que le den el premio a quien sea… pero no por ello pasará a ser escritor y no: una canción no es un poema, ni un poema es una canción. Esto tiene que ver con la contemporaneidad y la necesidad de criterio subjetivo/intención creativa para sustentar una creación contemporánea. Pero la Academia es, como le corresponde: académica. Así que está generando, con este premio, un muy cuestionable criterio objetivable que retrotrae decisiones como estas a periodos pre-Baudelaire, o quizá dinamitan los criterios en un intento de postmodernidad, a mi entender, mal comprendida.

Como único comentario en una red social, apunté la frase: «Soy más de Leonard Cohen«, donde, subyacentemente, estaba dejando claro que, amén de cantante, Mr Cohen ha escrito una abundante obra puramente literaria, poética, que por cierto me encanta. Podía haber hablado del polifacético (adorable) Luis Eduardo Aute, escritor, cineasta, pintor y cantante, sí, también cantante.

Se puede decir que un músico no «escribe», mientras que un «letrista» de canciones sí, pero es un desplazamiento de la cuestión, puesto que podría entenderse «escritura» de una manera mucho más abierta de lo que lo es ahora mismo, muy fácilmente, abierta esta puerta.

¿Resulta un problema que una canción sea considerada un poema?

En realidad no resulta ningún problema. Es más, tampoco me parece ningún problema que un discurso político sea considerado un poema, ni que una pulsera de lana sea considerada un poema. Es más, cualquier cosa, CUALQUIER COSA, puede ser un poema. Esta, de nuevo, es la cuestión: lo único que quedaba para decidir qué era un poema era la voluntad (abierta) de declararlo como tal.

¿Bob Dylan se ha declarado POETA? ¿Ha reclamado sus canciones como poemas?

Sinceramente no lo sé, ni me importa: No es la cuestión «Bob Dylan», la cuestión es
¿Canción=Poema?

El sábado pasado tuve la primera «discusión» sobre el tema, comenzando por la adjudicación del Premio Nobel a Orhan Pamuk hace tiempo, en la que se consideraba por uno de los participantes una mala elección.

No defendí a Orhan Pamuk, sino que cuestioné la imposible «justicia» que algo como un Premio Nobel puede realmente hacer. Se trata de elegir un «escritor» de entre los millones que hay vivos del que afirmar que «es el mejor«. No hay forma de que esta decisión pueda ser llevada a cabo sin un alto grado de aleatoriedad, en el mejor de los casos, cuando no por influencias político-sociales inevitables.

(En un momento dado, incluso, de la conversación, se habló de la pertinencia o no de otorgar un premio como este a un individuo en los casos como la física, la medicina... donde sin un equipo detrás ese premio individualizado no se habría conseguido jamás. Pero esto desborda el debate, así que lo aparto para otra ocasión.)

Pero el caso de Bob Dylan es de otra dimensión, se trata de desdibujar lo que entendemos por escribir, por poesía, en un intento, posiblemente, de ganar visibilidad (lo que no me viene mal del todo) asignando el premio a una persona cuyas canciones han influenciado (¡han influenciado!) a los poemas (poemas) que inspiradas en ellas se han escrito.

En realidad, lo que sí me molesta de la adjudicación del premio a un cantante por ser cantante es que en esa aparente «ruptura de fronteras» entre poesía y canción, lo que veo es un oportunismo galopante, en especial de una Academia Sueca que ha logrado lo imposible: que se hable de poesía, aún sin saber nada de los procesos por los que ha pasado hasta llegar a donde está.

Me encantaría (no dudo que así sería si no fuese por un tema económico/prestigioso) que el señor Dylan declinase aceptarlo por decir alto: SOY CANTANTE, no poeta. Y a continuación saldría con él a la calle a solicitar la inmediata pertinencia de Premios Nobeles para Músicos, por ejemplo.

No tengo nada (¿cómo podría?) contra el intrusismo. Faltaría más. Me parece que nunca la creación artístico/poética ha estado más al alcance de ser realizada por cualquiera y eso es algo que estimulo y me apasiona. Pero a partir de esa misma posibilidad (relacionada, insisto, con la contemporaneidad) llevamos asociada la responsabilidad ética de la declaración de la intención, que se manifiesta en una postura coherente o discurso del artista.

En caso contrario, quiero que todos mis poemas sean considerados, a partir de hoy mismo, como cualquier cosa en función de aquella para la que pueda obtener mejores réditos, económicos, propagandísticos, publicitarios… según vaya viendo en el proceso. Esto no es intrusismo: es oportunismo. Y no me gusta.

Que la gente (mucha) opine que una canción es un poema… venga, vale, pues que opinen lo que quieran. Quizá por esto había evitado esta bala antes y me había ahorrado la discusión en un medio tan público como Facebook para airear mis opiniones que pueden ser tachadas de snob o elitistas, cuando en realidad no tienen nada que ver con eso.

Pero esa opinión ha de ser llevada a las últimas consecuencias: aceptar candidaturas a Premios Nobel de Literatura para políticos, músicos, bailarines, dramaturgos, guionistas, directores de cine, fotógrafos… pues también manejan «lenguajes» y resultan altamente influyentes en los poetas posteriores, quizá, seguramente, mucho más que los aburridos literatos que suelen ser premiados sin pena ni gloria.

Son ejemplares personas como John Cage, cuya música podría no parecerlo, pero él sabe que lo que está haciendo lo es porque él dice que lo es. Marcel Duchamp, Joan Brossa, Baudelaire, Rimbaud… y un largo etcétera de grandes y conocidos y muchos otros menos conocidos, como mi querido amigo Iván Araujo, pintor y grabador o el inigualable Isidoro Valcárcel Medina.

Pero sigo sin censurar en modo alguno al afortunado o desventurado Bob Dylan. Porque esa, esa nunca fue la cuestión.

Diccionario Personal de la Lengua Española

Por Isidoro Valcárcel Medina.

DPLE

No puedo dejar de agradecer el haber participado en este maravilloso proyecto «isidoriano«, del que tanto he aprendido (de el y de él).

IMG_20160629_200333

Fue divertido, como cuando programé un pedacito de código para organizar listas de palabras por número de letras y distribuirlas en diferentes ficheros, o como cuando estuve tecleando el pasado curso en distintas enumeraciones las palabras del diccionario, o cuando charlábamos sobre la absurdidad del proyecto… y quizá, por ello mismo, su necesidad.

IMG_20160629_200410

Pero, sin duda alguna, lo que recordaré con más cariño el resto de mi vida serán las charlas intrascendentes sobre nuestras preocupaciones, el té a media mañana, con una cucharada de miel de tomillo o de romero, a las que me he hecho adicto, si eso es posible.

Afortunadamente, la persona perdura más allá de sus proyectos y la relación con Isidoro ha cambiado para siempre, para convertirse en uno de mis amigos, aunque las circunstancias mutuas hagan complejo el encuentro tan frecuente.

La libertad de la performance

cartel-V-encuentro-MATSU-2016-bj

El sábado presenté la acción ¿Y si mi cuchara es un tenedor? en el V ENCUENTRO Artes Vivas y Efímeras que convocaba Ana Matey en el centro de creación Matsu.

El trabajo que mostraba trataba sobre la libertad, sobre esa resistencia a aceptar la obligación, el dictado, la norma. Y su reverso más liberador: la creatividad, la realización como demostración de que todo es posible; la cuestión siempre es el cómo.

Tras una sucesión de acciones de diferentes enfoques, realizadas por Analía Beltrán i Janés, Pedro Déniz, Giusseppe Domínguez (yo mismo), Sofía Misma, Georgina Marcelino, Blanka Palamós i Claramut con su pareja y su bebé, Elisa Miravalles, Anna Bonfill, Eva Rodríguez, Blanco&Roja (Alba Blanco+María Roja), Nieves Correa, Abel Loureda y PACK Performance Art Company compuesto por Xirou Xiao, Xiaozhen Mao, Meng Meifu, Shihua He y Analía BiJ, cenamos en estupenda armonía una variedad de platos que cada cual había aportado con sus mejores intenciones y sin la menor problemática asociada a las dificultades habituales que últimamente pueblan cualquier evento gastronómico.

Acabó estupendamente, con un ambiente ameno y divertido, como suele terminar este tipo de eventos y me volví a casa (traído generosamente por una recién conocida documentalista) con una enorme sonrisa que no sabía muy bien explicar hasta que la contrasté con otros eventos de los que suelo volver agotado (no sólo tango).

El sábado, por encima de todo, primaba la libertad. Una libertad que se respiraba en un Epojé (del griego ἐποχή «suspensión») que casi hacía mi propuesta innecesaria, por falta de contexto. Pero también estaba presente en la creación variopinta, sin censuras, por placer, por onanismo, casi, pero sin desconsideración egocéntrica mediante, salvo la justa y necesaria.

Tuvo un colofón «discotequero» en el garaje/cobertizo del lugar con bailes bajo la acertadísima musicalización de Les Inspecteurs, donde cada cual movía su esqueleto como le venía en gana, sin pensar en técnicas, ni en calidades, ni en niveles, ni en nada que se le parezca. Cada cual ejercía la libertad de moverse bajo los estímulos recibidos sin otra premisa que la de dejarse afectar por la música.

libertad como bandera,
objetivo y método,
propuesta de partida y punto de llegada

libertad de acción
de las acciones y de las palabras
libertad de culto culta
libertad
libertad en todos los sentidos consentida sin consentimiento innecesario
libertad
liberadora

libertad en potencia y acto
libertad de verbo y gracia
libertad agradecida y agradecimiento
por generar espacios
donde la libertad
lo sea todo
y lo permita todo
pues sólo en libertad
concibo amor
concibo humano
concibo ser (llamémosle existir)
concibo concebir
concibo amar
concibo la felicidad

Afortunadamente, sé rodearme de quien al rodearme no me encadena, sino que abren veredas para que siga explorando el infinito universo de la vida.

Apagando Fuegos

Como en la vida misma

Oficina de Ideas Libres

Con motivo de la vigésima edición de la revista caminada convocada por Hilario Álvarez y su Oficina de Ideas Libres, a la que fui invitado a participar mediante un correo electrónico el 9 de mayo, respondí diciendo que contase conmigo y que me diese un tiempo estimado de duración de la acción como máximo a lo que me contestó diciendo que, entre otras cosas, si elegía que durase en continuidad, podía ser todo el tiempo que durase la revista.

Me acabé inclinando por esta modalidad, pensando en mi situación actual y en cómo se pasa la vida, como se viene la muerte, que diría Manrique: apagando fuegos.

DSC_0192

Esta expresión, que muy bien simboliza ese tiempo en el que parece que no se hace otra cosa que ir sometiendo las dificultades, apagándolas antes de que se puedan convertir en incendios, si bien, desde su nacimiento, son pequeños incendios que queman nuestras vidas.

Decidí apagar fuegos, para lo que dispuse de una cajetilla de cerillas grande, de las utilizadas en la cocina de gas, con fósforos de unos 3 centímetros de longitud. Había pintado el exterior de la caja con rotulador negro.

El número de cerillas que debía apagar era de 81, pues la vida la podemos medir en «alfabetos» o sus múltiplos.

A lo largo del recorrido debía ir encendiendo y apagando las cerillas, con soplidos, o como fuese menester, sin dramatismo, sin mayor cuestión que la de ir devolviendo las cerillas apagadas a su caja, de la que partieron, pero cabeza abajo, es decir, con la parte ennegrecida en sentido contrario al sentido en el que la parte roja estaba inicialmente.

El obvio final de la caja debía ser el entierro, aunque bien podría servir el abandono en un contenedor, pues los alcorques de los árboles del centro de la ciudad no son adecuados para este menester.

Afortunadamente, en un momento dado del recorrido a punto de terminar la revista caminada, encontramos una saca con tierra para poder llevar a cabo el apropiado entierro de la caja que contenía el conjunto completo de fuegos apagados a lo largo del camino.

DSC_0290

DSC_0292

DSC_0294

Esto no es una broma