Tan efímero que no deja huella ni en mi memoria

Que el arte postal reivindica lo efímero es algo que no hay que señalar (por obvio), pero que llegue a ser tan fugaz que ni tan siquiera en la memoria deje huella es algo que ya me llama la atención. Es más, ni he dejado constancia en mis archivos o en este diario de mi participación que envié a la Escuela Oficial de Idiomas de Carabanchel.

Lo único que ha dejado (amén de alguna visualización en alguna exposición temporal, como procede) es esta carta de agradecimiento por haber participado en la I Convocatoria de Mail Art de la E.O.I. de Carabanchel en el curso 2021-2022

Generosidad holográfica

Mi muy apreciado Pepe Buitrago tiene siempre el detalle de enviar holografrías postales a un puñado de personas seleccionadas. Me hace ilusión ser una de las selectas.

Hoy he recibido su poema visual holográfico titulado La escala del tiempo, que ha sido hecho en 2 idiomas con 2 colores diferentes que se ponen de manifiesto cuando el ángulo de inclinación con el que la luz incide cambia.

Un gran regalo que te llega al correo postal y te hace sentir especial. Siempre de agradecer para quienes, de cuando en cuando, lo olvidamos.

Re-presentación

Esto que veis no es una foto, es una pintura en acrílico y óleo sobre lienzo titulada «Cabello mojado» por Johannes Wessmark en 2019.
Una pasada.

Que sí, que está muy bien pintada, pero sentiría tener que contrariar a quien ha publicado esta afirmación en una red social.

Esto que veis sí es una foto (ya sea escaneo o fotografía del original), y no es una pintura en acrílico ni óleo.

¿Sabremos distinguir entre presentación y representación?

¡De hecho, sólo le faltó afirmar que esto que vemos es una piscina!

Maravillas del error

¿Por qué no se me ocurrirán cosas así sin que sea el error el que las descubra?

Me temo que tengo un problema con el intento de controlar todo lo que hago hasta la más mínima ausencia de error… y eso es un error.

El viernes pasado, abriendo un documento para verlo con un programa inadecuado, se produjo esta visualización de una cubierta de un libro sobre la que había estado trabajando y me sorprendió el bello juego que hacen esos caracteres «no encontrados» en la herramienta inapropiada. Así que ese bello juego fue completamente apropiado… con la herramienta inapropiada. Paradojas de la creatividad…

¿Qué se imaginan que hace un artista de arte conceptual?

Encuentro esta página buscando información sobre las posibilidades de Krita, una herramienta de edición de imágenes de código abierto, muy vinculada al escritorio KDE de Linux y que, quizá por ello, pues es un escritorio que siempre me ha recordado demasiado a Windows, por su peso para conseguir unos efectos que, en buena medida, me son innecesarios, quizá por que yo soy más afín a los escritorios derivados de GNU directamente, como GNOME o, posteriormente, desde mi asco hacia UNITY, linux mint con cinnamon, he sido más usuario de GIMP, pero que es una herramienta que no acaba de despegar, entre otras cosas, por su falta de soporte para gráficos vectoriales (SVG) y, sobre todo, por la imposibilidad de manejar imágenes aptas para impresión en color CMYK.

Esto último me ha hecho buscar alternativas (dentro de lo enormemente alternativo que es el universo linux, ya per sé) a Inkscape, que es la aplicación que más me gusta para diseñar cubiertas de libros o carteles o lo que sea, pero que adolece de soporte para CMYK, lo que me parece imperdonable.

En resumidas cuentas, me fui a explorar las posibilidades de Krita y me encuentro que satisface ambos requisitos (Vectorial y CMYK) pero tiene poca documentación actualizada en español. (Siempre hay alguna deficiencia…)

Lo divertido fue encontrar esta descripción:

Diseñada para artistas de arte conceptual

que me ha hecho preguntarme ¿qué se imaginan que hace un artista de arte conceptual?

Quizá sería más útil decir que cualquier herramienta de mind-mapping es mucho más adecuada para este tipo de artistas, pero eso tan difícil de explicar como hacer entender que una obra pueda ser una idea y no su realización tridimensional.

Así que me río y sigo mi camino.

Revistas de poesía visual

Me llega regularmente está revista de poesía visual con un modelo de subscripción y pago muy interesante, pues recibo el material confiando (por si parte) en mi interés para abonar lo correspondiente.

Está vez el material recibido me ha parecido muy flojito, con muchas imágenes tópicas, panfleto con el que estoy de acuerdo pero con un acabado muy mejorable.

Su sobre y el envío merecen mención aparte, porque es precioso y básico. Justo lo contrario de lo que me ha parecido esta entrega.

Como colofón, una lámina que me ha recordado enormemente a mi ya lejano proyecto de «puntuación».

Invadido por obra

Me han devuelto las obras que han estado expuestas en Derivaciones 4 que es un proyecto de Poesía Visual del Centro de Holografía y Artes Dados Negros, en el que participan Fernando Aguiar, Ana Alonso y Julia Fernández, Edu Barbero, Giusseppe Domínguez, José Iges, Clara López Cantos, Mateo Maté, José María Parreño, Francisco Pérez Belda, Víctor Santal y Javier Seco.

Ha sido todo un honor haber sido seleccionado por Pepe Buitrago para formar parte de esta exposición con obras que casi estaban terminadas desde 2008, llamadas Inflexiones, que retomé de forma nueva en el invierno de 2019-2020 para realizar una edición única de 81 inflexiones en texto blanco escrito a mano sobre 81 piezas de 15x15cm de cartulina verjurada negra de 300gsm.

El problema, si podemos tacharlo de tal cosa, es que no sé dónde poner las 3 piezas de 100x70cm, montadas sobre foam negro volado de 3 centímetros de grosor en total, que fueron expuestas allí en una enorme pared blanca. En el estudio apenas me quedan paredes blancas que polucionar con obra propia. Eso me gusta, pero me agobia al tiempo. No quiero influir en la escritura de quien se acerca a los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de Clave 53 que se realizan en este espacio que cada día que pasa es menos neutro. Quizá no sea un problema. Y, de serlo, es minúsculo.

Ser estacional

Ana Matey ha tenido a bien invitarme a participar en el Proyecto Ser Estacional iniciado en verano. Se trata del primer proyecto de residencia con el que inauguran nuevo espacio en el Pimpollar.

Participo junto con Natalia Auffray, Ana Matey y Mario Bastian.

Una vez concluido el Ciclo se abrirá el proyecto al público, sin saber la forma final que tomará.

En la convocatoria de la estación denominada Verano, allá por agosto del 2021, intervine un espacio dejando una huella molesta, hecha con materiales que desafiaban la visión romántica de la «naturaleza», como CDs, radiografías, etiquetas, con las que fabriqué una huella con mi memoria, mis recuerdos, evocados en ese momento para la ocasión: 54 recuerdos para 54 CDs para mis 54 años.

Me gusta que sean 54, un sencillo múltiplo de 27, ese número al que tanto aprecio tengo, que podría asumirse que es más de la mitad de la vida que posiblemente viva, entre los 27×3 y 27×4, teniendo en cuenta las estadísticas optimistas de esperanza de vida en España.

Antes de que este artículo aparezca publicado en mi diario, habré participado en la convocatoria estacional de otoño, con otra reflexión sobre la huella, en este caso sobre 54 modificaciones que intentaré revertir en un vano intento de no dejar huella, de no afectar la «naturaleza», como si mi mera presencia no fuese una alteración inolvidable, irreversible entrópicamente hablando.

Caja para libro objeto de cianotipias

Estoy en proceso de hacer varias cajas para libros de cianotipias, todas ellas con las mismas medidas: 14x17cm, así que las cajas-libros tienen una medida manejable y cómoda de la que esta es una primera versión, para ver si funcionaba.

Hecha con tableros de madera de haya de 7 centímetros, la caja tiene unas dimensiones exteriores de 20x17x10 (teniendo en cuenta en los 10cm de altura, la tapa y la base de 1,5cm cada una). Dimensiones interiores de 18x15x7cm que dejan un mísero centímetro a cada lado de la cianotipia introducida, pero que será ayudado para su extracción con una cinta de tela negra (o azul, o roja) de un centímetro de grosor y un mínimo de 30cm de longitud que recorrerá las cianotipias interiores a modo de cinturón y hebilla para extracción de las mismas.

Este prototipo ha sido realizado cortando las maderas a medida a partir de listones adquiridos en la Calle Madera, 31, pero las siguientes cajas han sido cortadas también en el comercio de madera, para mejorar el acabado de los cortes.

Esto no es una broma