Warning: Key is stored in legacy trusted.gpg keyring

Es cansado cuando aparece este texto tras unas actualizaciones en la línea de comandos de Linux, porque siempre toca ver qué es lo que ha pasado (es sólo un warning, pero yo suelo atenderlos y resolverlos porque en caso contrario me estresa cada vez que tengo que hacer una nueva actualización).

El domingo, actualizando la RaspBerry en la que guardo una copia de respaldo de mi blog, volví a encontrarme con este estúpido mensaje que bien podía haberse arreglado con algún «fixer» incluido en el sistema operativo, derivado de que es él quien ha decidido que una aplicación como apt-key se haya quedado obsoleta o deprecated.

Afortunadamente, encontré una muy buen página que ayudó muchísimo con este pequeño, pero molesto, problema tecnológico. Me resultó gracioso, eso sí, que tuviera un TLD (Top Level Domain) de .guru

Me guardo, con permiso de la web en cuestión y mi agradecimiento particular, los pasos a seguir, por si vuelvo a necesitarlos y esa página ha dejado de existir, cosa que pasa cada vez con más frecuencia.


Pasos de la solución

Fuente: https://pilas.guru/20240311/warning-key-is-stored-in-legacy-trusted-gpg-keyring/

1. Extraer la llave del archivo /etc/apt/trusted.gpg

$ sudo apt-key list
/etc/apt/trusted.gpg
--------------------
pub rsa4096 2017-02-22 [SCEA]
9DC8 5822 9FC7 DD38 854A E2D8 8D81 803C 0EBF CD88
uid [ unknown] Docker Release (CE deb)
sub rsa4096 2017-02-22 [S]

$ sudo apt-key export 0EBFCD88 | gpg --dearmor -o /tmp/docker.gpg

La llave se exporta en un temporal para evitar que el siguiente paso la borre del llavero.

2. Borrar la clave del antiguo llavero

$ sudo apt-key del 0EBFCD88
OK

3. Incluir la llave exportada en el actual sistema

$ sudo mv /tmp/docker.gpg /etc/apt/keyrings/

Indicar en el repositorio la clave a utilizar

$ sudo cat /etc/apt/sources.list.d/docker.list

deb [arch=arm64 signed-by=/etc/apt/keyrings/docker.gpg] http...

La indicación signed-by le permite al comando apt encontrar qué nombre se le puso al archivo de la llave que validará el repositorio de paquetes y a su vez, permite colocar los archivos en cualquier lugar (Debian ofrece la carpeta /etc/apt/keyrings/ para este fin)

Disquettes

Tengo que hacer algo con este material tan estupendo. Seguramente, haré pruebas de cianotipia, pero también podría probar a hacer algo con spray.

Para no terminar de sorprenderme, también tengo discos de 5 y cuarto (cinco pulgadas y cuarta), esos discos blandos que aún no sé si se podrán enviar por correo a modo de postal, pero que estaría bien saberlo.

Pronto, haré un par de pruebas de intervención sobre estos soportes casi analógicos a los que tengo mucho mucho cariño.

Particiones del PC de mi estudio

Tengo 2 discos duros internos (SSD/SATA) en el PC pues hace unos meses el que tenía me dio problemas, que era para instalar el sistema operativo y aprovechar la velocidad de acceso que se supone que da sobre los discos mecánicos (HDD).

El equipo se quedaba parado en el reconocimiento de discos, antes de iniciar el sistema operativo, y en esa pantalla negra triste me dejaba absolutamente indefenso y sin muchas pistas de cuál podría ser la causa.

Después de pensar en adquirir un nuevo PC, incluso, lo que no me hacía mucha gracia, encontré una posible razón basada en un problema en el sector de arranque del disco que tenía, así que probé a comprar un disco interno SSD (también de 240Gb, como el existente) e instalar, aprovechando la coyuntura, una versión más reciente de Linux Mint, en concreto la 20.3, frente a la 19.3 que tenía (y aún tengo) en el otro disco.

Cambié los discos de sitio (y los cables SATA, por si eran el problema, que también podía ser) y probé con la nueva instalación y todo funcionó. Desde entonces, mi ordenador arranca sin problemas, pero había quedado un poco «desordenado», pues las particiones estaban dimensionadas como si el disco nuevo solo sirviese para el sistema operativo y una enorme partición /home que apenas contenía nada en ella.

Hoy he estado haciendo cambios, con todo el miedo que eso conlleva (pero es viernes y tengo margen de maniobra), sabiendo que tengo backups por todas partes (jejeje), para tener en el disco primero (sda) el sistema operativo principal (Mint20), así como la partición /home a la que le he reducido el tamaño pues tan sólo utilizada 13Gb para migrar desde el disco sengundo (sdb) una partición que dedico a máquinas virtuales (/media/vmachines). He dejado más de 80Gb sin asignar, porque nunca se sabe… (viejas costumbres de viejo administrador de viejos sistemas).

Eso me ha dejado un disco segundo (sdb) mucho más «limpio» con tan sólo 2 particiones, la del viejo sistema operativo Linux Mint 19.3 (que próximamente borraré, si lo preciso) y una partición /users (/dev/sdb5) que contiene lo que más me importa: dos carpetas con ./giusseppe (para algunos documentos, correo electrónico POP3, algunas imágenes…) y mi carpeta principal ./jmdomin que cada día ocupa más… y me parece un buen síntoma.

Esta es mi carpeta de trabajo y llevo décadas teniéndola organizada y sabiendo lo que ocupa. Hace tiempo que ha excedido los 128Gb y uno de los dispositivos (un pendrive llamado «minijmdomin») que utilizaba para sincronizarla ya no me sirve. Pero es uno entre más de 6 discos… así que puedo relajarme.

De esta carpeta hago copias de seguridad tanto en la nube (Mega) como en otros discos con herramientas de desarrollo propias de las que me fío y ejecuto cuando lo deseo o planificadamente.

Tengo un disco externo de 1Tb (GSPDISK1T) en el que almaceno aquello cuya velocidad de acceso de lectoescritura me resulta menos importante. Por supuesto, amén de las copias de seguridad de carpetas importantes o de mi blog.

Termino algún proyecto

o un fragmento de algún proyecto
o un fragm
y abro una terminal
para tener acceso a la línea de comandos
de linux

dirijo la ubicación
a la ruta sobre la que está montado
el disco de backup
y ejecuto el script
que lleva a cabo la sincronización
de las carpetas que incluyen aquella
sobre la que haya estado trabajando

dirijo la ubicación
a la ruta sobre la que está montado
un pendrive
con ciento veintiocho gigabytes
de capacidad
y ejecuto el script
que lleva a cabo un fragmento de la sincronización
de las carpetas que incluyen aquella
sobre la que haya estado trabajando

cierro
tecleando un comando de salida
la terminal abierta

siento cierta satisfacción
creyendo que controlo algo de la incertidumbre
que acarrea el futuro
creyendo que lo que guardo
es digno de guardarse
para una posteridad sorda

siento cierto poder
cierta sensación de dominio
cierto orgullo rayano en la pedantería
por el conocimiento de un lenguaje
con el que hacerme entender por una máquina
olvidando
que no domino el lenguaje
con el que hacerme entender por un humano

tras la pequeña excursión
pienso en comenzar otro proyecto
o un fragmento de algún proyecto
que esté fraguando

y así
día tras
día.

copias

realizo copias
con el ánimo fruncido
por una alarmante sensación de fragilidad
de volatilidad

una sensación de vacío
bajo mis pies
hoy algo fríos.

realizo copias
de todo aquello que hago
como si fuese importante
para otredades
alteradas.

realizo copias
de copias
de copias
hasta el extremo
de que los originales ya han perdido el sentido
ya han perdido su espacio
su aura
su pátina sagrada de huevo fatuo
huero fasto.

copias
y copias
letras que se amontonan unas sobre sus muertas
palabras abandonadas
en la raíz del sistema.

realizo
realizo
izo
copias
impías
copias

y el tiempo pasa
acercándome a la muerte.

Actualizando mi blog de desarrollo y backup

Sí, lo confieso, soy un paranoico y un obsesionado con las copias de seguridad. Eso lo sabe cualquiera que me conozca al cabo de menos de 5 minutos de conversación.

Por supuesto, una de las cosas para las que más utilizo una raspberry que me regalaron hace años es para tener, por fin, una copia completamente funcional restaurada de mi blog (este en el que estoy escribiendo) para poder hacer pruebas o sencillamente para dormir tranquilo sabiendo que uno de estos días, quizá mi Hosting Provider dejará de funcionar de la noche a la mañana… o algo similar.

Instalar un servidor LAMP en la raspberry es más o menos complicadillo, pero lo verdaderamente complejo es exportar mi blog del servidor original (alojado en el servidor compartido de mi proveedor) e importarlo en el local, lo que implica unos cuantos cambios, entre otros, de nombre de SITE para que no se vuelva loco con el original (lo que puede derivar en un desaguisado a la mínima).

Esta semana quería poder usar el servidor de backup (accesible externamente gracias a No-IP en https://clave53.ddns.net/blog)o de desarrollo para hacer pruebas de distintos «themes» antes de hacer la elección definitiva en el de producción. Resulta que cada vez que intentaba administrarlo WordPress me decía que tenía que conceder acceso FTP al mismo… y me estaba preocupando un poco por aquello de la inseguridad de las conexiones FTP, amén de no tener claro qué permisos debía conceder, ni a qué carpetas, al usuario que accediera por ftp desde los servidores de wordpress para actualizaciones o nuevas instalaciones de plugins, themes, etc.

Eso sin hablar de habilitar el puerto 21, por ejemplo, en el router para que fuese accesible desde TODA internet. Lo que no dejaría de incomodarme mucho… tan sólo tengo abierto el puerto 443 dirigido a la raspberry desde el otro lado de la red local. Y a veces no me deja dormir. 😉

Intenté que el certificado SSL no fuese autofirmado, así que aparece una advertencia diciendo que vas a entrar en un sitio poco seguro (siempre será más seguro que una conexión no cifrada, pero eso es otra cuestión), pero parece poco menos que misión imposible si tienes una IP dinámica y no quieres contratar servicios «profesionales» de un DDNS.

Por fin, en este artículo, encontré que había una solución que pasaba por dejar que la descarga se hiciese por HTTP y me pareció mucho más sensato, añadiendo esta línea en el archivo wp-config.php, que no me gusta mucho toquitear, porque no deja de ser uno de los más «sensibles» de la instalación del wordpress:

define('FS_METHOD', 'direct');

Eso ha sido todo y me ha permitido, por fin, actualizar el wordpress del blog de desarrollo, así como instalar nuevos temas para ir probándolos antes de usarlos en producción.

Por si fuera poco, de la tarjeta microSD que usa la raspberry hago un par de copias cuando considero que tiene una instalación que querría restaurar. (Es decir, un backup del backup). Sí, definitivamente soy algo paranoico.

 

Google+

Como otra mucha gente, he recibido el correo electrónico avisándonos de que Google Plus cierra sus puertas y que más me vale descargarme lo que hubiera subido alguna vez a esa red social a la que nunca hice mucho caso, pero sí algo, claro está, en esta época en la que todo parece perecer ante un parpadeo.

Hoy he solicitado el enlace con el material para guardarlo pero sé que es algo ridículo, y más aún en mi situación, alguien que hace backups de backups hasta la reiteración absurda. Cada vez que manejo algún archivo en una red social me aseguro (si me interesa lo más mínimo) tenerlo bien localizado en un disco duro, en una carpeta personal… así que puede caerse cualquier servicio de Internet que, al fin y al cabo, como vino puede irse.

Sí, sé que parece inverosímil, pero un día no existirá Google, ni FaceBook, ni Instagram, ni Twitter, ni Amazon… que tienen mucho menos tiempo de vida que cualquiera de mis alumnos de clases particulares de Bachillerato.

Nunca he depositado ciegamente mi fe en la nube.

Recuerdo cuando cerró abruptamente MegaUpload, donde yo tenía un espacio dedicado a almacenar archivos de backup privados (comprimidos y cifrados, por cierto) y los perdí sin previo aviso. Pero no pasaba nada, puesto que los originales los tenía (también con copias de seguridad) almacenados en local.

Ahora usamos más «la nube» (en pantalones, que diría Maiakovski) pero de cada avance significativo en un documento que manejo en Drive, por ejemplo, hago una descarga en local para asegurarme de que si cierra Google, o me desconecta con cualquier motivo, tengo el contenido que me interesa.

Dan ganas de reírse de mí mismo, como de alguien que pareciera querer tener un «backup de internet en un disquette«… pero no me olvido nunca de que internet no es más que una serie de dispositivos conectados que puede romperse como tantas otras cosas.

Por supuesto que también puede irse a pique toda la electrónica e incluso la electricidad y, de hecho, cada vez que voy a un espectáculo o a coger un tren y puedo tener la alternativa de llevar la entrada en papel, prefiero hacerlo así para asegurarme de un método mucho más eficaz para cosas como esta.

Has recibido este correo porque tienes en Google+ contenido para tu cuenta personal (de consumidor) o para una página de Google+ que administras.

Te recordamos que el 2 de abril del 2019 cerraremos Google+ para particulares y comenzaremos a eliminar el contenido de las cuentas de Google+ personales. También eliminaremos las fotos y los vídeos de Google+ que tengas en tu archivo de álbumes y en tus páginas de Google+.

Descargar tu contenido de Google+ puede llevarte algún tiempo; te recomendamos que empieces antes del 31 de marzo del 2019.

El cierre de Google+ para particulares no afectará a ningún otro producto de Google (como Gmail, Google Fotos o Google Drive), que seguirán estando disponibles. También conservarás la cuenta de Google que utilizas para iniciar sesión en estos servicios. No se eliminarán las fotos y los vídeos de los que tengas copia de seguridad en Google Fotos.

Para más información, consulta las preguntas frecuentes sobre el cierre de Google+.

De parte de todo el equipo de Google+, gracias por hacer de este servicio un lugar tan especial.

Prompt de bash en colores

Hoy estaba haciendo una preciosa conexión con un cable cruzado entre mi PC principal y el portátil que tengo en la oficina para realizar uno de mis obsesivos backups.

Me encanta configurar una red ethernet manualmente, como se hacía antiguamente, casi con línea de comando, poner una red de 2 equipos, con una máscara de 255.255.255.252 (/30) para conectar ambos equipos, el PC con 192.168.2.2/30 y el portátil con 192.168.2.1/30 para que puedan conectarse entre ellos y nadie más. Es el colmo de la monogamia tecnológica.

Luego, realizo una sincronización vía rsync y compruebo por ssh que todo está bien, que no hay problemas de espacio en el destino, etc. Y ahí he estado perdiendo un ratito porque el prompt del equipo de destino también estaba en verde y me era difícil distinguir entre cuál es la ventana de quién.

Así que he buscado la manera de especificar el color del prompt (no recordaba cómo se hacía) hasta que he conseguido ponerlo en rojo en lugar del verde habitual por defecto.

Queda tan mono…

Esto no es una broma