Desde hace meses tenía pendiente terminar esta caja para darle carpetazo a un proyecto bonito, pero sencillo hasta límites inconcebibles.
Preparada para que el libro encaje a la perfección en su interior, modificada con un par de bloques de cartón, de los que suelen venir acompañando envíos demasiado pequeños para envoltorios demasiado grandes, sobre uno de los cuales está escrito: «depositar aquí».
Es un buen lugar donde guardar mis opiniones, por otro lado no escritas sino apuntadas en un apenas visible blanco sobre blanco, especialmente si tenemos en cuenta que la contraportada de la caja-libro reza: «basurero».