Conectando desde mi móvil

Adoro esta posibilidad de conectar vía ssh con mis ordenadores desde el teléfono móvil para poder hacer fricadas como esta de ir controlando si un backup se está realizando correctamente.

Véase el «tar cfvz /media…» que está copiando toda la ingente cantidad de música de Tango que Carmen utiliza para que no pueda, por error o accidente, hacer algún estropicio ahora que tiene todos sus equipos sincronizados utilizando la nube de Mega.nz

conexión ssh desde android

Me chirría ver tantos permisos concedidos, ese chmod 777, esos -rwxrwxrwx para todo el mundo mundial en ese disco, pero tengo que recordarme a mí mismo que no es tan grave y es parcialmente inevitable porque se trata de un disco formateado en NTFS y los permisos de unix no los tolera (aunque se podría hacer de otra manera, al montar en el fstab incluir un par uid/guid para que sólo algunos usuarios tuvieran acceso de lectoescritura).

Por otro lado, SuperDisk, es el disco de 1,5 Terabytes que usamos en casa (montado internamente en PCTACENS18, uno de nuestros ordenadores de torre) para compartirlo por SAMBA/SMB… o sea, que está bastante expuesto… pero no tanto como otras cosas que ni quiero pensar. Vía Samba no tiene permisos de escritura, claro está, así que puede ser una especie de disco multimedia… accesible desde cualquier dispositivo de la casa. Esa accesibilidad hace cómodo tanto permiso concedido.

No obstante, es una de mis tareas pendientes de poquísima importancia (y menor urgencia) el formatear el disco con un xfs, por ejemplo, que permita asignación de permisos a nivel UNIX.

Concedido acceso SSH a varios equipos, puedo utilizar aplicaciones de Android para manejar los navegadores desde el móvil como si se tratase de un mando a distancia, ya que los mismos se encuentran conectados por cable HDMI con la televisión o con el proyector mediante un largo cableado VGA ambos integrados en la estructura canalizada de nuestra casa.

Sí, me gusta la tecnología.

Borracho y pendenciero

Ayer vinieron a repararnos la ventana que hace dos meses habían averiado parcialmente unos intrusos que intentaron acceder a nuestra vivienda a través del tejado.

Vivimos en un ático algo abuhardillado cuyas ventanas son casi completas claraboyas que tragan el sol a la velocidad del rayo.

Una de estas queda relativamente cerca de otra accesible desde la zona común del descansillo de la escalera. Apenas un par de metros separan ambas oquedades caminables sobre la chapa metálica que ejerce de tejado.

El 13 de enero observamos síntomas que indicaban que habíamos sido víctimas de un intento de robo: faltaba el cristal de la mirilla y el marco de la mencionada ventana mostraba signos de forcejeo y deformaciones. Los protectores exteriores laterales habían sido parcialmente arrancados de manera que el viento los hacía vibrar, temblar, generando un ruido inquiertante (dormimos justo debajo de ella).

Hubimos de contactar con nuestro seguro de vivienda que cubre estos desperfectos, aunque no lo habíamos hecho nunca hasta ahora, con lo que no sabíamos el procedimiento o trámite para asegurarnos que no tendríamos que pagarlo nosotros. Obviamente, el primer paso era levantar una denuncia en comisaría.

Carmen se encargó de toda la burocracia que a mí me resulta kafkiana y me paraliza (ella es mucho más eficaz que yo en esto y otras muchas cosas).

El pago de la reparación (que implicaba una sustitución completa de la ventana, el marco y la persiana acoplada) era tan alto que me hacía recordar esas situaciones habituales en las que gastamos más dinero en proteger bienes que el coste de esos bienes en sí. Es decir, que casi podrían haberse llevado todo (absolutamente todo) lo que teníamos en casa por el precio de lo que nos habría costado evitar que se lo llevasen.

Ayer vinieron a instalarla un par de trabajadores del servicio técnico de VELUX (es una externalización, por supuesto) desde Talavera y aparcaron en nuestro querido Madrid centro. Lo que ya de primeras les resultó molesto.

Hube de desviar la conversación desde que entraron a la casa, porque el responsable de ambos (el otro parecía ser un becario o ayudante algo avergonzado del comportamiento de su maestro) no paró de hacer comentarios inapropiados en las 3 horas que duró el trabajo.

El primero de ellos, como dije, que si era algo inaguantable el tener que aparcar por el Madrid Central. Sin darle respuesta, pasé a hablarle de nuestro problema y lo que hacía que él estuviese allí, ganando un sustento con el que poder protestar por lo mala que es la gestión de un ayuntamiento que ni siquiera es el suyo.

El segundo de ellos al respecto de lo cabrona que es la gente que roba o lo intenta, sin entrar en consideraciones de por qué lo hace, y, por supuesto, insinuando que seguro que se trataba de «ilegales». Pasé de contestarle en esta segunda ocasión también y volví el tema al único que teníamos que tratar: el arreglo y reparación. No sus opiniones políticas de bar…

Y con respecto al bar, inmediatamente me di cuenta de que llevaba algunas copas de más, pues su aliento lo delataba así como su verborrea disipada y sin control… aunque también puede ser que fuese así habitualmente (borracho o no).

En otra ocasión quiso hacerse el gracioso diciéndome que si parecía un estanco porque las prostitutas (no las llamó así, claro está) de la calle no hacían más que pedirle tabaco. Supongo que buscaba una empatía imposible en una persona que le habría echado de casa en más de una ocasión por su falta de profesionalidad, su xenofobia, su machismo…

Pero no contento con eso, cuando Carmen le dijo que había de firmar «acá» le dijo osado que ya sabía que no era española (claro, claro… Carmencita de la Mancha…) y que eso no se decía «por aquí». Vaya mentecato. Le contesté (Carmen también) que también por estos lares se podía decir, desde Cervantes por lo menos, y que además sobraba el comentario.

Ya quedaba continuar con las quejas sobre sus jefes, sobre la burocracia, sobre los bancos, sobre que «la gente» era lo peor y que no quería líos luego…

Por supuesto predije en mi mente a qué partido político va a votar en las próximas elecciones este señor. Pero lo más lamentable es que él no es tan raro como yo.

Así que… se avecinan tiempos funestos.

ChromeCast

Desde hace unos días estoy disfrutando de este nuevo cacharrito tecnológico que viene a ser un dispositivo más de control y seguimiento de la sociedad (lo sé y aun así lo uso).

Hace años que no tenemos televisión en el sentido tradicional de la palabra (no está sintonizada) aunque el aparato lo utilizamos, conectado con un cable largo y bien parapetado en una canaleta técnica que hicimos cuando reformamos nuestra casa, para acceder a todo aquel contenido al que puedas acceder con un ordenador, ya sean plataformas de streaming, vídeos o multimedia en general e incluso el correo electrónico o navegar por la web.

Ese cable evita que echásemos de menos tener que comprar un televisor «smart» que básicamente lo que hacen es tener un pequeño ordenadorcito que hace algunas de esas cosas que nosotros podemos hacer con nuestro gran ordenador y un HDMI (PC->TV).

No obstante, llevaba tiempo pensando en el «derroche» que supone tener un PC encendido casi permanentemente para el visionado de series o películas, cuando hay opciones mucho más «ecológicas». Por otro lado, llegadas las épocas de regalos innecesarios navideños, agradezco que alguien me regale algo a lo que darle una mínima utilidad. Así que entre una cosa y otra…

El hermano de Carmen (que tiene una tienda Beep), tuvo a bien regalarme(nos) este pequeño cachivache al que se le pueden sacar varias pegas, pero también algunas utilidades. La principal y más evidente es la de poder tener ese PC del que hablaba apagado casi el 100% del tiempo, salvo para algunas excepciones, como por ejemplo para dar soporte a (Amazon) PrimeTV que no funciona con el ChromeCast (sin que sepa muy bien por qué).

Cada vez que se adquiere un dispositivo tecnológico casi sin pensarlo aparecen nuevas necesidades que antes de eso no se tenían. Es curioso. O no.

Ahora tengo un problema que no tenía: el ChromeCast que tenemos (creo que versiones posteriores sí lo incorporan) no tiene salida de audio independiente del HDMI, así que la única forma de oírlo es mediante el televisor al que está conectado, pero ¿qué hago si quiero conectarlo a unos auriculares como antes hacía con un dispositivo inalámbrico conectado al PC?

La dificultad está asociada a la televisión, que no tiene salida analógica de RCA o Jack de 3,5mm, sino tan solo una supuestamente inmejorable salida digital TOSLINK, pero los auriculares inalámbricos de esta tecnología son enormemente caros, así que no es una alternativa para cuando quiero disfrutar de una serie en la TV sin molestar a mi pareja que puede querer no oírla.

Así que ahora estoy buscando una pequeña solución a ese pequeño inconveniente que seguramente pasará por adquirir (o esperar a otros «reyes») un transformador de audio digital TOSLINK a audio RCA/Jack o, mejor aún, Bluetooth. Pero claro… son mínimos gastos que no veo tan necesarios.

Pero… ¿tiene algún sentido hablar de necesidad en la era del consumismo más salvaje?

La panadería

Cada semana compro el pan en esta (a)típica panadería, que tan solo tiene pan de trigo, de centeno y ahora también de maíz, hecho al modo tradicional, sin ningún tipo de rarezas añadidas (pipas, semillas, etc) que lo único que hacen es ocultar el verdadero sabor del pan.

Nos gusta especialmente la hogaza de trigo y centeno, que se vende al peso y solemos comprar más de un kilogramo por semana, cortado en ese momento a voluntad en rebanadas, se congela ese mismo día una parte y aguanta estupendamente. Al usarlo, basta con descongelar en el tostador cada rebanada y listo.

En las ocasiones en las que la hogaza de nuestras entretelas no se encuentra disponible, compro hogazas grandes de trigo o de manera más atrevida, pequeñas hogazas de pan de centeno, negro, oscuro, denso…

Y siempre es un enorme placer degustarlo casi sin nada más que unas gotas de aceite.

El culo del ampli

La parte trasera de nuestro amplificador está hipersaturada, pero es que tenemos la casa completamente conectada. Desde casi cualquier sitio podemos poner audio saliendo por este aparatito que lleva haciéndonos el apaño casi desde comienzo de siglo.

Lo adquirimos para poder sustituir el equipo estéreo con el que comenzamos nuestras andanzas en Clave 53 en Campomanes, 8. Durante un tiempo aquel sencillo reproductor de CDs con entrada auxiliar nos sirvió, pero pasado el primer año teníamos que tener un equipamiento más profesional que durase más y mejor, además de permitir conectarlo a altavoces en condiciones para evitar el problema de sonido que provocó algún pequeño disgusto a la vecina del piso superior.

Hace una década que el mando a distancia no funciona y tampoco funciona el regulador de volumen, que está fijo a un moderado 40% del total. Se rompió el cilindro que lo modula, pero se puede ajustar (si fuese necesario) con un destornillador.

Ahora lo tenemos conectado a dos ordenadores (el mío (LINE) y el de Carmen (TAPE-1)), tenemos un cable que lo conecta (CD) a un reproductor de buena marca de CD que es algo completamente obsoleto, y un no menos caduco reproductor de DVD (TUNER). Una última conexión (TAPE-2) está disponible desde el otro extremo de la casa, cerca del Proyector, para reproducir audio desde cualquier dispositivo que lo necesite.

Nueva web para www.carmendelarosa.com

Tras años pidiéndomelo, el día 6 de diciembre de este pasado 2018 comencé a desarrollar la web para www.carmendelarosa.com teniendo en cuenta que su mantenimiento pueda ser hecho por Carmen sin mi implicación, así como la exigible calidad de «responsive«, es decir, que se visualice (vea quedaba muy vulgar) bien en dispositivos móviles así como en pantalla de ordenador.

La web anterior estaba hecha usando tan solo el VI y un básico HTML con CSS, pero sin tener nada de javascript ni, desde luego, cumplir muchas de las exigencias (porque lo son) del buscador universal para que la web esté mejor posicionada. Por ejemplo, usar FRAMES es algo que ha quedado obsoleto y, en parte, razonablemente, porque así aseguran que la parte incluida en la web visitada es material «interno» y no que en uno de los «frames» se cuele material procedente de otro lugar inadecuado. Curiosamente, los IFRAMEs campan a sus anchas, cuando hace tiempo se consideraban potencialmente peligrosos por esto mismo.

La estructura de la anterior versión era muy simple y la he copiado en varias ocasiones para implementar una página web con rapidez y eficacia: un marco superior (frame) para un índice, un marco inferior (frame) para una firma o nota al pie y un marco central (main frame) destinado a la información de cada una de las secciones accesibles desde el índice.

Este esquema permitía hacer una página muy sencillamente y ordenada, aunque con pocas posibilidades de búsquedas y, a medida que el tamaño de la web aumentaba, la complejidad interna hacía que las referencias entre archivos pudiese resultar difícil de «trazar», aunque teniendo ordenadas las carpetas del sitio se facilitaba bastante y permitía modificar pequeñeces con celeridad.

Pasar a utilizar un blog de wordpress para «programar» una web era algo a lo que me mostraba muy reticente, pero reconozco que es sencillo una vez elegido un tema «potente» que elimina casi por completo la preocupación «estilística» (fuera el engorro de programar reglas CSS sin tener nociones muy avanzadas), derivándola a la personalización del entorno de manera visual, lo que lo hace asequible a casi cualquier neófito como yo en esto de los blogs usados como web.

Carmen de la Rosa en España Directo

Este martes Carmen de la Rosa fue grabada en una clase de Tango Argentino que imparte junto con Miguel Moya para el programa de televisión nacional (RTVE) España Directo.

Ha sido un honor y un lujo hacer este pequeño vídeo con un fragmento del programa capturado de mi pantalla (no hay manera de descargarlo de rtve.es).

La captura fue realizada utilizando el programa Kazam sobre un Linux Mint 18.3 y editado con Openshot (un editor de vídeo muy básico que tiene disponible gratuitamente Linux en sus repositorios.

Las cosas de la autocensura

En julio de este año tuvimos la visita de los sobrinos, gemelos César y Jimena, de 15 años de edad.

Quisimos proponerles actividades infrecuentes en su hábitat cotidiano, Daimiel, pero también que pudiesen estimularles, gustarles y, en cierto modo, sorprenderles. Al mismo tiempo, queríamos hacerles partícipes de nuestro cotidiano, Madrid, que no es para nada el suyo.

El viernes 13 de julio actuaba (digo bien) mi querido Paco Nogales con una acción en el evento PERNEO. II Encuentro Internacional De Performance Art que además tenía lugar en el espacio que aún no conozco de La Neomudejar.

Las acciones de Paco Nogales suelen tener un contenido sexual muy explícito, de desnudo masculino integral y temática erótica y exploratoria de los órganos sexuales masculinos. Sí, evidentemente, era un material que yo consideraba que podía impactarles, sorprenderles aunque tenía mis dudas sobre si les gustaría.

Pero entre tantas dudas, me surgió la pregunta (que de algún modo dejaba claro mi propia respuesta) de si habría restricciones por edad para la entrada en esa acción y eso les pregunté a la organización.

Me respondieron, educadamente, lo siguiente:

Las performances son fuertes. Si tu traes niños sabrás que es el postporno y lo que se va a poder encontrar.

El adulto decide pero no creo sea adecuado para un menor.

Atentamente

No recuerdo si contesté a este email, pero posiblemente me sirvió para darme cuenta de que quería llevar al límite mi interés por «impactar» a los sobris, pero de alguna manera, era más importante ese «mi» interés que lo que pudiera impactarles o no. Así que seguí el consejo, pero que no era verdaderamente ninguna restricción y no fuimos al evento.

El mismo día de la exposición/encuentro, me volvió a contactar el responsable del centro (quizá al tener un poco más de tiempo quiso puntualizar su respuesta, que siempre me pareció la más adecuada posible):

Buenos días,

Desde el Centro no prohibimos la entrada a menores puesto que creemos que las madres, padres, tutores son quienes determinan qué tipo de contenido ven sus hijxs pero sí les podemos orientar sobre el contenido que van a ver y que detallo a continuación.

En el caso de este encuentro son tres performances diferentes. 2 de ellas puede haber cuerpos denudos o semidesnudos. Y en el caso de la performance de Paquito Nogales sí que es más fuerte y explicito el uso del cuerpo en un contenido más grotesco como usar su ano como parte de la acción. Este contenido si puede ser sensible.

Entre cada performance hay un pequeño descanso por lo que pueden ver las dos acciones de Antibody Corporation y Ana Matey y saltarse la performance de Paquito Nogales que es mucho más fuerte. En el caso que alguien del grupo quiera saltarse esa performance con el/la menor puede visitar el resto de exposiciones del Centro mientras tanto.

Esperamos haber podido contestar adecuadamente a su pregunta.

¿Le confirmamos la reserva de 4 entradas?

Muchas gracias.

Me encantó su respuesta, pero en el fondo, yo ya me había contestado a mí mismo (todo lo cual sobra: con el «me» era suficiente) y les dije que no confirmasen las entradas.

Esa misma tarde me telefoneó Paco para saber qué había pasado. Le conté un poco la situación y, por supuesto, también fue respetuoso con mi decisión. Le dije, en resumidas cuentas, que si fuesen hijos míos por supuesto que habríamos ido, pero también que es muy probable que en tal caso no fuesen a sorprenderse ni impactarse puesto que no sería, ni con mucho, la primera vez que verían algo así. Mientras que «los sobris» es muy probable que se sintiesen algo intimidados. No obstante, me quedé con dudas…

A lo largo del fin de semana, les comenté lo que había pasado y qué creían ellos que les habría provocado. Me sorprendió saber que nunca habían visto a un hombre desnudo, ni siquiera en la televisión, ni en la playa… y me quedó bastante claro que habría sido un salto demasiado drástico el enfrentarles a esta experiencia. Así que, en la medida de lo posible, acabé por sentirme satisfecho con mi decisión de «autocensurar» el evento para sus ojos.

Y sin embargo…

¡Qué cosas tiene Instagram!

En Instagram estoy intentando hacer un pequeño damero a base de publicar fotografías en color alternadas con imágenes de la Colección de Poesía Visual del Proyecto Lejanías que son líneas y frases blancas sobre fondo negro.

Hoy he publicado una fotografía del poema visual Dulce pero utilizando algunos «hashtags» poco habituales como el de «#definición», pensando, ingenuo de mí, en la definición de la palabra dulce que está incluida en la pieza.

No había caído en las acepciones de la definición de la palabra «definición». Y ha ocurrido esto cuando he ido a ver qué otras «definiciones» aparecían bajo esa etiqueta en la red social de imágenes…

Esto no es una broma