Un último homenaje a una camiseta adorable

En esta época de banderas y abanderados, resulta curioso que dos de las camisetas a las que más aprecio tengo sean banderas:

La primera ha resultado ya muerta en combate tras exhaustivo uso día tras día, hasta que pasó algunos veranos siendo utilizada ya sin las mangas ni el cuello que habían sufrido un desgaste excesivo para aguantar un poco más junto a mí, es una bandera de Cerdeña que homenajea, ni más ni menos, su origen pirata, su famosa «patente de corso»/Patente de sardo, en este caso.

Al final devino en trapos para un postrero y, diríamos, póstumo uso. Pero ya no es una camiseta. No quise por menos que fotografiarla para mantener este último recuerdo de un recuerdo adorable que me trajo Carmen de Cagliari.

La segunda camiseta la compré en el Gure Txoko de Sydney y, por supuesto, incluye una ikuriña junto a una bandera australiana. Tan sólo me la he puesto (a la vista) un par de veces en Madrid y en ambas ocasiones he recibido improperios, asumo que por la ikurriña y no por la australiana.

Quizá por ello ha durado y sigue durando tanto tiempo. Le tengo un cariño especial porque fue una época importante de mi vida y el apoyo que recibí de la gente del Txoko no lo olvidaré nunca. Sigo usándola pero, como dice algún político, tan sólo en la intimidad de mi domicilio.

Pasos Plomizos

Tus pasos aúllan como lobos locos
a la luna gris.
Plomo oscuro cual tu mirada sin luz
hinca tus ojos
a los míos.

No vivo sin tu paso plomizo
con olor a jazmín
contra la mirilla
contra mi umbral amurallado
oculto bajo un manto final
con locura insana
como los lobos al inicio.

Tus pasos aúllan como lobos grises
como lobos locos y grises.

Justo ahí
tú y yo
jugamos a mirarnos
hasta la última luna horizontal
afilando los cuchillos
contra los molares opacos.

Rugimos pavor
como lobos locos
como lobos

como locos.

Así
tus pasos aúllan plomizos y grises
como lobos locos
contra la última mirada
tuya y mía
al alba.

¿De verdad me lo preguntas?

¿De verdad que queda alguien que, después de ver este hortera cartel se pregunte que por qué digo que hay mucho machismo en el Tango?

¿De verdad?

Hay otras muchas propuestas, afortunadamente, para desmontar esa asociación tan marcada de Tango como baile machista, pero queda mucho, pero mucho mucho, por hacer.

Por lo demás, bonitas piernas.
🙁

Mi vida cotidiana ya vivida

Sin ti no digo nada
mas tu manto gris
busca una sonrisa bajo mis ojos rojos.

Sin ti vivo una vida
incotidiana
una vida vívida y vivida.

Sin ti arrojo a la luz
otra canción
para hablar a la luna y al son
y no brillan con tu olvido oscuro.

Sin ti mi vida cotidiana
contra la duda
vivió un pasado gris
un no-pasado
(tampoco futuro)
y tú y yo olvidamos
un oculto nosotros dividido.

Los artistas del barrio

Este fin de semana ha tenido lugar la peculiar exposición distribuida Los Artistas Del Barrio en las inmediaciones de nuestra casa, pues esta vez tocaba la propuesta al barrio de Malasaña/Chueca.

Carmen y yo hemos tenido el placer de visitar algunos lugares, encontrarnos con artistas fantásticas como Clara Graziolino, Almudena Mora, Natalia Auffray, Isa Arroyo… y otras personas que generosamente abrieron sus casas o sus estudios/talleres para regalarle a la ciudad de Madrid un evento inolvidable.

(Por cierto, casi cabría decir que eran «las artistas del barrio», pues no vi obra de ningún hombre por el camino)

También tuve ocasión de comprobar y reprobar ciertos colectivos que dicen llamarse artistas y carecen del suficiente compromiso como para estar abiertos a las 12:00, hora a la que habían dicho iniciar el horario. O aquellos que se preocupan de figurar y no de mostrar un trabajo bien cuidado a costa de entrar en la lista. Pero bueno, por la tarde si estaban abiertos celebrando con unas cuantas bebidas y unas buenas barbas. Y no digo más.

Nos quedó bastante por visitar, pero no se trataba de ir cámara en mano y con unas bermudas de safari artístico.

Gracias, una vez más, a quienes se toman el trabajo artístico en serio y hacen del mundo un lugar mejor.

Una curiosa aplicación para viajar en el FEVE

Hemos estado realizando un viaje de vacaciones en el maravilloso e inolvidable FEVE (Ferrocarril Español de Vía Estrecha) desde Gijón a Ferrol, haciendo una serie de paradas en diversos pueblos de la costa occidental asturiana y en las Rías Altas gallegas, en concreto, en O’Barqueiro, pueblo más oriental de la provincia de Coruña.

Durante ese recorrido, nos ha sido muy útil la sencilla app creada para el FEVE que nos ofrecía los recorridos, los horarios, las próximas llegadas a una estación determinada. En resumen, pocas cosas, pero las suficientes para lo que requeríamos.

Por lo demás, esta forma de viaje, pausada, lenta, ineficaz, es más que probable que termine sus días más pronto que tarde, pues resulta demasiado costosa de mantener cuando el uso del vehículo privado (coche) está tan extendido, además de haber una red importante paralela de autobuses, sobre todo en torno a Luarca (fue ahí donde descubrí el significado de ALSA: Autobuses de LUARCA Sociedad Anónima).

La autopista A8 paralela al litoral cantábrico ha reducido sustancialmente los tiempos de desplazamiento entre las provincias nórdicas, haciendo del FEVE un medio de transporte destinado, en el mejor de los casos, a turistas sin prisas, de los que cada vez hay menos en esta vorágine de viajes plusmarquistas.

Hasta Pravia (desde Gijón/Oviedo) el tráfico de trenes es fluido y hace las veces de tren de cercanías en torno al triángulo urbano asturiano (Gijón-Avilés-Oviedo) conectando muy cómodamente la zona central del principado, sin embargo, a partir de Cudillero, especialmente, la frecuencia de los mismos se reduce hasta el mínimo de 2 trenes diarios, lo que además de la lentitud lo convierte en un medio de transporte poco práctico.

Una vez en Galicia, los trenes aumentan su frecuencia hasta 4 diarios, lo que no es mucho mejor, pero sirve para turistas y algún viajero ocasional carente de coche (si es que queda alguien así).

En nuestro caso, esta aplicación y nuestra enorme disponibilidad nos han sido de enorme ayuda y agradezco a los creadores de la misma su trabajo. ¿Es de RENFE?

Nos gusta andar

Un paseo por Gijón, sin salir de una ruta minúscula, nos llevó unas dos horas y ni más ni menos que una decena de kilómetros.

¿Cuántos kilómetros se pueden hacer en una celda de 3×4?

Qué curiosa locura esta del dejar que la tecnología nos dé tanta información al dar tanta información de manera completamente gratuita a una empresa como G. Inc. que luego sabrá de nosotros más que nosotros mismos.

Por un puñado de series

Ha sido toda una sorpresa la oferta de entretenimiento que ofrece la plataforma de Amazon Prime Vídeo o, para simplificar, Prime TV.

Fue por mera casualidad que contratamos el servicio, pues íbamos haciendo muchos pedidos a Amazon, los más caros de los cuales han sido para amueblar y equipar el estudio de Costanilla en el que ahora tengo los talleres y que pienso rentabilizar mucho más (he de hacerlo) a partir de este nuevo curso. Para mejorar las ofertas disponibles en el mercado online, así como para agilizar trámites de envíos, cobros, etc, merecía la pena abonar los 19,90 euros anuales que cuesta pasar a tener una cuenta «Prime» / Premium.

Sin saberlo, como «daño» colateral, estábamos también contratando el servicio de Vídeo por Streaming y bajo demanda vinculado al gigante de las ventas internáuticas. Aunque mis espectativas eran poco menos que misérrimas teniendo en cuenta el pago tan reducido comparado con las ofertas similares del sector, como Netflix o HBO que rondan, de mínimo, los 10 euros cada mes (más de seis veces el precio de Prime TV).

Este verano, accidentado de una rodilla, he consumido más de lo habitual este tipo de productos (olvidémonos de denominarlo arte, pues no dejan de ser consumibles de mejor o peor factura, pero hechos para entretener y sin mayor pretensión ni objetivo que el de permitir ratos de asueto y anestesia cerebral) y lo he hecho principalmente en mi teléfono móvil conectado a las omnipresentes redes wifi y utilizando la aplicación (app) de Amazon Prime Vídeo.

Sorprendido, he disfrutado de unas cuantas series que recomiendo para empezar en este universo Amazing…

American Gods

Delirio audiovisual que no deja indiferente más allá de si su narrativa es rocambolesca. Una trama que parece un versionado muy libre de la más descabellada teogonía griega o hindú, mezclando mitología cristiana dándose todos los permisos para ser incorrecta hasta la saciedad.

Sexo, sangre a raudales, acción reposada y tirando a lenta, personajes perdidos en una historia loca, pero una verdadera joya visual. Reminiscencias de lo mejor de Spartacus pero con más cuidado por los detalles. Parece estar hecha para que cada fotograma sea digno de ser la portada de un disco de rock.

Hand of God

Protagonizada por Ron Perlman, quien lleva en televisión y cine desde 1979 y a quien no puedo olvidar en su inmejorable caracterización de Clay Morrow en Sons of Anarchy, es otra de esas series que deja con ganas de ver más capítulos, a pesar también de una marcada obsesión con la cristiandad, los fanatismos y los tejemanejes de las iglesias en el libre mercado.

Influencias de la inigualable Breaking Bad en la evolución de un personaje que parte de una maldad organizada y política para acabar siendo una especie de locura traumática que consigue que te apiades de su alma a pesar de los pesares.

Narrativamente sencilla, Hand of God usa bien sus cartas para que llegues a dudar de la posibilidad de lo imposible, para que aceptes el juego de la fe ciega y caigas en las garras de las explicaciones fáciles.

Hipnótica y de factura intachable. Corrupción, religión, crimen, infidelidad, sexo, fragilidad, locura, denuncia del racismo y machismo instituido, parece tenerlo todo. Y todo lo hace bien.

Patriot

Serie irreverente más seria de lo que parece y menos seria de lo que parece. Bajo un título que espanta proviniendo de una serie made in USA, se esconde una pieza que mezcla la ironía con una trama de espionaje más o menos bien llevada.

Otra pequeña grata sorpresa de este canal (PrimeTV) que parece apostar por series bastante indies (algunas de las cuales lo son en demasía, como las de la pedante/hipster creadora de las pretenciosas postmodernas Transparent y I Love Dick, Jill Soloway, a pesar de debérsele en parte la serie de culto A dos metros bajo tierra) que no tienen cabida en las alternativas más conocidas «emisoras» de streaming.

The Man in the High Castle

La impecable puesta en escena de la escalofriante novela de ficción histórica de Philip K. Dick merece un visionado y es merecidamente una de las más famosas series de la plataforma.

No obstante, la trama no avanza a un ritmo razonable estancándose en unas migajas de misterio que no acaba de desvelar ni de explotar como si se tratase de una novela de 1200 páginas, en lugar de una serie de televisión.

Aun así, la realización, el vestuario, la ambientación son tan buenas que perderse esta serie es una pena. Fantásticos los personajes femeninos y el del ministro japonés.

Goliath

Injustamente desconocida, la última serie protagonizada por Billy Bob Thornton no deja de ser un drama bastante manido de denuncia de pequeños contra grandes al más puro estilo Erin Brockovich, y como esta es un tanto maniquea y condescendiente, pero también se apoya y se levanta formidable sobre el talento interpretativo del actor protagonista.

8 capítulos que saben a poco y que prometen una segunda temporada mejor aún.

Flesh and Bone

La hermana oscura de aquella serie ochentera titulada Fama o una producción realizada para los fans de Cisne Negro, dicen de ella, pero la verdad es que esto es tan sólo debido a que el «fondo de pantalla», el lugar en el que ocurren los acontecimientos circunvala la danza clásica y su mundo plagado de tópicos sobre el sacrificio, el dolor, el autoritarismo…

Más allá de personajes poco desarrollados y tramas o lineas argumentales que no han sido continuadas, esta serie abortada en una minúscula temporada de 8 capítulos tiene bellísimos momentos y la originalidad (o no tanta) de situarse en ese contexto dancístico.

La verdad es que lamento que no haya dado más de sí y se hubiesen creado historias del mismo peso para otros personajes de la serie, una temporada por cada bailarina por lo menos. La serie tenía posibilidades, pero se desplomó enfocándose en un drama oscuro de superación y de familia más allá de lo disfuncional dándole más protagonismo del que merecían a un hermano exmilitar y un vagabundo inverosímil a costa de restarle foco a la pieza de danza y el mercado de la misma.

Sofá nuevo

No tenemos sofá nuevo, tenemos unos nuevos materiales de sustentación recubiertos con unas limpias fundas sobre una estructura ósea inalterada. Las células se regeneran. Brota la dicha. Y ahorramos energía para un futuro incierto.

La otra opción habría sido cambiar el sofá y adquirir uno nuevo. ¿Era necesario?

Esto no es una broma