Uno de los N’Clave de Po(esía) online…

La semana pasada tuvimos el evento de N’Clave de Po(esía) que estoy realizando online, obviamente, desde el que correspondía en marzo… y lo que queda de 2020, no creo que lo hagamos presencial salvo escenarios de un optimismo radical.

Fue entrañable, principalmente centrado en personas que están asistiendo a los talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53, pero abierto a todo el mundo, tanto es así que se organizó como reuniones de Skype sin contraseña, ni siquiera, lo que era algo arriesgado, pero por otro lado, tampoco tenía por qué derivar en una incidencia de seguridad, pues con expulsar a quien no se identificase claramente, era suficiente. Y no éramos tantos: Un par de sesiones de una hora y media cada una, con unas 6 personas en cada una de ellas. 12 o 13 personas que podían haber compartido evento, pero habría habido mayores probabilidades de incidencias tecnológicas que ralentizaran el devenir del evento. Fueron sencillos, cálidos y con lecturas siempre sorprendentes, e incluso con sorpresas como un poema cantado en coreano por Kay Woo o un experimento vocal de Eva Obregón Blasco. Es un lujo estar rodeado de gente tan interesante.

Poetas leídos a lo largo de la tarde (algunos no los apunté):

  • Francisca Aguirre
  • Roberto Juarroz
  • Mada Alderete
  • León Sierra (era uno de los asistentes)
  • Wis?awa Szymborska
  • Leopoldo Alas Mimbres
  • Alberto Portera
  • Álvaro Mutis
  • Raymond Carver
  • Gamoneda
  • Carmelo Iribarren
  • Lee (Yi) Sang (un verdadero descubrimiento)
  • Pedro Juan Gutiérrez
  • Teresa Agustín
  • Carmen Bullosa
  • Robert Desnos
  • Charles Bukowski
  • Raymond Queneau
  • Ingeborg Bachmann
  • Anna Ajmátova

Reunión de Té y Poesía OnLine

En marzo, con el confinamiento por coronavirus recién estrenadito, hicimos la reunión o tertulia poética de N’Clave de Po(esía) vía Skype después de valorar otras opciones y pasar un par de días analizando (en bastante profundidad) las herramientas disponibles con sus pros y sus contras para llevar a cabo videoconferencias grupales para más de 15 personas.

Finalmente opté por skype (sobre linux, lo que es todo un reto, dado lo mal que Microsoft, propietario de skype, se lleva con el software libre) y distribuí a la gente que se quería conectar en un par de grupos sucesivos, el primero a las 5 y el segundo a las 7.

Tuvimos un par de reuniones amables y sencillas, con no mucho más de 5 personas en cada una, lo que hacía muy fácil el manejo de este tipo de eventos, para que no acabe degenerando como en este chiste que está circulando en estos tiempos y que debería hacernos sentir avergonzados, en lugar de orgullosos de nuestro sentido del humor. Pero no se trata de aprender, ni siquiera en esta época pandémica, ni siquiera ante la posibilidad del fin del mundo.

Hoy vuelvo a proponer esta opción, que me hace trabajar un poco más, pero al fin y al cabo qué importa, teniendo en cuenta que aunque haga huelga o apagón cultural no importa lo más mínimo a nadie… ni siquiera estoy dado de alta como autónomo porque la gestora casi se rio de mí ante semejante intención y me dijo que no me salían las cuentas. Quizá tengo que pensar que la poesía y los talleres de escritura no son un trabajo como el sistema en el que vivimos define tal cosa, así que igual no puedo manifestarme, ni ponerme en huelga (sino ir de procesión o de vacaciones) como tampoco puedo darme de baja.

 

¿Por qué no abrir un taller nuevo de poesía online?

Desde que hemos tenido que enclaustrarnos, me he sentido sorprendido porque no ha habido bajas en los Talleres de Poesía Contemporánea y Escritura Creativa de Clave 53, sino, por el contrario, de manera neta, ha aumentado el número de personas asistiendo a los distintos grupos de manera telemática, en clases que se están realizando mediante Skype.

Talleres Online

Llevo haciendo clases online de Poesía tanto tiempo que no fue complicado adaptarme, ni invitar a la gente a que se instalase lo necesario para ello (después del debate fútil sobre cuál es la mejor plataforma para estas cosas). Además, tenía material preparado desde hace más de 10 años que puedo reutilizar simplificando mi labor a la hora de poner en marcha los talleres.

Y sin embargo…

Siento algo de reparo a la hora de proponer un grupo nuevo de Taller de Poesía Online y no sólo mantener los grupos preexistentes.

¿Por qué no abrir un nuevo grupo de Taller de Poesía online en estos tiempos?

Hay una sensación extraña que no sé explicar, como de aprovechamiento del hecho de que sería algo demandado y fácil de hacer. Pero me resulta, no sé por qué, un poco oportunista.

Quizá estoy haciendo la observación de manera inapropiada, sin pensar en que esa gente que pueda demandarlo no tiene la oportunidad de unirse porque no lo estoy ofreciendo.

No sé.

No tengo una respuesta clara a si hacerlo o si no hacerlo y, de hecho, si, pongamos, se prolongase el confinamiento hasta después del comienzo del curso, lanzaría mi campaña con todas las campanas al vuelo, abriendo todo grupo que pueda abrirse, amén de que a partir del curso próximo, casi con total certeza mantendré un grupo online regular (además de los presenciales) seguramente con un mínimo de 3 o 4 personas.

Y sin embargo…

Siento algo de reparo en estos días. Es usar su necesidad, no sus ganas. Y eso no acaba de convencerme.

Pensando así, está claro que nunca me haré rico.

Te oolong

En las reuniones que organizamos en torno al Té y la Poesía una vez al mes, siempre suelo decir que les ofrezco, entre otros un té azul como opción curiosa, pero leyendo con atención veo que el paquete que suelo usar es en realidad té verde, lo que no quita placer a la infusión.

No obstante, el té azul o té oolong no es el que tengo, aunque alguna vez lo he probado (lo he tenido) y no encuentro demasiado placentero.

El té oolong, también conocido como té azul, es una de las variedades de té más valoradas en la actualidad. La importancia de este té chino se debe, sobre todo, a sus muchas propiedades, especialmente a las antioxidantes, pero también a su singular sabor, muy reconocible y apreciado. De hecho, algunas de sus variedades están entre las más apreciadas de las muchas que produce China.

Como cualquier té, éste también procede del árbol del té (Camellia sinensis), pero se cosecha, especialmente, en la provincia china de Fujian, donde se produce la variante denominada Ti-Kuan-Yin, que es reconocible por conservar la mayoría de las características del té verde. Otra variante muy conocida es la denominada Formosa Oolong, que procede de Taiwan y es más fuerte de sabor que la producida en Fujian.

(Fuente: https://www.teashop.com/blog/todo-sobre-el-te-oolong)

Hay algunas infusiones por descubrir que son cada día más variadas y al alcance de cualquiera… pero mi preferida sigue siendo el té verde de jazmín que no volví a encontrar jamás.

¿Soy miserable o soy sencillamente pobre?

Hoy he tenido que dilucidar si comprar en Amazon un par de libros para los talleres de poesía o si comprarlos en una tienda a la que respeto y que me gusta, que se llama Librería Mujeres por la que suelo pasar para comprar variedad de ejemplares a comienzos de curso.

Era un ejemplar de poesía completa de Pizarnik de la editorial Lumen en tapa dura y el otro una antología (bastante completa también) editada por Hiperion, de Alfonsina Storni, ambos para varios de los temáticos en los que vemos obra de sendas escritoras, suicidas y argentinas.

No ha sido complicado encontrar obra suya, afortunadamente, pero había una diferencia de precio de 2 euros totales sobre un coste de 37 o 39 respectivamente en Amazon y Librería Mujeres.

2/37 no llega al 6% de diferencia, pero hoy no he desayunado por no gastarme 2 euros en unos donuts, pues no tenían los de 1€ ni una oferta de 2€/6 donuts. Suelo mirar el gasto que hago hasta este punto, aunque a veces resulta ridículo. Para mí, 2€ son una cantidad «relevante» de dinero.

Aún así, me siento bastante culpable por haber cedido (he cumplimentado los pasos en ambas plataformas web antes de decidirme) ante el gigante estadounidense por unos míseros 2€. Quizá me ha acabado de inclinar el hecho de que el envío por parte de Librería Mujeres era en un plazo de 6 días (aproximadamente) mientras A lo envía presuntamente para tenerlo disponible mañana mismo.

Podía haber, incluso, ido en persona a Librería Mujeres (aunque hay una dependienta que no suele ser muy simpática), pues la distancia entre ese sitio y mi estudio no es mayor de 10 minutos andando… Esto también me hace sentir culpable ante el deterioro del planeta. Jo… tanta culpabilidad me está agotando.

Conexión, siempre conexión…

Tener conexión a Internet ha sido una obsesión casi desde su despliegue para mí, así que lo primero que hago en un ordenador (o dispositivo cualquiera) es ver la manera que tiene de estar conectado o establecer un camino hacia la red.

En el estudio tuve infinidad de problemas de conexión, pues las distintas antenas wifi que usaba desde un USB de mi PC no alcanzaban a vincularse al router que generosamente me presta para su uso Jaime, en la habitación de al lado. No es un problema de distancia, sino de potencia de señal receptora de las antenas, lo que no solía nunca ser un asunto por el que me preocupase. Así, por ejemplo, el viejo portátil HP Pavillion que he estado a punto de tener que tirar a la basura, podía conectarse con su antena interna sin ninguna dificultad y no perdía señal como me solía pasar con las señales WiFi desde el ordenador de torre (que por cierto salió bastante malo, a pesar de ser un procesador i7, de tener 16Gb de RAM y un SSD desde el que arranca).

Finalmente adquirí un repetidor de señal para ver si el problema estaba en la intensidad de potencia y quedó conectado (ya sin más incidentes) de un par de maneras distintas, la primera haciendo uso de la posibilidad de extensión de la señal (básicamente un «bridge») sin cambiar la red, así me conectaba vía WiFi a la red original, pero la segunda me gusta más que es convertir el repetidor en un nuevo creador de red local, conectado a la red de Jaime, es decir, funcionar como un router (que yo llamo minirouter) al que uno mi PC mediante un sencillo cable ethernet, ahorrándome la posible conexión WiFi de las antenas que tanto problema me vienen dando en el mismo.

Pero este fin de semana he venido al estudio a instalar una placa PCI-e que dotase al equipo de 5 puertos USB adicionales (en concreto puertos USB 3.0 que esta placa no tenía) que al ser alimentada de corriente directamente pudiese ayudar a tener más funcionales las antenas wifi del equipo, así como permitirme tener un disco duro externo que aumentase la capacidad de almacenamiento en un terabyte sobre los 256Gb que ahora tenía disponibles en ese disco interno SSD que supuestamente es una panacea, sobre el que está instalado un linux mint 18.1 (Serena) con soporte hasta abril del 2021.

Afortunadamente todo ha ido bien y parece que incluso el equipo arranca mucho más rápido, y esta instalación me ha permitido que finalmente la conexión directa desde mi PC a la red wifi «original» que me presta Jaime funcione (podía ser un problema derivado de la falta de potencia eléctrica a las antenas Wifi, llamados «dongle»). Pero dado que ahora tengo el «minirouter» y que además también funciona sin problemas el dispositivo (otro «dongle») que dota al equipo de conectividad BlueTooth, tengo hasta tres caminos distintos por los que enviar los datos a internet… (más de tres en realidad)

1 Opciones a través de router de Telefónica que genera la red EA66:
1.1 A través de una antena WiFi «Conexión inalámbrica» directamente. Probada y funcionando.
1.2 A través del «MiniRouter» que se conecta por Ethernet al PC y por conexión WiFi a la misma red y genera otra subred en el ámbito de las 192.168.x.x reservadas para ello. Enrutando de una a la otra.
1.3 Rebuscada, pero la usé antes de tener el MiniRouter, es mediante un cable cruzado que se conectaba al portátil HP que a su vez se conectaba por WiFi a la red de Jaime sin problemas, con lo que este PC hacía las veces de router (algo fácil de configurar en Linux).
1.4 Usando un router instalado en una Raspberry que tengo en casa, es decir de la misma manera que 1.2 o 1.3.

2 Opciones a través de «Datos móviles» generados por mi smartphone, donde este hace las veces de router conectándose a Internet mediante tecnología 4G:
2.1 Mediante la creación de una red WiFi generada por el teléfono y conectándome a ella con el WiFi dongle del PC.
2.2 Mediante la conexión USB directa o Bluetooth al teléfono.

Es algo absurdo, pero saber que pase lo que pase tengo un camino alternativo para conectarme a Internet me tranquiliza. Siempre lo ha hecho desde que tengo idea de la potencia de estar de conectado a un red de datos que expande el concepto de ordenador hasta lo global (para bien y/o para mal).

Tertulias de Té y Poesía N’Clave de Po(esía)

Como otras ocasiones, hoy proponemos una reunión amable y sencilla en la que prima la libertad por encima de todas las cosas.

Y siempre toca aclarar que se puede hacer lo que se quiera. Es tan extraño que olvidemos lo que significa ser libres…

Y así estamos.

Hoy cansado y casi sin energía. Con ganas de irme a casa o mejor aún a una terracita a tomar el sol, que dicen que es potente y presente esta jornada madrileña de finales de febrero.

Pero no. No me voy.

Aquí estoy, intentando que haya más lugares para la poesía en el planeta, como intentando combatir el cambio climático a fuerza de versos salvajes que no conducen a nada, porque no tienen vehículos motorizados.

Aquí estoy, intentando habilitar un espacio para lecturas de Miguel Hernández, entre otros motivos porque para sectores escandalosamente retrógrados resulta ofensivo en según qué lugares.

Aquí estoy, intentando facilitar la convivencia entre personas que pensamos o sentimos que la poesía es un camino para mejorar la sociedad, o para hacer más habitable un mundo muchas veces hostil.

Aquí estoy, cansado y sin energía, pero presente y potente para calentar esta jornada de sol y calorcito a finales de febrero… y sólo es el comienzo.

Presentación de Guardar solo la vida de Rais Valcárcel

De nuevo inmiscuyéndome en profesiones que no son la mía (si es que yo tengo alguna), así que realicé este cartel que creo que ha quedado bastante elegante para anunciar la presentación del poemario que edité para Rais Valcárcel de la Fuente, Guardar solo la vida.

Presentaré el libro junto a Rais Valcárcel y aún no sé qué diremos de él. Ni del libro ni de Rais. Ni cómo lo plantearemos. Pero seguro que será un acto amable y cariñoso, además de unas lecturas de una calidad poética elevada.

¿Qué precio poner para un Curso de Tango?

El capitalismo es ese monstruo en el que las cosas no tienen otro valor que su precio, y el precio no lo decide la ética, sino lo que se conoce como «el mercado», que no es otra cosa que los precios que otras personas han decidido poner a algo que tiene un valor arbitrario y que mucha gente ha aceptado como aceptable, lo que es el colmo de la aceptación. Quizá por eso es tan complejo cuestionar el capitalismo, porque tiene permanentemente una doble aceptación de toda persona inmersa en el mismo, lo que hace que nadie cuestione los precios cuando conoce «el mercado».

El otro día en un anuncio para el Curso de Tango que Carmen de la Rosa imparte en este fin de semana puso el precio (siempre es reticente a informar del mismo) de 60€/6 horas (50€/6 horas si se asiste en pareja). Está más bien por debajo de lo que viene siendo ese «mercado» de clases de Tango.

Por supuesto, hay quien está en su derecho de no querer gastarse ese dinero (¿dineral?) en esa actividad que requiere que una persona (o dos) dejen de disfrutar de un fin de semana, que ha requerido que esa persona que propone el curso tenga que pagar más de 30€ de publicidad, más de 60€ de sala, sin saber aún si el curso le saldrá adelante, que ha tenido que formarse (invirtiendo tiempo y dinero) para poder ofrecer una calidad como sólo ella puede tener, una calidez que va incluida en el precio (y que es un valor incalculable), que ha gastado su tiempo (que alguna vez dicen que vale oro… pero no sé muy bien el tiempo de quién) en hacer un cartel, en tener fotografías que puedan ser atractivas para que la gente esté dispuesta a pagar el precio que se solicita de acuerdo al mentado «mercado», que ha tenido que pagar a esa fotógrafa profesional que le realizó unas fotos, que tuvo que pagar la sala donde se llevó a cabo esa sesión fotográfica, que tuvo que adquirir un vestuario adecuado para que la gente no diga que no son formas esas de dar clases… que ha gastado su esfuerzo en responder a cada una de las personas interesadas (y estupendo que así lo haga) dejando de lado a su familia que la necesita, a su pareja, a sus amigos y a la opción de estar tomándose tranquilamente una cañita en una plaza de Madrid.

Hay quien está en su derecho de no querer gastarse ese dinero. Faltaría más. No estamos hablando de exigir pagar a quienes generan cultura como si fuesen funcionarios, no (Ironía Off). Se trata de ofrecer un producto (oferta) que puede o no tener una acogida (demanda) cuyo equilibrio genera una presunta justificación a ese precio que «el mercado» decide poner al mismo y que la sociedad inmersa en el capitalismo acepta como aceptable.

La misma docente desearía poder poner un precio más barato, ignorando las exigencias del mercado para no tener que pagar salas a los precios que tienen, ni pagar publicidad de grandes empresas con dudas prácticas impositivas, ni pagar a otros profesores que la formaron, ni fotógrafas que la retrataron, ni gastar tiempo y que ocurriese por arte de magia, así, de la nada, un curso este sábado, pero poder además disponer de ese tiempo en el que estoy allí para estar también con la pareja, con la familia o tomándose una cañita en una plaza de Madrid, por supuesto gratuitamente.

Hay quien está en su derecho de no querer gastarse ese dinero en un Curso de Tango, e incluso, claro que sí, está en su derecho (hay tantos derechos…) de afirmar que le parece muy caro, sí, que le parece muy caro, así, en absoluto, sin decir por qué le parece caro… y claro, entonces yo pienso que también tengo derecho (ya que se trata de derechos…) de decir que lo que esa persona me parece es o bien una irresponsable que desea acabar con las normas básicas del capitalismo, o bien una idiota que no ha pensado que su trabajo (porque seguramente también trabajará o recibirá ingresos de alguien que lo haga) también me puede parecer a mí muy caro y puedo estar deseando que no cobre ni un duro por lo que hace… y además, que me permita el derecho (sí, sí… a mí también me gusta tener derechos) de decirle que su trabajo es innecesario y mucho más caro de lo que yo consideraría razonable pagarle.

Así como curiosidad malsana, me dio por ojear su perfil de Facebook y encuentro que estudió en ICADE, una empresa privada conocida por su política de precios elevados (de acuerdo al sacrosanto «mercado») y que dice ser Gerente General de no sé qué empresa. Jo. Esta persona está claro que cree tener más derechos que yo, que la docente y que mucha otra gente, seguramente. Y ahora comprendo cómo ha llegado a esa simplista conclusión de que el precio de 60€/6 horas de un Curso de Tango en fin de semana por la mejor profesora de Madrid es «caro».

Recital en Radio Utopía

Este viernes pasado (10 de enero) tuvimos el placer de recitar poemas de nuestros últimos libros colectivos, así como de explicar detalladamente y de manera amena la dinámica de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53 en el programa Olvida Tu Equipaje de Radio Utopía fantásticamente conducido por Armando Silles McLaney.

Enorme agradecimiento a Isabel Jiménez, por la convocatoria, largo tiempo demorada, así como a todas las poetas participantes en la jornada: Yolanda Jimenez, María José Gómez Sánchez-Romate, María Jesús Orella y Andrea Vidal Escabí.

Giusseppe Domínguez (yo) leyó poemas de Kay Woo, Eva Obregón Blasco y Daniel Moreno Gil. (No dio tiempo para más, pero quedaron abiertas las puertas para otras convocatorias).

El programa se puede escuchar íntegramente en
10-1-20: Poetas en clave 53
https://www.ivoox.com/10-1-20-poetas-clave-53-audios-mp3_rf_46371653_1.html

También disponible en:
https://archive.org/details/olvidatuequipajeclave5310120

Esto no es una broma