Elecciones Personales

Pequeña Vídeo-Acción a partir de 27 sobres intervenidos de propaganda electoral no solicitada a lo largo de una serie de días de los meses de abril y mayo de 2019. Cada uno de ellos contiene una elección pequeña más o menos insignificante, pero sí muy personal realizada ese día.

[youtube_sc url=»https://youtu.be/wXyod-jHzvo»]

Es un bonito proyecto del que también hice un trabajo «fotográfico-performativo», publicando una fotografía diaria comentada (qué tipo de elección era) en la historia de una red social. Además, cada día, introducía ese sobre con una elección apuntada dentro del sobre en una urna de plástico que ha quedado como resto de la acción, al tiempo que como objeto artístico.

Poemas de Miguel Hernández

No me puedo creer que se estén retirando poemas de Miguel Hernández de un monumento (más que necesario) de homenaje a las víctimas de la represión de la dictadura de Franco en estos momentos.

No me puedo creer que haya debate acerca de si debe o no ser delito la exaltación del franquismo, mientras se protestaba sobre la exhumación de los restos de un cadáver de un dictador y golpista contra la legalidad democrática y se tachaba de agitación populista la ley de recuperación de memoria histórica que permita superar (sí, superar, no airear ni enterrar) una fase de nuestra historia que debería ser unánimemente rechazada o vilipendiada y no «comprendida» cuando no directamente justificada o, más aún, reivindicada. ¿No está amparado ese comportamiento ya en los delitos de odio o en la Ley de Partidos?

No me puedo creer que este texto no se haya deseado respetar como si se negase su veracidad, allende otras cuestiones que también podrían destacarse (y ya se ha hecho y venido haciendo desde hace casi 80 años) sobre otras victimas de un conflicto fratricida.

Finalizada la Guerra Civil, la dictadura del general Franco reprimió ferozmente a sus enemigos políticos. Consejos de guerra carentes de cualquier garantía procesal dieron lugar a numerosas ejecuciones por fusilamiento o garrote vil.

No me puedo creer que no se exija un posicionamiento radicalmente contrario y explícito (tan explícito como se le exigió en su día a Bildu el rechazo de la lucha armada y el alejamiento de ETA) (Noticia de ABC, ni más ni menos), insisto, que no se exija un posicionamiento claro ante aquel atentado contra la República elegida por el pueblo el 14 de Abril de 1931, de manera que ante medias tintas se aplique con rigor absoluto, con todo el peso correspondiente, la criticable Ley de Partidos que sí se aplicó en su momento en Euskadi para justificar la prohibición de los partidos de izquierda abertzale que representaban (electoralmente, tanto como VOX, por poner un ejemplo) el sentir político de un gran sector de la población vasca y que llevó al poder a la alianza formada por el PP y el PSOE que no tuvieron reparos en aquel entonces en permitir gobernar a Patxi López durante cuatro años para impedir que el bloque nacionalista pudiese hacerlo.

No me puedo creer que aparezcan marquesinas con carteles en las calles de Madrid protestando contra lo que consideran adoctrinamiento de género y que bajo un mensaje victimista (por cierto, para cuando critican el victimismo en la parte contraria) esconden a plena vista un delito de odio y un mensaje contrario a la legislación vigente (porque la legislación es la que están cuestionando, sin ser cuestionados por ello, como sí lo es inmediatamente cualquiera que defienda una posible independencia de un territorio que actualmente forma parte de la unidad a la que denominamos españa).

No me puedo creer que la aprobación de la presencia de esos mensajes en espacios públicos esté regulado por administraciones públicas garantes del derecho vigente.

No me puedo creer que todo esto esté pasando en esta comunidad en la que habito por elección de una mayoría representativa (no entro a cuestionar número de votos, ni el modo en el que el sistema está constituido).

No me puedo creer que el alcalde de esta ciudad que recolectó una buena tajada de votos amparándose en la inutilidad de la medida más controvertida de la anterior regidora, el polémico Madrid Central, ahora apueste por una medida como la de fomentar líneas de autobuses municipales (las líneas 001 y 002) gratuitas y que viajen por el centro presumiendo de ser cero contaminantes… después de la batalla cruenta dada y la negación de la existencia de cambio climático provocado (o cuando menos amplificado) por los seres humanos, sumándose a lo que hace menos de un año habrían calificado de medida populista, bolivariana o similar, sin ni siquiera asumir su error que fue incluso llevado a los tribunales (afortunadamente).

No me puedo creer que el ayuntamiento de la capital de este país en el que he nacido no vaya a lanzar un mensaje institucional contra la violencia de género el 8 de marzo, el día internacional de la mujer, dando a entender su innecesaria presencia por omisión, por dejación de responsabilidad, por falta de empatía con una violencia claramente presente en la sociedad en la que habito de manera estructural, cultural y, por supuesto y evidentemente, física.

No me puedo creer que se esté llevando a juicio a alguien por decir cagarse en un ser imaginario más o menos colectivo, más allá de que hiera susceptibilidades pues las susceptibilidades de todas aquellas personas que consideramos que un dios es más o menos lo mismo que la Dulcinea del Toboso no son en absoluto tenidas en cuenta en un país que dice ser laico en uno de los artículos de su constitución (el primero, creo recordar, para más inri). Por cierto, no me puedo creer que se defienda lo que se denomina el constitucionalismo a capa y espada (o a piedras) y luego se ignore que la constitución (que constituye la base o piedra angular de nuestro sistema legal y del estado que se denomina de derecho en virtud de ella) proclama el laicismo.

Me escandaliza sentirme cerca de tantas personas cuyo pensamiento e ideología consiente que las víctimas del franquismo sigan sin representación institucional, que las mujeres sigan considerándose ya suficientemente en igualdad de derechos y protegidas como corresponde a un estado proteccionista como es el nuestro (y lo digo con orgullo) ante discriminaciones en función de su sexo, así como otros colectivos no están lo bastante protegidos de esa discriminación por otros motivos como el religioso, el étnico (vaya, la raza, para quienes aún, con incultura manifiesta, quieran seguir denominándolo así), o la afiliación política.

No me puedo creer que se normalice el hecho de infrarrepresentar los colectivos alejados de la norma hetero-patriarcal (no es una expresión que me entusiasme, pero resume bien lo que se busca por parte de sus defensores y defensoras) y sean ninguneados cuando no directa y abiertamente cuestionados en sus conductas, en sus hábitos, así como permitida toda expresión contraria a los mismos amparándose (¡manda cojones!) en la libertad de expresión.

No me puedo creer que esta sea la realidad que me toca vivir. Y no sepa ni qué hacer, más allá de expresar mi repulsa cuando no mi intolerancia abierta y sin tapujos con estas formas de comportarse la sociedad a la que llamamos democrática y que ampara este odio, este rechazo, esta intolerancia, esta cantidad de injusticias, de desigualdades no amparadas en la constitución a la que se dice desde casi cualquier posición política venerar.

Sé que hay matices. Sé que hay lugar a debate. Sé que hay modelos económicos y sociales que no son los que yo elegiría. Sé que hay sensibilidades religiosas que me resultan algo incomprensibles. Sé que hay parlamentos y en ellos corresponde parlar, como su nombre indica, gritarse, enfrentarse, dar pie a discusiones que acuerden unas posturas con las que puedo no estar de acuerdo, pero que tolero (faltaría más) y acato (no solo por imperativo legal) pues son fruto de la convivencia en un estado democrático pluripartidista.

Pero también sé que hay líneas rojas que no estoy dispuesto a aceptar franquear (en mi humilde círculo de amistades, conocidos, etc):

Si opinas que no es necesaria una ley integral de violencia de género porque consideras que las mujeres y los hombres estamos en igualdad de condiciones, y a esa ley la denominas adoctrinamiento de género, puedes estar seguro o segura de que no quiero que estés entre mis amistades. Ahorrémosnos el enojo.

Si opinas que la homosexualidad se cura, que los inmigrantes sobran, que España es una grande y libre, e incuestionable en su estructura territorial (cuestionamiento que conllevará un debate), puedes estar seguro o segura de que no quiero que estés entre mis amistades. Ahorrémosnos el enojo.

Si opinas que el franquismo fue «necesario» o, tan siquiera, «conveniente» para el buen desarrollo de España o bien que las violencias que se cometieron en nombre de Dios, la Patria y la Fe son justificables; o incluso me vale con que consideres que las víctimas de ambos bandos (uno golpista y otro democráticamente elegido, para entendernos), ya es hora de dar por zanjada la batalla y olvidarlo pues no es necesaria una recuperación de la memoria histórica que ponga en su lugar a quién fue quién en aquel periodo, puedes estar seguro o segura de que no quiero que estés entre mis amistades. Ahorrémosnos el enojo.

Ayer, casi sin pensarlo

Ayer me di cuenta
(casi sin pensarlo)
que por primera vez en mi vida
más de uno de los miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
era alguien a quien yo había votado
para que llegase a ser
miembro
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
y casi me hizo ilusión.

Estaba tan acostumbrado
a votar sabiendo que mi voto
no iba a estar representado
en los miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
que ya ni pensaba en quienes eran
las personas que pasaban a ser
miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa.

No estoy lamentándome con ello
del sistema de representación parlamentaria
que elije a los miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
ni tan siquiera protestando
por la Ley D’Hont
que dificulta la representatividad
de formaciones que no alcancen ciertos
mínimos en las elecciones
debido a la división por circunscripciones provinciales
cuando yo siempre habría defendido
(y sigo defendiendo)
la circunscripción autonómica
a pesar de infrarrepresentar
a provincias de escasa población
dentro de autonomías extensas y desequilibradas.

En alguna ocasión
ha llegado a ocurrir
que alguien a quien yo hubiese votado
ha alcanzado a gobernar
partes o fragmentos de esta nación
a la que llamamos españa
y quizá por ello había olvidado
que en ninguna de las elecciones nacionales
ninguna de las personas que yo había votado
habían llegado jamás a ser miembros
del gobierno de eta nación
a la que llamamos españa.

Así que ayer me di cuenta
(casi sin pensarlo)
que por primera vez en mi vida
más de uno de los miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
era alguien a quien yo había votado
para que llegase a ser
miembro
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
y casi
(solo casi)
me hizo ilusión.

Lástima que hayan sido necesarias nuevas elecciones

Ahora nos felicitamos del acuerdo al que han llegado Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para intentar formar un gobierno que supere los obstáculos que habrían afrontado en las pasadas elecciones del 28 de abril de este mismo año si hubiesen hecho lo que ahora hacen, pero:

¿Por qué no fue posible un acuerdo PSOE-Podemos entonces y sí lo es ahora?

No solo es achacable al desplome de Ciudadanos, que tentó al PSOE para no realizar una deriva a la izquierda, ni al auge desmedido de la ultraderecha, sino también a que parece que vamos aprendiendo a vivir en un parlamento en el que el bipartidismo ni está ni se le espera y los votantes no castigaremos a un partido que pacta para gobernar con alguien que no nos gusta, como pueda ser para quienes votaron al PSOE el entender que es viable un pacto con PODEMOS para gobernar (después de tanta carencia de gobierno, lo agradece mucha gente, parece ser), ni en PODEMOS se oyen voces de «con Sánchez no»… y ya ni siquiera se oyen esas mismas voces en el desolado local de Ciudadanos.

Hay que comprender que hay que unirse con quienes se nos parecen más o menos, para alcanzar acuerdos…

En Euskadi o en Catalunya llevan haciendo esto desde hace décadas y no les sorprende, pero en España es nuevo (desde tiempos de la Segunda República) esta forma de hacer y entender la política que habría provocado que, si Sánchez (o Iglesias) hubiesen aceptado a la primera un acuerdo, sus partidos hubiesen sufrido un varapalo de incomprensión, inaceptación o como lo queramos denominar.

Pero visto lo visto, parece que entenderse es lo que toca.

¿Seremos capaces de asumir que también hay que entenderse con una buena suerte de partidos con representación nacional de preferencia local, como son los nacionalistas?

Es imposible, sin abstenciones casi inimaginables, una legislatura tranquila sin acuerdos con partidos como ERC o JuntsXCat… Así que toca seguir aprendido lecciones de negociación, en lugar de enfrentamientos o dictaduras… que eso sí parece que lo sabemos manejar.

España va saliendo del armario

52 escaños un partido heredero directo y sin vergüenza (y sinvergüenza) de Fuerza Nueva o Falange ha logrado en las elecciones de ayer domingo.

Más de tres millones y medio de personas han votado xenofobia, machismo, totalitarismo, nacional catolicismo… amén de los votantes de las otras formaciones de derechas que defienden casi lo mismo pero con algo más de pudor en las formas.

Pero yo siempre he visto que estaban ahí, agazapados o no tanto, dependiendo del contexto, los millones de españoles que son muy mucho españoles por encima de ser personas empáticas, que estaban ahí reclamando que se dejase en paz (descansando en paz) los restos de la dictadura franquista, los que anhelan una grande y libre (para según quién), los abanderados, los amantes de los militarismos…

Y han salido al ruedo (ese que defienden, lleno de toreros) a demostrar su músculo. Sí, tienen músculo retrógrado y abusón, músculo de venas hinchadas, músculo de guerra, violencia, odio…

Han salido de ese armario en el que se metían discretamente en las conversaciones y al que hemos llamado «cuñadismo»… para reivindicarlo como opción política: la tercera opción política por número de escaños de este país de «cuñados».

Han salido de ese armario popular en el que estaban camuflados, aunque a veces no tanto y se veían bajo los bigotes de algún que otro político o política, agazapados para saltar a cazar… a gritar, a vociferar, a hacer ruido… y consiguen, aunque nos pese (¿a quiénes?) ser escuchados y obtener ni más ni menos que 52 escaños de un congreso que un día estuvo tiroteado por un tal Tejero a quienes seguro que consideran un salvador de la patria.

Sí. Tengo miedo.

Normalizar que la ultraderecha esté representada en ese congreso es peligroso, como lo fue la entrada por las urnas de Hitler en el poder…

Ahora seguimos hablando de lo que nos digan

Listado de feminicidios y otros asesinatos de mujeres cometidos por hombres en España en 2019

81 feminicidios y otros asesinatos de mujeres en lo que va de 2019.
Superaremos el centenar.

¿Dónde está la emergencia nacional?
¿Dónde están los antidisturbios en este caso?
¿Dónde está la exigencia de mano dura?
¿Dónde está la condena unánime y sin ambages?
¿Dónde están los gritos en las calles?
¿Dónde está la manifestación semanal hasta que esto termine?
¿Dónde está la dedicación masiva de prensa?
¿Dónde está el rechazo social unificado?
¿Dónde están los políticos que gritan?
¿Dónde?

Que sí, que Cataluña…

Que Cataluña
se secesiona
que Cataluña
se rebela
que Cataluña
se hace llamar Catalunya
que Cataluña
tiene Generalitat
que Cataluña
es mala
que Cataluña
es irreverente
que Cataluña
no obedece
que Cataluña
es egoísta
que Cataluña
se quiere divorciar
que Cataluña
se insurrecciona
que Cataluña
es violenta
que Cataluña
es provocadora
que Cataluña
es muy mala
que Cataluña
se empeña en hablar catalán
que Cataluña
es exclusivista
que Cataluña
es racista
que Cataluña
es clasista
que Cataluña
es fascista
que Cataluña
es mala, pero que muy mala
que Cataluña
es insolidaria
que Cataluña
es divergente
que Cataluña
es irredente
que Cataluña
es imperialista
que Cataluña
es golpista
que Cataluña
se quiere evadir
que Cataluña
no acata la constitución
que Cataluña
no acata la monarquía
que Cataluña
no acata el consenso político
que Cataluña
no acata la libertad religiosa
que Cataluña
es lo peor, sí, lo peor
que Cataluña
vulnera la libertad de prensa
que Cataluña
vulnera la libertad de movimiento
que Cataluña
vulnera la libertad de expresión
que Cataluña
convoca un referendum ilegal
que Cataluña
convoca una manifestación ilegal
que Cataluña
convoca una protesta ilegal
que Cataluña
convoca lo que sea ilegal
que Cataluña
entera es ilegal
que Cataluña
es ilegal menos los legales
que Cataluña
es España
que Cataluña
es terreno de la monarquía
que Cataluña
es de orientación cristiana
que Cataluña
es como dios manda o…
que Cataluña
es malvada
que Cataluña
es pérfida
que Cataluña
es la pesadilla de quienes no viven
en Cataluña
es la pesadilla de quienes no aman
Cataluña
es la pesadilla de quienes no desean
Cataluña independiente
es la pesadilla de quienes adoran
la libertad española
la monarquía española
la constitución española
la legistalación española
y lo español
todo lo español
que España
es legal
que España
es consticional
que España
convoca referendums
que España
es democrática
que España
es libre
que España
es una
que España
es grande
que España
es la España de todos
con la gracia de dios.

Madrid Central

Claro que quiero Madrid Central.

Yo quiero Madrid Central.

Yo quiero las medidas que aprobó el pasado gobierno de la ciudad de Madrid. Claro que sí. Por eso lo voté y lo he vuelto a hacer.

Quiero que deje de volar absurdamente un helicóptero desde primera hora de la mañana por la ciudad.
Quiero que dejen ocupar espacios de paredes comunes para la expresión ciudadana.
Quiero que se destine financiación a paliar las desigualdades económicas, a la lucha feminista, a la administración pública y que realicen sus funciones con un objetivo político y social afín al mío.

Yo sí quiero Madrid Central.

Pero por más que lo repita no puedo obviar que la mayoría de la población de esta ciudad (que amo aunque tenga granos) ha votado decidiendo que no quieren Madrid Central.

Quizá no quiero que esa gente vote lo contrario a lo que yo quiero.
Quizá no quiero que esa gente vote.

Pero sí quiero.

Ahora se hablará de plataformas ciudadanas, de expresión popular de la calle, de asambleas vecinales, de colectivos… pero la realidad es que las elecciones municipales son la expresión de la voluntad de la población… que ha votado algo que me horroriza, pero lo ha votado y me consta que sin coacción.

¿Por qué no quieren Madrid Central?

Intento entenderlo pero no puedo.

Asistiré a alguna que otra manifestación, pero la gente ha manifestado en su voto que no quieren lo que yo quiero. Quizá, incluso, que no me quieren en esta ciudad, ni las actividades que quiero realizar, ni que exista, si puede ser, un ser diferente a ellos y ellas. Estas personas han votado y tienen su derecho a ser representadas en este sistema democrático representativo.

No me gusta.

Odio que se retire Madrid Central (que siempre me pareció una medida tímida contra la tiránica imposición del vehículo privado en la ciudad) pero odio también dejar de respetar a quienes no piensan como yo, aunque esas personas no respeten a quienes no piensan como ellas. Es un poco de «otra mejilla», lo sé, pero también tiene que ver con cómo entiendo la democracia y sus reglas de convivencia.

Así que…

Yo sí quiero Madrid Central.

Y como yo otra gente en esta ciudad.

Están en su derecho de manifestarlo. (Mientras no nos quiten ese derecho)
Manifestarlo en marchas por la ciudad, en firmas en webs, en cartas al defensor del pueblo, en publicaciones en redes sociales… incluso, manifestar su disconformidad en votaciones que encuentren a su paso. Y asumir las consecuencias funestas de no saber convencer al contrario.

¿Ha ganado el PSOE?

En las elecciones de este domingo pasado parece ser que el PSOE ha ganado. Es incuestionable que ha sido la fuerza más votada y también que es la que ha obtenido el mayor número de escaños (Ley D’Hont mediante). Es incuestionable que el PP ha obtenido los peores resultados de su historia y que Unidas Podemos ha sobrevivido a una posible hecatombe. Es un hecho que C’s ha casi duplicado su presencia en las Cortes y también que ha aparecido el partido nacional-católico de VOX con un abultado número de diputados.

Pero…

Mirando el detalle de las cifras:

Más del 50% de los votos del Ayuntamiento de Madrid ha ido a parar a quienes gobiernan en Andalucía (PP-C’s-VOX)
Más del 50% de los votos de la Comunidad de Madrid ha ido a parar a quienes gobiernan en Andalucía (PP-C’s-VOX)
Más del 50% de los votos de Castilla La Mancha ha ido a parar a quienes gobiernan en Andalucía (PP-C’s-VOX)
Más del 50% de los votos de Castilla y León ha ido a parar a quienes gobiernan en Andalucía (PP-C’s-VOX)
Más del 50% de los votos de la Comunidad Aragonesa ha ido a parar a quienes gobiernan en Andalucía (PP-C’s-VOX)
Más del 50% de los votos de Extremadura ha ido a parar a quienes gobiernan en Andalucía (PP-C’s-VOX)
Más del 50% de los votos de La Rioja ha ido a parar a quienes gobiernan en Andalucía (PP-C’s-VOX)
Más del 50% de los votos de La Región de Murcia ha ido a parar a quienes gobiernan en Andalucía (PP-C’s-VOX)

El 42,82% de los votantes ha ido a parar a quienes gobiernan en Andalucía (PP-C’s-VOX) sobre un total de 75,75% lo que hace un 56,53% de los votos.

Si no hubiese sido por la fragmentación del voto por los tres partidos de derecha, el sistema de asignación de escaños por diputación provincial (la famosa Ley D’Hont) hoy la izquierda no estaría ni de cerca tan contenta como está.

8 Comunidades podrían estar gobernadas por una coalición de partidos que incluye a VOX en sus alianzas si esas cifras se mantuviesen (lo que no está en absoluto garantizado).

Quizá un dato llamativo en dirección contraria es que en Andalucía no habría obtenido más del 50% de los votos quienes ahora están gobernando allí.

Es evidente (siempre lo fue) que las comunidades «históricas» de Cataluña, País Vasco y, en cierto modo, Navarra, País Valenciano, Baleares y también Galicia, son diferentes (incluso de otro color) al resto de las comunidades autonómicas, en sus posicionamientos políticos pero también en sus reclamaciones para la formación o reformulación de la estructura del estado. Es evidente que las políticas «unionistas» no sólo no ganan adeptos en esas regiones sino que evolucionan hacia su extinción. Algo estarán haciendo mal… (algo de autocrítica por ese lado no estaría de más).

En Galicia (tradicional feudo de PP) resulta sorprendente que no llegan al 50% de los votos de quienes gobiernan en Andalucía (PP-C’s-VOX)

Por cierto, la barrita que le habían asignado a VOX en base a su representación por número de votos dista mucho de ser la que tendría y asusta (a mí me asusta) que por cada tres votantes del PSOE hay uno de ese partido. Quiero suponer que la longitud de la barra está en proporción con el número de escaños y no con el de los votantes, pero aún así… es algo tendenciosa y parece minimizar lo que, en realidad, ha sido una cosecha de electorado enorme y tremenda. Espero que se reduzca la tendencia, pero es lo que desea más de dos millones y medio de personas de este país. Algo hay que hacer con ello… Y yo no soy de ilegalizar…

Pero sobre la Ley de Partidos hoy no voy a hablar.

Esto no es una broma