Diario
Primera fotografía de la serie de poemas visuales con gafas para ver cine en tres dimensiones.
También es una de las primeras imágenes que he subido a mi perfil de Instagram que está enlazado con mi perfil de página «profesional» de FaceBook.
¿Podría también vincular mi blog a Instagram?
tinta desaparece
como sangre deleble
al filo de la navaja
goteando últimos suspiros
sobre papel adolescente
alma de silencios
grises
una lágrima ciega
en Estigia
Tomo infusión
con tarro reciclado
de rica miel.
Nos vigilan.
El disco negro
junto al cristal templado
música sorda.
Un pequeño homeNAGe (nag es su firma) a mi querida amiga Natalia Auffray, quien lleva tiempo haciendo composiciones como esta (con mucho mejor gusto) y que en una ocasión hizo una con un banco absurdo de la calle, que «la calle» acaba poniendo en «su sitio».
Tenía que ser con un libro de primero de la carrera que compartimos y de la que él ha hecho su vida y yo un recuerdo.
No suelo usar prendas de cuero no llevar bolsos cartera que cuelguen de un lateral de mi cuerpo, por no descompensarme. Pero este regalo me hizo mucha más ilusión de la prevista si es que la ilusión se puede prever.
Puede que acabe por acostumbrarme a llevar un complemento tan útil como este para cargar mis libros y cuadernos ahora que la primavera impide que utilice los enormes bolsillos de mis abrigos.
Cómo no pensar si hay una contradicción entre la solución evacuante necesaria para realizar una preparación a una colonoscopia y, al mismo tiempo, beber de agua guardada en una botella que dice «Relájate y tómate tu tiempo».
Hube de tomarme el tiempo de unas 5 horas seguidas para beber 16 sobres que había que ingerir disueltos a 15 minutos cada uno, lo que habría dado un tiempo ideal de 4 horas (16 x 1/4). No fue relajante. O sí. Quizá más de lo esperable. ¿Se lo deberé al mensaje de la botella?
Trenes sin rostro
campan por la mañana
camino a casa.
