El Juego da mucho Juego

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La enorme cantidad de espacio destinada a la definición de esta palabra da una muestra de su enorme importancia… ¿o no? Quizá el tamaño no lo es todo. 😉

El caso es que estoy preparando el material para impartir un Taller de Juegos Absurdos en la Asociación Donantes de Risas de Rivas Vaciamadrid y me he encontrado con dos textos altamente interesantes y sugerentes, que casi me dan todo el trabajo hecho.

En primer lugar, la etimología de la palabra es fabulosa y puede conectarse con variedad de cosas:

Juego: Del lat. “iocus” – “chiste, broma, juego de niños” (cf. it. “gioco”, fr. “jeu”, port. “jogo”, cat. “joc” con el mismo significado que en cast. pero también ingl. “joke” – “chiste, broma” y en cast. “jocoso” – “chistoso”), proveniente del protoitálico *jok-o (por ej. en um. “iuka – “palabras”) y finalmente del PIE *yek- “palabra, declaración”. Está relacionada además con el bretón “yezh” – “lengua”, irlandés med. “icht” – “gente” y el protogermánico *jeh-a como en al. ant. “jehan” – “declarar” y en al. mod. “beichten” – “confesar”. Ésta última sería un calco lingüístico del lat. “confiteri” – “confesar” (compuesto por “com-” – “junto” y “fateri” – “admitir”).

Mientras que “iocus” dío lugar a la palabra “juego” y sus relacionadas en las demás lenguas romances, aquella más frecuentemente utilizada con el mismo significado en latín era en realidad “l?dus”. Sin embargo ésta fue reemplazada por “iocus” en algún momento y en consecuencia no dejó casi huella en el castellano (cf. “lúdico” – “emparentado a juegos” o el juego llamado “ludo” en latinoamérica también conocido como “parchís” en España).

Fuentes: Kluger p. 104, Watkins p. 102, Vaan p. 308.

Pero no lo es menos la propia definición de la XXIII Edición del Diccionario de la Lengua Española editado recientemente por la RAE:

juego. (Del lat. iocus). 1. m. Acción y efecto de jugar. 2. m. Ejercicio recreativo sometido a reglas, y en el cual se gana o se pierde. Juego de naipes, de ajedrez, de billar, de pelota. 3. m. Cada uno de los que se juegan con naipes, y se distinguen por nombres especiales; p. ej., la brisca, el solo, el tresillo, etc. 4. m. juego de azar. 5. m. En los juegos de naipes, conjunto de cartas que se reparten a cada jugador. 6. m. En el juego del mus, cuarto lance de la partida, que solo se lleva a cabo cuando el valor de las cartas de al menos un jugador alcanza 31 o más tantos. 7. m. Disposición con que están unidas dos cosas, de suerte que sin separarse puedan tener movimiento relativo; como las articulaciones, los goznes, etc. 8. m. Ese mismo movimiento. 9. m. holgura (? espacio entre dos piezas). 10. m. Determinado número de cosas relacionadas entre sí y que sirven al mismo fin. Juego de hebillas, de botones, de café. 11. m. En los carruajes de cuatro ruedas, cada una de las dos armazones, compuestas de un par de aquellas, su eje y demás piezas que le corresponden. 12. m. Visos y cambiantes que resultan de la mezcla o disposición particular de algunas cosas. Juego de aguas, de colores, de luces. 13. m. Casa o sitio en donde se juega a lo que se expresa. Se reunieron en el juego DE pelota. 14. m. Habilidad o astucia para conseguir algo. 15. m. Dep. En el tenis y otros deportes, división de un set. 16. m. pl. Fiestas y espectáculos públicos que se usaban en lo antiguo. ~ a largo. 1. m. juego de pelota cuando esta se dirige de persona a persona. ~ carteado. 1. m. Cada uno de los de naipes que no es de envite. ~ de alfileres. 1. m. juego de niños que consiste en empujar cada jugador con la uña del dedo pulgar, sobre cualquier superficie plana, un alfiler que le pertenece, para formar cruz con otro alfiler, que hace suyo si logra formarla. ~ de azar. 1. m. juego cuyo resultado no depende de la habilidad o destreza de los jugadores, sino exclusivamente de la suerte; p. ej., la lotería. ~ de billar. 1. m. billar. ~ de cartas. 1. m. Cada uno de los que se juegan con cartas, y se distinguen por nombres especiales; p. ej., la brisca, el solo, el tresillo, etc. ~ de compadres. 1. m. coloq. Modo de proceder dos o más personas que aspiran al logro de un fin, estando de acuerdo y aparentando lo contrario. ~ de cubiletes. 1. m. coloq. p. us. Destreza o artificio con que se trata de engañar a alguien haciéndole creer lo que no es verdad. ~ de damas. 1. m. damas (? juego que se ejecuta en un tablero de 64 escaques). ~ de envite. 1. m. Cada uno de aquellos en que se apuesta dinero sobre un lance determinado. ~ de ingenio. 1. m. juego en que por diversión o pasatiempo se trata de resolver una cuestión propuesta en términos sujetos a ciertas reglas; p. ej., las charadas, las quincenas, los logogrifos, los ovillejos y los acertijos de todo género. ~ de la campana. 1. m. juego infantil en que dos niños, dándose la espalda y enlazándose por los brazos, se suspenden alternativamente imitando el volteo de las campanas. ~ del hombre. 1. m. hombre (? juego de naipes). ~ del oráculo. 1. m. Diversión que consiste en dirigir preguntas en verso varias personas a una sola, y en dar esta respuestas en el mismo metro de las preguntas. ~ de los cantillos. 1. m. juego que juegan los niños con cinco piedras pequeñas haciendo con ellas diversas combinaciones y lanzándolas a lo alto para recogerlas en el aire al caer. ~ de manos. 1. m. Acción de darse palmadas unas personas a otras por diversión o afecto. 2. m. juego de agilidad que practican los prestidigitadores para engañar a los espectadores con varios géneros de entretenimientos. 3. m. Acción ruin por la cual se hace desaparecer en poco tiempo una cosa que se tenía a la vista. ~ de niños. 1. m. Modo de proceder sin consecuencia ni formalidad. 2. m. Acción o cosa que no ofrece ninguna dificultad. ~ de palabras. 1. m. Artificio que consiste en usar palabras, por donaire o alarde de ingenio, en sentido equívoco o en varias de sus acepciones, o en emplear dos o más que solo se diferencian en alguna o algunas de sus letras. ~ de pasa pasa. 1. m. juego de manos (? de los prestidigitadores). ~ de pelota. 1. m. juego entre dos o más personas consistente en lanzar contra una pared, con la mano, con pala o con cesta, una pelota que, al rebotar, debe ser relanzada por un jugador del equipo contrario. ~ de prendas. 1. m. Diversión consistente en decir o hacer los concurrentes algo, y paga prenda quien no lo dice o hace bien. ~ de rol. 1. m. juego en que los participantes actúan como personajes de una aventura de carácter histórico, misterioso o fantástico, afrontando incluso situaciones de riesgo. ~ de sociedad. 1. m. juego que se realiza en reuniones sociales. ~ de suerte. 1. m. juego de azar. ~ de tira y afloja. 1. m. juego de prendas que consiste en asir cada uno de los que lo juegan la punta de sendas cintas o pañuelos, que a su vez coge por el extremo opuesto la persona que dirige el juego, y cuando esta manda aflojar deben tirar los demás, o al contrario, y pierde prenda quien yerra. ~ de trucos. 1. m. trucos (? juego de destreza y habilidad que se ejecuta sobre una mesa). ~ de vocablos, o ~ de voces. 1. m. juego de palabras. ~ público. 1. m. juego que se lleva a cabo con tolerancia o autorización legal de la autoridad. 2. m. Casa o local donde se lleva a efecto ese juego. ~s florales. 1. m. pl. Certamen poético solemne en el que, a modo de los trovadores medievales, se premia al vencedor con una flor natural. ~s malabares. 1. m. pl. Ejercicios de agilidad y destreza que se practican generalmente como espectáculo, manteniendo diversos objetos en equilibrio inestable, lanzándolos a lo alto y recogiéndolos, etc. 2. m. pl. Combinaciones artificiosas de conceptos con que se pretende deslumbrar al público. ~s olímpicos. 1. m. pl. Competición deportiva mundial de juegos de verano y de invierno que se celebra cada cuatro años en un lugar previamente determinado. ORTOGR. Escr. t. con mays. iniciales. abrir ~, o el ~. 1. locs. verbs. Empezarlo. 2. locs. verbs. En el fútbol y otros juegos deportivos, lanzar la pelota desde un lugar donde hay gran acumulación de jugadores de ambos equipos, hacia un compañero desmarcado en la banda contraria del campo, para que pueda jugarla sin estorbos. acudir el ~ a alguien. 1. loc. verb. dar bien el juego. a ~ con. 1. loc. prepos. En proporción y correspondencia, en armonía. Por fin puso las cortinas a juego con las paredes. cerrar el ~. 1. loc. verb. En el del dominó, hacer una jugada que impida continuarlo. conocerle a alguien el ~. 1. loc. verb. Penetrar su intención. crear ~ un jugador de fútbol u otro juego deportivo. 1. loc. verb. Proporcionar a sus compañeros continuadas oportunidades de atacar y conseguir tantos. dar bien el ~. 1. loc. verb. Tener favorable la suerte. dar ~. 1. loc. verb. Favorecer o ser beneficioso o útil para algo. 2. loc. verb. Servir para muchas cosas. dar mal el ~. 1. loc. verb. Tener contraria la suerte. despintársele a alguien el ~. 1. loc. verb. Engañarse por estar la pinta equivocada, tomando un palo por otro. en ~. 1. loc. adv. En un intento. Están, andan en juego poderosas influencias. Ponen en juego todos sus medios. 2. loc. adv. En peligro. Está en juego tu reputación. fuera de ~. 1. loc. sust. m. En el fútbol y otros juegos, posición antirreglamentaria en que se encuentra un jugador, y que se sanciona con falta contra el equipo al cual pertenece dicho jugador. hacer ~. 1. loc. verb. Mantenerlo o perseverar en él. 2. loc. verb. Dicho del jugador a quien le toca: Decir las calidades que tiene; como la de entrada, paso, etc. 3. loc. verb. Dicho de una cosa: Convenir o corresponderse con otra en orden, proporción y simetría. hacerle a alguien el ~. 1. loc. verb. Obrar de modo que le aproveche a él, involuntaria o inadvertidamente por lo general. ~ fuera. 1. expr. U. en algunos juegos de envite cuando se envida todo lo que falta para acabar el juego. meter en ~ a alguien. 1. loc. verb. Excitarle con viveza para que ejecute algo, especialmente como diversión. no dejar entrar en ~. 1. loc. verb. coloq. no dejar meter baza. por ~. 1. loc. adv. Por burla, de chanza. verle a alguien el ~. 1. loc. verb. conocerle el juego.
V. casa de juego marcha del juego tabla de juego

Palimpsesto contemporáneo

Encontrado en la basura, como quien dice, he hallado este palimpsesto del siglo XXI D.C. Es un descubrimiento que alienta la idea peregrina de que el papel se está agotando hasta el punto de que se reutilizan hasta los píxeles, para no desperdiciar un texto original, sobreescribiendo encima (como corresponde) otro texto igualmente original…

ejemplo de palimpsesto contemporáneo

Dice la RAE: palimpsesto. (Del lat. palimpsestus, y este del gr. παλίμψηστος). 1. m. Manuscrito antiguo que conserva huellas de una escritura anterior borrada artificialmente. 2. m. Tablilla antigua en que se podía borrar lo escrito para volver a escribir.

Escritorio – Mente

desktopcaotico

Cuando me encuentro escritorios de trabajo como este, lo que es bastante frecuente, dicho sea de paso, me pregunto si la persona que lo tiene no sería más feliz y más eficiente con un escritorio como el mío, que apenas tiene un icono sobre él.

Luego me paro a pensar que no todos tenemos las mismas estructuras mentales y lo que a alguien le puede servir, a otra persona le puede resultar infernal. Esto es exactamente lo que me ocurre con estos escritorios que yo considero directamente demenciales, pero que no lo son: sencillamente, son reflejos de maneras de ser, de maneras de pensar… y no todos tenemos las mismas
no todos tenemos las mismas maneras de pensar
no todos tenemos las mismas maneras
no todos tenemos las mismas
no todos tenemos
no todos
no.

Captura de pantalla de 2015-09-09 10:43:09

Ahí va el mío de ahora mismo, con unos cuantos iconos en la parte inferior derecha con las cosas que tengo pendientes de resolver. Me inquieta tanto tenerlas en la pantalla que estoy deseando hacer lo que sea menester para que desaparezcan. Un icono en la inferior izquierda con un acceso directo a una máquina virtual W7 y ya.

Y tengo fondo de pantalla no personal, pero es que es bastante «mío», pues me siento identificado con esa nocturnidad y alevosía, amén del extremo urbanismo civilizado. Habitualmente, en muchos ordenadores con bajos recursos, lo primero que hago es deshacerme de la nostalgia de una imagen de fondo de pantalla y recurro al negro completo: ¡es tan bello el negro liso! (por si alguien aún no lo ha notado, el fondo de mi página web es…)

Un tipo no ayuda

Un tipo no ayuda a buscar una dirección a una chica porque no va a poder tirársela. Damas Club. Las piedras son tan falsas como el amor que venden.

Centenares de coches se hacinan unos sobre otros con miedo.

Pienso en el puto dinero y en cómo obtenerlo 10 veces al día. Nadie se da cuenta de que nos llevan como corderos hasta para cruzar la calle.

Te diría algo, por ser lo más bonito que he visto en media hora, pero te asustaría.

Construyen y construyen viviendas que se destruyen porque no están habitadas.

A veces, el mejor viaje es permanecer inmóvil.

Un hombre sentado en el pescante de un camión va recogiendo cartones.

Trozos de marcas rojas y blancas, cintas de plástico atadas como colgajos a rejas que impiden entrar a robar desperdicios de desguaces. La tinta, pintura, entre los adoquines, parece pis.

Botellas en cajas en el suelo. Charcos. Publicidad en los charcos y en el suelo.

Un tipo ríe como un gallo pero lo de los gallos no es risa.

Ambulancias, a todas horas bajan y suben la avenida dejando, tras su rastro de luces, gente bajo la helada, durmiendo en cajas.

(Burguer)
Son como cerdos
comiendo cerdos

Los peces en el escaparate nunca estuvieron vivos.

Y el camarero del restaurante sale escamado para saber qué hago: la escritura es sospechosa.

Creen amarse
hoy.

Puertas y puertas de locales vacíos. Una escalera de incendios.

No nos entendemos y en las miradas sentimos desconfianza. Los bancos, como las putas, siempre que pueden ocupan las esquinas.

Un hombre se saca los mocos.

Guirigai delante de la furgoneta de la policía.

Es inevitable
llorar.
Es inevitable
reír.
Beber cerveza.
Comer patatas fritas aprovechando que los demás escriben y pensar que me follaría a alguien
y luego sé
que no lo haría.

Humor Negro

humor negro

Ahora que está de moda el humor negro, o criticar el humor, o tener que tener cuidado con el humor negro, me ha encantado encontrarme esta tontería en una cajetilla de tabaco.

Contrariamente a lo que pueda parecer, es oficial el cartel, no se trata de ninguna modificación ingeniosa. Pero sí que es ingenioso: una impecable utilización del lenguaje visual o la semiótica de la imagen. Casi innecesariamente acompañado el mensaje de un texto redundante. Pero de nuevo, el texto, haciendo referencia a lo sanguíneo, también toma nota de lo visual trastocándose en rojo.

Una preciosidad al alcance de la mano. Sin segundas lecturas. 😉

Muy recomendable encontrar estas cajetillas y guardarlas. Seguro que algún día su imagen valdrá dinero. Por ejemplo.

Llega ella, la nueva Botella

cocacola

No pude por menos que leer en clave de nombre propio (o apellido) lo que decía el anuncio. Y me da por pensar que es un cambio muy coincidente con un cambio de alcaldesa en Madrid.

¿Quiero entender que se refieren a Manuela Carmena como la nueva Botella?

Soy muy mal pensado y seguro que eta publicidad es mucho más importante (en tamaño) a lo que ocurra en la alcaldía de la villa y corte… pero no he podido evitar pensar si hay algún tejemaneje malintencionado subterráneo.

La publicidad da tanto juego

El cielo

es azul
pero la explicación
siempre me resultó
soberanamente
desconcertante

pensando que podía haber sido
rosa
y que
dice el chiste que sería ridículo
aunque eso no lo entiendo

el cielo
me sostiene
cuando camino patas arriba
como hoy
que el tiempo me posee

el cielo
me obnubila
cuando el añieblo
quiebra el silencio

el cielo
el cielo
el cielo
y su secreto azul
ming
cae por mi ventana
inundando
o innundando
el olvido

El secreto del color azul del cielo esta relacionado con la composición de la luz solar -integrada por los distintos colores del arco iris- y con la humedad de la atmósfera. (El Sol es quien se encarga de procurar al aire su humedad. Con su calor, hace que parte del agua de la superficie terrestre se evapore. En corriente invisible pero incesante, la humedad se dirige hacia el cielo desde los océanos, mares, lagos y ríos; desde el suelo, las plantas y los cuerpos de los animales y del hombre). […]

El color del cielo, debería ser violeta por ser ésta la longitud de onda más corta, pero no lo es, por dos razones fundamentalmente: porque la luz solar contiene más luz azul que violeta y porque el ojo humano (que en definitiva es el que capta las imágenes -aunque el cerebro las interprete-), es más sensible a la luz azul que a la violeta. El color azul del cielo se debe por tanto a la mayor difusión de las ondas cortas.

Esto no es una broma