Empatizar no la reconoce mi diccionario

En la entrada de ayer, hablaba sobre empatizar y me sorprendió que mi diccionario no la reconociese, ese que usa el sistema operativo para saber qué palabras están definidas o aceptadas y cuales no. No es riguroso y no pretende serlo, pero que no incluya una palabra como esta es poco empático… y algo antipático.

Pero peor aún resulta las que sugiere como alternativas:

Así que poco más que añadir, salvo que la incluí ese mismo día para no ir por ahí sin esa palabra en mi vocabulario. 😉

75% de despojos

de repente un día mueres

deja un 75% de despojos.

tres primeras sílabas
para decir lo obvio:
de la vida a la muerte
hay
un salto cuántico
un salto cualitativo
un salto irreversible

no puede ser de otro modo
tal como están definidas ambas palabras
en ese lenguaje
de lógica bivalente
tan binario
que garantiza principio del tercero excluso
tertium non datur

tres primeras sílabas
ejercitando oulipianamente
su apego a la única vocal
que Perec secuestra

tres segundas sílabas
que no lo parecen
por aquella sinalefa que ha sido ignorada
por aquel hiato que rompe el diptongo
por la preponderancia de vocales diferentes
que alcanza el 60%
de tan sólo (con tilde) cinco letras

tres segundas sílabas
que sitúan en el tiempo
absolutamente indefinido (en cuanto a cuándo
(¿qué día?)
absolutamente indefinido (en cuanto a cuánto
(¿día sidéreo o día solar?)

un suceso
que podemos calificar con once letras como
un suceso inacabable
un suceso inagotable
un suceso inapagable
un suceso inapelable
un suceso inatacable
un suceso inatajable
un suceso incachable
un suceso incalmable
un suceso incansable
un suceso incansable
un suceso incantable
un suceso incobrable
un suceso incontable
un suceso inculpable
un suceso indeseable
un suceso inevitable
un suceso inexorable
un suceso inexpiable
un suceso infaltable
un suceso inflamable
un suceso inglosable
un suceso ingustable
un suceso inhallable
un suceso inimitable
un suceso injertable
un suceso inllevable
un suceso inmancable
un suceso inoperable
un suceso inopinable
un suceso inoxidable
un suceso insaciable
un suceso insalvable
un suceso insociable
un suceso insoldable
un suceso insondable
un suceso intachable
un suceso integrable
un suceso intragable
un suceso intratable
un suceso intricable
un suceso inubicable
un suceso invadeable
un suceso invaluable
un suceso invariable
un suceso inviolable
un suceso inyectable

 
hasta que llegas al mismo
término
a esa segunda persona
que te asusta
porque asusta a otro
que somos yo

esas dos llanas sílabas
de las ocho iniciales
que son el despojo
que no son el despojo
que son la enjundia
el non plus ultra
el meollo de la frase
lo verdaderamente importante
y a lo que no quieres llegar
por lo que te amparas en otras seis
previas unidades silábicas
que te conducen
inexorablemente
al fin

No sé juntar palabras

sé unir palabras
sé yuxtaponer palabras
sé unificar palabras
sé vincular palabras
sé relacionar palabras
sé anexar palabras
sé reunir palabras
sé aunar palabras
sé acoplar palabras
sé enlazar palabras
sé trabar palabras
sé atar (mal) palabras
sé machihembrar palabras
sé ensamblar palabras
sé amalgamar palabras
sé combinar palabras
sé compilar palabras
sé acopiar palabras
sé aglomerar palabras
sé conglomerar palabras
sé amontonar palabras
sé almacenar palabras
sé congregar palabras
sé concitar palabras
sé entornar palabras
sé acercar (íntimamente) palabras
sé arrimar palabras
sé aproximar palabras
sé aliar palabras
sé conectar palabras
sé fundir y confundir palabras
sé unificar palabras
sé maridar (sin vino) palabras
sé ligar palabras
sé mezclar palabras
sé agregar (unas a otras) palabras
sé añadir (unas a otras) palabras
sé sumar palabras
sé incorporar palabras
sé federar y confederar palabras
sé copular palabras
sé casar palabras
sé marcar palabras
sé ser silencio

sin palabras

Nosotros, tras

En el diccionario de la RAE, el que también se denomina DLE, resulta que están haciendo algunos cambios que creen que resultan más «inclusivos» o que dejan de privilegiar en exclusiva al género masculino gramatical, pero los que están haciendo apenas se notan, salvo en problemáticas como la que me está haciendo repasar errores que no son tales, sino entradas que no se encuentran porque se han decidido migrar a sus correspondientes «femeninas».

Así, por ejemplo, «nosotros» no se encuentra en la URL del diccionario de la RAE sino como una de las formas de «nosotras», que sí se encuentra.

https://dle.rae.es/nosotras?m=form

Pero lo absurdo es que, queriendo haber sido más precisos, no hagan de una vez el cambio que desde el punto de vista de diccionario sí que correspondería hacer, es decir, que la definición sea la de la palabra «nosotras, tros» y no «nosotros, tras», amén de ubicarla en su posición correspondiente acorde a esa modificación.

Por otro lado, no alcanzo a entender porqué el criterio de AS/OS no se impone a lo largo de todo el DLE y así, abitrariamente, podemos encontrar que otras palabras privilegian la forma masculina también en la construcción de la URL.

Por ejemplo, «nubio, bia», está en el género gramatical masculino en la URL sin ningún atisbo de irse a cambiar: https://dle.rae.es/nubio
mientras «nubia» es una forma de «nubio»…

O incluso «nuestro», que aún está más cerca de ese «nosotros», no ha de cambiar su URL https://dle.rae.es/nuestro a https://dle.rae.es/nuestra por ninguna razón, parece ser.

Postureo, postureo… y poco más.

Cero enjundia.

Marujo o Maruja

Sigo repasando los errores que cometí durante la transcripción de las palabras del diccionario, lo que ha de hacerse error a error a lo largo de las más de 1000 palabras que no fueron detectadas por el programa que hice para descargar de la web de la RAE las definiciones.

Muchas de ellas simplemente no es que sean errores, sino cambios en el criterio de archivo online, así, por ejemplo, «LOS» ahora es «LAS» y no la encuentra (mi programita), pero está en el diccionario y no es ningún error.

Tampoco lo era maruja que hasta la XXIII edición no contemplaba el masculino y que, sin embargo, en esta XXIV edición (que es contra la que estoy revisando esa lista de palabras que yo tecleé a partir del diccionario en papel conteniendo la vigésimo tercera) aparece bajo «marujo«, aunque la definición en poco o nada ha cambiado y sigue siendo una de esas palabras que demuestran que el machismo está impregnado en lo más hondo que tenemos, que es el lenguaje:

marujo, ja Hipocorístico del n. p. María.

1. f. despect. coloq. Esp. Mujer que se dedica solo a las tareas domésticas y a la que suele asociarse a ciertos tópicos como el chismorreo, la dependencia excesiva de la televisión, etc. U. t. c. adj.

2. m. irón. coloq. Esp. Hombre que actúa como una maruja (? mujer que se dedica solo a las tareas del hogar). U. t. c. adj.

3. m. y f. despect. coloq. Esp. Persona chismosa. U. m. c. adj.

4. adj. despect. coloq. Esp. Propio o característico de las marujas o de los marujos.

No hay por dónde arreglar esto en el diccionario y que hayan cambiado de «maruja» a «marujo» la entrada correspondiente no es algo que considere ni mínimamente inclusivo.

Otras palabras en esta pequeña aventura de definiciones poco simétricas desde el punto de vista del género son:

manijero. Tb. manigero.

Del fr. ant. maisnagier.

1. m. Capataz de una cuadrilla de trabajadores del campo.

2. m. Hombre encargado de contratar obreros para ciertas faenas del campo.

De esto, obviamente, no se encarga una mujer, así que no es necesaria manijera.

O la poco usada:

lembario. De lembo.

1. m. Soldado que combatía a bordo de los bajeles.

No existían ni podían existir lembarias, parece ser.

Albendera ha dejado de existir

Estoy repasando los más de 1000 errores tipográficos que cometí durante la transcripción del diccionario de la RAE para el proyecto del diccionario personal de Isidoro Valcárcel Medina, pero me encuentro con que, además de los errores mencionados, ha habido desde entonces a hoy algunos cambios en la versión del DLE, como por ejemplo el de esta palabra que en la anterior edición (la vigésimo tercera), no existía con género masculino en ninguna de las acepciones, siendo así que «albandera» ha dejado de existir independientemente, para ser «albandero, ra», lo que no deja de ser un raro signo de error de ordenación alfabética, pues debiera ser «albandera, ro» y no tanto por una cuestión de visibilización, sino por el hecho de que en igualdad de condiciones, el diccionario se organiza tan sólo por orden frío y calculado de orden de letras… pero no parece ser el caso.

albendero, ra
1. m. y f. Persona que tejía o hacía albendas. 2. f. p. us. Mujer callejera y ociosa.

Por cierto, si un hombre es callejero y ocioso no tiene acepción que lo contemple.

Esto forma parte del proyecto para capturar todas aquellas palabras que contengan la expresión «mujer que» u «hombre que», como cocinillas, que anteriormente (en pasadas ediciones) era «hombre que se mete a cosas que no le corresponden», básicamente.

Cierto desconcierto

abierto, ta/ acierto/ aliabierto, ta/ boquiabierto, ta/ cierto, ta/ concierto/ corniabierto, ta/ cubierto/ desacierto/ desconcierto/ descubierto, ta/ desierto, ta/ despierto, ta/ dispierto, ta/ encubierto, ta/ entreabierto/ incierto, ta/ macroconcierto/ maniabierto, ta/ patiabierto, ta/ perniabierto, ta/ piernabierto, ta/ reabierto, ta/ recubierto, ta/ redescubierto, ta/ semiabierto, ta

El otro día en un taller de poesía alguien usó la palabra «descubierto» y me quedé con ganas de pasarle las palabras en el DLE que terminasen en «bierto», pero eran realmente pocas, así que me decidí por una búsqueda de aquellas que terminan en «ierto» que son unas pocas más: 26.

Ahí están.

Esto no es una broma