El claxon

Suena el claxon a lo lejos
ahora unos chavales protestando
por el cambio climático
que se han congregado
vía las redes sociales
y un uso intensivo de dispositivos
de telecomunicaciones.

Suena el claxon a lo lejos
y siento que la vida pasa
fuera de la ventana
detrás de la que me parapeto
para escribir una ración de necedades
semanal
y contribuir
al cambio climático
con la mera existencia inevitable.

Suena el claxon
a lo lejos.

Un «micro» aire acondicionado

Una muestra de cómo enfriar el aire con medios más que precarios:

Tomar dos botellas de plástico, llenarlas de agua, meterlas en un congelador (que por supuesto gasta energía en enfriarlas, así que no pensemos que no consumimos nada).

Cuando se vaya a usar, poner un plato o contenedor para que el agua de condensación que se formará en torno a las botellas congeladas tenga donde gotear. Poner las botellas delante de un ventilador que al ir moviendo el aire en esa dirección se irá enfriando (sin lograr temperaturas verdaderamente bajas)

Lo estuve usando la última semana de junio y algo incidía en hacer soportable mi estancia en mi lugar de trabajo, sin tener que recurrir a un sofisticado aparatito con instalación incluida.

No es una maravilla, pero es una maravilla. ¿Se entiende?

Humo negro

neumáticos ardiendo
en el infierno
es el infierno

neumáticos neumónicos
que arden sin tregua
en la fragua
que se fraguó
años ha

neumáticos imposibles
con alma de chancla
con cuerpo de muerte
con beso de hiel
con labios de plomo
con sueños de olvido
con ansias de masa
con vientos de popa
con humos inhumos

neumáticos sordos
a las regulaciones
a las voluntades
a la entropía
a la felicidad

neumáticos sin otro fin
que el de arder
para ocultar
mutando
su origen
verdaderamente
negro
arraigado en el corazón ansioso de una liberalización mercantil que propone como sostenimiento el insostenible crecimiento egoísta y con alguna que otra consecuencia en forma de humo
negro
muy negro
muy
muy negro

Esto no es una broma