Femenino y conservador

No sé si la pregunta que se hace esta ciudadana virtual es cierta, pero en caso de serlo, que pudiera ser, una respuesta podría ser de perfil antropológico.

¿»los partidos más progresistas y profeministas tienen mayor porcentaje de voto masculino que femenino, y la derecha conservadora mayor porcentaje de voto femenino que el resto»?

Hay teorías que dicen que las mujeres tienden al conservadurismo por cierto «instinto» maternal de protección que ven en estas tendencias mayor estabilidad lo que les es preciso para garantizar la estabilidad del entorno asociada a la seguridad para la supervivencia de la especie.

Es una teoría, no digo que deba ser así, pero lo que más me inquieta no es tanto si esta otra teoría es o no acertada, sino el hecho de que me dé verdadero pánico expresar esta posible explicación ante la segura acusación de machista y heteropatriarcal dominante. Así que me limito al silencio de mi propio blog (que no acepta opiniones).

En resumidas cuentas, no argumento, no opino, me callo, me silencio… y sigo mi vida sin mayor problema que el de tener la impresión de que en un ámbito u otro, la libertad va desfalleciendo por las aceras.

Unos minutos atrás había visto otra imagen de esas «con mensaje» presumiblemente defensora de los heterosexuales en alusión al aluvión de comentarios relacionados con el autobús de la discordia, que era claramente discriminatoria, pero tampoco quise comentar nada. Estas redes sociales muestran la sociedad tal cual es… y esta sociedad es definitivamente censora.

Falta de respeto

Iba en el autobús.

Dos filas más atrás
un hombre veía algún vídeo en su smartphone
sin tener en cuenta el ruido que hacía
obligando a escuchar su entretenimiento
a quienes íbamos en silencio
en el autobús.

Pensé
¡Qué falta de respeto!
¡Qué atropello a la razón!
¡Qué escasez de cultura cívica!
¡Qué mala educación!

Me detuve a mirar alrededor
después de que ese tipejo
hubiese encendido su dispositivo
y vi al resto de los que íbamos en silencio
en el autobús.

Pensé
¡Qué cantidad de buena gente!
¡Qué pocos problemas de convivencia!
¡Qué respeto a la compartición del espacio!
¡Qué buena educación!

No eran incompatibles
ambos pensamientos
simultáneos.

Oliver Cromwell y la Infanta

El 4 de enero de 1649, los Comunes aprobaron una ordenanza para establecer un Tribunal Superior de Justicia para juzgar a Carlos I por alta traición en nombre del pueblo de Inglaterra. Los lores la rechazaron y como no recibió el Consentimiento real, Carlos solicitó se le explicara al comienzo de su juicio el 20 de enero en Westminster Hall «¿En función de que autoridad es que yo he sido traído aquí? ¿En función de que autoridad, quiero decir de que autoridad con peso legal?«, para lo cual no existía una respuesta legal de peso según los estatutos constitucionales de esa época.

Por lo menos, no se amparó en un vergonzoso: yo no sabía lo que hacía.

Afortunadamente, a Carlos I le cayó el peso de la ley en la garganta.

Pero era en la Inglaterra de los 3 Reinos, allá en el lejano siglo XVII. En el siglo XXI los reyes han aprendido a quitarse de en medio los problemas que podían llevarles a terminar así. Pero no sus privilegios. A esa astucia se le llama Monarquía Constitucional.

El arte de amar. Erich Fromm

¿Es el amor un arte? En tal caso, requiere conocimiento y esfuerzo. ¿O es el amor una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno «tropieza» si tiene suerte? Este libro se basa en la primera premisa, si bien es indudable que la mayoría de la gente de hoy cree en la segunda.

Fromm, Erich – El arte de amar

Me parece que debería ser de obligada lectura en la adolescencia. Hacer exámenes y superar tests hasta que se consiga amar correctamente.

Y diferenciar amor de otras cosas como la posesión, sin ir más lejos.

Abunda el fascismo, dicen

He copiado este comentario en una red social porque me resulta sintomático de lo mal que se piensa:

Por temas profesionales he estado unos días encerrada en Twitter y secciones de comentarios de los periódicos y he alucinado. Toneladas de odio y de basura, gentuza diciendo a otro que deberían ir a fosas comunes en las carreteras con sus abuelos, insultos por creencias políticas, religiosas o sexuales. Sobre todo, abunda el fascista que no sabe que lo es, que odia a cualquier modesto socialdemócrata, a las mujeres, a todo lo que no sea fascismo… No comprendo por qué les dejan votar. Incluso no comprendo por qué no se le envía a vivir a un sitio perdido en África.

¿No se da cuenta de que la conclusión es exactamente aquello que recrimina?

Patético, pero sin lógica no puede haber avance social.

Por supuesto, no he contestado en la red social, pues es lugar para indignación fácil, para emoción irreflexiva, para populismos de diversos pelajes, para simplificaciones al máximo, para estupideces, en fin, como esta.

Todo por la Facebook

De la serie Publicidad en Cubierta


Ha sido difícil encontrar una imagen de un cuartel de la guardia civil de buena resolución. Asumo que por motivos de seguridad, están en la mayor parte de los casos ocultos de google y demás buscadores de imágenes. Por momentos tuve miedo de que pudieran ver (ellos…) que estaba realizando estas búsquedas y se plantasen a mi puerta con armas y agresividad acusándome de presunto terrorista. Tener miedo de las fuerzas de seguridad del estado no es un buen síntoma… ¿mío o del estado?

Por cierto, búscandolas, me encontré con esta divertida imagen que no he compuesto yo:

Contenedores de plástico

El otro día en la charcutería
al pedir unas cuantas lonchas de lacón
me las envasaron en un contenedor de plástico
que pesaba casi tanto como las lonchas de lacón.

Al pedir unas cuantas lonchas de chorizo
me las fueron a envasar en un contenedor de plástico
que pesaba casi tanto como las lonchas de chorizo.

Comenté al charcutero que se gasta mucho
en contenedores de plástico
que pesan casi lo mismo que su contenido
y me miró desaprobando mi triste comentario.

Me dijo que así se conservaban mejor y que lo hacía
por los clientes.
No quise contrariarle
ni hablarle de lo que significa pensamiento a largo plazo
así que le pregunté
si el chorizo no aguantaba un poco más que el lacón
sin necesidad de utilizar otro contenedor de plástico
que pesaba casi tanto como las lonchas de chorizo
y me dijo que por él me lo daba en papel de estraza
y le dije que por mí me lo diera en papel de estraza
así que el chorizo me lo dio en papel de estraza
que pesaba mucho menos que las lonchas de chorizo.

Cuando al cabo de tres días en el frigorífico
terminé las lonchas de lacón
que había envasado en un contenedor de plástico
que pesaba casi tanto como las lonchas de lacón
reutilicé ese contenedor para contener
las lonchas de chorizo
que había envuelto en papel de estraza
que pesaba mucho menos que las lonchas de chorizo.

Hoy encuentro que las nueces
estaban envasadas en un contenedor de plástico
que pesaba casi tanto como las nueces
y las magdalenas
estaban envueltas de dos en dos en bolsas de plástico
que pesan casi tanto como las magdalenas
y no doy abasto
a reutilizar
tanto plástico bienintencionado
por más que envuelva restos de fruta
por más que envuelva restos de té
por más que envuelva restos de huesos
por más que envuelva restos de servilletas
y acabo tirándolo
sin pensar en su posible reciclaje
pues las dos otras erres
son desatendidas tan salvajemente
que me parece hasta ridículo (otra erre).

Yo era un niño rarito

No me gustaban las peleas, aborrecía competir físicamente en aras de una demostración de algo que nunca tuve necesidad de reivindicar.

No quería ser el más valiente.
No quería ser el más fuerte.
No quería ser el más bruto.

Quería ser el más afable.
Quería ser el más inteligente.
Quería ser el más culto.

Era un niño rarito.

Cuando tuve 12 años aproximadamente
estaba en el Colegio San Andrés
de Colmenar Viejo
cursando lo que entonces se llamaba
EGB
Educación General Básica
y en el sexto curso
recuerdo juntarme con dos chavales
mayores
creo que uno de ellos cuyo nombre no recuerdo
estaba en octavo y además era un terrible repetidor.

Nos asentábamos en las rocas que hacían las veces
de trono
en la parte superior del montículo que
hacía las veces de patio
durante el tiempo denominado recreo.

Desde aquella improvisada atalaya
me dedicaba a ver dónde se producían alborotos
que eran indicios de que una pelea
siempre entre dos chicos
había dado comienzo.

Alrededor se arremolinaba un grupo de animadores
de ambos sexos
que voceaban dale, dale
o si aquello aún no había empezado
pelea
pelea.

Era el momento:
salíamos corriendo
hasta el centro de aquellos corrillos
y me interponía.
Siempre me interponía
y les solicitaba que se abrazasen.
Si ellos no querían hacerlo
(nunca querían)
les abrazaba yo.

Me sentía protegido por aquellos
dos chavales
bastante primitivos
que hacían las veces de mis guardaespaldas
improvisados.
No comprendo qué obtenían ellos a cambio
aunque quizá aspiraban a ser mirados
de otra manera a como lo eran habitualmente.

Pocas veces logré un puñetazo.
Las más de las veces
insultos de la enfervorecida masa
de agitadores
y la animadversión
de los contendientes
aunque creo que en su fuero interno
agradecían poder dejar de lado aquella lucha vana
que las más de las veces se saldaba con sangre
sudor y lágrimas
amén de alguna reprimenda si eran sorprendidos
por las autoridades competentes
en la forma de profesorado encargado de la vigilancia
de los recreos.

La parte de detrás del frontón era una zona poco visible
y lugar habitual de aquellos escarceos.
Hoy en día
con la mucho más evolucionada ESO
Enseñanza Secundaria Obligatoria
que hace hincapié en no ser básica y sí en ser obligatoria
yo habría estado en primero
como mucho
y quedaría demasiado tiempo para escapar de aquella jauría humana
como para empezar a desarrollar su inquina.

Era bastante rarito.

Parece mentira que esto sea un periódico

Estas son las noticias que tenía ayer en portada, ni siquiera en la parte baja de la misma, la publicación que otrora fue una de las más prestigiosas de noticias (serias) de este país. En un apartado denominado: Destacado.

  • Mitos sobre el alcohol en España desmontados a través de estos gráficos
  • El misterioso tercer elemento del núcleo de la Tierra
  • Los mejores buscadores para bucear por el ‘internet oculto’
  • Las fotos que muestran el azúcar oculto en tu comida
  • El caso del hombre que consiguió que su mujer cometiera adulterio con él mismo
  • Lo que le puede pasar a tu hijo de mayor si no gestiona la frustración
  • ¿Sabes cuántos matrimonios católicos hay en tu provincia?

He leído la de «deep web» y es una sarta de tonterías mal escritas, poco documentadas, fatal redactadas y sin el menor cuidado, ni tan siquiera, por la ortografía.

¿Información? ¿Cuarto Poder? ¿Qué es eso?

Esto no es una broma