Paternidad o irresponsabilidad

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Aclaraciones necesarias:

Plantar: 1. tr. Meter en tierra una planta, un vástago, un esqueje, un tubérculo, un bulbo, etc., para que arraigue. 2. tr. Poblar de plantas un terreno. 3. tr. Fijar verticalmente algo. Plantar una cruz. 4. tr. Fundar, establecer. Plantar la fe. 5. tr. coloq. Dar un golpe. 6. tr. coloq. Poner o introducir a alguien en una parte contra su voluntad. Plantar en la calle, en la cárcel. 7. tr. coloq. Abandonar a alguien con quien se tenía un compromiso o una obligación. Plantó a su jefe y se marchó con la competencia. 8. tr. coloq. Dejar de hacer una actividad, un estudio, etc. Plantó la carrera. 9. tr. coloq. Dejar esperando en vano a alguien con quien se tenía una cita. Nos ha plantado una vez más. 10. tr. coloq. Decir a alguien tales claridades o injurias, que se quede aturdido y sin acertar a responder. 11. tr. p. us. Asentar o colocar algo en el lugar en que debe estar para ser usado. 12. tr. p. us. Establecer un sistema, una institución, una ordenación, una reforma, etc. 13. prnl. Resolverse a no hacer o a resistir algo. 14. prnl. coloq. Ponerse de pie firme ocupando un lugar o sitio. 15. prnl. coloq. Llegar con brevedad a un lugar, o en menos tiempo del que regularmente se gasta. En dos horas se plantó en Alcalá. 16. prnl. coloq. Dicho de un animal: Detenerse obstinadamente. 17. prnl. coloq. En algunos juegos de cartas, no querer más de las que se tienen. U. t. c. intr.

siembra, de sembrar:

Del lat. semin?re. Conjug. c. acertar. 1. tr. Arrojar y esparcir las semillas en la tierra preparada para este fin. U. t. c. intr. 2. tr. Desparramar, esparcir. Sembrar dinero. Sembrar de palmas y olivas el camino. 3. tr. Esparcir, publicar una noticia para que se divulgue. 4. tr. Dar motivo, causa o principio a algo. 5. tr. Colocar sin orden algo para adorno de otra cosa. 6. tr. Hacer algo de que se ha de seguir fruto. 7. tr. Biol. Poner microorganismos, células o tejidos en un medio de cultivo adecuado para su multiplicación. 8. tr. Méx. y Ven. plantar (? meter en tierra una planta). 9. tr. Ven. Colocar droga u otra cosa comprometedora entre las pertenencias de una persona con el fin de comprometerla.

Y, ya por último:

semilla Del lat. seminia, pl. de seminium ‘simiente‘. 1. f. Parte del fruto de las fanerógamas, que contiene el embrión de una futura planta, protegido por una testa, derivada de los tegumentos del primordio seminal. 2. f. Grano que en diversas formas produce las plantas y que al caer o ser sembrado produce nuevas plantas de la misma especie. 3. f. Fragmento de vegetal provisto de yemas, como tubérculos, bulbos, etc. 4. f. Cosa que es causa u origen de que proceden otras. 5. f. pl. Granos que se siembran, exceptuados el trigo y la cebada.

y

simiente
Del lat. sementis.
1. f. semilla.
2. f. semen.

semen Del lat. semen. 1. m. Conjunto de espermatozoides y sustancias fluidas que se producen en el aparato genital masculino de los animales y de la especie humana. 2. m. Bot. Semilla de los vegetales.

Si Josef K. no recuerda que plantó su semen y recogió el fruto correspondiente a una eficaz cosecha, me temo que pueden pasar varias cosas:

Amnesia
Despiste
Técnicas de fertilización que no le incluyan
Adopción
O que ni siquiera sea su descendencia quien haya esparcido los juguetes por todo el salón.

Bob Dylan sí o Bob Dylan no

Esa no es la cuestión.

Bob Dylan ha obtenido el Premio Nobel de Literatura 2016.

No conozco muy en detalle al propio Bob Dylan. Sé, como curiosidad, que su nombre está inspirado en Dylan Thomas (aunque en ocasiones haya sido afirmada otra cosa).

No sé, en concreto, si escribe libros de poesía. Conozco su música. Algunas de sus celebérrimas canciones.

Y aquí comienza el quid de la cuestión:

¿Es una canción un poema?

Hoy tengo una clase de Introducción a la Poesía Contemporánea. De hecho es el primer día dedicado a ella. Y de las primeras cosas que aclaro es qué es eso de la contemporaneidad, donde nos metimos de lleno desde mediados del siglo XIX de la mano de Charles Baudelaire (en EEUU haría algo similar Walt Whitman).

Se rompe con el criterio objetivable de una academia que decida qué es poesía (siempre circunscritos a la evolución de la literatura «occidental«) o qué es belleza «clásica«, lo que venimos en conocer como «canon«, pero entendiéndolo como diferente de «moda».

(Nota: Sería interesante saber por qué no se otorgan Premios de Literatura a Poetas Orales, que haberlos hailos. Quizá, aventuro, una mirada eurocentrista sobre qué es la literatura pueda tener algo que ver con ello)

A partir de ese momento, un poema lo es porque una persona afirma que lo es. (No hablo de su calidad, que ahora reposará en otros baremos)

Así, si yo digo que

A

es un poema, lo es.

No porque lo diga «yo«, sino porque yo «lo diga«.

La importancia no estriba en el yo, sino en la intención.

No es un tema de justicia, sino de criterio. No me importa a qué poeta o escritor le dan un premio, pero si un cantante (que no ha escrito poesía) es reconocido como poeta o escritor, se abre una peligrosa ventana al sinsentido: ¿por qué no un cineasta? ¿por qué no un (buen) político? ¿músico? Hay cineastas/músicos/políticos que han influido enormemente en la cultura popular o en la «alta» cultura. Por mí que le den el premio a quien sea… pero no por ello pasará a ser escritor y no: una canción no es un poema, ni un poema es una canción. Esto tiene que ver con la contemporaneidad y la necesidad de criterio subjetivo/intención creativa para sustentar una creación contemporánea. Pero la Academia es, como le corresponde: académica. Así que está generando, con este premio, un muy cuestionable criterio objetivable que retrotrae decisiones como estas a periodos pre-Baudelaire, o quizá dinamitan los criterios en un intento de postmodernidad, a mi entender, mal comprendida.

Como único comentario en una red social, apunté la frase: «Soy más de Leonard Cohen«, donde, subyacentemente, estaba dejando claro que, amén de cantante, Mr Cohen ha escrito una abundante obra puramente literaria, poética, que por cierto me encanta. Podía haber hablado del polifacético (adorable) Luis Eduardo Aute, escritor, cineasta, pintor y cantante, sí, también cantante.

Se puede decir que un músico no «escribe», mientras que un «letrista» de canciones sí, pero es un desplazamiento de la cuestión, puesto que podría entenderse «escritura» de una manera mucho más abierta de lo que lo es ahora mismo, muy fácilmente, abierta esta puerta.

¿Resulta un problema que una canción sea considerada un poema?

En realidad no resulta ningún problema. Es más, tampoco me parece ningún problema que un discurso político sea considerado un poema, ni que una pulsera de lana sea considerada un poema. Es más, cualquier cosa, CUALQUIER COSA, puede ser un poema. Esta, de nuevo, es la cuestión: lo único que quedaba para decidir qué era un poema era la voluntad (abierta) de declararlo como tal.

¿Bob Dylan se ha declarado POETA? ¿Ha reclamado sus canciones como poemas?

Sinceramente no lo sé, ni me importa: No es la cuestión «Bob Dylan», la cuestión es
¿Canción=Poema?

El sábado pasado tuve la primera «discusión» sobre el tema, comenzando por la adjudicación del Premio Nobel a Orhan Pamuk hace tiempo, en la que se consideraba por uno de los participantes una mala elección.

No defendí a Orhan Pamuk, sino que cuestioné la imposible «justicia» que algo como un Premio Nobel puede realmente hacer. Se trata de elegir un «escritor» de entre los millones que hay vivos del que afirmar que «es el mejor«. No hay forma de que esta decisión pueda ser llevada a cabo sin un alto grado de aleatoriedad, en el mejor de los casos, cuando no por influencias político-sociales inevitables.

(En un momento dado, incluso, de la conversación, se habló de la pertinencia o no de otorgar un premio como este a un individuo en los casos como la física, la medicina... donde sin un equipo detrás ese premio individualizado no se habría conseguido jamás. Pero esto desborda el debate, así que lo aparto para otra ocasión.)

Pero el caso de Bob Dylan es de otra dimensión, se trata de desdibujar lo que entendemos por escribir, por poesía, en un intento, posiblemente, de ganar visibilidad (lo que no me viene mal del todo) asignando el premio a una persona cuyas canciones han influenciado (¡han influenciado!) a los poemas (poemas) que inspiradas en ellas se han escrito.

En realidad, lo que sí me molesta de la adjudicación del premio a un cantante por ser cantante es que en esa aparente «ruptura de fronteras» entre poesía y canción, lo que veo es un oportunismo galopante, en especial de una Academia Sueca que ha logrado lo imposible: que se hable de poesía, aún sin saber nada de los procesos por los que ha pasado hasta llegar a donde está.

Me encantaría (no dudo que así sería si no fuese por un tema económico/prestigioso) que el señor Dylan declinase aceptarlo por decir alto: SOY CANTANTE, no poeta. Y a continuación saldría con él a la calle a solicitar la inmediata pertinencia de Premios Nobeles para Músicos, por ejemplo.

No tengo nada (¿cómo podría?) contra el intrusismo. Faltaría más. Me parece que nunca la creación artístico/poética ha estado más al alcance de ser realizada por cualquiera y eso es algo que estimulo y me apasiona. Pero a partir de esa misma posibilidad (relacionada, insisto, con la contemporaneidad) llevamos asociada la responsabilidad ética de la declaración de la intención, que se manifiesta en una postura coherente o discurso del artista.

En caso contrario, quiero que todos mis poemas sean considerados, a partir de hoy mismo, como cualquier cosa en función de aquella para la que pueda obtener mejores réditos, económicos, propagandísticos, publicitarios… según vaya viendo en el proceso. Esto no es intrusismo: es oportunismo. Y no me gusta.

Que la gente (mucha) opine que una canción es un poema… venga, vale, pues que opinen lo que quieran. Quizá por esto había evitado esta bala antes y me había ahorrado la discusión en un medio tan público como Facebook para airear mis opiniones que pueden ser tachadas de snob o elitistas, cuando en realidad no tienen nada que ver con eso.

Pero esa opinión ha de ser llevada a las últimas consecuencias: aceptar candidaturas a Premios Nobel de Literatura para políticos, músicos, bailarines, dramaturgos, guionistas, directores de cine, fotógrafos… pues también manejan «lenguajes» y resultan altamente influyentes en los poetas posteriores, quizá, seguramente, mucho más que los aburridos literatos que suelen ser premiados sin pena ni gloria.

Son ejemplares personas como John Cage, cuya música podría no parecerlo, pero él sabe que lo que está haciendo lo es porque él dice que lo es. Marcel Duchamp, Joan Brossa, Baudelaire, Rimbaud… y un largo etcétera de grandes y conocidos y muchos otros menos conocidos, como mi querido amigo Iván Araujo, pintor y grabador o el inigualable Isidoro Valcárcel Medina.

Pero sigo sin censurar en modo alguno al afortunado o desventurado Bob Dylan. Porque esa, esa nunca fue la cuestión.

Si digo sí…

Este es un texto que he encontrado en Internet para animar a ir a una Milonga. Con un pequeño apéndice que acaba diciendo que basta de tonterías. ¿Hay que aguantar hasta 42 para decir basta? Hay gente que tiene una paciencia infinita.

Mis respuestas van en negrita:

1. Si digo sí…………..soy una rápida.
digo sí.
2. Si digo no………soy una frígida.
digo no.
3. Si digo no sé………..soy una histérica.
No estoy segura.
4. Si no digo nada………me hago la tonta para pasarla bien.
Casi es lo mejor, a estas alguras
5. Si me enamoro………soy una pobre crédula.
Seré más féliz
6. Si no me enamoro…….soy una fría de mierda.
Estaré bien así
7. Si salgo con uno…….soy una boluda.
Espero disfrutarlo
8. Si salgo con varios……soy una trola.
Espero disfrutarlo
9. Si miro hombres…….soy una alzada.
Será que me apetece
10. Si no miro……..debo ser lesbiana.
Será que no me apetece
11. Si hablo mucho……no me siguen.
Será que me gusta hablar
12. Si no hablo……….es porque no se me cae una idea.
Será que no me da la gana
13. Si no salgo……..soy una aburrida.
Tendré alguna razón
14. Si salgo mucho…….soy una fiestera.
Será que me apetece
15. Si digo la verdad…….no me creen.
Soy honrada
16. Si miento……….soy igual que todas.
No soy honrada
17. Si hablo de sexo……..soy insaciable.
Será que me apetece
18. Si no hablo…………..es porque nunca me la dieron bien.
Será que no me da la gana
19. Si soy inteligente…….se asustan.
Pasaré de estas tonterías
20. Si soy tonta……….no sirvo.
Pasaré de estas tonterías
21. Si no llamo……..me reclaman.
Será que no me da la gana
22. Si llamo……….no me atienden.
Será que me apetece
23. Si estoy seria……..soy una amargada.
Por algo será, después de este obtuso cuestionario
24. Si sonrío………es porque estoy entregada.
Alegraré mi vida
25. Si quiero ser amiga…….la amistad entre sexos no existe.
¡Joder! pues quiero ser amiga
26. Si quiero ser algo más…..es porque no entendí nada.
Pues quiero ser algo más que amiga, sea lo que sea eso
27. Si no puteo……..me hago la fina.
¿Puteo? ¿En serio?
28. Si puteo……….soy poco femenina.
¿Puteo? ¿En serio?
29. Si soy buena en el sexo….es porque me pasé a varios.
Soy bastante afortunada y lo disfruto
30. Si soy tranquila…….me faltaron más polvos.
Supongo que lo disfruto también
31. Si me quiero casar…..me quedé en el tiempo.
Pues eso, que me quiero casar
32. Si no me quiero casar…me hago la liberal.
Pues eso, que no me quiero casar
33. Si soy dependiente……no tengo personalidad.
¿de una tienda de ultramarinos?
34. Si soy independiente……me quiero llevar el mundo por delante.
No necesitaré pedir un referendum
35. Si me encaro a alguien…..soy una come hombres.
Pues me encaro
36. Si no hago nada…….soy una momia.
Nada, nada… vaya, por lo menos respiro
37. Si estoy con un viejo……le quiero sacar plata.
Será que me apetece
38. Si estoy con un pendejo….soy una asaltacunas.
Será que me apetece
39. Si me visto bien……..es porque me gusta calentar a todos.
Será que me apetece
40. Si ando sencilla……seguro que arreglada estaría más buena.
Será que me apetece
41. Si soy linda………….seguro debo ser hueca.
Será que lo soy, según no sé qué cánones, que no sé si me importan
42. Si soy fea……….no me registran.
Será que lo soy, según no sé qué cánones, que no sé si me importan


Jo, que haya quien responde lo que aparece a la derecha de los puntos suspensivos y la gente aún lo aguante, lo «tolere», lo soporte y no haya un rechazo frontal y absoluto y no se prohíba entrar en lugares a esas personas infames que tratan a otras personas como si no tuviesen voluntad propia, como si no fuesen personas, es algo que está completamente fuera de mis entendederas.

Qué le vamos a hacer. Y aún me preguntan ¿por qué no vas a milongas?

¿En serio?

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¿En serio esto no es un mensaje «patriarcal»?

A mí no se me ocurre andar llamando witches a ninguna de mis amigas, por muy «cool» que parezca. Tampoco llamé maricona a mis amigos gays cuando aquello parece que estaba «bien visto» si te consideraban libre de pecado homófobo.

Me parece que esa imagen, encontrada en una red social en el perfil de alguien que se define como feminista, dista mucho de ser una reivindicación igualitaria.

O será que mi masculinidad no me permite verlo.

Yo ya no entiendo nada. Así que, por supuesto, ningún comentario a su publicación.

«¿Por qué un enfermo tiene que pagar para ver la televisión y los presos no?»

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Esta imagen lleva un tiempo rulando por las redes sociales con esa pregunta simplona y que algunos contestan con razonamientos aún más simplones:

En este país de mierda, es mejor asesinar, robar o hacer algún daño e ir a la cárcel, que ponerte enfermo… solo la mala gente tiene derechos… las personas buenas y formales no tenemos derecho a nada… asco de país…

Pero yo me pregunto inmediatamente: ¿mala gente o gente que está en la cárcel? Porque para mí no es lo mismo. ¿Personas buenas y formales?

Yo tengo derecho a estar en la cárcel. Quien está en la cárcel está privado de algunos derechos, pero no tiene porqué estar privado de todos.

Que la televisión en un centro sanitario (público) no sea gratuito como un derecho del paciente no me parece de las mayores pérdidas de derechos de los ciudadanos, que hemos visto, sin embargo, desmontarse día a día el sistema de atención sanitaria pública en dirección a la privatización del sector.

Cuando las cárceles se privaticen (que no me parecería tan grave) la gente que la habita perderá otros derechos… que los que tienen dinero no ven como problema.

Pero vaya, de nuevo, la cuestión es la de cómo razonamos, no tanto la del tema o asunto en cuestión. Y ese razonamiento es estúpido y simplista.

Violación del Sábado

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Me encuentro esta imagen-texto acompañada de un texto que dice:

El dios de amor de la Biblia mandaba matar a los que trabajaran en sábado.
¿Cuántos están trabajando y estudiando hoy?
¿Te informaron de este amoroso versículo bíblico en la catequesis o tu clase de religión?

Y me da por leer de otra manera esa «Violación», no tanto de la jornada laboral, como del hecho de que posiblemente había violaciones (agresiones sexuales) todos los días de la semana, incluido el sábado. Esta última, al menos, era condenada con la crudeza de la muerte.

Pero sé que no es la lectura que hay que hacer.

Tampoco se trata de defender una actuación violenta contra la violencia de la violación. ¿O sí?

No lo entiendo

Estupor
ante la victoria clara del PP
tras una temporada en la que han salido a la luz
numerosos casos de corrupción
de prácticas delictivas del ministro de interior
que tenía
ayer
que dar los resultados del escrutinio.

Brexit.

Está claro que hay miedo y un grito
generalizado de sálvese quien pueda
se lanza desde todos los frentes.

El país de pandereta en el que vivo
no tiene parangón.

Tengo fiebre
y no tiene nada que ver con las elecciones
pero me pone enfermo este panorama
postelectoral.

Que cada uno recapacite

lactancia o ropa

Recapacitando:

Se trata de defender la lactancia pública (en público) mediante la comparación con la natural lactancia de una vaca. Supongo que no lleva implícita la comparación de una madre con una vaca.

Pero el argumento de lo natural es un argumento vacuo en relación al ser humano, pues no hay humano sin lenguaje, sin constructo social…

Recapacitando, no me sobra, si se ha de mantener el paralelismo naturalista, el acto público de lactancia, pero entonces sí que me sobra la ropa de la mujer y el bebé, así como los tatuajes.

No veo ningún problema y sí muchas ventajas (me encanta verlo) en la lactancia en público, pero no admito el argumento que se pretende dar para defenderla. No es un tema de género, por supuesto, sino de lógica.

¿Hipster o machista?

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Reza el anuncio el siguiente texto:

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Y yo, que cada día soy más superficial, me fijo en que los tres hombres de la imagen (asumo que son hombres, que ya es mucho suponer) llevan barba, una barba hipster, parece, pero las mujeres llevan pelo largo algo modosito y mejillas sonrosadas. Bueno, puede que esté sobrerreaccionando, pero veo en esta imagen cierto sexismo de nuevo cuño, cierto neomachismo, por llamarlo de algún modo, que nada tiene que ver con que existan textos escritos sólo por mujeres, como comentaba ayer, pero sí con esa pasividad ideológica hipster que, carente aparentemente (todo es apariencia) de ideologías o posicionamientos, más allá de los banalmente estéticos, o de diseño, dejan claro que los hombres y las mujeres «no son lo mismo».

Ahí dejo esta pequeña intrascendente reflexión a partir de un icono simplista y que posiblemente no sea tan marcado como quiero ver. Pero no puedo dejar de verlo.

Beat Attitude

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El domingo compré vía Amazon un libro de poesía Beat titulado Beat Attitude que dice ser una Antología de mujeres poetas de la generación beat.

Es verdad que hay un sesgo habitual en la edición de poesía (entre otras cosas) por el que las mujeres suelen acabar siendo ninguneadas y las antologías de mujeres están haciendo un intento de poner en su lugar a una enorme cantidad de voces acalladas, o ignoradas.

Es verdad que muchas de ellas deberían estar recogidas como las grandes autoras que son o fueron y no se conocieron, ni aún se conocen.

Es verdad que hay otros sesgos, y no sólo el de género, como el social o el geopolítico: se conoce poco de poesía africana, por ejemplo, o poetas prostitutas, por no hablar de poetas inmigrantes… cuya visibilidad también, en algunos lugares, está ganando algo de la que no tenía.

Este curso he dedicado un par de meses a poetas femeninas sobre el cuerpo con una antología titulada EL PODER DEL CUERPO: ANTOLOGIA DE POESIA FEMENINA CONTEMPORANEA, pero me pareció una pérdida de tiempo, más allá de visibilizar algunos temas que habitualmente no son tan comunes, sin embargo, la calidad de la edición desmerecía el resultado y el carácter excluyente hacía que no apareciesen otros temas (quizá por ser considerados viriles en demasía). Por cierto y como anécdota, sólo acudieron hombres durante este tiempo. Las mujeres del taller dejaron de venir justo en este momento. Pero fue casualidad, supongo.

Pero también es verdad que me he sentido presionado por el ambiente a incluir poetas que no conozco, por criterios puramente sociales y no literarios. Está claro que la literatura (y su divulgación) no viven «fuera» de la sociedad, así que igual ha llegado el momento de ir dejándome socializar para acercarme a una realidad poética invisibilizada y demandada socialmente, pues sí que hay tendencia a reducir esa brecha (más allá de las estúpidas declaraciones de «Chus» Visor) y no debo quedar al margen, ignorar esa voluntad popular ni desoír sabios consejos cuando los recibo.

Pero.

Pero también es verdad que se puede caer en un extremo peligroso que es el de agrupar a los poetas por sexos, o las exposiciones de arte o los cursos de danza, hasta el punto de excluir la presencia de varones por no tener lo que hay que tener. Sé que la discriminación positiva puede ser una forma de contrarrestar una situación de injusticia en la que se está llevando a cabo una discriminación, pero abusar de la misma conduce a lo mismo, a discriminación (no de unos frente a otros, sino a discriminación en sí).

Me preocupa elegir poetas tan sólo porque sean mujeres. Yo no las conozco. Debo reconocer que no he hecho esfuerzos por conocerlas y quizá haya llegado el momento en el que deba hacer ese esfuerzo: tengo pendiente a Gertrude Stein, una figura clave en la literatura y el arte y de quien no he leído nada relevante, tengo pendiente incluir en el próximo curso de iniciación a la poesía contemporánea algunas poetas relevantes (desde el punto de vista formal, no por ser mujeres) de finales del siglo XIX, aunque cuesta encontrarlas, pues las relevancias también las daba el hecho de que eran mujeres y eso las opacaba, las ninguneaba, las hacía menos influyentes que sus contrapartes.

Hoy leyendo sobre G. Stein me encontraba con la curiosa anécdota de que, durante las sesiones parisinas de los sábados que ellas organizaban, su pareja, Alice B. Toklas reunía a las esposas de los participantes en otra habitación, mientras los hombres, y Gertrude, hablaban de literatura, de arte… etc. Hoy en día se la reivindica como una de las más acertadas luchadoras por la igualdad, pero esa separación, esa discriminación, se producía, ellas la producían o participaban de la producción de la misma. Esa irrelevancia femenina en la cultura no es sólo culpa/responsabilidad de los hombres, de mí, sino de un hetero-patriarcado que ha dominado y domina casi todos los ámbitos sociales donde se produce el hecho artístico o cultural, entre otros.

El otro día, después de haber comprado este libro visibilizador, me fui presionado a sentarme en un evento social con los hombres, como suele venir siendo habitual cada vez que en casa de mi familia se reúnen con primos y primas, tíos y tías. Obviamente, no es plato de mi devoción, hasta el punto de que reusé preguntando, casi ferozmente, ¿se va a hablar desde la punta de la polla o desde la vagina?

No veo ninguna justificación para esta separación por sexo/género y espero que, en el futuro, esa separación sea absolutamente abolida y, si me apuran, hasta perseguida. (Ni hablar de religiones de las que habitualmente campan por estos lares, monoteístas, sexistas, etc…)

Encontrarme comprando libros de poetas femeninas por ser mujeres no me acaba de convencer, pero si esto ha de ser un trámite de un proceso que las visibilice y normalice hasta el punto de que luego sean incluidas en antologías de poesía sin tener en cuenta su sexo/género, me parecerá un mal menor y, espero, transitorio.

Lo que deseo es que este tema esté ya superado (como yo creo tenerlo, sin olvidar ni menospreciar sesgos precondicionados) y poder valorar las creaciones poético-culturales por la coherencia, por su compromiso, por la responsabilidad ética del artista, por lo que sea, excepto por circunstancias sociales extraculturales (si era mujer, si era hombre, si era inmigrante, blanco, negro, pobre, rico…), si es que eso puede existir.

Esto no es una broma