¿Por qué hoy no es posible la revolución?

Aunque el artículo lo encabeza un interrogante, la verdad es que se trata más de una respuesta, acertada y acerada. Dura como la realidad. Tremenda y contundente. De corte pesimista, para quien denomina así al realismo más apabullante.

Acabo de leer el artículo de Byung-Chul Han en el periódico «El País» titulado así: ¿Por qué hoy no es posible la revolución? y me he quedado casi diría que deprimido, pero quizá no por lo errado del texto, sino por lo acertado.

Es un filósofo que, como tantos otros contemporáneos, se están dando cuenta de que un nuevo tiempo estamos viviendo y algunos se atreven a ver más allá de lo evidente, y más allá de las visiones (más o menos acertadas en su momento) de otros filósofos o pensadores que han demostrado haberse quedado, al menos en parte, obsoletas.

En el fondo, el artículo no dice muchas cosas que la mayoría, la doxa, no tenga más o menos en su mente, pero las dice muy bien, muy limpiamente, muy directas y desprovistas de efectismo, incluso aunque por ello resulte más molesto, menos condescendiente. No se casa con nadie, ataca por igual neoliberalismo como comunismo decimonónico. Y nos responsabiliza sin culpabilizar, como viene siendo habitual.

Aunque habría que ver si «El comunismo como mercancía» no es algo que ya tiene sus años, desde aquellas atractivas caritas de el Ché en camisetas para consumo de los de este lado del muro, sin ir más lejos.

No obstante, me interesa más el pensamiento en torno a la forma que tiene actualmente el poder de mantenerse, basado en la seducción, como afirma, en la cautivación, haciéndonos cautivos… de nosotros mismos.

Y así somos prisioneros y guardianes, así somos parte del sistema, como esos judíos que ayudaron en los campos de concentración/exterminio, pero con la salvedad de que los exterminados ya no existen, o lo somos todos.

¿Hay salida?

No lo deja claro. Pero sí queda claro que las salidas propuestas por visiones algo anquilosadas ya no sirven. Hablar de proletarios, de lucha de clases… no funcionará. Pero un cambio es necesario y seguramente posible. Aunque a mí no se me ocurra cómo.

Intentar cambios en direcciones inadecuadas o ineficaces tan solo consolida el sistema de poder basado en el atractivo de la acción, aunque, carente de reflexión y sin horizonte, conduce a la nadería, al desperdicio energético en el mejor de los casos, a la apatía y a la frustración… haciéndonos caer, más profundamente, en los brazos del sistema del que, en el fondo, nunca habremos salido.

Ups… creo que voy a estar varios días (solo varios días) sin poder dejar de pensar en esto.

Pero… ¿y luego?

Quizá la clave pase por aquí, por el afrontar una acción que pueda perpetuarse, que pueda mantenerse en el tiempo, que pueda mostrar la coherencia subyacente, que no se desvanezca con el paso de unos años o un cambio de circunstancia. Aunque sean acciones pequeñas, cotidianas, de actitud y conciencia.



Productos españoles

productos españolesSoy consciente de la mejora medioambiental deducible al comprar localmente y no remotamente, reduciendo los costos energéticos de transporte, aunque no sé si siempre es aplicable, puesto que la eficacia de la centralización en la producción no es baladí.

No obstante, no tengo claro las cantidades exactas de las distintas «huellas» de carbono o similares dejadas por una u otra forma de consumo.

Sé que producir localmente para su consumo local aumentaría la cantidad de mano de obra local requerida. Esto parece evidente, al menos… sin entrar en pormenores como transportistas o importadores…

Pero hay dos cosas que sigo sin entender:

1.- ¿Por qué seguimos queriendo «trabajar»?

¿No sería más lógico desear reducir la cantidad de tiempo dedicada a laborar, aumentando la cantidad de tiempo dedicada a obrar? Obvio que se me dirá que entonces cómo se adquieren los bienes y servicios que se desean. Pero esa es otra cuestión derivada de la injusta repartición de los beneficios de la producción, no de la necesidad de formar parte de la maquinaria de la misma.

2.- Se reduce el paro en España, lo que es bastante «nacionalista» si nos damos cuenta. ¿Qué ocurre fuera? ¿Importa? ¿Por qué España sí y, por ejemplo, Cataluña no?

Sé que son buenas intenciones, pero no tengo claro ninguno de estos dos puntos, para empezar. Hay otros tantos puntos menores que tampoco tengo claros… pero se trata de tener las cosas claras, ¿verdad?

Procuro, dicho en voz baja, no apoyar franquicias, apoyando la pequeña y mediana empresa, pero sobre todo por la forma en la que se reparten los beneficios de las mismas. Si cambiase esta forma de reparto, por ejemplo, si existiese una franquicia cooperativista, donde los propietarios fuesen los trabajadores, supongo que no tendría el más mínimo reparo en acudir a la misma.

Y digo «en voz baja» porque no siempre lo hago: tengo poco dinero por decisión propia y me implica un cierto tipo de «sacrificios» entre los que tengo que elegir, por ejemplo, entre «económico» vs «ecológico»… y no siempre es fácil, pero en muchos casos acabo decantándome por lo económico.

También en cosas menores, como unas cañas a precios razonables halladas en franquicias que van a acabar con los minoristas de bares qué lugares… pero es que nunca me pareció razonable que, con la excusa del cambio al euro, una cerveza pasase de costar 100 pesetas a 1 euro… así, sin anestesia. Supongo que algunos dueños de hostelería se forraron con ello. Si no lo hicieron, querría saber qué fue de ese incremento.

En España gran parte del aumento de los precios se le debe a la burbuja inmobiliaria, entre otras cosas porque aumentando el precio del suelo, todo lo demás debía ir en consonancia para poder hacer frente a los pagos de lo «básico» en un sentido casi literal de la palabra.

Ya nos ocurrió cuando manteníamos un espacio abierto para la Asociación Cultural Clave 53 en Campomanes y no podíamos bajar los precios por debajo de un umbral que nos hiciera posible afrontar el pago del alquiler, desorbitado pero a precio de mercado.

Y conozco amigos que ganaron (y aún ganan) dinero gracias a ese incremento del precio del suelo. ¿Son especuladores? En pequeña medida claro que lo son, pero el sistema capitalista se basa en la especulación, en esa mezquina ecuación del precio de mercado, de la ley de oferta y demanda… Y nada tiene que ver con el valor de las cosas.

Bueno, creo que he terminado por desviarme mucho del tema, pero he de reconocer que no tengo claro cuál es mi reacción cuando veo este tipo de llamamientos, y en la mayor parte de las ocasiones, simple y llanamente, los ignoro.

Eso sin mencionar lo «imposible» de algo así en un mundo tan profundamente globalizado, que hace que «los productos españoles» acaben teniendo, sí o sí, en algún lugar de su cadena de producción, un contenido «no español».

Sinceramente, ser ético no es solo consumir de acá o de allá, sino hacerlo con conciencia… y no siempre tenemos la capacidad de conocer tantos detalles como para poder tomar una conciencia bien fundamentada.

Al menos, yo, me reconozco inculto al respecto. Seguro que hay mucha gente que no se reconoce tal.

Un «amigo» homófobo

El otro día le planté a Carmen en su muro de FaceBook esta noticia que me había parecido significativa para el mundo del tango, con un comentario que hablaba de energúmenos que habían asesinado a una mujer por ser lesbiana. Al menos, eso era lo que mencionaba la noticia de Amnistía Internacional donde la leí.

Ten cuidado con las fotos que utilizas, que hay mucho energúmeno en el mundo: Ekaterina era abiertamente lesbiana y daba (abiertamente) clases de tango a parejas del mismo sexo. — me siento cabreado.

Un momento para llorar y un momento para bailar

Ekaterina Khomenko, de 29 años, estaba degollada cuando un trabajador del servicio de limpieza la encontró en un coche con el motor aún en marcha en San Petersburgo a principios de ese mes. […] las autoridades no descartan la posibilidad de que fuera agredida por su orientación sexual: Ekaterina era abiertamente lesbiana y daba clases de tango a parejas del mismo sexo.

ES.AMNESTY.ORG|DE AMNISTÍA INTERNACIONAL SECCIÓN ESPAÑOLA

Acabó generando un amargo debate, dentro de los mínimos del respeto, muy mínimos… con un amigo de mi pareja, de procedencia rusa y argentina. He querido publicar aquí la conversación, sin su permiso, aunque está en una web pública que es FaceBook… así que no lo considero necesario, puesto que no he modificado ni una palabra de las suyas ni de las mías. Salvo alguna corrección ortográfica menor.


Este amigo, de quien prefiero mantener únicamente sus iniciales, dice:

SSR: Estoy completamente en desacuerdo con la noticia, su manipulación y la campaña de desprestigio contra Rusia de la prensa occidental. Se pretende disfrazar la heterofobia occidental (más bien sodomiafilia), con la supuesta homofobia oficial del gobierno ruso. Moscú está poblado de discotecas para lesbianas y maricones. El otro día, y yo casi no daba crédito, en plena escalera del metro de Moscú, vi a una tierna pareja de gordos barbados dándose un beso tan apasionado que entre heteros y en Madrid, también hubiese hecho mella. Que el pueblo ruso, soberano haya votado en un 95% (sus representantes) a favor de una ley que prohibe la publicidad homosexual en los colegios y sus aledaños es un tema a respetar. Nosotros asumimos el fenómeno homosexual, pero dista mucho de hacer virtud de ello. Tolerancia: si, enaltecimiento: no. Si para Europa, Conchita Wurst es su arquetipo de evolución, para los rusos es degeneración y un signo más de la inminente caída del imperio Yanqui-Europeo. Pero, por favor, no dar crédito a estas mentiras con delirio persecutorio.

Y yo contesto:

Giusseppe Domínguez: No tengo nada en contra de los «rusos», sí en contra de la homofobia. Igual que de otras formas de intolerancia para con los otros. Ni tolerancia ni enaltecimiento: condena de quienes condenan.

SSR: ¿Qué pasa si la no tolerancia es votada democráticamente? O por el contrario: si somos adultos, ambos consentimos, y nos amamos profundamente…, yo quiero legalizar la zoofilia y casarme con mi mascota, ¿por qué no? mi perra lo desea!!

Ahhh… lo que no me queda claro es si vamos a pedir que nos concedan el derecho de adoptar… básicamente porque no sabemos si serán cachorros o bebes ¿?

Giusseppe Domínguez: Tu perra no tiene voluntad humana para oponerse a tus deseos. No estamos hablando de violación, sino de relaciones entre adultos consentidas.

Y no, no cualquier cosa que acepte la «democracia» me parecerá correcta. Pero este es un tema que excede la conversación en el muro de una amiga.

De todos modos, no entiendo por qué te das por aludido. Si tienes algún problema de intolerancia a las relaciones homosexuales, pues no las practiques… no hay problema por mi parte. Si te diste por aludido por la generalización a los «rusos», sí, no me parece pertinente, pero ni siquiera en el artículo se pretende decir que todos los rusos sean unos asesinos, sino que ha habido un asesinato en una ciudad rusa por motivos de odio homófobo. Es esto lo que me cabrea.

Por cierto, ambos sabemos que Hitler fue votado democráticamente, pero eso espero que no te parezca suficiente para justificar el holocausto.

No deseo seguir esta conversación en el muro de una amiga… insisto. Si quieres seguir, email a jmdomin@giusseppe.net

SSR: Mi perra tiene voluntad perruna, y si no le gustara, mordería…

Y me doy por aludido por los rusos y por la mediocre corrección política de los lugares comunes admitidos y coreados por toda clase de acólitos lobotomizados.

Giusseppe Domínguez: ok.


No he querido seguir hablando porque me parece absurdo, quizá la pregunta que le debería haber hecho es si él habría hecho lo mismo que hicieron a Ekaterina Khomenko por el motivo que parece que se baraja en la investigación. Es más, si simplemente considera que esa persona no tiene exactamente los mismos derechos que él de amar a quien desea (que a su vez, humano y adulto, pueda corresponderle).

Si la respuesta a esta pregunta hubiera sido «No considero que deba tener los mismos derechos», no habría habido necesidad de continuar la conversación, pero en el fondo, el tono de SSR me hace pensar que él piensa así, y por ello acabé con un sencillo OK.

En ningún momento mencioné a los rusos, ni me preocupó la nacionalidad de ninguno de los intervinientes ni en el suceso ni en el debate. Supongo que él estará sensible (de procedencia rusa) por el tratamiento tendencioso que se está dando al conflicto con Ucrania… pero ni quise entrar ahí. Ese no era el tema en absoluto.

Ahora me barajo entre eliminarlo de mis amigos de FaceBook como hace tiempo hice borrándolo de mis amigos tridimensionales, en carne y hueso, por comportamientos que me parecieron condenables, como agresión (para mí nunca está justificada la agresión física) a su pareja.

Pero quiero seguir siendo «tolerante»… aunque… no sé, no sé…

La dimisión de Gallardón

GallardónEs una noticia impactante, sí, que este señor, que ha ocupado tantos y variados cargos públicos, incluso algunos con pretensión de ser pseudoprogresista de derechas (si es que eso se sostiene), dimite hoy por discrepancias con el presidente Mariano Rajoy. Dicen que relacionado con la oposición del partido a seguir adelante con su retrógrada propuesta de ley del aborto.

No he podido evitar leer el periódico al respecto, saltándome una de mis costumbres, encontrándome la nueva en los salpicaderos de las redes sociales.

Ahora viene la descalificación generalizada y banal, el alarido de alegría… pero es tan simplón que me decepciona hasta mencionarlo.

Sin embargo, leyendo unas cuantas frases del artículo me he encontrado con las siguientes:

Gallardón es el primer ministro que abandona por voluntad propia el gabinete de Mariano Rajoy. Su paso por el Ministerio de Justicia apenas ha dejado leyes importantes. Todas las que anunció para «revolucionar y modernizar» la administración de Justicia, como la reforma del Código Penal; la Ley del Poder Judicial o la Ley de Enjuiciamiento Criminal, están empantanadas en el Congreso o no han logrado salir de su departamento pese a que fueron anunciadas hace mucho tiempo.

Y me ha dado por ponerme paranoico y conspiratorio atribuyéndoles una ingente habilidad estratégica:

¿Y si Gallardón (con todas sus propuestas) no ha sido más que una cortina de humo para que se hablase de él, para que el tema pareciese girar en torno a esto, en lugar de hablarse de las leyes que sí que han salido adelante, alrededor de las reformas laborales, fiscales, etc?

Hasta tendría sentido que no hubiesen salido adelante tantas propuestas que chocaban con tanta oposición, interna, e incluso externa, en el marco de la UE, donde podrían haber sido rechazadas o, cuando menos, condenadas, por no hablar de órganos de justicia internacionales varios (ONU/Haya…).

Ya sé que es solo una aventurada teoría, pero creo que respetaría al PP de haber sido capaz de generar una estrategia de distracción tan elaborada, tan bien sostenida, como para sacrificar (dudo mucho que haya habido un gran sacrificio) a uno de sus mayores alfiles en algunos momentos de su pasado.

El No de Escocia

Union Jack

Escocia, su pueblo, ha hablado y se ha pronunciado por un mucho más sencillo camino de unión que de desunión, pero la independencia ya la ha conseguido: Lo importante era conseguir el derecho a decidir qué se desea, cuál es su voluntad, y para ello es para lo que tiene sentido tener democracias.

Envidio el hecho de que hayan sido capaces de lograr un plebiscito como este, histórico, en el que decidían su secesión, sin el uso de las armas, sin más que las urnas, un avance significativo para la sociedad en su conjunto que ha encontrado una manera más o menos pacífica de convivencia, que permite manifestar voluntades colectivas.

La elección era demasiado limitada, quizá, por no ofrecer más alternativas que un SÍ o un NO, cuando hay muchos posibles síes y muchos posibles noes, una escala de grises en cuanto a maneras de configurar una unión territorial. Es más, parece que desde Inglaterra están abiertos a continuar progresando en esa exploración de la unión hacia formas que sean compatibles con esa minoría independentista nada despreciable, como no debería serlo ninguna minoría.

Ahora queda por ver si no sacan la conclusión equivocada desde los observadores hispanos y se lanzan apresuradamente a decir que no es preciso un referéndum que decida sobre la independencia de Euskadi o de Catalunya. Lo importante el día de hoy es que los escoceses han tenido el derecho a decidir. Su decisión es lo de menos.

Lo que ha triunfado en esta ocasión ha sido la libertad. Sin que fuese relevante el resultado.

Feminismo excluyente

Si bien suelo ser un adalid del «feminismo«, denunciando conductas machistas (incluso sutiles) desde hace tiempo, más allá de mis consideraciones lingüístico-lógicas al respecto, no puedo dejar de cabrearme cuando me encuentro con un caso de discriminación e, incluso, exclusión, con la excusa del feminismo contra los hombres, por el hecho de serlo.

Hoy Carmen ha venido contenta de tomar una clase de Danza Contemporánea impartida por la divina Marina Santo en la Fundación Entredós y me ha comentado que en la susodicha fundación le han advertido que, dado que era feminista, los hombres no estaban autorizados a tomar clases como la que ella ha hecho.

En realidad, han sido algo más positivas y se han limitado a decir que era solo y exclusivamente para mujeres. (No incluyendo que los hombres no podían, pero evidenciándolo)

Ante lo cual yo le he dicho que me parece fatal que se excluya a un colectivo en una actividad que, perfectamente, puede desarrollarse en armonía, como en un colegio mixto, salvo que opines, como Wert, que resulta problemático mezclar chicos y chicas… porque se distraen. No me sirve como razón que hay espacios en los que el hombre tiene preeminencia. Esto es algo que debería ser desterrado, no mantenido con un equilibrio absurdo de poder radical.

Sinceramente, no puedo soportar que, con la razón que sea, se justifiquen tratos discriminatorios para con una persona por razones de sexo, identidad sexual, género, orientación sexual, así como tampoco por razones de religión, color de piel, etnia…

Me preguntaba cómo sería posible justificar en este siglo la existencia de un bar que solo dejase entrar hombres, por ejemplo, aduciendo la razón de que se sienten intimidados en sus conversaciones que deben de dejar de versar sobre culos y tetas, ante la posibilidad de ser sojuzgados como acosadores o sencillamante «salidos».

Obvio que yo nunca entraría, pero no es esa la cuestión. La verdadera pregunta es si es éticamente condenable que existan espacios con actividades públicas que puedan llevar a cabo tratos discriminatorios como este. ¿Podría haber decidido, así, por sus ovarios, que tan solo podrían entrar mujeres blancas? ¿por qué no?

No depende de lo que deseen hacer un colectivo de personas en su ámbito privado, por ejemplo, unas amiguitas (o amiguitos) que no desean mezclarse con alguien de otro sexo que el suyo… sino qué es correcto (incluso legal) desde un punto de vista ético y social.

Por cierto, tampoco puedo obviar cierta desinformación que me gustaría mitigar: ¿por qué razón están excluidos los hombres? ¿por qué no las lesbianas? ¿estaría excluido un transexual? ¿se necesitan mamas o vagina para unas clases de danza contemporánea?

Carmen intentaba justificarlo de diversas maneras, argumentando algunas veces con menos acierto que otras, como cuando lo ha comparado con el acceso a un club nocturno en el que se exige un código de vestuario o la asociación de alcohólicos anónimos, pero ambos casos, como otros, son casos en los que esa exigencia puede ser satisfecha por cualquiera, mientras que, por ejemplo, yo no puedo ser mujer, ni negro.

Ella reconocía que le faltaba información y he de reconocer que yo tampoco la tengo sobrada y que me gustaría que me explicasen en profundidad qué razón de mi anatomía masculina (lo que me defina como hombre es complejo de evaluar) hace que yo sea non-grato en ese espacio o que no tenga los mismos derechos.

Y no se trata de la clase para embarazadas… esto sí sería explicativo. No sería necesario, no obstante, decirme que no estaba admitido por ser hombre, sino por no estar embarazado.

Por más vueltas que le doy, no alcanzo a entender (hagamos un chiste y digamos que es porque soy hombre) esa necesidad de regenerar un error aberrante que suele producir el machismo: asumir que los hombres y las mujeres no pueden convivir en igualdad de condiciones, con los mismos derechos y las mismas obligaciones, sin necesidad de dejar de ser hombres o mujeres o lo que se desee, con todas las opciones sexuales de atracciones o identidades que la libertad humana permita.

Salvo que la libertad y la igualdad no sean dos de esos tres pilares fundamentales en los que basar un modelo de sociedad «avanzada» que nos regaló la Revolución Francesa.

Por favor, que me lo expliquen.

Los 10 gestos y elementos formales más utilizados en el arte de acción

Acabo de leer el artículo titulado La incesante repetición del gesto (los 10 gestos y elementos formales más utilizados en el arte de acción), publicado por Ursula Ochoa en esferapublica.org en 2014/09/08.

Me parece estupendo y digno de recordar. Es algo que he leído ya en alguna ocasión anterior y sobre lo que he reflexionado en varias otras. Me encantó el enfoque siempre lúcido de Los Torreznos en su celebérrimo ABC de la Performance. Por no hablar del ínclito Isidoro Valcárcel Medina.

Los 10 gestos que menciona el artículo son los siguientes:

  1. El Desnudo
  2. El uso del vestuario rojo
  3. El uso de la carne cruda
  4. Uso de sangre o pintura roja en alusión a esta
  5. Hacer “pintura vaginal”
  6. Embadurnarse con pintura, alimentos o fluidos sobre el cuerpo
  7. Envolverse lanas, cabellos, cordones, sogas, cintas o alambres a la cabeza
  8. Escribirse en el cuerpo o permitir que escriban sobre él
  9. Uso del hielo
  10. Hacer “Action painting”

Merece la pena, insisto, leer el artículo completo para ver las referencias y reflexiones que contiene.

Yo añadiría, por que no falte, un undécimo consistente en la costumbre de dar algo de comer/beber a los asistentes, haciéndoles partícipes, obligándoles a participar en esa misa o comunión… amén de aportar esa imprescindible participación del público, no vaya a ser que alguien crea que esa acción es una pieza de teatro clásico.

Reitero la búsqueda de lo sencillo, de lo cotidiano, del contenido conceptual más que plástico, hasta el punto de llegar al límite, a ese límite de la performance que deja de lado el espectáculo de manera completa.

Otra vez particionando una baratija

gparted-evolnx

Parece mentira (en su día dije inverosímil) que aún siga vivo este viejuno ordenador portátil, pero así es, demostrando que cierta austeridad es posible.

Después de la extinción del soporte de Windows XP, ese ordenador debía ser formateado para olvidarnos de instalar ningún sistema de los de Richmond.

Estoy haciendo pruebas de instalación de diversas distribuciones linux, teniendo en cuenta que sean usables por usuarios sin conocimientos informáticos, es decir, que tengan un sencillo gestor de ventanas, aplicaciones de ofimática, clientes web, etc.

Actualmente, tiene repartido el disco en una partición primaria (/dev/sda1) /boot, con 2 Gb de espacio, que inicialmente estaba pensada para albergar los distintos archivos de imágenes de arranque de las distintas particiones, pero esto da bastantes problemas y es innecesario, así que tan solo contiene el arranque del sistema operativo principal.

El resto del disco, hasta los 80 Gb, está formado por una partición extendida (/dev/sda2) en la que reservé una minúscula partición de swap (/dev/sda5) al final del mismo, para ser usada por todas las distribuciones instaladas.

La partición /dev/sda6, de 7,5 Gb contiene el directorio / de un Lubuntu 14.04, que ha resultado ser capaz de funcionar perfectamente bajo estas minúsculas características:

Compaq Evo Notebook N610c
Mobile Intel® Pentium® 4-M Processors at 1.6-GHz
ATI Mobility Radeon 7500 Graphics Controller with 32 MB of DDR video RAM.
14.1-inch SXGA+ display
512 MB DDR RAM (266 MHz)
80-GB HD.

Fue tremendamente sencillo de instalar mediante una versión LiveCD en un pendrive. Me ayudó a realizar el particionado inicial y depositó el GRUB2 en /dev/sda. Aún no tengo claro si merece la pena instalar el Grub en el MBR.

La partición /dev/sda7, de 7,5 Gb contiene el directorio / de un Debian 7, que me costó mucho más instalar. Tras varios intentos fallidos, lo logré desde un disco ISO de CD. El propósito de este Debian era probar un sistema que casi nunca he instalado y que parece que se acomoda bien a cualquier plataforma, haciendo que su instalación, personalizada, sea ajustada por esencia. Esto mismo es lo que la convierte en más trabajosa, pero a la larga puede merecer la pena. Al fin y al cabo, Lubuntu está basado en Debian, pero con más cositas.

Al Debian en cuestión le instalé para probarla la interfaz gráfica o gestor Enlightenment, lo que tampoco resultó nada sencillo. Acabé teniendo que recurrir a un repositorio sin firmar y que muy posiblemente no actualice las versiones como procede.

En cualquier caso, venía con otro par de entornos de escritorio, del que, cada vez más, me entusiasma la sencillez y eficacia de LXDE.

Otro problema con el que me suelo encontrar cuando trasteo con distribuciones de linux es que todas acostumbran a instalar (reinstalar) el gestor de arranque, cada vez más el GRUB2, y si no se puede evitar, pierdes la configuración que deseas tener con uno de ellos como sistema operativo principal (en el que, siempre, instalo un Grub-customizer). Trasteando, me encontré con una solución (es lo que tiene cuando se encuentran muchos problemas) para restaurar grub desde la partición preferida. Aún no la he usado, porque desde hace tiempo busco la manera de no instalar el Grub al probar una nueva distribución y luego agregar la entrada correspondiente vía el grub-customizer.

Por si fuera poco, algunas distribuciones no se llevan muy bien con el detector automático de esta herramienta, como me pasa en la partición /dev/sda8, donde tengo instalado un bonito y simple Tiny Core Linux, con menos de 2 Gb de disco dedicados y pensado, casi, para ejecutarse directamente desde PenDrive.

En este caso, tuve que añadir a mano en el archivo /etc/grub.d/40_custom la ubicación de los archivos que necesita el sistema en cuestión para arrancar.

Tengo otra partición más que sobredimensionada (4 Gb), para instalar un Puppy Linux en /dev/sda9/.

Pero mientras escribo estas líneas estoy descargando un interesante proyecto de distribución: Emmabuntüs que se relaciona con esta misma idea de austeridad positiva, la que ayuda a integrar y no desintegrar, como vienen haciendo desde la Fundación Emmaüs desde hace décadas. Como tantas otras ONGs, me da miedo encontrarme con que esta también es de inspiración cristiana (su fundador lo era) y acaba por ser otra más de las incontables neo-proselitistas sectas más o menos blandas camufladas de bienintencionadas organizaciones laicas.

De momento, parece que la distribución es bien querida, basada en Xubuntu 14.04.1 y el primero de septiembre 2014 Emmabuntüs 3 celebró el Festival de la Humanidad. Aunque solo sea por eso, es posible que merezca la pena echarle un vistazo.

Aún me quedan más de 50 Gb de espacio sin asignar. Si el PC fuese a ser terminado así, sería un espacio precioso para crear una partición /home para que las distintas distribuciones la compartiesen de modo que pudiesen escribir los datos de usuario en ella y no se perdiesen nunca. Pero hacer esto requiere un poco de paciencia y enlaces simbólicos para no mezclar datos de configuración de las distintas aplicaciones o gestores de escritorio.

Esto lo explicaré en otro momento. Así lo tengo en mi PC actual, mucho más solemnemente particionado (Windows 7, Linux Mint-Cinnamon 16, Kubuntu 14.04 y home en mi SSD y datos de archivos en un disco externo)

gparted-pctacens

Ante el maltrato

maltrato-vuela
A la primera señal de maltrato, vuela.

Mi primera pregunta es ¿qué se considera una primera señal de maltrato?

Para mí, que una persona sea machista, por ejemplo, es claramente una señal de maltrato.

Para mí, que una persona sea celosa, es claramente una señal de maltrato.

Que una persona sea prepotente, es claramente una señal de maltrato.

Pero sigue desplazando la pregunta:

¿cuándo una persona es machista?
¿cuándo una persona es celosa?
¿cuándo una persona es prepotente, racista, violento, de ideas violentas o que las justifica…?

Machista (o sexista, sin venir a cuento) es alguien desde el momento que considera que hay roles que deben ir, necesariamente, asignados a géneros. Eso es lo mínimo. Si además, por ello, existe una gradación (mejores vs peores), ya ni hablamos. No me es necesario que me diga que la mujer no vale una mierda, basta con que me diga que hay bebidas «de hombres», como escuché, medio en serio medio en broma, el otro día en una cena. Está claro que quien dice esto no conoce a mis amigas.

Machista es el que considera que la tradición o la naturaleza debe dictar nuestra moral. Que el hombre, frente a la mujer haya sido considerado el sexo fuerte durante periodos históricos en los que la fuerza bruta era necesaria para adquirir el sustento, no significa que ahora, en el siglo XXI (ya estamos en el 21, aclaro para quienes aún no lo saben), sea una razón justificativa de discriminaciones o segregaciones.

Celosa es cuando lo reconoce. Sí, hay gente capaz de, sin pudor, reconocerse celosa. Y yo me pregunto: ¿cómo alguien no es capaz de ver ahí una forma indigna e insana de amar? Hablo, no tanto de inseguridades ante la pérdida de la exclusividad sexual, que es otra cuestión que siempre me ha resultado inquietante, sino de la idea de posesión que va asociada a los celos: ¡no me gusta que miren a mi mujer!

Este mi es tan tremendo como incontestable. Quien lo pronuncia ya está, desde mi punto de vista, maltratando, y no es una señal, es mucho más que eso. No puede haber celos sin maltrato. O, dicho más suavemente, son, claramente, la antesala del maltrato.

No hablo de un mi que establece una connotación sobre la relación: mujer con la cual tengo una de mis más importantes relaciones. Sino de aquel mi que dice que es mía y solo mía, que quien desee tener algún trato mínimamente afectivo con ella, táctil, o similar, ha de pedirme permiso, como alguna vez alguno ha osado hacer en una milonga antes de bailar con Carmen. Yo me he reído y he contestado: pregúntale a ella, es un ser independiente.

Pero quizá una palabra que no he había llamado tanto la atención fue la de VUELA, que está bien marcada en una mayúscula desgastada, no había reparado en que no hace frente, en que se trata de una huida que deja tras sí impunidad para con el maltratador (el «ser» maltratador, no el hombre necesariamente).

Podría haber sido sustituida por cualquiera de una serie como LUCHA, MÁTALO, DENUNCIA… y esta denuncia puede ser no solo mediante los canales telefónicos correspondientes, sino empezando por el entorno, hasta que éste no lo tolere, le excluya, le condene al ostracismo o al exilio, que le suponga, a ese y a otros, una reeducación al más puro estilo de la Revolución Cultural China (o casi).

No soporto entornos que justifican o incluso alaban ciertas de estas actitudes pre-maltratadoras como algo «normal», humano, natural… sin cuestionar su moralidad, sin haberse hecho una idea de qué modelo de sociedad se desea tener. Pero quizá este es el verdadero trasfondo del problema. Falta de conciencia social.

¿Cómo y por dónde empezar a conseguirla?

De momento, seguiré escribiendo sobre estos temas a modo de denuncia callada, sosegada, que pueda servir de reflexión para otras personas. Espero.

¿Quién se encarga de las compras de higiene?

axe-parael

Ya que no viene una mujer del futuro a decirle a las mujeres del presente que tendrán que seguir haciéndoles la compra a sus «maridos», lo ponen clarito clarito en una construcción gramatical claramente (redundancia) tendenciosa: ANARCHY FOR HIM (PARA ÉL). (De lo de anarchy, mejor ni hablar)

¿Por qué no se utiliza otra forma del pronombre personal?

Para mí.
Para ti.
Para él/ella.
Para nosotros.
Para vosotros.
Para ellos.

Para mí: si se piensa que el comprador va a ser un hombre que va a usar aquello que se compra, como si fuese un ser independiente, maduro, capaz de cubrir sus propias necesidades higiénicas sin apoyo de ninguna fémina. Si se piensa que el comprador es un hombre que va a regalárselo a su pareja (sexual o no), eventualmente también masculina, podría incluirse un para él que significase algo muy distinto. También tendría aquí cierto sentido el para ti. Incluso si se pensase en aproximar la oferta al comprador, con un para ti, que le diga que alguien, al otro lado del mostrador, le está tuteando.

Hay un sugerente para ella, que implicaría cierto gusto que se le satisface (en una relación heterosexual), siempre suponiendo que fuese él quien, dotado como está de piernas y cerebro, se acercase a la droguería de turno a adquirir su propio artículo de aseo.

Para nosotros o vosotros… sería algo curioso, pero también interesante, que connotaría cierta fraternidad entre los hombres o usuarios de este tipo de desodorantes.

Para ellos: volvemos a un para él muy ridículo, muy machista, salvo interpretaciones atípicas y minoritarias que no vendrían a cuento, tales como recomendar el uso a aquellos compañeros de trabajo que, todos ellos, necesitan algo de higiene y no han sido capaces de encontrar una hembra que les asee.

Que la marca AXE es célebre por su machismo publicitario es notorio, pero lo que me resulta bochornoso es que estas ofertas se sigan dejando caer en los armarios de cualquiera sin que se haga el más mínimo comentario al respecto.

Este mensaje, por muy extendido que esté el hábito de repartición de roles asociándolos a sexo o género, me parece mucho más preocupante que la «corrección» de géneros gramaticales forzándolos por encima de la lógica. Y es fácil reivindicar (desde las autoridades competentes o desde el consumo particular) la no adquisición de productos con mensajes explícitamente sexistas, o la exigencia de su supresión o regulación, siempre que, supongamos, esta sociedad defienda valores de igualdad de género que sean irrenunciables para considerarse avanzada. Lo que es mucho suponer, por otro lado.

Esto no es una broma