Falacias

De las múltiples falacias que suelen abundar en las argumentaciones, he de reconocer que una que me hace mucha gracia es la de Reductio ad Hitlerum. La he llegado a encontrar en una página de Facebook de una chica, declaradamente partidaria de las tesis nacionalsocialistas y apologéticas de la violencia homofóbica, racial o supremacista, machista… vaya, una página que me animaban a pedir su bloqueo o censura. La chica en cuestión (catalana, pero anticatalanista (o españolista) extrema) se defendía de sus «atacantes», de aquellos que la habían censurado u obligado a pedir una retractación a Facebook Inc., mediante esta falacia, usada tal cual es: tachándoles de «Fascistas».

Jejejeje…

No podía más que reír, por más que la página mencionada diese ciertos escalofríos. Pero que una declarada (autodeclarada) fascista, insulte o contraargumente, tachando de «fascista» a cualquier opositor es tan divertido… ¿Era ironía? ¿No se daba cuenta de que les estaba llamando cómplices, colegas, y no oponentes equivocados?

¡Ay! Para mear y no echar gota, que se dice…

Me parece más serio (y triste) cuando se dice del PP o de algún líder cuestionablemente electo, que es un Fascista, y con esto parece resuelto el tema de que esta persona o partido está equivocado. Aquí está la falacia funcionando como debe funcionar. Pero es cuando resulta más peligrosa. Se intenta demostrar que el PP no es fascista y, entonces, por arte de birlibirloque, pasa a estar en lo cierto. Falacia sobre falacia… y tiro porque me toca.

Dejo, para curiosidad del lector, la definición que he encontrado en Wikipedia de esta Falacia

La expresión reductio ad Hitlerum (Reducción a Hitler, falacia del tipo Ad hominem), argumentum ad Hitlerum o argumentum ad nazium fue creada originalmente por el filósofo político alemán Leo Strauss (1899-1973), profesor de la Universidad de Chicago. Se plantea que cuando una discusión se alarga demasiado, siempre aparecerá quien acuse de fascismo hitleriano a su contraparte. Fue planteada en 1951 en un artículo de «Measure: a critical journal». Es una combinación de varias falacias: la típica falacia de asociación y argumento ad nauseam al suponer que no es necesario mayor debate tras la acusación.

Reductio ad Hitlerum es una falacia en la forma: «Adolf Hitler apoyaba X, por lo tanto X debe ser malo».

Una enorme colección bien traducida de las falacias existentes (de casi todas) la he encontrado gracias a una amiga en esta web, mediante el empleo de un documento Google Doc de Falacias.

Falacia Definición Ejemplo
Rescate Ad Hoc Tratar de salvar una creencia preciada revisando continuamente el argumento para neutralizar sus problemas «Pero, aparte de mejor sanidad, medicina, educación, irrigación, salud pública, carreteras, un sistema de agua potable y orden público .. ¿Qué han hecho los romanos por nosotros?»
Ad Hominem Evitar el argumento lanzando un ataque irrelevante a la persona y no a su argumento «Cualquiera que diga que debemos construir la mezquita de la Zona Cero es un liberal que odia a América.»
Afirmación del Consecuente Suponer que sólo hay una explicación para la observación que estás haciendo. «El matrimonio a menudo resulta en el nacimiento de niños. Así que esa es la razón de que exista.»
Evidencia Anecdótica Ignorar la evidencia alcanzada por la búsqueda sistemática o estudios en favor de algunos relatos de experiencias personales. «Voy a seguir fumando. Mi abuelo fumó dos cajetillas diarias hasta que murió a los 90 años.»
Apelación a (Dudosa) Autoridad Afirmar que algo es cierto porque un «experto» (no cualificado o no fiable) dice que lo es. Más de 400 prominentes científicos e ingenieros debaten sobre el calentamiento global.
Apelación a Autoridad Anónima Utilizar la evidencia de un «experto» o «estudio» anónimo, o de un grupo generalizado (como el de los científicos) para afirmar que algo es cierto. «Dicen que se necesitan 7 años para digerir la goma de mascar.»
Apelación a Práctica Común Afirmar que algo es verdad porque es una práctica común. Este banco tiene algunos problemas de corrupción. Pero no pasa nada aquí que no pase en el resto de bancos.
Apelación a las Consecuencias de una Creencia Argumentar que una creencia es falsa, ya que implica algo que no quieres creer. Ese no puede ser el senador teniendo sexo en ese video. Si lo fuera, estaría mintiendo sobre que no conoce a esa mujer. Y él no es el tipo de hombre que mentiría.
Apelación al Miedo Un argumento que se hace incrementando el miedo y los prejuicios hacia el lado opuesto «Pronto habrán mas mezquitas que iglesias.»
Apelación a la Adulación Usar una adulación irrelevante para incluir un argumento infundado, para que éste sea aceptado junto con la adulación. Los lectores inteligentes y sofisticados, por supuesto, reconocerán un error como éste cuando lo lean.
Apelación a la Ignorancia Una afirmación es cierta simplemente porque no se ha probado falsa (o falsa, porque no se ha demostrado cierta.) Nadie me ha probado de que hay un Dios, así que sé que no hay Dios.
Apelación a la Incredulidad Si una aseveración suena increíble, debe ser falsa. El ojo es una máquina biomecánica increíblemente compleja con miles de partes que engranan perfectamente. ¿Cómo podría existir sin un diseñador inteligente?
Apelación al Dinero Suponer que, si alguien es rico o algo es caro, eso afecta a la veracidad de la aseveración. «Si cuesta más, debe ser mejor.»
Apelación a la Naturaleza Hacer que su afirmación resulte más creíble, comparándola con el «buen» mundo natural. Por supuesto que la homosexualidad es antinatural. No ves animales del mismo sexo copulando en la naturaleza.
Apelación a la Novedad Presumir que algo es mejor porque es nuevo o más nuevo. «¡Excelente! La última versión de este sistema operativo va a hacer mi computadora mas rápida y mejor.»
Apelación a la Compasión Tratar de inducir lástima para manipular a sus oponentes. El ex dictador es un anciano moribundo. Es un error someterlo a un juicio por sus presuntos delitos.
Apelación a la Creencia Popular Afirmar que algo es cierto porque la mayoría de la gente lo cree. «La leche es esencial para huesos saludables.»
Apelación a la Probabilidad Asumir que porque algo puede pasar, inevitablemente va a pasar Hay miles de millones de galaxias con miles de millones de estrellas en el universo. Así que debe haber otro planeta con vida inteligente en él.
Apelación al Ridículo Presentar el argumento del oponente de forma que parezca absurdo. La fe en Dios es como creer en Santa Claus y los Reyes Magos.
Apelación al Rencor Descartar una afirmación, apelando a prejuicios personales en contra del afirmante. ¿No odias como esos ricos liberales actores de Hollywood van a la televisión para promover sus agendas?
Apelación a la Tradición Afirmar que algo es cierto porque (aparentemente) siempre ha sido así. El matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. Por lo tanto el matrimonio gay está mal.
Apelación a los Deseos Sugerir que algo es cierto o falso sólo porque deseas fuertemente que así sea. «El Presidente no mentiría. Él es nuestro líder y un buen Americano»
Petición de Principio Ocultar factores importantes y defender la veracidad de tu afirmación sin otra evidencia que la propia conclusión de la afirmación. «Todas las drogas ilegales son perjudiciales, por eso es por lo que son ilegales.»
Generalización Parcializada Generalizar a partir de una muestra no representativa para aumentar la fuerza de tu argumento. «La encuesta de nuestra web encontró que el 90% de los usuarios de internet se oponen a las leyes de piratería en Internet.»
Peso de la Prueba No necesito probar mi afirmación – tú debes probar que es falsa. «Defiendo que los ciclos solares son la causa del calentamiento global. Demuéstrame que me equivoco.»
Lógica Circular La conclusión se deriva a partir de premisas basadas en la propia conclusión. «El recorte en derechos de privacidad sólo le importa a aquellos que tienen algo que ocultar. Debes tener algo que ocultar si te opones al recorte en derechos sobre privacidad.»
Circunstancia Ad Hominem Indicar que una afirmación no es creíble sólo por el interés que tiene el defensor en su afirmación. «Un estudio sobre los riesgos para la salud de los teléfonos móviles involucra a empresas de telefonía móvil. Por lo tanto, el estudio no es fiable.»
Composición Asumir que las características o creencias de algunos miembros de un grupo se aplican al grupo entero. «Los recientes ataques terroristas se han llevado a cabo por grupos islámicos. Por lo tanto todos los terroristas son musulmanes.»
Sesgo de Confirmación Buscar solamente las evidencias que apoyen tu idea mientras ignoras las evidencias que la contradicen. «Es obvio que el 11M fue una conspiración orquestada por el gobierno estadounidense para justificar la guerra en Iraq y Agfanistan. Ningún avión se estrelló en el Pentágono. El colapso de las Torres Gemelas fue una demolición controlada, etc.»
Cum Hoc Ergo Propter Hoc Afirmar que dos eventos ocurridos simultáneamente deben tener una relación de causa y efecto (Correlación = Causa). «Los adolescentes de la bandas escuchan música rap de temática violenta. La música rap inspira violencia en los adolescentes.»
Negación del Antecedente No hay sólo una explicación para un resultado. Por eso es falso asumir la causa basándose en el efecto. «Si obtienes un título, encontrarás un buen trabajo. Si no obtienes un título, no encontrarás un buen trabajo.
División Assuming that characteristics or beliefs of a group automatically apply to any individual member Many Conservatives wish to ban gay marriage, discredit climate change, and deny evolution. Therefore all conservatives are homophobic, anti-enviroment creationists.
Falso Dilema Presentar dos opciones opuestas como las únicas mientras escondemos otras alternativas. «Vamos a tener que hacer recortes en educación o aumentará nuestra deuda. No podemos permitirnos aumentar nuestra deuda. Por ello tenemos que hacer recortes en educación.»
Falacia del Apostador Asumir que una historia de resultados independientes afectará a resultados futuros. «He tirado una moneda 10 veces seguidas y todas han salido cara. Por lo tanto la próxima vez que tire la moneda es más probable que salga cruz.»
Falacia Genética Atacar la causa o el origen de una afirmación, en lugar de a la afirmación misma. «Por supuesto, los principales medios de comunicación liberales no van a decir que Barack Obama es musulman.»
Falacia Por Asociación Desacreditar una idea o afirmación asociándola con un grupo o persona indeseable. «Oh you want to relax the anti-terrorism laws just like the terrorists want us to do. Are you saying you support terrorism?»
Generalización Apresurada Diseñar una conclusión general a partir de una muestra pequeña. «Una conductora frente a mí acaba de hacerme frenar. Las mujeres no saben conducir.»
Ignorar la Causa Común Afirmar que un evento debe haber causado otro mientras que un tercer evento (ignorado) es probablemente la causa. «Tuvimos la revolución sexual de los 60, y ahora la gente está muriendo de SIDA»
Conclusión Precipitada Alcanzar una rápida conclusión sin considerar de forma justa las evidencias relevantes (y fácilmente disponibles). «¿Quiere anticonceptivos en su cobertura médica? ¡Qué zorra!»
Mentira Una falsedad absoluta repetida a sabiendas como un hecho. «No tuve relaciones sexuales con esa mujer»
Posición Intermedia Asumir que porque dos argumentos opuestos tienen méritos, la respuesta debe estár en algun punto medio de ambos. Golpeé tu coche por atrás pero pienso que no debería pagar los daños. Tu piensas que yo debería pagar todos los daños. Un compromiso justo sería dividirnos la factura entre los dos.
Falsa Vivencia Describir un suceso con todo detalle, incluso si es un suceso aislado, para convencer a alguien de que es un problema. «Después de legalizar el matrimonio gay, se pidió a las bibliotecas escolares que tuvieran literaturan gay; los alumnos de primaria están recibiendo cuentos de hadas homosexuales e incluso manuales que defienden explicitamente la homosexualidad»
Falacia Perfeccionista Asumir que la única opción sobre la mesa es un éxito perfecto, y entonces rechazar cualquier cosa que no funcione perfectamente. «¿Cuál es la razón de esas campañas publicitarias en contra de beber al volante? La gente va a beber y conducir sin importar lo que hagamos.
Post Hoc Ergo Propter Hoc Afirmar que porque un evento sigue a otro, el segundo es la causa del primero. «Desde la elección del Presidente hay más parados que nunca. Por lo tanto el Presidente ha dañado la economía.»
Pista Falsa / Señuelo / Cortina de Humo Introducir información irrelevante en la argumentación para distraer y conducirla a una conclusión diferente. «¿Por qué debería el senador rendir cuentas por irregularidades en sus gastos? Después de todo, hay senadores que han hecho cosas mucho peores.»
Falacia Relativista Rechazar una afirmación debido a la creencia de que esa afirmación es relativa a una persona o grupo. Tal vez eso sea cierto para ti, pero no es cierto para mi.
Pendiente Resbaladiza / Deslizante Asumir que un primer paso relativamente pequeño conducirá inevitablemente a una cadena de eventos negativos. Si legalizamos la marihuana, más gente empezará a usar crack y heroína. Entonces tendremos que legalizarlas también.
Argumento Especial Los principios universales no se aplican conmigo o con mi argumento. Nadie está por encima de la ley. Sin embargo yo no delataría a nadie.
Efecto Foco Asumir que una observación de una pequeña muestra de gente se aplica a un grupo entero. Este gran fabricante de zapatos emplea a niños en sus talleres. Por lo tanto ¡todas los fabricantes de zapatos son malvados esclavistas de niños!
Hombre de Paja Crear una caricatura distorsionada o simplificada del argumento de tu oponente, y entonces argumentar contra ella. «Dices que Israel debería parar de construir asentamientos en la Orilla Oeste en violación del tratado. ¿Entonces estás diciendo que Israel no tiene el derecho a ser una nación?
Evidencia Suprimida De forma intencionada, no usar información significativa y relevante que sea contraria a nuestra propia conclusión. «Éste régimen iraquí posee y produce armas químicas y biológicas. Se están buscando armas nucleares.»
Generalización Radical / Enorme Aplicar una regla general de un modo demasiado amplio. «Esos jóvenes se rebelaron porque no tienen padres moralmente responsables.»
Dos Errores Hacen un Acierto Asumir que si se comete un error, otro error lo cancelará.Assuming that if one wrong is committed, another wrong will cancel it out «Claro, las condiciones de esta prision son crueles e inhumanas. ¡Pero estos presos son criminales!»
Intersección Malinterpretada Asumir que porque dos cosas compartan una propiedad, eso las convierte en la misma cosa. Una teoría puede significar una idea sin demostrar. Los científicos usan el término teoría de la evolución. Por lo tanto la evolución es una idea sin demostrar.
Infalsabilidad Realizar una afirmación que no puede probarse que es falsa, porque no existe ninguna forma de comprobar si es cierta o falsa. «Mintió porque estaba poseído por demonios.»
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Juicio y Castigo

Juicio y Castigo a Botín
Juicio y Castigo a Botín
Y digo yo que me parece un poco excesivo esto de pedir juicio y castigo, directamente y sin pasar por la casilla de salida.

Entiendo que se sabe que ha realizado algún acto delictivo. En caso de no ser así, ni siquiera sería procedente el enjuiciamiento. Y si se considera que lo que ha hecho es inmoral o, cuando menos, antiético, lo que habría que comenzar pidiendo sería una modificación de la legislación para que no pueda escapar de su comportamiento abusivo, como supongo que ha sido. Lo cual, por otra parte, es la esencia del capitalismo mismo, así que resulta complicado solicitar algo así sin modificar el sistema. Una modificación de la legislación es algo a exigir a los representantes (al menos de momento) que ocupan el Congreso.

Supongamos ahora que sí, que sí hubiese cometido un acto delictivo. En caso de ser así, lo primero que hay que hacer es solicitar una detención, que no la realiza el mismo «poder» que el enjuiciamiento sino el poder ejecutivo. Una detención la llevan a cabo las fuerzas del orden y seguridad del Estado en un estado de derecho, es decir, la poli.

Por último, supongamos que el poder ejecutivo tuviese lo que hay que tener para solicitar el procesamiento judicial de este ser, presuntamente humano y presuntamente culpable. Aun así, ¿no cabría esperar el resultado del juicio, es decir, confiar en el poder judicial, para declararle culpable? Y, después, ¿no habría que intentar que este señor se rehabilitase para el sistema como un ser ético, reeducado, por decirlo así, capaz de aportar algo positivo a la sociedad en la que se enmarca, en lugar de solicitar un castigo vengativo y revanchista, casi propio de una horda de justicieros rámbicos?

Sinceramente, me parece algo estúpido y carente de racionalidad el no darse cuenta del avance que, en su día, supuso la separación de poderes y, en lugar de reivindicar que esta separación perdure (cosa que, por otro lado no sucede), solicitar la unión de todos ellos en manos de unos presuntos sabios que son capaces de ejercer de legisladores, policías, jueces y, ni más ni menos, también verdugos.

¡Ay, si Montesquieu levantase la cabeza!

El Demonio de Maxwell

Supongamos que afirmo que creo en la existencia de un ser invisible que lleva a cabo milagros termodinámicos, es decir, contradice los fenómenos habitualmente observables, realizando lo que, según cualquier modelo terrenal consideraría imposible.

Supongamos que afirmo que ese demonio de Maxwell me pide que le dé dinero a unos que sí que afirman haberlo visto. Esos, además, establecen una serie de normas según las cuales me he de regir y mi conducta se ha de conducir. Por ende, debo pagarles por ello también. Y ellos (alguna ella puede que también, pero menos) me piden que crea, no ya en la existencia de ese ser invisible, sino directamente en el hecho de que ellos son elegidos o sí que lo han visto. Como testimonio, me piden que crea… lo cual es algo fácil, si es que estoy dispuesto a creer en la existencia de un ser invisible que lleve a cabo contradicciones espaciotemporales varias.

Supongamos que en otro rincón de la ciudad otro grupo de personas también afirma haber visto a ese ser invisible, o que lo han oído, esta vez, con una voz clara y distinta. Y supongamos que esa voz les dice que los que ven a ese ser invisible son unos estafadores, unos embaucadores, unos mentirosos. Que esa voz les dice que deben ir a la guerra contra ellos y demostrarles, así, que ellos sí que tienen el apoyo de ese ser invisible que lleva a cabo milagros termodinámicos.

Supongamos que esos milagros, entre otras cosas, implican la configuración espacial de los átomos formando moléculas, formando macroestructuras a las que llamamos cuerpos. Podríamos llegar a afirmar que es un dios creador, aunque también sería un dios destructor puesto que se afirma que esas formas se remodelan para dar lugar a otras estructuras. Podemos decir que no, que el dios destructor es otro, es un dios distinto al que no se le deben tributos, así que solo tenemos que pagar al dios «bueno» que crea las estructuras.

Supongamos que otra panda de seres humanos, creados, naturalmente, por esas fuerzas demoníacas, recupera a ese dios «malo» como un dios con mala fama y lo eleva a los altares y pide o reclama, también, diezmos para el mismo.

Supongamos que ya hemos olvidados que seguimos hablando de seres invisibles de dudosa existencia, cuya única prueba de existencia consiste en que no se pueda probar su existencia. Y supongamos también que ya no nos acordemos de que hay varias agrupaciones variopintas que ven, oyen, tocan, huelen, a esa divinidad termodinámica sin habernos dado ninguna prueba de su existencia salvo el hecho de que debemos creer porque no hacerlo sería cuestionar la misma esencia de nuestra forma humana, hecha a raíz de una estructuración macromolecular varia.

Supongamos que formamos, en torno a esta deidad, un culto rentable y propagamos nuestra idea más o menos similar a las anteriores, por medios pacíficos o no… ¿acaso importa?

Supongamos que existe alguien que cuestiona la necesidad de esa creencia primera en la existencia inverificable de un dios invisible.

Hummm…

Me cansan las suposiciones: ¡a creer y punto en boca!

A relaxing cup of café con leche in la Plaza Mayor

anabotellaEl discursito de Ana Botella el 7 de septiembre ante el Comité Olímpico Internacional ha generado una avalancha de mensajes más o menos divertidos haciendo leña de ese esperpento de árbol caído. Las redes sociales bullen de imágenes como esta de la izquierda, así como enlaces a noticias y vídeos donde se puede ver y oír el malísimo nivel de inglés de la alcaldesa de Madrid.

Que su nivel de inglés sea pésimo es grave, pero el contenido del mensaje, en cualquier idioma, debería haber avergonzado a más de uno, pero no parece que así sea. Es grave que su nivel de inglés sea malo, tanto como para pensar si tendría sentido que una representante de una ciudad como Madrid debería tener unos mínimos de exigencia académica o similar, tanto para su conocimiento de idiomas relevantes como otros mínimos de conocimientos técnicos, legales, conocimientos de cultura general, literatura (Sara Mago no es mujer…), artes, tecnologías varias, etc. O saber buscarse un buen equipo de asesores en quienes delegar determinadas decisiones y/o apariciones públicas explicativas.

Que su nivel de inglés sea pésimo es grave, pero que no se haya excusado ante la ciudadanía es lo verdaderamente triste, es más, puntualizando, lo verdaderamente triste es que no se exija por esta misma ciudadanía una disculpa, una explicación, una humildad de servidor público que es lo que no asumen ser nuestros políticos con nuestra complacencia.

Hay un punto que me resulta hiriente cada vez que lo leo y es el tocante al hecho de que esta señora no haya sido elegida democráticamente. Lo siento, pero no es correcto: Ana Botella concurrió a las elecciones municipales de Madrid de Mayo de 2011, como segunda de lista (cerrada) del Partido Popular. Y el Partido Popular (no el cabeza de lista) obtuvo mayoría absoluta, mal que me pese, en esas elecciones. Que unos meses después el primero de la lista fuese reubicado no es un incumplimiento electoral como muchos de los que vienen haciéndose: No hay compromiso en el mantenimiento por ninguna razón de los representantes del partido. En la democracia española (y muchas otras) se vota un partido político, lo que tiene sus ventajas (que algunas tiene, como la presunta dificultad de compra de votos derivada de la disciplina de partido) y también sus inconvenientes.

A mí siempre me ha resultado mucho más sencillo nuestro mecanismo de democracia representativa, puesto que se limita a tener que analizar líneas ideológicas (cuando las había) y programas electorales, en lugar de analizar o creer a personas físicas, con sus múltiples y variables vicisitudes, como cánceres, defunciones, destituciones, abdicaciones, etc.

Que Alberto Ruiz Gallardón dejase de ser alcalde de Madrid para dedicarse a otras labores que no están haciendo mucho bien por su imagen pseudoprogresista, tan solo tenía acarreado que le sucediese en el cargo aquella persona que estaba en la lista que el Partido Popular presentó a candidatura y que los votantes madrileños eligieron por mayoría absoluta.

Que los madrileños (y en las generales los españoles) no se responsabilicen de saber que una lista cerrada y un partido político es lo que están eligiendo es lo que más me preocupa: ¿Se puede tener una democracia representativa sin comprender su sistema de elección de representantes?

Algunas veces me he encontrado con gente que decía que Gallardón hacía que el PP no fuese tan malo… o tan retrógrado o tan conservador. Siempre he respondido con un sonoro: NO. El PP es rancio, retrógrado y conservador. Su ideología de base lo es. No va a dejar de serlo, pero eso no quiere decir que sean tan estúpidos como para no saber la maravillosa fuerza que se puede conseguir con un buen marketing. Venden la imagen de partido moderno, liberal (neo), salvapatrias, y la gente lo compra. Sí, es así, la gente lo cree.

Pero esta es la raíz del problema, esta es la pregunta que me haría:

¿Han de ponerse requisitos a los candidatos a puestos públicos representativos o han de ponerse requisitos a los votantes para que sepan elegir candidatos dignos de representar?

Si contestamos que han de ponerse requisitos a los candidatos, puede que algunos electos presidentes cayeran a la primera, como el, por otra parte buen gobernante, Evo Morales. Si contestamos que han de ponerse requisitos a los candidatos, muy posiblemente el mejor sistema posible sea una Tecnocracia, un sistema que parece que está funcionando en Italia, comparado con la elección que los votantes llevaban haciendo repetidas veces de un gobierno patético, xenófobo, machista, violento, simplón… pero televisivo.

Pero claro, es una forma de acabar con uno de los pilares de esta utopía llamada Democracia: cualquier persona (¡Cualquier persona, sin hacer pruebas de inglés, entre otras!) tiene derecho a representar a la ciudadanía. Quizá es hora de revisar este principio, pero soy más partidario de revisar también el otro principio, aún más básico: cualquier persona está capacitada para elegir a sus representantes y/o gobernantes.

Lo que me lleva a la segunda parte de la pregunta: ¿Por qué no se cuestiona si los votantes saben a quién o qué eligen cuando votan?

Recuerdo haber hojeado la candidatura de Equo durante las elecciones nacionales pasadas y, por supuesto, decantarme por votar su proyecto. Pero según lo hice, investigando para saber un poquito más quienes eran, me daba cuenta de lo imposible de que esa candidatura viese la luz en un país como este: demasiados licenciados. Es como cuando se tachaba ¡despectivamente! a Julio Anguita de «profesor», como para indicar que era demasiado aburrido. Y, aunque lo fuese, no por ello debería de haber sido desprestigiado, sino todo lo contrario. Pero no ocurre así en este país.

Que Ana Botella no sepa inglés no es un problema tan grave como el hecho de que los votantes de este país no sepan qué votan. Que el PP esté repleto de sinvergüenzas (y el PSOE, IU, PNV, CiU) y/o de incompetentes, no es ni más ni menos que el reflejo de una sociedad que tiene unos valores pésimos. Ese sí es un verdadero problema de fondo: no hay mucho que mejorar si no se desea mejorar. ¿Por qué van a hacerlo nuestros representantes?

Voy a tomarme una cup of café con leche in algún where… y a hablar de furbol, o de Nadal, o de Olimpiadas… que eso del arte es una chorrá, una ida de olla de unos caraduras… ¿y la ciencia? Va! ¿esos qué saben de la vida? ¿o del mundo? Si están siempre en un despacho, no como yo, que vivo en la calle y sé lo que es un buen coño… ¡No te jode! Y además, que ese café no me lo ponga un sudaca que me da por culo tanto puto inmigrante…

Pos eso…

Como para emigrar, pero no solo por los representantes, sino por los representados, electores de los primeros.

Taller de Conexión Quantica Espiritual Colectiva, Madrid 21 de Septiembre

Es que no sé qué hacer, si reír o si llorar.

Amén del hecho de que haya un taller con esta llamativa utilización de la palabra «Quantica» en su título, más que nada para decir que la conexión se produce de alguna manera, digamos, discreta, o será que es reactiva a un determinado y concreto haz de radiación electromagnética de una frecuencia exactamente cuantificable, amén de ello, repito, está el tema de la escritura:

Taller de Conexión Quantica Espiritual Colectiva, Madrid 21 de Septiembre

Se debería haber escrito Cuántica.

Quantica no tiene ningún sentido en español, además del tema del acento, que resulta ser un atributo ignorado pero que redunda en una conexión exagerada con un divertido diminutivo: cuantica (como en cuantica cerveza puedo beberme esta tarde soleada).

He hablado más de una vez sobre este despropósito de utilización ridícula de vocabulario científico con fines de publicidad, más que reales, en entornos esotéricos y de la New Age. No sé si merece la pena hacerlo de nuevo o remitir a la conversación sobre la crisis del pensamiento racional.

Bueno, de lo de espiritual y colectiva, sin hablar de conexión… es mejor no hablar. Este tipo de talleres, cada día más, me parecen, simple y llanamente, estafas.

Guerra civil en Siria

Como sigo con la costumbre autoimpuesta de no leer la prensa, no me acabo de enterar perfectamente sobre lo que está pasando en Siria, ni sobre esa guerra en la que vamos a estar involucrados. Lo sé por las redes sociales, que parece que hablan de esto ahora. No hablaban en los últimos 2 años, apenas, de que esta guerra civil está en marcha ni sobre los actos salvajes que se están cometiendo allí. Posiblemente, por ambos bandos.

Como cuando se trataba del tema de la intervención en Libia, no nos preocupamos demasiado si no tenemos que intervenir. Supongo que esta vez tampoco el rey tendrá nada que decir, salvo que se vaya de vacaciones a matar elefantes a Siria…

He de reconocer que veo a mis amigos más o menos progresistas protestar por la inferencia, por la entrada de tropas en Siria, y no sé si concuerdo con ellos. ¿Esto me hace menos progresista? Quizá (efectivamente) me hace mucho menos pacifista. Tampoco digo que esté a favor de la intervención.

¿Y entonces?

Pues no lo tengo claro. No sé qué responder. Sigo pensando que se trata de uno de esos casos del Problema del Abusón que no he logrado desentrañar.

Lo que sí tengo claro es que si Siria no fuese un lugar estratégicamente situado no habría el más mínimo planteamiento de resolución del conflicto. Nadie (a duras penas) hizo ni la más mínima intervención, ni crítica de las pocas, durante el conflicto en El Chad o en Darfur, por no hablar de Mali y Azawad. No conozco a nadie que me sepa decir el nombre de las capitales de ninguno de estos países.

Hoy todo es Siria: No a la entrada en la guerra de Siria. Sí a la destitución del pseudolaico presidente. Con un conflicto que puede ser el detonante de uno mucho mayor. Siria es quizá uno de los países más conflictivamente situados del mundo. Con apoyos diversos de Rusia, vieja aliada, China, complicadas relaciones diplomáticas con Irán, Irak, Israel, Turquía, Francia, Gran Bretaña, EEUU…

Está claro, no obstante, que prefiero seguir sin leer prensa, en la que pueda tener la ilusión, ya sea «amiga o enemiga» de que sé lo que pasa allí y la mejor manera de resolverlo.

Me estoy volviendo un ser muy muy pasivo…

Orwell VS Huxley – La explicación de por qué nadie hace nada

(Aunque nadie debería ser considerado un sujeto de la primera persona del plural y no de la tercera del singular)

Publicado en agosto 30, 2013 en pedacicosarquitectonicos

Aquí va una breve explicación de por qué a pesar de que cada vez el mundo va peor, la mayor parte de la sociedad no hace absolutamente nada por evitarlo. Puede que después de todo, haga mucho tiempo que vivimos en una distopía…

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Demostrarle algo a alguien

no compitasSiempre que oigo la expresión «No tengo que demostrar nada a nadie» o su versión sin dos negaciones que dice lo mismo: «No tengo que demostrar algo a alguien» (he de reconocer que, sobretodo, la primera versión) me viene a la cabeza la idea de que quien lo afirma (yo suelo hacerlo con frecuencia) cree estar convencido de que esa demostración dejaría convencido a ese alguien.

Por ejemplo: No tengo que demostrarle a nadie que soy el más rápido, parece llevar implícita la afirmación de que, verdaderamente, lo soy.

Si no tengo que demostrar nada a nadie, o, lo que es lo mismo, no tengo que demostrar algo a alguien, es porque realmente me importe un carajo si cumpliría con las expectativas de ese alguien, que, en última instancia, es quien estoy usando para que me sirva de baremo con el que medirme a mí mismo, valga la redundancia.

Es decir: No tengo que demostrarle a nadie que soy el más rápido, podría llevar asociado el íntimo pensamiento y convencimiento de que, verdaderamente, no lo soy (o no lo sea) y, lo más importante, me importa un pimiento… o menos que un pimiento, que, según el día, puede resultarme terriblemente importante.

En el fondo, retóricamente hablando, no deseo medir lo que no es medible: mi cualidad humana, mi valor, etc. Y los atributos físicos más o menos medibles, lo que físicamente llamaríamos magnitudes mensurables, no dejan de parecerme superficiales y de escasa, o incluso nula, valía informativa en cuanto a la medición imposible: cómo de humano soy.

Vaya, en román paladín: me la pela…

¿Qué se vende, la ropa o el hombre?

VentaHace unas semanas guardé esta foto en mi memoria (digital y neuronal) porque me ocasionó una especie de convulsión mental: ¿Qué se vende, la ropa o la humanidad?

Mi sensación es que con la oferta de comprar, quien se está vendiendo es, curiosamente, el comprador. Vendiéndose a un sistema que necesita engullir su demanda fabricada por la oferta, una demanda artificial, una demanda virtual, falsa, innecesariamente satisfecha, insatisfactoria por esencia para perpetuar el hábito de compra y mantener la cadena temporal de la adicción (que no adición (querida Aída)).

La imagen me parece tremenda, no sé por qué, pero me lo parece. Me indigna y me subleva, pero lo único que hago es (aunque quizá no es tan poco) huir: salgo corriendo de centros comerciales o tiendas como Zara, Lefties, etc… Me empieza a entrar una angustia similar a la que siento en una iglesia cristiana, ganas de volverme sociópata… no sé, pero algo en mí no acaba de encajar… ¿o soy de los pocos que sí encajan en algo que aún no existe? ¿soy un elegido? ¿un ser superior, a la manera Nietzschiana? ¿O solamente un marginal que ansía encontrar su lugar?

Fanático

Texto extraído de la web dechile.net dedicada a la etimología. Tal como sospechaba, fanático es inherente a templo, es decir, que la religión cristiana lo lleva en la raíz de su funcionamiento. Y otras religiones también, claro. Si se erradicaran, se acabaría con muchos fanum-áticos. Pero no con todos.

La palabra fanático viene del latín fanaticus, un derivado de fanum. El vocablo fanum, significa santuario o templo, y desde tiempos antiguos los romanos lo relacionaban con el verbo for, fari (hablar solemne y públicamente), y con la palabra fatum, pues parece que un fanum era un lugar sagrado por consagración o designación oracular, aunque esta etimología presenta ciertas dudas. Algunos indoeuropeístas sostienen que la palabra latina fanum contiene la misma raíz indoeuropea*dhēs– vinculada a conceptos religiosos que dio lugar en griego a la palabra θεός ("theos", dios).

El vocablo fanaticus designaba primero a un servidor de un templo o fanum, especialmente a los porteros o vigilantes nocturnos que velaban con gran celo por el santuario. Poco a poco el vocablo fue designando al adepto exclusivo de un templo, santuario o divinidad, situación poco corriente en principio para los romanos.

En efecto, en el mundo clásico, especialmente el romano, lo normal era el sincretismo y libre adopción de diversos cultos. Aparte de una religión tradicional cívica que constaba de diversos dioses, y en que cualquiera podía participar del culto de uno u otro, en el mundo de la antigüedad era gesto propio de la ley universal de la hospitalidad, participar de los cultos de todo aquel extranjero cuya tierra se visitaba, o de todo aquel pueblo que se incorporaba a otro. En ese sentido, los romanos construían templos en Roma o donde fuera, a todos los dioses de los pueblos incorporados (Isis, dioses orientales, dioses celtibéricos, etc.), juntamente con los suyos. Había sin embargo algún pueblo que consideraba un insulto que otros participaran en sus cultos, o les construyeran templos en otro lugar, o que en su tierra se edificaran templos a otros cultos (caso exclusivo del judaísmo). También se desarrollaron cultos mistéricos, para cuya práctica era necesario iniciarse y los cultores no admitían libremente a quienes no estuvieran iniciados y admitidos por un rito de ingreso. Algunas personas se iniciaban en varios y participaban en ellos, o cambiaban de uno a otro. Pero en ellos se desarrolló una cierta tendencia a ser cultor exclusivo de ese culto o ese dios solamente: es eso lo que designó la palabra fanaticus.

De hecho en el Imperio Romano la religión era absolutamente libre, y el único acto obligatorio de culto para todo ciudadano romano era un rito anual de culto al Estado y al emperador, realizado en los templos llamados capitolios, consistente en hacer una genuflexión ante la estatua imperial y paralelamente pagar el impuesto anual a la hacienda pública, según el porcentaje que correspondiera a cada cual con arreglo a su riqueza (la capitación), obligación cívica que los romanos refrendaban con una sanción religiosa (en eso consistía el llamado "culto imperial"). Si uno cumplía con ese rito podía después practicar el culto que deseara, todos, varios o ninguno. Y era frecuente practicar diversos cultos, tanto privados como públicos. Lo más raro era el cultor exclusivista o fanaticus.

Después, a partir de fanum, en el S. I a.C. se desarrolla un verbo fanor, fanari, con el significado de estar poseso por un fervor divino, delirante y frenético, que genera un nuevo sentido para fanaticus (delirante, lleno de furor religioso, frenético), que seguramente pudo sufrir también un influjo del φἀνος y φαινω griego, es decir, una especie de iluminado y exaltado religioso, que es el que acaba de dar su sentido completo a nuestra palabra "fanático".

Esto no es una broma