La tontería en las redes sociales

Es fascinante ver cómo es comentado y felicitado un comentario simplón, tontarria, banal, diría, sobre mis hábitos de vida y costumbres, sin entrar en debates que podría haber generado, al estilo de «pues tú también harías black friday para comercializar tus productos» o del más profundo: «la economía capitalista actual demanda la existencia de un consumo permanente para no colapsar».

blackfriday

El jueves puse esta frase tonta en el facebook, sin mucho acierto, y ha llegado a ser una de las publicaciones que he tenido más impactantes. Está claro que interesa el mensaje simple, sin mucho trasfondo, facilón, y no un sesudo tratado sobre el modo de vida capitalista ni mucho menos una descripción detallada de mis hábitos de consumo.

Es parecido a ese estupor que me produce tener un nutrido número de seguidores en instagram, sin saber a dónde me dirijo.

Se alquilan hombres guapos para llorar

hombres guapos para llorar

¿Se imagina alguien que en el muro de una red social un hombre hubiese puesto un anuncio «simétrico», es decir: Se alquilan mujeres guapas para llorar?

Olvidándose del tema de si los hombres lloran o no lloran (yo, hombre, lloro, de cuando en cuando en cuando), me parece terrible no darse cuenta de que esto no es sino otra cara de la misma moneda llamada objetualización del ser humano: sea este hombre o mujer.

¿Es esta propuesta tan condenable o menos que la expresión simétrica?

Quizá nos estamos poniendo un poco demasiado puntillosos con estas cosas. Me consta que para esta persona que ha puesto ese cartelito tonto en su muro no hay más trascendencia que la de un deseo saciable sin pensar… pero cuidadito: para muchos hombres con, digamos, pocas sensibilidad, el recíproco también se sostendría y, por tanto, su disculpa podría ser la misma.

Por cierto, no deja de resultarme «machista», a falta de un término mejor, el hecho de que la noticia, si es que puede ser tachada de tal, aparezca en una sección de moda del periódico que tiene como target claramente a las mujeres como lectoras. ¿No sería un tema de interés general?

Pero una de las cosas que más me preocupan es que me da miedo (verdadero miedo) a ser tachado de insensible o de machista si se me ocurre añadir como comentario la simple cuestión de ¿y mujeres?, así que me autocensuro y asumo que tiene derecho a objetivizar seres humanos hombres, porque ella es una mujer. Yo, como hombre, no tengo derecho a objetivizar seres humanos mujeres, porque soy un hombre. Hummm… Tengo que hablarlo con mis amigas. Quiero saber sus opiniones. Igual estoy sesgando sin darme cuenta…

No me gusta que no me guste

Tontada absoluta

Después de que parece ser que va a hacer caso a las solicitudes de los usuarios, FaceBook ha decidido implementar el icono-botón de «no me gusta».

Yo me pregunto si habrá gente que esté ya, como yo, deseando que incorporen otro que indique que no me gusta que no me guste.

Este icono-botón que yo propongo será muy interesante cuando el «buenrollismo» facebukero se vaya a la basura con un montón de «nomegustan» que no quedarán lo suficientemente claros, al no poder indicar si no te gusta que eso se publique, no te gusta que esa persona lo esté publicando, no te gusta, en general, esa persona y sus publicaciones, o sencillamente no te gusta el tono…

Vaya, que era tremendamente importante que FB introdujese su modificación para poder tener libertad de expresión… o algo semejante.

Aunque es posible, probable incluso, que algún gobierno vete o prohíba su uso ante determinadas publicaciones de interés nacional. Esto es tan absolutamente demencial…

nada personal

nada personal

A parte de los semptiternos errores ortográficos (véanse ese hicierón, ese «si» mismo), lo más lamentable es que el presunto buenrollista mensajito acaba haciendo un guiño a la venganza personal recordándo(te) que la otra persona (o sea, que sí es personal) se hace daño a sí misma. (Algo así como un muy elaborado: «¡Que se joda!»)

En resumidas cuentas: otra pamplina más de esas que circulan por las redes sociales sin transfondo, superficiales, banales, carentes de la más mínima profundidad, pero si me atreviese a decírselo en el muro a la persona que lo ha puesto, estoy más que convencido que lo tomaría de manera tremendamente personal. O sea, que ni esa simpleza aprende quien quiere o pretende enseñar.

¡Buffff…. qué cansado!

Por cierto: lástima de «lástimar» y «me lástima» la lástima de esta publicación…

Yo para ser feliz quiero un camión

para ser feliz

Lleva la imagen un subtítulo (visto en red social) que dice:

Se necesita poco para ser feliz.

Pero no es así, lo que se necesita es muy poco para ser infeliz.

Para ser feliz, de acuerdo a esa imagen de sanador mental barato, hacen falta todas esas cosas (un camión de cosas), así que con la carencia de una de ellas (mucho mucho más probable) se deja de conseguir la felicidad, que, por arte de birlibirloque, cae en la responsabilidad de cada cual.

Para ser infeliz basta con tomar malas decisiones, en resumidas cuentas.

¿Y quién no ha tomado malas decisiones en algún momento?

Pues sí, yo para ser feliz quiero un camión de cosas… o relajarme y disfrutar de las que me van viniendo (según avanzo, según avanzo…)

Las pequeñas faltas

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Como principio fundamental o como mandamiento, no sé, el caso es que no pienso decir nunca más que «me gusta» una publicación en la que exista, como en esta, una falta ortográfica no deseada, no voluntaria.

El último «si» no es un condicional, sino un pronombre de tercera persona, así que debería ser «sí» mismo.

Pues eso mismo, que paso de dar más «gusto» a lo que me disgusta.

. 1. Adverbio de afirmación. Se usa normalmente en respuesta a oraciones interrogativas, para contestar afirmativamente a lo preguntado o propuesto: —¿Has visto mis llaves? —Sí, están sobre la mesa; —¿Te vienes al cine? —Sí. En forma interrogativa, se dice en algunos países de habla hispana al descolgar el teléfono. También se emplea con valor enfático para reforzar una afirmación, frecuentemente seguido de la conjunción que: Te ayudaré, sí, aunque sea lo último que haga; Esto sí que ha sido una sorpresa. Seguido de que se emplea irónicamente para reforzar una negación: Sí que la has hecho buena.
2. Como sustantivo masculino, ‘permiso o conformidad’: «Estela habló con sus padres para que le consintieran los amores y consiguió de ellos el sí tan deseado» (Vergés Cenizas [R. Dom. 1980]). Su plural culto es síes (? plural, 1c): «Las escasas posturas negativas […] se tornaron síes» (País [Esp.] 1.10.87).

3. Sí es también la forma tónica reflexiva de tercera persona, tanto del singular como del plural.

3.1. Su uso está sujeto a dos condiciones:

a) Siempre ha de ir precedido de preposición: Pedro no daba más de sí; Los asistentes no cabían en sí de gozo; No podrá usted huir de sí mismo. Ante la preposición con adopta la forma consigo: No olvide traer consigo todas sus pertenencias; no es correcto, pues, el uso de la secuencia con sí: «Los personajes no saben qué hacer con sí mismos» (Mundo [Esp.] 25.5.96); debió decirse consigo mismos. No debe emplearse el pronombre reflexivo sí si no va precedido de preposición: «También quienes se proponen ser sí mismos […] forman, irremediablemente, parte de colectivos» (País [Esp.] 2.10.85); aquí debió usarse la forma de sujeto ellos: ser ellos mismos.

b) Por ser un pronombre personal tónico exclusivamente reflexivo (? pronombres personales tónicos, 3), sí solo debe emplearse cuando el complemento posee sentido reflexivo, esto es, cuando el referente del pronombre es el mismo que el del sujeto de la oración en que aparece o que el de una paráfrasis implícita en la secuencia a la que pertenece: María reclamó para sí las joyas de su madre; Yo lo veo seguro de sí mismo (donde subyace la oración Él está seguro de sí mismo). No es recomendable emplear el reflexivo sí en oraciones impersonales con referente inespecífico o genérico; en esos casos, lo normal y preferible es usar el indefinido uno (? uno, 1.3); así, en lugar de Aquí se viene a hablar de sí mismo resulta preferible decir Aquí se viene a hablar de uno mismo.

3.2. Para el uso, con sentido reflexivo, de las otras formas tónicas de tercera persona (él, ella, etc.), ? pronombres personales tónicos, 3.

3.3. No es recomendable el uso de la forma reflexiva sí para referirse a una primera o una segunda persona, tanto del singular como del plural: «No sé qué decir, cómo expresarme, son sentimientos muy fuertes. Todavía no volví en sí» (Voz@ [Arg.] 31.5.05); Podías haberme dicho que no dabas más de sí; «Solo la mona y yo nos hallábamos fuera de sí» (Vicent Balada [Esp. 1987]); debió decirse volví en mí, no dabas más de ti, nos hallábamos fuera de nosotros. No obstante, ha de tenerse en cuenta que el uso de estas locuciones no se da con normalidad en las personas de plural.

3.4. de por sí. La locución adverbial de por sí, que significa ‘por su propia naturaleza’, también debe variar según la persona gramatical a la que se refiera: «Ella es estirada de por sí» (Hidalgo Azucena [Esp. 1988]); «Tengo la piel morena de por mí» (SchzFerlosio Jarama [Esp. 1956]). No obstante, lo normal es usarla solo en tercera persona y utilizar, en el resto de los casos, la expresión equivalente por naturaleza.

4. un sí es no es. ? ser, 7.

Diccionario panhispánico de dudas ©2005
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El desnudo de pensamientos en una red social

Hoy una amiga de FaceBook, a quien ni sé si conozco en la vida real (como si la otra no lo fuese, siendo, como es, un sueño de los SU-realistas), ha publicado en su estado el siguiente texto:

Amigos, he tomado la decisión de no escribir más en el estado aquello que estoy pensando, por muy tentador que sea, y por mucho que me pregunte Facebook.

Muchos de los conflictos, malos rollos, distanciamientos con personas, malas interpretaciones y prejuicios, han tenido su origen aquí.

Por eso, ya no os martirizaré más con reflexiones que puedan herir a los aludidos por naturaleza. ¿Pa’ qué?
Lo voy a cumplir, aunque no haya parches, como los de nicotina, que me ayuden en el proceso.

A partir de ahora, solo contenidos literarios, fotográficos, de actualidad o de broma.
Quien busque otra cosa, que me llame y me invite a un cafelito, o me pague el psicólogo, jejejeje.
Salud y feliz semana.

Y claro, me he dado por aludido, no por lo que dice de malos rollos, que no creo ser de los que los provocan o los buscan, sino por el hecho de que uso esta red desde siempre con ese pensamiento (autocensura) en la cabeza. Para la libertad de expresión (y no es total) ya tengo este diario, amén de libros, etc. Si quiero más, en pequeñas reuniones, como ella sugiere, pero ni en ese caso. Ni siquiera con mi pareja a quien amo sincera y profundamente (y me consta la reciprocidad).

A punto he estado de comentarlo en su muro, pero es algo que no quiero ni hacer. Sería ser demasiado sincero.

Alguien le dice que es mejor no desnudarse tanto y yo corregiría o matizaría: el problema no es el desnudo sino el descontexto.

Por otro lado, tanto en esta cosa «virtual» como en la paralela «no-virtual», la sinceridad siempre ha estado sobrevalorada como algo positivo. No es verdad que nos guste que sean sinceros completamente con nosotros y, mucho menos, les gusta a los demás que lo seamos con ellos.

Y eso es lo que implica ser sincero en una red: le estás diciendo muchas cosas a mucha gente a la vez que no lo escucha en el contexto que supones (si es que llegas a suponer alguno), ni en estado de máxima intimidad, de tú a tú, donde es posible la réplica y el debate y el acuerdo o el desacuerdo…

El problema (si es que hay problema) surge del modo de comunicación: uno a varios, muchos de los cuales son individuos completamente desconocidos… e incluso entre conocidos. Al fin y al cabo, nunca nos conocemos tanto como creemos y esta exposición pública púbica casi resulta obscena y a muchas personas esa obscenidad les molesta. A mí no, pero ese no es el caso.

Eso sí, lo asumo como potencialmente molesto y me ahorro ese mogollón de quebraderos de cabeza que me dado toda mi vida el afirmar que yo nunca miento. He decidido callarme de cuando en cuando para ahorrarme las preocupaciones de decir siempre la verdad a quien, aunque digan lo contrario, no desea oírla.

¿Imágenes relacionadas?

imagenes relacionadas A mí que me lo expliquen:

Según FaceBook, cuando he comenzado a leer el artículo que alguien estaba compartiendo en la red social, hay una relación ¿¿¿¿???? entre las escuelas libres, los condones para la puntita, el vino que cura el cáncer y Ricardo Darín.

No acabo de comprender el criterio que utiliza esta web… pero vamos, que allá ella… Que está en su derecho de «relacionarlos», eso sí.



Campaña para incluir escuelas libres en el modelo estatal español

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El niño acento

niño acento

Lo que más gracia me hace es que he pensado en el niño acento modificando la frase, en lugar de un tonto y previsible:

TE AMO JESÚS

Podría haber supuesto un:

TE AMÓ JESUS

Que aunque deja a JESUS un poco llano, así, como a la manera de algunos pueblos de España, hace que haya un pasado muy sugerente.

Pero aún más divertido sería:

TÉ AMO JESUS

Que falto de signos de puntuación, podría ser una solicitud o, incluso, una pregunta, dirigida a un supuesto AMO a quien no AMO ni que me AMÓ.

Así que sí, pienso en el niño acento y en su ingente poder, individual, que decidió, posiblemente, ignorar.

Frases simples, slóganes, nada muy elaborado… que tiene que ser resultón

Me pasa constantemente en las redes sociales que siento como si se tuviese la necesidad imperiosa de decirlo todo en una especie de «haiku-basura-moralina» que en dos o tres frases (o una con un par de subordinadas) contiene la sabiduría incuestionable de varias religiones, varios pensadores e, incluso, algún periodista.

He llegado a la conclusión de que el comienzo de esas sentencias sentenciosas es casi arbitrario, azaroso, incluso, buscando una especie de colofón sorpresa, a la manera de un binomio fantástico, bastante surrealista, pero se hace pasar por contenedor de toda verdad inapelable con una capa de infalibilidad cuasi católica.

Si se sitúan junto a alguna imagen de algún pensador más o menos reputado, visten más, por supuesto, pero en caso de no encontrar la foto de un humano a quien, sin mucho rigor, adjudicarle la frasecita, se puede sustituir por un paisaje de fondo, un atardecer, un amanecer, algún bodegón con frutas o verduras o, sencillamente (por decir algo), con colorines y tipografías que lo hagan atractivo a los lectores a los que, presumo, se les supone incapaces de detenerse en lecturas profundas y sesudas, a los que hay que cautivar o captar mediante las mismas argucias que en los libros infantiles se utilizan para que un niño (o una niña, claro está) aprenda a distinguir una vaca de un gato.

Voy a probar a escribir varias, así a vuelapluma, sin acompañarlas de la parafernalia que las acabe convirtiendo en imágenes:

Ante la adversidad…
busca la manera de encontrarte.

Cuando los orangutanes tengan la montaña bajo sus pies
los seres humanos se darán cuenta de que, bajo los suyos,
solo hay miseria.

Trata de evitar aquello
que te daña
que te hiere
que te duele
salvo que te guste aquello
que te daña
que te hiere
que te duele
en cuyo caso
llama a un teléfono de un amigo.

Los ordenadores nunca podrán sentir lo que siento ahora mismo
viendo matar a ese caballo
por un humano.

Una pinza de la ropa es como la vida
te trata como tú decidas tratarla.

Bueno, este ejercicio es tan gracioso que podría seguir y seguir…
ya incluso estaba empezando a «visualizar» aquellas imágenes que irían estupendamente de aliño de mis ensaladas de verdades.

Pero he comenzado a empacharme. (Esto bien podría ser otra ;-))

Esto no es una broma