La medicina mata

Fármacos matanHay algo que no se dice en esta foto, que se olvida por no sé qué razón: en primer lugar, la entrada en una farmacia y la adquisición de un fármaco es voluntaria, absolutamente voluntaria. Incluso si ha sido prescrita su ingesta por un especialista en salud del tipo que sea.

Basta ya de culpabilizar a otros de las responsabilidades propias. Cualquiera que lo desee puede dejar de ir al sistema sanitario y dejar de tomar las medicinas tan nefastas como se suele indicar que son.

Aliméntate de manzanas verdes para curarte un cáncer, si te da la gana, pero te vas a morir. Siento informarte (y también tienes esta información en Asociación Española Contra el Cáncer)

Es pesado ver a gente, por lo demás inteligente, que despotrica contra todo lo «científico» por considerarlo «peligroso»… cuando lo que no reconocen es que simplemente les es (nos es) desconocido. Pero a algunos de nosotros, no a todos. No es magia… es ciencia, ciencia especializada, al alcance de cualquiera que quiera informarse… pero requiere esfuerzo, claro. Sin embargo, se actúa de la misma manera desacreditadora que ante el mito o la magia… Y luego se acaba, por arte de birlibirloque, creyendo en soluciones mágicas o absurdas «medicinas cuánticas»… que no, que esas no son fruto de una conspiración judeomasónica.

Pero vamos a ver; volvamos al principio: nadie obliga a doparse con paracetamol al menor síntoma de gripe. Duerme y descansa, pasa una semana en cama y se te pasará… igual que con el antisintomático de turno, que hará que no lo sientas… pero lo padezcas, durante 7 días.

Eso en términos de lo que puedes hacer dentro de lo menor… catarritos y demás. Pero ten en cuenta que la salud es algo en lo que se ha avanzado mucho, muchísimo, lo sepas o no, lo entiendas o no, y tu vida puede ser mucho más plena si te pones en manos de expertos en el sector. Además de dejar que sean quienes aconsejen (si no obliguen) a unas prácticas que han llevado a la humanidad a uno de los momentos más exitosos de la historia (al más exitoso sin duda alguna de acuerdo a los datos fríos de las estadísticas).

Hay que desmontar cuanto antes irrealidades como la homeopatía y otras estafas similares new-age. Por favor, hacen mucho mal: Generan falsas expectativas y hacen dudar de las verdaderas opciones posibles.

Sería de obligada lectura y asimilación este comic sobre las maravillas de la vacunación. Es peligroso que dejemos de reconocer las maravillas que nos ha brindado el conocimiento del cuerpo humano (gracias, querido Miguel Servet, Harvey, Ramón y Cajal…) y el avance farmacológico/bioquímico. Muy, muy peligroso, casi nos puede conducir a planteamientos pre-racionalistas, a esos oscuros tiempos de la Inquisición y el omnidominio de la superstición.

¿Significa esto que nos tenemos que «dopar»/drogar ante cualquier cosa que nos pase?

En absoluto significa eso. Quien así lo lee es que hace una lectura simplista y tonta de lo que acabo de escribir. Pero sí confiar en que hay quien sabe más que yo sobre algunas cosas… por más que yo sea el que percibo mis síntomas.

¿Confiar ciegamente?

No, tampoco he dicho esto. Lo que recomiendo encarecidamente es consultar a especialista/s en materias en las que estaría bien que dejase de creer que puedo llegar a serlo (sin un considerable esfuerzo (años y años de dedicación exclusiva)) hojeando unas cuantas webs y dos o tres consejitos de amiguetes de facebook.

Es cansado hacer esta defensa una y otra vez, en muchos casos ante personas que están en momentos duros de sus vidas y no quieren oír lo que hay que decir. Pero por favor, no dejes que siga extendiéndose el maldito hábito de censurar lo desconocido por supuestamente malicioso: haciéndolo, estás contribuyendo al retroceso social, aunque presumas de lo contrario.

Charlie Hebdo

Hoy toca hablar de fanatismo religioso (islámico).

me olvidaré de los muertos que provoca el hambre (evitable)
me olvidaré de los muertos que provoca la desigualdad (evitable)
me olvidaré de los muertos que provoca la guerra (evitable)
me olvidaré de los muertos que provoca el odio (evitable)
me olvidaré de las muertas que provoca el machismo (evitable)

Hoy toca hablar de fanatismo religioso (islámico).

De cómo los yihadistas no tienen conciencia (la nuestra) ni moral (la nuestra) ni principios (los nuestros). No estoy hablando de relativismo moral… y sí; también. Porque uno de los principios que defendemos es cierta discusión posible sobre lo ético, sobre si el aborto es o no es un asesinato, sobre si la religión o un idioma ha de ser impuesto a otros o no, sobre si una nación tiene o no derechos a decidir su autodeterminación a una independencia… sobre lo que sea, en resumidas cuentas.

Lo que se ha hecho en este atentado (como en cada atentado) es atentar contra estos principios heredados de la Ilustración, del triunfo de la razón sobre la pasión descontrolada, del triunfo de unos ideales, unos principios que me encantan y me guían, considerándolos un gran avance en la evolución de la humanidad en su conjunto. Pero no me olvido nunca que son unos principios con voluntad de ser globales caiga quien caiga. Tal como lo vienen siendo los principios de los yihadistas.

¿Se trata de defender «lo indefendible»? ¿defender o no condenar la barbarie de cometer un asesinato contra unos dibujantes?

No, no se trata de eso. Pero sí de recordar, incluso en estos momentos de ira social, que el yihadismo fue y está siendo usado por nuestros bienintencionado mundo occidental para seguir manteniendo precios de la energía bajos.

Si nos remitimos a cómo fueron usados para acabar con, la entonces bestia parda, URSS, armando a los talibanes contra la invasión soviética, o si nos remitimos a la más reciente lucha Iraq-Irán y el apoyo de USA a Sadam, que luego derivaría en un empoderamiento de ese maléfico dictador (bastante laico, por cierto) que acabó por ser objeto de una invasión internacional injustificada, salvo por la presencia de unas presuntas armas que nunca fueron encontradas… armas que, no obstante, algunos países sí tienen y contra los que nadie se atreve a decir ni mú; si nos remitimos al apoyo del régimen Saudí, uno de los más fanático de los regímenes islamistas, de donde salió, derivado, el innombrable Osama y su 11-S/M…

Pero la historia es otra historia. Ahora no importa si EEUU está suministrando armamento al ISIS (terrible lo de esta región)… o si surge como consecuencia de una injustificada inferencia en Irak.

La historia es otra historia.

Hoy, de lo que se trata es de histeria.

Y sí, me produce histeria pensar en que se mata en nombre de un dios. Claro que lo produce. Y asco, y vergüenza. Odio la violencia de todo tipo. La de odio también. Especialmente la de odio. La que agrupa a un colectivo en objetivo.

Mientras la gente, arrastrada por esta histeria colectiva, tan solo se limite a odiar verbalmente… pero en algún momento hará algo más… ¿violento? y lo llamaremos venganza justificada o inevitable respuesta. Pero lo que han hecho «ellos» no es justificable ni una inevitable respuesta a su historia/histeria. Está claro que «ellos» son malos y punto pelota.

Pues yo es que no, que no puedo con esta simpleza, mal que lo intento…

No son malos, intrínsecamente, en esencia… sino por sus actos que condenamos en un contexto sociocultural que condena el asesinato. Por eso me gusta vivir en este contexto, pero es un contexto local, que no se nos olvide… no es global.

La imposición de los Derechos Humanos fue el fruto «positivo» de una guerra global de imperios globales y sus colonias, y por un tiempo, parecería haber sido una piedra angular en la construcción de un futuro de paz. Pero la verdad es que nunca lo fue.

Esos Derechos Humanos (gran paso para la humanidad), vienen hermanados de unas Naciones Unidas que lo están en virtud de un grado de sumisión a unas triunfadoras de aquella masacre de mitad del siglo XX. Aquellas que tienen derechos especiales y que las ponen por encima de las demás, erigiéndolas en garantes de los derechos que se ajustan a sus principios… que, por azar y ahora por deseo, son los míos, los de un europeo de a pie del siglo XXI. Pero, no lo olvidemos, no fueron y no supimos hacer que fuesen los de la humanidad.

Impongamos los Derechos Humanos y hagámoslos cumplir con toda la fuerza necesaria. Pero no nos olvidemos que los imponemos con la fuerza.

A mí (europeo, siglo XXI) me vale. A otros no les valdrá. Esta es la guerra.

Pero cuidado, mucho cuidado: si la guerra nos hace perder los Derechos Humanos (vease, entre otras cosas, Guantánamo) habremos perdido la guerra.

Por ejemplo, si por mí fuera, prohibiría las religiones (todas) en público. Pero quizá fuese excesivo, ¿verdad?

Barba Hipster o el nuevo Talibán

barba-hipster

No sé si empezar a mentalizarme de que en mi barrio se impone (SE IMPONE) llevar esta barba antihigiénica y vintage… o sea, que más me vale dejarme crecer las barbas y ponerlas a remojar.

Pero es que no sé si está entre una moda o una imposición talibán habida cuenta del numerosísimo personal que la lleva a toda honra. Tampoco me acabo de decidir por elegir un lugar de mi preciada piel para taladrar innecesariamente. Tengo más que de sobra con la cantidad de orificios habituales, algunos de los cuales fueron ya traspasados más de lo deseado.

Yo no acabo de verme guapo con ese nuevo aspecto… pero quizá es cuestión de costumbre o de convencimiento ideológico o religioso.

Quizá tengo demasiado presentes los planteamientos de Federico en torno a mi propia divinidad… como para ser fan de Divinity…

Entrada ligera para comenzar el nuevo curso.

Si gana Podemos

si gana podemos Tengo ganas de escribir un artículo largo sobre por qué no me acaba de convencer Podemos como partido político, pero tal como lo están haciendo los otros dos partidos que ahora nos están gobernando (PP gobierno y PSOE oposición complaciente), estoy por pensármelo aunque sea por aquello del voto útil derivado de la aplicación de la ley D’Hont.

En estos días 2 leyes están viendo la luz que cercenan de manera definitiva nuestra libertad. Este país se seguirá llamando democracia porque en caso contrario sería expulsado de la Unión Europea, pero la realidad es que una democracia de un estado de derecho debe garantizar unas libertades que estas leyes no permiten.

La libertad de prensa y documentación de abusos policiales, que se producen, sí, se producen, es necesaria. Pero la prensa no es solo la que era, ahora, en la Internet 2.0, el lector y el reportero (quien reporta) se confunden en muchas ocasiones, así que la siguiente ley, la mal llamada LPI, que no ha sido gestada para proteger los derechos de los trabajadores del sector creativo, ni Intelectual, sino los derechos de propiedades Privadas (LPP), la LPI, repito, viene a hacer que, además de no poder registrar lo que ocurre (por la ley mordaza), tampoco se pueda distribuir la información disponible sin permiso (por LPI).

Es un par de leyes que forman una tenaza terrible sobre la libertad de expresión. Se está blindando el sistema hasta el punto en el que podrán afirmar sin ser contradichos que estamos saliendo de la crisis… y vuelvan a ganar las elecciones. Al fin y al cabo, el verdadero problema es que a «la gente» le preocupa más su comida que la forma en la que lo obtiene.

En cuanto al primer punto, está mal formulado: si Podemos ganase las elecciones, no se iría el capital que ahora se va, que también, sino que las grandes empresas amenazarían con llevarse el capital invertido en infraestructuras productivas, lo que llevaría al país a la inviabilidad de las propuestas naïf de este partido, así que acabarían por capitular ante la imposibilidad (en un mundo globalizado) de cerrar las fronteras de España, una grande y nunca libre, para evitar que se vayan a otra parte a trabajar.

Esto cada vez tiene peor pinta. Sé que lo miro mal porque estoy pasando un época personalmente difícil desde el punto de vista económico-existencial, pero algunas cosas son más objetivas de lo que parecen. Me siento cercano a 1932 en Alemania… y mucho más lejos de un (imperfecto) 1932 en España.

Por cierto, un comentarista en un foro de uno de esos periódicos que ha deseado que se instaure la Puta LPI formulaba una pregunta muy inteligente:

¿Alguno de los que ha sacado esta ley adelante ha pensado que puede ocurrir que gane Podemos en las próximas elecciones y que las leyes en cuestión seguirán vigentes? ¿No les preocupaba la deriva Chavista de ese partido? ¿No les están allanando el terreno? De nuevo, volvemos a ver que entre Hitler y Stalin había menos diferencias de las que parecía.

Amiga Aída, hazme un hueco en Hamburgo… que el frío no puede ser tan grave como este hielo de país en el que las moléculas no se mueven, porque en caso de hacerlo, van a bullir.

Una serie setentera del siglo XXI

Es gracioso encontrarse una serie como Andrómeda, que parece de la década de los 70, con ese aire a Star Trek, algo como de cartón piedra, pero hecha en el siglo XXI y que presuntamente trata sobre un futuro mucho mucho más lejano.

He recortado un pedacito de un capítulo para gustito de los fans de la ciencia ficción que, como yo, disfrutan hasta estas series que podríamos llamar Vintage o Steam-Punk… o algo así.

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Creada por el mismo Gene Roddenberry que había gestado el universo Trek, parece ser que fue llevada a la pantalla más de 2 décadas después de concebida y a título póstumo.

No es que me apasione y es más que cuestionable su posicionamiento sexista, que hace de algunas mujeres meros adornos y contiene cierto tufillo racista que no sé explicar cómo se observa; demasiados rubios de ojos azules en los papeles protagónicos, quizá.

No obstante, a pesar de ello, la voy viendo de rato en rato para aniquilar el tiempo y relajar la mirada. Nada complicado que pensar, por muchas referencias que quieran hacer a Nietzsche, creando incluso una raza que lo idolatra y tiene sus ideas (superficialmente tratadas) como textos sagrados y/o bíblicos.

Obsolescencia Programada

Si existiera un dios (creador) habría que denunciarle por prácticas de Obsolescencia Programada en el diseño de los seres vivos, especialmente de los humanos, que son los que más nos atañen.

No es descabellado pensar un organismo que sea capaz de auto-regenerarse auto-abastecerse, auto-gestionarse. Me recuerda tanto a mi película favorita: Blade Runner. Queremos saber cuánto vamos a durar, almacenamos recuerdos enlatados para suponer que así dejaremos algo tras nosotros, tras nuestra desaparición.

Pero además está el hecho del deterioro progresivo, las goteras para las que ningún seguro tiene cobertura completa. Vamos extinguiéndonos como gotas de agua bajo la lluvia, sin remedio, tan solo paliativos que postpongan lo inevitable, que por otro lado es curiosamente lo que da sentido a las acciones de nuestra vida finita, in-eterna, que es tan sagrada como para no desperdiciar ni un segundo de ella.

Hay bombillas funcionando desde hace más de 100 años. Hay aparatos que, si se dejasen a su buen uso, sin esfuerzo, durarían un milenio, carros, ruedas… pero nosotros, los penosos seres humanos, tan solo estamos pensados para unas cuantas décadas de funcionamiento y, en el mejor de los casos, un par de ellas a pleno rendimiento.

¿Dejas de ser un hombre?

maltrato a mujeres

Si dejas de ser un hombre, pierdes los derechos que, como tal, posees, así que por qué no justificar actos contra ese ser in-humano que no se defenderían para humanos. Por ejemplo (y no digo que no haya que pensárselo) podría proponerse la castración o, incluso, la eliminación de ese ser in-mundo, ese ser ya desposeído por la premisa de una humanidad que le garantice unos derechos. Es más, cualquier juicio a ese ser no-humano carece de sentido, por ejemplo, a nadie le parecería una noticia seria llevar a juicio a un chimpancé por agresión.

No quiere decir que no esté de acuerdo con lo que se quiere decir «de fondo«, pero quizá me da por pensar que hay que asumir que el ser humano realiza actos buenos, malos, regulares… y se trata de juzgar esos actos, ponerse de acuerdo sobre esas normativas y aplicarlas.

Desde mi punto de vista, mucho más matizado, ese que maltrata a una mujer (o a cualquiera, ya de paso) es un ser humano condenable por realizar un acto detestable que pone en peligro la sociedad y los valores sobre los que se sustenta (por consenso).

No quiero dejar de pensar que es humano, como yo, porque entonces me puede dar por pensar que yo nunca lo haría, puesto que yo, como inherente a humanos, nunca agredo. Eso no es así: soy susceptible de ser agresivo, violento y otras cosas que recordar no quiero.

Y lo que sí quiero es que si alguna vez cometo uno de estos actos que detesto (odio la violencia física en todas y cada una de sus formas) sea considerado un humano que erró, que cometió un delito, que… hizo algo humano pero humanamente (por consenso) condenable.

Del maltrato psicológico no entro a detallar, pero es igualmente condenable… pero mucho, mucho más humano. Por aquello de la psiquis, vaya.

God prefers…

god prefers

I don’t care what a hell god prefers!

Eso (pre)suponiendo su existencia y su unicidad, que ya es mucho (pre)suponer.

Tengo claro qué prefiero yo… y con eso me sirve, pero es que he leído demasiado a Nietzsche como para volver la mirada atrás y seguir confiando en los dioses y no en los humanos para crear los baremos morales necesarios para manejarnos como sociedad.

¿Será J.J. Rouseau a quien he leído en demasía?

Buah! no tengo ni idea, pero me la pela la existencia de dios o diosa a estas alturas.

¿Eres feliz?

eres felizLo llaman «coaching» y yo lo llamo sentido común.

Pero es que encima, ni siquiera es lo suficientemente profundo como para pensar qué hacer cuando, hagas lo que hagas, no solo cambia tu contexto, inevitablemente, sino tú mismo, pues el paso de los años no te recomienda seguir haciendo «lo mismo».

Está claro que, si no eres feliz, deberías cambiar algo, pero tampoco te dice qué ni cómo ni cuándo… o sea, una más de esas tonterías simplonas con pretensiones.

Esto no es una broma