Vanidad, vanidad, todo es vanidad

ECLESIASTÉS
O EL PREDICADOR

Capítulo 1

Todo es vanidad
1:1 Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén.
1:2 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.

Sí, con una cita de la biblia, para que luego nadie diga que no tengo en cuenta ese libro, en este caso disponible en una web llamada iglesia.net.

Eso es lo que me ha hecho recordar un pequeño acontecimiento que he vivido en una red social entre ayer y hoy: Estoy pensando en transformar el formato del Tractatus Logico-Philosophicus de Ludwig Wittgenstein para adaptarlo a un formato de mapa mental. Para mí, es la herramienta que habría deseado utilizar el pensador austriaco (corrección de mi amiga María, que me hizo ver que en otra entrada había errado diciendo que era alemán, cuando solo es alemán en cuanto al idioma que maneja, y puede que, teniendo en cuenta la diferencia dialectal, ni siquiera así).

Para ello, he buscado varias traducciones, partiendo de la que tengo en papel prestada por mi amiga, a quien se la había prestado su padre, a quien se la había prestado la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid. Es una edición bilingüe de Alianza Editorial de 1973, con una traducción basada en una realizada para la Revista de Occidente de 1957, creo que por el ínclito Enrique Tierno Galván. Tengo otras, como la que aparece en la Wikipedia, cuyo traductor parece ser un generoso contribuyente habitual de Wikisource, llamado Luis Osa, que reconoce errores en su versión, con humildad, como debe hacerse.

A través de su perfil de usuario en Wikisource, me encuentro que está interesado en Filosofía, Matemáticas, Física, Computación y Música. Esto me hace sentirme un poco menos raro de lo que suelo sentirme habitualmente. Hay alguien ahí, al otro lado de algún espejo, que tiene una mente tan dispersa como la mía. Me encanta saberlo.

Tractatus

Y aún hay más: referencia una página en la que está el Tractatus en una forma en la que vengo concibiéndolo desde que lo hojeé por primera vez. El problema es que está en alemán y además en un único formato. Quiero poder tenerlo en un formato genérico (tipo XML) que pueda generar diferentes disposiciones espaciales. También se trata de realizar un ejercicio de utilización del FreeMind para poder mostrarlo como ejemplo en un eventual taller dedicado a la generación de Mapas Mentales.

Pero el motivo de esta entrada era la vanidad…

Y es que ayer, queriendo preguntar a varias personas sobre cuál de las traducciones les parece más acertada, me incliné a enviar un par de emails (uno a María, quien me había prestado el libro en papel) y a publicarlo en mi perfil de FaceBook amén de en la revista Filosofía Hoy.

Publiqué lo siguiente:

(Punto 1 del Tractatus Logico-Philosophicus de Ludwig Wittgenstein)

1 Die Welt ist alles, was der Fall ist.
1 El mundo es todo lo que acaece.
1 El mundo es todo lo que es el caso.

1.1 Die Welt ist die Gesamtheit der Tatsachen, nicht der Dinge.
1.1 El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas.
1.1 El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas.

1.11 Die Welt ist durch die Tatsachen bestimmt und dadurch, daß es alle Tatsachen sind.
1.11 El mundo está determinado por los hechos y por ser todos los hechos.
1.11 El mundo es determinado por los hechos, y porque éstos sean todos los hechos.

1.12 Denn, die Gesamtheit der Tatsachen bestimmt, was der Fall ist und auch, was alles nicht der Fall ist.
1.12 Porque la totalidad de los hechos determina lo que acaece y también lo que no acaece.
1.12 Puesto que la totalidad de los hechos determina qué es el caso, y también lo que quiera que no sea el caso.

1.13 Die Tatsachen im logischen Raum sind die Welt.
1.13 Los hechos en el espacio lógico son el mundo.
1.13 Los hechos en el espacio lógico son el mundo.

1.2 Die Welt zerfällt in Tatsachen.
1.2 El mundo se divide en hechos.
1.2 El mundo se divide en hechos.

1.21 Eines kann der Fall sein oder nicht der Fall sein und alles übrige gleich bleiben.
1.21 Una cosa puede acaecer o no acaecer y el resto permanece igual.
1.21 Cada objeto puede ser el caso o puede no ser el caso mientras todo lo demás se mantiene igual.

____________________________________
Alguien que sepa alemán y, preferiblemente también filosofía:

¿prefieres la primera o la segunda traducción?

Gracias!

Yo tenía predilección por la primera, que es la que está basada en la de Tierno Galván, pero me gustaba saber si la primera podía usarse sin perder calidad, que era la que había realizado Luis Osa en Wikisource, sobre todo por una cuestión práctica: ya la tenía en un formato más sencillo de manejar, en HTML. Quería ahorrarme algo de tiempo… Sin embargo, varias personas me indican que prefieren, también, la primera. Así que, no encontrando otra, seguramente me decantaré por esta.

Pero (y aquí reaparece lo de la vanidad) lo que más me impactó es que una persona que no conozco, me hace un comentario laudatorio en la consulta lanzada en FH:

Sebastián Agulló: Yo sé alemán, «algo» de Filosofía, y a ti te sigo porque eres un crack. Me quedaría con la primera traducción, me parece más rigurosa y aférrima a lo que quiere «decir» el germano. Un abrazo, mostro.

Como yo, comete el error de creer que Wittgenstein es germano, así como realiza una aférrima afirmación que aún no comprendo. Supongo que quiso decir acérrima, pero poco importa. Con lo que me quedé es con el laudo, el que me dijese que me sigue, que considera que soy un crack, un mostro… y no pude por menos que sentir cierta alegría, que, poco después, reconocí como vanidad, porque todo es vanidad…

Sí, soy vanidoso, lo sé… si no, ¿qué haría escribiendo un diario público?

Y ahora entiendo que El Eclesiastés hable de El predicador, pues es él, el predicador, el que es vanidoso, como yo, y predica, como yo, desde su pedestal.

Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad.

Hablaba de sí mismo, no de otros. Ahora todo cobra un sentido diferente. Así, puede ser más divertido (por decirlo de algún modo) acercarse a releer la Biblia.

El pensamiento se lee

el pensamiento se lee
el pensamiento se ve
el pensamiento se oye
el pensamiento se huele
el pensamiento se palpa
el pensamiento se saborea
el pensamiento se agarra
el pensamiento se agita
el pensamiento se abre
el pensamiento se mastica
el pensamiento se despierta
el pensamiento se despereza
el pensamiento se dibuja
el pensamiento se escribe
el pensamiento se cuestiona
el pensamiento se replantea
el pensamiento se cincela
el pensamiento se escinde
el pensamiento se esgrime
el pensamiento se abate
el pensamiento se combate
el pensamiento se debate
el pensamiento se obsesiona
el pensamiento se ilusiona
el pensamiento se rige
el pensamiento se gobierna
el pensamiento se dispara
el pensamiento se hojea
el pensamiento se recuerda
el pensamiento se desdibuja
el pensamiento se imagina
el pensamiento se involucra
el pensamiento se restringe
el pensamiento se expande
el pensamiento se exilia
el pensamiento se apacigua
el pensamiento se publica
el pensamiento se estudia
el pensamiento se objeta
el pensamiento se obtura
el pensamiento se obnubila
el pensamiento se obvia
el pensamiento se obstruye
el pensamiento se ama
el pensamiento se adora
el pensamiento se venera
el pensamiento se desea
el pensamiento se esconde
el pensamiento se escancia
el pensamiento se escapa
el pensamiento se escalabra
el pensamiento se demora
el pensamiento se ralentiza
el pensamiento se acelera
el pensamiento se vislumbra
el pensamiento se ciega
el pensamiento se ensordece
el pensamiento se muta
el pensamiento se mata
el pensamiento se vive
el pensamiento se es.

Dualidad o no dualidad, esa es la cuestión.

Pero establecer la cuestión de esta manera, tan dual, no deja de ser un contrasentido. Otra vez vuelvo a dejarme influir por mi amigo Xabi, quien ha realizado una magnífica descripción de lo que supone la naturaleza dual de la luz.

dualidadCon esta imagen, tan inteligente para mostrar lo que significa la dualidad de la luz, pero también de la materia (quedaba extender ese comportamiento ondulatorio a quienes estaban establecidos como partículas, en sentido contrario a lo que había hecho Einstein, completando de ese modo el ciclo), me he acordado inmediatamente del mito de la Caverna de Platón.

A bote pronto, y sin salir de mi casa mental, puedo decir que esto conlleva una conclusión inmediata, que es el hecho de que los experimentos solo son análisis de proyecciones de una presunta realidad existente. Pero de la que no sabemos nada, ni siquiera, y esto se presume en esta imagen, la manera en la que se proyecta ni el lugar sobre el que lo hace.

¿Cuál es el espacio en el que la Realidad existe (¿si es que existe?)? ¿Cuál es el espacio en el que la Realidad se proyecta? Podemos llamar al segundo espacio de lo experimental, pero no deja de ser un espacio por definir. Si bien la palabra espacio, de por sí, ha perdido su absoluto, su visión cartesiana, en aras de una visión más relativa, tanto que fue también Einstein, entre otros, quien la puso en jaque, llevándola a un concepto tan interesante como el de la mecánica cuántica: la relatividad.

El espacio dependía de la materia que lo ocupaba. Es como en el principio de incertidumbre, el objeto observado es afectado por el observador.

Ambas frasecitas se las traen, porque dejan a la ciencia algo más indefensa que antes, cuando podían afirmar con tajante claridad cómo eras las cosas, cómo se comportaban… y pueden hacer caer en explicaciones acientíficas de las que es mejor cuidarse, pues al menos, las primeras, tienen algún tipo de metodología y escapan o buscan escapar de dogmatismos fanáticos: que haya sido capaz, la ciencia, de cuestionarse su poder, es algo que pocas otras logias se atreven a hacer, demostrando que sí, que el método es lo que de verdad importa.

Pero volviendo a la dualidad… no hago más que plantearme si la metodología más acertada no podría ser la de la redefinición de los conceptos con los que nos hemos movido hasta ahora: objeto, partícula, onda, mundo…

En su día, mundo era sinónimo de universo; átomo significaba indivisible. Las cosas cambian, al cambiar las circunstancias, podemos cambiar la manera en la que se entienden los textos. Yo creo que sobra hablar de dualidad, lo que es necesario es entender que las partículas no son lo que eran, que las ondas no son lo que eran. (Y no quiero decir qué significaba desahucio, antes de que lo pretendan redefinir)

En varios de mis talleres de creatividad he jugado con esta idea de expandir el concepto de, por ejemplo, la palabra objeto, haciendo que signifique objeto textual, sonoro, visual, acción, tridimiensional, y que la creación poética pase a ser una labor de composición de objetos (en ese sentido extendido). Estoy preparando un taller de Haikus Conceptuales donde, en el fondo, la idea es la misma: ¿Qué es un haiku? Si extendemos lo que entendemos por tal, intentando captar la esencia del mismo, igual nos hallamos ante la posibilidad de crear una acción o un dibujo o un texto… o algo completamente multimedia, al más puro estilo Fluxus.

Me interesa mucho la idea de cómo las palabras son la base, la verdadera base de aprehensión de la realidad (que no deja de ser una palabra) y de cómo somos lenguaje, que diría Ludwig Wittgenstein, de quien debo leer más. En su día no me interesó, pero es que yo era demasiado pesimista como para despegarme del existencialismo. Ahora creo que puedo buscar un complemento interesante en este alemán magnífico.

Alguna de sus ideas, extraídas de una web poco cuidadosa:

Wittgenstein opina que el lenguaje es ideal, pero que es necesario buscar su lógica interna. Escribe un libro (Tractatus) con siete proposiciones para buscar esa lógica interna del lenguaje.

  1. Parte de la idea de que el mundo es todo lo que acaece (hechos), por lo que podemos decir que el último dato del mundo son los hechos.
  2. ¿Cómo se nombran los hechos? Nos hacemos imágenes, dibujos, representaciones del lenguaje. No está intentando referir cada palabra a un elemento de la realidad como hacía Russell. Cada proposición del lenguaje es ya un hecho, es “algo”, y hay unas ciertas relaciones entre lo figurado y la figura. Para nombrar los hechos se hacen figuras de ellos.
  3. La Isomorfía Semántica se estructura en una relación de isomorfía o de representación, lo que supone que la relación de isomorfía ya no es simétrica entre dos conjuntos iguales, sino que es una relación de forma, de figuración. Si esto es así, entre lo representado y la representación hay un mínimo lógico. Esta forma mínima es inalterable ! FORMA LÓGICA. Todo el mundo es lógico (incluido el lenguaje). Por ello no hace falta crear un lenguaje ideal porque éste ya es lógico de por sí.
  4. Russell dice que el lenguaje no es ideal porque hay cosas que no tienen referencia, pero Wittgenstein no habla de referencia. Cuando una oración es falsa, si tiene sentido no debe rechazarse porque pinta algo de un mundo posible.
  5. Wittgenstein opina que pensamiento, lenguaje y realidad son la misma cosa.
  6. En la realidad y el lenguaje se distinguen cinco niveles:
    1. NIVEL DE LOS OBJETOS: Aquellos que nombramos con los nombres, éstos pueden formar parte de un estado de cosas.
    2. NIVEL DE LOS ESTADOS DE COSAS: Composición mínima de objetos que queda nombrada por la función o proposición.
    3. NIVEL DEL HECHO: El conjunto de todos los hechos componen el mundo.
    4. NIVEL DEL MUNDO: Queda nombrado por todas la proposiciones verdaderas.
    5. NIVEL DE LA REALIDAD: Conjunto de todos los mundos posibles (incluyendo el que verdaderamente existe).
  7. Hay cuatro tipos de oraciones, podemos hablar de cuatro maneras distintas de dibujar la realidad:
    1. Lenguaje representativo, declarativo, descriptivo, lenguaje de la ciencia que da información.
    2. Oraciones de la lógica, estúpidas, porque son evidentes y no dicen nada, ej: a = a (tienen sentido, pero no dicen nada).
    3. Oraciones sin sentido, oraciones típicas de la filosofía, que parecen que dibujan algo pero no, ni siquiera en un mundo posible. Este tipo de oraciones no deben utilizarse y deben ser rechazadas.
    4. Oraciones que sirven sólo para saber cómo funciona el lenguaje, porque cuando lo sabes ya no sirven para nada. (Éste tipo no lo dijo Wittgenstein, fueron los críticos del Tractatus que escribió).

Según Wittgenstein, en su Tractatus logico-philosophicus:

  • Filosofía no es una teoría, sino una actividad.
  • Una obra filosófica consiste esencialmente en elucidaciones.
  • El resultado de la filosofía no son “proposiciones filosóficas, sino el esclarecerse de las proposiciones”.
  • La filosofía debe esclarecer y delimitar con precisión los pensamientos que de otro modo serían, por así decirlo, opacos y confusos.

Es curioso saber que el denominado neopositivismo ha sido prácticamente abandonado, sin embargo no ocurre lo mismo con la filosofía analítica, también corriente del movimiento analítico, que continúa en vigor en importantes áreas culturales del mundo occidental. Tanto es así, que el mismo Wittgenstein abandona el primero y con sus “Investigaciones filosóficas” crea esta segunda corriente, pudiendo hablarse incluso de Wittgenstein I y Wittgenstein II.

De mis clases particulares

Ayer iba en el metro, camino del Barrio del Pilar, donde imparto una clase de Matemáticas, Física o Química a una alumna desde hace varios años. Es mi alumna preferida, no puedo negarlo. No lo pretendo. A parte de tener intereses por las asignaturas que tiene en su educación obligatoria, incluso interesarse, poco a poco, por aquellas en las que yo le ayudo, a pesar de que se le den peor, a parte de todo eso, también estudia Piano, en el Conservatorio desde hace casi una década (tiene 17 años), Alemán y algunas otras cosas.

Cuando le digo que se relaje, me dice que tiene tantas cosas que quiere hacer que no le da el tiempo. Y me brota una sonrisa en el corazón, pensando que hay personas a las que admiro, a las que les deseo lo mejor, a las que respeto por ser inquietas, inquisitivas, deseosas de saber, más y más, de diversas temáticas, abriendo su mente a experiencias que la harán ser más persona.

Porque creo que hay grados de «persona». Pero no voy a entrar en esto de manera tan burda porque podría pasar por elitista y no lo es. Se trata de tamaños de voluntades, de esas nubes que habitan en el centro del pecho, y sí, el tamaño importa, cuando se trata de esto, al menos. A mí me importa.

Adoro encontrarme con personas que quieren ser Personas. Son verdaderos Filósofas en un sentido literal, etimológico, de la palabra. Y eso me convierte en filo-filósofo… (jejeje… estas cosas de la recursividad me apasionan, también)

Estoy intentando hacerle comprender que esto del equilibrio se resuelve como si fuese una hoja de cálculo… y no sabe usar (porque no les enseñan) estas herramientas que, para algunas cosas, son útiles.

En el metro, en ese camino que comencé mentando, fui anotando la estructura de la tabla que habría de realizarse. Hoy voy a hacerla y llevársela. Me gusta tanto trabajar para ella…

Acá la dejo:

Fórmula química

aA + bB <==> cC + dD

Coeficientes estequiometricos (a, b, c y d)
Pesos moleculares (de A, B, C y D)

GLOBALES
Volumen total
Presión total
Temperatura

INICIALMENTE

Masa en gramos
Moles
Concentraciones
Volúmenes

REACCIÓN

En moles
En porcentaje de lo inicial (grado de disociación o solubilidad) C x alfa o S

En EQUILIBRIO

Masa en gramos
Moles -> moles totales
En porcentaje de lo inicial (grado de disociación o solubilidad)
Concentraciones = moles / volumen total
Fracción molar = moles / moles totales
Presiones parciales = fracción molar * presión total

Q para predecir dirección de reacción
Q > K -> sobran productos = Hacia la izquierda
Q < K -> sobran reactivos = Hacia la derecha

Kc
Kp
Ks
Ka
Kb

pH

PV = nRT

¿Se pregunta una gota de agua si está en una nube?

Nube: espacio (fractal) de frontera difusa.

(Lógica difusa, grado de pertenencia continuo y no binario)

Y de esa gota
¿se lo preguntan
las moléculas,
los átomos,
los electrones,
los protones,
los neutrones,
los quarks?

En última instancia
son solo palabras
las que construyen
las fronteras (otra palabra)
o los límites
que podemos usar para definir/modelizar
comunicar/aprehender
la realidad (que es
otra palabra de
posiblemente
límites difusos)

Modelos de la realidad

Cada día me gusta más el fantástico blog de mi amigo Xabi, sobre Química Cuántica. En esta ocasión, ha realizado una entrada sobre el surgimiento de las teorías de campos de Maxwell y la concepción unificada de los fenómenos eléctricos y magnéticos en la Teoría de Campos Electromagnéticos.

Ha sabido destacar, de ello, de ese pedacito de historia de la ciencia, lo más notable, que es, como bien dice, la concepción del modelo de la realidad como mero útil, utensilio y no visión o representación de la realidad.

Por alusiones, lo vinculo con la idea de separar la re-presentación de la presentación que se lleva a cabo en el arte conceptual, especialmente en el arte de acción, pero también con la «gestualidad» de un Marcel Duchamp presentando un urinario y no re-presentándolo. Trayendo la realidad al arte, y no simplemente una aproximación más o menos subjetiva de la misma. Este cambio de paradigma tenía que ver, obviamente, con la irrupción de la fotografía, también en el SXIX, que trastocaría la idea de aproximación a la realidad a base de representaciones intencionadamente fidedignas. Pero esta cuestión la dejo para otro día… o remito a Walter Benjamin (La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica) o, más adelante, al maravilloso ensayo de Roland Barthes, (que dejo aquí para posteriores consultas), titulado La Cámara Lúcida.

Un interesantísimo párrafo es el de:

Sin embargo con Maxwell, los físicos empezaron a tomar los modelos no como la esencia de la realidad, sino como representaciones útiles para llegar a las fórmulas que nos permiten describir los fenómenos sensoriales. Los modelos eran tan sólo una “muleta” en la que apoyar nuestra imaginación, un andamiaje necesario para levantar el edificio del formalismo matemático, pero que una vez levantado, era tan poco necesario como un andamio al finalizar una construcción. Desde entonces, y cada vez con una tendencia mayor en física, los científicos empezarían a hablar de los modelos con frases de tipo “la realidad es como si…” , y no “la realidad es…”.

En el que, como bien apunta Xabi, se habla de una realidad que deja de ser, por primera vez, aprehensible, es decir, no puede capturarse, no puede obligarse a ser de una manera. Es, de una manera más o menos misteriosa, y tan solo nos quedarán aproximaciones más o menos acertadas, visualmente acertadas. En el fondo, es como si la poesía hubiera ganado la guerra contra la prosa: la metáfora es la mejor representación posible para describir la prosaica realidad, inapresable, mistérica, utópica.

Ya se anticipaba algo cuando Hume defendía el experimento, el fenómeno, en tanto manifestación de la realidad, no como realidad misma, pero esto va más allá, unos cuantos pasos más allá, afirmando la ciencia que no tiene capacidad para hablar de La Realidad, sino de los modelos que la describen. Y, al fin, esa realidad vuelve a la metafísica, al lugar que Aristóteles le tenía reservado más allá de sus textos de física. Cerca, ya, de la teología.

Efectivamente, otra cuestión importante, es la de la lejanía entre el lenguaje metafórico que todo el mundo puede acercarse a comprender y el lenguaje matemático, riguroso, que exige del lector un conocimiento iniciático, pitagórico, creando una especie de desfase entre los que saben y los que no saben cómo funciona el universo. Correctamente, ninguno lo sabe, pero unos saben que no lo saben, otros creen que saben porque pueden visualizarlo… pero no es el universo lo que visualizan, pero les vale… y ese divorcio lleva asociada la dificultad de enseñar en estos tiempos abstractos, rigurosos, matemáticos, en los que, por ende, se ha renunciado a que esa enseñanza lleve asociada, en última instancia, un verdadero conocimiento de La Realidad, sino de un modelo vigente y cuestinable (en que pueda ser puesto en cuestión radica una de las bondades del método científico) de la realidad observable… que no ha de coincidir con La Realidad, si es que esta puede afirmarse que existe y es única.

Pero que este rigor sea despreciado porque ha reconocido su impotencia (ya lo hará aún más Heisemberg y su Principio de Incertidumbre), no debería lanzar a la gente a respuestas fáciles que pretenden superar esa impotencia, como todas aquellas más o menos místicas y antirracionales que, no solo no responden más que con suposiciones inverificables, sino que ponen en tela de juicio nuestra metodología de razonamiento. Y queda tan poco sin esa metodología para que seamos supersticiosos neanthertales…

Rabiosa Actualidad

Intento no convertir este diario en algo que vaya a la zaga de la rabiosa actualidad, la que nos digieren los medios de comunicación de masas más o menos unidireccionales. Incluso no dejarme arrastrar por las miles de voces que se alzan en torno a mí en redes sociales más o menos informatizadas.

Pero hoy no me es posible.

Lo de la financiación irregular / ilegal del partido que actualmente gobierna este país me está superando. He vuelto a leer la prensa (un par de veces, nada más, pero aun así) y no salgo de mi asombro.

Quiero una dimisión inmediata de la cúpula gobernante, los responsables de velar por la integridad ética del país, pero me voy resignando a una especie de espera de acciones por su parte… como si no pudiese cambiarlo mediante acciones por mi parte.

Y es que esto empieza a requerir violencia. Pero, como dice mi amiga Susana, igual es que a los hombres no se nos ocurren otras maneras de resolver conflictos.

Pero, dimisiones o no dimisiones… hay algo que no deja de inquietarme:

Se vota, se elige, se desea, de acuerdo a la doble negación: no quiero que maten elefantes, no deseo que no sean éticos… y, en ningún momento, parece que se vote con arreglo a una propuesta positiva deseable.

Zapatero no cayó porque su «modelo de estado» (si es que se puede decir que tenía alguno) no convenciese, sino porque las cosas iban mal económicamente. Nos tocan el bolsillo y se desea cambiar de gobernante. Pero entonces no se trata de gobernantes, sino de simples gestores, como el de una comunidad de vecinos que se contrata para que lleve a cabo una tarea más o menos administrativa.

Y eso me hace pensar que si, alguna vez, cae el gobierno de Rajoy y del PP en general, será, no por su propuesta neoliberal, sino por un escándalo de estas magnitudes, por una irregularidad y no por una propuesta que, a mí, me parece nefasta para la sociedad venidera.

Ahora toca exigir que sean éticos, que sean legales, pero lo grave es que se sigue deseando su modelo de estado, neoliberal, orientado a valores éticos puramente asociados al éxito económico, donde cuánto más tienes más vales, un modelo centralista, inmovilista, conservador (de tradicionalismos totalitarios excluyentes), racista, clasista, que va a generar un desequilibrio social decimonónico, llevándonos a los mismos enfrentamientos por los que ya pasamos hace décadas, insolidario, de jungla, de sálvese quien pueda, donde se cierran fronteras para protegernos de los necesitados, donde se cierran fronteras y se prohíbe salir de casa a nadie después de las diez, totalitario y pseudo-dictatorial que alterna entre permitir y no permitir llevar la chaqueta de un determinado color.

A mí me escandaliza lo de los sobres, lo de la financiación ilegal, porque, desde luego, no me queda duda, estos representantes no pueden representarnos, salvo que tengamos en común con ellos la voluntad de engañar y estafar al resto de los conciudadanos, de los que, por otro lado, viven. Pero me escandaliza aún más que se les haya votado sabiendo el modelo de estado que proponían. Y esto no lo ocultaban.

Hay quien dice que mintieron en sus propuestas electorales. Que ahora subieron impuestos que no iban a subir o recortaron en lugares que no iban a recortar… pero todos o casi todos, sabíamos o deberíamos saber, que proponían un modelo, como comentaba antes, centralista, neoliberal, desmontando (desordenadamente, cuando menos) todos los servicios públicos para privatizarlos y generar una sociedad donde quien no tiene dinero vivirá desesperado, sin servicios sanitarios dignos, sin educación que les ayude a progresar, sin acceso a bienes básicos, sobre los que se asentaba un modelo de estado que ya ha dejado de existir, en el que primaba la voluntad de colaboración, la voluntad de fabricar un proyecto compartido, en el que, alguna vez, alguien pensó en el vecino de al lado.

Y de nuestro monarca… el cazaelefantes… ¿qué decir?

Pues básicamente lo mismo: no comprendo que se caiga en desgracia solo por el hecho de que sea un cazador desafortunadamente sorprendido en una de sus fechorías. Comprendería que la monarquía se aboliese tan solo (o ni más ni menos que) por ser contraria a la idea de igualitarismo que creía asumida desde la revolución francesa, allá por finales del XVIII.

¿Acaso alguien aún no ve que en un país laico no hay ninguna razón para justificar la preeminencia de una dinastía por encima de otros ciudadanos? La única justificación de una monarquía, la razón que justificaba la tal preeminencia era la del «origen divino» o, al menos, la de la investidura divinamente delegada por el representante de dios en la Tierra.

Hoy podría seguir y seguir, indignándome por esta actualidad insolente que tenemos, pero voy a girar mis ojos al Tocario y avanzar un poco en positivo. Aunque el enfado hace que resulte, incluso, doloroso.

Como resumen, incluiría (de incluso, no de recluso), la breve reflexión que he volcado en mi muro de facebook.

Ahora comprendo algunas cosas:

Educación para la ciudadanía -> Eliminada
Religión para confesiones (en privado) -> Fomentada

hummm…

Filosofía (Amor por el conocimiento) -> Reducida
(no, mejor no saber…)

Pirámides

Pirámides

Recuerdo un ejercicio que propuse en un taller de Creatividad en Riaza: Construir algo entre todos sin saber qué iba a ser. Teníamos piedras y estábamos en un cortafuegos en mitad de la montaña. Al ir apilando las piedras, sin ninguna jerarquía que tomase decisiones sobre qué forma construir, edificamos, sin quererlo o querido por la gravedad y algunas otras cosas más o menos entrópicamente explicables, una pirámide.

No es tan sorprendente como para imaginar como explicación de esta semejanza internacional o intercultural ni más ni menos que unos extraterrestres que han venido de otros planetas a levantar pirámides.

Es una forma bastante simple. Apila tu ropa desordenadamente y acabarás obteniendo una pirámide en una habitación, como hizo (o hacía) mi querida amiga Sylvia. Si fuesen pirámides invertidas, otro gallo cantaría… pero esto…

¡Ay! ¡Qué necesidad de explicaciones complejas cuando se tienen sencillas a mano! Si Ockham levantase la navaja…

Yo soy yo y mis circunstancias

Yo soy yo y mis circunstancias.

En resumidas cuentas matemáticas:

Yo=yo+circunstancias

Si Yo es yo, circunstancias es cero.
Si Yo = yo -> circunstancias = 0.

(En números complejos sería, en polares, infinitas posibilidades, todas aquellas que no modifiquen módulo ni ángulo)

Si Yo no es yo, se trata de una ecuación recursiva e infinita, cuyo término general es…

Si Yo ≠ yo -> Yo enésimo = Yo enésimo menos uno + circunstancias.

Pero no se trata, propiamente, de una progresión aritmética, pues esa suma no está claro que cumpla con todos los requisitos de tal operación y, sobre todo, porque circunstancias es, en realidad, variable.

Es una forma de expresar que yo se transforma en Yo.


Está claro que no no parece nada claro afirmar algo tan simplón como eso.
Lo siento Orteguita, pero me pareces un memo.

Esto no es una broma