Partitura detallada de «Crisis del Pensamiento Racional»

Fecha
17 de junio de 2017
Lugar
Espacio Matsu
Ocasión
VI Encuentro MATSU 2017
Duración
7 minutos 27 segundos (aproximadamente)
Nombre
Crisis del Pensamiento Racional

Texto enviado a la organización del encuentro para encuadrar la acción

Frases de Hegel. Un poco de Discurso del Método. Cuarto y Mitad de la Crítica de la Razón Pura.
Todo lo que es real es también racional y que todo lo que es racional es real.
El principio del tercero excluido, algo o es A o no es A, es la proposición que quiere rechazar la contradicción y al hacerlo incurre precisamente en contradicción: A debe ser +A o -A, con lo cual ya queda introducido el tercer término, A que no es ni + ni – y por lo mismo es +A y -A. Una cosa es ella misma y no es ella, porque en realidad toda cosa cambia y se transforma ella misma en otra cosa.
El método del conocimiento no es una forma meramente exterior, sino que es alma y concepto del contenido.
Lo bello artístico es superior a lo bello natural porque en el primero está presente el espíritu, la libertad, que es lo único verdadero.
La realidad no existe. PI es tres. Dios no ha muerto: ha mutado.

Realización

Prepar-acción
(Prácticamente una instalación)

Trazar un cuadrado en el suelo de 3 metros de lado (3mx3m) y desde el centro del mismo una circunferencia que tenga el mismo área de 9 metros cuadrados. Es una obvia referencia al celebérrimo problema de la cuadratura del círculo que, como se sabe, no tiene solución.

9 = PI * r ^ 2 , lo que implica que r = sqrt(9/PI)
=(+o-) 1,692568751

donde podemos observar que el radio en cuestión es un número trascendente que se aproxima remotamente a 1,7 metros.

En cada vértice del cuadrado que, como es natural habrá quedado fuera del círculo en cuestión, situar los siguientes elementos sucesivamente comenzando por el vértice más cercano al norte y continuando en el orden de Norte, Oeste, Sur, Este:

1. Norte: 1 Cencerro
2. Oeste: 1 Escurridor
3. Sur: 1 Tambor
4. Este: 1 Regadera

Dejar, en el centro del círculo que, a la sazón, también es el centro del cuadrado cuya área coincide con la del círculo de manera burdamente aproximada, un ejemplar del Discurso del Método de René Descartes conteniendo entre sus hojas cuatro textos de autores de filosofía racional que estarán también distribuidos en el mismo orden númerico (geográfico, que no geomántico):

1. Norte: Platón o Aristóteles
2. Oeste: Descartes o Spinoza
3. Sur: Kant o Hegel
4. Este: Heidegger o Wittgenstein

Acción

Coger el libro del Discurso del Método del centro del círculo.
Recorrer el círculo/cuadrado, pero al mismo tiempo sin cuadrar, en la dirección mencionada anteriormente: N, O, S, E.

En cada uno de los vértices llevar a cabo el siguiente ritual:

  1. Extraer el texto del libro el fragmento seleccionado del autor correspondiente.
  2. Leer el texto en cuestión por un tiempo de un minuto o menos.
  3. «Ponerme» el utensilio o utilizarlo de la manera que en la ocasión considere más irracional posible.
  4. Comerme el texto impreso.

Terminar la acción lanzando con las manos el Discurso del Método por los aires con la mayor fuerza posible, intentando que no vuelva a la tierra pero sabiendo que, gravitatoriamente, esta parte de la acción resulta medianamente previsible.

Motivación

Que el pensamiento racional está en crisis no lo pone nadie en duda, creo que es de dominio público y seguro que hay estudios enjundiosos sobre el tema. Saber el porqué de esta crisis es difícil, aunque se apuntan históricamente algunos hechos.

Me gustaba pensar que Hegel (1770-1831) tuvo la osadía de afirmar que después de él no era posible hacer filosofía, y en parte era cierto, en el sentido como se había entendido hasta ese momento.

Y, tomando de la wikipedia algunas de las reflexiones que indujo, podemos ver la trascendencia que tuvo en otras áreas como la científica o la artística, amén de la lógica y con ello la matemática y la metafísica.

todo lo que es real es también racional y que todo lo que es racional es real

Tremenda afirmación que conlleva una fortaleza asociada al ser humano, ser racional por antonomasia, la verdadera gobernanza del mundo. Habrá que esperar a la fenomenología de Husserl para encontrarse afirmaciones tan poderosas, pero esta es, sin duda, una afirmación tremenda que no deja otra opción que la introspección más platónica para llegar al conocimiento. Y el pensamiento deductivo vive así su momento de gloria. Su cima, su cúspide. En cierto modo, sí que es cierto que más allá de esta afirmación, quedaba poco que hacer, salvo razonar, para conocer la realidad.

Es una aproximación que, en ocasiones, en ciencia, podría ser comparada con la más teórica de todas, aunque no descarta la racionalidad si se implementa un método de experimentación también racional. Y así el método científico tiene, desde Descartes, a su más firme adalid.

Sobre la filosofía de la historia que deduce de esta afirmación, me reservo mi opinión, pero la influencia directa en Marx-Engels es de tal magnitud, metodológicamente hablando, y con ello uno de los más lúcidos análisis de la historia de la humanidad que se haya dado, así como el nacimiento de las antropologías sociales y otros análisis que se hicieron posible gracias a esa afirmación, que no es pensable imaginar la sociedad actual, la economía actual, sin recordar con una sonrisa a este pensador oscuro.

El principio del tercero excluido, algo o es A o no es A, es la proposición que quiere rechazar la contradicción y al hacerlo incurre precisamente en contradicción: A debe ser +A ó -A, con lo cual ya queda introducido el tercer término, A que no es ni + ni – y por lo mismo es +A y -A. Una cosa es ella misma y no es ella, porque en realidad toda cosa cambia y se transforma ella misma en otra cosa.

En lógica, va a ser explosivamente revolucionario con esta famosa teoría del tercer excluido que armonizaba, por vez primera, a Heráclito y Parménides, superando sus inmovilistas teorías de esto es así, pues no, es asá… y va este y dice… pues no, se construye una nueva cada vez, a partir de “contrarios”.

Aparenta ser algo que entroncase con el pensamiento tao (yin/yang), pero está absolutamente dentro del pensamiento occidental. Esto quiere decir, entre otras cosas, que ambos pensamientos no son tan divergente como quieren hacer creer algunos aduladores vacuos de todo orientalismo como si el pensamiento occidental, el pensamiento racional no tuviese herramientas para llegar a lugares donde otros han llegado.

Sin profundizar tampoco (no da para tanto una entrada de un blog que debo terminar en menos de dos horas), cabe apuntar que todo pensamiento que se precie de serlo es racional, aunque no todas las lógicas tienen los mismos axiomas. Hegel no cuestionó la existencia de un Dios, único y, a pesar de su pretendido panteísmo, parcialmente antromórfico, heredero de un substrato judeo-cristiano. Ya vendrá Marx a poner otro término en lid y sacar de la palestra lógica a Dios.

El método del conocimiento no es una forma meramente exterior, sino que es alma y concepto del contenido.

Como decía unos párrafos más arriba, fue el adalid por excelencia del método, tanto de pensamiento como el científico. Haciendo del pensamiento la forma para llegar a todo conocimiento objetivo. A partir de la metodología compartida, y esta es la maravilla del método científico, se puede convertir una serie de experimentos subjetivos en un conocimiento objetivo. Si ese método es ignorado, o no puede usarse, no puede realizarse una extrapolación a conocimiento objetivo a partir de experiencias individuales subjetivas.

En este error incurren los que usan de la ciencia solo algunas partes, aisladas, interesándose por un bonito título sin preocuparse por el hecho de que la metodología es a la ciencia lo que las letras al discurso.

Lo bello artístico es superior a lo bello natural porque en el primero está presente el espíritu, la libertad, que es lo único verdadero.

Pero si en ciencia o en lógica fue crucial, no lo fue menos en arte, donde una afirmación como esta va a hacer saltar por encima todo el clasicismo.

Y es que no olvidemos las fechas en las que se hace semejante proposición: principios del SXIX.

Surge el romanticismo, lo que muchos opinan que es el comienzo de la contemporaneidad, aunque bien habría que esperar, desde mi punto de vista a la maduración de este sentimiento hasta mediados de siglo, cuando Baudelaire exalte la búsqueda de esa belleza artística hasta el punto de hacerla su único objetivo y generar la estética que habría de gobernar el nacimiento de todos los ismos desde el simbolismo hasta la mitad del siglo XX, por lo menos. La intención, la voluntad del artista, va a ser, a partir de él (o de ellos) lo que pueda caracterizar a una obra como artística.

Aún quedaba más de medio siglo para que lo “demuestre” con un experimento el gran Marcel Duchamp con su orinal, llamado fuente. Y había pasado un siglo desde Hegel.

Pero la revolución más evidente, más directa, se produce en la eclosión de filósofos que bien podríamos agrupar como post-hegelianos en el sentido, la mayor parte de las veces, de suponer, como quizá él habría soñado, su antítesis o, mejor aún, sus antítesis. Como en el caso de Baudelaire, surgirán varias décadas después de su muerte, como si su pensamiento hubiese necesitado un tiempo de reposo, como si fuese el guano sobre la semilla, que iba a dar lugar a un nuevo mundo.

Y en parte, ese nuevo mundo, huiría de lo racional, intentaría escapar de esa cárcel tan bien diseñada que había realizado el arquitecto mental más prolijo que hubiera existido.

Buscaría vías tan diversas como los pensadores que las concibieron, de Schopenhauer a Nietzsche, pasando por Kiérkegaard o Compte, entre otros, innumerables, que jalonan el siglo XIX con, ya no soluciones, sino quizá, nuevos planteamientos del problema: el conocimiento de la realidad.

Y en ciencia, se van a seguir los cánones racionalistas hasta bien entrado el siglo XX, pero apareció la Cuántica y puso algunas cosas patas arriba: entre otras cosas, apuntaba, por primera vez, la importancia inolvidable del observador y la afectación que ocurría sobre un experimiento al ser observado, poniéndose en cuestión la propia esencia de la metodología.

Así como imponía, según los modelos existentes (los actualmente existentes), limitaciones al conocimiento de la realidad. El principio de incertidumbre viene a ser la patada más dolorosa que le hayan podido dar en los cojones mentales al esquema presuntamente omnipotente hegeliano.

La ciencia se reconocía, por primera vez en su historia, incapaz de conocer en detalle la realidad. O planteaba temas como la dualidad onda-corpúsculo que tendrían mucho que ver con la semántica. ¿Y si encontrásemos nuevas palabras? ¿Podríamos, quizá entonces, describir mejor la realidad y, de ese modo, aprehenderla, conocerla?

Pero no se puso en cuestión su metodología, que seguía siendo su verdadero fundamento. Si se pone en cuestión, quizá la ciencia deba dejar de llamarse ciencia. Y surgen las pseudociencias, más o menos bienintencionadas, que vienen a querer explicar lo inexplicable, desde las almas, sin Dios mediante, a presuntas apariciones, por no hablar de otras cuestiones que quedan completamente al margen de cualquier posible experimento tachable de científico. Solo se verifica en tanto exista fe. O sea, renuncia explícita a convertir una experiencia individual en una objetiva.

Teniendo en cuenta que también en ética se ha llevado a cabo una revolución que privilegia lo individual, y no estoy hablando del individualismo sino más bien de un cierto relativismo moral, fruto, en parte, de la globalización que ha conducido al reconocimiento de que algunas de las afirmaciones de Hegel eran claramente erróneas, como aquella de la superioridad moral centroeuropea (diga Merkel lo que diga) y cristiana, que no puede ser muy defendida después del holocausto nazi, y también a la influencia de pensadores que han radicalizado la innecesaria existencia de Dios como garante de la moralidad, nos encontramos tan perdidos que buscamos verdades que nos sirvan de brújula en un mundo cada vez más complejo y menos comprensible.

Así, nace el New Age y sus fáciles, populistas, soluciones a problemas que, cada vez, parecen más difíciles de plantear.

Y entre las muchas “herramientas” que deciden manejar, en una pretendida seriedad que les otorga una interpretación de la ciencia, está la Cuántica. Quizá por desconocida, es utilizada con prodigalidad hasta el ridículo. Se hacen afirmaciones que la relacionan con estados mentales, con sanaciones… vaya… es la panacea.

Menos mal que hay quien es capaz de hacernos comprender que es un error, como en esta ocasión mi gran amigo Xabi, doctor en Química Cuántica de la Facultad de Ciencias de Donosti. Espero que haya quien sea capaz de leer lo suficiente como para descubrirlo. Porque se trata de esto, hay que dedicar tiempo a conocer las herramientas: la mente se cultiva leyendo, pero no cualquier cosa, igual que no se trabaja la tierra con cualquier apero. ¿Qué leer? Hummm… ¿Quién decide esta cuestión?

Método, método, método.

Apéndice: Textos escogidos

Platón, República:

«¿No percibes que las opiniones sin ciencia son todas lamentables? En el mejor de los casos, ciegas. ¿O te parece que los ciegos que hacen correctamente su camino se diferencian en algo de los que tienen opiniones verdaderas sin inteligencia?»

René Descartes, Discurso del Método:

El buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo: cada cual piensa estar tan bien provisto de él, que aun las personas más difíciles de contentar en cualquier otro asunto no desean generalmente más del que tienen. No debemos creer por eso que se equivocan; este hecho testifica más bien que el poder de juzgar bien y de distinguir lo verdadero de lo falso, que es lo que denominamos buen sentido o razón, es igual en todas las personas y, consiguientemente, que la diversidad de opiniones no se debe a que llevamos nuestros pensamientos por distintos caminos y no consideramos las mismas cosas. Porque no basta con tener buen espíritu; lo esencial es aplicarlo bien. Las almas más grandes son capaces de las mayores virtudes y las que caminan lentamente pueden avanzar mucho más (si siguen el camino recto) que los que corriendo mucho se alejan de él.

I. Kant, Crítica de la razón pura:

«Ese territorio [el del entendimiento puro] es una isla que ha sido encerrada por la misma naturaleza entre límites invariables. Es el territorio de la verdad – un nombre atractivo – y está rodeado por un océano ancho y borrascoso, verdadera patria de la ilusión, donde algunas nieblas y algunos hielos que se deshacen prontamente producen la apariencia de nuevas tierras y engañan una y otra vez con vanas esperanzas al navegante ansioso de descubrimientos, llevándolo a aventuras que nunca es capaz de abandonar, pero que tampoco puede concluir jamás.»

M. Heidegger, El ser y el tiempo:

Al señalar las tareas implicadas en el “planteamiento” de la pregunta por el ser, se ha mostrado no sólo que es necesario precisar cuál es el ente que ha de hacer las veces de lo primariamente interrogado, sino que también se requiere una explícita apropiación y asegurar la correcta forma de acceso a él. Ya hemos dilucidado cuál es el ente que desempeña el papel principal dentro de la pregunta por el ser. Pero, ¿cómo llegará este ente a ser accesible y a entrar, por así decirlo, en la mira de la interpretación comprensora?

Post scríptum de Crisis del Pensamiento Racional

Tras la acción comentada ayer, me solicitaron una participación en una reflexión sobre la misma y acabé escribiendo este texto:

Habitualmente determino las acciones mediante scripts bastante detallados (adjunto el mismo tras las respuestas al cuestionario) aunque tan sólo tengan interés personal, incluso diría íntimo, pues al hacerlo voy dándome cuenta de las innumerables cuestiones que surgen y que no he tenido en cuenta a la hora de dejar desarrollarse la idea principal u original (no siempre son la misma idea). En este caso partí de un boceto en el que lo único que tenía claro es que debía ir vestido de blanco (aunque no tengo aún claro el porqué) y preferiblemente descalzo, jugando con la idea de 4 puntos cardinales que representasen momentos estelares de la filosofía racional y, al mismo tiempo, ofreciesen 4 lugares donde burlar esta manera de entender el mundo, de aprehender el conocimiento. Esa burla se haría mediante elementos que previsiblemente estarían disponibles en el espacio en el que la acción se iba a desarrollar.

Ese primer boceto se complicó cuando visualicé el cuadrado lugar escénico que estaba perfilando, todo alrededor mío, seguramente, de manera que había un círculo y un cuadrado. Si además el primero tenía el área del segundo llegábamos a la cuadratura del círculo que fue un tema de debate en el terreno intelectual geométrico desde la lejana lúnula hipocrática.

Elegir los elementos de burla o irracionales fue divertido pues aparte del disponible cencerro que Matsu disponía y que, por supuesto, sería el punto de partida, me llevó a encontrarme con el escurridor de pasta que referenciaba claramente a la omnipresente influencia de las religiones más o menos establecidas y la contestación dada por la inteligente propuesta del Pastafarismo. Tambor y regadera eran otras obvias y algo tópicas imágenes de irracionalismo, si bien aún no tenía claro de qué manera iban a ser usadas en la acción.

Tras esta primera aclaración, procedo a responder una serie de preguntas que Ana Matey formula haciendo que el generoso VI Encuentro de MATSU no concluya con un adiós irreflexivo:

Cuestionario propuesto por Matsu

¿Cómo se transforma la performance una vez que pasa de idea a acción?

De manera semejante a la transformación que sigue al hecho de dibujar un círculo tras imaginarlo. La idea es la circunferencia perfecta, aquella cuyo diámetro, por ejemplo, mantiene una relación de ? con su longitud, de ancho nulo, plana. Pero su materialización es, dada su fisicidad, por naturaleza imperfecta, al menos desde una perspectiva meramente platónica, sin que ello implique que no deban existir otras perspectivas.

Hablar de la materialización en un determinado locus espacio-temporal concreto la multiplica hasta el infinito posible (que no el imaginario) pues en cada realización de esa idea de circunferencia obtendremos una circunferencia matérica nueva, con distinta relación diámetro-longitud, con distinto grosor de línea, con distintas irregularidades perimetrales, superficiales, etc, es decir, única, como copo de nieve, imperfecta, puede, pero tan interesante o más que la propia idea de partida.

La partitura de mi acción (de todas ellas) es absolutamente irreal en el sentido físico y sin embargo es absolutamente real en el sentido ideal, en el sentido, digámoslo, conceptual, pues ha sido concebida mentalmente. Pero asumo (en todas ellas) que al pasar al campo de lo concreto, se alejará y al mismo tiempo surgirá otra cosa, distinta de la idea, que es la materialización de la misma. Me parece, de hecho, ésta, una de las más apasionantes cuestiones del arte de acción, que comparte, entre otras cosas, con la música, pues la partitura es una cosa y su interpretación otra. Habitan u ocupan universos completamente disjuntos, de modo que no diría que la performance pasa de idea a acción, sino que la palabra se hace carne. Aunque aquí nos aventuramos en el espinoso misterio de la trinidad que sigue siendo difícil de encarar: la performance es idea/concepto, acción/concreción y, quizá, residuo/repercusión.

¿Qué surge al ser realizada?

Aparte de la concreción mencionada, surge interacción con otros seres humanos. Dejando de lado el posible debate de si una performance puede serlo sin ser vista/vivida por otras personas distintas al intérprete de la acción, una de las primeras cuestiones que (me) surgen es el contacto con la mirada ajena, con su desplazarse o mirar alrededor, cómo tratan la acción, si se acercan, si (me) hablan, si tocan, si ríen, si se van, si murmuran, si (me) ayudan o si no hacen nada de eso.

Aprovecharlo es algo que considero un aprendizaje continuo, pues quizá (demasiado racional) tiendo con frecuencia a un solipsismo exagerado que en esa encarnación de la que hablábamos acaba por desaparecer, disuelto en la incontestable presencia de la otredad.
En este caso concreto, fue muy estimulante tener rostros amigables (otro gran logro de MATSU: el ambiente no nace, se hace) dispuestos, por ejemplo, a ofrecerme cerveza que necesité durante la acción para facilitar la ingesta de unas tiras de papel con textos escritos. Esta misma cerveza, de hecho, sirvió para generar unos gases que, expulsados, produjeron un elemento de refuerzo de la componente irracional que ayudaba a la dialéctica entablada en la performance propuesta.

Gracias a la generosidad de eventos como los Encuentros de MATSU, un valor adicional, una perla que surge inesperada, es el residuo o la posibilidad de análisis de repercusión gracias a las charlas posteriores junto a una deliciosa cena compartida o mediante la exquisita documentación fotográfica y, también ahora, escrita.

¿Cómo afecta el contexto?

Casi cambiaría la pregunta por ¿cómo NO afecta el contexto?
La respuesta sencilla a la pregunta positiva planteada por Ana Matey es: de todas las maneras. El contexto es lo que hace a la acción una concreción y no una entelequia.

En mi caso, de nuevo concretando más allá de lo que me es habitual, la elección del lugar donde terminé realizando la acción vino determinada por diversos factores todos ellos contextuales: la música de una boda o algo similar en la finca de unos vecinos hacía que quisiese estar lo más lejos posible, el sol aterrador del sábado 17 de junio a las 7 de la tarde era como de poema taurino de García Lorca, los lugares elegidos para la realización de otras acciones, los objetos disponibles por el espacio…

Llevaba en mi mente la idea de realizar la acción en el lugar más «cuadriculable» posible que me parecía ser frente a la puerta del almacén donde están las herramientas. El calor me sacó de esa idea llevándome a elegir un lugar que no acababa de convencerme bajo los árboles en un pasillo pero apenas había espacio para trazar las líneas del cuadrado que, en principio, estaba concebido para ser de unos 3 metros de lado. Además, estaba el tema del final de la acción que implicaba lanzar hacia arriba (idealmente) un libro que en este contexto acabaría chocando inmediatamente con los árboles.

Tras la poderosa acción de Jesús García justo en el lugar que satisfacía algunas de mis necesidades escénicas, habiendo además bajado la intensidad del sol, decidí desplazar la ubicación de la acción a la puerta de la finca, retirando una mesa de ping-pong que había allí apoyada sobre 4 taburetes.

Pero de nuevo el contexto me lanzaba una cuerda y era útil usarla, aprovechando esas fantásticas 4 banquetas para marcar los vértices del cuadrado. Aproveché un pedazo cuasicilíndrico de un tronco de árbol para depositar en el centro del mismo el libro del Discurso del Método y proyectar la idea de círculo (rudimentariamente trazado) de área relativamente cercana a la del cuadrado definido por los 4 asientos.

Por cierto, el libro fue lanzado, finalmente, hacia uno de los lados y no hacia arriba, como había planeado hacer, curiosamente hacia el lugar en donde había proyectado realizar la acción.

¿Nuevas incógnitas?

Una pregunta que me formulé y compartí con la estupenda artista Isabel León Guzmán mientras estábamos realizando las acciones ese fantástico sábado fue si existía un estudio sobre los materiales que utilizan los y las performers en sus acciones (incluso en las ideas preconcebidas de sus acciones) en función de la climatología del momento.
Me resultó impactante el uso del agua fría que dudo mucho que hubiésemos utilizado tan profusamente si hubiese sido realizado el encuentro en mitad de diciembre, pongamos por caso. De modo que quizá habría que plantearse hacer un encuentro de verano y otro de invierno con las mismas acciones. ¿Serían las mismas?

¿Alguna reflexión?

Llegado a este punto, no sé si ya he reflexionado suficiente o más de lo suficiente.

Siempre sobrevuela estos encuentros la sombra de la endogamia, pero de nuevo el excelente buen hacer de Matsu logra que además de caras conocidas aparezcan nuevas personas en el panorama performático y, por otro lado, tampoco hay que obsesionarse pues son encuentros, como de amigos y amigas que se vuelven a ver. Es posible que más adelante podamos denominarlos, para que no haya la más mínima duda: reencuentros.

Otra de las reflexiones recurrentes, y ya algo cansina, es el tema de la financiación: si este tipo de trabajo debe ser remunerado, por quién y de qué manera. Pero es demasiado extensa como para tenerla en este lugar.

Quizá me sorprende que, para ser un «encuentro», hay poco trabajo colaborativo, poca acción que podamos poner en pie sobre propuestas colectivas, pero yo soy el primero al que le resultaría dificilísimo imaginar de qué manera aproximarme a este tipo de trabajos, dejando de lado mis personalísimas obsesiones.

¿Respuestas?

Opto por contestar a cuáles fueron las más significativas respuestas de la concurrencia ante la acción realizada.

El cálido beso de Yolanda Pérez Herrera fue una de las más agradables respuestas obtenibles, amén de la mirada aprobatoria y comprensora de la mayoría de las personas que estaban allí. Es una comprensión que se agradece especialmente cuando has pasado décadas de tu vida sintiendo incomprensión en el medio social que habitas. No hablo de intolerancia, que serían palabras mayores, sino simple y sencillamente la incomprensión de la rareza, de la marginalidad, de la diferencia.

En el encuentro de Matsu la libertad se cultiva tan hábilmente como las hortalizas y da lugar a aceptación total y comprensión de lo incomprendido, facilitando un ambiente de creación desinhibido que permite convivir la individualidad con el grupo sin abocar a un enfrentamiento desigual y, con frecuencia, cruel. Como ya escribí el año pasado: «el sábado, por encima de todo, primaba la libertad. Libertad sin juicio ante lo ajeno, presente en la creación variopinta, sin censuras, por placer, por onanismo, casi, pero sin desconsideración egocéntrica».

Tras el fin de semana, los emails surcaban las venas internaúticas, las imágenes de redes sociales servían para tender nuevas conexiones, redes sociales naturales, las ganas de permanecer en contacto se palpaban.

Tras el fin de semana, las respuestas siguen surgiendo, contextualizando la necesidad de encuentro(s), deseando agradecer de manera siempre insuficiente la dedicación de las personas que tienen a bien prestar su casa, su convocatoria, su trabajo, para que otras personas mostremos nuestro trabajo, nuestra intimidad a otras personas que lo reciben con curiosidad y con cariño.

Tras el fin de semana, deseamos esperar a que llegue otro encuentro con Matsu de fin de semana para que ese fin de semana no tenga fin.


NOTA: Toda la información de estas tres últimas entradas del diario, pueden ser descargadas de este documento:

crisisracional (postscriptum)

La Pulpa

Tenemos tan normalizada la culpa que usamos la palabra con una generosidad desmedida.

La propuesta es lanzar en redes sociales una alternativa divertida con la que al mismo tiempo tomar conciencia de este abuso.

Aunque hay quienes llegaron a confundirlo con connotaciones sexuales o sencillamente con un vulgar juego de palabras que podría haberse dado con cualquier otra palabra. (Y habría sido divertido, no digo que no)

Yo-Es una propuesta para dejar de utilizar la palabra «culpa» (y lo que implica) con tanta generosidad. Jugando con la idea de que se puede cambiar por otra palabra de fonética parecida. Es posible que, cuando termine, pase a otra palabra similar: cambiando pecado por pescado.
Alguien-Pescado capital
Yo-Se me adelantan los pescadores.
Alguien-Es el pescado original, quise porder la manzana
Yo-Lánzate, lánzate a pescar, que lo estás deseando
Alguien-No sé, que luego me arrepiento y me entre una pulpa terrible
Yo-Suelo pisar. 😉
Alguien-Sí, es galgo inimitable

Termina con 27 sentencias realizando esta pequeña transposición entre la PULPA y la CULPA con algunas de sus palabras derivadas.

Acción realizada entre el 17 de abril de 2017 y el 26 de mayo de 2017 a las 10:25, publicando una frase por día de los considerados laborables en la red social FaceBook, bajo el perfil: https://www.facebook.com/giusseppe.dominguez

Las frases utilizadas han sido las siguientes, en orden estrictamente cronológico:

  1. Lo siento,
    ha sido todo pulpa mía.
  2. Por tu pulpa pulpita yo tengo negro negrito mi corazón.
  3. La pulpa fue del cha-cha-cha
  4. Entono el
    MEA PULPA
  5. Por mi pulpa, por mi pulpa,
    por mi gran pulpa
  6. Me siento pulpable
  7. ¿Le corroía la pulpa?
  8. Cargo con pulpas ajenas
  9. ¿Cómo afrontar el sentimiento de pulpa?
  10. Placer pulpable
  11. Échale la pulpa a alguien
  12. y yo no tengo la pulpa
    de verte caer
  13. Aprende a gestionar la pulpa
  14. La pulpa de todo la tiene la pulpa de todo
  15. La pulpa me tiene atrapado
  16. Sentimiento de pulpabilidad
  17. ¿Quién tiene la pulpa?
  18. Ha sido declarada pulpable
  19. ¿Fuiste tú el pulpable o lo fui yo?
  20. No se trata de saber quién tiene la pulpa
  21. La mala educación es pulpa de la mala educación
  22. Cómo vivir con la pulpa
  23. Eso no es pulpa tuya
  24. Toda la pulpa es de Cristobal Colón
  25. La pulpa de todo es de Internet
  26. Autoimpulparse
  27. Tú decides:
    culpa o pulpa

Las ondas Hertzianas de Karlsruhe

Inevitable acordarme de mi amiga María en esta conclusión del libro IDEAS que he terminado de leer hoy, después de varios meses de lenta lectura.

Curioso encontrarme con esta pequeña aventura de un científico en la ciudad que ella habita ahora, pensando que las ondas hertzianas nos mantienen unidos en esta distancia que nos separa en la tridimensional pelota cuya superficie manchamos.

Pero este libro no termina nunca de ser leído. Según lo cerraba, me daba cuenta de cuántas páginas de futuros libros me ha abierto. Me resulta fascinante poder seguir aprendido de por vida.

Pastafarismo

Hoy lanza alguien en una red social esta pregunta, así, como si nada… y claro, se monta la de sancristín. Eso sí, no se profundiza más allá de unas cuantas frases. Pero es que no es el contexto para semejante pregunta. Lo siento, no lo es.

Alguien comenta:

o que pasa es que creen que Dios es una persona una figura o que vive en un castillo de nubes en el cielo, Alguien sabe como es Dios? seguramente como nadie lo ha visto dicen que no existe, pero Dios no tiene un rostro, DIos es hechos y obras, las que vemos a nuestro alrededor, las que de la nada se volvieron un todo, lo llaman recreación, las cosas que estan hoy en las que el hombre nada tiene que ver vinieron de algun lado alguien o algo las puso alli y despues vinimos nosotros a intentar explicar de donde vino todo, Dios no tiene una varita mágica, Dios tambien es ciencia, porque pacientemente puso su obra y dejo que evolucionara, es la que vemos y no importa si estan los cientificos mas increibles nadie puede explicarla

Olvidando faltas de ortografía, que quiero asumir que eran por pereza y no por mala fe (je), me llama la atención la referencia al celebérrimo «Diseño inteligente» que quiere reintroducir la religión en el ámbito de la razón, pero con un calzador recalcitrante.

Curiosamente, este fin de semana vi la película «The most hated woman in America» que sin ser una gran película hablaba de un tema del que no se suele hablar lo suficiente que es el del ateísmo y la reclamación de la separación Iglesia-Estado.

En este país, baluarte del catolicismo más cerril y arcaico, esa reclamación suena a cachondeo, como si se pide que dejen de haber símbolos religiosos en las calles… bufff… eso sí que sería un repaso de Memoria Histórica inasumible. Procesiones, festivos religiosos, Navidades, San/Santa… lo que sea… son considerados «tradiciones» constituyentes de «lo español».

Después de ver esa película, curiosee un poquito la Wikipedia en busca de más información sobre las asociaciones de ateos internacionales y acabé por encontrar una divertida religión:

Pastafarismo

El único Dios Verdadero

El pastafarismo (neologismo derivado de «pasta» y «rastafarismo») o religión del Monstruo del Espagueti Volador (MEV o FSM en inglés) es un movimiento social, reconocido como religión oficial por algunos países, y rechazada como tal por otros, quienes la consideran una religión paródica, surgido como protesta social en Estados Unidos para denunciar y oponerse a la difusión en las escuelas de la hipótesis del diseño inteligente, impulsada por sectores políticos y religiosos conservadores durante los mandatos del presidente George W. Bush, y a las corrientes de opinión que pretendían su equiparación con teorías aceptadas por la comunidad científica como la de la evolución biológica.

Los principios del pastafarismo fueron ideados por Bobby Henderson, licenciado en física de la Universidad Estatal de Oregón, para protestar por la decisión del Kansas State Board of Education (Consejo de Educación del Estado de Kansas) adoptada a finales de 2005 de permitir la enseñanza del diseño inteligente en las escuelas públicas como alternativa de la teoría de la evolución. Esta decisión fue finalmente revocada en agosto de 2006. Al igual que el movimiento a favor del diseño inteligente, el ideario de Henderson emplea referencias ambiguas a un denominado Diseñador Inteligente no especificado, con el fin de evitar los mandatos judiciales que prohíben la enseñanza de la religión y el creacionismo en las clases de ciencia de los centros educativos públicos estadounidenses.

Y verdaderamente, me he hecho creyente ipso facto de esta maravillosa visión del todo, donde no somos más que pequeñas manifestaciones del Apéndice Tallarínico.

¿Habrá sectas y conflictos religiosos como los de la época de la Reforma/Contrarreforma y las guerras de religión debidas a la composición de qué se supone que es el Gran Spaguetti (trigo (blanc o integral)/centeno/con aditivos…)?

Abunda el fascismo, dicen

He copiado este comentario en una red social porque me resulta sintomático de lo mal que se piensa:

Por temas profesionales he estado unos días encerrada en Twitter y secciones de comentarios de los periódicos y he alucinado. Toneladas de odio y de basura, gentuza diciendo a otro que deberían ir a fosas comunes en las carreteras con sus abuelos, insultos por creencias políticas, religiosas o sexuales. Sobre todo, abunda el fascista que no sabe que lo es, que odia a cualquier modesto socialdemócrata, a las mujeres, a todo lo que no sea fascismo… No comprendo por qué les dejan votar. Incluso no comprendo por qué no se le envía a vivir a un sitio perdido en África.

¿No se da cuenta de que la conclusión es exactamente aquello que recrimina?

Patético, pero sin lógica no puede haber avance social.

Por supuesto, no he contestado en la red social, pues es lugar para indignación fácil, para emoción irreflexiva, para populismos de diversos pelajes, para simplificaciones al máximo, para estupideces, en fin, como esta.

Aterrador

aterrador

La tristeza invade mi mente
con la certidumbre de las corrientes cíclicas
que garantizan un retorno a la oscuridad
como sólo un new age puede prometer y augura.

Me entristece sentir que el desprecio a la filosofía
a la ciencia
a la lógica
a la búsqueda racional de conocimiento
se extiende
desde todas las áreas
desde todos los ángulos
desde todo rincón
y en un minúsculo reducto en mitad del océano de pergaminos gastados
resisten incautos
quienes no se sienten tentados por la facilidad de una revelación
por acercamientos irracionales
por ejemplos sin método
por prejuicios vacuos.

Temo siglos de oscuridad vestida de colores fosforitos
quemando diferencias
en la hoguera del ruido.

Esto no es una broma