Coincidencias mínimas

Tenemos 12 tazas con impresiones de los álbumes de los Beatles.
Tenemos 12 posavasos con impresiones de los álbumes de los Beatles.

El otro día
la taza
con la impresión de la portada del álbum de Revolver
coincidió sobre
el posavasos
con la impresión de la portada del álbum de Revolver.

Era un suceso que ocurriría una de entre
144 posibles combinaciones.

Podríamos decir que un punto
de los de tipografía
junto a un pie carolingio.

Y sucedió.

Lo fotografié
pero he perdido la fotografía
digital
que tan sólo servía
para poner de manifiesto
que las coincidencias mínimas existen
y no les damos importancia.

Repetir el montaje
sería mentir y generar un suceso
que dejaría de ser aleatorio
para ser
sencillamente
fraudulento.

Portada para el próximo libro del taller de poesía

eligiendoportadas

Editar gráficamente con GIMP no es la mejor manera de hacerlo, lo sé, al menos desde un punto de vista puramente técnico. Si embargo, se pueden hacer buenas composiciones si no queremos hacer cosas demasiado sofisticadas o no las necesitamos.

Es la aplicación que pretende emular las habilidades de Photoshop más extendida en las distribuciones linux y eso ya es una buena razón para usarla. Pero claro… recuerdo que usar linux es un acto político.

Actualmente, me encuentro en mitad del proceso de maquetación/edición del libro de fin de curso 2015-2016 de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53 y no sé entre cuál de estas dos opciones decantarme.

Tengo la impresión de que siempre termino eligiendo el negro de fondo, quizá por la «mala» influencia de Visor, pero en parte también porque sobre negro todo tiende a quedar «mejor», incluso aunque no sea una gran composición gráfica y, no lo olvidemos, soy un intruso en estas lides, como en tantas otras.

Vaporetto

vaporettoCierro los ojos
y siento que el suelo se mueve
bajo mis pies.

Cierro los ojos
y la cama parece moverse
mientras sueño
que estoy en Venecia
navegando por el Gran Canal
en un vaporetto
y despierto
navegando
por una ciudad de granito y asfalto
que me recibe ruidosa
con todo el duro cariño
que puede demostrar.

Cierro los ojos
y formo tras de mí una estela de espuma
entre blanca y verdosa
que me recuerda que el pasado
queda en el fondo del mar
o de la laguna
o del pozo.

Cierro los ojos
y veo
mis ojos
abiertos a la memoria corporal
de un bamboleo
de máscaras y helado
con humedad
calada en la osamenta.

Cierro los ojos
o no los cierro.

Los ojos, sí, los ojos.

Inmediatez

El organizador de Contenedores, uno de los eventos más importantes de arte de acción en España, llamado Ruben Barroso me ha pedido (junto a otros 100 participantes) una fotografía de la inmediatez y me pregunto si eso es posible.

He agarrado mi móvil, que no estaba a mi lado, así que no era inmediato, y me he dispuesto a hacer una fotografía de casa, sin pensar mucho (pero inevitablemente pensando) y lo primero que me encuentro es que mi sobrina Jimena ha estado trasteando con la cámara y la ha dejado en «modo selfie», es decir, captando lo que estaba en frente del objetivo frontal, valga la redundancia.

Me he visto a mí mismo, self, self, self… y no he querido que fuese esa la fotografía enviada. Podía haber dado la vuelta al objetivo y apuntar antiselfimente hacia lo que quisiera fotografiar, pero eso no me acababa de gustar porque la calidad de la misma iba a ser peor, incluso cuando había sido advertido de que la calidad de la imagen no tenía la más mínima importancia.

Obviamente, no me he puesto a recoger la casa para fotografiar lo fotografiado. He huido (más o menos conscientemente) de captar objetos artísticos o similares para intentar parecer más natural… pero eso no ha dejado de ser una contradicción, pues de manera natural están en mi casa.

La fotografía en cuestión ha sido:

IMG_20160517_105146

Esto no es una broma