Cápsula del tiempo en El Ser y el Tiempo

ser y tiempo

He encontrado en casa de una de mis mejores amigas un libro que le presté hace tiempo titulado El Ser y el Tiempo, de Martin Heidegger.

Es uno de esos libros «sesudos» que en su día leí con avidez pues respondían a una forma de explicar el mundo que cuadraba con la que tenía y no había encontrado a nadie capaz de explicarlo de semejante manera. Me importaba la manera, no la explicación. ¿Se entiende?

Leía Sartre (El ser y la nada se me atravesó), después de haber devorado toda la obra de Nietzsche, tras acabarme Schopenhauer y, por supuesto, bastante después de «comprender» a Kierkegaard.

Eran los 80. A finales. Recién terminada mi adolescencia, que había pasado frente a los «científicos» Einstein, Heisemberg y el divulgador Asimov, entre otros cientos.

Aquellos no habían sido capaces de aproximarse a hacerme entender muchas cosas del mundo, aunque les deberé la forma de ver otras muchas. La palabra Dimensión entró en mi vida, como algo interesante para explorar… Y ni hablar del límite al conocimiento científico que se planteaba el Principio de Incertidumbre.

Durante los últimos 15 años leo ensayos sobre arte contemporáneo que me ayudan a comprender otras cosas que ninguno de los anteriores se atrevía a mencionar… o lo hacían de manera que a mí no me llegaba (la forma de «Federico» de hablar de arte no me dice mucho, por más que sepa que ha sido relevante). Adoro la forma de escribir de Simón Marchán Fiz, por ejemplo, o de Ana María Guasch.

Me interesa el análisis estructuralista de Roland Barthes a quien considero mi lectura habitual para relajar la mente en vacaciones estivales.

Pero, volviendo al tema, abrir este libro en casa de mi amiga María ha sido divertido por encontrar fotografías (analógicas, claro) de aquellos tiempos:

Marta x 4. Aquel primer amor serio, relación de más de 6 años que terminó bonita y con cariño mutuo. En la página «Planteamiento del Problema». ¿Casualidad?

Martax4

Después (las he encontrado también así) la fotografía de Raquelt en la playa levantina, seguramente algún fin de semana con Queralt, aquella matemática que me volvió loco durante un par de años y a quien yo volví loca enamorándome de otra matemática. En la página «Doble problema de su desarrollo». ¿Casualidad?

raquelt

Junto a la contraportada, una hoja manuscrita con algunas de las preocupaciones de aquella época en mi vida:

inquietudes binarias

Hoy he tenido la sensación de viajar en El Tiempo con El Ser y El Tiempo. Quizá mañana, con ese mismo libro, viaje en El Ser.

A contraluz

contraluz irregular

Irregular,
la luz se desplaza en línea recta (mentira euclidiana)
desde tus ojos a los míos
pasando por un puñado de espejos
que confunden sensores inteligentes
ávidos por deslumbrarme
y se deslumbran
enturbiados por un contraluz
que bien podría ser un contraliz
de lides en nuestros lechos.

Irregular,
la imagen vuela de tu palma de la mano
a mi memoria
y de una construcción sobretejada
a una retina cansada de la niebla.

Irregular,
regulada
la regla
que rige
nuestro futuro.

Porque
tenemos futuro.

Una falsa performance

Podría pensarse perfectamente que se trata de una performance.

Es más, podría afirmar que lo fue, que fue una performance realizada en Hamburgo, Alemania, y engrosar así mi curriculum como artista de acción, pero la verdad (la mía) es que no lo fue.

Fue una acción (una serie de acciones) que hice con un poco de descontexto, pero sin intención de reclamar para ella la entidad de objeto artístico. Así que no lo fue, no fue una pieza de arte de acción, aunque hubiera habido acción, descontexto e incluso algún público parcialmente participativo.

Pero podría venderla como lo contrario… y hasta me la comprarían como tal, porque hay quienes me quieren mucho y me comprarían cosas tan distantes que me darían mucho mayor prestigio como artista.

Pero no, yo sé que no lo era. Sé que no. Sé que quise hacer otra y no me llevé el material que me hacía falta (un texto maravilloso de Jaime Vallaure escrito en ocasión a la convocatoria de la Chamalle 10).

Podría pensarse que se trata de una performance, pero lo que la diferencia de una performance real es que yo sé lo que sé… ¿se entiende?

Pues eso.

Aprende a programar en 2 horas

programar en 2 horasSí, sí, así como suena lo anuncia un anuncio en una red social. Sabemos que es demencial esto de la publicidad, pero esto ya se lleva el gato al agua.

¿Quién puede aprender a programar (aprender algo en general) en 2 horas?

A eso súmale la mirada de la modelo del anuncio. ¿De verdad que se trata de aprender a programar? ¿en HTML? ¿Es eso programar?

Menos mal que si me apunto hoy es gratis. Eso significa que en otras ocasiones no es gratis. Esto es terrible. Terrible porque quien pincha en el anuncio es idiota o tan ambicioso como vago. O se le ha ido la mano detrás de esos senos insinuantes.

No acabo de entenderlo… Repito: ¿alguien puede creerse que puede aprender algo digno de ser aprendido en 2 horas?

Pero sabiendo, según el anuncio, que esa es la profesión del futuro (¿de qué futuro? ¿dónde? ¿En España no era la hostelería o el toreo?) cómo no lanzarse raudo y veloz (tan veloz como eyaculador precoz) a pinchar sobre esa imagen… El deseo…

Y se habla de publicidad subliminal, pero esto es mucho menos sutil que todo eso: esto es carnaza de la vulgaris vulgaris para consumo inmediato (¡¡¡de 2 horas!!!).

Sobre si podría haberse hecho esa misma imagen con un gallardo muchacho mostrando abdominales, por supuesto, pero lo curioso/machista no está en la objetivización del cuerpo femenino, tanto como en la suposición de que el público objetivo de esa publicidad (programación, tecnología) son hombres y, preferiblemente, heterosexuales. Está en el hecho de asumir que las mujeres no están hechas para programar… para fregar suelos sí, para procrear, también… ¿pero programar?

O quizá esa utilización (voy a ser naïf y bienpensado) sexista y superficial de modelos femeninos en anuncios de aprender a programar en 2 horas se deba a que ninguna mujer (de las que conozco) es tan sumamente tonta como para haber caído en una publicidad, digamos, simétricamente tratada.

Dicho esto, la modelo me parece bellísima. Y puede que además sepa programar algo más serio que HTML. (O quizá el HTML5)

Nigeria frente a Charlie Hebdo

matanza-de-cristianos-ante-los-ojos-ciegos-del-mundo

Hay personas afirmando que si hace unos días nos movilizábamos por el atentado contra los periodistas del satírico Charlie Hebdo, ahora tendríamos que decir todos «Je sois Nigeria», pero ese no es el caso.

La comparación es imposible, no porque en uno de los lugares se haya matado a más gente, no. Ese no es el problema. Tampoco que uno de los lugares sea «occidental» (curiosamente, casi están en el mismo meridiano).

La diferencia fundamental es que es mucho más fácil comprender lo que ha ocurrido en el parisino, sin embargo, casi nos es desconocida la situación, los antecedentes, el contexto, de lo ocurrido en Nigeria. Y no es solo falta de información (que también) sino sobretodo lo heterogéneo que es el mundo en cuanto se sale de los confines de Europa.

Nigeria tiene un repartido casi 50% de religión islámica frente a un aproximado equivalente de cristianismo. En este contexto, las defensas de unos frente a otros no son de una mayoría frente a una minoría.

Un grupo armado está queriendo imponer la Sharia en Nigeria, aunque se puede argumentar que Occidente impone otras cosas en la región. África está siendo repartida por el mundo de los poderosos como carne de cañón. Y esto genera el caldo de cultivo ideal para revolucionarios que, en este caso, usan la religión como excusa.

En el islamismo radical no solo se ve una moral sino un contrincante que planta cara a la todopoderosa maquinaria de explotación neocolonial. Lamentablemente, ese «se ve» es algo torpe, pero esa es otra cuestión, relacionada con que solo hemos sabido (o querido) exportar los valores relacionados con la moral del capitalismo más salvaje y devorador, sin saber acompañarla de las «virtudes» de la libertad de pensamiento, palabra y obra.

Dicen que en la Revolución Francesa acabó triunfando la burguesía, sus valores sobre los feudales, pero algunos de ellos no se exportaron y quedaron reducidos a los países sobre los que siguientes revoluciones del siglo XIX acabaron por transformar las viejas bases de los antiguos regímenes en las democracias más o menos participativas con las que tanto presumimos de libertad.

No podemos ser Nigeria porque no sabemos con qué identificarnos allí. Creemos poder ser Charlie porque más o menos creemos saber con qué nos identificamos.

Nos falta información (aunque parezca mentira en esta era de la ídem), para conocer más en profundidad lo que ocurre, lo que haría que supiésemos si podemos identificarnos con algo más concreto que con todo un país.

¿Sabe alguien de quien está cacareando Je sois Nigeria quién gobierna en ese país?

Se puede culpar a los medios de comunicación, pero no es del todo justo, pues no podemos olvidar que no es su labor la de formarnos, sino la de informarnos. Si alguien quiere formación, puede recurrir a la wikipedia, por ejemplo, donde hay abundante documentación sobre la situación en África, aunque no baste con leer un par de artículos, sino que hay que leer unos cuantos más… sí, cuanto más se lea, mejor se podrá decir si se desea ser Nigeria.

¿Y Charlie? ¿Podemos ser Charlie?

Bueno, esto, de nuevo, es mucho mucho más sencillo. Repito que vivimos en un contexto muy homogéneo comparado con lo que ocurre en el resto del mundo y queremos que siga siéndolo. Nos gusta tener un mundo más sencillo de lo inevitablemente global. Asumimos que somos Charlie porque somos europeos, del siglo XXI, de herencia ilustrada/cristiana/grecolatina. Y ese atentado atentó contra estos tres pilares de nuestra herencia, contra, por decirlo así, nuestros tres padres (o madres) de un plumazo (perdón, de varios balazos).

Barba Hipster o el nuevo Talibán

barba-hipster

No sé si empezar a mentalizarme de que en mi barrio se impone (SE IMPONE) llevar esta barba antihigiénica y vintage… o sea, que más me vale dejarme crecer las barbas y ponerlas a remojar.

Pero es que no sé si está entre una moda o una imposición talibán habida cuenta del numerosísimo personal que la lleva a toda honra. Tampoco me acabo de decidir por elegir un lugar de mi preciada piel para taladrar innecesariamente. Tengo más que de sobra con la cantidad de orificios habituales, algunos de los cuales fueron ya traspasados más de lo deseado.

Yo no acabo de verme guapo con ese nuevo aspecto… pero quizá es cuestión de costumbre o de convencimiento ideológico o religioso.

Quizá tengo demasiado presentes los planteamientos de Federico en torno a mi propia divinidad… como para ser fan de Divinity…

Entrada ligera para comenzar el nuevo curso.

Algunos días faro

Cuentan que hay un chiste sobre
un portaviones
que
en su avance prepotente
encontró una luz
y se dirigió a ella advirtiendo en unos términos poco amistosos
que se apartase.
Desde la luz contestaron que no
que mejor cambiase el rumbo el portaviones
pero éste insistió
identificándose como de la armada de los Estados Unidos de América
para hacer temblar al más valiente.

Desde la luz
impasible
insistieron en que tomasen en serio lo que les decían
y que no continuasen manteniendo el rumbo hacia ella.

Volvió
el portaviones de los EEUU
a incidir en el hecho de su potencia
a informar de que venían acompañados de varias corbetas
algunas fragatas
y
(¿por qué no?)
una docena de destructores
así que no tenían la más mínima intención de apartarse
y seguirían su vector dirección inamovible
incluso si tenían que impactar con la luz y su portador.

Así que
con presumible humildad
pero cierta sorna
desde la luz
(y ya era hora)
contestaron que su autoridad provenía de la diosa Gea
y que estaban hablando
con un faro de una costa escarpada a la que
si continuaban por ese camino
se verían abocados los demenciales altivos marineros.

Hay días en que me siento faro.

Otros
me siento delfín.

faro

(Esta fotografía no es mía, está tomada de una búsqueda en Internet)

Esto no es una broma