Tech4Girls

¿Y por qué a mí me sonó terriblemente machista?

Era una cabina cerrada en una de las enormes salas de InterMediae en el Matadero de Madrid y me pareció un ghetto, una jaula donde meter a las chicas osadas que se atrevieran a interesarse por la tecnología, campo claramente masculino donde los haya, según parece.

Sé que es una forma de intentar disminuir esa brecha de la que habla el cartel, pero me resulta algo disgregante, aunque quizá sea por la casualidad de conocer mujeres claramente interesadas por la tecnología desde hace años sin que por ello pierdan un ápice de su «femineidad». En resumen, que me parece una forma de reforzar estereotipos… aunque quizá sea algo positivo y yo no lo pueda comprender por mi exceso de «masculinidad» o por lo fácil que he tenido el tener una pasión, como en su día fue la tecnología, dada por sentada, por asumida dentro de la más completa «normalidad» heteropatriarcal.

hummm… supongo que es sólo una cuestión de estrategia, no de lucha. Así que no es importante.

¿Qué tendrá que ver el acoso y la violación con el sexo?

Leyendo el artículo que publica El País titulado El “camino amable” para recuperar a Harvey Weinstein y Kevin Spacey, se afirma que van a ser tratados en una clínica para adictos al sexo. ¡Al sexo! ¿No a la violencia? ¿No al abuso del poder?

¿Qué tendrá que ver el acoso y la violación con el sexo?

Con lo que tiene que ver es con el abuso de poder y con el deseo de opresión mediante la violencia.

¿Hay clínicas para eso o es para evitar estos actos para lo que sirve la reclusión forzosa, lo que llamamos cárcel, por parte de una sociedad que se protege de abusos típicos de ley de la selva?

Sexo solo debería denominarse a la relación carnal consentida entre dos seres humanos. Consentida.

Los Las

Las feministas contra Los machistas
Los feministas contra Los machistas
Las feministas contra Las machistas
Los feministas contra Las machistas
nunca
Los feministas contra Las feministas
Las feministas contra Los feministas
Los feministas contra Los feministas
Las feministas contra Las feministas
y dan lo mismo
Las machistas junto a Las machistas
Los machistas junto a Las machistas
Los machistas junto a Los machistas
Las machistas junto a Los machistas

La economía del lenguaje y el género

Hoy me ha llegado esta carta que comienza con un Vecinas y Vecinos, muy bonita, pero que acaba haciéndome buscar en qué momento del texto tarde o temprano va a haber un error de concordancia de género gramatical o, sencillamente, una victoria de la economía del lenguaje que acaba por desterrar la intención del comienzo, en ese «aquellos» que ignora o invisibiliza las «aquellas» y a otras personas que no se puedan o quieran sentir identificadas por el género gramatical masculino plural.

Pero no me voy a explayar más sobre un tema sobre el que hay tanto tanto escrito… y tan poco acuerdo como para llegar a encontrarse discusiones sobre si ha de usarse «amigXs», en lugar de «amigos/as» o «amigues»… pues el primero carece de posibilidades de representación fonética del idioma (no hay quién lo lea, vaya), el segundo se muestra, según algunos colectivos (perdón por las oes), insensible para quienes no se identifican dentro del binomio masculino/femenino y el tercero, quizá el más razonable, acaba por dejarse de lado a la mínima que hay que usar le y despreciar para siempre la/lo, etc, así como los adjetives…

En resumidas cuentas, una batalla sin sentido en una guerra absolutamente necesaria para conseguir la igualdad de género, la aceptación de la diferencia o la abolición del heteropatriarcado normativo (normalizador).

¿De verdad me lo preguntas?

¿De verdad que queda alguien que, después de ver este hortera cartel se pregunte que por qué digo que hay mucho machismo en el Tango?

¿De verdad?

Hay otras muchas propuestas, afortunadamente, para desmontar esa asociación tan marcada de Tango como baile machista, pero queda mucho, pero mucho mucho, por hacer.

Por lo demás, bonitas piernas.
🙁

Curl – Acceso comando HTTP

Desde hace tiempo vengo queriendo hacer una aplicación que consulte desde línea de comando el Diccionario de la RAE (DLE) para poder extraer su contenido y hacer búsquedas en las definiciones de las palabras, encontrando patrones como «hombre que» o «mujer que» que me resultan claramente machistas en muchos de los casos, cuando no, simple y meramente ridículas.

Caso hiriente es el de cocinillas:

cocinillas Tb. cocinilla. 1. m. coloq. Esp. Hombre que se entromete en las tareas domésticas, especialmente en las de cocina. 2. m. y f. coloq. Esp. Persona aficionada a cocinar. U. t. c. adj.

Pero se podría seguir y encontrar un gran número de ellas. Me parece muchísimo más grave y evidente (por razones obvias) que la invisibilidad o invisibilización que produce la ausencia de femeninos (ver: Alabardero, Miembro)

He encontrado documentación sobre el comando Curl (de unix, faltaría más) que es posible que pueda usar para lograrlo, pero tengo que dedicarle tiempo para poder «mentir» al sistema de DLE que no quiere que se haga esto por alguna razón que no alcanzo a entender.

https://curl.haxx.se/docs/httpscripting.html

Passengers: Apología de la violación

Tras el impacto con un gran meteorito, una nave espacial interestelar que viaja con piloto automático a un planeta lejano transportando a miles de personas, tiene una avería en una de las cápsulas de hibernación. Como resultado Jim Preston (Chris Pratt), uno de los pasajeros, se despierta noventa años antes del final del viaje. Estando completamente solo en la nave, Jim intenta por todos los medios volver a hibernar, pero tras un año desiste. Su estado mental comienza a flaquear al tiempo que comienza a obsesionarse con despertar a Aurora Lane (Jennifer Lawrence), una de las pasajeras dentro de su cápsula de hibernación. (Fuente: http://Filmaffinity.com)

Más allá de si la película tiene un guion mediocre e inverosímil en el plano de la ciencia ficción mala, lo más desesperante es ver cómo se viola a una mujer no ya impunemente sino con premio gordo (lo que no deja de ser obtejualización de la mujer).

El protagonista, porque él así lo quiere, se prenda de la chica guapa y decide unilateralmente hacer con su destino y con su vida (la de ella) lo que quiera.

Por supuesto que es sexo y relación no consentida pues hay engaño como cuando se utiliza una droga para anular la voluntad ajena.

Y para remate dice estar enamorado. ¡No señor! Eso No es Amor. El amor sin la libertad de opción ajena no es sino deseo de posesión, y no es lo mismo en absoluto. Casi podríamos decir que es literalmente lo opuesto.

La aproximación a la consumación del crimen deleznable es tan tópica que espanta:

El chico ve una chica que (por supuesto) es guapa canónicamente hablando y decide que va a saber todo lo que pueda de ella. Es decir, en otra lectura algo más profunda, la acosa en la sombra hasta que decide pasar a la acción.

Bien podría habérsela follado directamente mientras hibernaba, total, la necrofilia no es tan brutal éticamente hablando como la violación a una persona viva, claro que se dirá entonces que en realidad lo hizo (sacarla de su hibernación) para no sentirse solo, pero no es cierto. El criterio de elección de la persona para hacerle compañía (dama de compañía) es meramente físico/sexual. No elije, pongamos por caso, a un miembro de la tripulación, con accesos que permitieran resolver posibles problemas o, incluso, exigir responsabilidades sino tan solo a la chica más guapa posible que, claro, escribe y es sensible y todos esos atributos típicos-tópicos que muchas personas se empeñan en denominar «femeninos».

Al «despertarla» no se plantea decirle lo que ha hecho ni tan siquiera «despertar» a alguna otra persona además de la primera. Deja que la desesperación de la soledad (de ella) lleve a la mujer a sus brazos y tampoco entonces se lo cuenta. Sigue la cadena de mentiras y manipulación que la ha llevado a ser una víctima inconsciente de una violación.

Ella lo descubre finalmente por accidente de boca de un robot camarero (masculino) confidente del violador. Falta, para poner otra guinda al criminal pastiche, que el cabrón protagonista descargue su ira sobre el indiscreto androide.

Ignorando su propia acción, continúa acosándola buscando una comprensión que debería ser inadmisible sin dejarla un segundo sola incluso invadiendo su espacio acústico y el de toda la nave desde la nave desde la sala de control de megafonía: mucho más allá del manspreading.

Y seguimos: Despierto por accidente (todo pasa por accidente en esta película de guion improvisado salvo la violación) el capitán de la nave empatiza (codazos cómplices mediante) y envidia al protagonista por su buen ojo al elegir compañera, por no decir prostituta o esclava. Quién mejor que Jennifer Lawrence para pasar un año a solas en una isla desierta.

Me recordaba ese viejo y viejuno chiste de mal gusto sobre aquel que dice que desearía pasar un año en una isla con Claudia Schiffer pero que luego necesitaría a un hombre para poder contárselo y presumir, básicamente, de trofeo de caza, porque como en ese obsoleto «humor» machista, aquí también la mujer es florero y presa de la apetencia activa y sexual del varón de turno.

¡MIERDA!

¡No somos todos iguales!

Pero la cosa no acaba ahí, no. La chica le perdona todo porque él le salva la vida. Y le perdona como si fuese una versión trasnochada y simplista del Don Juan Tenorio de Zorrilla indultado por una Santa Inés. Es decir, seguimos admitiendo a trámite de romance los mismos valores del siglo XIX como si la liberación de la mujer no fuese más que una broma pesada que solo afecta al puesto de trabajo carente de techo de cristal.

La chica perdona y ama a su violador como si tal cosa, como si nada, e incluso termina estándole agradecida (¡Toma ya!) porque él diga estar dispuesto a sacrificarse mal héroe trágico épico para salvar a todos los demás hibernados: El salvador.

Pero no por esas termina el esperpento, aún hay más: Él muere y ella le resucita (ah, sí, había esa opción pero no la aplicaron con el capitán recientemente fallecido, no se sabe si por ser negro o por ser viejo…) para voluntariamente ser su devota ama de casa y registro biográfico pastelero mutuo disfrutando CONTRA SU VOLUNTAD de una vida capturada junto a quien atentó contra ella.

Frases como «sin ti me muero» dichas por una víctima a su violador no deberían aparecer en una película sin analizar la sinrazón de las mismas.

Después de las polémicas por unas chapas en unas penosas fiestas de San Fermín (penosas por lo que tienen de crueldad con los animales y con la normalización de la cosificación femenina en las masas), me parece mucho más insultante esta apología de la violación disfrazada de romanticismo pastelero. El retrato que se hace del «amor» es tan enfermizo como machista.

Tan solo se salva de la quema la buena interpretación dramática de J. Lawrence tras el momento de enterarse de lo que él le había hecho, como si quisiese, de alguna manera, dejar constancia de su repulsa, de la conciencia de la violación del personaje que encarnaba, pero quedaba claro que al guionista (o al director) era una parte que le preocupaba bastante poco como para dedicarle mas de 30 segundos de metraje.

Por lo demás, una auténtica basura de película, con guion manido, previsible, plagado de recursos tramposos a lo Deux ex Maquina para concluir una historieta intrascendente sin profundizar en ninguno de los conflictos que plante o podría haber planteado. Pero no, se trataba de hacer caja, no de hacer pensar y parece ser que no pueden o no se desea que vayan de la mano ambas actividades.

Eso sí, no hacer pensar (reflexionar) no es tan grave como hacer pensar (asumir) que amar es poseer lo que se desea y que todo vale para conseguirlo, basta con creerse guapo y pensar (saber) que nadie te condenará por ello.

Esto no es una broma