Material Biográfico para Radio Utopía

Una de las alumnas de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53 que llevo coordinando los últimos 17 años de mi vida (la fantástica y calurosa Isabel Jiménez, para quien tuve el gusto de regalarle algo especial recientemente) ha gestionado la asistencia al Programa de Radio Utopía este viernes a las 19:00.

Tan sólo nos pedía que le proporcionasemos material para poder dárselo a quien lleva el programa y he tardado mucho más de lo razonable en organizarle esta breve colección de reseñas biográficas así como un breve texto por cada uno de los libros colectivos publicados este último par de años.

Biografías/Reseñas de Giusseppe Domínguez

Reseña Biográfica Breve:

Giusseppe Domínguez (http://www.giusseppe.net) (1967, Madrid).

Poeta experimental licenciado en Química Cuántica. Consultor de seguridad en Internet. Formación actoral, tango y arte contemporáneo. Tiene 12 libros editados y más de 30 performances realizadas en diversos lugares del mundo. Colaborador de la Cátedra de la UNESCO de Tecnologías Lingüísticas de la UPM. Desde 2002 Director de la Asociación Cultural Clave 53 y Coordinador de Talleres de Poesía.

Biografía Media (en primera persona):

Giusseppe Domínguez (www.giusseppe.net)

Nací en Madrid en 1967. Tras licenciarme en Química Cuántica y realizar una tesis en Inteligencia Artificial trabajé 15 años como administrador de sistemas y consultor de seguridad.
Me formé como actor, tomé clases de expresión vocal, danza contemporánea, tango y asistí a diversos talleres de poesía y cursos de desarrollo de la creatividad.
Desde el 99, me reconozco escritor, poeta.
He trabajado como crítico de cine, conferenciante sobre poesía, arte contemporáneo, arquitectura, filosofía, ciencia y tecnología, etc. Realicé la pieza de arte conceptual La Consulta: Caso 30, fui asistente personal del Diccionario Personal de Isidoro Valcárcel Medina (MACBA), llevé a cabo una reformulación del Tractatus Logico-Philosophicus de Wittgenstein y desarrollé el Proyecto de Organización Filogenética de las Lenguas del Mundo, publicando el libro Lenguas Fuyu-Han y llegando a ser, desde 2015, Colaborador de la Cátedra de la UNESCO de Tecnologías Lingüísticas (UPM).
Tengo 12 libros editados, decenas de trabajos de fotografía, vídeo-arte, multimedia, poesía-código, libro-ojeto y más de 30 performances realizadas en diversos lugares del mundo.
Desde 2003 dirijo la Asociación Cultural Clave 53 (www.clave53.org), junto a Carmen de la Rosa, donde coordino muestras y recitales e imparto talleres de poesía contemporánea, escritura experimental y arte de acción.

Biografía Extensa (en primera persona):

Giusspepe Domínguez.

Nací en Madrid en 1967. Licenciado en Química Cuántica, cursé estudios de Matemáticas y una tesis doctoral en Inteligencia Artificial. Trabajé muchos años empleado en una compañía financiera como administrador de sistemas y redes informáticas y, después, como consultor de seguridad en Internet. Desde Agosto del 99, me reconozco escritor, en concreto poeta.

En 1996, comencé mi formación como actor, bajo la supervisión de Jose Eugenio Vicente Torres (de la escuela de Cristina Rotta) en el Centro Cultural Valle Inclán. De 1998 al 2000, fui alumno del curso regular de Formación de Actor en la escuela de Danza y Teatro Estudio 3 dirigida por Agustín Bellusci. Allí, tuve la oportunidad y el placer de cursar dos años de Expresión Vocal impartidos por el profesor Fernando Becerra. Desde el 2000 hasta 2005, estuve dentro de un taller de expresión corporal coordinado por Mariano Castillo en esta misma escuela.

De 1997 a 2005 realicé diversos cursos de Match de Improvisaciones en Matadero 3 Teatro impartidos por Cary Rodríguez (del grupo Histrión Teatro) tomando parte en diferentes espectáculos teatrales.

De 1998 a 2001 asistí a los talleres de poesía del Grupo Cero bajo la coordinación de la psicóloga y escritora Paola Duchen. Durante ese periodo, algunos de mis poemas y relatos fueron publicados en distintos medios (Revista de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, stand de RENFE en el Parque del Retiro de Madrid en homenaje al día de la mujer trabajadora), escenifiqué mis propios relatos en centros de teatro no profesionales (Matadero 3 Teatro, 1998-99, Centro Cultural de Vicálvaro, 1999), participé y sigo participando en recitales de poemas. (La Redacción, 1998, Matadero 3, 1998-99, Editorial Grupo Cero, 1999-2000, Emisora de radio de la CNT, 2001, La cava de Humilladero, 2002-2003, Café-Bar Lola-Lola, 2007, Asociación Cultural Clave 53, 2004-2008, La Casa de los Jacintos, 2008, Café literario Libertad 8, 2007-2008).

Tengo en mi haber ocho libros de relatos y poemas registrados en el Registro de la Propiedad Intelectual. De ellos, en septiembre del año 2002 llevé a cabo la publicación del libro Territorios junto a la editorial Letra Clara. Participé en la presentación del libro “Sonata para un Ratón” de Carmen Gómez Menéndez en el CC de Aluche en 2003. Presentación del libro “Renglones Quebrados” de Clarisa Vitantonio en Café Literario CLAN, Madrid, el 13 de febrero 2007. Presentación del libro “Cartas desde Bohemia” de Chema Vega en Café Libertad 8, Madrid, en noviembre 2007.

En el año 2001, bajo la dirección de Graciela Baquero, realicé un curso de Creatividad y Cotidiano impartido en los Talleres de la Editorial FuenteTaja. Y, siguiendo esa línea, en el 2002 y 2003, tuve el honor de asistir a un taller intensivo de 120 horas de duración sobre Desarrollo de la creatividad para coordinadores que impartieron simultáneamente los ínclitos Jaime Vallaure, Miguel Nava y Graciela Baquero.

Entre 2002 y 2003, he sido comentarista de cine en el programa de radio Estrenos que se emite por Radio Intercontinental de Madrid, participando en varios coloquios y cineforums. Y desde 2007 trabajo como crítico de cine en la revista LaNetro.com publicando artículos regularmente.

Durante el verano del 2002 comencé a buscar un local en el que dar rienda suelta a mis nuevos proyectos, en la línea de la investigación en poéticas objetuales y escénicas, happenings, etc. Esta búsqueda de local se acabó concretando en lo que se conoció como La Cava de Humilladero. Desde el 2010, dirigí durante cuatro cursos la Escuela de Escritura del Espacio El Manantial.

Desde 2004, realizo diversos trabajos que se podrían considerar Performances o poemas visuales o escénicos en distintos lugares dentro y fuera de España y trabajos de edición de vídeo y proyectos audiovisuales varios.

En Julio de 2010 presenté un libro-CD interactivo, en el que venía trabajando desde el 2003, llamado Lejanías, en formato web, que combina la informática y la poesía, el vídeo, la fotografía y la performance.

En febrero de 2011 inauguro un Blog que aglutina material que tenía desperdigado por distintos servidores, en el que verter diariamente mis poemas, confidencias y opiniones sobre los temas que me interesan de la actualidad y de otros ámbitos de la cultura.

Desde 2012 trabajo en un Proyecto de Organización Filogenética de las Lenguas del Mundo, llevando a cabo una labor de clasificación y tipificación sistemática de los diversos idiomas que han existido o existen en el planeta.

Desde 2011 trabajo en un Proyecto de Organización Filogenética de las Lenguas del Mundo (lenguas.giusseppe.net), llevando a cabo una labor de clasificación y tipificación sistemática de los diversos idiomas que han existido o existen en el planeta. A raíz de esto, llevé a cabo la publicación en 2017 del libro Lenguas Fuyu-Han como propuesta de clasificación filogenética, consideradas una de las ramas de la macrofamilia de lenguas altaicas. Desde 2015 soy Colaborador de la Cátedra de la UNESCO de Tecnologías Lingüísticas (www.teclin.org) en la Universidad Politécnica de Madrid.

A lo largo del 2013 llevé a cabo una investigación para reformatear el Tractatus Logico-Philosophicus de Ludwig Wittgenstein para adaptarlo a un formato de mapa mental. Entre 2015 y 2016 realicé el proyecto de arte conceptual La Consulta: Caso 30 enmarcado en la propuesta de Jaime Vallaure, Teresa del Pozo y Rafael Suárez. Se «materializó» en una web (laconsulta.giusseppe.net) que resumía el trabajo realizado. Tuve el ingente honor de servir de asistente en el Diccionario Personal de Isidoro Valcárcel Medina, financiado parcialmente por el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) durante el año 2015.

El año 2016 inauguro una sección profesional denominada gabinete literariario, realizando asesorías de estilo, corrección ortotipográfica, ayuda en procesos de edición, maquetación, diseño de portadas, soporte tecnológico y prologado de libros, principalmente de poesía. Va camino de convertirse en una editorial independiente.

Actualmente dirijo la Asociación Cultural Clave 53 (www.clave53.org) junto a Carmen de la Rosa. Desde 2003, a parte de la labor de coordinación de muestras y cursos que se llevan a cabo en la asociación, imparto Talleres de Desarrollo de la Creatividad, Escritura Experimental, Poesía Contemporánea, Arte de Acción y Performance art.

Sobre los libros colectivos (por orden cronológico):

Versos que se Abrazan (Madrid, junio, 2018)

Evento 53 latidos de versos que se abrazan

Encuentro entrelazado en el que la Poesía y el Tango se dan un abrazo al ritmo acompasado de 53 latidos musicales. El evento comienza con una pieza compuesta para la ocasión de 53 latidos que abre el espacio a las sensaciones acústicas. Un poema toma el relevo al pulso cardíaco y una pareja de bailarines de Tango fundidos en un abrazo le dan la imagen.

Tras esta primera coreografía, se presenta el evento que incluirá poemas del libro «Versos que se abrazan» y a partir de ahí se van trenzando bailes, lecturas de poema y actuaciones musicales en directo de piano y armónica, mientras en un lateral del espacio se proyecta en continuidad una sucesión de videocreaciones poéticas llevadas a cabo en el Laboratorio de Experimentos Poéticos de la Asociación Cultural Clave 53.

Libro:

Realizado por las personas asistentes a los talleres de Poesía y Escritura de la Asociación Cultural Clave 53, este poemario contiene voces diversas de poetas de variadas procedencias, edades, identidades, que a lo largo del 2018 reunieron sus poemas sin otro criterio que el suyo propio, de manera que su voz surge sin trabas, genuina, permitiendo el florecimiento de una diferencia enriquecedora y alumbrando un libro ameno de alto voltaje poético.

Coordinado por Giusseppe Domínguez y escrito por Alejandro Gallego, Andrea Vidal Escabí, Daniel Moreno, Delia Bianchi, Ernesto Pentón, Eva Obregón, Isabel Jiménez, Juan Carlos Orella, Julia Urbán, Kay Woo, Laura Cueva, María Jesús Orella, María José Gómez Sánchez-Romate, Pepa Delgado, Raquel G. Figueiras, Tanja Ulbrich, Virginia García Falagán y Yolanda Jiménez.

Refugio (Madrid, abril, 2019)

Con motivo del Día Mundial de la Poesía y Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, jueves 21 de marzo de 2019, el Colectivo Reacción 28 convocó un Recital de Poesía en la cafetería y centro cultural Ciudad Invisible situada en la Costanilla de los Ángeles, 7, en el corazón de la capital, con el fin de recaudar fondos para la ONG Madrid For Refugees.

Había invitado a la Asociación Cultural Clave 53 a leer poemas que estuviesen relacionados con el tema (Madrid y refugiados) así que las personas asistentes a los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de Clave 53 se pusieron las manos a la obra y escribieron más de 40 poemas propios para la ocasión que no habían sido leídos en ningún otro lugar.

Durante un intermedio del recital se pidió al público asistente que proporcionasen una serie de palabras con las que componer poemas improvisados que se añaden al final del presente libro.

Este poemario incluye todos los poemas que se escribieron para el recital y los que se escribieron durante el mismo.

Poetas: © Andrea Vidal Escabí, David Carvajal, Ernesto Pentón, Eva Obregón, Giusseppe Domínguez, Irene Chacón, Isabel Jiménez Moreno, Javier Jiménez, Kay Woo, Leticia Rejas Rujas, Maria Jesús Orella, Maria José Gómez Sánchez- Romate, Pablo Velado Pulido, Paula García Izu, Tanja Ulbrich, Vanessa López, Virginia García Falagán y Yolanda Jiménez

Verso Blanco (Madrid, junio, 2019)

Poemario recolectado antes del día internacional del libro, 23 de abril de 2019 a partir de poemas de los asistentes a los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53 coordinados por Giusseppe Domínguez.

Su poesía contemporánea se manifiesta de diferentes maneras, tanto como las identidades de las distintas personas que lo han hecho posible, cuyas sensibilidades se muestran en su unicidad dotando al libro de una variedad excepcional que transita desde la más lírica a la más experimental de las expresiones, pasando por poesía social, poesía íntima, poesía juguetona o poesía visual sin ser excluyentes ningunas de estas facetas que lo que muestran o demuestran es que, principalmente, la poesía es expresión máxima de libertad.

Poetas: © Alejandro Gallego, Andrea Vidal Escabí, Daniel Moreno, Delia Bianchi, Ernesto Pentón Cuza, Eva Obregón Blasco, Irene Chacón, Isabel Jiménez, Javier Jiménez, Jose Luis González, Sal Ander, Kay Woo, Laura Cueva Arias, Leticia Rejas Rujas, Maria Jesús Orella, Maria José Gómez Sánchez-Romate, Mariano Velázquez, Pablo Velado Pulido, Paula García Izu, Pepa Delgado, Vanessa López, Virginia García Falagán y Yolanda Jiménez.

Preparando portada para mi próximo libro de poesía programable

Se le llama code-poetry, pero en este caso es más bien poesía programable. Al fin y al cabo, ha salido de un programa hecho en C.

Estoy probando diferentes portadas, que quiero que tengan sólo texto (mínimo), y un único color plano (o dos).

Por supuesto y siguiendo mis consignas casi fundamentalistas, todo está realizado con software de código abierto: Inskape sobre Linux Mint.

Presentación de Planiverso

Mañana se presenta el libro de poesía Planiverso.

Una iniciativa de Yolanda Jimenez, quien coordina el proyecto consistente en la recuperación de 10 poetas mujeres procedentes de los 5 continentes (2 por cada uno) poco conocidas, traducidas en ocasiones y «leídas» poéticamente por 10 poetas españolas, entre las que se encuentran Kay Woo, Isamaría JM, Andrea Vidal Escabí, Leticia Rejas Rujas, María José Gómez Sánchez-Romate, JMariano Velazquez, Ernesto Pentón Cuza, Virginia García Falagán, Juan Peláez Gómez y la misma Yolanda Jimenez.

Yo participo con un extravagante y cariñoso prólogo en la presentación de este libro que vi gestarse en las tripas de la Asociación Cultural Clave 53.

Este es el prólogo con el que he participado:

Prólogo Planiverso

Un libro es un continente, pero este libro es un continente de continentes, un viaje a otros mundos, una mirada que ha huido afortunadamente de resultar folklórica, a los textos de una decena de mujeres poetas poco conocidas (ahora, tras la publicación de este poemario lo serán algo más, produciéndose una divertida paradoja) desde los ojos de una decena de poetas (de diversas procedencias) que habitan Madrid. Como comenta Yolanda Jiménez García, se trata de un safari poético con ánimo de lucro, el lucro de las sensibilidades ajenas que captura cada lector o lectora de cada píldora-poema dispensada por el universo.

A lo largo del periplo que nos ofrece la presente antología comisariada por Yolanda, recorremos las jaimas del disputado Sahara Occidental, regamos semillas de muerte en el vientre de mujeres mozambiqueñas, sobrevolamos océanos perlados de barreras de coral, lanzamos el ancla a puertos de caderas naufragadas, vadeamos el río Han de la mano de una niña todo corazón, alzamos el brazo como diosas libres, bebemos el canto del urheimat1 indoeuropeo, también – ¿por qué no? – desamordazamos voces a la luz extremeña, olemos la tristeza de la carne amontonada en galeones esclavistas y sentenciamos a poesía toda la faz de la Tierra.

Cuando oí hablar por primera vez, a principios del 2019, de este proyecto, me surgieron infinidad de preguntas como, por ejemplo, si tiene sentido hacer una separación temática en continentes que, de alguna manera, carecen de justificación física o geográfica salvo en un sentido político, fronterizo: ¿Es Rusia asiática o europea? ¿Turquía? ¿España, incluso? Y recordé la antigua clasificación en tres continentes de las antiguas civilizaciones que, en puridad, sería un único Eurafrasia, incluso, más atrás en el tiempo, aún está la referencia a una Pangea que abrazaba a toda especie animal y vegetal, cuya deriva sobre el magma terráqueo ha derivado en esta instantánea que hoy habitamos poblada de manera altamente desigual, como desigual también es el reparto de riqueza económica o idiomática.

Idiomas que plasmados quedan en esta cuidada edición bilingüe que presenta los poemas de las poetas cuasidesconocidas en sus propios sistemas de escritura, deleitándonos con la hermosa caligrafía árabe de Jadiyetu Omar Ali, el hangul del gran Seayong en la poesía de Lee Sumeyong, o el majestuoso cirílico (de San Cirilo) que nos ofrece Iryna Fedirko.

Los textos en alfabeto latino, procedente del griego oriental a través de los etruscos, adaptando el abyad (consonántico) fenicio, descendiente del protosinaítico, con origen en los jeroglíficos egipcios con eventual influencia cuneiforme, nos hablan de la posibilidad de intercambio de ideas, de la revolución que supuso el descubrimiento o invento de la escritura, pero también de la utópica transcripción de sentimientos individuales para poder hacerlos colectivos, si es que hay individuo que no sea social, de la necesidad que tiene cada poeta de expresar, cada artista de crear, esa necesidad de la que habla R. M. Rilke en sus Cartas a un joven poeta, esa necesidad que convierte la inscripción de signos sobre una hoja de papel en poesía.

Y si toda escritura es en origen jeroglífica o pictográfica, quizá eso explica por qué conviven tan bien estos poemas con las bellas ilustraciones que Vicente Ruiz parece haber dedicado cual cordilleras tectónicas intercontinentales.

Las poetas Noemía de Sousa, Ali Cobby Ekerman, Hinemoana Baker, Madhumita Das, Catalina Clara Ramírez de Guzmán, Phillis Wheatley, María Clara González de Urbina han sido transcritas usando ese alfabeto latino y pueden urgirnos a una pregunta incómoda: ¿De quién son los idiomas que hablamos? Cabe reflexionar sobre la manera en la que los idiomas han resultado en ocasiones ser utilizados (y aún hoy) como herramientas de dominio, de “colonización”, por el devenir de invasiones, migraciones, desplazamientos humanos mediante los que hemos poblado la tierra emergida de palabras (somos lenguaje), de discurso, de preguntas, de miradas, de abrazos pero también de desolación, guerras, odios e iras.

¿Cabría haber realizado este libro de otra manera atendiendo a otros criterios? Claro que sí, pero no es importante, pues ha sembrado la semilla para conocer más, para viajar más lejos, para no olvidar; un llamamiento al descubrimiento, una búsqueda de la poesía en toda otredad, en la distancia y el tiempo, en sensibilidades múltiples, recuperando el placer del encuentro, del safari, sabiendo que safari significa viaje en suajili, lingua franca de África centro-oriental cuya raíz es la voz árabe safar (???) de significado equivalente.

Conscientes o inconscientes de ello, de estar realizando un safari poético, Yolanda Jiménez García, J.Mariano Velázquez, Juan Peláez Gómez, Leticia Rejas Rujas, Kay Woo, Isabel Jiménez Moreno, Ernesto Pentón, Virginia García Falagán, María José Gómez Sánchez-Romate y Andrea Vidal Escabí han viajado a esas otras sensibilidades con empatía desbordante, con afán de vínculo, tendiendo puentes de corazón y palabra entre continentes distantes, entre culturas diferentes, entre seres humanos, buscando abrazar con sus poemas aquellos otros poemas de una docena de mujeres en el mundo que representan a la humanidad completa, a la más doliente de ella en ocasiones, la olvidada, la ignorada, la denigrada… y lo han conseguido.

Giusseppe Domínguez, Madrid, 20190822

Cuando tu trabajo es hacer realidad los sueños

Supongo que es difícil cuantificar el salario que ha de percibir alguien que, como yo, se mueve en el onírico mundo de las ambiciones imposibles, los anhelos íntimos, los sueños inalcanzables… y por otro lado con el pragmatismo que me caracteriza, colocando plazos, diseñando estrategias, definiendo objetivos, para lograr que esos imposibles se conviertan en realidades, y así hacer que la realidad se inunde de poesía.

El viernes casi se me salta un lagrimón, como reza el tango, al ver la emoción contenida de María Jesús Orella en la presentación de su primer libro de poesía, Zureos, que he editado, participado en su gestación desde los talleres, corregido, revisado, mimado… elegido letra específica para su puesta en papel (puesta de largo), diseñado su portada y, por último, pero no por ello menos importante, presentado en sociedad haciendo de maestro de ceremonias en un recital emotivo, participativo, simpático, tierno en que sus amigos y familiares estaban henchidos de poesía, orgullo e ilusión.

Cuando además has escrito incluso el prólogo para el libro, sientes que se presentó, de algún modo, algo tuyo.

¿Debe la poesía ser lírica?

Ella lo sabía,
que llegaría el momento,
que llegaría el día.
María Jesús Orella

Cualquier frase que comience con un «debe» es poco de mi agrado y especialmente si se acompaña de la poesía y lo que ha de ser. Liberada del corsé de la métrica, la rima y otras medidas objetivas académicas desde mediados del siglo XIX gracias a Baudelaire, Rimbaud o, al otro lado del charco, Whitman, la poesía se debe a la libertad creativa por encima de ninguna otra obligación. Es una libertad que acarrea la destrucción del criterio objetivable garante decisor de si un texto es o no un poema. Podemos afirmar que el academicismo, como Dios, ha muerto en el mismo siglo y quizá por las mismas causas. El juicio sobre si un texto es un poema queda ahora vinculado a la intención del artista, subjetivando la crítica, lo que ha permitido o forjado la evolución divergente de las corrientes poéticas tan diversas ahora mismo que resulta imposible saber a cuál de ellas adscribir la obra presente.

Esa libertad, casi libertina, conlleva también sus propios riesgos como es el de desoír esa intención íntima prestándole atención a los aplausos más o menos ocasionales de terceras personas, lo que resulta tentador en estos tiempos de valoración en función de números de «likes» o seguidores en redes sociales. Tampoco es baladí el delito de impostura, ausencia de ética personal que lleve a reclamar como poema cualquier cosa sin que realmente sea una decisión personal sino tan sólo un camino fácil de labrarse fama o pretender ser, sin ser.
No obstante, siempre dentro de esa libertad, existe la posibilidad de apostar por escribir poesía lírica y, por qué no, rimada, medida, más o menos encorsetada voluntariamente, entendiendo que lo importante es el ejercicio de la voluntad individual para defender un texto como poema.

La lírica (del latín lyr?cus, y este del griego ???????)?transmite sentimientos, emociones o sensaciones subjetivas respecto a un objeto de inspiración. Dice la RAE que la lírica, en su sexta acepción, es un género literario, generalmente en verso, que trata de comunicar mediante el ritmo e imágenes los sentimientos o emociones íntimas del autor. Nadie pone en cuestión la etimología que liga lírica a lira, refiriéndonos a los orígenes como canto de la poesía.
La poesía de María Jesús Orella es expresión de la emoción, en primer lugar, pero el enorme peligro de esta búsqueda está en sobrepasar el umbral que separa sensibilidad de sensiblería, sentimiento de sentimentalismo. Afortunadamente la autora no sucumbe a la desventura de dejarse llevar y acabar plagando de lugares comunes sus poemas para producir un efecto programado, una emoción enlatada, un manierismo rafaelista.

María Jesús Orella crece desde la modestia, hasta alzarse con poemas de una belleza e intensidad elevadas, atreverse a experimentos poéticos en aras de desarrollar la inquietud que la gobierna, como lipogramas oulipianos o esa anomalía en su poemario que es “pintando letras” y, por supuesto, verter su intimidad en unas líneas con el pudor debido pero con la valentía necesaria para ello.

Acudió hace años a los talleres de poesía y escritura creativa de la Asociación Cultural Clave 53 afirmando rotundamente que ella no escribía poesía, pero poco a poco fue calando en ella la voluntad, ese deseo innoto, indescifrable, que arrastra a quien lo siente a posicionarse como poeta aunque ello implique (éticamente) tener que saber qué significa afirmar hoy día que un texto es un poema.

Con esa vocación descubridora transita por poetas que ayudan a modelar una poesía propia, como son los escritores simbolistas decimonónicos, de quien cabe decir que es gran admiradora, al surrealismo, pasando por poetas contemporáneos africanos, checos y cualquier influencia que pueda utilizar en su provecho, pues la escritura madura en la lectura y María Jesús bien lo sabe.

En su poesía conviven la risa, el llanto, la nostalgia, la esperanza, la vida, la muerte, el amor, pero nunca el odio; la dulzura, pero nunca la amargura; la libertad… Pero a todos los temas les dedica cantos, pues busca que su poesía sea tan lírica como pueda ser, expresiva, conmovedora, poblada de referencias literarias, dotada de un léxico de riqueza ejemplar, sabiendo, como sabe, que es una mera elección personal y no una exigencia académica, lo que le aporta el valor de su ejercicio libertario; declara cantar a la libertad, a las flores en primavera y a las hojas secas del otoño, a las penas y a las alegrías…

En la presente edición, se ha optado por no agrupar los poemas de acuerdo a sus temáticas (que, finalmente, resultan transversales y comunes a muchos de los mismos), ni a la cronología en la que fueron escritos o a la que referencian, eligiendo una sencilla ordenación alfabética que permite convivir poemas de un tipo con otro, de una época con otra, de una temática con otra, aportando así una suerte de contrastes que permitan al lector o la lectora las pequeñas sorpresas de lo yuxtapuesto, como el encuentro fortuito, sobre una mesa de disección, de una máquina de coser con un paraguas.

Yo sí sabía que llegaría el momento, que llegaría el día, este día, en el que este libro viese la luz, pues esta poeta, que quizá no lo supiese, tenía muchas ganas de decir y, por suerte, aún le queda mucho más por escribir.

Soy el mal, soy el capital

Tengo unos vasos de plástico que me han regalado, fruto de una adquisición de Carmen que llevaba una milonga junto a su amiga y compañera Inma Garrido. Ellas no llegaron a gastarlos y los iban a tirar, después de clausurada su milonga.

Yo le dije que no lo hicieran y que me los podía quedar yo, para mis encuentros de Té y Poesía o para los talleres, pero me resulta difícil usarlos por la imagen que dan de mí.

Hace un par de años, un asistente a los talleres me comentó que podía adquirir, en lugar de vasos de plástico y cucharillas de plástico que les regalaba antes de cada clase para tomarse un té, unos vasos de papel y cucharillas de palo de bambú… que eran más ecológicos. No lo puse en duda (bueno, sí lo puse en duda, pero él tenía razón), así que a partir de entonces estoy suscrito a un pedido a través de Amazón (lo que ya de por sí no es muy ecológico) por el que me traen 400 vasitos de papel/cartón que aseguran que es reciclado. Eso sí, vienen envueltos en paquetes de plástico conteniendo 50 vasos cada uno. Plástico que procuro reutilizar para tirar el té fresco y que no se pudra en la bolsa grande y no tener que cambiarla cada poco tiempo.

Los palitos de bambú casi no se utilizan porque he reducido casi a la completa extición el uso de azúcar o edulcorantes, en general, lo que los hace superfluos salvo para quien los solicita explícitamente.

Así que ahora doy una imagen de ecologista concienciado (aunque antes lo fuese y no diese esa imagen), de modo que poner sobre la mesa los casi 40 vasos de plástico que heredé de la milonga es casi sacrílego y, sin contexto, puede resultar un detrimento de mi imagen de ecologista concienciado.

Por momentos, he llegado a pensar en tirarlos sin usar, para no perjudicar mi imagen de ecologista concienciado, o en usarlos para algo privado, de modo que no normalice su uso como algo poco nocivo para el planeta, pero hay cierta componente hipócrita en esa acción o esas acciones que perjudicarían la imagen que yo tengo de mí mismo, aunque no la de ecologista concienciado que puede que tengan de mí.

El problema de los vasitos de papel/cartón reciclado es que la mayoría de las personas que los utilizan consideran que ya pueden tirarse, sin más, a la basura y yo me resisto a no darles un uso adicional o varios usos antes de desprenderme de ellos, lo que genera un espacio desaliñado, lleno de papeles sucios y vasos usados, que voy poco a poco reutilizando para tirar el té fresco que uso (para ahorrar sobrecitos, cartón, cuerdas, plástico), para fabricar cubitos de basura… pero no doy abasto para librarme de tanta basura convirtiéndome en una especie de industria del reciclaje que poco tiene que ver con un taller de poesía o un estudio de artista… así que mi imagen de ecologista concienciado está afectando a mi imagen de coordinador de talleres de poesía.

¡Ay, las imágenes! ¡Qué poco dan cuenta de lo que realmente cuenta!

A veces hay pequeños regalos

A veces la vida te da pequeños (casi insignificantes) regalitos, como esta actualización que ha tenido lugar «sola«, es decir, posiblemente llevada a cabo por los responsables del lugar en el que tengo alojada la web y este mismo diario (justhost.com), así que puedo disponer de un tiempo de aprendizaje que tenía que invertir en aprender a hacerlo, así como el dedicado a realizar la actualización del PHP 5.6 a esta reluciente versión de PHP 7.3 que espero que me deje tranquilo unos cuantos años.

¡Qué pequeña alegría un día cualquiera!

Chinche

Este fin de semana estuve en Valencia en un piso alquilado por AirBnB que parecía limpio, agradable y funcional, muy bien situado y económico sin ser el más barato de los posibles, lo que era más suficiente.

Había elegido un lugar a menos de 8 minutos andando, para no perder ni tiempo ni dinero en transportes, aunque el precio ascendiese unos 6€ sobre la media de alojamientos similares un poco más alejados.

Desde la estación del AVE de Joaquín Sorolla de Valencia, intenté ir en Cabify (haciendo un primer uso de una app que no había usado previamente) pero no lo logré porque la conductora se negó a recogerme en el punto de recogida, algo apartado de la estación, en una marquesina de transporte público, por si finalmente iba hacia el centro en autobús. En principio creo que no me facturarán porque cancelé el viaje, pero parece que sí me ha llegado una notificación de cobro… así que ya veré si procedo a reclamarlo.

En la parada de autobuses conocí a una chica simpática, de origen asiático, pero procedente de Australia, en concreto de Sydney, y pensamos en ir juntos hacia el centro, compartiendo taxi, que no pudo ser, así que acabamos charlando en el bus e intercambiado tarjetas de contacto.

Llegué a la habitación, doble, espaciosa, silenciosa, bien climatizada a eso de las 11:45. Apenas me detuve pues era sólo para pasar la noche. Recogí las llaves, dejé el equipaje, pasé al baño (orín) y me fui hacia la exposición que iba a ver.

Era sólo una noche, la del viernes al sábado, para acudir a la Feria del Libro de Artista y Editores Independientes SINDOKMA, que tenía lugar en el centro cultural La Nau en la zona céntrica de Valencia capital.

Y entonces llegó la noche.

Volví a la habitación tras una agradable velada y una cena estupenda con mi amigo Iván Araujo y me tumbé tranquilamente a ver una serie en el teléfono móvil para ir, poco a poco, adormeciéndome…

Aproximadamente a eso de las 01:00 apagué la luz y comencé a intentar dormir.

Un rato después (no mucho más de media hora) algo me picaba, pero poco.

Cada vez tenía mayores picores en el dedo índice de la mano derecha y acabé por encender la luz de nuevo y ver que parecía que se estaba hinchando.

Pensé que sería un mosquito, así que me atrincheré en el edredón y bajo las mangas de mi propia camiseta…

No podía dormir por el picor, así que decidí ver otro rato las series para ver si acababa por tener tanto sueño que no me importase recibir alguna picadura…

Pero seguí recibiendo mordeduras de bichitos y ya comencé a sospechar que iba a ser una noche difícil.

No había prisa, no pasaba nada. Hasta las 09:00 no era preciso que me levantase, y con dormir 6 horas era suficiente…

Otro picor agudo en el cuello. Otro más en la espalda.

Ya me puse a investigar la cama, a revisarla a la luz de la linterna del teléfono móvil…

Y a eso de las 04:00 encontré bajo el foco un bichito que correteaba por el colchón dando pequeños saltitos…

No me detuve a fotografiarlo sino que lo aplasté con la mano derecha y, después, para asegurarme, con ambas manos como si fuese un aplauso. (La foto que incluyo no es mía sino de un artículo de «cómo eliminar chinches en Valencia«)

Pensé que se habría terminado el safari y tras relajarme un poco volví a apagar luces e intentar dormir.

Nuevos picores en los pies, en las piernas… parece ser que no, que no se había terminado el problema. Eran ya cerca de las 06:00. Recordaba ese diminuto agresor entre mis manos e imaginaba hordas de familiares vengándose bajo el edredón, sobre la almohada sudada.

No había forma de dormir. Algunos otros clientes del airbnb se despertaban ya, entraban al baño, que estaba pared con pared con mi habitación….

Ya casi preveía que no habría ni un minuto de sueño. Pero seguí intentándolo. Apagaba la luz, resurgían picores, encendía, sacudía el edredón, buscaba con la linterna sobre el colchón, bajo las almohadas…

Me quité la ropa, le di la vuelta, la agité para ver si algo caía… me la volví a poner del revés, intenté dormir… eran las 07:00.

Ya poco había que hacer salvo esperar a las 09:00… seguía picándome todo el cuerpo, el cuero cabelludo… la agitación intenté paliarla con respiraciones largas y profundas, intenté pensar en cualquier cosa que alejase de mi mente las imágenes de miríadas de insectos atacándome, alimentándose de mí.

Acabaron por dar las 09:00… fui al baño, me duché, volví a la cama, reposé un rato, me vestí, salí a desayunar y procuré olvidar una noche inolvidable.

Ayer, pasados 2 días, les comenté por mensaje privado a los dueños del AirBnB la experiencia sin intención de reclamarles nada, sino tan solo para informarles del suceso y que entendiesen que no podía hacer «imparcialmente» la encuesta de satisfacción que esa app te propone insistentemente sobre tu estancia en el lugar.

Mantuvimos esta pequeña conversación:

YO: Hola Rafa y Jorge, ya de vuelta en Madrid quería deciros que tuve un enorme problema con vuestra habitación. ¡Había chinches! No lo voy a escribir en la evaluación que me pide hacer Airbnb porque creo que es posible que lo podáis resolver sin una opinión tan mala. Es posible que no lo supieseis porque por lo demás el estado de la habitación era bueno, limpio, etc. Pero no pude dormir ni un minuto. No se trata de que quiera hacéis una reclamación, sino un aviso por si nadie os lo había dicho. Un saludo sin mal sabor…

ELLOS: no lo entiendo como que chinches. eso no puede ser hacemos los cambios de sabanas y mantas con cada cambio. y nos aseguramos de que todo este limpio, la verdad que hemos comprobado la habitación y no hemos encontrado nada. Donde viste las chinches para tener mas información.

YO: Las vi en la cama. Llegué a cazar una y matarla, pero seguí teniendo «picaduras» toda la noche. Os lo aseguro. Os lo digo por vosotros. Un saludo.

ELLOS: Es raro es que cambiamos funda del colchón justo el dia de antes de tu llegada ademas del cambio de sabanas mantas etc. Hare una inspección de todo por si acaso; no me apetece tener problemas con ello tampoco. Una vez mas Gracias y disculpa!! Lo comprobaremos todo bien Gracias por decirnos lo y disculpa las molestias.

YO: No pasa nada. Una mala noche pero no es tan grave.

ELLOS: Vaya. Lo sentimos muchísimo. Y nos extraña mucho porque somos muy pulcros con la limpieza. Vamos a tirar el colchón por si estan dentro. Quizás algún huésped los dejo con anterioridad. La verdad es que jamas en mi vida me ha picado uno en Valencia. Ni en ningún sitio. Me parece algo del tercer mundo. Estoy flipando. Y muchas por tomarlo así de bien.

YO: A mí también me extrañó. En general estaba todo limpio, así que me resultaba extrañó. Inicialmente supuse que se trataba de algún mosquito que hubiese entrado por la ventana, pero a eso de las 4 con la linterna del móvil, pude cazar una saltando por la cama. Era un bichito de unos 5mm beige que saltaba por el colchón. La aplasté en mi mano y no se me ocurrió hacerle fotos. Me fotografié el dedo que estaba hinchado por la mordedura. Miré por internet hasta saber qué era ese bicho. Sergi teniendo picaduras en otras partes del cuerpo el resto de la noche. Fue un pequeño infierno. Pero también suponía que os iba a extrañar. Sin cosas que pasan. No le demos mayor importancia.

Tras estos mensajes, tuvieron la deferencia, no solicitada, de devolverme el pago de la habitación. Me parece un detalle que les agradezco y por lo que no pienso criticarles en la revisión de la app.

Fue una noche horrible para un fin de semana, en otro orden de cosas, maravilloso, así que es algo olvidable y de poca importancia, aunque no me han quedado muchas ganas de repetir viajes…

Camino de Donibane

Texto escrito hace ya más de 1000 años. Con todo cariño.

Tomo camino de Donibane que pasa por Lezo para encontrarme con Alex y, si puedo, con Olatz para volverme esta tarde y charlar con Xabi, mi amigo que está tan mal como nunca le he visto.

Salgo de la Plaza Gipuzkoa y atravieso el Urumea dejando a derecha Egia y a izquierda Gross, voy fronterizando estos dos barrios de los más típicos donostiarras para empezar a rodear el verde de la falda del sin igual Ulía que a su oriente protege a San Pedro y lo aísla del crecimiento metropolitano.

Pero antes, en Rentería, nos lanzaremos al otro lado de la ría que separa ambos Pasaiak y, cruzando la villa de mi amiga y profesora particular de prácticas de Euskera, Olatz.

Quizá allá me baje y aún no lo he decidido, para seguir los pocos metros que la separan de Donibane a pie junto a las fábricas y locales que me impedirán ver la ría.

Al fin de mi camino, Alex y un restaurante bajo su casa donde comí una vez las mejores lentejas que haya comido nunca.

Y, como siempre que tengo la suerte de visitar San Juan, visitaré el que considero mi lugar favorito de Gipuzkoa, de Euskadi, de Europa… El sitio que me presenta la más bella puesta de sol que jamás viese: lo que llamamos Puntas de Pasaia.

Seguro que allá escribo algo más bajo la influencia de la contemplación del crepitar del Cantábrico contras las rocas inaccesibles que tan absorbentes me resultan.

Montañas, rocas, olas, mar, sol… pero, sobre todo, tantos buenos amigos, tantos recuerdos pasados, tantos recuerdos futuros…

– Gorri bat, mesedez

– Eskerrik asko

Ando esperando a Alez en una taberna de San Juan con el fresco aire que llega del mar, se mete en la ría y entra por las ventanas meciendo las hojas verde claras de la hiedra del patio sombreado.

Gipuzkoa, 1995

La pérdida de tiempo ecologista

Concienciado como estoy con la reducción de papel innecesario, llevo varios días intentado imprimir un documento cuyas páginas tienen unas dimensiones atípicas, de 20 centímetros de ancho por 9 de alto, de manera que cada par de páginas caigan sobre un único folio DinA4 de 21×29,7 cm. Pero me está resultando tan difícil que estoy gastando papeles por prueba y error que no debería gastar. Todo por ahorrar un total de 40 páginas y sus correspondientes recortes (pues la superficie externa a las páginas es sobrante) que aunque intento pensar en maneras de aprovechar sé que, de alguna manera, podrían haberse evitado.

No obstante, llevo tanto tiempo pensándolo y probado con el ordenador que quizá el desastre lo esté provocando por otro lado, en lugar de darle al botón de imprimir y recortar con el cutter correspondiente posteriormente.

Y entonces caigo en que ser ecologista, o intentar serlo pues es una carrera imposible, es algo nefasto en el sentido de la productividad, puesto que cualquiera o casi cualquiera en mi situación ya tendría hecho lo que yo estoy tardando en hacer varios días por ahorrarle al planeta 40 folios.

Puedo pensar en usar papel reciclado y así sentirme algo menos culpable o, incluso, papel reutilizado por la otra cara, aunque quede más cutre, lo que me lleva a esa otra consecuencia de intentar ser coherente a costa, incluso, de acabar teniendo menos repercusión porque el trabajo final está «peor acabado», aunque más medioambientalmente sostenible.

Por otro lado, voy a pegar (con pegamento, otro pequeño monstruo antinatura) las páginas recortadas sobre pedazos de cartón que están siendo recuperados de la basura pero que difícilmente saldrán de ser poco más que basura. Sí, muy concienciada basura, pero no tan glamurosa como una elección de papel Munken Pure sobre Cartulina Gráfica negra muy porosa, por ejemplo.

Vivo rodeado de basura. Intento sacarla de lo que he generado. Intento minimizar, no ya mi huella ecológica, sino mi huella consumista (si es que hay diferencia), pero en ese permanente intento, acabo olvidando que debo ser competitivo para poder financiarme y poder seguir haciéndolo.

Y así sigo…

Sin respuestas.

El blog me estresa pidiéndome actualizarse

Tengo un blog (al menos hasta hoy)
con una versión de PHP
que se considera obsoleta
– bella palabra donde las haya –
y debo actualizar
me dicen
a la última versión de PHP
hasta que se considere obsoleta
– bella palabra donde las haya –
y tenga que actualizar
me dirán
a la última versión de PHP…
y me estresa.
Sí.
Me produce un cierto estrés
tener que actualizar
a la última versión de PHP
como si la vida me fuese en ello
como si mi vida fuese
la que se va a considerar obsoleta
– bella palabra donde las haya –
y la famosa obsolescencia
programada
determine que mis días están
a punto de agotarse
a punto de extinguirse
a punto de volatizarse
a punto.
Sí.
Me produce un cierto estrés.

Esto no es una broma