Poemas de Miguel Hernández

No me puedo creer que se estén retirando poemas de Miguel Hernández de un monumento (más que necesario) de homenaje a las víctimas de la represión de la dictadura de Franco en estos momentos.

No me puedo creer que haya debate acerca de si debe o no ser delito la exaltación del franquismo, mientras se protestaba sobre la exhumación de los restos de un cadáver de un dictador y golpista contra la legalidad democrática y se tachaba de agitación populista la ley de recuperación de memoria histórica que permita superar (sí, superar, no airear ni enterrar) una fase de nuestra historia que debería ser unánimemente rechazada o vilipendiada y no «comprendida» cuando no directamente justificada o, más aún, reivindicada. ¿No está amparado ese comportamiento ya en los delitos de odio o en la Ley de Partidos?

No me puedo creer que este texto no se haya deseado respetar como si se negase su veracidad, allende otras cuestiones que también podrían destacarse (y ya se ha hecho y venido haciendo desde hace casi 80 años) sobre otras victimas de un conflicto fratricida.

Finalizada la Guerra Civil, la dictadura del general Franco reprimió ferozmente a sus enemigos políticos. Consejos de guerra carentes de cualquier garantía procesal dieron lugar a numerosas ejecuciones por fusilamiento o garrote vil.

No me puedo creer que no se exija un posicionamiento radicalmente contrario y explícito (tan explícito como se le exigió en su día a Bildu el rechazo de la lucha armada y el alejamiento de ETA) (Noticia de ABC, ni más ni menos), insisto, que no se exija un posicionamiento claro ante aquel atentado contra la República elegida por el pueblo el 14 de Abril de 1931, de manera que ante medias tintas se aplique con rigor absoluto, con todo el peso correspondiente, la criticable Ley de Partidos que sí se aplicó en su momento en Euskadi para justificar la prohibición de los partidos de izquierda abertzale que representaban (electoralmente, tanto como VOX, por poner un ejemplo) el sentir político de un gran sector de la población vasca y que llevó al poder a la alianza formada por el PP y el PSOE que no tuvieron reparos en aquel entonces en permitir gobernar a Patxi López durante cuatro años para impedir que el bloque nacionalista pudiese hacerlo.

No me puedo creer que aparezcan marquesinas con carteles en las calles de Madrid protestando contra lo que consideran adoctrinamiento de género y que bajo un mensaje victimista (por cierto, para cuando critican el victimismo en la parte contraria) esconden a plena vista un delito de odio y un mensaje contrario a la legislación vigente (porque la legislación es la que están cuestionando, sin ser cuestionados por ello, como sí lo es inmediatamente cualquiera que defienda una posible independencia de un territorio que actualmente forma parte de la unidad a la que denominamos españa).

No me puedo creer que la aprobación de la presencia de esos mensajes en espacios públicos esté regulado por administraciones públicas garantes del derecho vigente.

No me puedo creer que todo esto esté pasando en esta comunidad en la que habito por elección de una mayoría representativa (no entro a cuestionar número de votos, ni el modo en el que el sistema está constituido).

No me puedo creer que el alcalde de esta ciudad que recolectó una buena tajada de votos amparándose en la inutilidad de la medida más controvertida de la anterior regidora, el polémico Madrid Central, ahora apueste por una medida como la de fomentar líneas de autobuses municipales (las líneas 001 y 002) gratuitas y que viajen por el centro presumiendo de ser cero contaminantes… después de la batalla cruenta dada y la negación de la existencia de cambio climático provocado (o cuando menos amplificado) por los seres humanos, sumándose a lo que hace menos de un año habrían calificado de medida populista, bolivariana o similar, sin ni siquiera asumir su error que fue incluso llevado a los tribunales (afortunadamente).

No me puedo creer que el ayuntamiento de la capital de este país en el que he nacido no vaya a lanzar un mensaje institucional contra la violencia de género el 8 de marzo, el día internacional de la mujer, dando a entender su innecesaria presencia por omisión, por dejación de responsabilidad, por falta de empatía con una violencia claramente presente en la sociedad en la que habito de manera estructural, cultural y, por supuesto y evidentemente, física.

No me puedo creer que se esté llevando a juicio a alguien por decir cagarse en un ser imaginario más o menos colectivo, más allá de que hiera susceptibilidades pues las susceptibilidades de todas aquellas personas que consideramos que un dios es más o menos lo mismo que la Dulcinea del Toboso no son en absoluto tenidas en cuenta en un país que dice ser laico en uno de los artículos de su constitución (el primero, creo recordar, para más inri). Por cierto, no me puedo creer que se defienda lo que se denomina el constitucionalismo a capa y espada (o a piedras) y luego se ignore que la constitución (que constituye la base o piedra angular de nuestro sistema legal y del estado que se denomina de derecho en virtud de ella) proclama el laicismo.

Me escandaliza sentirme cerca de tantas personas cuyo pensamiento e ideología consiente que las víctimas del franquismo sigan sin representación institucional, que las mujeres sigan considerándose ya suficientemente en igualdad de derechos y protegidas como corresponde a un estado proteccionista como es el nuestro (y lo digo con orgullo) ante discriminaciones en función de su sexo, así como otros colectivos no están lo bastante protegidos de esa discriminación por otros motivos como el religioso, el étnico (vaya, la raza, para quienes aún, con incultura manifiesta, quieran seguir denominándolo así), o la afiliación política.

No me puedo creer que se normalice el hecho de infrarrepresentar los colectivos alejados de la norma hetero-patriarcal (no es una expresión que me entusiasme, pero resume bien lo que se busca por parte de sus defensores y defensoras) y sean ninguneados cuando no directa y abiertamente cuestionados en sus conductas, en sus hábitos, así como permitida toda expresión contraria a los mismos amparándose (¡manda cojones!) en la libertad de expresión.

No me puedo creer que esta sea la realidad que me toca vivir. Y no sepa ni qué hacer, más allá de expresar mi repulsa cuando no mi intolerancia abierta y sin tapujos con estas formas de comportarse la sociedad a la que llamamos democrática y que ampara este odio, este rechazo, esta intolerancia, esta cantidad de injusticias, de desigualdades no amparadas en la constitución a la que se dice desde casi cualquier posición política venerar.

Sé que hay matices. Sé que hay lugar a debate. Sé que hay modelos económicos y sociales que no son los que yo elegiría. Sé que hay sensibilidades religiosas que me resultan algo incomprensibles. Sé que hay parlamentos y en ellos corresponde parlar, como su nombre indica, gritarse, enfrentarse, dar pie a discusiones que acuerden unas posturas con las que puedo no estar de acuerdo, pero que tolero (faltaría más) y acato (no solo por imperativo legal) pues son fruto de la convivencia en un estado democrático pluripartidista.

Pero también sé que hay líneas rojas que no estoy dispuesto a aceptar franquear (en mi humilde círculo de amistades, conocidos, etc):

Si opinas que no es necesaria una ley integral de violencia de género porque consideras que las mujeres y los hombres estamos en igualdad de condiciones, y a esa ley la denominas adoctrinamiento de género, puedes estar seguro o segura de que no quiero que estés entre mis amistades. Ahorrémosnos el enojo.

Si opinas que la homosexualidad se cura, que los inmigrantes sobran, que España es una grande y libre, e incuestionable en su estructura territorial (cuestionamiento que conllevará un debate), puedes estar seguro o segura de que no quiero que estés entre mis amistades. Ahorrémosnos el enojo.

Si opinas que el franquismo fue «necesario» o, tan siquiera, «conveniente» para el buen desarrollo de España o bien que las violencias que se cometieron en nombre de Dios, la Patria y la Fe son justificables; o incluso me vale con que consideres que las víctimas de ambos bandos (uno golpista y otro democráticamente elegido, para entendernos), ya es hora de dar por zanjada la batalla y olvidarlo pues no es necesaria una recuperación de la memoria histórica que ponga en su lugar a quién fue quién en aquel periodo, puedes estar seguro o segura de que no quiero que estés entre mis amistades. Ahorrémosnos el enojo.

Una camiseta verdaderamente Vintage

Ayer, a varias amistades, les envié este fotografía, que podemos denominar autorretrato o selfie, al modo de las que se hacen youtubers o influencers… y otras personas cuyas profesiones son nombradas en inglés para proporcionar más empaque a sus naderías, dado el auge del imperialismo o colonialismo cultural anglosajón.

Es una camiseta que me habían regalado en un seminario de administración de sistemas, seguramente antes de 1997, pero no puedo precisar. En aquella época, los rs6000 eran el no va más. La última pieza de tecnología que quedaba por crear para hacer un mundo mucho mejor… jejeje…

Lo mejor del caso es que me está bien de talla. He de reconocer que me alegra saber que aún, a pesar del paso de los años y el aumento de los kilogramos (que no sé tampoco precisar por la ausencia de mediciones desde hace más de 3 décadas), sigue valiéndome y también saber que no la he tenido que tirar a la basura. Quizá su color me desmotivó a usarla durante muchos años y algo que no se usa suele durar mucho más que algo que se usa, lo que no sé qué aporta de información.

Lo único triste fue que mi móvil no tuviera resolución infinita para captar ese móvil en el espejo fotografiando ese móvil en el espejo fotografiando ese móvil en el espejo fotografiando ese móvil en el espejo… Así hasta infinito ?

Conversación extraña como pocas…

El día 2 de enero de este 2020 le llegó un whatsapp a Carmen con este contenido:

2/1/20 18:56 – Él: Hola
2/1/20 18:56 – Él: Quería conoceros me han dado tu contacto
2/1/20 18:56 – CARMEN: Estamos de vacaciones, pero si es para algo relacionado con talleres o eventos de poesía puedes ponerte en contacto con Giusseppe, que es el coordinador, a partir del 7 de enero en el teléfono 655990413

A partir de ahí, me escribió a mí:

2/1/20 19:03 – Él: Esta accesible

(El mismo día 2, que era el día en el que le habíamos dicho que se pusiese en contacto a partir del 7. Supuse que era una pregunta)

2/1/20 19:14 – YO: Ahora estoy de vacaciones, hablamos el 7 de enero
2/1/20 19:23 – Él: OK

5/1/20 12:39 – Él: Hola

(El día 5. Sí, el día 5: es decir, dos días antes de lo acordado por tercera vez)

6/1/20 21:17 – Él: Puedo llamarte mañana y hablar contigo

El día 6. Sí, el día 6: es decir, insistente, por no decir pesado.

7/1/20 12:33 – YO: ¿Podemos hablar ahora?, ¿Esta tarde?
7/1/20 12:33 – Él: Si llamame

Mantuvimos una conversación en la que me preguntó si podía acceder al centro con silla de ruedas a lo que le respondí que era inviable y que lo sabía por experiencia pues había sufrido de un problema en un pie. En qué momento le diría esta información, relativamente inocua.

A partir de aquí, viene la locura sobre mi pie… y yo intentando derivar hacia otros lugares u otras opciones a una persona claramente inapropiada.

7/1/20 12:36 – Él: A mi me gusta la reflexologia quieres que te lo vea y masajeee
7/1/20 12:37 – YO: Si no encuentras otra opción, podemos tener alguna sesión online (vía skype o similar).
7/1/20 12:37 – Él: Podría conocerte en persona?
7/1/20 12:38 – Él: Que te paso en el pie
7/1/20 12:38 – YO: Sí, podríamos organizar una primera reunión en persona en algún lugar al que puedas acudir sin impedimentos y después continuar las sesiones, si te parece, vía skype.
7/1/20 12:38 – Él: Ha
7/1/20 12:38 – YO: Edema óseo en el astrágalo.
7/1/20 12:39 – Él: Te sigue doliendo
7/1/20 12:39 – YO: De cuando en cuando… pero sigo haciendo «rehabilitación» o mantenimiento mediante ejercicios en piscina.
7/1/20 12:39 – Él: Quieres que te de masaje?
7/1/20 12:40 – YO: No, pero muchas gracias.
7/1/20 12:40 – Él: Ok
7/1/20 12:40 – Él: Que pie es
7/1/20 12:40 – YO: Hablamos, si te parece, para más adelante encontrarnos. De momento tengo que seguir trabajando, así que tengo que dejarte.
7/1/20 12:40 – Él: Ok
7/1/20 12:41 – YO: Espero que encuentres un lugar donde puedas acudir a clases presenciales grupales de poesía, porque personalmente considero que son la mejor de las opciones.
7/1/20 12:41 – Él: Ok
7/1/20 12:41 – YO: Mi recomendación personal es Fuentetaja. Tienen buenos docentes y un buen centro.
7/1/20 12:41 – Él: Tiene escaleras
7/1/20 12:41 – YO: Ah. Vaya.
7/1/20 12:45 – Él: Me mandas una foto del pie para vértelo?
7/1/20 12:46 – YO: No te preocupes por mi pie. Es algo que quiero olvidar.
7/1/20 12:46 – Él: Ok
7/1/20 12:46 – Él: Vale reconozco que me gustan los pies masculinos.

Y hasta aquí la locura de una conversación de lo más incómoda que ya no sabía cómo terminar. Y ese fue el comienzo de mi 2020 laboral. La verdad es que hay personas muy raras por el mundo… y yo sé que soy uno de esas personas. Pero espero no ser tan inadecuado como para preguntar a alguien que está trabajando, por si me deja masajearle alguna parte de su cuerpo. Por momentos me acordaba de Pulp-Fiction, pero casi con la intención de sacar algún arma y disparar… a través del teléfono móvil, con malas, muy malas intenciones.

A veces carezco de empatía. Supongo.

Material Biográfico para Radio Utopía

Una de las alumnas de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53 que llevo coordinando los últimos 17 años de mi vida (la fantástica y calurosa Isabel Jiménez, para quien tuve el gusto de regalarle algo especial recientemente) ha gestionado la asistencia al Programa de Radio Utopía este viernes a las 19:00.

Tan sólo nos pedía que le proporcionasemos material para poder dárselo a quien lleva el programa y he tardado mucho más de lo razonable en organizarle esta breve colección de reseñas biográficas así como un breve texto por cada uno de los libros colectivos publicados este último par de años.

Biografías/Reseñas de Giusseppe Domínguez

Reseña Biográfica Breve:

Giusseppe Domínguez (http://www.giusseppe.net) (1967, Madrid).

Poeta experimental licenciado en Química Cuántica. Consultor de seguridad en Internet. Formación actoral, tango y arte contemporáneo. Tiene 12 libros editados y más de 30 performances realizadas en diversos lugares del mundo. Colaborador de la Cátedra de la UNESCO de Tecnologías Lingüísticas de la UPM. Desde 2002 Director de la Asociación Cultural Clave 53 y Coordinador de Talleres de Poesía.

Biografía Media (en primera persona):

Giusseppe Domínguez (www.giusseppe.net)

Nací en Madrid en 1967. Tras licenciarme en Química Cuántica y realizar una tesis en Inteligencia Artificial trabajé 15 años como administrador de sistemas y consultor de seguridad.
Me formé como actor, tomé clases de expresión vocal, danza contemporánea, tango y asistí a diversos talleres de poesía y cursos de desarrollo de la creatividad.
Desde el 99, me reconozco escritor, poeta.
He trabajado como crítico de cine, conferenciante sobre poesía, arte contemporáneo, arquitectura, filosofía, ciencia y tecnología, etc. Realicé la pieza de arte conceptual La Consulta: Caso 30, fui asistente personal del Diccionario Personal de Isidoro Valcárcel Medina (MACBA), llevé a cabo una reformulación del Tractatus Logico-Philosophicus de Wittgenstein y desarrollé el Proyecto de Organización Filogenética de las Lenguas del Mundo, publicando el libro Lenguas Fuyu-Han y llegando a ser, desde 2015, Colaborador de la Cátedra de la UNESCO de Tecnologías Lingüísticas (UPM).
Tengo 12 libros editados, decenas de trabajos de fotografía, vídeo-arte, multimedia, poesía-código, libro-ojeto y más de 30 performances realizadas en diversos lugares del mundo.
Desde 2003 dirijo la Asociación Cultural Clave 53 (www.clave53.org), junto a Carmen de la Rosa, donde coordino muestras y recitales e imparto talleres de poesía contemporánea, escritura experimental y arte de acción.

Biografía Extensa (en primera persona):

Giusspepe Domínguez.

Nací en Madrid en 1967. Licenciado en Química Cuántica, cursé estudios de Matemáticas y una tesis doctoral en Inteligencia Artificial. Trabajé muchos años empleado en una compañía financiera como administrador de sistemas y redes informáticas y, después, como consultor de seguridad en Internet. Desde Agosto del 99, me reconozco escritor, en concreto poeta.

En 1996, comencé mi formación como actor, bajo la supervisión de Jose Eugenio Vicente Torres (de la escuela de Cristina Rotta) en el Centro Cultural Valle Inclán. De 1998 al 2000, fui alumno del curso regular de Formación de Actor en la escuela de Danza y Teatro Estudio 3 dirigida por Agustín Bellusci. Allí, tuve la oportunidad y el placer de cursar dos años de Expresión Vocal impartidos por el profesor Fernando Becerra. Desde el 2000 hasta 2005, estuve dentro de un taller de expresión corporal coordinado por Mariano Castillo en esta misma escuela.

De 1997 a 2005 realicé diversos cursos de Match de Improvisaciones en Matadero 3 Teatro impartidos por Cary Rodríguez (del grupo Histrión Teatro) tomando parte en diferentes espectáculos teatrales.

De 1998 a 2001 asistí a los talleres de poesía del Grupo Cero bajo la coordinación de la psicóloga y escritora Paola Duchen. Durante ese periodo, algunos de mis poemas y relatos fueron publicados en distintos medios (Revista de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, stand de RENFE en el Parque del Retiro de Madrid en homenaje al día de la mujer trabajadora), escenifiqué mis propios relatos en centros de teatro no profesionales (Matadero 3 Teatro, 1998-99, Centro Cultural de Vicálvaro, 1999), participé y sigo participando en recitales de poemas. (La Redacción, 1998, Matadero 3, 1998-99, Editorial Grupo Cero, 1999-2000, Emisora de radio de la CNT, 2001, La cava de Humilladero, 2002-2003, Café-Bar Lola-Lola, 2007, Asociación Cultural Clave 53, 2004-2008, La Casa de los Jacintos, 2008, Café literario Libertad 8, 2007-2008).

Tengo en mi haber ocho libros de relatos y poemas registrados en el Registro de la Propiedad Intelectual. De ellos, en septiembre del año 2002 llevé a cabo la publicación del libro Territorios junto a la editorial Letra Clara. Participé en la presentación del libro “Sonata para un Ratón” de Carmen Gómez Menéndez en el CC de Aluche en 2003. Presentación del libro “Renglones Quebrados” de Clarisa Vitantonio en Café Literario CLAN, Madrid, el 13 de febrero 2007. Presentación del libro “Cartas desde Bohemia” de Chema Vega en Café Libertad 8, Madrid, en noviembre 2007.

En el año 2001, bajo la dirección de Graciela Baquero, realicé un curso de Creatividad y Cotidiano impartido en los Talleres de la Editorial FuenteTaja. Y, siguiendo esa línea, en el 2002 y 2003, tuve el honor de asistir a un taller intensivo de 120 horas de duración sobre Desarrollo de la creatividad para coordinadores que impartieron simultáneamente los ínclitos Jaime Vallaure, Miguel Nava y Graciela Baquero.

Entre 2002 y 2003, he sido comentarista de cine en el programa de radio Estrenos que se emite por Radio Intercontinental de Madrid, participando en varios coloquios y cineforums. Y desde 2007 trabajo como crítico de cine en la revista LaNetro.com publicando artículos regularmente.

Durante el verano del 2002 comencé a buscar un local en el que dar rienda suelta a mis nuevos proyectos, en la línea de la investigación en poéticas objetuales y escénicas, happenings, etc. Esta búsqueda de local se acabó concretando en lo que se conoció como La Cava de Humilladero. Desde el 2010, dirigí durante cuatro cursos la Escuela de Escritura del Espacio El Manantial.

Desde 2004, realizo diversos trabajos que se podrían considerar Performances o poemas visuales o escénicos en distintos lugares dentro y fuera de España y trabajos de edición de vídeo y proyectos audiovisuales varios.

En Julio de 2010 presenté un libro-CD interactivo, en el que venía trabajando desde el 2003, llamado Lejanías, en formato web, que combina la informática y la poesía, el vídeo, la fotografía y la performance.

En febrero de 2011 inauguro un Blog que aglutina material que tenía desperdigado por distintos servidores, en el que verter diariamente mis poemas, confidencias y opiniones sobre los temas que me interesan de la actualidad y de otros ámbitos de la cultura.

Desde 2012 trabajo en un Proyecto de Organización Filogenética de las Lenguas del Mundo, llevando a cabo una labor de clasificación y tipificación sistemática de los diversos idiomas que han existido o existen en el planeta.

Desde 2011 trabajo en un Proyecto de Organización Filogenética de las Lenguas del Mundo (lenguas.giusseppe.net), llevando a cabo una labor de clasificación y tipificación sistemática de los diversos idiomas que han existido o existen en el planeta. A raíz de esto, llevé a cabo la publicación en 2017 del libro Lenguas Fuyu-Han como propuesta de clasificación filogenética, consideradas una de las ramas de la macrofamilia de lenguas altaicas. Desde 2015 soy Colaborador de la Cátedra de la UNESCO de Tecnologías Lingüísticas (www.teclin.org) en la Universidad Politécnica de Madrid.

A lo largo del 2013 llevé a cabo una investigación para reformatear el Tractatus Logico-Philosophicus de Ludwig Wittgenstein para adaptarlo a un formato de mapa mental. Entre 2015 y 2016 realicé el proyecto de arte conceptual La Consulta: Caso 30 enmarcado en la propuesta de Jaime Vallaure, Teresa del Pozo y Rafael Suárez. Se «materializó» en una web (laconsulta.giusseppe.net) que resumía el trabajo realizado. Tuve el ingente honor de servir de asistente en el Diccionario Personal de Isidoro Valcárcel Medina, financiado parcialmente por el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) durante el año 2015.

El año 2016 inauguro una sección profesional denominada gabinete literariario, realizando asesorías de estilo, corrección ortotipográfica, ayuda en procesos de edición, maquetación, diseño de portadas, soporte tecnológico y prologado de libros, principalmente de poesía. Va camino de convertirse en una editorial independiente.

Actualmente dirijo la Asociación Cultural Clave 53 (www.clave53.org) junto a Carmen de la Rosa. Desde 2003, a parte de la labor de coordinación de muestras y cursos que se llevan a cabo en la asociación, imparto Talleres de Desarrollo de la Creatividad, Escritura Experimental, Poesía Contemporánea, Arte de Acción y Performance art.

Sobre los libros colectivos (por orden cronológico):

Versos que se Abrazan (Madrid, junio, 2018)

Evento 53 latidos de versos que se abrazan

Encuentro entrelazado en el que la Poesía y el Tango se dan un abrazo al ritmo acompasado de 53 latidos musicales. El evento comienza con una pieza compuesta para la ocasión de 53 latidos que abre el espacio a las sensaciones acústicas. Un poema toma el relevo al pulso cardíaco y una pareja de bailarines de Tango fundidos en un abrazo le dan la imagen.

Tras esta primera coreografía, se presenta el evento que incluirá poemas del libro «Versos que se abrazan» y a partir de ahí se van trenzando bailes, lecturas de poema y actuaciones musicales en directo de piano y armónica, mientras en un lateral del espacio se proyecta en continuidad una sucesión de videocreaciones poéticas llevadas a cabo en el Laboratorio de Experimentos Poéticos de la Asociación Cultural Clave 53.

Libro:

Realizado por las personas asistentes a los talleres de Poesía y Escritura de la Asociación Cultural Clave 53, este poemario contiene voces diversas de poetas de variadas procedencias, edades, identidades, que a lo largo del 2018 reunieron sus poemas sin otro criterio que el suyo propio, de manera que su voz surge sin trabas, genuina, permitiendo el florecimiento de una diferencia enriquecedora y alumbrando un libro ameno de alto voltaje poético.

Coordinado por Giusseppe Domínguez y escrito por Alejandro Gallego, Andrea Vidal Escabí, Daniel Moreno, Delia Bianchi, Ernesto Pentón, Eva Obregón, Isabel Jiménez, Juan Carlos Orella, Julia Urbán, Kay Woo, Laura Cueva, María Jesús Orella, María José Gómez Sánchez-Romate, Pepa Delgado, Raquel G. Figueiras, Tanja Ulbrich, Virginia García Falagán y Yolanda Jiménez.

Refugio (Madrid, abril, 2019)

Con motivo del Día Mundial de la Poesía y Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, jueves 21 de marzo de 2019, el Colectivo Reacción 28 convocó un Recital de Poesía en la cafetería y centro cultural Ciudad Invisible situada en la Costanilla de los Ángeles, 7, en el corazón de la capital, con el fin de recaudar fondos para la ONG Madrid For Refugees.

Había invitado a la Asociación Cultural Clave 53 a leer poemas que estuviesen relacionados con el tema (Madrid y refugiados) así que las personas asistentes a los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de Clave 53 se pusieron las manos a la obra y escribieron más de 40 poemas propios para la ocasión que no habían sido leídos en ningún otro lugar.

Durante un intermedio del recital se pidió al público asistente que proporcionasen una serie de palabras con las que componer poemas improvisados que se añaden al final del presente libro.

Este poemario incluye todos los poemas que se escribieron para el recital y los que se escribieron durante el mismo.

Poetas: © Andrea Vidal Escabí, David Carvajal, Ernesto Pentón, Eva Obregón, Giusseppe Domínguez, Irene Chacón, Isabel Jiménez Moreno, Javier Jiménez, Kay Woo, Leticia Rejas Rujas, Maria Jesús Orella, Maria José Gómez Sánchez- Romate, Pablo Velado Pulido, Paula García Izu, Tanja Ulbrich, Vanessa López, Virginia García Falagán y Yolanda Jiménez

Verso Blanco (Madrid, junio, 2019)

Poemario recolectado antes del día internacional del libro, 23 de abril de 2019 a partir de poemas de los asistentes a los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53 coordinados por Giusseppe Domínguez.

Su poesía contemporánea se manifiesta de diferentes maneras, tanto como las identidades de las distintas personas que lo han hecho posible, cuyas sensibilidades se muestran en su unicidad dotando al libro de una variedad excepcional que transita desde la más lírica a la más experimental de las expresiones, pasando por poesía social, poesía íntima, poesía juguetona o poesía visual sin ser excluyentes ningunas de estas facetas que lo que muestran o demuestran es que, principalmente, la poesía es expresión máxima de libertad.

Poetas: © Alejandro Gallego, Andrea Vidal Escabí, Daniel Moreno, Delia Bianchi, Ernesto Pentón Cuza, Eva Obregón Blasco, Irene Chacón, Isabel Jiménez, Javier Jiménez, Jose Luis González, Sal Ander, Kay Woo, Laura Cueva Arias, Leticia Rejas Rujas, Maria Jesús Orella, Maria José Gómez Sánchez-Romate, Mariano Velázquez, Pablo Velado Pulido, Paula García Izu, Pepa Delgado, Vanessa López, Virginia García Falagán y Yolanda Jiménez.

Preparando portada para mi próximo libro de poesía programable

Se le llama code-poetry, pero en este caso es más bien poesía programable. Al fin y al cabo, ha salido de un programa hecho en C.

Estoy probando diferentes portadas, que quiero que tengan sólo texto (mínimo), y un único color plano (o dos).

Por supuesto y siguiendo mis consignas casi fundamentalistas, todo está realizado con software de código abierto: Inskape sobre Linux Mint.

Presentación de Planiverso

Mañana se presenta el libro de poesía Planiverso.

Una iniciativa de Yolanda Jimenez, quien coordina el proyecto consistente en la recuperación de 10 poetas mujeres procedentes de los 5 continentes (2 por cada uno) poco conocidas, traducidas en ocasiones y «leídas» poéticamente por 10 poetas españolas, entre las que se encuentran Kay Woo, Isamaría JM, Andrea Vidal Escabí, Leticia Rejas Rujas, María José Gómez Sánchez-Romate, JMariano Velazquez, Ernesto Pentón Cuza, Virginia García Falagán, Juan Peláez Gómez y la misma Yolanda Jimenez.

Yo participo con un extravagante y cariñoso prólogo en la presentación de este libro que vi gestarse en las tripas de la Asociación Cultural Clave 53.

Este es el prólogo con el que he participado:

Prólogo Planiverso

Un libro es un continente, pero este libro es un continente de continentes, un viaje a otros mundos, una mirada que ha huido afortunadamente de resultar folklórica, a los textos de una decena de mujeres poetas poco conocidas (ahora, tras la publicación de este poemario lo serán algo más, produciéndose una divertida paradoja) desde los ojos de una decena de poetas (de diversas procedencias) que habitan Madrid. Como comenta Yolanda Jiménez García, se trata de un safari poético con ánimo de lucro, el lucro de las sensibilidades ajenas que captura cada lector o lectora de cada píldora-poema dispensada por el universo.

A lo largo del periplo que nos ofrece la presente antología comisariada por Yolanda, recorremos las jaimas del disputado Sahara Occidental, regamos semillas de muerte en el vientre de mujeres mozambiqueñas, sobrevolamos océanos perlados de barreras de coral, lanzamos el ancla a puertos de caderas naufragadas, vadeamos el río Han de la mano de una niña todo corazón, alzamos el brazo como diosas libres, bebemos el canto del urheimat1 indoeuropeo, también – ¿por qué no? – desamordazamos voces a la luz extremeña, olemos la tristeza de la carne amontonada en galeones esclavistas y sentenciamos a poesía toda la faz de la Tierra.

Cuando oí hablar por primera vez, a principios del 2019, de este proyecto, me surgieron infinidad de preguntas como, por ejemplo, si tiene sentido hacer una separación temática en continentes que, de alguna manera, carecen de justificación física o geográfica salvo en un sentido político, fronterizo: ¿Es Rusia asiática o europea? ¿Turquía? ¿España, incluso? Y recordé la antigua clasificación en tres continentes de las antiguas civilizaciones que, en puridad, sería un único Eurafrasia, incluso, más atrás en el tiempo, aún está la referencia a una Pangea que abrazaba a toda especie animal y vegetal, cuya deriva sobre el magma terráqueo ha derivado en esta instantánea que hoy habitamos poblada de manera altamente desigual, como desigual también es el reparto de riqueza económica o idiomática.

Idiomas que plasmados quedan en esta cuidada edición bilingüe que presenta los poemas de las poetas cuasidesconocidas en sus propios sistemas de escritura, deleitándonos con la hermosa caligrafía árabe de Jadiyetu Omar Ali, el hangul del gran Seayong en la poesía de Lee Sumeyong, o el majestuoso cirílico (de San Cirilo) que nos ofrece Iryna Fedirko.

Los textos en alfabeto latino, procedente del griego oriental a través de los etruscos, adaptando el abyad (consonántico) fenicio, descendiente del protosinaítico, con origen en los jeroglíficos egipcios con eventual influencia cuneiforme, nos hablan de la posibilidad de intercambio de ideas, de la revolución que supuso el descubrimiento o invento de la escritura, pero también de la utópica transcripción de sentimientos individuales para poder hacerlos colectivos, si es que hay individuo que no sea social, de la necesidad que tiene cada poeta de expresar, cada artista de crear, esa necesidad de la que habla R. M. Rilke en sus Cartas a un joven poeta, esa necesidad que convierte la inscripción de signos sobre una hoja de papel en poesía.

Y si toda escritura es en origen jeroglífica o pictográfica, quizá eso explica por qué conviven tan bien estos poemas con las bellas ilustraciones que Vicente Ruiz parece haber dedicado cual cordilleras tectónicas intercontinentales.

Las poetas Noemía de Sousa, Ali Cobby Ekerman, Hinemoana Baker, Madhumita Das, Catalina Clara Ramírez de Guzmán, Phillis Wheatley, María Clara González de Urbina han sido transcritas usando ese alfabeto latino y pueden urgirnos a una pregunta incómoda: ¿De quién son los idiomas que hablamos? Cabe reflexionar sobre la manera en la que los idiomas han resultado en ocasiones ser utilizados (y aún hoy) como herramientas de dominio, de “colonización”, por el devenir de invasiones, migraciones, desplazamientos humanos mediante los que hemos poblado la tierra emergida de palabras (somos lenguaje), de discurso, de preguntas, de miradas, de abrazos pero también de desolación, guerras, odios e iras.

¿Cabría haber realizado este libro de otra manera atendiendo a otros criterios? Claro que sí, pero no es importante, pues ha sembrado la semilla para conocer más, para viajar más lejos, para no olvidar; un llamamiento al descubrimiento, una búsqueda de la poesía en toda otredad, en la distancia y el tiempo, en sensibilidades múltiples, recuperando el placer del encuentro, del safari, sabiendo que safari significa viaje en suajili, lingua franca de África centro-oriental cuya raíz es la voz árabe safar (???) de significado equivalente.

Conscientes o inconscientes de ello, de estar realizando un safari poético, Yolanda Jiménez García, J.Mariano Velázquez, Juan Peláez Gómez, Leticia Rejas Rujas, Kay Woo, Isabel Jiménez Moreno, Ernesto Pentón, Virginia García Falagán, María José Gómez Sánchez-Romate y Andrea Vidal Escabí han viajado a esas otras sensibilidades con empatía desbordante, con afán de vínculo, tendiendo puentes de corazón y palabra entre continentes distantes, entre culturas diferentes, entre seres humanos, buscando abrazar con sus poemas aquellos otros poemas de una docena de mujeres en el mundo que representan a la humanidad completa, a la más doliente de ella en ocasiones, la olvidada, la ignorada, la denigrada… y lo han conseguido.

Giusseppe Domínguez, Madrid, 20190822

Cuando tu trabajo es hacer realidad los sueños

Supongo que es difícil cuantificar el salario que ha de percibir alguien que, como yo, se mueve en el onírico mundo de las ambiciones imposibles, los anhelos íntimos, los sueños inalcanzables… y por otro lado con el pragmatismo que me caracteriza, colocando plazos, diseñando estrategias, definiendo objetivos, para lograr que esos imposibles se conviertan en realidades, y así hacer que la realidad se inunde de poesía.

El viernes casi se me salta un lagrimón, como reza el tango, al ver la emoción contenida de María Jesús Orella en la presentación de su primer libro de poesía, Zureos, que he editado, participado en su gestación desde los talleres, corregido, revisado, mimado… elegido letra específica para su puesta en papel (puesta de largo), diseñado su portada y, por último, pero no por ello menos importante, presentado en sociedad haciendo de maestro de ceremonias en un recital emotivo, participativo, simpático, tierno en que sus amigos y familiares estaban henchidos de poesía, orgullo e ilusión.

Cuando además has escrito incluso el prólogo para el libro, sientes que se presentó, de algún modo, algo tuyo.

¿Debe la poesía ser lírica?

Ella lo sabía,
que llegaría el momento,
que llegaría el día.
María Jesús Orella

Cualquier frase que comience con un «debe» es poco de mi agrado y especialmente si se acompaña de la poesía y lo que ha de ser. Liberada del corsé de la métrica, la rima y otras medidas objetivas académicas desde mediados del siglo XIX gracias a Baudelaire, Rimbaud o, al otro lado del charco, Whitman, la poesía se debe a la libertad creativa por encima de ninguna otra obligación. Es una libertad que acarrea la destrucción del criterio objetivable garante decisor de si un texto es o no un poema. Podemos afirmar que el academicismo, como Dios, ha muerto en el mismo siglo y quizá por las mismas causas. El juicio sobre si un texto es un poema queda ahora vinculado a la intención del artista, subjetivando la crítica, lo que ha permitido o forjado la evolución divergente de las corrientes poéticas tan diversas ahora mismo que resulta imposible saber a cuál de ellas adscribir la obra presente.

Esa libertad, casi libertina, conlleva también sus propios riesgos como es el de desoír esa intención íntima prestándole atención a los aplausos más o menos ocasionales de terceras personas, lo que resulta tentador en estos tiempos de valoración en función de números de «likes» o seguidores en redes sociales. Tampoco es baladí el delito de impostura, ausencia de ética personal que lleve a reclamar como poema cualquier cosa sin que realmente sea una decisión personal sino tan sólo un camino fácil de labrarse fama o pretender ser, sin ser.
No obstante, siempre dentro de esa libertad, existe la posibilidad de apostar por escribir poesía lírica y, por qué no, rimada, medida, más o menos encorsetada voluntariamente, entendiendo que lo importante es el ejercicio de la voluntad individual para defender un texto como poema.

La lírica (del latín lyr?cus, y este del griego ???????)?transmite sentimientos, emociones o sensaciones subjetivas respecto a un objeto de inspiración. Dice la RAE que la lírica, en su sexta acepción, es un género literario, generalmente en verso, que trata de comunicar mediante el ritmo e imágenes los sentimientos o emociones íntimas del autor. Nadie pone en cuestión la etimología que liga lírica a lira, refiriéndonos a los orígenes como canto de la poesía.
La poesía de María Jesús Orella es expresión de la emoción, en primer lugar, pero el enorme peligro de esta búsqueda está en sobrepasar el umbral que separa sensibilidad de sensiblería, sentimiento de sentimentalismo. Afortunadamente la autora no sucumbe a la desventura de dejarse llevar y acabar plagando de lugares comunes sus poemas para producir un efecto programado, una emoción enlatada, un manierismo rafaelista.

María Jesús Orella crece desde la modestia, hasta alzarse con poemas de una belleza e intensidad elevadas, atreverse a experimentos poéticos en aras de desarrollar la inquietud que la gobierna, como lipogramas oulipianos o esa anomalía en su poemario que es “pintando letras” y, por supuesto, verter su intimidad en unas líneas con el pudor debido pero con la valentía necesaria para ello.

Acudió hace años a los talleres de poesía y escritura creativa de la Asociación Cultural Clave 53 afirmando rotundamente que ella no escribía poesía, pero poco a poco fue calando en ella la voluntad, ese deseo innoto, indescifrable, que arrastra a quien lo siente a posicionarse como poeta aunque ello implique (éticamente) tener que saber qué significa afirmar hoy día que un texto es un poema.

Con esa vocación descubridora transita por poetas que ayudan a modelar una poesía propia, como son los escritores simbolistas decimonónicos, de quien cabe decir que es gran admiradora, al surrealismo, pasando por poetas contemporáneos africanos, checos y cualquier influencia que pueda utilizar en su provecho, pues la escritura madura en la lectura y María Jesús bien lo sabe.

En su poesía conviven la risa, el llanto, la nostalgia, la esperanza, la vida, la muerte, el amor, pero nunca el odio; la dulzura, pero nunca la amargura; la libertad… Pero a todos los temas les dedica cantos, pues busca que su poesía sea tan lírica como pueda ser, expresiva, conmovedora, poblada de referencias literarias, dotada de un léxico de riqueza ejemplar, sabiendo, como sabe, que es una mera elección personal y no una exigencia académica, lo que le aporta el valor de su ejercicio libertario; declara cantar a la libertad, a las flores en primavera y a las hojas secas del otoño, a las penas y a las alegrías…

En la presente edición, se ha optado por no agrupar los poemas de acuerdo a sus temáticas (que, finalmente, resultan transversales y comunes a muchos de los mismos), ni a la cronología en la que fueron escritos o a la que referencian, eligiendo una sencilla ordenación alfabética que permite convivir poemas de un tipo con otro, de una época con otra, de una temática con otra, aportando así una suerte de contrastes que permitan al lector o la lectora las pequeñas sorpresas de lo yuxtapuesto, como el encuentro fortuito, sobre una mesa de disección, de una máquina de coser con un paraguas.

Yo sí sabía que llegaría el momento, que llegaría el día, este día, en el que este libro viese la luz, pues esta poeta, que quizá no lo supiese, tenía muchas ganas de decir y, por suerte, aún le queda mucho más por escribir.

Soy el mal, soy el capital

Tengo unos vasos de plástico que me han regalado, fruto de una adquisición de Carmen que llevaba una milonga junto a su amiga y compañera Inma Garrido. Ellas no llegaron a gastarlos y los iban a tirar, después de clausurada su milonga.

Yo le dije que no lo hicieran y que me los podía quedar yo, para mis encuentros de Té y Poesía o para los talleres, pero me resulta difícil usarlos por la imagen que dan de mí.

Hace un par de años, un asistente a los talleres me comentó que podía adquirir, en lugar de vasos de plástico y cucharillas de plástico que les regalaba antes de cada clase para tomarse un té, unos vasos de papel y cucharillas de palo de bambú… que eran más ecológicos. No lo puse en duda (bueno, sí lo puse en duda, pero él tenía razón), así que a partir de entonces estoy suscrito a un pedido a través de Amazón (lo que ya de por sí no es muy ecológico) por el que me traen 400 vasitos de papel/cartón que aseguran que es reciclado. Eso sí, vienen envueltos en paquetes de plástico conteniendo 50 vasos cada uno. Plástico que procuro reutilizar para tirar el té fresco y que no se pudra en la bolsa grande y no tener que cambiarla cada poco tiempo.

Los palitos de bambú casi no se utilizan porque he reducido casi a la completa extición el uso de azúcar o edulcorantes, en general, lo que los hace superfluos salvo para quien los solicita explícitamente.

Así que ahora doy una imagen de ecologista concienciado (aunque antes lo fuese y no diese esa imagen), de modo que poner sobre la mesa los casi 40 vasos de plástico que heredé de la milonga es casi sacrílego y, sin contexto, puede resultar un detrimento de mi imagen de ecologista concienciado.

Por momentos, he llegado a pensar en tirarlos sin usar, para no perjudicar mi imagen de ecologista concienciado, o en usarlos para algo privado, de modo que no normalice su uso como algo poco nocivo para el planeta, pero hay cierta componente hipócrita en esa acción o esas acciones que perjudicarían la imagen que yo tengo de mí mismo, aunque no la de ecologista concienciado que puede que tengan de mí.

El problema de los vasitos de papel/cartón reciclado es que la mayoría de las personas que los utilizan consideran que ya pueden tirarse, sin más, a la basura y yo me resisto a no darles un uso adicional o varios usos antes de desprenderme de ellos, lo que genera un espacio desaliñado, lleno de papeles sucios y vasos usados, que voy poco a poco reutilizando para tirar el té fresco que uso (para ahorrar sobrecitos, cartón, cuerdas, plástico), para fabricar cubitos de basura… pero no doy abasto para librarme de tanta basura convirtiéndome en una especie de industria del reciclaje que poco tiene que ver con un taller de poesía o un estudio de artista… así que mi imagen de ecologista concienciado está afectando a mi imagen de coordinador de talleres de poesía.

¡Ay, las imágenes! ¡Qué poco dan cuenta de lo que realmente cuenta!

A veces hay pequeños regalos

A veces la vida te da pequeños (casi insignificantes) regalitos, como esta actualización que ha tenido lugar «sola«, es decir, posiblemente llevada a cabo por los responsables del lugar en el que tengo alojada la web y este mismo diario (justhost.com), así que puedo disponer de un tiempo de aprendizaje que tenía que invertir en aprender a hacerlo, así como el dedicado a realizar la actualización del PHP 5.6 a esta reluciente versión de PHP 7.3 que espero que me deje tranquilo unos cuantos años.

¡Qué pequeña alegría un día cualquiera!

Chinche

Este fin de semana estuve en Valencia en un piso alquilado por AirBnB que parecía limpio, agradable y funcional, muy bien situado y económico sin ser el más barato de los posibles, lo que era más suficiente.

Había elegido un lugar a menos de 8 minutos andando, para no perder ni tiempo ni dinero en transportes, aunque el precio ascendiese unos 6€ sobre la media de alojamientos similares un poco más alejados.

Desde la estación del AVE de Joaquín Sorolla de Valencia, intenté ir en Cabify (haciendo un primer uso de una app que no había usado previamente) pero no lo logré porque la conductora se negó a recogerme en el punto de recogida, algo apartado de la estación, en una marquesina de transporte público, por si finalmente iba hacia el centro en autobús. En principio creo que no me facturarán porque cancelé el viaje, pero parece que sí me ha llegado una notificación de cobro… así que ya veré si procedo a reclamarlo.

En la parada de autobuses conocí a una chica simpática, de origen asiático, pero procedente de Australia, en concreto de Sydney, y pensamos en ir juntos hacia el centro, compartiendo taxi, que no pudo ser, así que acabamos charlando en el bus e intercambiado tarjetas de contacto.

Llegué a la habitación, doble, espaciosa, silenciosa, bien climatizada a eso de las 11:45. Apenas me detuve pues era sólo para pasar la noche. Recogí las llaves, dejé el equipaje, pasé al baño (orín) y me fui hacia la exposición que iba a ver.

Era sólo una noche, la del viernes al sábado, para acudir a la Feria del Libro de Artista y Editores Independientes SINDOKMA, que tenía lugar en el centro cultural La Nau en la zona céntrica de Valencia capital.

Y entonces llegó la noche.

Volví a la habitación tras una agradable velada y una cena estupenda con mi amigo Iván Araujo y me tumbé tranquilamente a ver una serie en el teléfono móvil para ir, poco a poco, adormeciéndome…

Aproximadamente a eso de las 01:00 apagué la luz y comencé a intentar dormir.

Un rato después (no mucho más de media hora) algo me picaba, pero poco.

Cada vez tenía mayores picores en el dedo índice de la mano derecha y acabé por encender la luz de nuevo y ver que parecía que se estaba hinchando.

Pensé que sería un mosquito, así que me atrincheré en el edredón y bajo las mangas de mi propia camiseta…

No podía dormir por el picor, así que decidí ver otro rato las series para ver si acababa por tener tanto sueño que no me importase recibir alguna picadura…

Pero seguí recibiendo mordeduras de bichitos y ya comencé a sospechar que iba a ser una noche difícil.

No había prisa, no pasaba nada. Hasta las 09:00 no era preciso que me levantase, y con dormir 6 horas era suficiente…

Otro picor agudo en el cuello. Otro más en la espalda.

Ya me puse a investigar la cama, a revisarla a la luz de la linterna del teléfono móvil…

Y a eso de las 04:00 encontré bajo el foco un bichito que correteaba por el colchón dando pequeños saltitos…

No me detuve a fotografiarlo sino que lo aplasté con la mano derecha y, después, para asegurarme, con ambas manos como si fuese un aplauso. (La foto que incluyo no es mía sino de un artículo de «cómo eliminar chinches en Valencia«)

Pensé que se habría terminado el safari y tras relajarme un poco volví a apagar luces e intentar dormir.

Nuevos picores en los pies, en las piernas… parece ser que no, que no se había terminado el problema. Eran ya cerca de las 06:00. Recordaba ese diminuto agresor entre mis manos e imaginaba hordas de familiares vengándose bajo el edredón, sobre la almohada sudada.

No había forma de dormir. Algunos otros clientes del airbnb se despertaban ya, entraban al baño, que estaba pared con pared con mi habitación….

Ya casi preveía que no habría ni un minuto de sueño. Pero seguí intentándolo. Apagaba la luz, resurgían picores, encendía, sacudía el edredón, buscaba con la linterna sobre el colchón, bajo las almohadas…

Me quité la ropa, le di la vuelta, la agité para ver si algo caía… me la volví a poner del revés, intenté dormir… eran las 07:00.

Ya poco había que hacer salvo esperar a las 09:00… seguía picándome todo el cuerpo, el cuero cabelludo… la agitación intenté paliarla con respiraciones largas y profundas, intenté pensar en cualquier cosa que alejase de mi mente las imágenes de miríadas de insectos atacándome, alimentándose de mí.

Acabaron por dar las 09:00… fui al baño, me duché, volví a la cama, reposé un rato, me vestí, salí a desayunar y procuré olvidar una noche inolvidable.

Ayer, pasados 2 días, les comenté por mensaje privado a los dueños del AirBnB la experiencia sin intención de reclamarles nada, sino tan solo para informarles del suceso y que entendiesen que no podía hacer «imparcialmente» la encuesta de satisfacción que esa app te propone insistentemente sobre tu estancia en el lugar.

Mantuvimos esta pequeña conversación:

YO: Hola Rafa y Jorge, ya de vuelta en Madrid quería deciros que tuve un enorme problema con vuestra habitación. ¡Había chinches! No lo voy a escribir en la evaluación que me pide hacer Airbnb porque creo que es posible que lo podáis resolver sin una opinión tan mala. Es posible que no lo supieseis porque por lo demás el estado de la habitación era bueno, limpio, etc. Pero no pude dormir ni un minuto. No se trata de que quiera hacéis una reclamación, sino un aviso por si nadie os lo había dicho. Un saludo sin mal sabor…

ELLOS: no lo entiendo como que chinches. eso no puede ser hacemos los cambios de sabanas y mantas con cada cambio. y nos aseguramos de que todo este limpio, la verdad que hemos comprobado la habitación y no hemos encontrado nada. Donde viste las chinches para tener mas información.

YO: Las vi en la cama. Llegué a cazar una y matarla, pero seguí teniendo «picaduras» toda la noche. Os lo aseguro. Os lo digo por vosotros. Un saludo.

ELLOS: Es raro es que cambiamos funda del colchón justo el dia de antes de tu llegada ademas del cambio de sabanas mantas etc. Hare una inspección de todo por si acaso; no me apetece tener problemas con ello tampoco. Una vez mas Gracias y disculpa!! Lo comprobaremos todo bien Gracias por decirnos lo y disculpa las molestias.

YO: No pasa nada. Una mala noche pero no es tan grave.

ELLOS: Vaya. Lo sentimos muchísimo. Y nos extraña mucho porque somos muy pulcros con la limpieza. Vamos a tirar el colchón por si estan dentro. Quizás algún huésped los dejo con anterioridad. La verdad es que jamas en mi vida me ha picado uno en Valencia. Ni en ningún sitio. Me parece algo del tercer mundo. Estoy flipando. Y muchas por tomarlo así de bien.

YO: A mí también me extrañó. En general estaba todo limpio, así que me resultaba extrañó. Inicialmente supuse que se trataba de algún mosquito que hubiese entrado por la ventana, pero a eso de las 4 con la linterna del móvil, pude cazar una saltando por la cama. Era un bichito de unos 5mm beige que saltaba por el colchón. La aplasté en mi mano y no se me ocurrió hacerle fotos. Me fotografié el dedo que estaba hinchado por la mordedura. Miré por internet hasta saber qué era ese bicho. Sergi teniendo picaduras en otras partes del cuerpo el resto de la noche. Fue un pequeño infierno. Pero también suponía que os iba a extrañar. Sin cosas que pasan. No le demos mayor importancia.

Tras estos mensajes, tuvieron la deferencia, no solicitada, de devolverme el pago de la habitación. Me parece un detalle que les agradezco y por lo que no pienso criticarles en la revisión de la app.

Fue una noche horrible para un fin de semana, en otro orden de cosas, maravilloso, así que es algo olvidable y de poca importancia, aunque no me han quedado muchas ganas de repetir viajes…

Esto no es una broma