Un texto encontrado en Internet sobre la filología islandesa

Clasificando la lengua islandesa y el material disponible que he encontrado sobre ella, me he topado con un libro sumamente interesante, que está accesible vía Google Books, pero que «no se puede» copiar. No obstante, demostrando que todo imposible es un reto para pensar un cómo, me he puesto a ello y aquí está el tramo que me apetecía compartir sobre la historia de la filología islandesa.


Fernando Arellano S.J. Historia de la lingüística. Tomo I. Desde los orígenes al siglo XX. Pags 95 y 96.

La filología islandesa

Descubierta hacia mediados del siglo IX por los escandinavos, Islandia fue colonizada primeramente por los noruegos, a los que luego se añadieron elementos suecos y daneses. La isla fue cristianizada hacia el año 1000 y se gobernó a sí misma como estado independiente hasta mediados del siglo XIII, cuando sus sangrientas disensiones la llevaron a someterse al rey de Noruega. Hasta entonces, la autoridad suprema había residido en la Asamblea Legislativa y Tribunal Supremo o Althing (Alzingi, con z interdental).

La literatura islandesa es la más antigua de las literaturas escandinavas. Siendo noruegos los primeros colonizadores de la isla, la lengua islandesa durante mucho tiempo debió ser prácticamente la misma que la noruega. Los primeros monumentos literarios de Islandia se remontan a los siglos X y XI, y se han conservado en manuscritos del siglo XII. Durante varios siglos, la literatura de esta pequeña y lejana isla fue tan rica y variada como cualquiera de las literaturas europeas medievales.

Un desarrollo literario tan intenso suele llevar consigo estudios filológicos de poética, métrica y gramática y tales estudios se dieron también en Islandia. Desde muy temprano, se establecieron en la isla escuelas, como la de Hólar y Skálaholt, en las que se educaron los hijos de las mejores familias y de las que salieron importantes personajes literarios, eclesiásticos y políticos. De la escuela de Skálaholt apenas se saba nada fuera del hecho de que allí se educaron los hijos de muchos jefes. La escuela de Hólar fue fundada por el obispo Jón a principios del siglo XII. Jón trajo del extranjero dos excelentes profesores para su escuela: uno de ellos fue Gísli Finsson, nativo de Gautland (Götland, Suecia), que enseñó gramática latina; el otro, llamado Rikinni, procedente de Francia, enseñó versificación latina y canto gregoriano.

La Edad Menor de Snorri Sturluson (1170-1241)

La figura más importante de toda la antigua literatura escandinava es Snorri, político, historiador, poeta y preceptista literario. Su afición a la poesía le movió a escribir la Edda que lleva su nombre, conocida también como Edda Menor o Edda Prosáica. La obra de Snorri es un manual de enseñanza para los skaldas o poetas. En la segunda parte de la obra, la «Skaldskaparmál» o Diálogo del lenguaje de los skaldas, trata sobre todo de las locuciones que deben usar los poetas y particularmente de las metáforas o kenningar.

La primera Gramática escandinava

Los gramáticos y retóricos de los siglos XI y XII en Europa apenas se preocupagan de otra lengua fuera del latín. Se escriben en esa época muchas gramáticas, pero son gramáticas latinas escritas en latín. Es caso único el del inglés Aelfric, que, en el sieglo X, escribe una Gramática latina en inglés. Más osado fue todavía el anónimo gramático islandés que, hacia mediados del siglo XII, entre 114 y 1180, escribió una obra conocida con el nombre de Primer Tratado Gramatical: una framática islandesa en islandés, en la que se da una importancia notable a la fonética. Ese anónimo gramático, que conocía las lenguas latina, griega, hebrea y el antiguo inglés, inventó una ortografía fonética perfectamente adaptada a la índole del islandés. Por su agudeza en el análisis fonético, no tiene par en la Europa Occidental. Para justificar su reforma de la ortografía, descubre los principios de la descripción fonológica, adelantándose en casi un milenio a su tiempo.

Un sonido, explica el gramático islandés, no tiene realidad distintiva a no ser que sirva para oponer entre sí parejas minimales de expresión, cuyo contexto fónico es el mismo; para verificar la función distintiva de un sonido hace falta que cambie de sentido al ser sustituido por otro. Diríase que adivinó lo que se llamaría en el siglo XX «Commutation test», usado por los fonólogos de Praga y los estructuralistas de Copenhague. Desgraciadamente, sus descubrimientos quedaron relegados al olvido hasta que los sacó a la luz el famoso filólogo danés Rasmus Kristian Rask (1787-1832).

Godos

godos

A pesar de que encuentro esta explicación sobre la etimología de «godo», no puedo dejar de pensar que tiene que tener que ver con GOD y con GOOD.

Gauti, Gautr, Guti, Gothus y Gautas son formas derivadas de la misma raíz protogermánica. El vocablo Gapt se considera generalmente como una corrupción de Gaut.

Gautr es uno de los nombres del dios supremo del panteón nórdico, Odín y cuyo epónimo tiene reflejos ancestrales entre los pueblos germánicos, es el mismo caso de Yngvi y los ingaevones. Varias tribus germánicas reciben su apelativo del mismo nombre, como los gautar (gautas, gutans o godos) y gutes (gotlandeses, habitantes de la isla de Gotland).

Los nombres gautas, godos y gutes están íntimamente relacionados. Gauta es originalmente protogermánico, mientras que godos y gutes proceden del germánico *Gutaniz. Según el lingüista Andersson (1996), *gautoz y *gutaniz son dos formas del ablativo protogermánico que significa «para llevar» (sueco moderno: gjuta, danés moderno: gyde, alemán moderno: giessen, idioma inglés: in-got) para designar las tribus como «portadoras de metal» o «forjadores de hombres».

Una forma alternativa, Gauti, se imputa a uno de los hijos de Odín, fundador de Götaland, el mismo nombre recibe el rey gauta de Västergötland, recurrente en sagas y literatura medieval escandinava, padre de Gautrek.

Parece ser que al menos hace referencia a Odín (¿Quizá «g»od-ín?). Y también que tiene que ver con la palabra «fuerte», de fortaleza. Fuerte y bueno, eso es el dios germánico… un dios que considera que la fuerza y el empleo de la misma es buena. De ahí que «que la fuerza te acompañe» sea algo que no es visto como malo… Ni siquiera se habla del lado oscuro de la fuerza. Es más, hay lado oscuro, pero el otro lado, es la fuerza, simple y llanamente, tal cual: buena.

Por otro lado, el got de get… algo me dice que está cercano: coge lo que quieras, aunque sea (mejor si es) por la fuerza.

La ciencia del amor

Extraído de Wikipedia, con su permiso, corto y pego la biografía de Charles Cros, físico y poeta francés del siglo XIX a quien, entre otros, recuperó el soberbio André Bretón y lo compiló en la divertida Antología de Humor Negro que utilicé este martes pasado en el Taller de Poesía y Escritura Creativa.

Charles Cros (Fabrezan, de octubre de 1842 – París, 4 de julio de 1888) fue un físico, poeta e inventor francés.

Charles CrosInventó la fotografía en color, desarrolló de manera teórica un método para la obtención de fotografías en color, que se basa principalmente en la utilización de una pantalla en la que mecánicamente se depositan finísimas líneas coloreadas de los tres colores fundamentales, y que, colocada delante de una placa fotográfica para filtrar con la pantalla la luz que le llega a la placa, permite obtener la base para producir una imagen fotográfica en color, y, antes que Edison, fue uno de los precursores del fonógrafo, y le dio el nombre de paleófono a su invención.

El 30 de abril de 1877 envió un sobre a la Academia de Ciencias de Paris explicando su nuevo invento. En paralelo, Thomas Alva Edison patentó su primer fonógrafo el 15 de enero de 1878. Aparentemente Edison y Cros no conocían sus trabajos respectivos. Cros, también proveyó mejoras a la tecnología del telégrafo.

Su tumba está en el Cementerio de Montparnasse.

La ciencia del amor, fotografiado del mentado libro, lo dejo en estas páginas para compartirlo con quien desee leerlo.

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Un Oxímoron es un Oxímoron

A pesar de que mi diccionario (el instalado en este maravilloso Linux que utilizo) no reconoce la palabra, de un tiempo a esta parte vengo observando que se dice con más frecuencia que antaño. Y no deja de sorprenderme, ya que es una palabreja que se las trae.

Ayer me encontré usándola para referirme a una entrada en el muro de una red social de una amiga que decía algo sobre las «falsas amistades«, a lo que contesté que se trataba de un «oxímoron», pues falsas y amistades no eran palabras que debieran ir juntas, sino directamente, una contradicción. Tentado estuve de usar esta otra palabra que me ha llevado, incluso, a pertrechar una acción de cara a un vídeo que hubo de sufrir mi amiga Aída.

Pero lo más divertido, es que, según wikipedia, un oxímoron es un oxímoron, en una definición etimológica de lo más sugerente, para quien resulten sugerentes los juegos de la recursividad, como es mi caso.

El término oxímoron es una palabra compuesta, un helenismo (neologismo) introducido en el siglo XVIII que une los lexemas ???? (oxýs: ‘agudo, punzante’) y ????? (morós: ‘fofo, romo, tonto’). Por tanto, él mismo es un oxímoron.

Según la RAE:

oxímoron. (Del gr. ????????). 1. m. Ret. Combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto, que originan un nuevo sentido; p. ej., un silencio atronador.

Historia de los Eslavos Polabos

Una traducción de la historia de los Eslavos Polabos, de inglés a español, que he agregado a Wikipedia, intentando contribuir de alguna manera a su distribución. Es tan útil saber esto…

Los eslavos Polabos sustituyen a las tribus germánicas que habían emigrado de los siglos I al VI durante la era de las grandes migraciones. Su área de asentamiento permaneció bastante estable a lo largo del siglo VIII.

Carlomagno contrató a los obroditas como aliados en su campaña contra los sajones rebeldes de Holstein. Muchas de las tribus eslavas se convirtieron en dependencias del Imperio carolingio y los francos crearon la Marca Sorbia para defenderse contra los sorbios. Einhard en «Vita Karoli Magni» describe una expedición al territorio eslavo dirigido por el propio Carlomagno, en el 798.

Campañas alemanas contra los eslavos comenzaron en serio durante la dinastía Otónida. Henry the Fowler atacó a los eslavos en varias campañas con su caballería. Durante los reinados de Enrique (Henry) y su hijo Otón I, se establecieron varias marcas para proteger las adquisiciones del este. Tras la muerte de Gero en el año 965, la Marca Geronis se dividió en la Marca del Norte, la Marcha de Lusacia, y la Marca de Turingia, esta última dividida en las de Zeitz, Merseburg, y Meissen.

Obispados como Magdeburgo, Brandemburgo y Havelberg se crearon para apoyar la conversión de los eslavos al cristianismo. Después de la derrota de Otón II en la batalla de Stilo en el año 982, los paganos eslavos se rebelaron contra los alemanes al año siguiente, y destruyeron los obispados de Havelberg y Brandenburgo.

Algunos eslavos avanzaron sobre el Elba en territorio sajón, pero se retiraron cuando el duque cristiano de Polonia Mieszko I, los atacó desde el este. El Sacro Imperio Romano sólo conservó el control nominal sobre los territorios eslavos entre el Elba y el Oder. A pesar de los esfuerzos de los misioneros cristianos, la mayoría de los polabos vieron a Jesús como un «dios alemán» y permaneció pagana.

El príncipe obrodita Udo y su hijo Gottschalk expandieron su reino mediante la unificación de las tribus obroditas y conquistando algunas tribus Liutizi en el siglo XI. Alentaron a los establecimientos de los obispados de apoyo a la actividad misionera cristiana. Sin embargo, una revuelta en 1066 condujo a la muerte de Gottschalk y su sustitución por el pagano Kruto de Wagria. Henry, hijo de Gottschalk, finalmente asesinó a Kruto en 1093. De 1140 a 1143 los nobles Holsatian avanzaron hacia Wagria para establecerse permanentemente en las tierras paganas Wagri. El Conde Adolfo II de Holstein y Enrique de Badewide tomaron el control de los asentamientos polabos en Liubice y Racisburg.

Impresionados por el éxito de la Primera Cruzada, los sajones comenzaron a llamar a una cruzada en contra de sus vecinos eslavos. La Cruzada Wendish (Wendos era una forma de llamar a los eslavos occidentales) de 1147, coincidiendo con la Segunda Cruzada, que resultó ser un fracaso, lo que resulta en devastación de las tierras Liutizi y conduce a bautismos forzados. La campaña, sin embargo, aseguró el control sajón de Wagria y Polabia. Los obroditas quedaron, en gran medida, en paz con los sajones durante la siguiente década, aunque los piratas eslavos invadieron Dinamarca.

A partir de finales de la década de 1150, el rey Valdemar el Grande de Dinamarca solicitó la ayuda del duque Enrique el León de Sajonia contra los eslavos; su cooperación llevó a la muerte del príncipe obrodita, Niklot, en 1160. Los dos señores cristianos distribuyen gran parte del territorio conquistado entre sus vasallos. Cuando el hijo exiliado de Niklot, Pribislav, planeaba una rebelión obrodita, la pareja tomó represalias al ocupar Demmin y alejar a los aliados de Pribislav. Después de conquistar Wagria y Polabia durante la década de 1140, los nobles sajones intentaron expulsar a los eslavos nativos y reemplazarlos con sajones colonos flamencos.

La revuelta de 1164 obrodita conducida por Pribislav, el hijo de Niklot, convenció a Enrique el León de que el mantenimiento de los eslavos como aliados sería menos problemático. El duque devolvió el poder a Pribislav, conveertido al cristianismo, como Príncipe de Mecklenburg, Kessin y Rostock, y un vasallo de los sajones.

Las tácticas y armamento fueron decisivas en las campañas de Dinamarca contra los eslavos orientales polabos: Los daneses utilizaron flotas costeras rápidas y fluviales provistas de redes, tácticas similares a las de los vikingos. A pesar de que carecían de experiencia en el asedio, los daneses eran capaces de paralizar las regiones eslavas mediante la quema de cultivos y los suburbios sin muros. Los contraataques eslavos fueron rechazados por ballestas y arcos largos de Noruega. Los daneses ocuparon Rugia en 1168, la conquista de la fortaleza de Rani Arkona. Similar a la restitución de Henry de Pribislav como vasallo sajón, Valdemar permitió al príncipe Rani Jaromar gobernar como vasallo danés cristiano.

Después de que Valdemar se negase a compartir Rugia con Henry, el duque de Sajonia solicitó la ayuda de la confederación obrodita con los Liutizi contra los daneses; Valdemar puso fin al conflicto mediante el pago de una cantidad a Henry en 1171.

Alarmado por la expansión del poder de Enrique el León, el emperador Federico Barbarroja depuso al duque de Sajonia y redistribuyó sus tierras en 1180/81. La retirada del apoyo sajón dejó Liutizi y a sus partidarios de Pomerania vulnerables a la flota danesa. Una flota eslava intentó recuperar Rugia, pero fue aplastada en la Bahía de Greifswald el 19 de mayo 1184.

Monjes daneses se encargaron de la actividad misionera en las abadías de Pomerania y el Príncipe Bogislaw I se rindió al rey Canuto VI en 1185 para convertirse en vasallo del rey danés. Pribislav, un príncipe cristiano de la Hevelli, legó sus tierras al sajón Alberto el Oso después de su muerte, lo que condujo a la creación del Margraviato de Brandenburgo.

Los sorbios de Lusacia permanecieron independientes en gran medida. Ellos fueron sometidos temporalmente por Carlomagno pero, después de su muerte, los vínculos con los francos estaban rotos. En una serie de sangrientas guerras entre 929 y 963 sus tierras fueron conquistadas por el rey Enrique I el Pajarero y su hijo Otón el Grande y se incorporaron al Reino de Alemania. En el siglo XIV, la mayoría de los eslavos que vivían allí habían sido germanizados y asimilados. Sin embargo, los sorbios, los descendientes de la Milceni y Lusici, han conservado su identidad dentro de Lusacia, una región dividida entre los estados alemanes de Brandemburgo y Sajonia.

Endodoncia

jack-huston-candidato-frankensteinAcabo de llegar de que me hagan una endodoncia tal y como se supone que tienen que hacerme para tratar mi dentadura. Siento un no sentir muy extraño: cuando bebo agua, es parecido, supongo, a la experiencia que debe tener el personaje de BoardWalk Empire, Richard Harrow, que aparece a la derecha. La parte izquierda de mi boca no existe. No se mueve acorde al resto. Aunque, bien mirado, sí, si se mueve, pero el movimiento no me reporta información a un cerebro que parece inconsciente del mismo.

Advertí al dentista de mi fragilidad, de mi poca valentía, de mi extremada sensibilidad del dolor, hasta resultar casi ridículo. Me caían pequeñas lágrimas que, en parte, me avergonzaban y me han llevado a pensar en cosas curiosas. Hoy acompañaba al doctor, un joven atractivo de unos 35 años de edad, alto, de complexión delgada, pero firme, una ayudante, doctora que no trabajaba allí, por lo que supe durante sus conversaciones mientras me ignoraban bajo sus brazos, de piel clara, nariz pequeña y puntiaguda, unos dientes perfectos asomando entre unos labios de una carnosidad insinuante (¿acaso podía ser diferente la carnosidad?).

Me resultaba curioso, repito, creer que no me estaba comportando como un héroe, cosa que sé que no persigo, y que, de algún modo, esto me hacía sentir cierto embarazo. Y con esto de los héroes, he recordado una conversación epistolar que estoy leyendo entre Paul Auster y John M. Coetzee.

Ellos hablan (y están de acuerdo) sobre el deporte y la visión heroica de los deportistas, como héroes que transitan entre los estados (digamos kierkegaardianos) éticos y estéticos. Distinguen, al menos lo pretendía hacer Auster, algo más organizado mentalmente, entre los que tienen relación pasiva (espectadores) y los que tienen relación activa (deportistas) con el deporte en cuestión. También quería hacer una clasificación entre los deportes de equipo y los individuales. Coetzee, por su parte, habla del Ajedrez, trayéndolo a colación de competición y obsesión.

Sin desmerecer este despropósito de incluir el ajedrez entre los llamados deportes, en todos ellos hay una búsqueda, más o menos sublimada, de ganar a otro. Para mí, los deportes no son ni más ni menos que sublimaciones de la competencia intraespecífica de la que hablaba Konrad Lorenz.

He buscado textos sobre el tema y me encuentro este interesante titulado Los Ocho Pecados Mortales escrito en 1972.

Konrad Lorenz nació en 1903 y murió en 1989. Naturalista y zoólogo, es el fundador de la etología, la ciencia del comportamiento, tanto el animal como el humano.

El lugar de su nacimiento es Viena. Se doctoró en medicina y zoología en 1933 en esta Universidad. Llegó a ser muy conocido por sus esfuerzos para identificar lo que él llamaba patrones establecidos de conducta, de los cuales demostró que estaban genéticamente determinados. Estableció, además, que dichos patrones eran tan importantes para la supervivencia del animal como sus características fisiológicas, y que ambos factores tenían un desarrollo evolutivo similar.

Uno de sus más conocidos y difundidos logros es el haber descubierto que los estímulos auditivos y visuales de los progenitores de un animal son necesarios para inducir a la cría a seguirlos, pero que cualquier objeto, incluido un ser humano, podía inducir la misma respuesta si se empleaban los mismos estímulos.

En su obra Sobre la agresión (1963), Lorentz demostró que el origen genético de la agresividad humana provenía del comportamiento observado en muchos animales cuando éstos defienden su territorio. Aunque la tesis era científicamente inatacable y hasta llegó a difundirse bastante masivamente, generó duras reacciones por parte de quienes siguieron – y siguen – aferrados a las doctrinas «políticamente correctas» que imponen los grandes centros académicos. .

Así, Lorenz terminó clasificado como incómodo «revolucionario» y la tendencia actual es a tratar de ignorar su obra. Sin embargo, difícilmente eso sea del todo posible. En primer lugar porque es demasiado extensa y, en segundo término, porque el rigor científico que lo caracterizó durante toda la vida lo ubica mucho más allá de las controversias intreresadas y mezquinas.

Sus obras principales son «Hablaba con las bestias, los peces y los pájaros» (1949), «Cuando el hombre encontró al perro» (1950), «Evolución y modificación de la conducta (1965)», «La otra cara del espejo (1973)» y «Los ocho pecados mortales de la humanidad civilizada» (1973) que aquí ofrecemos.

En 1973 Lorenz recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina conjuntamente con Nikolaas Tinbergen y Karl von Frisch por sus trabajos en el campo de la etología.

Pero más divertido ha sido encontrar sus textos comentados en la web del Opus Dei, con unas críticas finales que dan ciertos escalofríos porque uno se imagina, fácilmente, a unos señores quemando los libros de este autor, entre otros tantos dogmática o doctrinalmente indeseables:

VALORACIÓN DOCTRINAL (Según el Opus Dei)

La obra de LORENZ parte de bases falsas, pues su método de investigación se basa en el estudio del comportamiento animal —en el que el autor es ciertamente un experto— y en la extrapolación sistemática al hombre de los resultados de dicho estudio. Por lo tanto, se afirma el carácter determinante de los instintos sobre la conducta humana —al igual que sobre la animal—, y se desconoce por completo el papel que en el hombre tienen el entendimiento y la voluntad: aunque LORENZ afirme que reconoce el valor de la libertad, y que éste no resulta negado por su teoría (pp. 255-256), en la práctica se desnaturaliza por completo su significado. Nos encontramos, en conclusión, ante una obra claramente desaconsejable.

Orwell VS Huxley – La explicación de por qué nadie hace nada

(Aunque nadie debería ser considerado un sujeto de la primera persona del plural y no de la tercera del singular)

Publicado en agosto 30, 2013 en pedacicosarquitectonicos

Aquí va una breve explicación de por qué a pesar de que cada vez el mundo va peor, la mayor parte de la sociedad no hace absolutamente nada por evitarlo. Puede que después de todo, haga mucho tiempo que vivimos en una distopía…

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Lógica, brazo armado de la razón

logicala que produce monstruos
y la que los aniquila
de un razonamiento
con una duda
con una falsación
con un violento
bofetón de raciocinio
de sentido
semánticamente
lleno

lógica. (Del lat. log?ca, y este del gr. ??????). 1. f. Ciencia que establece las leyes, modos y formas del conocimiento racional. 2. f. Tratado de esta ciencia. Escribió una lógica que fue muy comentada. ~ borrosa, o ~ difusa. 1. f. La que admite una cierta incertidumbre entre la verdad o falsedad de sus proposiciones, a semejanza del raciocinio humano. ~ formal, o ~ matemática. 1. f. La que opera utilizando un lenguaje simbólico artificial y haciendo abstracción de los contenidos. ~ natural. 1. f. Disposición natural para discurrir con acierto sin el
auxilio de la ciencia. ~ parda. 1. f. coloq. gramática parda.

brazo. (Del lat. brach?um, y este del gr. ???????). 1. m. Miembro del cuerpo, que comprende desde el hombro a la extremidad de la mano. 2. m. Parte de este miembro desde el hombro hasta el codo. 3. m. Cada una de las patas delanteras de los cuadrúpedos. 4. m. Cada uno de los dos apoyos que salen desde la mitad del respaldo del sillón hacia adelante y sirven para que descanse o afirme los brazos quien está sentado en él. 5. m. En una araña u otro aparato de iluminación, candelero que sale del cuerpo central y sirve para sostener las luces. 6. m. En la balanza, cada una de las dos mitades de la barra horizontal, de cuyos extremos cuelgan o en los cuales se apoyan los platillos. 7. m. Pértiga articulada de una grúa. 8. m. Rama de árbol. 9. m. En una cruz, mitad de cada palo, especialmente del horizontal. 10. m. Valor, esfuerzo, poder. Nada resiste a su brazo. 11. m. Parte de una colectividad encargada de una función determinada. Brazo político. 12. m. Mar. Cada una de las partes del ancla que terminan en uña. 13. m. Mec. Cada una de las distancias del punto de apoyo de la palanca a los puntos de acción de la potencia y la resistencia. 14. m. Cuba. auricular (? del aparato telefónico). 15. m. Méx. Pan suave, alargado y relleno de mermelada. 16. m. pl. Protectores, valedores. Valerse de buenos brazos. 17. m. pl. peones (? jornaleros). ~ armado. 1. m. Grupo organizado para el uso de las armas. ~ de Dios. 1. m. Poder y grandeza de Dios. ~ de gitano. 1. m. Pastel formado por una capa delgada de bizcocho, con crema o dulce de fruta por encima que se arrolla en forma de cilindro. ~ de la nobleza. 1. m. Estado o cuerpo de la nobleza, que representaban sus diputados en las Cortes. ~ del reino. 1. m. Cada una de las distintas clases que representaban al reino junto en Cortes. ~ de mar. 1. m. Canal ancho y largo del mar, que entra tierra adentro. ~ derecho. 1. m. Persona subordinada y de la máxima confianza de otra, con la que colabora eficazmente. U. m. en la fr. ser el brazo derecho. ~ de río. 1. m. Parte del río que, separándose de él, corre independientemente hasta reunirse de nuevo con el cauce principal o desembocar en el mar. ~ eclesiástico. 1. m. Estado o cuerpo de los diputados que representaban la voz del clero en las Cortes o juntas del reino. ~ real, ~ secular, o ~ seglar. 1. m. En el antiguo derecho, tribunales ordinarios de justicia. abiertos los ~s. 1. loc. adv. con los brazos abiertos. a ~. 1. loc. adv. De forma manual, sin máquinas. a ~ partido. 1. loc. adv. Con los brazos solos, sin usar de armas. 2. loc. adv. A viva fuerza, de poder a poder. andar a los ~s con alguien. 1. loc. verb. venir a las manos. arrancar alguien el ~ a algo. 1. loc. verb. Cuba. Aceptar una proposición ventajosa. 2. loc. verb. Cuba. Aprovechar la oportunidad de adquirir, lograr u obtener algo. ~ a ~. 1. loc. adv. Cuerpo a cuerpo y con iguales armas. ~ por ~. 1. loc. adv. ant. brazo a brazo. caérsele a alguien los ~s. 1. loc. verb. Méx. desalentarse. con los ~s abiertos. 1. loc. adv. Dicho especialmente de recibir, admitir o acoger: Con agrado y complacencia. con los ~s cruzados. 1. loc. adj. Ocioso, inactivo. No sabe estar con los brazos cruzados. 2. loc. adj. Impasible, sin hacer nada para evitar algo. Contemplan con los brazos cruzados el atropello de sus derechos. cruzarse alguien de ~s. 1. loc. verb. Cruzar los brazos. 2. loc. verb. Quedarse ocioso. 3. loc. verb. No hacer nada para evitar algo. dar alguien su ~ a torcer. 1. loc. verb. Rendirse, desistir de su dictamen o propósito. U. m. con neg. dar el ~ a alguien. 1. loc. verb. dar la mano (? amparar). 2. loc. verb. coloq. Ofrecérselo para que se apoye en él. dar los ~s a alguien. 1. loc. verb. coloq. Abrazarlo. dar un ~ por algo. 1. loc. verb. coloq. dar una mano por algo. de ~s cruzados. 1. loc. adj. con los brazos cruzados. del ~. 1. loc. adv. Con el brazo asido al de otra persona. echarse en ~s de alguien. 1. loc. verb. ponerse en manos de alguien. en ~s. 1. loc. adv. Sostenido sobre un brazo o sobre ambos. Lleva a su hijo en brazos. en ~s de. 1. loc. prepos. Rodeado por los brazos de alguien. Dormía en brazos de su amado. 2. loc. prepos. En relación amorosa con alguien. Encontró la felicidad en brazos de Arturo. U. t. en sent. fig. entregar al ~ secular algo. 1. loc. verb. Dicho de la autoridad eclesiástica: Confiar a la autoridad civil la ejecución de las penas impuestas por sus tribunales. 2. loc. verb. coloq. Entregarlo a alguien que lo va a liquidar. entregarse en ~s de alguien. 1. loc. verb. ponerse en manos de alguien. hecho un ~ de mar. 1. loc. adj. coloq. Dicho de una persona: Ataviada con mucho lujo y lucimiento. Viene, está hecha un brazo de mar. ponerse en ~s de alguien. 1. loc. verb. ponerse en manos de alguien. quedar a alguien el ~ sabroso. 1. loc. verb. desus. Estar contento y ufano de alguna acción propia y con deseo de reiterarla. quedar el ~ sano a alguien. 1. loc. verb. Tener caudal de reserva después de haber hecho grandes gastos. soltar los ~s. 1. loc. verb. Dejarlos caer como miembros muertos. tener ~. 1. loc. verb. coloq. Tener mucha robustez y fuerza. venir a ~s con alguien. 1. loc. verb. venir a las manos. vivir por su ~, o sus ~s. 1. locs. verbs. coloqs. vivir de sus manos. V. ama de brazos huelga de brazos caídos madrina de brazos.

armado, da. (Del part. de armar). 1. adj. Provisto de armas. 2. adj. Provisto de un instrumento o utensilio. El jardinero apareció armado con la podadera. 3. adj. Que se desarrolla con la utilización de las armas. Insurrección armada. 4. adj. Dicho del cemento o del hormigón: Reforzado con barras metálicas. 5. m. Arg., Bol. y Par. Pez de agua dulce, de hasta 70 cm de longitud, con aletas dorsal y pectorales muy robustas, cuerpo oscuro desprovisto de escamas y carne comestible. 6. m. desus. Hombre vestido como los antiguos soldados romanos, que suele acompañar los pasos de las procesiones y dar guardia a los monumentos de Semana Santa.

razón. (Del lat. rat?o, -?nis). 1. f. Facultad de discurrir. 2. f. Acto de discurrir el entendimiento. 3. f. Palabras o frases con que se expresa el discurso. 4. f. Argumento o demostración que se aduce en apoyo de algo. 5. f. motivo (? causa). 6. f. Orden y método en algo. 7. f. Justicia, rectitud en las operaciones, o derecho para ejecutarlas. 8. f. Equidad en las compras y ventas. Ponerse en la razón. 9. f. Cuenta, relación, cómputo. Cuenta y razón. A razón de tanto. 10. f. coloq. Recado, mensaje, aviso. 11. f. Mat. Cociente de dos números o, en general, de dos cantidades comparables entre sí. ~ aritmética. 1. f. Mat. Diferencia constante entre dos términos consecutivos de una progresión aritmética. ~ armónica. 1. f. Mat. La razón doble que vale -1; p. ej., (8, 12, 9, 6) = -1. ~ de cartapacio. 1. f. coloq. razón que se da estudiada y de memoria sin venir al caso. ~ de Estado. 1. f. Política y regla con que se dirige y gobierna lo perteneciente al interés y utilidad de la república. 2. f. Consideración de interés superior que se invoca en un Estado para hacer algo contrario a la ley o al derecho. 3. f. Miramiento, consideración que nos mueve a portarnos de cierto modo en la sociedad civil, por lo que podrán juzgar o pensar quienes lo sepan. ~ doble de cuatro números. 1. f. Mat. Cociente de las razones simples formadas por cada uno de los dos primeros y los otros dos; p. ej., (8, 6, 4, 3) = (8, 4, 3) / (6, 4, 3) = 6/5. ~ geométrica. 1. f. Mat. Cociente constante entre dos términos consecutivos de una progresión geométrica. ~ natural. 1. f. Potencia discursiva del hombre, desnuda de todo matiz científico que la ilustre. ~ por cociente. 1. f. Mat. razón geométrica. ~ por diferencia. 1. f. Mat. razón aritmética. ~ simple de tres números. 1. f. Mat. Cociente de las diferencias entre el primero y cada uno de los otros dos; p. ej., (6, 4, 3) = (6-4) / (6-3) = 2/3. ~ social. 1. f. Com. Nombre y firma por los cuales es conocida una compañía mercantil de forma colectiva, comanditaria o anónima. ~ trigonométrica. 1. f. Mat. Relación entre los lados de un triángulo rectángulo; como el seno, el coseno, la secante y la tangente. alcanzar de razones a alguien. 1. loc. verb. Concluirle en la disputa, dejarle sin que tenga qué responder o replicar. a ~ de. 1. loc. prepos. Indica la correspondencia de la cantidad que se expresa a cada una de las partes de que se trata. A razón de tres por cabeza. U. en las imposiciones de censos y dinero a intereses. A razón de diez por ciento. asistir la ~ a alguien. 1. loc. verb. Tenerla de su parte. atender alguien a razones. 1. loc. verb. Quedar convencido por los argumentos que se le presentan. atravesar razones. 1. loc. verb. tener palabras. cargarse alguien de ~. 1. loc. verb. Tener mucha paciencia para proceder después con más fundamento. dar alguien ~ de sí, o de su persona. 1. locs. verbs. Corresponder a lo que se le ha encargado o confiado, ejecutándolo exactamente. dar la ~ a alguien. 1. loc. verb. Concederle lo que dice, confesarle que obra racionalmente. dar ~. 1. loc. verb. noticiar. en ~ a, o en ~ de. 1. locs. prepos. Con arreglo a, en función de. Se riegan las plantas en razón de la humedad del ambiente. 2. locs. prepos. Por causa de. Había grandes medidas de seguridad en razón de la amenaza terrorista. 3. locs. prepos. En lo relativo a, por lo que toca a. Tanto en razón del fondo como de la forma. entrar alguien en ~. 1. loc. verb. Darse cuenta de lo que es razonable. envolver a alguien en razones. 1. loc. verb. Confundirle de modo que no sepa responder sobre alguna materia. estar a ~, o a razones. 1. locs. verbs. Raciocinar, discurrir o platicar sobre un punto. fuera de ~. 1. loc. adv. Sin justificación. hacer alguien la ~. 1. loc. verb. Corresponder a un brindis con otro brindis. llenarse alguien de ~. 1. loc. verb. cargarse de razón. meter a alguien en ~. 1. loc. verb. Obligarle a obrar razonablemente. no atender alguien a razones. 1. loc. verb. No quedar convencido por los argumentos que se le presentan. perder alguien la ~. 1. loc. verb. Volverse loco. 2. loc. verb. Hacer o decir algo por lo que perjudica su causa o su derecho. poner en ~. 1. loc. verb. Apaciguar a quienes contienden o altercan. 2. loc. verb. Corregir a alguien con el castigo o la aspereza. ponerse alguien a razones con otra persona. 1. loc. verb. Altercar con ella u oponérsele en lo que dice. ponerse en ~, o en la ~. 1. locs. verbs. En los ajustes y conciertos, venir a términos equitativos. privarse alguien de ~. 1. loc. verb. Tener embargado el uso y ejercicio de ella por una pasión violenta o por otro motivo, especialmente la embriaguez. reducirse alguien a la ~. 1. loc. verb. darse a buenas. ser ~ algo. 1. loc. verb. Ser justo, razonable. ¿No es razón que llore su desamparo? tener ~. 1. loc. verb. Estar en lo cierto. tomar ~, o la ~. 1. locs. verbs. Asentar una partida en cuenta o hacer constar en un registro lo que en él debe copiarse, inscribirse o anotarse.

El exceso de precisión en el lenguaje engendra monstruos

Es algo que siento que a veces me pasa.

Paso segundos en mi cerebro solipsista construyendo la frase perfecta, precisa, exacta, olvidándome del hecho de que en la naturaleza todo son aproximaciones. Ni siquiera existe la cosa, su frontera es ficción, no tiene límite definido ni un simple y vulgar pedazo de madera, ni de un menos poroso metal.

Me convierte en monstruo, un loco corrector ortográfico, gramatical y semántico, una especie de compilador informático de lenguaje natural, como si fuese posible…

Me pasa, sí,
simplemente
me pasa.

Fanático

Texto extraído de la web dechile.net dedicada a la etimología. Tal como sospechaba, fanático es inherente a templo, es decir, que la religión cristiana lo lleva en la raíz de su funcionamiento. Y otras religiones también, claro. Si se erradicaran, se acabaría con muchos fanum-áticos. Pero no con todos.

La palabra fanático viene del latín fanaticus, un derivado de fanum. El vocablo fanum, significa santuario o templo, y desde tiempos antiguos los romanos lo relacionaban con el verbo for, fari (hablar solemne y públicamente), y con la palabra fatum, pues parece que un fanum era un lugar sagrado por consagración o designación oracular, aunque esta etimología presenta ciertas dudas. Algunos indoeuropeístas sostienen que la palabra latina fanum contiene la misma raíz indoeuropea*dhēs– vinculada a conceptos religiosos que dio lugar en griego a la palabra θεός ("theos", dios).

El vocablo fanaticus designaba primero a un servidor de un templo o fanum, especialmente a los porteros o vigilantes nocturnos que velaban con gran celo por el santuario. Poco a poco el vocablo fue designando al adepto exclusivo de un templo, santuario o divinidad, situación poco corriente en principio para los romanos.

En efecto, en el mundo clásico, especialmente el romano, lo normal era el sincretismo y libre adopción de diversos cultos. Aparte de una religión tradicional cívica que constaba de diversos dioses, y en que cualquiera podía participar del culto de uno u otro, en el mundo de la antigüedad era gesto propio de la ley universal de la hospitalidad, participar de los cultos de todo aquel extranjero cuya tierra se visitaba, o de todo aquel pueblo que se incorporaba a otro. En ese sentido, los romanos construían templos en Roma o donde fuera, a todos los dioses de los pueblos incorporados (Isis, dioses orientales, dioses celtibéricos, etc.), juntamente con los suyos. Había sin embargo algún pueblo que consideraba un insulto que otros participaran en sus cultos, o les construyeran templos en otro lugar, o que en su tierra se edificaran templos a otros cultos (caso exclusivo del judaísmo). También se desarrollaron cultos mistéricos, para cuya práctica era necesario iniciarse y los cultores no admitían libremente a quienes no estuvieran iniciados y admitidos por un rito de ingreso. Algunas personas se iniciaban en varios y participaban en ellos, o cambiaban de uno a otro. Pero en ellos se desarrolló una cierta tendencia a ser cultor exclusivo de ese culto o ese dios solamente: es eso lo que designó la palabra fanaticus.

De hecho en el Imperio Romano la religión era absolutamente libre, y el único acto obligatorio de culto para todo ciudadano romano era un rito anual de culto al Estado y al emperador, realizado en los templos llamados capitolios, consistente en hacer una genuflexión ante la estatua imperial y paralelamente pagar el impuesto anual a la hacienda pública, según el porcentaje que correspondiera a cada cual con arreglo a su riqueza (la capitación), obligación cívica que los romanos refrendaban con una sanción religiosa (en eso consistía el llamado "culto imperial"). Si uno cumplía con ese rito podía después practicar el culto que deseara, todos, varios o ninguno. Y era frecuente practicar diversos cultos, tanto privados como públicos. Lo más raro era el cultor exclusivista o fanaticus.

Después, a partir de fanum, en el S. I a.C. se desarrolla un verbo fanor, fanari, con el significado de estar poseso por un fervor divino, delirante y frenético, que genera un nuevo sentido para fanaticus (delirante, lleno de furor religioso, frenético), que seguramente pudo sufrir también un influjo del φἀνος y φαινω griego, es decir, una especie de iluminado y exaltado religioso, que es el que acaba de dar su sentido completo a nuestra palabra "fanático".

Esto no es una broma