Hay tantas cosas que uno nunca sabe si lo que hace merece la pena

A veces tambaleo porque encuentro que lo que voy a hacer ya está hecho.
A veces me encuentro con que lo inventado no es preciso.
A veces el desánimo llora por las paredes de mi mente
y me recomienda buscar otros caminos.

La semana pasada encontré una clasificación filogenética de las lenguas del mundo en Wikipedia. También un catálogo por escrito con más de 6000 lenguas en Ethnologue. En esta web, un sinfín de referencias a muchas otras cosas de este tipo de clasificaciones. También conocía el esfuerzo que realizan en Proel y, además, en español (como en la wikipedia, muy bien traducida, por cierto) de donde ya había obtenido información para la rueda que estaba inventando. He conocido la codificación que realizan en SIL. Me cabrea un poco que muchos de estos avances etnológicos hayan sido realizados con fines evangelizadores, como en el caso de SIL o Proel, traduciendo la biblia a los distintos idiomas, pero bueno, es algo que hay que entender como históricamente explicable.

Por hallar curiosidades, hasta me he encontrado con una colección de números del 1 al 10 en más de 5000 lenguas. Es divertido encontrar las siete diferencias. Y, además, listados de alfabetos que nunca he sabido si yo quería plasmarlos en mi proyecto POFLM.

Y mi pregunta es:

¿Merece la pena que haga un trabajo, que hasta he supuesto que podría financiarse, si ya hay otros trabajos similares y diversos, algunos de los cuales seguro que son de mayor calidad y completitud que el que yo pueda nunca abordar?

¿Qué aporto que no exista en estos proyectos? Quizá incluso exista y ya esté hecho y yo no lo sepa.

Lo más importante, para mí, es que me gustaría sistematizar la información que hay de cada lengua, algo parecido a lo que se pretende con la plantilla de Modelo de Idioma. Pero también está hecho. ¡Maldición, maldición y cien veces maldición!

Estoy tratando de encontrar una razón para hacer algo que, en realidad, solo quiero hacer para mi disfrute personal. Es un tanto absurdo, lo sé, pero no puedo evitar querer buscarle una razón, digamos, social que justifique la inversión de tiempo y trabajo que estoy a punto de retomar.

Quizá, mi objetivo no debería perderlo que es el de darle un formato más flexible que los que he encontrado hasta ahora. He de reconocer que el de Wikipedia está bastante bien. Para poder en un futuro trazar mapas dinámicos con los idiomas desplazándose, pero entonces tengo que almacenar una información que no sé muy buen como guardarla.

Hummmm… ¿empiezo a hacer esto o sigo buscando excusas para no hacerlo?

Al fin una aplicación que me permite aplicarme en lenguas

Desde hace varios años (ya harán cinco, por lo menos) que el tema de crear una organización cómoda para la filiación de las familias lingüísticas me parece interesante y algo que deseo hacer.

Esta es la principal motivación para la creación: el deseo. También lo podíamos llamar intención, aunque intención estaría más relacionado con la forma deseada de continente del contenido deseado. El deseo es el germen, el leit motiv, lo primordial para comenzar algo.

No estamos hablando de procreación pero no puedo imaginar la supervivencia de la especie sin el deseo sexual. Pero para eso ya tenemos a Freud y sus teorías.

Lo primero fue la curiosidad: ¿Cuál era el origen del euskera? Así como existían teorías para decir que el castellano procede, más o menos directa o indirectamente, del latín, no hay una respuesta a esa pregunta y es algo que me picaba la curiosidad. Me gusta esta expresión que, gráficamente, refleja muy bien esa sensación de desazón que implica que hay que rascarse aunque no sirva para nada.

Y eso empecé a hacer: me planteé buscar una estructura filogenética de todas las lenguas que hay (y ha habido) en el mundo. Ahí es nada. Por supuesto, no se trata tanto de demostrar que esa estructura es la correcta, que tal o cual lengua deriva realmente de tal o cual otra. Eso es algo que, con mucho, me desborda, sino que se trata tan solo de organizar la información que existe distribuida en distintas fuentes (en ocasiones muy escasas) para poder presentarla de muy diversas maneras.

El objetivo a largo plazo sería poder presentar un mapa dinámico que mostrase la evolución de las lenguas sobre el planeta a lo largo del tiempo. Sé que es imposible, pero es la utopía que me hace mirar al horizonte aunque no pueda alcanzarlo para saber que tengo una dirección en la que encaminar mis pasos.

La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.
Eduardo Galeano

Comencé haciendo un trabajo de recolección de información con el Investigador de Encarta de Microsoft, pero desde hace tres años era un formato que me parecía peligroso por su enorme dependencia de un programa del que no tenía, ni siquiera, una licencia válida.

Después llegó el momento de ponerme a trabajar a tope en el final del proyecto Lejanías y postpuse este proyecto que ahora retomo.

¿Por qué ahora retomo el Proyecto de Organización Filogenética de las Lenguas del Mundo (POFLM)?

Los ficheros que generaba Encarta tenían una extensión ERP y un formato propietario que no podía abrir con ningún otro software, así que cuando me cambié a Ubuntu definitivamente (creo que en mayo del 2010), me encontré con que no podía seguir porque no podía usarlo en Linux. Lo tengo instalado en una máquina virtual con Windows XP para poder abrir aquellos ficheros, pero el investigador dejó de funcionar hace unos meses con una de las últimas actualizaciones de Internet Explorer. Pero ni siquiera me di cuenta. (Ayer tuve que instalar otra máquina virtual para hacerla vivir como en el 2005, con XP, Office 2000, IE 5.5… y algo he logrado, pero no del todo, recuperar de aquellos ficheros en los que invertí un gran número de horas de trabajo).

Yo seguía buscando una aplicación opensource que hiciese algo parecido a lo que me permitía hacer el investigador de encarta, pero no encontraba ninguna. Además, quería y le pedía que fuese ligero, pudiese exportar su resultado en diversos formatos, entre otros, HTML dinámico, XML y, por supuesto, también ODT (para fabricar un subproducto libro disponible online en cuanto tenga un avance significativo).

El viernes pasado, mientras tuneaba mi distribución de Gnome, me encontré casualmente con un programa llamado FreeMind que hacía exactamente lo que deseo. Ya solo tengo que preocuparme por llenar el contenido del árbol filogenético que albergará información de unas 10.000 lenguas.

¿Cuándo lo daré por terminado?

Aún no lo sé. Es algo que me preocupa más bien poco porque lo que verdaderamente me atrae es saber que durante el camino, aprenderé a caminar.

Y si llego a algún lugar en el que quiera aposentarme, espero saber que es arbitrario y que podría haberme detenido en cualquier otro lugar. Así son todos mis proyectos, en el fondo. Y es algo que me gusta y, al mismo tiempo, me agota, haciéndome sentir, en ocasiones, que nunca termino nada y que todo se va acumulando a una vida cada vez más dedicada a trabajar por el placer de hacerlo.

Una traducción larga de un artículo sobre Performance Art

Hoy, leyendo la crónica de performance art (arte de acción, como él siempre insiste en recordar) que realiza desde Oficina de Ideas Libres, Hilario Álvarez, me he encontrado yéndome a un blog del simpático e interesante Lee Wen en el que he leído el artículo siguiente. Lo he leído en inglés y me he decidido a, con mucha paciencia y algo de ayuda del traductor de Google (que no sirve de mucho en lenguajes técnicos, pero algo es algo), traducir el texto íntegro del artículo, lo que puede llevarme más de una hora de trabajo no remunerado… ¡qué divertido!

Esto debe ser eso del amor al arte

El artículo completo en inglés puede ser leído aquí.

Cambios de individualismo

Individuos en sociedad, Sociedad de los individuos

En la última sesión de ‘Future of Imagination 6‘ (FOI6) «Black Market International (BMI) fueron invitados a presentar una performance colectiva en el último día, después de cuatro noches de performances en solitario (1) Empecé a trabajar con BMI en 1999 en un punto de transición en que fue pasando por algunos cambios en el número de sus miembros antes de la actual de 12 artistas. Desde su creación en 1986, BMI había ganado una reputación respetada por constantemente dar destellos sorprendentes de sinergia espontánea en performances colectivas irrepetibles específicas del sitio, basadas en el tiempo . Procedentes de diferentes orígenes y a partir de artistas con trabajos en solitario detrás de cada uno de los miembros , la oportunidad de trabajar juntos en diferentes posibilidades con frecuencia alterna entre el de la colaboración en diálogos productivos y una disputa infértil

Es cierto que no todas las actuaciones funcionaron tan bien como algunas en la larga carrera de BMI. Sin embargo, es difícil determinar dónde está el problema o la razón para el éxito, como todos los 12 de nosotros rara vez estuvimos de acuerdo en cómo o por qué una performance fue buena o mala. Las condiciones del espacio, los materiales, el público, el tiempo, contribuyeron al resultado de cada manifestación y no sólo depende de los artistas.

Pero una cosa que cualquiera que haya visto las actuaciones BMI puede apreciar es cómo algunos de nosotros podemos trabajar o jugar en dúos o tríos o pequeños grupos de cuatro o cinco y al mismo tiempo realizar acciones en solitario. Estas pequeñas oportunidades de encuentros, de alguna manera, son imágenes de cómo los individuos, todos de fuerte carácter, son capaces de bajar la guardia de las intenciones individualistas y llevar a cabo una apertura hacia fuera, hacia otros centros de toma de decisiones en el proceso de iniciativas creativas. Al disolverse también las membranas de la posesión, se corre el riesgo de terminar en luchas internas y disputas de propiedad e incluso, la ruptura de la colaboración.

Lenguaje del individualismo

La aceptación oficial y la representación del arte conceptual y arte de la performance en los museos, bienales o incluso (a pesar de su anterior motivación de desmaterialización de arte) acomodándose en el mercado del arte, no se traduce fácilmente a la aceptación general y la comprensión en la sociedad contemporánea. Los no iniciados en el arte del performance todavía la etiquetan con la noción equivocada de práctica individualista basado en egos tremendos que tienen una conversación privada consigo mismos o que sólo un grupo estoérico puede entender.

La sociedad contemporánea permite una mayor libertad de elección que conduce a un mayor individualismo. Comparativamente en la historia, el comportamiento social tiende a conformar unos valores y normas tradicionales hasta los tiempos modernos. La especialización de la estructura económica, provocada por la industrialización del capitalismo y el trabajo motivado por los beneficios, puede habernos alejado de un trabajo significativo llevándonos a tareas repetitivas y aburridas, al mismo tiempo, nos propele a atenernos a la conducta social imperante en nuestra necesidad con sus tradicionales creencias y costumbres.

La performance es una forma efectiva de representación en nuestro tiempo y sólo pudo haber llegado a ser prominente en nuestra era de exacerbado individualismo. Sin embargo, seguramente no tiene por qué alcanzar los grados donde el egoísmo alcanza el nihilismo y la alienación. Los excesos del egoísmo simple no explicaría cómo las artes escénicas y los profesionales son capaces de trabajar en colaboraciones de diferentes tipos. Durante los últimos 30 años parece que hay también una creciente red internacional de artistas de performance organizando y actuando en diferentes rincones del mundo. A pesar de los contratiempos, debido a cambios económicos o sociales, así como las dificultades personales, debido a las locuras humanas, o las decisiones de una mala gestión, las prácticas de arte de performance continúan aumentando sin cesar.

Muchos artistas han descubierto que trabajar en dúos, tríos o más colaboradores, podría inspirar una dinámica diferente que también proporciona la oportunidad de generar nuevas relaciones, sinergias o gestalt. Y proporciona un chequeo de la realidad en busca de excesos egoístas y relaciones con los otros revierten las tendencias egotistas que pueden desembocar en prácticas en solitario auto indulgentes. La performance puede ser un lenguaje del individualismo, pero no necesita ser egocéntrico o manifestarse sólo como presentaciones en solitario. Al contrario, puede tener mucho que contribuir a la expansión de las interacciones multi-culturales en una sociedad en evolución debido a migraciones y la complejidad creciente de la globalización.

Autenticidad y Audiencias

En las muchas definiciones de performance art, la de razón más común para su existencia insistente y continua relevancia parece abogar por algo «improvisado, imprevisto, sin dirección, sin ensayos» y, por lo tanto, algo que desafía cualquier definición razonable ofrecida. La afirmación de que el arte del performance es la último bastión capaz de expresar la verdad con la originalidad y la autenticidad más próxima a la vida real que el teatro artificial, ofrece una plataforma a prueba de tontos de la libertad, o de diferenciarse de los que muchos que lo intentaron ilusoriamente mediante las payasadas de teatro y de la imitación dramática de la vida.

Los performers, de hecho, son igualmente culpables de participar en manifestaciones teatrales durante el ejercicio de sus acciones. Estén o no mínimamente más cerca de situaciones de la vida real como el de «estética relacional» o «happenings». Por no hablar de las espectaculares imágenes separadas de la vida o exageradas en exceso a lo absurdo, ya ensayado o no, y que cruzan el umbral de lo teatral. Con el tiempo, estos exabruptos también están perdiendo la capacidad de sorprender o conmover al público de hoy. Un público que se ha endurecido y sobre-entretenido por las películas, la televisión o Internet y que está menos dispuestos a suspender la incredulidad y tiene mayores expectativas.

Otra razón para el estado menopáusico de la performance puede ser el resultado de una sospecha cínica general de jugar a «El traje nuevo del emperador», o «el elefante en la sala» con imaginación en lugar de autenticidad objetiva como se pretendía. Eso explica el porqué los medios de comunicación repiten habitualmente su ‘Pero, ¿esto es arte?’, sin aportar nada nuevo en arte conceptual o performance con respecto a lo que se considera que es la percepción de «el hombre de la calle». Al mismo tiempo, las presentaciones en exposiciones, en galerías y festivales también tienen su equipaje de autenticidad contaminada sobre un pedestal o alejada de la vida real.

Sin embargo, estas opiniones son como mirar a los árboles del bosque, a menudo la cuestión de la autenticidad es un flujo de doble vía entre la del actor y el que percibe, más allá de todas las explicaciones teóricas ofrecidas en torno a teatro y performance. El grado de artificio puede ser mínimo en comparación con el teatro convencional, sin embargo, una vez que un artista toma una posición de actuar de una manera que se ve fuera de las expectativas normales, uno no puede dejar de mirarlo como el teatro. Lo que encontramos auténtico en una performance mientras que en otra vemos un drama exagerado, inequívocamente implica una empatía con la acción en cuestión. Para alcanzar una comunicación total, no sólo se requiere un cierto nivel de comprensión en el lenguaje de las artes escénicas, sino también hay una necesidad de confianza en relación al diálogo que se trasluce más allá de la objetividad. Esto no requiere una mistificación o elevar el arte de la performance por encima de los demás medios o formas de arte. Autenticidad ha sido el santo grial de todas las manifestaciones culturales en la historia humana. Lo que cualquier artista de performance o cualquier artista contemporáneo puede reclamar es si su trabajo es relevante para su contemporaneidad y si es lo suficientemente bueno como para merecer nuestra apreciación.

El público de hoy está mejor informado y si, alguna vez, la mitad de la audiencia realmente tiene una tendencia a no seguir una performance y rechazan salir a formar parte de una acción, lo que hace es que confirma la autenticidad de este tipo de audiencia en relación con la sociedad en general. En el educado ‘público de arte’, normalmente, suele haber una fracción principal de la población, de modo que si les gusto y entienden dicha actuación yo sospecho que es un público educado representativa de la población de la sociedad en la realidad. Una vez más la dicotomía entre el público en general a la de una masa de público de entendidos en arte plantea la comparación de la percepción de autenticidad entre un público educado y el público en general variable.

Basada en el tiempo y en el lugar

In performances of collaborations, the time frame somehow changes, as well as the use of space offered for being taken up by two autonomous bodies that have to share the space as well as the divided attention of an audience. Not only in terms of the material, time and space but also one has to consider an individualistic language that may be created on the moment of performance. I for one am still a sucker to the belief in its possibility of spontaneity (although admittedly in skeptical suspicion it is not commonly practiced) and seek out performance art excellence by way of creating opportunities of risking for the sake of the unexpected surfacing of truth and authenticity.7Given the fact of spontaneity for one of the actors wherein almost likens to creating language on the spot or at the moment of presentation. The other one is additionally watching, if not also learning in terms of the other actor also teaching himself the other’s spontaneous language formation.
En accciones colaborativas, el marco temporal, de alguna manera, cambia, así como el uso de los espacios ofrecidos para que dos cuerpos autónomos que tienen que compartir el espacio así como la acción del público. No sólo en términos de material, tiempo y espacio, sino también hay que tener en cuenta un lenguaje individualista, que puede crearse durante la performance. Por mi parte, sigo siendo un iluso en la creencia en la posibilidad de espontaneidad (aunque admitiendo que en una sospecha escéptica que no es una práctica común) y busco la excelencia de la performance a través de crear oportunidades en las que arriesgarse en aras de contextos inesperados auténticos. Asumo que el hecho de tomar la espontaneidad como uno de factores en juego equipara a la creación de lenguaje en el mismo lugar o momento de la performance. El otro está además de mirando, si no también aprendiendo en términos del otro actuante, también enseñándole al otro la formación espontánea del lenguaje.

El tiempo puede ser experimentado de manera diferente en relación con el movimiento y las acciones de un actuante y cambia in situ a otros movimientos y otras acciones en el mismo sitio y el espacio. Por lo tanto, uno también puede especular sobre cómo una performance puede ser experimentada de manera diferente cuando ocurre en un teatro, galería de arte, en el interior, al aire libre, estadios deportivos o en el campo.

Cambios en la colaboración. Concentrado y descentrado.

Después de presentar BMI en el programa del año pasado, es oportuno que Future of Imagination 7 se centre en dúos y tríos como seguimiento. Tradicionalmente, el individualismo puede ser suprimido y dejar de ser tenido como algo demasiado excepcional como se deduce de los idiomas chino común, cuando uno no se recomienda ser «un camello en la pluma de una oveja» o «el clavo que sobresale será bien clavado». Nuestra sociedad celebra la libertad de elección y como si para que la sociedad crezca fuese necesario inculcar en los individuos fuertes mediante interacciones creativas. Con el fin de crecer y dar frutos fértiles, las interacciones de doble o múltiple creando significado social, requerirían reuniones periódicas con el fin de explorar a través de muchas permutaciones posibles de colaboración entre individuos de diferentes cuerpos físicos, género, orientación sexual, temperamento, antecedentes sociales y culturales. No se trata de experimentos en tanto al descubrimiento de diversas posibilidades y manifestaciones de la práctica individualista, sino también de ampliar nuestras necesidades humanas creativas que la pongan la atención en servir a los otros.

En muchas maneras, trabajar en dúos o más está exigiendo un marco diferente de los principios sociales en comparación con la actuación en solitario. Como las interpretaciones sociológicas se ve que una persona puede actuar como individuo en en una única y personal característica, pero teniendo en cuenta la presencia de otro, surge una nueva dinámica en la de un comportamiento recíproco en respuesta a la presencia del otro lo que contribuye al desarrollo de una sociedad mayor. Por lo tanto, la presencia de hecho de dos en la performance en dúo, si uno no deja de lado el punto de vista del público, resultaría en un triángulo en que el intercambio tiene lugar. El asunto del «triángulo» jugó aquí no solo la implicación de los dos o tres performers, sino también la participación del público asistente.

Ver una performance en solitario durante media hora o más de un artista a veces resulta en una acción oscura que puede parecer bastante difícil de entender para según qué público. ¿Cómo vamos a esperar que se entienda ver a dos o tres de ellos a la vez? Alastair MacLennan utiliza el término «des-concentración» para describir cómo los artistas en el BMI dispersan nuestra concentración que abarca lo de fuera pero, simultáneamente, sin perder el foco, extendiéndola así hacia un número de centros humanos que pueden estar trabajando en esa performance. Desde la desconcentración del artista en concierto, gracias a un público atento es, posiblemente, como algunas acciones puedan regresar a la magia en el ritual, el teatro y el anhelo de autenticidad que todos buscamos.

Artículo completo (y notas bibliográficas) en:
http://republicofdaydreams.wordpress.com/2011/11/14/permutations-of-individualism/.

Seguro que la traducción es muy mejorable. No soy traductor y he querido, simplemente, ser lo más fiel (en ocasiones literal) al texto de Lee Wen. Espero que se aprecie el trabajo y quien desee hacerlo mejor, ya sabe dónde puede afrontarlo.

¿Traducir es crear?
Me lo apunto para otra ocasión.

La tilde diacrítica

Está claro que todos cometemos errores, pero cuando son excesivos acaban por agotar.

Habré escrito con alguna falta de ortografía, claro está (que es como está claro, pero al revés), pero cometer más de 20 errores en una página de una novela considerada finalista de un concurso literario es algo que debería ser inconcebible.

Antes que nada, quiero añadir un enlace a una página que aclarará dudas a quienes, como yo en ocasiones, las tenga y le preocupen: Reglas de acentuación de tilde diacrítica.

diacrítico, ca. (Del gr. que distingue). 1. adj. Dicho de un signo ortográfico: Que sirve para dar a una letra o a una palabra algún valor distintivo. El adverbio más lleva acento diacrítico frente a la conjunción mas.

He empezado a leer una novela de un alumno que está en mis talleres de poesía y que escribió mucho antes de incorporarse a mis talleres (sirva esto como descargo personal) y es interesante, algo densa, pero original y sugerente, dan ganas de seguir leyendo y esto, ya de por sí, es todo un mérito.

Pero cada día llevo peor encontrarme con tanta falta de respeto al lenguaje, pero una falta de respeto por ignorancia, por falta de conciencia, por dejadez. Es tolerable (poco) cuando se trata de alguien que no desea reconocerse escritor, pero que un escritor no tenga la curiosidad de saber si lo que ha escrito está correctamente plasmado en el código que desea utilizar es algo que no puedo entender.

No me molesta ni me irrita en absoluto quien desea denunciar la rigidez del código, la innecesaria dictadura de la gramática, quien quiera poner en cuestión la necesidad de unas reglas arbitrarias y consensuadas, porque detrás de ello existe una voluntad de atacar ese consenso social, ese arbitrio de reales academias que se erigen en garantes de una forma de expresión, de un código, que debería ser popular, wikipediado, casi.

Pero en estos casos se aprecia la intención, la voluntad del creador, del escritor, mientras que en otras ocasiones, como la que me ocupa, se ve la falta de voluntad del mismo. Y, para mí, un escritor lo es en base a su voluntad: es lo único que le confiere la condición de tal. Y esa voluntad ha de ser consciente, debe saber valorar el código que utiliza, incluso para destruirlo o atacarlo intencionadamente como muy bien hacen los maravillosos Paul Celan o e.e.cummings, entre otros.

Deseo suponer que el error está (porque también lo está) en el editor, esa figura que, en este caso, parece haberse desentendido del proceso de generación de un objeto libro (en papel o electrónico daría lo mismo) demostrando su dejadez o su ignorancia en esa sucesión de faltas ortográficas principalmente derivadas de ausencias de signos diacríticos como en «para mi mismo» o «contarle a usted el por qué».

Son faltas que no detecta un procesador de texto, son faltas que requieren una lectura concienzuda y cierto nivel de conocimiento de las reglas gramaticales y ortográficas, pero es lo mínimo que le pido a alguien que desea dedicarse a la escritura. No que ya tenga estos conocimientos, sino que tenga la voluntad de adquirirlos y sea consciente de lo conveniente de una revisión pericial.

Ya hablé de la ortografía hace meses y de lo que cuesta convencer a mi querido Mateo (ya en segundo de la ESO) de que le conviene y es útil hablar y escribir con propiedad, cuidando las formas, pero él parece que va aceptándolo y aprendiendo las reglas del juego que nos permiten jugar juntos a esto que llamamos comunicación.

Y, en otro artículo, también mencioné la importancia social o significante que tiene el descuido de estas formas, la dejadez que denota lo poco que cuidamos nuestro medio ambiente intelectual. No quiero seguir insistiendo. Me cansa hablar de ortografía, defenderla casi con uñas y dientes para no dejar morir la principal convención que tenemos: el lenguaje.

¿Confundimos raza con nacionalidad?

El otro día publiqué en FaceBook una inocente pregunta que desató un debate bastante interesante. No era una pregunta puramente retórica, pero claro que encerraba cierta maldad. Era una pregunta con la que, inocente, me habría gustado hacer un sondeo. Me pareció sumamente interesante que la discusión, como tantas otras, derivase hacia el lenguaje y su precisión o imprecisión.

Está claro que FB es un patio de colegio y que hay que tener especial cuidado con lo que se dice. Por eso me limité a hacer una pregunta… y aun así… A partir de esa tuve varias respuestas que me atribuían una intencionalidad distinta de la que yo tenía. Varios quisieron creer que yo decía que España o los españoles somos racistas, otros dijeron que, como yo, tampoco aprobaban el nacionalismo, pero yo no había dicho eso.

Transcribo toda la conversación porque algunas de mis opiniones (e incluso algunas de las de otros) no quiero perderlas.

Giusseppe Domínguez: En España se confunde raza con nacionalidad. ¿Qué nombre tiene esto?
06 de julio a las 10:43

Ulises Fidalgo Prieto Los salseros confunden raza con saber bailar, salsa, claro (no Waltz.)… Y claro, «la raza latina es la mejor». Eso no es racismo, es una tautología. Si la raza latina se define cómo la que mejor baila salsa, enotonces lo que mejor bailan salsa son los que mejor bailan salsa.

Santiago Gala no ?e, nacionalismo o su sinónimo racismo… 😛

Yolanda Angel En España «ALGUNOS» lo confunden. Fácil de reconocerlos, siendo FRANCOs, se les ve el plumero (y algunos la «pluma», pero estamos en las mismas)

Giusseppe Domínguez Para mí nacionalismo (que según y cómo sea puede hasta gustarme) no tiene nada que ver con racismo. Esa es la cuestión, en parte.

Giusseppe Domínguez En Australia me ocurrió hace muchos años que a un señor de raza negra le pregunté de dónde era… y me contestó, casi ofendido, que Australiano. ¡Qué torpeza por mi parte, confundir raza con nacionalidad!

Ulises Fidalgo Prieto ¿Pero de qué nacionalismo de los tantos que hay en España estás hablando? El nacionalismo es aberración romántica del siglo XIX y surgió con un carácter casi divino. El soplo de los pueblos sustituía a la antigua Fe y las personas perdían su individualidad en pos de ese proyecto «común». Una utopía más. ¿Qué identificaba a la Nación, ahora un ser con vida y espíritu? ¿La raza, la religión (o ideología)? La estafa del progreso «común» condujo al horror del siglo XX. No cabían las ambiciones individuales, sólo la ambición de la nación. La libertad del individuo no era aceptada, sólo la libertad de la nación. A cambio se evitaba la angustia de tener que decidir. Fascismo y Comunismo se apoyaron en esa estafa atrayente. Ambos nacionalistas, ambos socialistas. Por fortuna creo que tanta decepción permitirá al individuo zafarse de la prisión mediocre de que otra entelequia inventada conduzca sus miedos, sus odios, sus afectos y también sus prejuicios. Casi todos somos racistas y es peligroso. Pero lo absolutamente peligroso es cuando todos nos ponemos de acuerdo para canalizar un único racismo a la vez y en una sola dirección. Cuando la Nación decide a quién debemos odiar o amar. O peor, cuando una Nación elige un odio que nos identifica para ser acogido dentro de ella.

Ulises Fidalgo Prieto En Londres también tuve la tentación de preguntar a una chica negra de Manchester de dónde eran sus padres. Probablemente me hubiera dicho que también eran de Manchester, pero entonces habría tenido la tentación de preguntar de dónde eran sus abuelos, y así hasta que me dijera que algún ascendiente era de Jamaica. Luego yo le diría: Ah, también soy del Caribe. Entonces probablemente ella me habría contestado. No pareces del Caribe. -¿por qué ?- habría preguntado para que quedara patente su racismo. El de ella. Tal conversación no ocurrió. Me reprimí el mío.

Giusseppe Domínguez Querido Ulises, no quería discutir sobre nacionalismo que, como otras muchas cosas de nuestra sensibilidad contemporánea, surgió efectivamente en el romanticismo, sino sobre el porqué seguimos, en un mundo que está empezando a mirar hacia otro lugar (queramos o no) más global, mas entrelazado racialmente que nunca, porqué seguimos, insisto, confundiendo raza con nación. Creo que, igual que en el SXV surgió el modelo de estado/nación europeo, estamos ante un proceso de surgimiento de un nuevo modelo, llamémosle supranacional, de momento, en el que los países (especialmente los europeos) no están sabiendo encajar. (Tampoco lo están sabiendo hacer los «nacionalistas» que tanto criticas). Me preocupa que una niña adoptada en China y que viva en Europa sea llamada china por su raza y no por su nacionalidad. Me preocupa que un chaval, pongamos que nacido en Madrid, cuyos padres emigraron de marruecos siga siendo llamado magrebí. Me preocupa que pese tanto la raza. Ni siquiera estoy hablado de que esto sea racismo, sino de que no seamos capaces, aún, de ver que una cosa es la nación y otra la raza, la procedencia, si lo deseas. Según eso, la raza a la que pertenezco no sé si es la que debería ser llamada española…. porque, que yo sepa, eso no existe como raza. Soy, supuestamente, caucásico, pero con múltiples mezcolanzas, enormes, procedentes del norte de África.

Giusseppe Domínguez Por cierto, si la chica que encontraste en Manchester era negra, seguro que no era originaria de Jamaica… y es muy posible que tuviera un origen racial más sudafricano, llevada por barcos ingleses (y sé que no fueron los únicos) a las islas del «nuevo mundo».

Ulises Fidalgo Prieto Seguimos discutiendo mañana, más bien para aprender. Porque es un tema interesante y del cuál me gustaría saber qué piensas. Yo sólo tengo pensamientos sueltos, nada elaborados y no he leído mucho. Pero me interesa. Sólo una cosa antes: Yo no critico «tanto» los nacionalismo españoles. Realmente me parecen ridículos y racistas. Creo que en el caso del país Vasco matan porque si no nadie se los tomaría en serio. Vengo de un país donde la mayoría de los independentistas se arruinaron por la causa de la independencia. A veces murieron y los que vivieron fueron a la miseria cuando perdieron la guerra. Eso desde el más rico hasta el más pobre (los hacendados cubanos contaban entre los más ricos de la España entonces). Así, desde ese punto de vista, los nacionalistas actuales me parecen unos descarados farsantes que quieren que los otros les paguen la independencia y no están dispuesto a arriesgar nada. ¿Cómo me los voy a tomar en serio? Ni siquiera me interesan. Sólo me molesta tener que pagar impuesto para ellos, pero bueno…

Guillermina Godoy ?»raza» es un vocablo que se originó con Darwin conjuntamente con la teoría de la Evolución . De un tiempo hasta ahora esa palabra ha sido cambiada por «Etnia» ya que raza es usada para diferenciar a los animales, ejemplo: un caballo de raza pura-sangre. O sea, que hablar de raza refiriendose a las personas seria igual que tratarlas de animales.

Susana Recover de Frutos Sí, es llamativo. También se confunde raza con clase social.

Mábel Dom G Y raza con religión. Un nombre para esta cosa de las confusiones… asociográficosocioesteroti?p, largo.

Janet Val Triboullier no tiene nombre…..no debería tenerlo.

Giusseppe Domínguez Ups. Guillermina Godoy tienes toda la razón. Y esto da un nuevo giro a este debate… Buscando raza en Wikipedia te encuentras, como dices, que es más recomendable reservar el uso solo para animales. Pero lo que es más llamativo es que Etnia, etimológicamente, hace referencia explícita a Nación… o sea, que igual aquí está la raíz de la respuesta… (Una etnia (del griego ????? ethnos, «pueblo» o «nación») es una población humana en la cual los miembros se identifican entre ellos, normalmente con base en una real o presunta genealogía y ascendencia común, o en otros lazos históricos). Recomiendo la lectura de http://es.wikipedia.org/wi?ki/Etnia donde está el principio de debate sobre el uso de etnia frente a raza.

Giusseppe Domínguez Lo que parece que se va imponiendo es que, como tantas otras veces, es un problema de lenguaje. Será por eso por lo que me preocupa especial y personalmente… 😉

Giusseppe Domínguez Por cierto, toda esta retahíla de posts comenzó con un artículo de hoy en El País, así que lo cito, por si alguien quiere hojearlo: http://xurl.es/9j589

Giusseppe Domínguez Y, sí, como apunta Mábel, cuantas veces hemos oído hablar de «musulmanes», por ejemplo, para hablar de etnias o naciones… como si yo, por ejemplo (otra vez), no pudiera ser musulmán o budista o sintoísta (¿puedo serlo?) o judío.

Guillermina Godoy ?(et.ni.a) sf 1. Antr. Grupo social diferenciado de outros por laços peculiares de cultura, religião, língua, comportamento etc., e que compartilha origem e história comuns.

Janet Val Triboullier Acabo de leer el artículo. Tengo la sensación de que el lenguaje nos delata…

Guillermina Godoy para mí es un poco mas fiable la RAE. ahí puse el link del significado de raza. Fíjense que se habla, a modo de ejemplo, de RAZA HUMANA.

Ulises Fidalgo Prieto Una cosa: Las palabras son resbaladizas y la etimología no es un asidero seguro. La palabra Nación también tiene el mismo origen. alude al nacimiento. Una nación de dientes, es cuando vemos como emergen los dientes. Una nación de pollos es un grupo de pollos que han nacido. Las naciones solían ser los grupos humanos que venían o estaban en otro sitio. Era los que veíamos. Nosotros nunca eramos una Nación. En hebreo la palabra es Goyim que traducimos como gentiles, porque para ellos las naciones somos nosotros. Sólo recientemente nos hemos visto a nosotros mismo como parte de una nación propia. Así que la palabra ha perdido sentido y no sé si tiene alguno preciso hoy.

Ulises Fidalgo Prieto Por cierto, el sionismo es un movimiento nacionalista, como son todos los movimientos nacionalistas que empezaron en el siglo XIX. El Islam no es un movimiento nacionalista, como no lo es el cristianismo. Así que no es lo mismo un judío que un sionista, o por lo menos hay una diferencia de conceptos.

Ulises Fidalgo Prieto Para mí la nación sólo adquiere importancia como marco legal donde se preservan los derecho del individuo. No creo que los estados supranacionales puedan satisfacer esa necesidad. Para que haya un marco de éste tipo el individuo tiene que tener una implicación emocional con ese grupo de hombre que lo conforman y se sienta perteneciente a él. Sino deja de prestarle importancia y se deshace el vínculo. Es casi imposible que un individuo contenga tanto amor dentro de sí como para amar a la humanidad completa. Sería deseable, pero es imposible. La nación debe estar al servicio del individuo y no el individuo al servicio del individuo, contrario a lo que decía Kennedy. Por otra parte, para que un hombre sienta que debe pertenecer a un grupo, debe de haber un enemigo común, o a caso debió haber habido antes. El deseo de pertenecer a algo, casi siempre está motivado por el miedo a otros, o por lo menos la reticencia. Hasta ahora siempre ha sido así. Luego debe de haber otros para que podamos pertenecer a unos. Visto así el estado supranacional es imposible. La humanidad no puede contener un único estado antes de que aparezcan los extraterrestres. Siempre habrá al menos dos naciones distintas, sino enfrentadas, sí reticentes la una con la otra.

Giusseppe Domínguez ?Ulises, mi alegato a favor de un estado supranacional no implicaba que hubiera uno y solo uno. Efectivamente, que la humanidad se ha ido moviendo por los motivos que apuntas es bastante cierto, pero también lo es que está amenazada por un problema que ella misma genera y que no puede ser postpuesto más tiempo. En primer lugar, ahora mismo me estaba circunscribiendo a la necesidad de una implicación mayor por parte de los ciudadanos para construir o vincularse a los que están más cerca suyos, pero aumentando un poco la mirada, el ángulo de la mirada, de manera que queden en esa cercanía gentes que antes no lo estaban. Por poner un ejemplo concreto, Europa necesita existir como estado o nación o confederación de naciones más allá que como simple agrupación de comerciantes. Es cada vez más notorio que sin esa «nación» europea, lo que queda es esperar una lenta agonía en estos lares. Es lógico, todo imperio tiene su declive y el de Europa o los distintos países europeos no iba a ser una excepción. Pero algunos de los logros, por ejemplo avances sociales, que se consiguieron a lo largo del siglo XX están a punto de ser puestos en cuarentena por un largo periodo de tiempo. Y no quiero con ello que entiendas que se trata de un alegato a favor del socialismo frente al neoliberalismo. No. Es tan solo que la librecompetencia total es algo que nunca han defendido las naciones, que han tendido siempre a cierto proteccionismo estatal del individuo que la conforma.

Giusseppe Domínguez En cuanto a lo del enemigo común, es hora también de que nos empecemos a dar cuenta de que el enemigo común quizá no está más allá de nuestras fronteras que, por otro lado, son bastante más imaginarias para nosotros que para otros… Por ejemplo, la movilidad de capital no entiende de fronteras. Es razonable en el sistema económico que tenemos. Y ni siquiera ahora voy a entra a discutirlo, sino que si estas son las nuevas condiciones, es decir, que el dinero tiene posibilidad de desplazarse por el planeta sin tener en cuenta las necesidades de una u otra nación, es menester que los ciudadanos seamos conscientes de que también deberíamos tener ese derecho. Esto implica la libre movilidad de seres humanos allende las fronteras (con lo que retomo el tema del inicio) pero esto, al mismo tiempo, como tú dices, atenta contra el concepto que ha sustentado la idea de nación hasta ahora. Por eso, insisto, tenemos que revisar esa idea, para poder acompasarla al momento histórico en el que vivimos. No sería la primera vez: No es lo mismo hablar de Nación antes del SXV (me circunscribo, de nuevo, solo a Europa) que antes del SXIX, que después de la II GM, ni después de la caída del muro. Efectivamente, seguimos manteniendo para algunas cosas las nociones del SXIX y para otras cuestiones las del SXXI. Ese movimiento de palito no parece que haya tenido repercusión en muchas mentes, pero tenemos la urgente necesidad de cambiar de planteamiento… y en esto casi estaría a punto de coincidir contigo en tu reprobación de los nacionalismos (vasco, catalán…) y creo que también a estos también les toca renovarse o morir. Pero nuestros nacionalismos (español, francés, alemán…) también deben hacerlo… e, insisto, rápido. Como enemigo común podemos mantener el que se está perfilando como tal, mientras no seamos capaces de mantener un concepto más actualizado de nación, que sería China y su producción «imperialista». Ya ves, ahora cambiaremos y comenzaremos a llamar imperialistas a otros… ¿Qué, te parece irónico?

Ulises Fidalgo Prieto ?Giusseppe, mientras más pasan los años nos vamos pareciendo más. Al final terminaremos como la mayoría de los seres humanos, unas ancianitas adorables (el femenino no ha sido una errata). Si me lo pones así creo que va a decaer la discusión. Estoy casi de acuerdo en lo que dices. Así que me limitaré a decir los inconvenientes y los desacuerdos. Desde mi punto de vista el Estado sólo tiene sentido para garantizar los derechos de las personas que habitan bajo su jurisdicción. Si el Estado llega hasta dónde puede llegar el capital, entonces cuando haya una injusticia allí, el Estado tendría que intervenir. Es decir, la policía o alguna fuerza de la violencia legítima. Si es así, me parece que estaríamos en guerra siempre. Yo no estoy en contra, pero creo que es insostenible. Por ahora veo difícil la aplicación de ese deseo común nuestro. Con respecto a las medidas proteccionistas. Estoy de acuerdo contigo, y es algo por lo que hay que protestar todos los días. Claro, que sin enojarse demasiado por la casi segura derrota. Lo más que podemos hacer es mitigar ese antiguo vicio de los aranceles y la frontera para el mercado. Las medidas proteccionistas son efectos de los tantos Lobbys económicos que existen. Casi todos, con argumentos nacionalistas, intentan que los legisladores le eviten la necesidad de competir en el mercado. En Europa tienen la tradición medieval de los gremios (previo a las naciones) y aún hacen lobby para evitar competir. Lo mismo ocurre con la inmigración. Las leyes antiinmigración tienen la misma causa. Son Lobbys que no quieren competir en el mercado del trabajo. Y claro, también los prejuicios que también cuenta. No sólo es economía ( no soy marxista). La tarea es difícil, si no imposible. Pero estamos aquí, y si no estuviéramos sería peor. Por cierto: Liberal es una palabra española, adquirida por los británicos durante las guerras napoleónicas y pervertida por los americanos durante el gobierno de Delano Roosevelt; pero en español significa lo mismo aún. No es necesario acudir al neologismo de neoliberalismo. Es el mismo liberalismo de la escuela de Salamanca, el mismo mencionado en el Quijote, el mismo del empecinado, de las Cortes de Cádiz y el mismo de los independentistas de Suramérica y México e incluso de Cuba.

Ulises Fidalgo Prieto Un debate previo: http://www.youtube.com/wat?ch?v=5QMZ0Ms2bJc

Giovanni Collazos Carrasco todo esto es super interesantísimo.

Giusseppe Domínguez Me alegra que te interese, querido Giovanni.

Y parece que, como todo en Internet, el tiempo de vida de este debate llegó a su fin. No hubo más réplicas porque parece que llegamos a una especie de consenso en torno al hecho de que el lenguaje era lo más importante a la hora de establecer una discusión como esta. Conocer el lenguaje con propiedad te hace dueño de la verdad… o lo que es lo mismo, de la mentira. Es una cuestión, como tantas otras, de palabras.

Humanos, demasiado humanos.

Cirujano de palabras

Me gustaría poder encontrar siempre la palabra justa, aquella que con total nitidez defina o acote un concepto, un objeto, un atributo. Es casi una obsesión permanente (aunque todas las obsesiones lo son, ¿no?) esto de buscar en mi cerebro, en el diccionario que tengo a mano, la palabra, esa palabra, esa exacta palabra.

En ocasiones, especialmente cuando imparto teoría durante uno de mis talleres de escritura o creatividad, me paralizo durante el discurso, la presentación, para buscarla, para hallar esa palabra. Cuando discuto, cuando descalifico, procuro ser preciso como un bisturí en las manos de un buen cirujano.

Y no decir palabras como buen, cuando lo que quiero decir es más preciso, más ajustado. Docto o experto o … y estoy tentado de buscar sinónimos hasta encontrarla, hasta dar con esa palabra, con la palabra exacta.

Hoy, sin ir más lejos, mientras mi amada me hablaba de los atípicos comentarios de una de sus más viejas amigas, le he dicho de ella, sin más, que era muy decimonónica. Sí. Di exactamente con lo que quería decir con una sola palabra, con una palabra que no es peyorativa o despectiva, que no es tampoco crítica o malintencionada, sino, simple y llanamente, lo más ajustado a lo que quería decir.

No me gustan las metáforas para las explicaciones. Procuro huir de las metáforas hacia el realismo más aséptico, aunque huir es una metáfora para decir dejar de usar. También, gracias a ello, reducir hasta el mínimo la necesidad de palabras en un intento permanente de sintetizar.

Así, por ejemplo, me horroriza la costumbre de utilizar palabras perfectamente definidas en el contexto de la ciencia para referirse a conceptos más, digamos, espirituales, como la palabra energía, que es de esas que la new age ha decidido convertir en bandera. (Aunque esto es otra metáfora).

Cuando alguna vez me han hablado de las posibilidades constructoras del idioma alemán, reconozco que he tenido la tentación de plantearme su aprendizaje, por ello y por poder leer a Nietzsche en su propio idioma, aquel en el que basa parte de su pensamiento.

En contra y desde el punto de vista de la poesía más convencional, el idioma chino presenta una interminable capacidad de creación de nuevos conceptos (significados) a partir de palabras preexistentes como mediante la combinación de caracteres o ideogramas que es la base de la escritura china. He de reconocer que esa forma de explicar, esa forma poética de capturar lo incapturable tiene también su aliciente, aunque sea más impreciso, más sugerente que definitorio, pero quizá por ello más apto para afrontar la necesidad de expresión de lo que quizá no tenga un significado preciso capturable.

Entre esos dos mundos, entre esas dos aproximaciones, deambulo como péndulo de izquierda a derecha… sin tener en cuenta las fuerzas de Coriolis.

Entre lenguaje metafórico y científico, se encuentra la realidad.

gerundio y participio

gerundio y participio se fueron de paseo y uno de ellos no sobrevivió

Lo malo en participio y lo bueno en gerundio.

Prefiero estar

curado y no curándome
salvado y no salvándome
recuperado y no recuperándome
descansado y no descansando

Pero prefiero estar

viviendo y no vivido
escribiendo y no escrito
jodiendo y no jodido
trabajando y no trabajado

Auna hay casos en que dudo entre estar

olvidando y olvidado
divirtiéndome y divertido

y, sobre todo, estar
amando y no amado.

Antisemitismo

Leo con frecuencia (esta vez en El País) que el antisemitismo está aumentando a raíz de la crisis económica, así como que los antisemitas están más localizados a la izquierda del espectro ideológico español.
Me inquieta pensar que, detrás de esto, haya un problema político más que racial encubierto de problema racista.
Para empezar, no vendría mal hacer algunas aclaraciones al respecto: En primer lugar, semita es una denominación de un conjunto de pueblos que tienen el común, principalmente, el pertenecer a una misma familia lingüística.

Familias Lingüisticas Semitas
semitas

En segundo lugar, los hebreos están dispersos por el mundo y los Israelitas son un país. Habría que diferenciar entre el odio posible a los judíos, que, como señala el artículo, no podemos distinguir, del declarado odio o manifestaciones contrarias al estado de Israel. Pero esto también tiene palabra para designarlo sin problemas: antisionista.
Es más, incluso habría que poder distinguir entre aquellos que están en contra de la existencia de un estado confesional hebreo y aquellos que están en contra de lo que tal estado está realizando a su alrededor para mantener un estatus-quo claramente insostenible, por supuesto, con la aquiescencia o incluso el apoyo de los gobiernos occidentales interesados en perpetuar un conflicto que permita enfrentar naciones o religiones para lograr una demanda de compra de armamentos y garantías bélicas que equilibren la balanza comercial de los consumidores y los productores principales de petroleo.
Cuando se utiliza la palabra antisemita actualmente se tiende (y creo que intencionadamente) a confundir estos términos con el fin de que nadie pueda declararse antisemita por antijudío, ni siquiera por antisionista y, de este modo, reducir las manifestaciones contrarias al régimen del gobierno israelí.
Pero, si usásemos la palabra antisemita en su sentido más etimológico, cabría decir que España es uno de los países más antisemitas que hay, teniendo en cuenta que el desprecio a lo árabe es tal que no queremos reconocer, ni siquiera, nuestra herencia, semítica por partida doble, más allá de un tímido intento realizado en esa «alianza de las civilizaciones» que no atrae ni mínimamente el interés ni la empatía de una minoría de los españoles.
Así que, ¿somos antisemitas? Sí, pero no antijudíos. ¿Antisionistas? No, pero sí contrarios al gobierno israelí, al menos formalmente. Es decir, queda bien criticar (es políticamente correcto) el integrismo hebreo del estado de Israel, pero lo apoyamos completamente de manera soterrada en su política de aplastamiento del enemigo árabe.
Si no usamos las palabras con precisión, nunca podremos definirnos.
Si es preciso, deberíamos dejar de definir las palabras con imprecisión, con generalidad, por costumbre, para, quizá, ser menos manejables.

Herror con H es un doble error

¡Ay! Otra vez reclamando un poco de mejora de ortografía.
Qué aburrido. Pero es que me encuentro cosas como esta de que hay que reconocer los propios herrores y me hierbe la sangre. Casi me hierve. O me yerbe o me yierve o me ierve…
Debería relajarme. La ortografía no es tan importante, ni social ni económicamente.
La ortografía es sólo un síntoma (su descuido) de otros males que aquejan a la sociedad: el descuido generalizado por las formas, por la cortesía, por los convenios sociales, los contratos sociales, parafraseando a J. J. Rouseau. La falta de respeto a los espacios comunes que requieren una fuerte represión para el mantenimiento de unos mínimos aceptables de convivencia pacífica.
Sé que sólo es ortografía, pero denota una falta absoluta de interés por las palabras, por su carácter mediador, informador, poético, comunicativo en general, intensificándose su carácter insultante, agresivo, violento… que también pueden tener. Las palabras pueden serlo todo. Las palabras nos sirven para definirnos como humanos. La falta de ortografía dice bastante de nosotros como humanos.
Si descuidamos lo más básico que tenemos, el lenguaje, lo más sagrado y perfecto, ¿qué vamos a hacer con aquello que no consideremos tan importante?
Sánscrito significa cosa perfecta y no es para menos, una lengua indoeuropea que dio lugar a otras muchas y que permitió que infinidad de personas se comunicasen entre sí hablando, escribiendo, generando progreso (del bueno) y haciendo que la cultura tuviese un lugar en el que permanecer fijada. El lenguaje era soporte de cultura, como lo fue el Latín en muchas ocasiones.
Ahora parece que da igual. Las lenguas «vulgares» han caído en la peor acepción posible del significado de la palabra vulgar. Ya no «del vulgo» actual, sino «impropio de personas cultas o educadas». Es decir, la ortografía tiene algo que ver con la educación, con el respecto, con la tolerancia, con el cuidado del medio ambiente intelectual, el lugar en el que ocurre nuestro discurso y el de los otros.
Esto no implica que una lengua deba ser muerta para poder ser perfecta. Una lengua es más interesante si está viva, si acepta neologismos y transformaciones, pero una transformación no es un error o herror. Una lengua está para que la usemos y podamos hacer con ella lo que deseemos, pero cuando estamos en entornos coloquiales, es decir, de coloquio, de colectivo, debemos jugar con reglas aproximadamente comunes.
Si uno decide voluntariamente, en una obra poética por ejemplo, prescindir de las reglas ortográficas, está tomándose una licencia que, como artista, puede tomarse. También el receptor del mensaje poético en cuestión puede tomarse la licencia de no seguir leyendo. En ese contexto prima la libertad más allá de toda forma, de todo cuidado de lo público con el consiguiente cercenamiento de la libertad absoluta que tal cuidado requiere.
Por favor, no entiendas que soy un dogmático de la corrección ortográfica: todos cometemos errores o herrores, pero un poco de cuidado se agradece. Yo lo agradezco, al menos.
Por favor, si detectas fallos ortográficos en mis escritos (¡¡¡seguro que hay!!!) de este blog, no dudes en decírmelo. Lo agradeceré igualmente.

La falta de ortografía

Se ha generalizado hasta el punto de que me resulta difícil hacerle creer a mi alumno de clases particulares de primero de la ESO que aprender lengua española es útil.
Recibo emails con faltas tan aberrantes como “abría que decirle a…” o leo periódicos on-line en los que es fácil que los espacios entre palabras desaparezcan o las tildes o…
Y no lo entiendo.
Sé que nos lo “resuelve” todo la tecnología, con sus potentes correctores ortográficos integrados en los procesadores de texto y en los navegadores web, pero a veces hay que saber qué se escribe, leer un poco el texto con el cariño al lenguaje de quien lo maneja como una herramienta que, maltratada, dará lugar a muchos malos entendidos y a una imagen de descuido tan horrenda como la de circular por una carretera mal asfaltada. Claro que el coche anda por ella, pero es feo, no nos gusta, nos resulta duro sin unos amortiguadores con una suspensión infinita.
Por favor, solicito que quien encuentre una falta de ortografía en mis textos en este blog o en mi página web que me avise lo antes posible para poder corregirlo: la forma es importante. Las formas son importantes. No es sólo decir cosas, sino la manera de decirlas lo que nos hace más cultos y la cultura no empieza en las subvenciones sino en la concienciación.
Por favor, revisa tus textos antes de enviarlos, pero no con un simple “corrector ortográfico” sino con tus propios ojos; sé que sabes escribir, que sabes cuando algo está mal escrito y, si no lo sabes… te toca o me toca leer más y más hasta aprenderlo…
Aunque, con las faltas creciendo también en los textos, incluso, literarios, puede que leer más no nos habilite a escribir mejor.
Estoy tremendamente consternado por esto. Mi participación en Wikipedia suele ser la orientada a corregir artículos desde el punto de vista ortográfico, como el “tubo el valor de…” por tuvo. Me gustaría poder editar artículos de periódicos en la misma manera. Sería interesante descubrir un procedimiento de colaboración en la revisión ortográfica que no afectase al contenido del texto, de modo que se pudiese ayudar a corregir textos on-line sin poder modificar su contenido. Algo mínimamente supervisado, comprendo, pero cada vez lo encuentro más necesario.
Si dudas de una palabra, búscala en el diccionario. Con el tiempo, lo agradecerás.

Esto no es una broma