La muerte del minorista

La frutería de mi calle, que no está en mi calle sino en la esquina de la Corredera Baja de San Pablo con la calle Puebla, hace tiempo que dejó de estar en la esquina, cuando el supermercado que la acogía acabó por convertirse en un «mercado» boutique que decidió situar la frutería en el interior del mismo, haciéndola casi invisible para toda persona que no supiese que allí había una frutería.

Los fruteros se desplazaron a la fachada enfrentada, en los impares de la Corredera, y se llama frutas manolo, o parecido, pero han decidido dejar de atender como fruteros tradicionales, proporcionándote la fruta en mano elegida según lo que les pidas, amén de eliminar los precios de las estanterías con lo que no conoces cuánto te vas a gastar hasta que lo tienes todo en la caja y deciden cobrarte.

Carmen y yo continuamos fieles a la frutería del interior de la «boutique» porque el servicio minorista seguía siendo el trato al cliente, atendiéndonos, dándonos a elegir entre verduras más o menos maduras o recomendándonos algún genero que podíamos haber dejado de lado incluso dándonos a probar alguna muestra de, pongamos, fresas o cerezas, para animarnos a comprarlas porque les había llegado una buena remesa.

Dejamos a Manolo y sus fruteros y continuamos durante años con los nuevos fruteros de la nueva frutería interna al mercado pretencioso. Algunos de los nuevos fruteros eran ucranianos (o ucranios, según se quiera) y algún otro hispanoamericano. Eran simpáticos y amables. (En realidad siguen siéndolo)

Pero definitivamente la evolución que se conoce con el antipático nombre de gentrificación sigue avanzando en el barrio y triunfa la apariencia, la vacua sensación de riqueza, aún sacrificando la calidad en el género y, especialmente, en el servicio. Así que la boutade en la que han convertido en minifrutería la frutería del interior en la última remodelación de las ofertas en ese pomposo mercado, que vende pan de muchos cereales inflados (el precio también), y que ha transformado la esquina de la frutería original, la de Manolo, en una diminuta e incómoda cafetería con cafés y desayunos ampulosos, pero diminutos, síndrome de la tontería que campa a sus anchas en las nuevas propuestas del barrio que denominan Malasaña.

La actual sección dedicada a frutas es tan pequeña que ya casi es inexistente. Mientras los fruteros ucranianos (o ucranios) se han visto obligados a mudarse a su nave almacén en la calle La Nao, una minúscula callejuela que une transversalmente Puebla y mi calle (Loreto y Chicote).

Hace tiempo que les comenté que por qué no se mudaban a su almacén y abrían ahí una frutería y les dije que, por mi parte, seguro que seguía comprándoles allí. Parece que finalmente tuvieron que hacerlo forzados por la nueva estrategia comercial del super del barrio. Que ya ni lo es ni lo parece.

Además, desde siempre, compramos grandes cantidades y les solicitamos que nos las sirvan a domicilio, así que esa mudanza podría comportar un cambio en la forma de relacionarnos con ellos, adquirir o realizar el pedido por teléfono o, mejor aún, por whatsapp y esperar relajadamente a que lo dispensasen.

Y aquí es donde realmente creo que el negocio minorista muere: no sabe hacer del problema oportunidad.

Era una buena ocasión para trasladar, con mínima inversión, su negocio de fruteros tradicional a una web sencilla, presencial, que tan solo contenga los productos que ofrecen y sus precios, quizá un pequeño formulario (simple) de pedidos online…

Parece que eso es mucho pedir y tan solo se ofrecieron a darnos su teléfono, para llamar y pedir o para enviar un whatsapp con el pedido. Y este sábado así lo hicimos.

Pedimos una compra «básica», sin grandes cosas, sin mucho peso. En muchas ocasiones presenciales hemos pedido mucho más. Pero en esta ocasión nos costó mucho más. 70€ por una cantidad de fruta y verdura que difícilmente superará un par de semanas. Y me pareció excesivo. El amable frutero ucraniano (o ucranio) dejó de ser tan amable y me dejó caer que es que ahora ya sólo atienden a comercios, a lo que le dije que era una buena oportunidad para cambiar de mentalidad y aprovechar para ofrecer productos a domicilio a un montón de gente que, en sus casas, está acostumbrada a comprar sin salir del móvil. Pero no se dio por aludido y siguió insistiendo (como justificando el elevado precio de sus frutas) en que su clientela, ahora, sin su frutería de antes, se limitaba a restaurantes que piden material más caro.

No quiero pasar a comprar frutas y verduras a un Carrefour recién abierto, ni a un DIA, que envasa hasta cada plátano por separado en bolsitas absurdas de plástico, para luego cobrarte la bolsa de plástico externa que las contiene a todas. Y procuro no comprar en fruterías atendidas por personal de etnia han porque tienen la misma forma de atender que nos desanimó a seguir comprando a Manolo, «do it yourself» y luego te cobran en caja, si bien tienen mucha más variedad que la mayoría de las fruterías tradicionales o castizas y, desde luego, muchos mejores precios.

Hace tiempo que Carmen y yo venimos evitando hacer la compra a eco-tiendas por su elevado precio y porque además, cuando en su día miramos la posibilidad de hacerlo, no llevaban las frutas a casa y el horario de recogida era incompatible con nuestros horarios, pensando más bien en su clientela de oficina, de trabajadores de 9 a 5.

Ayer estuve mirando las páginas web de varias de estas empresas eco/bio… o lo que sea y el caso es que parece que son mucho más amigables que hace tiempo, mucho más sencillas y, desde luego, ponen al servicio del cliente (que también es ciudadano, sí, pero también cliente) un surtido más amplio del que partían inicialmente, dando solo opción a frutas y/o verduras de temporada, sin posibilidades de adquisición de otras frutas o verduras un poco menos «ecológicas», pero que también queremos consumir (sí, somos muy malas personas, por no querer aprender cuándo es la temporada ideal de calabacín). Sobra decir que han hecho un esfuerzo por bajar los precios y resultan mucho más competitivas (lo que es sinónimo de baratas) que las fruterías de barrio minorista.

Y eso acabará por ser su pequeña puntilla: si se niegan a adaptarse, se tendrán que preparar para la larga travesía del desierto.

Lamentándolo mucho, dejaré de comprar fruta a nuestro querido frutero ucraniano (ucranio), así como dejamos de comprar en su día a Manolo y compañía. Aun a sabiendas de que su proximidad habría de ser una acicate para que lo hiciésemos.

Material Biográfico para Radio Utopía

Una de las alumnas de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53 que llevo coordinando los últimos 17 años de mi vida (la fantástica y calurosa Isabel Jiménez, para quien tuve el gusto de regalarle algo especial recientemente) ha gestionado la asistencia al Programa de Radio Utopía este viernes a las 19:00.

Tan sólo nos pedía que le proporcionasemos material para poder dárselo a quien lleva el programa y he tardado mucho más de lo razonable en organizarle esta breve colección de reseñas biográficas así como un breve texto por cada uno de los libros colectivos publicados este último par de años.

Biografías/Reseñas de Giusseppe Domínguez

Reseña Biográfica Breve:

Giusseppe Domínguez (http://www.giusseppe.net) (1967, Madrid).

Poeta experimental licenciado en Química Cuántica. Consultor de seguridad en Internet. Formación actoral, tango y arte contemporáneo. Tiene 12 libros editados y más de 30 performances realizadas en diversos lugares del mundo. Colaborador de la Cátedra de la UNESCO de Tecnologías Lingüísticas de la UPM. Desde 2002 Director de la Asociación Cultural Clave 53 y Coordinador de Talleres de Poesía.

Biografía Media (en primera persona):

Giusseppe Domínguez (www.giusseppe.net)

Nací en Madrid en 1967. Tras licenciarme en Química Cuántica y realizar una tesis en Inteligencia Artificial trabajé 15 años como administrador de sistemas y consultor de seguridad.
Me formé como actor, tomé clases de expresión vocal, danza contemporánea, tango y asistí a diversos talleres de poesía y cursos de desarrollo de la creatividad.
Desde el 99, me reconozco escritor, poeta.
He trabajado como crítico de cine, conferenciante sobre poesía, arte contemporáneo, arquitectura, filosofía, ciencia y tecnología, etc. Realicé la pieza de arte conceptual La Consulta: Caso 30, fui asistente personal del Diccionario Personal de Isidoro Valcárcel Medina (MACBA), llevé a cabo una reformulación del Tractatus Logico-Philosophicus de Wittgenstein y desarrollé el Proyecto de Organización Filogenética de las Lenguas del Mundo, publicando el libro Lenguas Fuyu-Han y llegando a ser, desde 2015, Colaborador de la Cátedra de la UNESCO de Tecnologías Lingüísticas (UPM).
Tengo 12 libros editados, decenas de trabajos de fotografía, vídeo-arte, multimedia, poesía-código, libro-ojeto y más de 30 performances realizadas en diversos lugares del mundo.
Desde 2003 dirijo la Asociación Cultural Clave 53 (www.clave53.org), junto a Carmen de la Rosa, donde coordino muestras y recitales e imparto talleres de poesía contemporánea, escritura experimental y arte de acción.

Biografía Extensa (en primera persona):

Giusspepe Domínguez.

Nací en Madrid en 1967. Licenciado en Química Cuántica, cursé estudios de Matemáticas y una tesis doctoral en Inteligencia Artificial. Trabajé muchos años empleado en una compañía financiera como administrador de sistemas y redes informáticas y, después, como consultor de seguridad en Internet. Desde Agosto del 99, me reconozco escritor, en concreto poeta.

En 1996, comencé mi formación como actor, bajo la supervisión de Jose Eugenio Vicente Torres (de la escuela de Cristina Rotta) en el Centro Cultural Valle Inclán. De 1998 al 2000, fui alumno del curso regular de Formación de Actor en la escuela de Danza y Teatro Estudio 3 dirigida por Agustín Bellusci. Allí, tuve la oportunidad y el placer de cursar dos años de Expresión Vocal impartidos por el profesor Fernando Becerra. Desde el 2000 hasta 2005, estuve dentro de un taller de expresión corporal coordinado por Mariano Castillo en esta misma escuela.

De 1997 a 2005 realicé diversos cursos de Match de Improvisaciones en Matadero 3 Teatro impartidos por Cary Rodríguez (del grupo Histrión Teatro) tomando parte en diferentes espectáculos teatrales.

De 1998 a 2001 asistí a los talleres de poesía del Grupo Cero bajo la coordinación de la psicóloga y escritora Paola Duchen. Durante ese periodo, algunos de mis poemas y relatos fueron publicados en distintos medios (Revista de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, stand de RENFE en el Parque del Retiro de Madrid en homenaje al día de la mujer trabajadora), escenifiqué mis propios relatos en centros de teatro no profesionales (Matadero 3 Teatro, 1998-99, Centro Cultural de Vicálvaro, 1999), participé y sigo participando en recitales de poemas. (La Redacción, 1998, Matadero 3, 1998-99, Editorial Grupo Cero, 1999-2000, Emisora de radio de la CNT, 2001, La cava de Humilladero, 2002-2003, Café-Bar Lola-Lola, 2007, Asociación Cultural Clave 53, 2004-2008, La Casa de los Jacintos, 2008, Café literario Libertad 8, 2007-2008).

Tengo en mi haber ocho libros de relatos y poemas registrados en el Registro de la Propiedad Intelectual. De ellos, en septiembre del año 2002 llevé a cabo la publicación del libro Territorios junto a la editorial Letra Clara. Participé en la presentación del libro “Sonata para un Ratón” de Carmen Gómez Menéndez en el CC de Aluche en 2003. Presentación del libro “Renglones Quebrados” de Clarisa Vitantonio en Café Literario CLAN, Madrid, el 13 de febrero 2007. Presentación del libro “Cartas desde Bohemia” de Chema Vega en Café Libertad 8, Madrid, en noviembre 2007.

En el año 2001, bajo la dirección de Graciela Baquero, realicé un curso de Creatividad y Cotidiano impartido en los Talleres de la Editorial FuenteTaja. Y, siguiendo esa línea, en el 2002 y 2003, tuve el honor de asistir a un taller intensivo de 120 horas de duración sobre Desarrollo de la creatividad para coordinadores que impartieron simultáneamente los ínclitos Jaime Vallaure, Miguel Nava y Graciela Baquero.

Entre 2002 y 2003, he sido comentarista de cine en el programa de radio Estrenos que se emite por Radio Intercontinental de Madrid, participando en varios coloquios y cineforums. Y desde 2007 trabajo como crítico de cine en la revista LaNetro.com publicando artículos regularmente.

Durante el verano del 2002 comencé a buscar un local en el que dar rienda suelta a mis nuevos proyectos, en la línea de la investigación en poéticas objetuales y escénicas, happenings, etc. Esta búsqueda de local se acabó concretando en lo que se conoció como La Cava de Humilladero. Desde el 2010, dirigí durante cuatro cursos la Escuela de Escritura del Espacio El Manantial.

Desde 2004, realizo diversos trabajos que se podrían considerar Performances o poemas visuales o escénicos en distintos lugares dentro y fuera de España y trabajos de edición de vídeo y proyectos audiovisuales varios.

En Julio de 2010 presenté un libro-CD interactivo, en el que venía trabajando desde el 2003, llamado Lejanías, en formato web, que combina la informática y la poesía, el vídeo, la fotografía y la performance.

En febrero de 2011 inauguro un Blog que aglutina material que tenía desperdigado por distintos servidores, en el que verter diariamente mis poemas, confidencias y opiniones sobre los temas que me interesan de la actualidad y de otros ámbitos de la cultura.

Desde 2012 trabajo en un Proyecto de Organización Filogenética de las Lenguas del Mundo, llevando a cabo una labor de clasificación y tipificación sistemática de los diversos idiomas que han existido o existen en el planeta.

Desde 2011 trabajo en un Proyecto de Organización Filogenética de las Lenguas del Mundo (lenguas.giusseppe.net), llevando a cabo una labor de clasificación y tipificación sistemática de los diversos idiomas que han existido o existen en el planeta. A raíz de esto, llevé a cabo la publicación en 2017 del libro Lenguas Fuyu-Han como propuesta de clasificación filogenética, consideradas una de las ramas de la macrofamilia de lenguas altaicas. Desde 2015 soy Colaborador de la Cátedra de la UNESCO de Tecnologías Lingüísticas (www.teclin.org) en la Universidad Politécnica de Madrid.

A lo largo del 2013 llevé a cabo una investigación para reformatear el Tractatus Logico-Philosophicus de Ludwig Wittgenstein para adaptarlo a un formato de mapa mental. Entre 2015 y 2016 realicé el proyecto de arte conceptual La Consulta: Caso 30 enmarcado en la propuesta de Jaime Vallaure, Teresa del Pozo y Rafael Suárez. Se «materializó» en una web (laconsulta.giusseppe.net) que resumía el trabajo realizado. Tuve el ingente honor de servir de asistente en el Diccionario Personal de Isidoro Valcárcel Medina, financiado parcialmente por el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) durante el año 2015.

El año 2016 inauguro una sección profesional denominada gabinete literariario, realizando asesorías de estilo, corrección ortotipográfica, ayuda en procesos de edición, maquetación, diseño de portadas, soporte tecnológico y prologado de libros, principalmente de poesía. Va camino de convertirse en una editorial independiente.

Actualmente dirijo la Asociación Cultural Clave 53 (www.clave53.org) junto a Carmen de la Rosa. Desde 2003, a parte de la labor de coordinación de muestras y cursos que se llevan a cabo en la asociación, imparto Talleres de Desarrollo de la Creatividad, Escritura Experimental, Poesía Contemporánea, Arte de Acción y Performance art.

Sobre los libros colectivos (por orden cronológico):

Versos que se Abrazan (Madrid, junio, 2018)

Evento 53 latidos de versos que se abrazan

Encuentro entrelazado en el que la Poesía y el Tango se dan un abrazo al ritmo acompasado de 53 latidos musicales. El evento comienza con una pieza compuesta para la ocasión de 53 latidos que abre el espacio a las sensaciones acústicas. Un poema toma el relevo al pulso cardíaco y una pareja de bailarines de Tango fundidos en un abrazo le dan la imagen.

Tras esta primera coreografía, se presenta el evento que incluirá poemas del libro «Versos que se abrazan» y a partir de ahí se van trenzando bailes, lecturas de poema y actuaciones musicales en directo de piano y armónica, mientras en un lateral del espacio se proyecta en continuidad una sucesión de videocreaciones poéticas llevadas a cabo en el Laboratorio de Experimentos Poéticos de la Asociación Cultural Clave 53.

Libro:

Realizado por las personas asistentes a los talleres de Poesía y Escritura de la Asociación Cultural Clave 53, este poemario contiene voces diversas de poetas de variadas procedencias, edades, identidades, que a lo largo del 2018 reunieron sus poemas sin otro criterio que el suyo propio, de manera que su voz surge sin trabas, genuina, permitiendo el florecimiento de una diferencia enriquecedora y alumbrando un libro ameno de alto voltaje poético.

Coordinado por Giusseppe Domínguez y escrito por Alejandro Gallego, Andrea Vidal Escabí, Daniel Moreno, Delia Bianchi, Ernesto Pentón, Eva Obregón, Isabel Jiménez, Juan Carlos Orella, Julia Urbán, Kay Woo, Laura Cueva, María Jesús Orella, María José Gómez Sánchez-Romate, Pepa Delgado, Raquel G. Figueiras, Tanja Ulbrich, Virginia García Falagán y Yolanda Jiménez.

Refugio (Madrid, abril, 2019)

Con motivo del Día Mundial de la Poesía y Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, jueves 21 de marzo de 2019, el Colectivo Reacción 28 convocó un Recital de Poesía en la cafetería y centro cultural Ciudad Invisible situada en la Costanilla de los Ángeles, 7, en el corazón de la capital, con el fin de recaudar fondos para la ONG Madrid For Refugees.

Había invitado a la Asociación Cultural Clave 53 a leer poemas que estuviesen relacionados con el tema (Madrid y refugiados) así que las personas asistentes a los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de Clave 53 se pusieron las manos a la obra y escribieron más de 40 poemas propios para la ocasión que no habían sido leídos en ningún otro lugar.

Durante un intermedio del recital se pidió al público asistente que proporcionasen una serie de palabras con las que componer poemas improvisados que se añaden al final del presente libro.

Este poemario incluye todos los poemas que se escribieron para el recital y los que se escribieron durante el mismo.

Poetas: © Andrea Vidal Escabí, David Carvajal, Ernesto Pentón, Eva Obregón, Giusseppe Domínguez, Irene Chacón, Isabel Jiménez Moreno, Javier Jiménez, Kay Woo, Leticia Rejas Rujas, Maria Jesús Orella, Maria José Gómez Sánchez- Romate, Pablo Velado Pulido, Paula García Izu, Tanja Ulbrich, Vanessa López, Virginia García Falagán y Yolanda Jiménez

Verso Blanco (Madrid, junio, 2019)

Poemario recolectado antes del día internacional del libro, 23 de abril de 2019 a partir de poemas de los asistentes a los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53 coordinados por Giusseppe Domínguez.

Su poesía contemporánea se manifiesta de diferentes maneras, tanto como las identidades de las distintas personas que lo han hecho posible, cuyas sensibilidades se muestran en su unicidad dotando al libro de una variedad excepcional que transita desde la más lírica a la más experimental de las expresiones, pasando por poesía social, poesía íntima, poesía juguetona o poesía visual sin ser excluyentes ningunas de estas facetas que lo que muestran o demuestran es que, principalmente, la poesía es expresión máxima de libertad.

Poetas: © Alejandro Gallego, Andrea Vidal Escabí, Daniel Moreno, Delia Bianchi, Ernesto Pentón Cuza, Eva Obregón Blasco, Irene Chacón, Isabel Jiménez, Javier Jiménez, Jose Luis González, Sal Ander, Kay Woo, Laura Cueva Arias, Leticia Rejas Rujas, Maria Jesús Orella, Maria José Gómez Sánchez-Romate, Mariano Velázquez, Pablo Velado Pulido, Paula García Izu, Pepa Delgado, Vanessa López, Virginia García Falagán y Yolanda Jiménez.

Date un respiro (punto es)

Hace un par de años «sufrí» una anécdota algo morbosa y que no es graciosa aunque lo pueda parecer:

La persona con quien compartía alquiler de local y junto a quien convivía con frecuencia puesto que también le impartía clases dos días por semana a su hijo en su domicilio, por no decir que había formado parte del equipo que había estado trabajando sobre una cuestión existencial pequeña muy personal que se materializó en mi proyecto La Consulta, la persona a quien podemos poner el nombre que solía acarrear con ella, Teresa, junto a su apellido, del Pozo, falleció.

Murió drástica y fulminantemente de un hictus en la piscina.

Había vivido bien y su alegría vital reflejaba sus elecciones vitales día a día, su simpatía, su voluntad de hacer que el mundo fuese un lugar cada vez mejor. Era un lujo y un honor contarse entre sus amigos.

Pero murió.

Fue en verano. Fui a su funeral. Sus amistades se contaban por cientos y desbordaban vitalidad que generaba un ambiente amable, cordial… como Teresa habría querido.

Para ir, en un cementerio a las afueras de esta ciudad atestada de cadáveres, Jaime Vallaure me puso en contacto con un familiar suyo que iba a ir en coche desde el centro.

Le contacté y me respondió que le habían dejado un vehículo «de respiro».

Yo entendí y asumí que eso se trataba de un servicio que ofrecía la funeraria para familiares con esa denominación tan apaciguadora como esa: un «respiro» (sin pensar en crematorios y chimeneas parecía un buen nombre para coches para los familiares de fallecidos).

Pero no era eso.

Cuando me encontré con quien me habría de acercar, me explicó que «Respiro» era una compañía de alquiler de vehículos por horas, un modelo que se define como «carsharing» o compartición de coches, pero que por la módica cantidad de unos pocos euros por hora (según el tipo de membresía) te dejaba disponible un coche en alguno de los parkings que tenían para devolverlo pasado el tiempo reservado a su mismo lugar.

respiro.es

Así que pasado el tiempo, procedí a darme de alta en la modalidad conocida como «A tu aire», en la que no se paga nada más que cuando se desea disponer de coche (4,5€/hora), lo que nos podía facilitar viajes a Colmenar por 3 horas, por ejemplo… o cosas parecidas.

Pasó el tiempo y lo empleamos un par de veces en dos años, pero parecía que podíamos ir usándolo más cada vez, para visitar, por ejemplo, a Silvia y Robert en la lejana Galapagar. Así que decidimos darnos de alta en la modalidad «Prime», es decir, abonando 5€/mes y luego unos 2,5€/hora cada vez que lo usásemos.

Pero no recordaba que la gasolina se tarifica aparte por unos 0,30€/km. Lo que incrementa bastante el precio en cuanto la distancia es cercana a los 100 kms.

En resumidas cuentas, el sábado pasado hicimos un viaje a Galapagar y por unas 7 horas (que hubimos de ampliar a 8 por un atasco terrible debido a las fechas espantosas en las que estamos en el centro de Madrid) acabamos teniendo que pagar 44€. Teniendo el coche en la puerta, pues la calle Barco está al lado de nuestra casa, pero certifiqué (por activa y por pasiva) que teniendo la suerte o desgracia (suerte, suerte) de vivir en el centro de Madrid el medio de transporte más eficiente sigue siendo el transporte público para distancias medias/largas y caminando para distancias cortas/medias.

Lo demás, carsharing, bicicletas, etc… será una buena opción cuando circule mucho menos vehículo por calles y carreteras. Pero ahora mismo es un despropósito gastar 5€/mes para acabar pagando más del doble de lo que habríamos pagado en transporte público (metro y autobús interurbano) que además habría tardado menos de una hora en regresar a nuestro domicilio en lugar de las casi dos horas que empleamos.

Quiero ser «impulsor» de ese futuro en el que haya algunos coches, bicicletas, patinetes, gente paseando… pero no puedo seguir financiando esa app (que no funciona, pero eso es otra cuestión) así que el mismo día que llegamos procedí a solicitar volver a la tarifa A tu aire, que quizá no vuelva a utilizar, pero que puede que sí…

Algún día la movilidad dentro de las ciudades será muy distinta a como lo es ahora, pero el cambio va más lento de lo que yo suponía. Soy tan malo con las predicciones… 😉

España va saliendo del armario

52 escaños un partido heredero directo y sin vergüenza (y sinvergüenza) de Fuerza Nueva o Falange ha logrado en las elecciones de ayer domingo.

Más de tres millones y medio de personas han votado xenofobia, machismo, totalitarismo, nacional catolicismo… amén de los votantes de las otras formaciones de derechas que defienden casi lo mismo pero con algo más de pudor en las formas.

Pero yo siempre he visto que estaban ahí, agazapados o no tanto, dependiendo del contexto, los millones de españoles que son muy mucho españoles por encima de ser personas empáticas, que estaban ahí reclamando que se dejase en paz (descansando en paz) los restos de la dictadura franquista, los que anhelan una grande y libre (para según quién), los abanderados, los amantes de los militarismos…

Y han salido al ruedo (ese que defienden, lleno de toreros) a demostrar su músculo. Sí, tienen músculo retrógrado y abusón, músculo de venas hinchadas, músculo de guerra, violencia, odio…

Han salido de ese armario en el que se metían discretamente en las conversaciones y al que hemos llamado «cuñadismo»… para reivindicarlo como opción política: la tercera opción política por número de escaños de este país de «cuñados».

Han salido de ese armario popular en el que estaban camuflados, aunque a veces no tanto y se veían bajo los bigotes de algún que otro político o política, agazapados para saltar a cazar… a gritar, a vociferar, a hacer ruido… y consiguen, aunque nos pese (¿a quiénes?) ser escuchados y obtener ni más ni menos que 52 escaños de un congreso que un día estuvo tiroteado por un tal Tejero a quienes seguro que consideran un salvador de la patria.

Sí. Tengo miedo.

Normalizar que la ultraderecha esté representada en ese congreso es peligroso, como lo fue la entrada por las urnas de Hitler en el poder…

¿Alfombra nueva o limpieza?

En el estudio tengo una alfombra que me prestaron/regalaron los compañeros de estudiomamifero con quienes comparto espacio.

Sirvió para ocultar unas manchas en el suelo que es de corcho o similar, algo próximo al linóleo, pero con un aspecto más envejecido y algo desvencijado.

Además, aporta un toque de separación de la región dedicada a los talleres de la que dedico a mi trabajo. Ayuda a crear una atmósfera cálida, recogida, con una sencillez pasmosa.

Pero lleva mucho tiempo sin limpieza y va acumulándose, del uso, un poco maltratada por la falta de atención, muchos pies calzados sobre ella, incluso restos de cartón recortado o de espray, papeles, tinta.

Así que he decidido que tenía que hacer algo al respecto: comprar una nueva o limpiar la existente.

Y aquí han bailado varias razones para decantarme por una u otra opción:

Limpiarla no la va a arreglar de aquellas marcas que el tiempo y la presión de las patas de las mesa han dejado sobre ella.

Limpiarla no resulta un cambio que pueda suponer un atractivo extra para las personas que están acudiendo al taller que siempre agradecen los cambios, las novedades…

Limpiarla no es mucho más barato (pero algo sí) que comprar una nueva. Tampoco es que la alfombra que tengo sea de una calidad inigualable.

Pero…

Comprar una nueva es algo absurdo pues tendría que decidir qué hacer con la sucia, que no está tan mal como para tirarla. Existe la posibilidad de usarla (si quedan marcas) como alfombra para esta región personal, esta sobre la que ahora mismo estoy escribiendo esta pequeña disquisición, pero podría pasar que el contraste con la nueva resulte feo o aumente el ruido visual del espacio.

Comprar una nueva es mucho más ineficiente medioambientalmente, aunque no pueda estimarlo con exactitud. Amén de un gasto (aunque sea poco) innecesario adicional.

Comprar una nueva lo habría hecho utilizando el monstruo del monopolio comercial americano… por comodidad, por precio y por ahorro de tiempo. Perjudicando al pequeño comercio en cierta medida.

Después de un rato buscando limpiadores a domicilio de alfombras en internet… he pensado que quizá no era tan incómodo llevarla si podía ahorrar un poco de dinero, a la tienda en lugar de pagar por el transporte de quienes viniesen a limpiarla.

Así que he buscado tintorerías…

Y resulta que no recordaba (me he llevado las manos a la cabeza) que justo bajo mi balcón de la primera planta hay una tintorería que, en ocasiones, resulta algo molesta con su ruido de máquinas centrifugando. Justo bajo el balcón estaba la tintorería.

Aun así, he llamado por teléfono para no ir en persona para preguntar el precio de limpieza que era algo más caro por metro cuadrado de lo que ofertaban algunas de las empresas que realizaban la recogida y posterior entrega, pero cuyo coste total, sumado el razonable abono derivado de sus desplazamientos, sobrepasaba el modesto coste de la tintotería bajo el balcón.

Curiosamente, van a tardar mucho más en tenerla disponible que cualquiera de las opciones que barajaba, pero tampoco es tan grave, si pensamos que no queda fatal el suelo sin esa alfombra y que quienes vienen por primera vez a los talleres no saben si había o no alfombra bajo las mesas.

Sky44

Una terraza impresionante a la vuelta de la esquina de mi casa. Y llevan bastante tiempo allí, pero el portal es casi inapreciable. Una vez dentro no parece que se tenga acceso a una terraza «cool» sino a una especie de bloque al borde del desahucio: suciedad en las paredes y en el suelo, descuido de los ascensores… aunque se ve un cartel (tímido) que anuncia Sky44 en el ascensor del fondo o del interior.

En una de las láminas laterales del equipo que te asciende hasta el noveno piso, un letrero reza que se trata de unas instalaciones del Grupo Gran Vía 44 (el número del portal en el que estamos).

Ni siquiera al subir al noveno vemos a simple vista la terraza prometida. Aunque… damos unos pasos y aparece una agradable pared adornada con un simulacro de jardín vertical. Y la sorpresa es mayor de la esperada: unas vistas impresionantes desde la décima planta de un edificio de la Gran Vía que es una de las zonas más altas de Madrid, con lo que se potencia la visibilidad en sus 360 grados de visión.

Sky44

Ambiente distendido antes de las 19:00 y unos precios que no son mucho mayores que los que se encuentran en la planta baja.

Carmen y yo disfrutamos un par de cervezas a poco más de tres euros cada una.

Y unas panorámicas mucho más que agradables. Pero no pude evitar mirar al fondo de un patio interior desde las escaleras que no descendimos. Y tampoco fueron menos espectaculares, salvando las enormes diferencias.

Me asomo al balcón

Me asomo al balcón
como un croasán
y pienso
¿cómo sería sacar una silla
y desayunar todas las mañanas aquí
mientras miro pasar la gente
calle Arenal abajo
calle Arenal arriba
o leo un libro
o
sencillamente
planifico mi día
con cuidado?

Me asomo al balcón
y por primera vez en mi vida
me planteo tener unas plantas
a las que regar poco
– podrían ser cactus –
e imagino incluso ponerles nombre
y esperar el surgimiento de sus órganos sexuales
llamados flores.

Me asomo al balcón
y no pasa por mi cabeza
la idea de suicidarme
quizá por ser un primer piso
quizá por ser un primer momento del día
quizá por ser un primer atisbo de futuro.

Me asomo al balcón
y recuerdo no haber escrito nada
en este blog que nadie lee
y cuya repercusión me es indiferente
mientras miro pasar la gente
de quien no sé nada
y que no sabe nada de mí.

Me asomo al balcón
e imagino lanzar un poema
en un pájaro de papel
con tan mala suerte
que acabe en el ojo de esa señora
que camina
despacio
con una maceta en los brazos
buscando un lugar donde dejarla.

Mi primera casa

Mi primera casa estaba en Mesón de Paredes 84
esquina con la calle Miguel Servet
que resulta que era un científico algo herético.

Mi primera casa estaba en el sur de Madrid
antes de que el sur de Madrid fuese
el centro de Madrid.

Mi primera casa estaba aterrorizada por la policía
que eran llamada «los grises» por sus uniformes
y que disparaban pelotas de goma a quien se asomaba a los balcones
para ver las manifestaciones del tardo-franquismo.

Mi primera casa estaba enmoquetada
y dibujé un campo de fútbol para las chapas
que constaba de unos cuantos rectángulos
y unos cuantos semicírculos blancos.

Mi primera casa estaba habitada por mi abuela materna
que murió cuando yo apenas contaba 5 años
o menos o más
porque no lo recuerdo
salvo que me pidió una galleta la noche en la que falleció
en su cama.

Mi primera casa estaba en un portal viejo
que ahora es considerado una reliquia
y cuyo valor en el mercado supera los sueños
de un especulador ebrio de ambición.

Mi primera casa estaba a pocos metros de mi primer colegio
Legado Crespo
en el Paseo de las Acacias número 2
donde me (nos) recogía mi (nuestra) madre a la salida
después de haber comido en el salón colectivo
casi siempre barato y frío
nunca vegetariano
siempre casero y tradicional.

Mi primera casa estaba sobre la vivienda
del que fue mi primer amigo
un tal Patrik
hermano de una niña que era la antítesis de mi hermana
y a quienes no he vuelto a ver
desde que nos mudamos a Colmenar.

Mi primera casa estaba cuatro plantas por encima del suelo
por encima de un sótano donde vivía un pintor
amigo de mis padres
que se llamaba manolo y pintaba unos bodegones
espantosos
que hoy identifico como una de las cosas que más me repelió
del arte
hasta que descubrí que había otras opciones.

Mi primera casa estaba llena de humo
permanentemente
que entraba a través de las persianas de hierro
desde la Tabacalera Española
que no era el centro de arte
más o menos autogestionado que es ahora
sino una sencilla y fea fábrica
que expelía una permanente nube gris oscura
cuya tristeza se impregnaba en todo.

Mi primera casa estaba a dos pasos
como quien dice
de la corrala donde Franco dio uno de sus últimos mítines
inútiles para un régimen que no aceptaba diferencias.

Mi primera casa estaba plagada de recuerdos
que no tengo.

Y sin embargo
cada día que paso por delante
tengo ganas de entrar y afrontar el escalón
donde un perro me saltó por encima
aterrándome
tengo ganas de entrar y ver si encuentro
aquella vecina a la que se le cayó todo el pelo
incluso el de las pestañas y las cejas
con lo que su expresión se volvió inquietante
para un niño que apenas había vivido
más allá de sus cuatro paredes marrones
y que se escondía en el pasillo
del paso del tiempo.

Cada día que paso por delante
pienso que paso por delante de tantas cosas
plagadas de recuerdo
impregnadas de pasado
que me impresiona mirar hacia atrás en el tiempo
como si fuese un abismo con fondo de rocas
olas rompiendo furiosas
y silencios sin explicación.

Esto no es una broma