La tecnología es molesta, a veces

Cuando te propones hacer algo que depende de la tecnología, acabas perdiendo mucho tiempo (no sé por qué hablo en segunda persona, cuando me está pasando a mí y no tengo por qué suponer que le está pasando a nadie más, ni a ti, ni a él o ella, ni a nosotros, vosotros, ellos).

Estoy intentando configurar la conexión bluetooth que hay entre mi portátil y mi teléfono móvil para pasar una fotografía que realicé desde casa de mi alumna preferida, alumna de clases particulares, eso sí. Es una bella fotografía urbana desde su ventana, que tomé cuando la esperaba el lunes pasado porque llegó un poquito más tarde de la hora prevista. Fue una espera embarazosa, me da por pensar que no debo estar en la habitación de otra persona si esa persona no está allí. Es como haberse colado en su intimidad sin que me haya dado permiso para ello. Sí, claro que luego voy a estar, cuando ella está en la clase, conmigo, pero no es lo mismo.

Soy tremendamente respetuoso con el derecho a la privacidad de los demás. Lo primero que hago en un PC que instalo es crear dos usuarios, uno para Carmen y otro para mí, para no tener acceso a sus cosas salvo caso de extrema necesidad. Me parece lo mínimo para que una pareja se lleve bien el hecho de respetar la privacidad del otro.

Carmen es respetuosa, no sé si de la privacidad, de la que es extremadamente consciente, o de todo en general y, por extensión, también de mi derecho a tener parcelas privadas de su alcance… que luego acaban publicadas en la web. Así que ella lo vio como algo natural, como algo que no se plantearía que fuese de otra manera. Pero no todo el mundo es así.

En resumen, llegué a las 17:30 a su casa y una persona que tienen encargada de limpieza y manutención me invitó a pasar a la habitación de Marta y esperarla allí. Yo no quería mirar ningún cuadro, ni ninguna figurita de las que pudiera tener en su habitación, ni, por supuesto, acercarme a su portátil, encendido, ni sentarme en su cama y ni tan siquiera en una silla. Me había quitado el abrigo y lo había dejado donde suelo dejarlo, sobre su cama, pero estaba incómodo, de pie, en mitad de su habitación, sin más que hacer que esperarla mirando por la ventana de su habitación, viendo lo que ella puede que vea cuando se asome, dándome cuenta de que puede verme mientras espero, algunos días, a que llegue el momento de acercarme a su portal para llamar al telefonillo justo a la hora convenida.

Eran unas vistas formidables de La Vaguada, de parte del Barrio del Pilar, que me resultaron encantadoras y decidí fotografiarlas. Quise apropiarme de esas vistas, pero sintiendo cierto respeto ante el hecho de coger algo que, de alguna manera, es sólo suyo. Y no está de más decir que además pensé en la posibilidad de subir después esa foto a mi diario (¿subir?, ¡ah, que está en una nube!). Pero esa publicación de un material tan privado, tan íntimo, me parecía inadecuado, incluso llegué, en mi paranoia, a tener mis reservas desde el punto de vista de la seguridad, pues estaba dando más información de la necesaria sobre alguien en un entorno público. Un tercero podría saber la ubicación de la vivienda de mi alumna (y algunos otros datos, rastreando entre las líneas de este diario) y utilizar esa información con fines inadecuados.

Después de cinco minutos mirando por la ventana, decidí mirar hacia mi teléfono, con conexión a Internet, pero en cuanto empecé a establecer la conexión a la web de la Caixa, oí la puerta de la vivienda cerrarse indicándome la llegada de mi alumnita querida. Y allí estaba ella, entrando como si nada, riéndose no sé muy bien de qué, dándome a entender que en lo último que pensaría es que yo pudiera haber estado pensando en que mi presencia allí era una violación de su intimidad.

Comenzamos la clase y olvidé la fotografía. La química inorgánica puede ser un buen narcótico.



Al fin he conseguido pasar la fotografía, molesta, muy molestamente y seguro que en breve vuelve a dejar de funcionarme, porque la tecnología está pensada para hacer que te conformes, que seas parte de la masa, que seas como los demás, normal, normal… te instales windows y dejes de molestar con tus rarezas. Pero vivir de una determinada manera, ser consciente de que hay caminos alternativos y seguirlos forma parte de mi vida y exige algún que otro molesto (y ya van varias veces que digo la palabra) sacrificio.

¿Merece la pena?

Hoy he alterado mi horario

por encontrarme con una amiga
que está en mi red social preferida
como si no fuese virtual
como si tuviese una voz propia
y su cuerpo tridimensional
no llenase mis múltiples dimensiones
al menos en cortes
secciones
lo que podríamos llamar
curvas de nivel multidimensionales
como su abrazo en mi entorno
o su olor corporal
o el tono cálido de su voz siempre cantarina.

Hoy he alterado mi horario y no me ha importado
porque hemos arreglado el mundo
el suyo y el mío
y nos hemos sumergido en el placer
de tomarse un cafecito en mitad de la mañana
como si trabajase a media jornada
autónomamente
como si fuese libre y dispusiese de mi tiempo
de la manera que me diese la gana
la real gana
que no viene de realeza sino de realidad
de esa realidad no imaginaria
completa como el plano complejo
o como una aplicación
de múltiples variables complejas
cuya concepción me produce tal placer
que hay poca gente con quien pueda compartirlo.

Vendrá mi amigo Jose Luis
que ya ha venido
de Medellín, Colombia,
a pasar unos días en Madrid
y podré hablar con él retomando la conversación
donde la dejamos
en aquellas cuestiones que relacionan
la mecánica cuántica con la crisis financiera
pasando por los modelos de Frequently Asked Questions
como utilizable por las propuestas de democracias directas
u otras formas posibles de organizar la toma de decisiones
e información
en la sociedad del siglo XXI
donde aún algunas imprentas intentan sobrevivir
haciendo trabajitos manuales
del siglo XIX
como si no supieran que el palito se ha movido de sitio.

Hoy he alterado mi horario
y es que
para eso está.

Tenemos nuevo gobierno

Y en Madrid, de paso, tenemos nuevo alcalde o alcaldesa. Si es alcaldesa, me da por pensar que seguramente taladrará menos el suelo de la ciudad, sintiendo que esa necesidad que tenía el señor Gallardón, con todo mi respeto, era algo fálica, hombruna, sexualmente necesitada de penetraciones buscando un placer que no siempre se produce, casi violador de un suelo horadado hasta la saciedad de lo superfluo.

Me resulta interesante ver cómo, poco a poco, van ganando cota de poder político, al menos de cara a la galería, las mujeres, incluso en partidos con una base reacia a ello como lo es el partido popular que ha decidido tener en varios puestos importantes a personas como Soraya Sáenz de Santamaría, Esperanza Aguirre, la futurible alcaldesa de la capital, Ana Botella, a la que dicen que nadie ha elegido, tenemos a Rita Barberá, esa divertida estampa que presume de ser también alcaldesa… y en Castilla la Mancha a Maria Dolores de Cospedal.

Sin hacer alardes de igualdad, que serían de risa, teniendo en cuenta que en el verdadero poder, el económico, siguen siendo anecdóticas las mujeres, es relevante el hecho de que la vicepresidencia del país vaya a recaer, después de Teresa de la Vega, en otra mujer, mucho más fácilmente presidenciable, puesto que el señor Rajoy no parece estar para aguantar entera la legislatura, parece viejo y cansado… pero igual luego aguanta el abuelete… Y si se va, claro que ella también se irá. Es poco probable que dejasen gobernar el país a esta mujer, que además es joven.

Y con respecto a lo de que nadie ha elegido a Ana Botella, algo que he leído reiteradamente en diversos foros, siento discrepar y mucho: el sistema electoral actual es el de elegir partidos, no personas. Quienes aún no entiendan esto es que no comprenden el funcionamiento de la democracia española, pero no es verdad que no haya sido elegida: mayoritariamente, a mi pesar, el pueblo de Madrid ha dado su voto al partido popular, no entro a aquí a analizar algo que no acabo de entender, pero lo ha hecho. Que Gallardón haya sido hasta ahora su cara visible es solo una cuestión de marketing, pero no aceptar esto es no entender que no se vota a este señor, que este señor no gobierna en solitario, como ningún otro, sino con el consenso y apoyo político de su correspondiente partido, único al que verdaderamente en un sistema con listas cerradas, se elige democráticamente. O pseudemocráticamente, pero esto es otra cuestión.

En resumen, lo que más me impacta, y creo que no soy el único, es que Rajoy (¿seguro que ha sido él?) haya decidido rodearse de algunos ministros como el de economía, procedente ni más ni menos que de la directiva de Lehman Brothers. No hemos necesitado un golpe de estado técnico al estilo de Grecia o Italia, en nuestro caso, lo orquestamos directamente desde el poder elegido democráticamente, como venimos haciendo en esta débil democracia impuesta por un dictador aún no juzgado en una parodia de transición de la que, encima, nos sentimos orgullosos.

Lo que me impacta visualmente hasta no poder más es que este señor haya jurado su cargo en presencia de un rey (esto de la monarquía y la igualdad de todos los hombres es algo que no acabo de entender cómo pueden convivir) y frente a un crucifijo y una biblia. Pero ¿no presume Europa de no ser, como los países islámicos, aconfesional?

Debería estar absolutamente prohibida la posibilidad de realizar un juramento institucional bajo un símbolo que debería quedar bajo el ámbito puramente privado. No entiendo que esto no sea causa de revolución. No, no lo entiendo.

Así las cosas, me da igual que gobierne Rajoy, Zapatero, PSOE, PP o quien coño sea: las cosas no cambian. Este país es como es porque la gente de este país es como es. Nadie quiere cambiar. ¿Nadie?

Hay preciosidades en cualquier lugar

Salgo del metro ayer y veo que sobre el cielo está impresa la imagen de estos dos árboles de distintos colores, cuadro impresionista que la naturaleza (que también existe en la ciudad) me ha regalado.

Solo hay que caminar con la mirada abierta, con un poquito de calma en el cerebro, con una cámara de fotos para capturar el alma del momento (en este caso la de mi móvil de hace cuatro años, que es el que más me ha gustado de cuantos he tenido) y dispuesto a detener el tiempo, un instante, de ahí que se llame instantánea a la fotografía.

1789, 1848, 1917

Hay fechas que el romanticismo ha convertido en míticas.
Hay fechas que la desesperación ha calificado de esperanzadoras.
Hay fechas que miramos con ojos cargados de nostalgia.
Hay fechas que añoramos no haber vivido.
1968
Yo estaba vivo y no lo viví.
Los 80
Yo estaba vivo y no los viví.
1789, 1848, 1917
No había nacido y no las viví.
2011
Estoy vivo y lo vivo poco.
¿A qué estoy esperando?

He cambiado de barrio

Vivía en un barrio en el que no podía
entrar en la mayoría de los comercios
hablar con la mayoría de la gente
porque eran prostíbulos
en los que es mejor no entrar
si no quieres ser un cliente
porque eran yonkis
con los que es mejor no hablar
si no quieres tener sus problemas
y mi hermana
cuando llegaba a mi barrio
lo primero que decía era que
olía a pis
y tenía razón.

Cuando Carmen empezó a vivir aquí tenía miedo
porque el barrio salía por televisión
para contar los últimos percances
que alguno había tenido con la policía
(mucha mucha policía)
y ahora está encantada.

Desde hace unos años parece que
he cambiado de barrio
y vivo en uno en el que no puedo
entrar en la mayoría de los comercios
ni hablar con la mayoría de la gente
porque son caros y mi economía está en crisis
(mucha mucha crisis)
hace años
desde que gracias a comprar una casa en ese barrio bajero
pude dedicarme a escribir poesía
poemas
que nadie quería consumir
y cuyo valor en el mercado de divisas
es insignificante.

Salgo a la calle y veo gente
(mucha mucha gente)
paseando mascotas de alto estanding
a las que les abrigan en invierno
con un jersey de lana virgen
pero que cagan en mitad de la calle
aunque sus dueños elitistas
se agachan a recoger lo que pueden
o quieren
de esos detritos
más o menos
sólidos.

Mascotas dueñas de las calles
como aquellos yonkis
y es mejor no meterse con ellas
ni con sus dueños
si no se quiere tener problemas
y aguantar que el pis
sea algo que siga sin cambiar
salvo de especie.

Defendiendo a Esperanza Aguirre

Parece mentira que ya sea la segunda vez que defiendo a esta persona (o creo que, incluso, la tercera vez) discrepando tanto como lo hago de sus programas o los de su partido, aunque no los hagan públicos, pues saber cual va a ser el derrotero que tome este país a partir del 20N es algo más que sabido.

Aunque tanto esta vez como la anterior he comparado a su partido con el nacionalsocialista. Sin acritud. Con lo que creo que es su ideario más o menos oculto entre palabras de neoliberalismo (con lo engañoso etimológicamente hablando que tiene esta palabra de emparentarse con liberal, libertad, etc).

Esta ocasión ha sido a raíz de una correspondencia con una amiga, docente de un instituto público de la Comunidad de Madrid.

La cito a continuación:

EL NO VA MÁS DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA EN MADRID

Una amiga me ha enviado un mail, en el cual algunos profesores de la enseñanza pública relatan cómo se está cubriendo la plantilla en sus centros. El texto es bastante largo, os cito una sola frase: ‘A mi centro ¿o debo decir ex-centro? han llegado dos «profesores» procedentes de la «Fundación Botín» que, al parecer, van a dar horas de matemáticas y economía. Están adjudicados desde julio y por supuesto no proceden de las listas de interinos….(El texto completo aparece a continuación de este mensaje) He querido verlo por mí misma y esto es una muestra de lo que he encontrado en la web de esa Fundación : ‘Si eres admitido al programa de Empieza Por Educar, serás destinado a un CENTRO PÚBLICO o concertado de ESO para dar clases de Matemáticas o de Lengua –según tu especialidad de estudios. Ya tenemos plazas en la Comunidad de Madrid y en breve podremos ofrecerte plazas en otras comunidades autónomas, puedes indicarnos tus preferencias al rellenar la solicitud online.’ (Fuente: www.empiezaporeducar.org, Presidenta de la Fundación: Ana Patricia Botín). Por supuesto a estas personas no se les ha exigido, como al resto de profesores de la pública, el Curso de Adaptación Pedagógica ni las duras pruebas que suponen las Oposiciones.
Como persona, como ciudadana, como madre sólo puedo decir: NO QUIERO. Os pido que una vez hechas las verificaciones oportunas le deis la máxima difusión posible.

Cuando me llegó este email, me puse a hojear (¿se puede hojear una página web?) la web en cuestión y me dieron escalofríos. Es una trampa y una trama… es juego sucio… pero es tan … ¿asqueroso? que contesté a mi amiga que era acojonante y que le agradecía la información. Ella volvió a escribirme diciéndome, entre otras cosas, «Que dos tiparracas inmorales -Aguirre, Figar- tengan el poder de insultarte y mentir a diario, que sus mentiras se difundan como la pólvora y que un gran número de personas le den crédito…» e hizo saltar en mí algo de crítica a las formas por la personalización del discurso.

No soy muy de personalizar y me parece demasiado duro lo que dices de 2 personas que representan (nos guste o NO) a un montón de gente que, esencialmente, están de acuerdo con lo que estas «personas» están haciendo. Sé de gente que las vota por lo que hacen y dicen… aunque parezca increíble!

Ella me respondió, sin enfado, lo cual ya es de agradecer en estos tiempos que corren de crispación absoluta:

En cuanto a lo de ser demasiado dura con esas dos personas… bueno, quizás podría ahorrarme lo de «tiparracas inmorales», pero en este caso concreto de la educación, dado que se trata del medio en que trabajo, sé cuáles son sus mentiras y sé también que mienten a sabiendas de que lo hacen. Muy moral, no me parece, la verdad. Tampoco me parece muy moral beneficiar a quienes menos lo necesitan y quitarles recursos a los más desfavorecidos (y no lo digo por decir, me baso en datos). Pero tienes razón, muchas personas las han votado; lo que no tengo tan claro es que todas esas personas sepan realmente en qué consisten las políticas educativas que llevan a cabo. (¡Pero si muchísimos de los padres que llevan a sus hijos a la concertada ni siquiera saben que no están obligados a pagar nada, y que de hecho, es ilegal que les pidan una mensualidad…!)

Y, para terminar de explicarme, volví a la carga con otra misiva explicativa de lo que había querido decir, pero más detalladamente:

No sé si me has entendido mal.
Es más una cuestión de forma que de fondo: prefiero no descalificar a dos personas. Se trata de que creo que ellas (y su partido y otros partidos) creen en la bondad de sus propuestas, aunque sea una bondad para algunos. También creo que sus votantes no son tontos o ignorantes (aunque haberlos haylos) sino que ellos creen también en esa bondad para ellos (cortoplacista y poco profundamente analizada, quizá). Conozco más de un caso, espeluznante, puede, en el que una profesora de colegio público lleva a su hijo a un colegio privado animada por el resto del claustro para que «tenga más oportunidades».

Es un modelo que no comparto y en lo esencial estoy de acuerdo contigo, es decir, discrepo abiertamente sobre la política que se viene haciendo desde hace años (y ahora ya sin tapujos ni eufemismos) entorno a la privatización paulatina de la sanidad y, en especial, de la enseñanza. Si estuviese en mi mano, que no lo está, prohibiría absolutamente la existencia de colegios concertados o privados de cualquier tipo. También haría lo mismo en sanidad.

Dicho esto, vuelvo a insistir en que se trata de no descalificar a unas personas, sino centrarse en la visión «cortoplacista y poco profundamente analizada» y, pedagógicamente, explicar las ventajas de un modelo alternativo al que nos están tratando de imponer (rectifico: imponiendo) como única posibilidad. Es un modelo que ya existía, casi. Se trata de no perder lo que en algún momento tuvimos (soy un orgulloso alumno de escuelas públicas de calidad). Pero, por favor y sin que te hierva la sangre: no te rebajes a la descalificación (ni siquiera a la de Hitler: lo malo no es él, sino el nacionalsocialismo). Es posible que para mí sea fácil decirlo porque tú no me ves como un «afectado» porque no trabajo en eso, pero yo sí me siento directamente afectado. De ahí que me interese y mucho la información que proporcionas. Se trata de un modelo claramente antisocial, que generará conflictos de clase en muy pocos años, que generará unas desigualdades injustas para una sociedad democrática (dicen que tenemos una así), un modelo, en definitiva, que nos hace retroceder a los privilegios de clase tan típicos de la época feudal y prerrevolución francesa.

Y sí, me gustaría que me contaras, por último, cuales son los HECHOS que te hacen descalificarlas de ese modo. Pero, insisto, mejor descailifa a la idea, porque un día no estará esa persona (Aguirre o Figar) pero seguirá funcionando esa propuesta insolidaria, inconsciente del valor atribuible a la cultura y su difusión, del valor de su libre acceso y del compromiso que debería tener un estado democrático por garantizar la formación igualitaria a todos sus ciudadanos, dejando de tratarlos como consumidores o clientes. Pero, insisto, esto no es solo responsabilidad de A o F sino de todos los que, con nuestros votos, con nuestras manifestaciones, con nuestras acciones, formamos parte del estado.

Querida Elisa, espero que no te parezca que soy un pesado, ni que esta tontería de la cuestión de forma es baladí. No quiero caer en la tentación de simplificar la cuestión y atacar a (o discrepar de) 2 personas cuando he de atacar a (o discrepar de) millones.

Encantado, otra vez, de seguir recibiendo información. Otros cauces son posibles y gracias a ellos y a ti (y no a Telemadrid) podemos informarnos más directamente.

Supongo que tendré en breve otra respuesta suya y que seguiremos discrepando en algunas cuestiones, pero lo que me gustó fue que me obligó a articular mi discurso de forma más ordenada, a ser lo suficientemente calmado como para explicarlo, a escuchar con algo de sensibilidad el dolor que está padeciendo la persona directamente afectada, a darme cuenta de que también yo soy directamente afectado, a responsabilizarme de dar a conocer (un poco más) la información que ella me está dando a conocer a mí y a un montón de cosas más… difíciles de nombrar.

Gracias, amiga, por tan fructífera correspondencia.

Comer y no comer

En algunos restaurantes, se ha puesto de moda muy muy cool no servir pan, no poner manteles, no poner servilletas, no poner azúcar, no ofrecer agua… pero eso sí, la comida tiene la pretensión (a veces solo eso) de ser excelente. La poca comida, hay que añadir.

Hoy hemos estado comiendo en un restaurante con una estética cuidada que mezclaba el ambiente de un café informal con el de un restaurante de diseño de quien tiene añoranza por lo pobre, lo rústico, lo casual. Pero nada lo es. No es casual que los camareros o camareras del local no tuviesen ni idea de lo que es atender en un servicio público, no es casual que no cobren demasiado, tan solo 8,50€ que hace unos años sería un auténtico lujo, ni que esté situado entre mi barrio y chueca. Lo más de lo más.

Pero lo demás es que he comido poco, una comida de evidente necesaria mejoría, con un servicio pésimo, en un lugar pretencioso. Me he sentido como si me hubiese comprado unos pantalones vaqueros rotos y hubiese tenido que pagar por los rotos… ¡Uy! si eso ya existe.

Espero que no se extienda la costumbre. Adoro comer en restaurantes que cuidan la comida, tanto el acto social como el gastronómico, pero sin olvidar, sin olvidar en ningún momento, que hay que saciar un apetito a un precio asequible; de lo contrario, prefiero hacerlo en casa.

Epojé o Muerte

El lema Patria o muerte Venceremos nació un 5 de marzo de 1960, cuando Fidel Castro, en un discurso ante una tumba de soldados y obreros muertos el día anterior en un enfrentamiento con tropas estadounidenses, dijo que no existía otra alternativa que la patria libre o la muerte. Al final del discurso gritó “Patria o muerte”. Mientras que la multitud gritaba “Venceremos”.

Aunque yo creía que había sido la estrella mediática de aquella revolución, Ernesto «Che» Guevara, parece ser que Fidel Castro pronunció aquella sentencia de «Patria o muerte» que fue contestada con un «Venceremos». Era necesario decidir entre Cuba Libre o la muerte. Después la popularizaría el Che y yo la conocí en la casa de mi querida amiga Sylvia a través de la canción de un CD homenaje a la figura del famoso revolucionario.

El CD completo aún se puede escuchar y adquirir o no adquirir y escuchar.

Epojé, del griego ????? «suspensión», transliterado a veces también como epoché, es un concepto originado en la filosofía griega, utilizando principalmente por la corriente escéptica. En los tiempos modernos fue revitalizado por la fenomenología de Edmund Husserl si bien no en su acepción inicial. Originariamente, según la definición dada por Sexto Empírico significa un estado mental de «suspensión del juicio», un estado de la conciencia en el cual ni se niega ni se afirma nada. Para Husserl, la epoché consiste en la «puesta entre paréntesis no sólo de las doctrinas sobre la realidad sino también de la realidad misma.

Pero encontrarse este grafiti en las cercanías de la plaza del 2 de mayo de madrid me ha devuelto la esperanza en que la victoria y la consecución de la libertad dependen de la razón. Con este lema de epojé o muerte, parece quedar abolida la necesidad de luchar por una patria y sí por una coherencia tan infinita que puede, en extremo, llevar a la inacción… que es la muerte.

Aún estoy saboreando el momento en el que me encontré esta pintada. Se le atribuía a un autor que no recuerdo y que no incluí en la foto. No importa tanto el autor como la interpretación que hago de ella: sin una lucha por una razón individual, profunda, analítica pero sintética, autocrítica, serena y creativa, no hay sentido para la vida. Pero el problema es que la razón en exceso pueda llevar a la duda absoluta de la que no salir, aunque también puede conducir a una ataraxia estando entre conceptos de religiones orientales como el nirvana y el satori.

Esto no es una broma