Manuela Carmena

A veces soy muy crítico con nuestra nueva alcaldesa, quizá porque creo que está comunicándose mal, pero siento que ha habido algo de inacción y agradezco encontrarme un vídeo como este de la plataforma 15M.

El otro día le confesaba a mi amiga María las dudas sobre la gestión de este gobierno en sus pocos meses de ejercicio, diciéndole que debería, desde mi punto de vista, realizar acciones más decididas, aunque eso le acarrease disgustos de cara a su electorado, no necesito que me consulten sobre decisiones medioambientales, por ejemplo, puesto que he votado a esta plataforma porque, si bien su programa era algo ambiguo por asambleario, contenía el germen de un pensamiento ecologista, y situaron para así reflejarlo a Inés Sabanés al cargo de Movilidad y Medio Ambiente.

Ella me dijo que igual están cambiando la forma en la que se hace política y eso me parece bien, pero demasiado lento y poco eficaz desde el punto de vista estratégico: Madrid es una plaza fuerte ganada por un equipo que no había gobernado y ahora lo está haciendo.

También critiqué algunos de sus desafortunados comentarios, entre otros, aquel en el que dice que si pudiera volver atrás no volvería a presentarse a la alcaldía. Es uno que me hirió profundamente puesto que yo entendía que esta mujer, no procedente de la política profesional, sin embargo estaba cualificada para realizar ese trabajo para el que la voté (aunque no voto personas, sino propuestas)

Ahora encuentro ese vídeo y debo retractarme de algunas de las afirmaciones que hice y reconocer que no es que no estén haciendo lo que prometieron y no lo estén haciendo decidida y contundentemente, pero sigo pensando que lo están explotando poco políticamente y la política es una partida de ajedrez seria en la que una pieza como esta debe ser usada en todo momento.

Ese vídeo es verdaderamente aclaratorio de por dónde se ha movido este consistorio, a pesar de que su tono es tan parcial que le resta credibilidad, pero no obstante, está siendo infrautilizado su contenido, ese aluvión de medidas que (medio ambiente aparte) parece que darán en los próximos 3 años su fruto.

Como de costumbre, me abstendré de referenciarlo en Facebook o en redes sociales, pues no me gusta el resultado que suele generar de crispación y confrontación, pero no puedo dejar de compartir mi opinión en este diario personal.

Poco convencido por su programa (y menos aún con su metodología), votaré a quienes Equo me ha sugerido que vote, presentándose conjuntamente en las elecciones generales del 20 de diciembre. Aunque yo habría sido de ese 45% en contra de confluir con Podemos, entiendo la estrategia.

Cápsula del tiempo en El Ser y el Tiempo

ser y tiempo

He encontrado en casa de una de mis mejores amigas un libro que le presté hace tiempo titulado El Ser y el Tiempo, de Martin Heidegger.

Es uno de esos libros «sesudos» que en su día leí con avidez pues respondían a una forma de explicar el mundo que cuadraba con la que tenía y no había encontrado a nadie capaz de explicarlo de semejante manera. Me importaba la manera, no la explicación. ¿Se entiende?

Leía Sartre (El ser y la nada se me atravesó), después de haber devorado toda la obra de Nietzsche, tras acabarme Schopenhauer y, por supuesto, bastante después de «comprender» a Kierkegaard.

Eran los 80. A finales. Recién terminada mi adolescencia, que había pasado frente a los «científicos» Einstein, Heisemberg y el divulgador Asimov, entre otros cientos.

Aquellos no habían sido capaces de aproximarse a hacerme entender muchas cosas del mundo, aunque les deberé la forma de ver otras muchas. La palabra Dimensión entró en mi vida, como algo interesante para explorar… Y ni hablar del límite al conocimiento científico que se planteaba el Principio de Incertidumbre.

Durante los últimos 15 años leo ensayos sobre arte contemporáneo que me ayudan a comprender otras cosas que ninguno de los anteriores se atrevía a mencionar… o lo hacían de manera que a mí no me llegaba (la forma de «Federico» de hablar de arte no me dice mucho, por más que sepa que ha sido relevante). Adoro la forma de escribir de Simón Marchán Fiz, por ejemplo, o de Ana María Guasch.

Me interesa el análisis estructuralista de Roland Barthes a quien considero mi lectura habitual para relajar la mente en vacaciones estivales.

Pero, volviendo al tema, abrir este libro en casa de mi amiga María ha sido divertido por encontrar fotografías (analógicas, claro) de aquellos tiempos:

Marta x 4. Aquel primer amor serio, relación de más de 6 años que terminó bonita y con cariño mutuo. En la página «Planteamiento del Problema». ¿Casualidad?

Martax4

Después (las he encontrado también así) la fotografía de Raquelt en la playa levantina, seguramente algún fin de semana con Queralt, aquella matemática que me volvió loco durante un par de años y a quien yo volví loca enamorándome de otra matemática. En la página «Doble problema de su desarrollo». ¿Casualidad?

raquelt

Junto a la contraportada, una hoja manuscrita con algunas de las preocupaciones de aquella época en mi vida:

inquietudes binarias

Hoy he tenido la sensación de viajar en El Tiempo con El Ser y El Tiempo. Quizá mañana, con ese mismo libro, viaje en El Ser.

Mi futuro

está por llegar
como todo futuro
con cardos de los de hacer ensaladas
con pimientos fritos
con pimientos asados
con pimientos revueltos
con algo que no sea pimientos
con amor
con viruela
con virulencia
con virtud
con virtualidad
con alidad
con calidad
con mucha
mucha edad.

Es un futuro
nuevo
como todo futuro
como río del amigo Heráclito
como una sopa de Parménides
como duda de Zenón
como teorema de Pitágoras
como conversación Socrática
siempre
eso sí
plano como una hoja.

Tal
es mi futuro.
Tales
mis planes.

Hipotecas

hipotecas

Sin restar importancia al hecho de que también el banco se debió hacer responsable de algunos de sus errores (directamente responsable, sin salvaciones ni ostias… y entonces sí habría habido una revolución, claro), sin restar esa importancia, insisto, corregiría el punto 3 de la siguiente manera:

El banco me ofreció una hipoteca para comprarla, conociendo mi situación económica.

Y agregaría un 3.5 tremendamente importante: acepté las condiciones, conociendo mi situación económica.

Un comentario con respecto al punto 4: Supongo que yo no sabía, cuando pasé por ese punto 3.5 que falta, que en algún momento podía ocurrir. Porque de haberlo sabido habría sido un poco irresponsable. ¿O tampoco?

Sobre el punto 5, una aclaración conveniente: lo que me ofreció el banco y yo acepté fue dinero (un préstamo) con unas condiciones, entre otras, intereses a abonar… quién realmente me vendió la casa fue una promotora/constructora. En realidad es con estos con quienes creo que tendría que hablar para devolverles la casa y pedirles que me devolvieran mi dinero… aunque eso va a ser difícil. (Meterme en la propiedad de estas promotoras/constructoras por parte de los bancos es algo que me supera en esta entradilla)

Pero el dinero y su disponibilidad inmediata no son lo mismo. En medio está lo que llamamos el precio del capital. (Sí, estamos en un sistema capitalista).

En cuanto al punto 6, está claro que hay que repasar, en eso de los sistemas capitalistas, cómo funciona esa famosa ley de la oferta y la demanda. Aunque se puede (posiblemente con cierta razón) aducir que era un complot prepensado para hacerme caer en sus redes especulativas. Aunque conozco una amiga, una muy buena amiga, que nunca se atrevió a comprarse una vivienda (en realidad no estaba dispuesta a pasar por el omitido paso 3.5) y ahora sigue feliz en su casa alquilada cerca de la mía (comprada completamente, con una hipoteca que terminé de pagar, adelantándome a su finalización con amortizaciones que iban liberándome cada día más, incluso a costa de perder beneficios fiscales).

No voy a decir que la culpa (caso de haberla) sea exclusiva del comprador: el precio de los alquileres de viviendas llegaron a ser tan altos y la «facilidad» de conseguir una hipoteca a bajos intereses (aunque en ocasiones eran intereses revisables) era tan sugerente que no hacía una propuesta de austeridad, salvo la que venía cada cierto tiempo del BCE (el odiado Banco Central Europeo) solicitándole a España que subiese los tipos de interés para desincentivar el endeudamiento particular.

Ya en el 2007 mi amiga María se manifestaba contra el precio especulativo de las viviendas y la desregulación del mercado inmobiliario, pero era ella y un grupito de perroflautas que en Sol (entonces no era Vodafone Sol) no ocupaban ni un 2% del espacio de la plaza. Los demás decían que era una tontería de jovenzuelos que no querían invertir… (esta era una palabra clave que muchos nos creímos).

Lo siento pero Forges, en esta ocasión, me parece simplista y populista (sinónimos, por cierto).

Que el precio de la vivienda (del suelo) es alarmantemente alto en Madrid era un problema ya en 2003, cuando alquilar un local era tan caro que debías subir precios de actividades que realizaras en él para poder hacer frente a estos gastos fijos. La acumulación de la propiedad en manos de unos pocos grandes poseedores que se permitían el lujo de mantener locales sin alquilar ni vender si los precios no eran los que marcaban, llevaba a situaciones demenciales (hace más de 12 años, no con la crisis…).

Ese fue uno de los grandes problemas de nuestra economía. Pero se veía (por muchos) como una «oportunidad» de negocios: compra y luego tu casa valdrá más y más y más… y la ambición rompió muchos sacos.

Y la irresponsabilidad de algunos que avalaron la ambición de otros, porque tener un hijo no ambicioso era una vergüenza. (Ahí tengo unos tíos que han perdido una casa por avalar las ambiciones irresponsables de un primo mío. Por suerte, tenían otra vivienda menor…)

Repito, como al principio, que no es tan simple… claro que podríamos hablar de responsabilidades compartidas, especialmente a partir del momento en el que un banco privado (que también debería saber que puede ser arriesgado) es rescatado de la ruina con dinero público. Sí, en un sistema capitalista, en el que se rescata deudas de las grandes fortunas, pero no de las pequeñas propiedades.

Esto es injusto aunque sea justificable. Por más que se me repita que se trata de un préstamo para evitar conflictividad social. Sí, sí… préstamo que, sin embargo, no se renegocia con quién está en dificultades para hacer frente a sus pagos hipotecarios.

Bien está que se regule un poco más la adjudicación de hipotecas, la tasación de viviendas, la renegociación de deudas… pero esto conllevará, entre otras cosas, espero, la dificultad para pasar tan rápidamente del punto 1 al punto 2. Si una casa me gusta… tendré que pensar mucho más antes de dar el siguiente paso. Entre otras cosas porque lo lógico sería que no me dejasen pasar al mismo. Pero esto es intervencionismo: demasiado poco capitalista… me acabarán acusando, después de todo, de comunista.

Por cierto, tampoco estaría de más el aumento impositivo para segundas viviendas (y terceras y cuartas…), especialmente desocupadas, hasta desincentivar la acumulación de bienes inmuebles con los que permitirse la especulación. Pero, de nuevo, esto acabará por desincentivar la inversión para la creación de empleo (en un país de burbujas) y… bueno, sigo diciéndolo: es más complejo de lo que yo sé.

La misión de la educación hoy es hacer a la gente igual y crear trabajadores en lugar de desarrollo humano

Esta frase es de Claudio Naranjo.

Mi amiga Lilian me sugirió hace unos meses que echase un vistazo a esta entrevista en youtube que le hacen y no pude por menos que hacerle caso.

A continuación, mis opiniones al respecto que le remití, sobre las palabras de este interesante y sosegado tipo escritas a vuelapluma, mientras veía/escuchaba el vídeo, así que no están más que apuntadas, en ocasiones, tan solo abocetadas.

[youtube_sc url=http://youtu.be/qWPZ9HmcZZQ]

Según el psiquiatra chileno Claudio Naranjo, “la misión de la educación hoy es hacer a la gente igual y crear trabajadores en lugar de desarrollo humano”. Pero, ¿quién es responsable de este sistema educativo que solo enseña y no nos deja aprender desde nuestro propio interés? ¿Por qué nos adaptamos al sistema económico como a un déspota en lugar de tener un sistema que se adapte al hombre? ¿Qué nos hace guiarnos por el deber y no por el placer en la vida? Esto y mucho más en la Entrevista, de RT.

El origen de la sociedad industrial trajo asociados tanto la formación para ser productivo como la otra… antes, no había ninguna. Que tampoco se nos olvide, salvo para clases (muy) pudientes.

La normalidad… jejejeje… me parto! (véase www.Somosraros.com)

La mujer está más alejada de este sistema educativo por el mantenimiento de la separación de los roles.

Efectivamente, los políticos/ministros no tienen mucho margen de maniobra para modificar el sistema educativo.

La «construcción» opaca sobre el sistema educativo… tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Era necesaria, pero no fue nunca crítica: ya lo anticipaba Nietszche.

«Ya es todo tan abstracto que no se ve donde está el bárbaro» Me temo que esto es parte del problema… pero nadie asegura que este problema tenga solución.

El hombre (ser humano) SIEMPRE se ha adaptado al sistema (nunca a la inversa), pero quizá sea momento de darse cuenta de que era un error.

Alternativa: ¿Economía ética? Casi es un oxímoron. Habla de «personas que tienen el poder» porque tienen dinero… pero ¿Cuánto hace falta para ser de esas personas? ¿yo, lo soy?

Me convence que lo que hay que cambiar es la conciencia, pero si no es mediante la educación, no me queda claro cómo.

Pasar del principio del placer al principio del deber tiene que ver también con la compartición del espacio público. «Los primitivos…» no eran tan buenos. Ahora mismo no lo soportaríamos. La civilización era inevitable, no era simplemente una decisión. Fue fruto de una optimización energética.

Los primitivos dicen: nosotros… pero es un nosotros excluyente… que no se olvide.

Tiene cierta mirada un tanto idealizada de lo antiguo… sin sacarla de su contexto. Esto es un problema puesto que no ayuda a resolver los problemas de nuestro presente, en su contexto. No nos sirve esa mirada idealizada.

Me molesta un poco lo de que le llame «modelo patriarcal» a algo que debería ser denominado «autoritario o vertical», no todo padre, etimológicamente patriarca, es así. Mientras no desvinculemos esa denominación del género, seguiremos haciendo debates sobre lo masculino y lo femenino, y no entre lo que queremos y lo que no, sea de hombres, padres, madres, mujeres… etc.

La educación formal frente a la educación informal son siempre temas que me interesan y lo plantea con inteligencia… pero no acaba de concretar soluciones (lógico, igual no era demasiado posible). La libertad y la creatividad… son cosas sobre las que trabajo desde hace años, como sabes. Pero siempre es difícil encontrar ese lugar medio en el que ambas facetas (sintética y analítica, creativa y limitativa, formal e informal) se superen en un proceso dialéctico hasta llegar a un nivel superior.

«Se le enseña poco y se le ayuda a aprender»: ese es el futuro de la educación, está claro. Pero sigue sin quedar resuelto el «qué» deseará aprender… Esto, de nuevo, como decía él antes, tiene que ver con la transformación de la conciencia o lo que yo llamo la reversión del paradigma del éxito.

Espero que mis reflexiones que fueron ido saliendo a medida que lo escuchaba hayan sido claras… aunque poco elaboradas.

jo macho, venga hombre…

No sé por qué tengo esta mala costumbre, incluso hablando con Carmen (especialmente hablando con Carmen).

En realidad lo de jo macho no lo uso nunca, pero lo de interjectar con un «venga hombre» o «pero bueno, hombre» es de lo más normal en mi conversación. Y es estúpido, lo sé, pero no dejo de usarlo.

Quiero enmendarme y no es solamente una cuestión de «buenismo político», es una cuestión gramatical, ¿por qué le digo a mis amigas (casi todos mis amigos son amigas) algo como esto?

Es evidente que proviene de la época (aún no extinta) en la que se daba premanencia a las conversaciones entre machos, entre seres humanos masculinos, donde las interjecciones eran las que habían de llamar la atención de ellos y no de ninguna ella que, posiblemente, debía estar en la cocina.

Pero que aún no haya sido capaz de quitarme este mal hábito, esta torpeza social, este error gramatical continuado, me parece tan irritante… y, no obstante, sigo haciéndolo.

Es terrible darse cuenta de lo profundamente interiorizados que tenemos las costumbres socialmente dominantes.

Y no es una cuestión comparable con forzar el idioma para que los genéricos sean masculinos y femeninos o un falso neutro no existente en nuestra lengua. Se trata de un llamamiento individual, una interpelación de uno a uno… pero no válido gramaticalmente de uno a una.

Una serie setentera del siglo XXI

Es gracioso encontrarse una serie como Andrómeda, que parece de la década de los 70, con ese aire a Star Trek, algo como de cartón piedra, pero hecha en el siglo XXI y que presuntamente trata sobre un futuro mucho mucho más lejano.

He recortado un pedacito de un capítulo para gustito de los fans de la ciencia ficción que, como yo, disfrutan hasta estas series que podríamos llamar Vintage o Steam-Punk… o algo así.

[youtube_sc url=http://youtu.be/N3Aw_6VrmJs]

Creada por el mismo Gene Roddenberry que había gestado el universo Trek, parece ser que fue llevada a la pantalla más de 2 décadas después de concebida y a título póstumo.

No es que me apasione y es más que cuestionable su posicionamiento sexista, que hace de algunas mujeres meros adornos y contiene cierto tufillo racista que no sé explicar cómo se observa; demasiados rubios de ojos azules en los papeles protagónicos, quizá.

No obstante, a pesar de ello, la voy viendo de rato en rato para aniquilar el tiempo y relajar la mirada. Nada complicado que pensar, por muchas referencias que quieran hacer a Nietzsche, creando incluso una raza que lo idolatra y tiene sus ideas (superficialmente tratadas) como textos sagrados y/o bíblicos.

God prefers…

god prefers

I don’t care what a hell god prefers!

Eso (pre)suponiendo su existencia y su unicidad, que ya es mucho (pre)suponer.

Tengo claro qué prefiero yo… y con eso me sirve, pero es que he leído demasiado a Nietzsche como para volver la mirada atrás y seguir confiando en los dioses y no en los humanos para crear los baremos morales necesarios para manejarnos como sociedad.

¿Será J.J. Rouseau a quien he leído en demasía?

Buah! no tengo ni idea, pero me la pela la existencia de dios o diosa a estas alturas.

Esto no es una broma