Factoriales

A veces me aparecen pequeños retos matemáticos en mi muro de facebook, supongo que intentan que no deje de usar esa parte del cerebro que trabaja con numeritos, así que en esta ocasión, una ecuación sencilla con factoriales no he podido por menos que resolverla:


 10!
---- = X!
 6!

Tras eliminar los 6! del numerador y el denominador, la cosa era facilita. He estado tentado de intentarlo de cabeza, pero es que en papel es todo más sencillo. La clave, obviamente, está en la factorización, reordenación, agrupación y… voilà!:

10·9·8·7 = 5·2·3·3·2·2·2·7 = 7·(3·2)·5·(2·2)·3·2·1

Es decir, la solución es 7.

¿Cómo funcionará en HTML un «sup» dentro de un «sup»?

Quiero probar una absoluta tontería probando cómo funciona elevar un número a otro, y el resultado a un tercero, pero todo en HTML con las etiquetas básicas «sup»

XXX

Seguramente me decepcionará porque no creo que esté pensado para esto, pero lo voy a publicar sea lo que sea… Sin hacer, ni siquiera, una prueba previa ni, por supuesto, pedirle a una IA que lo haga por mí. ¡Qué aburrido lo de las inteligencias artificiales!

y rizando el rizo…

2222

Postal Free

El libro colectivo de este curso iba a ser más caro que lo que fue finalmente, así que he decidido dar algo de ese dinero de vuelta en forma de un detalle que seguro que agradecerán.

He diseñado estas bonitas postales a modo de marcapáginas o recordatorio o lo que sea, que llevan un plus de diseño y uno más de suavizado en el acabado de las cartulinas contratando un millar en VistaPrint.

Ojalá no me dé muchos problemas y lleguen mal. El mundo de pasar de lo digital a lo analógico siempre tiene algo perturbador y complejo, de incompletitud (sin referencias a Gödel) e insatisfacción, pero al mismo tiempo de sorpresa y calidez como sólo tiene lo táctil.

Y si las paralelas se tocasen

Texto compuesto a partir de comentarios en una publicación en una red social:

¿Y si dos paralelas se tocasen?

En el infinito y más allá
harían un cruce de caminos donde todo sería posible…
(AAAjajajajajaja)
y no serían paralelas.

La famosa paradoja de las paralelas… o la famosa parábola de las paralelas que tal vez se convierta en paradigma o sea un caso parasicológico… yo no me quedaría paralizado e iría a hacer parapente o paracaidismo a paraguay
donde las paralelas mantendrían el siguiente diálogo:
– ¡Anda! ¿Qué tal?
– Bien, ¿y tú?…
– Bien.
Y seguirían viaje,
tendría que pasar
pues es una pregunta trampa, bien sabes que en geometría existe el infinito.

Una le diría a otra: «¡Para, lela!».
sabiendo que va de geometría no euclidiana (tan bonica)
pues se dirían: ¡¡¡al fin juntas!!! y serían felices y comerían perdices… ¿Para qué?
pareciera que llegaron al infinito.

Como tú y yo, paralelos en la vida pero sin dejar de ir uno al lado del otro aunque a veces choquemos.
Hasta el infinito y más allá
cambio identitario según fases de la vida.
Igual creaban su rito pues se convertirían en secantes e iniciarían una vida totalmente diferente a anterior a su encuentro y serían súper lelas y andarían buscando su para qué en la vida. Tal vez, sería un puro accidente o serían imparalelas ¡e imparables!

Pero los ingenieros sabemos desde siempre que se juntan en un punto gordo.
Es el teorema del punto gordo donde
por fin
dos paralelas han ido a tocarse.

1 km de mi casa

Durante el periodo de confinamiento debido a la pandemia de COVID 19, el año 2020 realicé esta pequeña composición que mostraba el círculo al que podía legalmente desplazarme andando en un determinado momento.

Es curioso que casi nunca suelo estar fuera de este círculo salvo en vacaciones o en ocasiones especiales. Soy tan pueblerino…

Caerte te cambia la vida

Cada vez más le temo a los accidentes.

Caerte casualmente
o causalmente
en una bañera escurridiza
en una cuesta abajo
en una escalera desgastada
en una mala pisada
y que la vida se trunque
en su esplendor.

Mientras vaya pasando el tiempo
sin incidentes
lo único que quiero
es disfrutar
de esta improbable estabilidad
que me atormenta.

Ya lo escribí.
Ya lo calculé.
Las probabilidades están en mi contra.

En otro orden de cosas

Ordenar números parece de lo más sencillo que podemos imaginar, especialmente cuando hablamos de números naturales (otro gallo cantaría si se tratase de números complejos, por ejemplo), pero hoy estaba debatiéndome en la posibilidad de ordenar los números por orden, pongamos, alfabético, como podría ser:

  1. cinco
  2. cuatro
  3. diez
  4. dos
  5. nueve
  6. ocho
  7. seis
  8. siete
  9. tres
  10. uno

así viendo que el uno realmente no es el primero sino el último de los diez primeros números naturales (el cero no incluido)

Podría haber ordenado números hasta cualquiera al azar o hasta mi querido 27, como en:

catorce, cinco, cuatro, diecinueve, dieciocho, dieciséis, diecisiete, diez, doce, dos, nueve, ocho, once, quince, seis, siete, trece, tres, uno, veinte, veinticinco, veinticuatro, veintidós, veintiséis, veintisiete, veintitrés, veintiuno

Pero haciendo esto me he encontrado en la RAE con una pequeña y tonta sorpresa que, en el fondo, era más que previsible, pues los números habrían puesto contra las cuerdas a las palabras, haciéndolas incapaces de abarcarlos.

A partir del número treinta los siguientes números compuestos se forman con unión mediante la conjunción copulativa y de las palabras que nombran los fragmentos del número, es decir, treinta y uno, no es treintaiuno, así como veintiséis corresponde a veinte y seis, pongamos por caso.

¡Qué injusticia tan enorme para estos números excluidos del diccionario por siempre jamás como si no merecieran igual trato que el veintisiete!

Esto no es una broma