La panadería

Cada semana compro el pan en esta (a)típica panadería, que tan solo tiene pan de trigo, de centeno y ahora también de maíz, hecho al modo tradicional, sin ningún tipo de rarezas añadidas (pipas, semillas, etc) que lo único que hacen es ocultar el verdadero sabor del pan.

Nos gusta especialmente la hogaza de trigo y centeno, que se vende al peso y solemos comprar más de un kilogramo por semana, cortado en ese momento a voluntad en rebanadas, se congela ese mismo día una parte y aguanta estupendamente. Al usarlo, basta con descongelar en el tostador cada rebanada y listo.

En las ocasiones en las que la hogaza de nuestras entretelas no se encuentra disponible, compro hogazas grandes de trigo o de manera más atrevida, pequeñas hogazas de pan de centeno, negro, oscuro, denso…

Y siempre es un enorme placer degustarlo casi sin nada más que unas gotas de aceite.

El culo del ampli

La parte trasera de nuestro amplificador está hipersaturada, pero es que tenemos la casa completamente conectada. Desde casi cualquier sitio podemos poner audio saliendo por este aparatito que lleva haciéndonos el apaño casi desde comienzo de siglo.

Lo adquirimos para poder sustituir el equipo estéreo con el que comenzamos nuestras andanzas en Clave 53 en Campomanes, 8. Durante un tiempo aquel sencillo reproductor de CDs con entrada auxiliar nos sirvió, pero pasado el primer año teníamos que tener un equipamiento más profesional que durase más y mejor, además de permitir conectarlo a altavoces en condiciones para evitar el problema de sonido que provocó algún pequeño disgusto a la vecina del piso superior.

Hace una década que el mando a distancia no funciona y tampoco funciona el regulador de volumen, que está fijo a un moderado 40% del total. Se rompió el cilindro que lo modula, pero se puede ajustar (si fuese necesario) con un destornillador.

Ahora lo tenemos conectado a dos ordenadores (el mío (LINE) y el de Carmen (TAPE-1)), tenemos un cable que lo conecta (CD) a un reproductor de buena marca de CD que es algo completamente obsoleto, y un no menos caduco reproductor de DVD (TUNER). Una última conexión (TAPE-2) está disponible desde el otro extremo de la casa, cerca del Proyector, para reproducir audio desde cualquier dispositivo que lo necesite.

Recuerdo de la niñez

Comía en el Legado Crespo, en Embajadores.
Recuerdo mesas redondas de seis comensales
capitaneadas por la mayor del grupo
que siempre era una chica
porque el colegio había sido estrictamente femenino.
Los huevos fritos siempre llegaban fríos
y a mí no me preocupaba lo más mínimo.
Tras cada día de lentejas
había un día de lentejas con arroz
y un día de crema de legumbres.
Me encantaba comer en el colegio
porque sentía que era algo que hacía estupendamente
no desaprovechando ni las raciones que me daban
todas las niñas y todos los niños
que por su delicadeza
(y eso que hablamos de los 70)
no estaban dispuestos a comer restos
o no les gustaban las comidas frías
o no les gustaban las verduras
o no les gustaban… qué sé yo.
Yo era una trituradora
capaz de devorar a dios por una pata
y en ese colegio
era una persona apreciada para compartir mesa
pues servía de repositorio
para todo sobrante que había que terminar
colectivamente.
Recuerdo el frío de la sala grande
y la iluminación blanquecina
y cierto aroma a relicario
queriendo salir de la cocina.
Recuerdo las sillas de placas lacadas en verde claro
sobre tubos de hierro marrón.
Posiblemente todos estos recuerdos
sean falsos
pero son míos.
Y las lentejas de ayer
con arroz
estaban exquisitas.

Apuntado de nuevo a Gimnasio y Piscina

Recién llegado de la PISCINA… no sé hacer nada… que me lío mucho con tanto trasto que hay que manejar, que si dónde dejo las llaves del candado, que si me llevo la toalla dentro o la uso en el vestuario, que si me llevo camiseta o no… y no tengo ni gafas… bueno, las de ver, pero me han dicho que necesito unas especiales… para el cloro (sin dioptrías, ni nada… así que veré dentro del agua pero no fuera…)

Parece ser que hay también gafas de piscina con graduación, incluso con auriculares, con tapones para los oídos, ¿por qué no con GPS? Seguramente las hay o habrá. Este lunes he comprado unas normalitas… de las de uso «iniciación», que me han costado 9,99€ en los grandes almacenes de deporte.

Eso sí, mi piscina está en el 4º Piso de un edificio céntrico de Madrid… y tiene unas vistas flipantes. Ya un día de estos hago una foto y la subo a insta…

Postureo total, no te imaginas… en pleno barrio de Chueca… Yo era, con DIFERENCIA, el más cutre del local. No tengo arreglo.

Hoy me he dado el día completito, con sauna, chorros de aguas termales, baños… (es que el primer día me lo regalaban, pero puede que lo contrate a partir del mes que viene (son 7€/mes))

Y tengo una toalla de baño tipo «abuela-de-toda-la-vida»… que canta un poco… pero qué le voy a hacer. Nada de toallas absorbentes especiales de las que no sueltan pelusas y son livianas como pluma de ganso, no, una toalla de las de siempre… pero, como dice mi amiga Aída, son mi pequeña resistencia pacífica contra el hipsterismo invadiendo la ciudad.

También he tenido que adquirir un pantaloncito de deportes (porque tiene que ser «de deportes«) que en realidad es sólo de running, pero espero que me sirva para bicicleta estática. He pedido ayuda a una dependienta que me ha dicho que ese era básico, pero que estaba muy bien. Creo que le ha quedado clara mi poca afición a esas cosas cuando le he preguntado si lo podía usar encima del bañador y cuando le he pedido que me indicase cómo salir de semejante laberinto de consumo temático.

Me resisto a comprar una camiseta especial antitranspirante o similar, así que será otro de mis pequeños gestos de punki trasnochado y usaré una camiseta con mangas recortadas de algodón, por ejemplo, de publicidad de una empresa de construcción, sin ir más lejos.

Uy, se me ha olvidado comprarme unas deportivas especiales (todo tiene que ser especial) para la bicicleta estática. Maldita sea.

Hasta el momento: Gastos: 35€/mes de gimnasio + piscina (municipal), 10€ de candado de combinación, 10€ de gafas, 10€ de bañador, 10€ de gorro de baño (el más cantoso posible), 10€ de zuecos de plástico, 5€ de pantalón… 90€ total en envejecimiento.

Eso sí, he llegado todo chulo, desde mi rehabilitación en el Hospital San Francisco de Asis a la Calle de la Farmacia (sic), con mi cochecito car2go de puerta a puerta, que si ya hago gimansia… pues digo yo que no hay que pasarse, ¿no?

Iron Fist dicen que es una serie «feminazi»

Estaba a punto de dejar de ver la segunda temporada de esta serie de un superhéroe blanquito, heterosexual, rico… pero no por ello, sino porque me parecía extremadamente machista, pues hasta el tercer capítulo de la segunda temporada no cumple casi ni remotamente con el mínimo baremo que toda producción debería tener por decencia, el famoso Test de Bechdel:

  • Aparecen al menos dos personajes femeninos.
  • Estos personajes se hablan una a la otra en algún momento.
  • Esta conversación trata de algo distinto a un hombre (no limitado a relaciones románticas, por ejemplo dos hermanas hablando de su padre no supera el test).

No es mucho. Es tan mínima la exigencia que resulta sorprendente que no se cumpla casi incluso sin querer… pero así es y hay listados para salir de dudas.

Pero me fui a buscar críticas de esta serie intentando que otras personas coincidieran conmigo y me encuentro que las preocupaciones principales son que es un personaje aburrido y poco expresivo (que lo es) o que es rico y, tan solo alguna vez, que es demasiado blanco… (la serie, quiero decir).

Y para remate, la siguiente crítica que me he traído porque no tiene desperdicio:

Otro superhéroe que se han cargado las feminazis

La serie empieza más o menos bien, nada que ver con el cómic, pero está entretenida, ya se ven tintes feminazis, como que una tía tirillas bajita sin poderes meta de ostias a tíos cachas que le sacan varias cabezas, pero bueno, lo pasas por alto porque siempre hay fantasmadas en las series de lucha. Luego ya ponen a la supervillana una mujer, bueno, porque no. Pero ya la segunda temporada empiezan a meter bazofias de categoría, meten brujas, esto ya huele a embrujadas, y le mete una paliza a Iron Fist, el mayor experto de artes marciales que existe, una mujer que sufrió malos tratos de un hombre y que juró que nunca le volvería a pasar, si ya meten la violencia machista hasta en la sopa, han convertido la serie en una mierda feminazi más.

En la segunda temporada meten a una tía que es una enferma mental, Typhoid Mary (Mary Walker), con doble personalidad a pelear con iron fist y le da una paliza cuando no han podido con él bandas criminales enteras y los mayores artistas marciales, patético y absurdo, iron fist es el mayor experto en artes marciales.

Más allá de que no sé cómo se puede seguir usando la palabra «feminazi» así, sin rubor, y que cada vez se usa con más normalidad… la forma en que este usuario habla de las mujeres es decididamente machista «una tía esto, una tía aquello…» y le llama la atención que una mujer «bajita y sin poderes» amenace a unos «cachas», en una serie en la que la suspensión de la realidad la haces desde el principio porque en caso contrario no tendría sentido absolutamente nada.

Por momentos pareciera olvidar que se trata de una ficción (de mucha y grande ficción de Marvel), así que no es nada raro que alguien sea superado por otro alguien sin razón alguna… o casi. Habla de ese Iron F como si fuese, de verdad, un experto en artes marciales y no un personaje absolutamente ficticio.

Pero eso sí, si le hubiese mencionado que hasta el tercer capítulo de la temporada no hay ninguna mujer que hable con otra mujer… ¿le habría parecido un feminazi? ¿o no puedo serlo por ser hombre?

Después de leer críticas como estas me queda una sensación extraña de solidaridad con el feminismo más radical (aunque para mí todo feminismo debe ser radical, pues no hay búsqueda de la felicidad a medias, ni búsqueda de libertad a medias). Y digo extraña porque estratégicamente hay herramientas que se están usando que no me convencen, aunque el fin último deseado me parezca el mismo.

Es complicado hacer series de «superhéroes» que no sean machistas, proveniendo de donde provienen, pero no imposible y si poco a poco va cambiando la manera de entender el entretenimiento audiovisual hacia producciones menos heteropatriarcales que busquen un público más abierto, más progresista, tanto masculino como femenino, se pueden lograr maravillas y haberlas «haylas».

7 Tumbas Amarillas

Este poemario (7 Tumbas Amarillas) surge como ejercicio inspirado en un verso de Hans Bender, realizado por las personas asistentes al Taller de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53. Taller de Poesía Contemporánea II. Martes 16 de octubre de 2018.

Todo el proceso de maquetación ha sido realizado utilizando exclusivamente software libre (scribus para el contenido del libro, inkscape para la portada, sobre sistema operativo Linux Mint 18.1 Serena)

Black Friday Poético

¿En qué consiste un descuento
poético?
¿Quizá en arrebatarle
un 40% de letras a cada verso?
¿Ofertar poemas con sabor
a ganga?
¿Eliminar cualquier traba
en las rimas consonantes?
¿Aligerar las aliteraciones?
¿Encubrir un océano de pasiones
con una metáfora barata?
¿Qué porcentaje de rebaja
hace que un poema
acabe siendo
un insignificante
relato?

Delicia de pan

Una vez a la semana (cada miércoles a las 18:45) compro pan en el Museo del Pan Gallego que está en una plazuela llamada Plaza Herradores, entre las calles Mayor y Arenal.

Procuro comprar hogaza de trigo y centeno, como en esta ocasión, y a veces hasta más de un kilogramo de pan, lo que suele durarnos casi una semana. Ayer compré cerca de tres kilos de pan, aunque podían habérmela cortado (la hogaza) pero seguro que irá cayendo a lo largo de un par de semanas.

Congelo la mitad aproximadamente y, ya cortada, tan solo he de sacar cada porción unos minutos antes de comer y tostarla para descongelar.

Es un pan formidable, de una densidad que dice que no es sólo pan para que sea bonito o con atractivo fotográfico o posturil de algún tipo. No es pan «de moda», es pan de siempre. Y se nota mucho a la hora de usarlo de manera básica, para una sencilla y sabrosa rebanada con aceite.

Hace ya varios años que lo compro y desde luego la diferencia es tal que llamarle pan a esas barras llenas de semillas extravagantes y harinados exteriormente para que tengan aspecto más «de verdad» resulta algo extraño porque no parecen ser ni el mismo producto. Pero ahí está, siendo mucho más económico por peso, aunque no lo resulte por porción. Pero… ¿Para qué se compra el pan?

Como niño con zapatos nuevos

Estoy sorprendido de mí mismo.

No he comprado zapatos
desde que tenía que usarlos
para trabajos en los que el calzado era importante
para teclear.

Aunque recuerdo una vez
en Segovia
que hube de adquirir unos zapatos
para poder bailar Tango
hace tan sólo un par de años.

Mayor sorpresa es que los zapatos
sean marrones.

Siempre he preferido zapatos
negros
si no podía evitar ir con calzado deportivo.

Uso calcetines de algodón absorbentes
y blancos incluso aunque soy consciente
de que existe una postura estética contraria
a esta combinación tan
(parece ser)
irreverente.

Este tipo de cosas convierte la mayor nadería
en una revolución.

He comprado zapatos
de una marca que presuntamente está indicada
para personas con dolencias podales
pero he de reconocer que mi fauna de calzado
estaba al borde de la extinción.

Camino por las calles con mis nuevos zapatos
con suela acolchada
mirando a los demás seres humanos
pensando si se habrán fijado en que mis nuevos zapatos
marrones
son mucho más sofisticados que yo
y si habré de dejarme barba
para ajustarme
a la consonancia que exigen mis nuevos zapatos.

Por primera vez en mi vida
temo ser pisado
por si se manchan los zapatos
y los aparto del sol en su reposo doméstico
para que su piel no sufra desperfectos.

Como niño con nuevos zapatos
estoy ilusionado con algo tan carente de importancia
que me sorprende
el porqué no he descubierto antes
el poder revitalizador
del consumismo.

SSL

Convertir el blog a SSL (es decir, que aparezca un candadito en la parte de arriba del navegador), cifrar el contenido con una clave asimétrica, lo que viene a ser el funcionamiento básico del cifrado SSL, ese que añade una miserable «s» al http para que pase a ser https… ha sido mucho más difícil de lo esperado.

No ha sido difícil por lo que esperaba: el certificado en el servidor, puesto que de un tiempo a esta parte los hosting servers lo ofrecen de manera automática y gratuita (antes lo cobraban y no descartaría que en breve lo vuelvan a cobrar).

Lo más complejo es lo que se conoce como «Contenido mixto» que consiste en que partes de una página web bajo un servidor «seguro» con su certificado SSL reconocido, etc, incluyen contenido de webs «inseguras», es decir, sin certificado.

Un ejemplo sencillo es una página que en lugar de tener alojada una imagen, la «incruste» desde su propia URL externa al servidor en el que está la página (img src="h t t p ://.....imagen.jpg). Esto se mostrará como «contenido bloqueado» y saldrán distintos avisos en los navegadores (cada uno tiene su forma de gestionar esta situación) e incluso alguno, como Opera, bloqueará el acceso a esa web porque la considerará potencialmente peligrosa.

No se contentarán con avisar de que tiene contenido mixto y que parte de la web contiene elementos no cifrados, de manera que el usuario sea quien tiene la responsabilidad de comprender lo que ello significa, sino que bloqueará el contenido y alertará como algo muy peligroso… mientras que si se accede a la versión sin SSL, es decir, aquella en la que no hay contenido mixto sino que todo el contenido está sin cifrar, no avisará de la misma manera, tan sólo con un poco molesto «sitio no seguro», por supuesto sin ningún tipo de bloqueo.

En resumidas cuentas: como se parte de la base de que los usuarios son lerdos incapaces de aprender por su cuenta qué significa esta parafernalia tecnológica, las empresas que desarrollan navegadores alertan para que nadie sea estafado.

Evitar el contenido mixto en una web (especialmente en un blog) es muy complicado, aunque afortunadamente hay herramientas que ayudan a simplificarnos la vida y abunda información disponible en Internet para ayudarnos a migrar. Pero lo que a mí me parece cada día más evidente es que este campo (Internet) está destinado a ser propiedad y gestionado por las grandes empresas, capaces de realizar operaciones cada día más complejas, como los cumplimientos con legislaciones como la nueva Ley de Protección de Datos o informar sobre las cookies, la certificación SSL (incluso para una mera web presencial, que no recaba información), el hacerlas adaptadas a todo tipo de dispositivos (lo que se conoce como web «responsives«) y ya ni hablamos del posicionamiento SEO para que Google decida si tu página es visible en el mundo de su buscador o no.

Esto no es una broma