Degustación

Voy a una peluquería
que no es una peluquería
sino una escuela de peluquería
porque en esa peluquería
cortarse el pelo
es muy
muy
muy barato.

Hoy en la peluquería
que no es una peluquería
sino una escuela de peluquería
hablaba sobre restaurantes la peluquera
y los menús de degustación
que eran según ella
muy
muy baratos.

Estando en la peluquería
que no es una peluquería
sino una escuela de peluquería
me parecía que me estaban tomando el pelo
cuando decían que los menús de degustación
a cincuenta euros por persona
eran muy
muy baratos.

Cuando estaba en la peluquería
que no es una peluquería
sino una escuela de peluquería
recordé los restaurantes
donde yo he comido estos meses
por veinticinco euros por persona
que no eran muy
muy baratos.

Buscando tipografías

Me avergüenza reconocer que no soy capaz de reconocer la tipografía más usada de cuantas hay en el mundo mundial. Quizá por ello no me atrevo a usarla, o quizá porque no es gratuita.

Yo utilizo una versión modificada ligeramente sobre la original y gratuita, del 2007 como puede leerse en su OFL (SIL Open Font License):

Copyright 2017 The EB Garamond Project Authors (https://github.com/octaviopardo/EBGaramond12)

This Font Software is licensed under the SIL Open Font License, Version 1.1.

El otro día quise saber qué letra era la que se usaba en un libro que me habían regalado en navidades y del que lo único que me gustó fue la edición, de Impedimenta, que usaba este tipo de letra (la versión de pago, la clásica, por decirlo así, casi con total certeza).

Es posible que utilice esta letra (esta tipografía) en una novela que estoy a punto de editar de una persona que ha hecho un trabajo muy especial sobre relatos de un heterónimo muy muy interesante. Va a ser mucho trabajo y poco y mal remunerado, pero seguro que desafiante.

Ubuntu me ha perdido hace años

giusseppe@TANGOMIX:~$ sudo apt upgrade
Leyendo lista de paquetes... Hecho
Creando árbol de dependencias... Hecho
Leyendo la información de estado... Hecho
Calculando la actualización... Hecho
The following security updates require Ubuntu Pro with 'esm-apps' enabled:
libimage-magick-perl imagemagick libjs-jquery-ui libopenexr25
libmagick++-6.q16-8 libmagickcore-6.q16-6-extra libimage-magick-q16-perl
libmagickwand-6.q16-6 imagemagick-6.q16 libeditorconfig0
libmagickcore-6.q16-6 imagemagick-6-common
Learn more about Ubuntu Pro at https://ubuntu.com/pro

Tengo instalados varios ordenadores con Linux Mint, pero los de Carmen los tenemos instalados con Ubuntu, pues se enamoró de una distribución llamada TangoStudio que venía con muchísimas utilidades relacionadas con la música y con un fondo de pantalla que seguimos copiando de PC en PC.

Desde que Ubuntu apostó por Unity yo dejé de apostar por Ubuntu (al menos como tal) y aunque hay muchas ocasiones en las que he instalado distribuciones que no usan Unity (lo que en el mundo ubuntu se conoce como «flaveurs»), llevaba tiempo oyendo hablar mal en los foros de linuxeros sobre Canonical, que es la empresa que está «comercializando» ubuntu.

Pero hay un par de cosas que han colmado mi vaso:

En primer lugar, ha dejado de apostar por distribuciones ligeras (incluso la versión «Lubuntu» ha dejado de ser fiel a lo que significa esa L inicial, obligando a instalar, ni más ni menos, que KDE/Plasma como gestor de ventanas), así que he empezado a explorar la infinita variedad de distribuciones de Debian.org que hay disponibles y que, desde luego, son mucho más ligeras.

Pero en segundo y definitivo lugar, este mensaje que me ha salido en una de las actualizaciones de uno de los equipos de Carmen y que parece que quiere apostar por un «linux» PRO, que, por supuesto, tiene coste y no es en absoluto código abierto. Lo siento, pero antes que seguir por ese camino, acabaré adquiriendo un Mac.

Afortunadamente, aún hay muchas alternativas a Ubuntu que siguen manteniendo, en mayor o menor medida, el espíritu de software libre subyacente en los inicios de Linux. (Soy consciente del precio del software, pero también de la voluntad de cambiar el mundo con trabajos colaborativos que no tienen como único valor el precio).

Hacer dinero

El lunes comencé un proyecto algo disparatado (¿acaso no lo son todos los que hago?) que se titula «Hacer dinero».

Consiste en recortar billetes poéticos con las dimensiones de los billetes de euro (5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500) de las páginas de una de las enciclopedias que más tiempo en mi vida me ha acompañado y que, finalmente, no tiene más validez (desde el punto de vista utilitario) que la de convertirse en polvo, como yo algún día.

Es curioso que esté comenzando este proyecto (o no tan curioso, después de todo) en un periodo en el que estoy especialmente preocupado por mis finanzas.

Y hablando de finanzas, fue muy muy divertido atender a una de tantas llamadas no deseadas que preguntan por el Señor Giusseppe para ofrecerle, con una cálida voz de acento extranjero, la posibilidad de adquirir criptomonedas en el mercado financiero internacional.

No pude substraerme a la posibilidad de contarle que, justo cuando me estaba llamando, estaba midiendo la caja de texto de las páginas del diccionario donde voy a proceder a recortar mis propios billetes, que me parecen tan verdaderos como los que actualmente están en curso y sostenidos por reservas internacionales. Sí, más o menos sé en qué consiste «el dinero» y no tengo un problema con ello. Pero ¿y si todo eso que damos por incuestionable fuese cuestionable? ¿Naciones, Estados, Economía, Finanzas, Dinero, Capital, Mercado, Reservas, Patrón-Oro, Patrón-Dolar…?

Se lo comenté en serio, intentando que no se lo tomase como una burla, ni como una ridiculización de un trabajo que está haciendo que sé lo tedioso que es y lo desesperante que puede llegar a ser. Pero supongo que tiene el protocolo esperable de no perder tiempo con quien, obviamente, no va a contratar productos financieros como criptomonedas en el mercado internacional.

Otro dilema interesante que está planteándome este proyecto es el de optimizar la cantidad de papel de la caja del libro para producir la menor cantidad de papel no utilizable (aunque puedo hacer marcapáginas, posiblemente). Es un problema topológico y de optimización matemáticamente resoluble, pero no quiero afrontarlo sólo desde la perspectiva del cálculo, sino desde la optimización, también, de los cortes a realizar y algunas otras cuestiones que irán surgiendo a medida que me ponga a ello y que ahora mismo, aunque me niegue a creerlo, no puedo prever.

En 2023 quiero convertirme en un banco de dinero poético.

¿Qué es el dinero poético?

Esta cuestión la debatiré otro día.

El mundo se ha vuelto loco (y es divertido)

El lunes, mientras escuchaba mi lista preferida de reproducción de Spotify, de Benito Lertxundi, que siempre escucho cuando llueve, me saltó la publicidad con un anuncio que me hizo hecho reír por lo inverosímil que me pareció:

¿NO PUEDES DISFRUTAR DE TUS DORITOS® MIENTRAS JUEGAS?
PUES ESO SE ACABÓ
TE PRESENTAMOS EL SOFTWARE CAPAZ DE CANCELAR EL CRUJIDO DE LOS DORITOS® DURANTE TUS PARTIDAS.
¡DESCÁRGATELO Y FLIPA!

Pero parece ser que es cierto. Hay un software que te entregan, vía rellenar un formulario que no pienso completar, que cancela el ruido de los mordiscos de unos aperitivos cuyo único interés es su crujido. Es decir, que sería más interesante comer, pongamos por caso, un poco de lechuga, o un tomate, que no crujen, para que no nos molesten mientras jugamos.

Menos mal que no juego a esas cosas para las que el crujido es tan problemático. ¿No se puede, sencillamente, prescindir de comer esos pedazos de plástico recauchutado mientras se juega y esperar a un poco después o parar el juego?

Vivimos una sociedad que cada día comprendo menos… y ha dejado de importarme.

🙁

Tener dinero y no saber usarlo

Tenemos un dinero inesperado
y queremos usarlo
para renovar
mobiliario
y no sabemos usarlo.

Nos decantamos por comprar algo
y según llegamos a casa
pensamos
que no lo necesitamos.

No pensamos que las compras
no se basan en la necesidad
salvo contadas ocasiones.

Nos decantamos por comprar algo
y nos plantea el problema
de qué hacer
con lo que sustituimos.

No pensamos que las compras
justifican la obsolescencia
que queremos creer programada.

Nos decantamos por comprar algo
y para poder usarlo
necesitamos comprar otro algo
que tampoco necesitábamos.

No pensamos que las compras
están organizadas como un dominó
y está cayendo la primera ficha.

Tenemos un dinero inesperado
que estamos seguros
de que
(por suerte y privilegios)
no nos va a hacer más felices.

Otro espacio que cierra, esta vez online

En la web de Arte Informado he aparecido citado más de una vez, con esa caricia al ego que se necesita de cuando en cuando en esta actividad. Pero ayer me llegó este desconsolador mensaje por correo electrónico avisándome de su clausura (lo que no deja de ser un detalle, pues la mayoría de las web simplemente desaparecen y se acabó, ni siquiera son «lágrimas en la lluvia»).

ARTEINFORMADO cesará en sus actividades a partir de este 15 de septiembre, si bien la página podrá consultarse hasta el próximo 31 de diciembre. Hasta el último día seguiremos buscando fórmulas que eviten la desaparición de este importante archivo que, entre todos, hemos generado y que, día a día, disfrutan las más de 15.000 personas que nos visitan.

ARTEINFORMADO nació, hace 20 años, como un proyecto informativo que diera visibilidad a artistas, profesionales y organizaciones artísticas iberoamericanas. Un objetivo cumplido. Así lo avalan los 200.000 eventos publicados de más de 80.000 artistas y profesionales, con cientos de miles de vinculaciones con coleccionistas, galerías, museos y obras.

Desde el inicio fuimos conscientes de la necesidad de hacer autosostenible una plataforma de esta envergadura. Para ello desarrollamos un modelo de SERVICIOS PREMIUM, que, en convivencia con los gratuitos, permitiera su autofinanciación. Agradecemos desde aquí a todos los que lo habéis apoyado, a veces con mucho esfuerzo. Pero no hemos conseguido reunir suficientes aportes como para evitar el cierre. Nos han faltado artistas y profesionales del arte, pero sobre todo hemos echado en falta a amantes del arte que, tristemente, siguen anclados, en su gran mayoría, en el convencimiento de que el arte (y los medios que lo informan) no tienen precio, olvidando que lo que si tienen son costes. Quizá, tampoco hemos sido capaces de transmitirles el valor que, sinceramente, creemos aportaba ARTEINFORMADO. Lo sentimos sobre todo por los artistas que perderán una plataforma de visibilización de su obra.

Sigue -creemos- pendiente el objetivo de disponer de una plataforma de difusión potente que, en competencia con sus homólogas del Norte, ponga en la agenda el arte que se hace y expone en todos y cada uno de nuestros países iberoamericanos. Queremos creer que, más pronto que tarde, otros volverán a intentarlo. La visibilidad de nuestro arte lo sigue exigiendo.

Y a ti, querido lector, solo nos queda agradecer el tiempo durante el que nos has acompañado en este ambicioso proyecto. Nos seguiremos encontrando en este objetivo. Saludos.

ARTEINFORMADO – La mayor base de datos del arte iberoamericano on line

Este verano están cerrándose varios centros culturales, como fue Estudio 3, ese lugar donde conocí a tantas personas importantes de mi vida (Carmen incluida) y donde tanto aprendí, aunque no fuese actoralmente.

Nos llegó este aviso al grupo de whatsapp que mantiene lazos de conexión donde antaño hubo amistad profunda:

Después de cuarenta y dos años (¡42! ?) de trabajar en lo que nos gusta y amamos profundamente, como dar clases formando personas-artistas , crear grupos de investigación, laboratorios, producciones escénicas, performances, talleres, ensayos, trabajar el crecimiento personal, actuar, bailar, dirigir, dar un espacio a personas y creadores, así como ofrecer un espacio a las vanguardias y nuevas tendencias en las artes escénicas… llegamos hasta aquí.

Los tiempos han cambiado y los dueños de los locales nos ponen unas condiciones muy difíciles. Ante la falta de ayudas oficiales o privadas, el fruto de nuestro trabajo, el de profesores y colaboradoras de E3, cada vez es más nuestro esfuerzo para sostener los requerimientos económicos de los propietarios.

Los últimos años de crisis financiera y pandemia, han sido muy difíciles para nuestra asociación cultural. Pero aún así hemos tirado adelante con el objetivo de formar mejores profesionales, ayudar a crecer a través del teatro, el movimiento, la danza y pasarlo bien. Fueron tiempos apasionantes y divertidos.

La vida sigue y seguiremos aportando y pasándolo lo mejor posible haciendo lo que nos gusta. No sabemos si Estudio3 va a reaparecer en otro lugar, en otro pueblo o país, pero ahora es momento de parar, descansar y ya veremos…

Estudio3 cerrará sus puertas el 30 de julio con una fiesta de despedida.

Además del dolor que nos produce soltar este querido espacio, nos aparece una emoción de agradecimiento a la vida por habérnoslo pasado tan bien tantos años y, un profundo reconocimiento por todas las personas que han colaborado para que Estudio3 creciera y mantuviera las actividades a las cuales han asistido, y se puede decir que, ¡miles de personas!

Es triste ver cómo, poco a poco pero inexorablemente, va apagándose Madrid. Es obvio que resulta de una decisión popular, que elige una malentendida libertad en lugar de una verdadera.

Sé de otros lugares que han cerrado o están a punto de hacerlo por falta de viabilidad. Carmen, después de más de 2 décadas dedicándose a compartir su pasión por el Tango, tiene complicadísimo para encontrar salas donde impartir clases de Tango y ya ni hablar de abrir una milonga. La mayor de Madrid cerró sin visos de ir a reabrir.

Espacios o asociaciones que se dedicaban al Teatro, a la Danza, al Cine, a la cultura, están siendo ignorados porque es un sector que no ha movido nunca mucho dinero y no parece importarle a nadie.

Madrid ha decidido ser neoliberal hasta vender cualquier resquicio de independencia o de crítica al mejor postor. No es nuevo. Lleva casi 2 décadas pasando y me consta que a poca gente le preocupa.

Cualquier día yo tendré que deponer las armas, deponer las almas y dejar de pelear a la contra en esta batalla perdida que, quijotescamente, quiero seguir manteniendo hasta el final de mis días.

Cualquier día. Pero no hoy.

Cash only

Muy sorprendente: Alemania, tierra de gran prosperidad y modernez, sorprendió con la dificultad de abonar casi cualquier cosa con tarjeta de crédito o débito. No es que me molestase, pero sí que fue algo incómodo por no haberlo previsto.

Posiblemente no sea ni siquiera una mala práctica el acostumbrarse a pagar en efectivo para controlar mejor el gasto privado (como una teoría sostiene que tiene por finalidad esta práctica alemana), o reducir comisiones o dependencias bancarias, disminuir los incidentes técnicos o telemáticos, mantener accesible las modalidades de pago para las generaciones que no están acostumbradas a manejar un dinero mucho más virtual que unos billetes (que son también algo virtuales, aunque menos gente sea consciente de ello)… o cualquiera que sea la razón para mantener esta política.

Durante nuestras vacaciones hubimos de hacernos con efectivo estando en aquellas latitudes pues habíamos dado por hecho (mal de males) que funcionaría como en Madrid, donde casi cualquier cantidad de dinero en cualquier lugar imaginable acepta pagos con tarjeta, hasta el punto de que en muchísimas ocasiones no suelo llevar en mi poder más de 5€ de efectivo sin sentir que puede hacerme falta otra cosa.

Por cierto, menos mal que el cartel estaba en inglés, pues no encontramos mucha gente que lo hablase con la fluidez suficiente como para explicarnos por qué.

«Negro» literario

He recibido una propuesta laboral relacionada con encargos para escribir textos de los que no me siento especialmente orgulloso, pero que son acordes con el objetivo de quien desea contratar mis servicios.

El otro día, durante una amistosa conversación algo acalorada con mi familia con motivo del quincuagésimo sexto aniversario de boda de mis padres, me recomendaban que rentabilizase mi relación con ese cliente que podría acrecentar mi fama allende lo que yo puedo lograr por mis propios medios. Sin embargo, mi opinión era que no quería aparecer con mi propio nombre en esas publicaciones, pues no es un texto del que me sienta especialmente orgulloso (como ya dije).

Repentinamente fui consciente de que quizá esa expresión tan poco siglo XXI, como es la de «negro» literario, igual no tiene que ver con la explotación, sino con la invisibilidad. Incluso una invisibilidad deseada por el autor. Aunque de no ser así, de no ser deseada sino ocultación intencionada por la parte contratante, es una forma en la que la invisibilidad se tiñe de explotación. Quizá de ahí el paralelismo inapropiado con lo que vivieron los millones de seres humanos en la lamentable historia de la esclavitud y la trata de personas.

En absoluto es el caso del que se trata en mi posible contratación: Siento que no quiero ser visto, que deseo la mayor opacidad en cuanto a la autoría de mis textos para este fin destinados, o incluso la más pura transparencia, para que quede a manos de quien paga por el texto, sin quedarse la rúbrica de mi firma.

Vantablack
De Surrey NanoSystems – Surrey NanoSystems, CC BY-SA 3.0,
https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=34139562

Quizá por ello recordé el material que pretende ser el más negro de los existentes, en el sentido de no reflejar absolutamente nada de radiación, limitándose a reflejar un 0,01% de emisión de la radiación recibida.

El Vantablack es una especie de «bosque» de nanotubos verticales que están en crecimiento. Cuando la luz alcanza el material, en lugar de reflejarla, queda atrapada siendo continuamente desviada entre los nanotubos de una forma alotrópica del carbono.

También me acordé del nombre no muy afortunado dado a la «materia oscura» o la «energía oscura», que deben su nombre, no tanto al anonimato, sino a su inexistente relación con la radiación electromagnética. Al menos que se haya observado hasta ahora.

Esto no es una broma