IDA de OLLA

Que no nos engañen: lo que está pasando en el Madrid de Ayuso no es un desastre impredecible; es que están aprovechando un desastre para erosionar aún más los servicios públicos y conquistar espacios para las privatizaciones sanitaria y educativa. Un shock para «invitar» a los madrileños y madrileñas a que llevemos nuestros hijos a la escuela privada y nos hagamos seguros médicos con la Quirón.

Germán Cano

No me gusta que se menosprecie a políticos sean del signo que sea, porque, además de parecerme una pérdida de tiempo y una falta de respeto, se pierde el verdadero foco del problema: ¿Qué modelo de estado/sociedad queremos?

Nunca me he engañado al respecto de la competencia/incompetencia | bondad/maldad de la dirigente de la Comunidad de Madrid. No veo ahí el problema.

Si embargo, gran parte (la mayoría de los votos) de la gente de la comunidad defiende un modelo neoliberal (aunque luego no les importa intervenir en lo que consideran adecuado para salvar empresas privadas mal gestionadas con dinero público, sin criticar por ello la gestión privada) y conservador (aunque se vistan de un progresismo tecnológico) carente de escrúpulos ni moral que no sea la pautada por el rendimiento económico a corto plazo.

Que esos votos sean apoyados en partidos homófobos, machistas y racistas no es casualidad. Es compartición de ideario. Pensar de otra manera es ingenuo, igual que algo de ideario (poco, pero algo) comparten PSOE con lo que sea que tenga en la fracturada izquierda (MÁS-MADRID/Más-País/Menos-País/Ganemos/PCE/IU/UnidasDesunidasPodemos…)

Donde sí veo un problema es en que no seamos capaces quienes deseamos un modelo de sociedad/estado de resultar atractivos para una población sin insultarla, sin decir que no saben lo que quieren, que son ignorantes, incapaces de elegir la mejor opción política/económica. Porque con esto lo que veo es que no creemos en la capacidad de la democracia para alcanzar una mejora social.

Donde sí veo un problema es en que el modelo que se propone desde una «alternativa» socialdemócrata (ya no desde un comunismo algo trasnochado en sus discursos) no resulte atractivo, no sea capaz de convencer de sus bondades sociales y también económicas, aunque sea a largo plazo.

¿Por qué? ¿Por qué no hay autocrítica en los políticos de izquierda? No sobre sus objetivos, que pueden tener más o menos claros y que han de modificar a medida que las circunstancias lo requieran para satisfacer las exigencias de los poderes fácticos del estado en el sistema capitalista en el que estamos inmersos. Pero sí requerirían ser capaces de atraer a un electorado que sigue creyéndose que lo privado es mejor, que los funcionarios viven muy bien, que la gestión pública siempre es corrupta, que los políticos nos engañan…

No. IDA no nos engaña. (Como mucho disimula sus intenciones). Quiere una comunidad en la que toda gestión, toda iniciativa, sea privada, aunque con la debida sumisión de todo lo público si es necesario (Por cierto, ¿para cuando privatizar los bienes de la iglesia católica?). Lo sabemos. Sabemos qué modelo quieren: véase EEUU. ¿Creemos que sería mejor? Yo no, pero conozco mucha gente que sí lo cree. ¿Cómo puedo convencerles? A mí me cansa ya la discusión política. Estoy agotado. Tiro la toalla. Me avergüenza reconocerlo, pero así es.

A partir de ya, pongo un cubo para reciclar y tiro la basura, aumento el consumo, aumento la basura que tiro, pero muy organizado, tiro lo «orgánico» donde hay que tirarlo y ya está. Ya no lucho contra el sistema en este campo. ¡Que vengan nuevas generaciones a luchar por un futuro que puede que no me pille! Vergüenza. Sí. Vergüenza. Pero ni por esa impotencia que siento voy a dedicarme a insultar ni a banalizar el debate.

Poesía Tendencia

La poesía es la tendencia de esta temporada

Calentita, gustosita, agradable al tacto, o todo lo contrario: hay de todos los colores.
Hazte con ella en todas sus formas en los talleres de poesía y escritura creativa de Asociación Cultural Clave 53.

Hace años, la sobrina de Carmen, que es fantástica vendiendo y sabe cómo atraer seguidores (su cuenta de Instagram es un fiel reflejo de la afirmación), me sugirió esta expresión que seguramente sería atrayente, pero también mentira.

Es una mentira que la gente está deseando escuchar: que la poesía es «agradable», que «da gustito», que puede ser calentita o a tu gusto, incluso (y esto es lo peor) que es terepéutica.

Es una mentira que llena de seguidores las cuentas de quienes escriben ese tipo de poesía, esa «nopoesía«, esa «twittersía» que regala premios de Espasa y vende libros por millares.

Es una mentira de las que premia el sistema en el que vivimos inmersos.

Pero yo siempre he defendido que la poesía contemporánea (y el arte contemporáneo) sólo es interesante en tanto en cuanto busca revertir o subvertir la perversión del sistema. Para ello ha de buscar el riesgo, el peligro permanente, casi el fracaso pero sin garantías, sin ninguna garantía.

Quizá por ello no he querido nunca usar ese «anuncio» que podría ser muy eficaz, que podría conseguirme muchas personas interesadas en mis talleres de poesía.

Puedo engañarme diciendo que más adelante les mostraré que la poesía es incómoda, que es un camino de espinas y no de rosas, que no sana sino enferma, que la primera carta a un joven poeta de Rilke ya lo dice claro… pero no lo creerán pues todo lo que parte de una mentira, es mentira; es un edificio que se sostiene en barro. Y yo prefiero un cuchitril pero sobre granito.

Y sobre esa piedra, erigiré mi iglesia.

El culto a la poesía riesgo, la poesía valiente, la poesía prueba-y-error, la poesía sin esperanzas, la poesía sin panfletos, la poesía sin soflamas, la poesía desnuda y en lo oscuro, la poesía rota, la poesía en crisis permanente, la poesía sin futuro, la poesía libre, la poesía voladora, la poesía desalmada, la poesía interna y sincera, la poesía intensa, la poesía loca, la poesía racional, la poesía irracional, la poesía que niega el principio del tercero excluido, la poesía infinita, la poesía desagradable, la poesía insana, la poesía fría, hostil, desarrapada, la poesía triste y pobre, la poesía cuyas deudas sean con toda la poesía arriesgada, valiente, experimental, desesperanzada, fracasada que haya sido escrita y leída antes de generar nueva poesía arriesgada, valiente, experimental, desesperanzada, fracasada…

Uberificación Vintage

Llamamos a un uber
para ir a cenar con una amiga de Carmen.

No queríamos tocar la calle
por si un ramillete de ARN se colaba en nuestras entrañas.

Bajé al portal antes de recibir mensaje alguno
pero por si acaso me asomé a la calle
miré a ambos lados
y vi un vehículo extravagante
en mitad de la calzada.

Supuse que se apartaría
en cuanto llegase nuestro carruaje
que ya parecía tener algo de retraso.

Claro:
Las imágenes me delatan.
Este poema no tiene ningún misterio.

Distinguí el distintivo que indica que es un vehículo
autorizado por la comunidad de madrid
para transporte de personas.

Y verifiqué que la matrícula del mismo
coincidía con la matrícula del coche previsto
para recogernos.

Carmen no lo podía creer.
Quería fotografiarlo sin parar.
Yo me sentía algo avergonzado
no sólo por contribuir a la uberificación
de la economía
sino por ser el centro de atención
de una ciudad dormida.

Conversaciones con el conductor
como si yo entendiese de coches
dando por supuesto que ella no entendía
como si me interesase
aunque sí me apetecía saber
si ese curioso artefacto podía conducirlo
siempre que eligiese
y si eso le repercutía en una mejora salarial
intentado no sentirme mal
por contribuir a la uberificación
de la economía.

Al salir
nos permitió tomar una fotografía (4)
que presumían de una especie de episodio vacacional
en mitad de una ciudad
vencida
que llora miseria disfrazada de opulencia.

Enviamos las fotografías
contribuyendo a la difusión (intencionada)
de la apuesta por el postinaje
de la mentada compañía.

Towi, alias Frankenstein

Parece mentira, pero la obsolescencia programada no parece ser tan certera como afirman quienes dicen que los PC duran 5 años o las impresoras 2.

Towi es el nombre en clave (hostname) de nuestro querido ordenador de torre que usa Carmen todos los días como equipo de trabajo, completamente funcional.

Este fin de semana pasado hemos empezado a dar por perdidos algunos equipos que no dejan de funcionar, a pesar de que las necesidades de este «mundo moderno», de redes sociales, teléfonos inteligentes y esas cosas, nos hagan sentir que las velocidades de los mismos no son admisibles o son indicio de fallo, cuando sencillamente no queremos quedarnos en la fila de los «pobretones» que navegan despacio.

Esta placa de hace ya más de 10 años sigue funcionando sin problemas. Es un Pentium (de antes de la época de la serie i-3,5,7), con un sólo núcleo, con 4Gb de RAM ocupando las dos ranuritas como se ve en la imagen, en sendas tarjetas de 2Gb.

El disco duro que traía montado tenía 640Gb (sigue teniéndolos) y poco a poco se le fueron añadiendo amigos dentro, como un SSD de 120Gb en el que instalar el sistema operativo Linux (UbuntuStudio) que ha permitido seguir funcionando con mayor rapidez de la que sería posible con el Windows 7 preinstalado en el HD convencional. Por si eso fuera poco, un disco duro muy muy viejo (IDE, de hecho PATA) que no tiene las conexiones apropiadas fue adaptado (adoptado), mediante un «chismito» que permite conectar 2 discos IDE y/o uno SATA a una conexión USB. Por supuesto, los discos necesitan alimentación directa, pues el aparatejo tan sólo se limita a transferencia de datos, que no es poco. (También había probado previamente una adaptación mediante otro dispositivo de IDE a SATA, pero no funcionó bien).

Ese disco duro IDE de 3,5″, que se ve «colgando» en la fotografía anterior, estaba en una carcasa interna que dejó de funcionar, tiene 300Gb y le denominamos LACIE que era el nombre de fábrica de ese primer disco externo que compramos, hará más de 15 años.

Para poder usar la conexión USB del adaptador, adquirí por un módico precio una tarjeta PCI que proporcionaba 4 enchufes USB fuera de la caja y uno hacia el interior de la misma, que es el que se ve en la imagen siguiente:

Esta es la caja de la tarjeta en cuesión:

Algo después, adquirimos un par de nuevas tarjetas PCI-E para aumentar el número de puertos USB (en este caso 3.0) tanto por la parte trasera de la torre como por la parte frontal, a medida que Carmen necesitaba más espacio de almacenamiento, pero la verdad es que ha llegado el momento de pasar a otro equipo, pues este pequeño Frankenstein que ha llegado a tener (internamente) su Intel NH-8280-1GB, 4Gb RAM, SSD 120Gb, HDD 640Gb SATA, HDD 300Gb IDE/USB, 4+5 USB 2.0 traseros, 2 USB 2.0 delanteros, 6 USB 3.0 vía PCI-e.

A punto estuve de conectarle un cuarto disco SATA de 500 Gb de un HP Pavillion que me salió muy malo y que ha terminado por romperse a los 12 años de su compra… (quizá no tan malo, después de todo), pero era bastante engorroso seguir haciendo ampliaciones mediocres para un PC saturado.

Ha llegado el momento de comprar un nuevo equipo, que empezará siendo directamente de segunda mano, para poder sumarle el SSD de 120Gb, quizá también el HDD 640Gb SATA y, por supuesto, las tarjetas PCI-e para extender el número de puertos USB 3.0, desnudando a un santo para vestir a otro, pero es que a veces hay que dejar morir a los santos ancianos.

Y no creo que lo haga del todo pues usaré cualquier cosita para poder arrancar el equipo y que siga sirviendo con sus 4Gb de RAM como un veterano de guerra.

¿Obsolescencia programada o consumismo irresponsable?

Acción Huecos en la Memoria

Dentro del I Encuentro de Arte de Acción en Red MUCHO en el que participé en directo (vía Instagram Live en mi perfil de esa red social) el viernes pasado, nos pidieron que proporcionásemos una grabación preferiblemente horizontal de la acción en cuestión para disponer en el canal YouTube del encuentro MUCHO Acción.

Sigo sin estar convencido de que la acción (el arte de acción) se lleve bien con el vídeo, pues crea una falsa sensación de «presentación», mucho más aún cuando se trata de un vídeo, como el que yo les envié, que no ha sido emitido en directo, sino grabado para la ocasión, aunque sea sin ensayo, aunque sea irrepetible, aunque se intente emular todo lo que tendría de efímera una acción in situ.

I Encuentro de Arte de Acción en Red MUCHO Grabación realizada con una cámara auxiliar mientras se realizaba la acción en directo emitida vía Instagram Live.

Aquí está la emisión en vivo en Instagram tal como fue emitido, con mi teléfono móvil colocado de manera horizontal usando la cámara frontal (sin percatarme del efecto espejo) y recibido en múltiples dispositivos de manera vertical.

Transmisión (retransmisión) en vivo y directo, que ahora al estar grabada deja de estar en vivo y en directo, pasando de presentación a una sutil forma de representación, de la acción que realicé para el I Encuentro de Arte de Acción en Red MUCHO el día 24 de abril de 2020 a las 18:30 horas.

No contiene las interacciones de quienes estuvieron conectados en ese momento a mi emisión a través de mi perfil de Instagram (@giusseppe.dominguez ) https://www.instagram.com/giusseppe.dominguez/

¿Qué ocurre cuando una emisión horizontal se ve verticalmente en múltiples dispositivos? ¿Es eso una elección de un plano performático o sencillamente un descontrol inevitable de un público que puede o no girar sus dispositivos con los que van a asistir al evento?

Por último añado el vídeo editado (con OpenShot 2.5 sobre Linux Mint 18.3) para colocarlo «horizontal» porque así lo solicitaban para incluirlo en el canal YouTube del encuentro MUCHO Acción.

Transmisión (retransmisión) en vivo y directo, editada con OpenShot 2.5 sobre Linux Mint 18.3, para girar la disposición vertical con la que había quedado grabada en Instagram, de la acción que realicé para el I Encuentro de Arte de Acción en Red MUCHO el día 24 de abril de 2020 a las 18:30 horas.

Editar una acción hasta el punto de girarla, cambiar el tamaño de visualización, quizá podría haber aprovechado para cambiar la iluminación, incluso agregar algo de dramatismo sobreponiendo una música inexistente durante la acción… ¿no acaba por desvirtuar absolutamente el sentido de lo que una acción poética o una pieza de arte de acción o performance art debería ser? ¿No estoy siendo demasiado dogmático al preguntarme esto en estos momentos de retoque digital permanente? ¿No habría que considerar obsoletas las propuestas que no tengan en cuenta las nuevas tecnologías como dictadoras de las formas artísticas?

¿Para qué sirven Los Artistas?

Hoy he encontrado este texto en una red social que no me ha hecho sino recordar a cada palabra mi trabajo sobre La Consulta, en la que me hice esta misma pregunta, de manera algo existencial y pequeña: no «Los Artistas», sino «¿para qué sirvo (yo)?»

¿PARA QUÉ SIRVEN LOS ARTISTAS?
(Texto de Nacho Pata)

En términos prácticos no servimos para nada. Si alguien se enferma, o si a alguien se le descompone su coche o si tiene un problema legal, no llaman a un artista, sino a un doctor, un mecánico o a un abogado, nunca a un artista.

De hecho somos bastante inútiles ahora que lo pienso.

Cuando alguien nos pregunta a qué nos dedicamos, nunca tenemos una respuesta certera que satisfaga la curiosidad de quien nos pregunta, y menos aún si nos preguntan si podemos vivir de esto (en términos meramente económicos), cosa que tampoco podemos responder, ya que esa pregunta jamás se le hace abiertamente a un doctor, un mecánico o a un abogado, puesto que se da por hecho que les da suficiente para vivir y son profesiones incuestionables.

Entonces ¿para qué servimos? ¿Para qué sirve un pintor, un cineasta o un literato? ¿qué diablos gana la humanidad con un actor, un comediante o un músico? ¿en qué nos ayuda un escultor, un director de escena o un compositor? ¿Cómo resuelve nuestros problemas de vida alguien así?

¿De qué nos han servido Beethoven, Chava Flores, Akira Kurosawa, Pita Amor, Robert De Niro, Mario Benedetti, Vincent Van Gogh, Andi Warhol, Gustavo Cerati, Jaime Sabines, Pedro Almodóvar, David Alfaro Siqueiros, Roger Waters, Rockdrigo, Julio Jaramillo, Jodie Foster, Miguel Hernández, Los Beatles o hasta Juan Gabriel?

¿De qué servimos los músicos callejeros, los zanqueros, los clowns, los titiriteros, los cuenta cuentos, los fotógrafos, los mimos, los acróbatas los dibujantes y los actores?

Obviamente, para nada. Para nada práctico y mensurable. No podríamos arreglar ni una plancha, ni resolver un problema de crédito bancario.

Nuestra única función en esta vida es tocar los corazones y los pensamientos de la gente. Somos capaces de hacer reír o llorar, pensar o disfrutar a alguien sin tan siquiera tocarlo. Un cineasta o un actor te puede conmover hasta las lágrimas y un pintor o un fotógrafo te puede transportar en el tiempo, mientras que un clown o un escritor te puede hacer pensar al mismo tiempo que ríes o lloras. Un músico o un compositor te puede tocar y llenarte de tanta vida como un acróbata te puede sorprender de manera insospechada y marcar tu vida. Somos capaces de hacerte cuestionar sobre tu propia existencia mediante la belleza y la crudeza del arte.

No sé qué tan necesarios seamos, pero lo que sí sé es que la vida sería muy diferente sin nosotros, tal vez más aburrida, tal vez más autómata. Así pues, los artistas somos la representación más elaborada de la necesidad humana de expresión.

Nomás para eso servimos.

Hoy, sin embargo, me doy cuenta (si es que ya no me había dado cuenta antes) de que la pregunta está mal formulada y sale del esquema mental utilitarista en el que vivimos inmersos sin cuestionarlo en sí.

Es decir ¿tiene el arte que «servir para» algo?, debería ser la pregunta a formular.

Y aquí encuentro que acaba por decirse siempre que sí, por empatía o por algo abstracto indefinible, como el desarrollo personal o social de ahí que esté desbordándose el arte en forma de terapia o el arte como entretenimiento, ese arte que toca, que sirve… que es sirviente, en definitiva. Y no un arte empoderado, fuerte, que no busque servir ni ser servido, que sea independiente y libre de pensamiento, palabra y obra.

Por ende, nos gusta sentirnos incluidos en ese colectivo (olvidándonos hoy de géneros genéricos generosos) de «Los Artistas», como si fuésemos más elevados por ello, yo soy artista, claro que sí, yo soy poeta, claro que sí, yo soy performer, claro que sí, yo soy algo prestigioso, importante… que no importa a nadie en resumidas cuentas (porque de cuentas se trata) y no me da la economía para subsistir del arte, ni de la poesía, ni de nada similar, pero es por amor al arte y te ofrecen participar en un evento de arte de acción, para el que reservas tu tarde de sábado o de viernes y ni te planteas qué vas a cobrar por ello, ni que vas a cobrar por ello, así que te justificas diciendo que te puede dar visibilidad o curriculum… y sigues pensando con los mismos esquemas perversos que un consultor tecnológico, pero sin recibir el mismo salario ni por asomo.

Y si te alejas de ese «Los Artistas» para pensar en los demás, algo que no se ve todos los días, te das cuenta de que cualquier otra actividad se justifica desde ese mismo punto de vista: sirve o no sirve. Es productiva o no es productiva. Rinde o no rinde… y nunca «se rinde».

Porque la reflexión está mal vista. No sirve, sólo sirve la flexión, la genuflexión, la inflexión, como mucho.

«Eres demasiado reflexivo», «piensas demasiado», «los creí-ques y los pensé-ques son familia de don tonteque», «más acción y menos reflexión»…

Hay que hacer un arte útil, usable, popular, democrático… ya sea para la política, para la sociedad, para educarla, hacerla pensar, pero no demasiado, obligarla a pensar, de hecho, no vaya a ser que quiera pensar por su cuenta, un arte o una poesía al servicio de la protesta, pero nunca de la próstata, de la protesta simple y panfletaria, una poesía propagandística, un cine reivindicativo, una cultura solidaria, nunca solitaria… claro que sí, eso sí está bien visto, eso sí que es arte, no una atalaya de cristal, ni aunque sea de Murano.

Por eso en esa enumeración de artistas no encuentro afines, como Duchamp (Marcel), ni el kilo de mierda de artista de Manzoni, ni el vacío de Klein, ni la poesía concreta de Eduardo Scala, o el situacionismo de Guy Debord, ni, por supuesto, de mi gran referente personal, mi muy querido Isidoro Valcárcel Medina. La cultura. Esos grandes Torreznos que hicieron de ella una performance inolvidable.

Y vuelvo a mi círculo vicioso, viciado, enviciado y envicioso… ¿para qué sirvo (yo)? si es que sirvo para algo o, mejor aún… ¿y si no sirvo para nada, pasa algo? ¿debo remediarlo? ¿cómo ganarme la vida? ¿pero es que no tengo una vida? bueno, pues ¿cómo ganarme el pan?… o sea, que el pan ha de ser ganado con el sudor de mi frente, con el amasado sudoroso y cansado, con sangre, dolor y lágrimas, porque ser una cigarra es la condenación eterna. Porque hay que producir, producir, producir… o morir.

Reunión de Té y Poesía OnLine

En marzo, con el confinamiento por coronavirus recién estrenadito, hicimos la reunión o tertulia poética de N’Clave de Po(esía) vía Skype después de valorar otras opciones y pasar un par de días analizando (en bastante profundidad) las herramientas disponibles con sus pros y sus contras para llevar a cabo videoconferencias grupales para más de 15 personas.

Finalmente opté por skype (sobre linux, lo que es todo un reto, dado lo mal que Microsoft, propietario de skype, se lleva con el software libre) y distribuí a la gente que se quería conectar en un par de grupos sucesivos, el primero a las 5 y el segundo a las 7.

Tuvimos un par de reuniones amables y sencillas, con no mucho más de 5 personas en cada una, lo que hacía muy fácil el manejo de este tipo de eventos, para que no acabe degenerando como en este chiste que está circulando en estos tiempos y que debería hacernos sentir avergonzados, en lugar de orgullosos de nuestro sentido del humor. Pero no se trata de aprender, ni siquiera en esta época pandémica, ni siquiera ante la posibilidad del fin del mundo.

Hoy vuelvo a proponer esta opción, que me hace trabajar un poco más, pero al fin y al cabo qué importa, teniendo en cuenta que aunque haga huelga o apagón cultural no importa lo más mínimo a nadie… ni siquiera estoy dado de alta como autónomo porque la gestora casi se rio de mí ante semejante intención y me dijo que no me salían las cuentas. Quizá tengo que pensar que la poesía y los talleres de escritura no son un trabajo como el sistema en el que vivimos define tal cosa, así que igual no puedo manifestarme, ni ponerme en huelga (sino ir de procesión o de vacaciones) como tampoco puedo darme de baja.

 

Llevo toda la pandemia acordándome de esta versión de Resistiré

[youtube_sc url=»https://youtu.be/PTH3WS_zBGg»]

Parece ser que está de moda (por decirlo con sorna) salir a las ventanas a las 20:00 a aplaudir a personal sanitario de los hospitales que quedan en pie tras la privatización que solicitó el pueblo soberano tener en las elecciones que han tenido lugar en los últimos lustros en este país y sus diferentes autonomías.

Dentro de esa algarabía de aplausos y saludos, se ha comenzado a poner música en los balcones y ha hecho furor la versión de El Dúo Dinámico titulada «Resistiré» con una letra, como casi todas las del Dúo (de quienes fui ferviente seguidor en mi adolescencia). Sin embargo, siempre preferiré la homónima canción de Barón Rojo que añado al final del texto.

Resistiré, del Dúo Dinámico

Cuando pierda todas las partidas
Cuando duerma con la soledad
Cuando se me cierren las salidas
Y la noche no me deje en paz
Cuando sienta miedo del silencio
Cuando cueste mantenerme en pie
Cuando se rebelen los recuerdos
Y me pongan contra la pared
Resistiré, erguido frente a todo
Me volveré de hierro para endurecer la piel
Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
Soy como el junco que se dobla
Pero siempre sigue en pie
Resistiré, para seguir viviendo
Soportaré los golpes y jamás me rendiré
Y aunque los sueños se me rompan en pedazos
Resistiré, resistiré
Cuando el mundo pierda toda magia
Cuando mi enemigo sea yo
Cuando me apuñale la nostalgia
Y no reconozca ni mi voz
Cuando me amenace la locura
Cuando en mi moneda salga cruz
Cuando el diablo pase la factura
O si alguna vez me faltas tú
Resistiré, erguido frente a todo
Me volveré de hierro para endurecer la piel
Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
Soy como el junco que se dobla
Pero siempre sigue en pie
Resistiré, para seguir viviendo
Soportaré los golpes y jamás me rendiré
Y aunque los sueños se me rompan en pedazos
Resistiré, resistiré

Ingenuo de mí, lo que me imaginaba es que la gente cantaba a voz en grito la versión de Barón Rojo… oh, triste Barón, de quién se apagó su gloria…

Resistiré
Barón Rojo

Criminales disfrazados,
seres sin razón ni piedad.
No hay palabras en el mundo
que definan vuestra maldad.
Por dinero asesináis,
por placer aniquiláis,
por poder nos destruis.
Suciamente mentís
aunque siempre vigiléis
y mis datos proceséis
no es tan fácil hacerme callar.

Resistiré,
Resistiré hasta el fin
Resistiré,
Resistiré hasta el fin.

Ordenáis a los profetas
que hablen de la guerra mundial.
Lleváis siglos maquinando
el final de la humanidad
y queréis hacer creer
que os importa nuestro bien
pero oculta en el disfraz
hay un arma mortal.

Nos habláis de sumisión,
nos pedís resignación
pero no me dejaré engañar.

Resistiré,
Resistiré hasta el fin
Resistiré,
Resistiré hasta el fin.
Yo maldigo…

 

¿Soy miserable o soy sencillamente pobre?

Hoy he tenido que dilucidar si comprar en Amazon un par de libros para los talleres de poesía o si comprarlos en una tienda a la que respeto y que me gusta, que se llama Librería Mujeres por la que suelo pasar para comprar variedad de ejemplares a comienzos de curso.

Era un ejemplar de poesía completa de Pizarnik de la editorial Lumen en tapa dura y el otro una antología (bastante completa también) editada por Hiperion, de Alfonsina Storni, ambos para varios de los temáticos en los que vemos obra de sendas escritoras, suicidas y argentinas.

No ha sido complicado encontrar obra suya, afortunadamente, pero había una diferencia de precio de 2 euros totales sobre un coste de 37 o 39 respectivamente en Amazon y Librería Mujeres.

2/37 no llega al 6% de diferencia, pero hoy no he desayunado por no gastarme 2 euros en unos donuts, pues no tenían los de 1€ ni una oferta de 2€/6 donuts. Suelo mirar el gasto que hago hasta este punto, aunque a veces resulta ridículo. Para mí, 2€ son una cantidad «relevante» de dinero.

Aún así, me siento bastante culpable por haber cedido (he cumplimentado los pasos en ambas plataformas web antes de decidirme) ante el gigante estadounidense por unos míseros 2€. Quizá me ha acabado de inclinar el hecho de que el envío por parte de Librería Mujeres era en un plazo de 6 días (aproximadamente) mientras A lo envía presuntamente para tenerlo disponible mañana mismo.

Podía haber, incluso, ido en persona a Librería Mujeres (aunque hay una dependienta que no suele ser muy simpática), pues la distancia entre ese sitio y mi estudio no es mayor de 10 minutos andando… Esto también me hace sentir culpable ante el deterioro del planeta. Jo… tanta culpabilidad me está agotando.

Esto no es una broma