Dinámica de las mañanas

Me despierto.
Beso a Carmen.
Acaricio a Carmen.
Me sonrío. (Carmen siempre me hace reír.
Me levanto.
Voy al cuarto de baño.
Defeco.
Me lavo el ano con agua tibia.
Me seco.
Me visto usando el bañador como ropa interior.
Guardo un calzoncillo en un bolsillo lateral de la mochila.
Introduzco en los bolsillos de mis pantalones mis pertenencias.
(Mi cartera mi monedero mi móvil y las llaves de casa y del estudio.
Me calzo unos zapatos confortables de una tienda especializada.
Me pongo las gafas para mi miopía.
Agarro la mochila con la toalla el gorro las gafas y los zuecos de plástico.
Beso a Carmen.
Abro la puerta de la casa.
Bajo el ascensor. (Descensor.
Abro la puerta del portal. (Redundancia.
Camino huyendo del sol hasta la calle Farmacia.
(Calle Ballesta, Calle Puebla, Calle Valverde, Calle Onofre, Calle Fuencarral.
Asciendo al gimnasio con piscina de la tercera planta. (Ascensor.
Silencio el teléfono móvil.
Acerco la tarjeta al lector con torniquete hasta que pita.
Paseo por el pasillo acristalado. (Redundancia.
Entro en el vestuario masculino.
Saco la toalla y el gorro y las gafas y los zuecos de plástico de la mochila.
Introduzco en el bolsillo especial de la mochila mis pertenencias.
(Mi cartera mi monedero mi móvil y las llaves de casa y del estudio.
Intercambio las gafas para mi miopía con el candado en una funda de gafas.
Me desvisto dejándome puesto el bañador.
Me descalzo de los zapatos confortables de la tienda especializada.
Deposito la mochila la ropa en una taquilla disponible en el vestuario masculino.
Cando la taquilla con mis pertenencias.
Me calzo los zuecos de plástico azulones con agujeros.
Agarro la toalla y el gorro y las gafas.
Salgo del vestuario masculino en dirección a la piscina.
Subo los escalones que conducen a la piscina.
Me acerco a la piscina.
Me ducho ligeramente antes de introducirme en el área de la piscina.
Cuelgo mi toalla en un gancho que hace las veces de percha.
(En el área central del área lateral del área de la piscina.
Evalúo el grado de ocupación de las diversas pistas de la piscina.
Me introduzco en la que considero menos ocupada usando las escalerillas laterales.
Nado de espaldas o nado a crol rápido o lento o camino en la piscina.
Miro frecuentemente el reloj.
Pienso que no aprovecho suficientemente el tiempo que paso en la piscina.
(No pienso en otra cosa que no sea que no pienso.
(Me obsesiono.
Descanso alguna vez dentro de la piscina.
Disfruto de la temperatura fresca del agua de la piscina.
Reevalúo el grado de ocupación de las diversas pistas de la piscina.
Modifico mi posición si corresponde en función del grado de ocupación.
Miro el reloj.
Decido salir de la piscina.
Salgo de la piscina ascendiendo alguna de las escalerillas laterales.
Descuelgo mi toalla del gancho que hace las veces de percha.
(En el área central del área lateral del área de la piscina.
Me calzo los zuecos azulones con agujeros.
Me ducho ligeramente antes de salir Del área de la piscina.
Salgo del área de la piscina.
Bajo los escalones que conducen al vestuario masculino.
(Son los escalones que conducían a la piscina.
Me seco el pelo bajo un secador eléctrico.
(Mientras pienso en su excesivo consumo energético.
Me aseguro de secarme las orejas.
Me aseguro de secarme los sobacos.
Entro en el vestuario masculino.
Voy a un cuarto de baño.
Me quito mi bañador.
Orino.
Me seco lo mejor posible el ano con la toalla con papel higiénico.
Salgo del cuarto de baño.
Seco en una centrifugadora mi bañador.
(Mientras pienso en su excesivo consumo energético.
Me dirijo al lugar más próximo a la taquilla en la que residen mis pertenencias.
Descando la taquilla con mis pertenencias.
Extraigo mi ropa y la mochila.
Doblo meticulosamente la toalla.
Utilizo la toalla doblada a modo de cojín.
Guardo el bañador en un bolsillo de la mochila.
Guardo los zuecos azulones con agujeros en un bolsillo de la mochila.
Extraigo el calzoncillo del bolsillo lateral de la mochila.
Me visto.
Intercambio las gafas para mi miopía con el candado en una funda de gafas.
Guardo la funda de gafas con el candando en un bolsillo lateral de la mochila.
Agarro la mochila y salgo del vestuario masculino.
Paseo por el pasillo acristalado. (Redundancia.
Giro uno de los dos torniquetes que me separan del exterior del gimnasio.
Pulso el botón de llamada del ascensor. (Descensor.
Extraigo del bolsillo especial de la mochila mis pertenencias.
(Mi cartera mi monedero mi móvil y las llaves de casa y del estudio.
Las guardo en los bolsillos de mi pantalón.
Desciendo a la planta de la calle del edificio donde se encuentra la piscina. (Ascensor.
Desactivo el silencio del teléfono móvil.
Salgo a la Calle Farmacia.
Camino hacia mi estudio en la Costanilla de los Ángeles, 2, escalera izquierda primero derecha.
(Calle Fuencarral. Calle Gran Vía, Plaza Callao, Calle del Postigo de San Martín, Calle de las Navas de Tolosa, Calle de las Conchas.
Entro en el supermercado DIA de la Costanilla de los Ángeles.
Saludo al dependiente.
Exploro en busca de paquete de oferta de donuts de azúcar.
Compro un paquete de donuts de azúcar. (Si hay oferta.
Pago al dependiente.
Me dirijo al número 2 de la Costanilla de los Ángeles.
Saludo a la conserje Matilde. (Si está.
Subo las escaleras izquierdas hasta el primero derecha.
Saco las llaves de casa y del estudio de mi bolsillo del pantalón reservado para ello.
Abro la puerta.
Saludo los compañeros con un hola. (Si están.
Entro en mi estudio en la primera puerta a la derecha.
Abro las puertas de madera del balcón.
Abro las puertas de cristal del balcón.
Deposito mi mochila junto a las puertas abiertas de cristal del balcón.
Hiervo agua.
Busco mi taza personal.
La lavo. (Si es preciso.
Pongo un filtro en mi taza personal sobre un rectángulo de cartón.
Agrego media cucharadita de té en el filtro. (English Breakfast Black Tea.
Vierto el agua hirviendo sobre el té sobre el filtro dentro de la taza.
Cubro la taza sobre el filtro con un rectángulo de cartón.
Abro un paquete de donuts de azúcar. (Si había oferta.
Pienso en el desperdicio de plástico que supone esta bollería industrial.
Me siento algo culpable. (Solo algo.
Me como con la mano izquierda un donut de azúcar.
Me siento a la mesa del ordenador.
Introduzco la contraseña en el ordenador.
Abro el navegador Google Chrome.
Reviso las pestañas fijadas.
Entro en mi buzón de mi correo electrónico.
Borro los mensajes de SPAM.
Vacío la papelera.
Clico en la pestaña de este blog.
Reviso las posibles actualizaciones pendientes.
Clico en añadir entrada.
Tecleo lo siguiente:
Me despierto.
Beso a Carmen.
Acaricio a Carmen.
Me sonrío. (Carmen siempre me hace reír.
Me levanto.
Voy al cuarto de baño.
Defeco.
Me lavo el ano con agua tibia.
Me seco.
Me visto usando el bañador como ropa interior.
Guardo un calzoncillo en un bolsillo lateral de la mochila.
Introduzco en los bolsillos de mis pantalones mis pertenencias.
(Mi cartera mi monedero mi móvil y las llaves de casa y del estudio.
Me calzo unos zapatos confortables de una tienda especializada.
Me pongo las gafas para mi miopía.
Agarro la mochila con la toalla el gorro las gafas y los zuecos de plástico.
Beso a Carmen.
Abro la puerta de la casa.
Bajo el ascensor. (Descensor.
Abro la puerta del portal. (Redundancia.
Camino huyendo del sol hasta la calle Farmacia.
(Calle Ballesta, Calle Puebla, Calle Valverde, Calle Onofre, Calle Fuencarral.
Asciendo al gimnasio con piscina de la tercera planta. (Ascensor.
Silencio el teléfono móvil.
Acerco la tarjeta al lector con torniquete hasta que pita.
Paseo por el pasillo acristalado. (Redundancia.
Entro en el vestuario masculino.
Saco la toalla y el gorro y las gafas y los zuecos de plástico de la mochila.
Introduzco en el bolsillo especial de la mochila mis pertenencias.
(Mi cartera mi monedero mi móvil y las llaves de casa y del estudio.
Intercambio las gafas para mi miopía con el candado en una funda de gafas.
Me desvisto dejándome puesto el bañador.
Me descalzo de los zapatos confortables de la tienda especializada.
Deposito la mochila la ropa en una taquilla disponible en el vestuario masculino.
Cando la taquilla con mis pertenencias.
Me calzo los zuecos de plástico azulones con agujeros.
Agarro la toalla y el gorro y las gafas.
Salgo del vestuario masculino en dirección a la piscina.
Subo los escalones que conducen a la piscina.
Me acerco a la piscina.
Me ducho ligeramente antes de introducirme en el área de la piscina.
Cuelgo mi toalla en un gancho que hace las veces de percha.
(En el área central del área lateral del área de la piscina.
Evalúo el grado de ocupación de las diversas pistas de la piscina.
Me introduzco en la que considero menos ocupada usando las escalerillas laterales.
Nado de espaldas o nado a crol rápido o lento o camino en la piscina.
Miro frecuentemente el reloj.
Pienso que no aprovecho suficientemente el tiempo que paso en la piscina.
(No pienso en otra cosa que no sea que no pienso.
(Me obsesiono.
Descanso alguna vez dentro de la piscina.
Disfruto de la temperatura fresca del agua de la piscina.
Reevalúo el grado de ocupación de las diversas pistas de la piscina.
Modifico mi posición si corresponde en función del grado de ocupación.
Miro el reloj.
Decido salir de la piscina.
Salgo de la piscina ascendiendo alguna de las escalerillas laterales.
Descuelgo mi toalla del gancho que hace las veces de percha.
(En el área central del área lateral del área de la piscina.
Me calzo los zuecos azulones con agujeros.
Me ducho ligeramente antes de salir Del área de la piscina.
Salgo del área de la piscina.
Bajo los escalones que conducen al vestuario masculino.
(Son los escalones que conducían a la piscina.
Me seco el pelo bajo un secador eléctrico.
(Mientras pienso en su excesivo consumo energético.
Me aseguro de secarme las orejas.
Me aseguro de secarme los sobacos.
Entro en el vestuario masculino.
Voy a un cuarto de baño.
Me quito mi bañador.
Orino.
Me seco lo mejor posible el ano con la toalla con papel higiénico.
Salgo del cuarto de baño.
Seco en una centrifugadora mi bañador.
(Mientras pienso en su excesivo consumo energético.
Me dirijo al lugar más próximo a la taquilla en la que residen mis pertenencias.
Descando la taquilla con mis pertenencias.
Extraigo mi ropa y la mochila.
Doblo meticulosamente la toalla.
Utilizo la toalla doblada a modo de cojín.
Guardo el bañador en un bolsillo de la mochila.
Guardo los zuecos azulones con agujeros en un bolsillo de la mochila.
Extraigo el calzoncillo del bolsillo lateral de la mochila.
Me visto.
Intercambio las gafas para mi miopía con el candado en una funda de gafas.
Guardo la funda de gafas con el candando en un bolsillo lateral de la mochila.
Agarro la mochila y salgo del vestuario masculino.
Paseo por el pasillo acristalado. (Redundancia.
Giro uno de los dos torniquetes que me separan del exterior del gimnasio.
Pulso el botón de llamada del ascensor. (Descensor.
Extraigo del bolsillo especial de la mochila mis pertenencias.
(Mi cartera mi monedero mi móvil y las llaves de casa y del estudio.
Las guardo en los bolsillos de mi pantalón.
Desciendo a la planta de la calle del edificio donde se encuentra la piscina. (Ascensor.
Desactivo el silencio del teléfono móvil.
Salgo a la Calle Farmacia.
Camino hacia mi estudio en la Costanilla de los Ángeles, 2, escalera izquierda primero derecha.
(Calle Fuencarral. Calle Gran Vía, Plaza Callao, Calle del Postigo de San Martín, Calle de las Navas de Tolosa, Calle de las Conchas.
Entro en el supermercado DIA de la Costanilla de los Ángeles.
Saludo al dependiente.
Exploro en busca de paquete de oferta de donuts de azúcar.
Compro un paquete de donuts de azúcar. (Si hay oferta.
Pago al dependiente.
Me dirijo al número 2 de la Costanilla de los Ángeles.
Saludo a la conserje Matilde. (Si está.
Subo las escaleras izquierdas hasta el primero derecha.
Saco las llaves de casa y del estudio de mi bolsillo del pantalón reservado para ello.
Abro la puerta.
Saludo los compañeros con un hola. (Si están.
Entro en mi estudio en la primera puerta a la derecha.
Abro las puertas de madera del balcón.
Abro las puertas de cristal del balcón.
Deposito mi mochila junto a las puertas abiertas de cristal del balcón.
Hiervo agua.
Busco mi taza personal.
La lavo. (Si es preciso.
Pongo un filtro en mi taza personal sobre un rectángulo de cartón.
Agrego media cucharadita de té en el filtro. (English Breakfast Black Tea.
Vierto el agua hirviendo sobre el té sobre el filtro dentro de la taza.
Cubro la taza sobre el filtro con un rectángulo de cartón.
Abro un paquete de donuts de azúcar. (Si había oferta.
Pienso en el desperdicio de plástico que supone esta bollería industrial.
Me siento algo culpable. (Solo algo.
Me como con la mano izquierda un donut de azúcar.
Me siento a la mesa del ordenador.
Introduzco la contraseña en el ordenador.
Abro el navegador Google Chrome.
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Entro en mi buzón de mi correo electrónico.
Borro los mensajes de SPAM.
Vacío la papelera.
Clico en la pestaña de este blog.
Reviso las posibles actualizaciones pendientes.
Clico en añadir entrada.
[…]

Me asomo al balcón

Me asomo al balcón
como un croasán
y pienso
¿cómo sería sacar una silla
y desayunar todas las mañanas aquí
mientras miro pasar la gente
calle Arenal abajo
calle Arenal arriba
o leo un libro
o
sencillamente
planifico mi día
con cuidado?

Me asomo al balcón
y por primera vez en mi vida
me planteo tener unas plantas
a las que regar poco
– podrían ser cactus –
e imagino incluso ponerles nombre
y esperar el surgimiento de sus órganos sexuales
llamados flores.

Me asomo al balcón
y no pasa por mi cabeza
la idea de suicidarme
quizá por ser un primer piso
quizá por ser un primer momento del día
quizá por ser un primer atisbo de futuro.

Me asomo al balcón
y recuerdo no haber escrito nada
en este blog que nadie lee
y cuya repercusión me es indiferente
mientras miro pasar la gente
de quien no sé nada
y que no sabe nada de mí.

Me asomo al balcón
e imagino lanzar un poema
en un pájaro de papel
con tan mala suerte
que acabe en el ojo de esa señora
que camina
despacio
con una maceta en los brazos
buscando un lugar donde dejarla.

Hoy es festivo y no lo sabía

Adoro no saber cuándo es festivo
y venir a trabajar
escribiendo
pintando
rompiendo cosas para construir alguna nueva
lo que podríamos llamar transformando
el universo
para hacer versos.

Adoro enterarme por la prensa
que apenas leo
o por teléfono
de una festividad que no respeto
porque no es digna de mi alabanza
ni de un minuto de mi tiempo.

Adoro evitar las fiestas patronales
en las que últimamente
casetas de un partido xenófobo
machista y execrable en general
pululan por las mismas haciéndose gloriosa propaganda.

Esperar a unas amigas en el estudio
ofreciéndoles espacio y tiempo para crear
como diría Bukowski
que el aire y la luz entren a raudales
por el recién abierto ventanal.

Prepararé un té
comeremos unos donnuts
y seré más feliz que si estuviese celebrando
algo distinto que la vida misma
cada día de ella.

7 versos

Estos siete versos pueden intercambiarse sin problemas, permutándose y dando lugar a:

7! = 5040

poemas diferentes, muchos de los cuales son razonablemente sugerentes. Otros son muy malos, lo reconozco.

Pero el pequeño artefacto está hecho con cartón recuperado de los envíos que suelo pedir y cuyo material estoy reciclando como un auténtico poseso… pero no hay manera de lograr reducir la cantidad de cartón que genero, salvo que deje de pedir envíos.

Nostalgia

Soy un nostálgico tecnológico y cuando un aparatito como este cae en mis manos me cuesta deshacerme de él, tirándolo o llevándolo a puntos limpios o lo que proceda. Apenas me deshago de tecnología por muy obsoleta que pueda parecer siempre pensando que en un futuro puede serme de utilidad en todo o en parte.

Pero reconozco que es poco probable que nada de lo que tiene este modem vaya a usarse nunca más, teniendo en cuenta la migración a fibra en casi todos los hogares, además de la insuficiencia que ahora mismo consideraríamos de una conexión de (en el mejor de los casos) 56K.

Y aún así…

Reordenando carpetas de correo electrónico

Hace tiempo que tengo pendiente hacer algo con mi correo electrónico, que almaceno desde que lo tuve, allá por los lejanos años 90. Cuando casi no existía la arroba @ ni nada que se le pareciese y se utilizaba el AT para enviar correos EN un servidor.

Cada vez que borro un mensaje de correo electrónico, incluso de esos de publicidad indeseada comúnmente denominada SPAM, me lo pienso y decido si no será digno de mantener, si no tendrá o contendrá algún texto útil o me culpabilizo asumiendo que no soy capaz de encontrar esa poética oculta en un mensaje de promoción de cialis.

Si además procedo a borrar algún correo que no sea de ese estilo, sino proveniente de algún conocido o alguna conocida, ya puedo tardar incluso minutos en determinar si merece ser borrado aunque hayan transcurrido más de 10 años desde su visionado. Sabiendo que hago copias de seguridad, incluso seguro que está en alguna de ellas almacenado o en varias, inclusive.

Reordenar carpetas es parecido en el sentido técnico pues implica un borrado (más o menos) de lo anterior para tener una nueva ubicación. Y también lleva tiempo el decidir si es ahí donde deben estar o en otra ubicación más «apropiada», así por ejemplo: ¿la subcarpeta CEDRO debe estar en la carpeta ESCRITOS o en la carpeta EDITORIALES?

Supongo que poca gente se preocupa por esta forma de organizar las cosas electrónicas ahora que los buscadores hacen maravillas y acaba resultando una pérdida de tiempo, posiblemente, esta obsesión categorizadora. Pero no puedo evitar hacerlo y sentirme, incluso, orgulloso de ello. Es tan tonto…

Zamora o el misterio de la izquierda en Castilla y León

¿Qué extraño comportamiento han tenido los zamoranos para haber dado la alcaldía de manera mayoritaria y absoluta a Izquierda Unida cuando estas siglas hace casi un lustro que no son lustrosas y apenas se escuchan en tertulias, debates y mucho menos en gobiernos o coaliciones?

Podemos fagocitó lo poco que quedaba de IU (que desde mi perspectiva estaba obsoleta en sus mensajes y lo estaba haciendo muy mal desde el punto de vista mediático) con una especie de «alianza» que no era más que una captación de ese sector del arco político a costa de despojar a la izquierda de su nombre.

Algunos como Llamazares intentaron (muy malamente desde un enfoque estratégico) continuar un modelo de hacer política de izquierdas que lleva extinguiéndose desde la caída del muro de Berlín. Con pequeños matices, parecía un comunista de la vieja escuela, de esos que no han recibido el mensaje de que la sociedad no parece querer ese comunismo de lucha proletaria, como si el proletariado siguiese siendo el mismo grupo social hoy, en la sociedad de Internet y los smartphones que el que otrora fuese aguerrido bajo una mina de carbón antes de considerarse tan nocivo medioambientalmente.

No tengo idea de qué ha llevado a los zamoranos a votar esta opción política y me hacen gracia las entrevistas que da el alcalde de la localidad diciendo que las confluencias no benefician a la izquierda, que estaba en franca caída libre antes de la llegada de agrupaciones como la de Podemos, Ahora Madrid, Mareas, En Comú… ¿No recuerda acaso que el partido llego a estar en el Grupo Mixto por no alcanzar los mínimos de representatividad necesarios para tener grupo propio?

Recuerdo tiempos en los que Córdoba resistía como un bastión de la izquierda, pero algo ha ido pasando en Andalucía para que el Partido Popular y sus marcas blancas se hayan alzado con el poder masivamente. Parece claro que el modelo tradicional de partidos de izquierdas no estaba funcionando en ningún sitio… y sin embargo: Zamora.

El lunes, por curiosidad, estuve mirando viajes a Zamora para el fin de semana, aprovechando que el día 3 es mi cumpleaños y el martes acepté de Carmen que me regalase el alojamiento en la ciudad. Va a ser un bonito viaje. No suelo viajar por motivos políticos, y no creo que este viaje lo sea, pero de alguna manera quiero saber qué hace que una ciudad como esa, en el centro de una comunidad habitualmente gobernada por el PP, feudo tradicional y tradicionalista, tenga una alcaldía de color tan diverso e inesperado.

¿Habrá diablos por las calles u hordas rojas cantando a voz en grito La Internacional? ¿Habrá reeducaciones y lo llamarán Revolución Cultural? ¿Se organizarán los cosecheros por quinquenios? hummmm….

Diferencias importantes en calculadoras

CALCULADORA BÁSICA

CALCULADORA SOFISTICADA

Deberían poner algún tipo de norma o al menos recomendar oficialmente un tipo de calculadora o la otra, puesto que entre ambas hay diferencias que pueden hacer que el rendimiento escolar en exámenes de un alumno con una de ella supere al que usa la otra.

Personalmente no tengo preferencias, pues una (la básica) ayuda a comprender mejor la prioridad de las operaciones, por ejemplo, siendo necesario el uso de paréntesis para llevar a cabo operaciones complejas con fracciones, mientras la de la derecha tiene un botón que hace ese uso absolutamente innecesario, lo que evita errores de operación entre quienes no están muy habituados a ello. Sin embargo, la sofisticada, más eficaz para lo que a fracciones se refiere, ralentiza las operaciones simples, pues acaban acostumbrándose a usar ese botón de fracción hasta para dividir 4 entre 2.

Más avanzadas que estas calculadoras que «hacen tostadas», están aquellas que son capaces de manejar con fluidez expresiones algebraicas, hasta el punto de poder realizar integrales definidas sin necesidad de saber integrar algebraicamente… lo que hace que tengamos que replantearnos para qué y cómo se enseña matemáticas.

Salvo que sigamos haciendo lo que hasta ahora: estrategia de avestruz. No existen calculadoras, sigo enseñando cómo hacer raíces cuadradas, por no hablar de lo estúpido que me resulta tener que enseñar a hacer «tablas» de frecuencia o porcentuales, etc, en estadística cuando nunca les enseña nadie a usar una herramienta como una hoja de cálculo que las hace de un tirón.

El modelo educativo está obsoleto, no sólo en matemáticas, sino en química/física (ni oyen hablar de relatividad, ni mecánica cuántica), literatura (que tan sólo de paso menciona que hubo un siglo XX), filosofía…

Pero no se sabe qué hacer con ello. Entiendo que el problema es complejo puesto que la tecnología ha trastocado todas las formas anteriores de entender qué eran las habilidades que se le habían de pedir a un humano para ser «productivo», pero claro está que las que se pedían no pueden seguir siendo las mismas que se les ha de pedir a los trabajadores del futuro.

Más creatividad, más poesía… me parece que la cosa va por ese camino… pero no sé si es muy «rentable» con el modelo productivo/remunerativo actual, lo que también está tremendamente obsoleto… y cambiarlo es mucho, pero mucho más difícil.

Así que una pequeña cuestión como la calculadora más recomendable para una alumna de 4 de ESO no parece ser determinante… y, al mismo tiempo, lo es.

La guerra comercial es la cuarta guerra mundial

Ahora que el comercio lo es todo,
incluso gestiona nuestra ética
– qué está bien o qué está mal –
llega el conflicto incruento
aparentemente
de boicots a empresas monopolísticas
u oligopólicas
afincadas en un país o en otro
cuando la transnacionalidad es norma,
llega la crisis permanente que excuse lo inexcusable
por ser temporal
– eternamente temporal –
y los daños los sufrimos en el bolsillo
que se desangra
obligándonos a dejar sudor y lágrimas
para que empresas oligopólicas
sigan batiéndose en duelos
– sin quebrantos –
olvidándose de humanidades
dejándonos debatir sobre el color de los manteles
o el aroma de los desodorantes
llamándolo libertad.

Ahora que el comercio lo es todo
la poesía ha pasado a ser
– si alguna vez no lo ha sido –
un verdadero arma cargada de futuro
una revolución
un rayo de esperanza
una aventura absurda
un horizonte de plata
una bala en la línea de flotación del empresariado
y
al mismo tiempo
nada.

Esto no es una broma