Quizá así comprenderíamos en qué medida son importantes nuestras decisiones, nuestras elecciones, nuestros representantes, nuestro consumo, nuestra avidez, nuestro egoísmo… y podamos cambiar algo en lugar de esperar a que «ellos» cambien.
modo de vida
He recortado un sello para hacer un sello
Hace unos meses, los compañeros de Estudio Mamífero me regalaron unos cuantos sellos de goma de un proyecto en el que habían estado trabajando.
Eran distintas frases con unas cuantas palabras de las que me dijo que si podía hacer algo con ellas que lo hiciese.
Hoy he tallado (por supresión) «G S P» en uno de ellos a partir de la primera de las frases del sello, que decía:
Preguntar siempre el
precio de las diferentes
opciones de vuelo para
adaptar nuestro horario y
conseguir un mejor precio.
Formaban parte de la campaña ES LO LÓGICO para la reducción de costes empresariales. Pero, por supuesto, lo sobrante estaban dispuestos a tirarlo. Esto sí es reutilización. Y eso que los residuos, es decir, todas las demás letras que he descartado, las he tirado a la basura.
Ahora, tengo un sello personal:
Soy solo un hombre heterosexual blanco
Pero vaya toda mi solidaridad con la Huelga del 8M.
Puede que no comparta parte de su estrategia, pero sí su ideología, muy bien reflejada en este manifiesto Hacia la Huelga Feminista del 8M.
Seguiré haciendo lo que está en mi mano por luchar contra el machismo allí donde lo encuentre. Incluso (especialmente) en mí mismo.
Hoy, por sororidad (solidaridad y concordia entre mujeres, que implica un reconocimiento mutuo, plural y colectivo), mejor estaré en el silencioso refugio de mi diario. Mañana quizá sea día de poder participar en una solidaridad y concordia entre feministas (independientemente de su género) y, ojalá, un día sea redundante porque todo ser humano sea feminista.
Ni siquiera le pediré a Carmen que haga huelga o se posicione, pues no quiero ser yo, un hombre, quien le diga a ella, una mujer, lo que ha de hacer.
Por otro lado, acabo de ver en FaceBook esta joya que explica mucho mejor que yo y con mucha menos amargura mi sentimiento al respecto:
*Comentario de Rubén Ibares Matute extraído del muro de Roy Galán en ref. Al #8M*
«Creo que hay que saber diferenciar la huelga de 24 horas con la manifestación. No tiene mucho sentido que los hombres hagamos el parón de 24 horas, ese parón se hace para que la sociedad entienda que si todas las mujeres hicieran huelga, el dia a dia de las ciudades seria un absoluto caos. Por eso no tiene sentido que la huelga la hagamos los hombres.
Otra cosa muy diferente es acudir a la manifestación, no solo en señal de apoyo, ninguna mujer debería necesitar mi apoyo o mi ayuda en un tema que influye día a día en la vida de todos (hombres y mujeres). No se trata de apoyar, se trata de compartir.
Yo tampoco quiero formar parte de una sociedad donde por el simple hecho de ser hombre tengo que ser el que más dinero gane, el que deba renunciar a ver como crecen sus hijos para no perder estatus en la empresa, el que no pueda expresar como se siente por miedo al rechazo o parecer débil y tampoco quiero formar parte de una sociedad que menosprecia el trabajo de cualquier mujer por el hecho de serlo. No quiero ganar más que nadie por hacer el mismo trabajo. Y quiero que se valore de una vez el trabajo de todas las mujeres que dejaron sus carreras para que muchos hombres estemos donde estamos hoy día. Sin ellas no hubiera sido posible.
Todo hombre que tiene un puesto importante en cualquier empresa que tenga claro que es gracias al esfuerzo y sacrificio de muchas mujeres, que dejaron de pensar en sí mismas para que triunfáramos.»
Aprendiendo a maquetar a marchas forzadas con Scribus
Vivir en Linux es un poco como vivir a la contra. Nos obliga a estar siempre aprendiendo herramientas que el resto de personas no utiliza y no tenemos mucho soporte, además de que el desarrollo de las mismas depende de la buena voluntad de los programadores que tienen a bien dedicar parte de su tiempo o de su vida a crear aplicaciones de código abierto, intentando en un intento algo desesperado subvertir las reglas del mercado.
Hoy me veo en la tesitura de aprender a maquetar con Scribus, un programa que sirve para eso pero que dista mucho de ser intuitivo. Por no decir que ya ha tenido un cuelgue por no ser capaz de «importar texto» de un ODT de menos de 100 páginas.
No pienso tirar la toalla porque lo de ir a la contra va un poco conmigo, con mi carácter y con mi forma de pensar. Pero es tan cansado que apenas tengo tiempo para publicar en este diario una entrada digna de hoy.
Mientras tanto, sigo aprendiendo.
Posa besos
Aprovechando la ingente cantidad del mismo que genero mediante los pedidos a tiendas de venta online, he hecho una tirada sobre cartón de PosaVasos que son:
POSA VASOS
POSA VERSOS
POSA BESOS
POSA PESOS
POSA SESOS
POSA QUESOS
POSA YESOS
Tienen la ventaja enorme de que son personalizables, baratos, desechables tras unos cuantos usos, pero al mismo tiempo ligeros, manejables, absorbentes, sencillos y estéticos.
Voy a seguir trabajando con cartón, que es un material estupendo y económico, en lugar de quejarme de lo elevado de los precios para adquirir material de soporte para imprimir, plastificar, fotografiar…
Clase de poesía para niños y niñas
El otro día tuve la suerte de ser invitado a un colegio de primaria a contar mi experiencia como poeta, acompañado de un pequeño ejercicio de creación atípico que les dejó encantados.
A Ernesto Pentón, padre de Elías, le había propuesto la profesora de cuarto curso de su hijo que se acercase un día a explicar por qué, cómo, cuándo… se hizo poeta. Y Ernesto me pidió que le acompañase. La verdad es que me sentía un poco fuera de lugar, pero me hice un pequeño hueco y sé que a él le apetecía no sentirse solo delante de un montón de minipersonas que le interrogasen sobre sus textos o sobre todo lo pensable y lo impensable.
No obstante, salió muy bien parado y leyó algunos de sus poemas que los niños y las niñas aplaudieron sin comprender la profundidad de los mismos. ¿O sí?
Luego comenzaron a preguntarme algo, como si yo, un nopadre, existiese. Y les encantó. Sí, se me dan bien los niños y las niñas. De hecho, especialmente mejor las niñas, a las que incluyo y me dirijo, sabiendo que no suele ser lo más habitual y que, casi inconscientemente, se dan cuenta y lo agradecen.
Les conté un poco de mi vida, pero poco porque teníamos un tiempo muy reducido, y les hablé de la libertad que da la poesía, aunque no les quede más remedio que estudiar los obsoletos autores rancios que estudian en primaria, con Machado (remarqué Antonio y no Manuel) como el más vanguardista de ellos.
Ni una mujer (salvo alguna religiosa y la omnipresente estudiada gallega) en su haber literario. Ignoradas las del 27 a las que dediqué un pequeño pero significativo comentario. Hay que hacerles conscientes. Pero no es trabajo de la de lengua… ni de nadie, parece ser, así que siguen aprendido sin reflexión. Memorizando sin sentido.
Les propuse un ejercicio para terminar la sesión de 50 minutos en el que tenían que ser capaces de extraer, a partir de unas hojas arrancadas de un libro de Poesía Española Contemporánea (lo que casi es un oxímoron), un poema o texto poético a base de tachar lo que les sobrase para conseguirlo. Un trabajo que mis alumnos y alumnas de talleres de poesía y escritura creativa hacen sin ningún problema en 5 minutos.
Les costó mucho, les resultaba difícil y desconcertante eso de haber arrancado una hoja, eso de tener que tachar de un libro (oh, el canon), sí, de un libro impreso y serio tachar sin piedad hasta quedarse con lo que querían. Pero aún son pequeños y pequeñas y no entienden la trascendencia de la ruptura, la importancia de la rebelión.
Prefiero, sin dudarlo, adolescentes de espíritu valiente. Se sobreestima a los menores, diciendo que son muy creativos, pero no es del todo cierto. Son juguetones y juguetonas, pero no son conscientes de sus actos en gran medida y, desde luego, en absoluto de las repercusiones de los mismos. Para bien y para mal, pero a mí no me motiva enseñar a desaprender a gente que no ha aprendido aún.
Por supuesto, el juego les cautivó y pasaron un rato estimulante, e incluso alguna personita consiguió sacar algo de provecho, ahora que, si lo pienso, no es probable que de las 20 personas presentes más de 2 acaben siendo poetas.
Una experiencia interesante y que le agradezco a Ernesto. Corroboré lo que suponía: Primaria no es lo mío. Soy demasiado adulto. Y me encanta.
Hi Sveta
Dear poesia, My name is Sveta, and finally I decided to write to you. I’m from Russia, but now I live in the USA 🙂 I saw you photos on Facebook and cant get you out from my head. You look cute and at the same time very sexy and smart, just like my type. Wanna talk to you, what about you? If you would like to know more about me, please, email me. My email is anetaq3kan@rambler.ru xXx, Sveta 🙂
Querría decirte que mi nombre no es poesía, aunque esté muy relacionado con ella.
Me alegra que me hayas escrito para contarme algo de tu vida. Rusia es grande y, por curiosidad, me encantaría saber de dónde en Rusia eres. Hay infinidad de culturas dentro de tu enorme país de origen y seguro que me podrías contar muchas cosas que me interesarían.
Hace tiempo estuve haciendo un trabajo de clasificación de lenguas del mundo y muchas de las lenguas que se hablan en Rusia están bastante bien catalogadas en una web dedicada a las lenguas del territorio de la antigua URSS que están amenazadas por la «rusificación» del mismo. Es normal y no creas que te juzgo por ello, siempre hay lenguas dominantes, culturas dominantes y no las personas que las hablan son las responsables directas de las amenazas de desaparición de las lenguas menores (por número de hablantes, no por capacidades, que un tal Chomsky ya demostró que todas las lenguas tienen idénticas capacidades).
Perdona que me haya enrollado hablando de mí. Pero dado que me has escrito sin que yo te conozca, imagino que estarás interesada en conocerme un poco más.
Con respecto a USA te digo lo mismo que de Rusia: es muy muy grande y diversa. No sé por qué no se matiza cuando hablamos de lugares tan enormes. ¿Vives en la costa este, New York, quizá? ¿Tal vez en la costa oeste, California? Yo conozco algo del interior, pero dudo mucho que hayas dejado Rusia para vivir en el famoso medio oeste norteamericano, aunque imagino que si tus orígenes son eslavos (que puede que no) no tendrás demasiados problemas raciales, como está teniendo mi amiga Mythreyi, cuyo nombre hindú nunca seré capaz de pronunciar y tampoco de escribir correctamente.
Estoy muy sorprendido de que algunas de las imágenes que has visto mías te hayan parecido sexis. Te agradecería que me dijeses cuáles para poder destacarlas, porque la verdad es que siempre he tenido un poco de complejo de feo y siempre sube la moral el saber que a alguien (incluso una desconocida como tú) le parezca sexy. Curiosamente, también smart, que es una palabra de dudosa traducción al castellano: desde inteligente a listillo… y no sé muy bien con qué quedarme.
Veo que hablas inglés (o lo escribes) bastante bien. ¿Cuánto tiempo hace que vives en USA? ¿Dónde lo aprendiste? ¿No hablarás español por casualidad o por algo? Es que me da bastante pereza escribir en inglés porque siento que no lo hago muy bien y me gusta expresarme con precisión. Cuando nos conozcamos más te contaré algunas anécdotas sobre mis deficiencias idiomáticas y entenderás por qué prefiero que hablemos en castellano, si puede ser.
Por momentos me ha dado por pensar que alguien te está obligando a escribirme y me he quedado un poco triste. Quizá alguien encuentra placer en forzarte para que consigas mi amistad y, a partir de ahí, mis favores a cambio de tus favores o la promesa de ellos. Me pone triste porque no estoy interesado en una relación, digamos carnal, pues soy muy feliz con mi mujer con quien tengo un acuerdo de exclusividad que la gente suele denominar (impropiamente) fidelidad marital.
Espero que no sea ese el caso y lamento haberlo pensado en parte, por el hecho de que no deja de ser un tópico, el de las trabajadoras sexuales (mejor dicho esclavas, palabra que deriva de eslavas o viceversa) procedentes de los países eslavos que buscan aprovecharse (no ellas sino quienes las explotan) de la triste vida y el patetismo de muchos hombres que también se aprovechan de su situación de poder (económico, en muchos casos) sobre ellas, de modo que acaban siendo un objeto de intercambio entre hombres que ejercen un abuso sobre las «mercancías» a quienes no tratan como personas.
Me encantaría estar seguro de que lo único que ocurre es que, verdaderamente, te has interesado por mí y crees que podríamos llegar a tener una tierna amistad que es lo único en lo que actualmente yo desearía participar. Sobra añadir sincera, porque en caso de que la amistad no fuera sincera, sencillamente no sería amistad.
No voy a escribirte a la dirección de correo electrónico que me proporcionas, pero espero que comprendas mi desconfianza y no me la tomes muy a mal, pero es herencia de haber trabajado durante años en seguridad informática y saber lo complicado que puede resultar, después, eliminar mi dirección de correo electrónico de bases de datos que utilizan la misma para bombardeo masivo de correos indeseados, lo que comúnmente se denomina spam.
Como veo que dices tener Facebook y haber visto mis fotos, esperaré pacientemente a que me contactes por esa vía y nos podamos ver y observar nuestros perfiles, que yo aún no he tenido ocasión de ver el tuyo. Ojalá no sea de esos perfiles absurdos que tan sólo contienen un par de fotografías de pechos exuberantes, esperando que las personas tan sólo se interesen por ti en base a la geografía de tus curvas.
Siento estar tan lleno de prejuicios, la verdad, pero es que la experiencia me ha ido haciendo tan desconfiado que casi no veo posibilidad de que tú y yo terminemos por conocernos, pero en cualquier caso, te deseo lo mejor en esta vida y que sepas que me ha encantado tener ocasión de hablar contigo un poco aunque no vayas a responderme.
Un cordial saludo,
Giusseppe
Un último homenaje a una camiseta adorable
En esta época de banderas y abanderados, resulta curioso que dos de las camisetas a las que más aprecio tengo sean banderas:
La primera ha resultado ya muerta en combate tras exhaustivo uso día tras día, hasta que pasó algunos veranos siendo utilizada ya sin las mangas ni el cuello que habían sufrido un desgaste excesivo para aguantar un poco más junto a mí, es una bandera de Cerdeña que homenajea, ni más ni menos, su origen pirata, su famosa «patente de corso»/Patente de sardo, en este caso.
Al final devino en trapos para un postrero y, diríamos, póstumo uso. Pero ya no es una camiseta. No quise por menos que fotografiarla para mantener este último recuerdo de un recuerdo adorable que me trajo Carmen de Cagliari.
La segunda camiseta la compré en el Gure Txoko de Sydney y, por supuesto, incluye una ikuriña junto a una bandera australiana. Tan sólo me la he puesto (a la vista) un par de veces en Madrid y en ambas ocasiones he recibido improperios, asumo que por la ikurriña y no por la australiana.
Quizá por ello ha durado y sigue durando tanto tiempo. Le tengo un cariño especial porque fue una época importante de mi vida y el apoyo que recibí de la gente del Txoko no lo olvidaré nunca. Sigo usándola pero, como dice algún político, tan sólo en la intimidad de mi domicilio.