Eurovi¿qué?

Desde hace más de 2 décadas que no sé nada de Eurovisión. Creo que lo último que vi fue «ay quién maneja mi barca, ¿quién?» y ya no pude más.

Me parece un absoluto despropósito hortera y vacuo (como tantas otras cosas, por otro lado), pero decirlo públicamente puede resultar snob e intelectualoide, así que me tengo que guardar las opiniones por si acaso piensa el respetable que soy demasiado serio, demasiado altivo, demasiado algo… que no sea demasiado banal.

Hoy he visto esta entrevista y no puedo dejar de pensar que es un signo de nuestra identidad nacional. Aunque sé que no somos los únicos. Pero no me consuela el «mal de muchos».

¡Qué muchacho! ¡Qué inteligencia denota! Pero… es sólo un chaval que han decidido llevar a ese evento absurdo. Las preguntas que me han quedado son otras: ¿Esto se financia con dinero público? ¿Por qué RTVE (pública) se encarga de esta bazofia?

Contacto o amistad de red social

Una persona furibunda escribe en su «muro» o lugar de esparcimiento esta pregunta airada:

¿Para qué piden contacto (jamás lo llamaré amistad) por facebook gente que no interactúa para nada, que no está ni en las «alegrías» ni en las «derrotas»? ¿Qué buscan, qué quieren? Porque cuando yo he pedido contacto a alguien ha sido por un genuino interés por su persona. ¿Son simples mirones?… Buenas tardes, feliz tarde ?

Y digo yo (y me dan ganas de preguntarle) ¿por qué no borras a aquellas personas que consideras que no interactúan lo suficiente para que te agrade su compañía? Por cierto, ¿lo de dejar el masculino en «mirones» es debido a que sólo se refiere a hombres?

La verdad es que ese patio de vecinos azul y blanco es cada día más cansino.

Nos superamos en estupidez día a día

Hace un par de meses compré un parche de tela para reparar un descosido en un pijama que quiero seguir usando.

Carmen me dijo que ahora había muchas pegatinas de tela porque estaban de moda. Yo le pregunté si se había puesto de moda arreglar la ropa rota. Ingenuo de mí. Pero la respuesta en sí me sorprendió lo justo: «No, se ha puesto de moda ponerse pegatinas reparadoras sobre ropa que está intacta».

Lo cual me llevó inmediatamente a pensar en lo absurdo del tema: compramos ropa rota (intencionadamente) pagando más por ello. Luego compramos reparadores para arreglar algo que no necesita arreglo (decoración). Ni se nos ocurre arreglar aquello que hemos comprado roto, por supuesto. Sencillamente, nos deshacemos de ello. Y lo llamamos reciclar.

Vemos con malos ojos a quien no puede arreglarse la ropa y la lleva rota porque o bien no le preocupa o bien no se puede permitir su reparación. Les tachamos de «pordioseros«. (Muchas veces me lo han llamado, sí)

Pero veo que realmente la estupidez humana no tiene límites:

Los primeros vaqueros manchados de barro salen a la venta por 414 euros.

Las ondas Hertzianas de Karlsruhe

Inevitable acordarme de mi amiga María en esta conclusión del libro IDEAS que he terminado de leer hoy, después de varios meses de lenta lectura.

Curioso encontrarme con esta pequeña aventura de un científico en la ciudad que ella habita ahora, pensando que las ondas hertzianas nos mantienen unidos en esta distancia que nos separa en la tridimensional pelota cuya superficie manchamos.

Pero este libro no termina nunca de ser leído. Según lo cerraba, me daba cuenta de cuántas páginas de futuros libros me ha abierto. Me resulta fascinante poder seguir aprendido de por vida.

Pastafarismo

Hoy lanza alguien en una red social esta pregunta, así, como si nada… y claro, se monta la de sancristín. Eso sí, no se profundiza más allá de unas cuantas frases. Pero es que no es el contexto para semejante pregunta. Lo siento, no lo es.

Alguien comenta:

o que pasa es que creen que Dios es una persona una figura o que vive en un castillo de nubes en el cielo, Alguien sabe como es Dios? seguramente como nadie lo ha visto dicen que no existe, pero Dios no tiene un rostro, DIos es hechos y obras, las que vemos a nuestro alrededor, las que de la nada se volvieron un todo, lo llaman recreación, las cosas que estan hoy en las que el hombre nada tiene que ver vinieron de algun lado alguien o algo las puso alli y despues vinimos nosotros a intentar explicar de donde vino todo, Dios no tiene una varita mágica, Dios tambien es ciencia, porque pacientemente puso su obra y dejo que evolucionara, es la que vemos y no importa si estan los cientificos mas increibles nadie puede explicarla

Olvidando faltas de ortografía, que quiero asumir que eran por pereza y no por mala fe (je), me llama la atención la referencia al celebérrimo «Diseño inteligente» que quiere reintroducir la religión en el ámbito de la razón, pero con un calzador recalcitrante.

Curiosamente, este fin de semana vi la película «The most hated woman in America» que sin ser una gran película hablaba de un tema del que no se suele hablar lo suficiente que es el del ateísmo y la reclamación de la separación Iglesia-Estado.

En este país, baluarte del catolicismo más cerril y arcaico, esa reclamación suena a cachondeo, como si se pide que dejen de haber símbolos religiosos en las calles… bufff… eso sí que sería un repaso de Memoria Histórica inasumible. Procesiones, festivos religiosos, Navidades, San/Santa… lo que sea… son considerados «tradiciones» constituyentes de «lo español».

Después de ver esa película, curiosee un poquito la Wikipedia en busca de más información sobre las asociaciones de ateos internacionales y acabé por encontrar una divertida religión:

Pastafarismo

El único Dios Verdadero

El pastafarismo (neologismo derivado de «pasta» y «rastafarismo») o religión del Monstruo del Espagueti Volador (MEV o FSM en inglés) es un movimiento social, reconocido como religión oficial por algunos países, y rechazada como tal por otros, quienes la consideran una religión paródica, surgido como protesta social en Estados Unidos para denunciar y oponerse a la difusión en las escuelas de la hipótesis del diseño inteligente, impulsada por sectores políticos y religiosos conservadores durante los mandatos del presidente George W. Bush, y a las corrientes de opinión que pretendían su equiparación con teorías aceptadas por la comunidad científica como la de la evolución biológica.

Los principios del pastafarismo fueron ideados por Bobby Henderson, licenciado en física de la Universidad Estatal de Oregón, para protestar por la decisión del Kansas State Board of Education (Consejo de Educación del Estado de Kansas) adoptada a finales de 2005 de permitir la enseñanza del diseño inteligente en las escuelas públicas como alternativa de la teoría de la evolución. Esta decisión fue finalmente revocada en agosto de 2006. Al igual que el movimiento a favor del diseño inteligente, el ideario de Henderson emplea referencias ambiguas a un denominado Diseñador Inteligente no especificado, con el fin de evitar los mandatos judiciales que prohíben la enseñanza de la religión y el creacionismo en las clases de ciencia de los centros educativos públicos estadounidenses.

Y verdaderamente, me he hecho creyente ipso facto de esta maravillosa visión del todo, donde no somos más que pequeñas manifestaciones del Apéndice Tallarínico.

¿Habrá sectas y conflictos religiosos como los de la época de la Reforma/Contrarreforma y las guerras de religión debidas a la composición de qué se supone que es el Gran Spaguetti (trigo (blanc o integral)/centeno/con aditivos…)?

Quiero ser un martillo

Hay chavales que piensan (nihilistas) que nada sirve para nada. Esto es frecuente.
Hay chavales que piensan que estudiar no sirve para nada. Basta frecuente y algo fundamentado en la situación socio-económica actual.
Hay chavales que piensan que alguna asignatura (que no les gusta) no sirve para nada. Esto es sencillamente pereza, indisciplina mal entendida.

Pero…

El otro día, dando una clase de matemáticas, quise acercárselas diciendo que el estudio de lo sinusoidal estaba en la base de las ondas, como las de la música y me dijo… «eso no sirve para nada». «¿El qué?», pregunté yo.

Según él, la música, el arte, la literatura, eran asignaturas que no deberían existir porque no servían para nada. Así, sin más. Cuando le dije que, siempre según él, tampoco las matemáticas servían para nada, me dijo que bueno, que eso era antes, pero que ahora veía que sí, que servían, como las demás ciencias.

Le sorprendía (explicitó) que a mí (su profesor de matemáticas) me sorprendiese su respuesta. (¡Ay, criaturita!, si supiera…)

Pero yo no le intenté persuadir. No es mi problema si este chaval no pretende otra cosa que ser «útil» en la vida. Quiere ser una herramienta, un martillo, un bolígrafo… algo que no tiene vida propia, sino tan sólo para otro individuo que lo maneje. Especialmente triste, patético, en un chaval cuya vida (económicamente hablando) está más que resuelta.

Pero no es mi problema.

Quizá sea el de los hijos del mañana cuando este «chaval» acabe por promulgar las leyes de educación, dada su previsible trayectoria.

¡Qué persona más muerta, más vacía!

Tallarines con verduras

Es uno de los platos recurrentes de nuestra alimentación. Sencillo aunque medianamente laborioso.

Ingredientes para 2 personas:

aceite de oliva y una cucharada de mantequilla
dos dientes de ajo
una cebolla
media berenjena
medio calabacín
un pimiento italiano
un par de tomates maduros
un par de zanahorias medianas
una cucharada de harina
una hoja de laurel, orégano, sal y pimienta
y
por supuesto
doscientos cincuenta gramos de tallarines
(en esta ocasión, fueron de esos «nidos» de tallarines de espinacas que tienen menos de un 1% de espinaca, pero son verdes)

Preparación

En una olla se pone agua abundante a cocer con una hoja de laurel, una cucharada de sal colmada y otra de mantequilla (yo usé margarina).
Cuando esté hirviendo, se añade la pasta y se cuece el tiempo que precise. No pasarse, que luego puede que le toque esperar y sigue «reblandeciéndose», así que mejor que quede bastante «al dente» aunque a los hispanos no nos acabe de gustar la pasta así y los italianos nos maldigan por ello.

Mientras tanto, en una gran sartén, hacemos un sofrito con lo demás añadiéndolo en el siguiente orden:

(Aceite, sin pasarse pero sin quedarse cortos, que luego la berenjena lo absorberá todo)
Primero dos dientes de ajo laminados.
Antes de que estén tostados se añade la media berenjena cortada por la mitad longitudinalmente y luego cada mitad otra vez por la mitad. Estas cuatro cuartas partes longitudinales de media berenjena se cortan transversalmente de manera que vayan quedando cuatro sectores circulares cada vez.

Cortamos la cebolla. La añadimos a la berenjena sofriéndose.

Siempre mientras tanto… cortamos de la misma manera que la berenjena la mitad de calabacín. Cuando la berenjena absorba casi todo el aceite de la sartén, añadimos el calabacín y lo dejamos un poco absorber el vapor antes de remover.

Preferible no pelar las verduras, salvo las zanahorias, las cebollas y los ajos. Pero asegurarse de lavarlas bien, por aquello de los posibles contaminantes, de los matabichos, etc.

Siempre mientras tanto… pelamos las zanahorias y cortamos el pimiento. Cortamos las zanahorias en círculos de escaso grosor. O sea, finas láminas. Cortamos la pareja de tomates en tacos pequeños de unos 3 centímetros cúbicos cada uno, como máximo.

Echamos el pimiento cortado al sofrito. Esperamos a que se reblandezca con el vapor de lo que vaya haciéndose y luego removemos.
Echamos las zanahorias cortadas al sofrito. Esperamos a que se reblandezcan con el vapor de lo que vaya haciéndose y luego removemos.
Echamos los tomates cortados al sofrito. Esperamos a que se reblandezcan con el vapor de lo que vaya haciéndose y luego removemos.
Un poquito de sal y una chispita (je) de azúcar.

Es posible que, para este momento, la pasta esté en su punto, así que escurrimos (NO LAVAMOS) y reservamos parte del agua de la cocción.

Cuando el sofrito esté más o menos en su punto, que es cuando el tomate ha soltado todo su juguito y se ha deshecho, añadimos la cucharada de harina asegurándonos bien de remover para que no se pegue.
Vertemos un vasito de la cocción de la pasta y dejamos que se mezcle bien.

Unimos la pasta y el sofrito en el recipiente más adecuado y, si es necesario, añadimos un poquito más del agua de la cocción, lo que facilitará la adsorción del sofrito a la pasta que se agradece que sea tallarín para tener superficie plana considerable.

Servimos caliente espolvoreando con un puñadito de orégano y pimienta que moleremos sobre el plato para que esté más fresca.

Y a comer.

La comida podrida y el descubrimiento de América

Hablar de «descubrimiento» de América es polémico, como casi todo ya, pero no encuentro mejor modo de denominar a ese encuentro de civilizaciones que no dejó de ser un descubrimiento para los que aún no conocían ese lugar y esas culturas allí habitando.

Me resulta interesantísimo y divertido al mismo tiempo pensar que gracias a que la comida se pudría con suma facilidad, a los europeos del siglo XIV (y anteriores) les era imprescindible tener algo con lo que hacerla comestible, disimulando su sabor con las especias, como en ocasiones yo hago cuando un filetito se me ha pasado un día de fecha… por decirlo así y comienza a adquirir ese olor característico de comida a punto de pudrirse.

Esa necesidad impulsaba un comercio global que nunca acabé de comprender hasta descubrir ese dato en el libro IDEAS, que sostiene que la pimienta era un bien preciado en la edad media para poder aprovechar la comida hasta cuando estaba en peor estado.

Es curioso que en la mayor parte del planeta se hayan usado recetas que básicamente producían putrefacción de los alimentos como método de conservación del mismo (de ahí quesos, cervezas, salmueras, escabeches, pescados podridos del norte de Europa…).

En muchos casos, he tendido a pensar que las fuentes de Energía eran uno de los motores de desplazamiento humano y así recuerdo haber sostenido la inevitabilidad de la Operación Barbarroja o la derrota de la Alemania Nazi a consecuencia de sus dos principales derrotas relacionadas con el acceso a la energía del momento: El Alamain y Stalingrado. Su otra gran derrota fue expulsar a quienes podían haber acelerado la investigación en otra fuente energética alternativa a la petroquímica, los científicos contemporáneos que habían asimilado las teorías de la relatividad y la mecánica cuántica, que acabaron recalando en otros lugares al oeste del Atlántico. Su apuesta por la generación de energía a partir del Carbón de sus cuencas mineras no fue una buena idea y no llevaron a buen término su investigación en hidrogenación.

Pero no había sido consciente de que anteriormente a la industrialización las fuentes de energía eran más, digamos, agrarias, provenientes de la fuerza animal y vegetal directa.

En un sentido muy básico, la energía (humana) se obtenía del alimento y eso era por tanto lo más importante, pero su alimentación no tenía buenas formas de almacenaje y se corría el riesgo de pérdida de eficacia energética en la misma, lo que hacía importante la disposición de especias como la pimienta (y otras) que pudiesen alargar la vida útil de la fuente energética básica: la cárnica. Cereales aparte, que son de otro tipo y cuya fermentación era altamente importante.

En resumen:

1.- Para que la comida pudiese usarse más de lo que hoy consideraríamos razonable, se necesitaba pimienta que se traía de lugares tan alejados como Vietnam o China vía la ruta de la seda.

2.- Cuando fue difícil (sería otra historia) acceder a la pimienta de la manera habitual debido principalmente al dominio de la región intermedia por tribus o naciones túrquicas, se dieron las condiciones para buscar nuevas rutas al origen de la misma saltándose las restricciones que imponían estos pueblos.

3.- En la búsqueda de «las indias» se acabó por dar con un continente que, entre otras cosas, proporcionaba nuevos alimentos, pero no se detuvo la necesidad de encontrar una fuente de pimienta y otras especias, por lo que se siguieron buscando rutas alternativas.

4.- Magallanes (amén de los periplos portugueses periafricanos) llegaron a encontrar esas vías que daban acceso a un producto para comer carne podrida disimulando su sabor.

5.- Entretanto, de 2 a 4 se habían producido tantos cambios que la pimienta dejó de ser tan importante… pero eso ya podríamos decir que es demasiado «moderno».

Esto no es una broma