InAcción de ARTóN

Hace unos días los amigos de ARTóN me enviaron este pequeño cuestionario que voy a intentar responder con lo mejor que sé, con honestidad, sinceridad y desde mi más pura opinión.

Ya me hicieron reflexionar con su convocatoria de Des-Plaza-Miento que englobaban dentro del proyecto de cobrar la entrada en un encuentro autogestionado de Performance. Les respondí breve (Piero Mancini) y, después, con un largo comentario sobre el precio de una performance o de una pieza de arte contemporáneo en general. Texto que, a su vez, fue contestado por unos cuantos amigos y conocidos de quienes respeto su opinión que, en ocasiones comparto y en otras no. Vamos, lo normal.

Esta es la presentación de su propuesta que, de antemano, agradezco que me hayan enviado:

Estimados amigos, colegas, desconocidos, …

Desde hace más de tres años les comunicamos mensualmente que ARTóN sigue con la ACCIóN!!!
Este año 2012 lo iniciamos con LA INACCION!!!!

La inacción entendida como reflexión, una mirada a la actividad y al propio medio profesional. Este año vamos a ir despacito pensando y repensando, sin que ello signifique que abandonemos la acción tan sólo la manera de llevarla a cabo. Os invitamos a realizar esta actividad con nosotras agredeciendo de antemano vuestra participación.

Toda persona interesada en el ARTE y en la ACCIóN es bienvenida a nuestra INACCIóN

Nuestra primera propuesta:
Hemos formulado una serie de preguntas se puede contestar una, dos, tres, todas, ninguna y/o formular unas nuevas

Y aquí su primera pregunta de un cuestionario del que voy a intentar no dejarme nada por responder.


¿Ves necesario la existencia de encuentros informales donde la práctica sea investigada pero donde no se mueva dinero? es decir, donde la producción corre a cargo de los artistas. si es así, ¿de que manera lo gestionarías?

Es insostenible que la producción corra todo el tiempo a cargo de los artistas. La logística de un encuentro más o menos informal, más o menos formal de cualquier cosa (también del arte contemporáneo) implica la aportación de un dinero que no siempre se tiene. Desde luego, sin dinero o algún tipo de retribución alternativa, no hay forma de gestionar este tipo de encuentros. Y que lo pongan de su propio bolsillo los artistas es algo tan inconcebible como absurdo. La razón aducida hasta ahora para que los artistas hagan esto es que lo hacen por que quieren, por amor al arte. Pero esto no es una razón válida. Han elegido realizar un trabajo (porque esta es la cuestión básica: se trata de un trabajo) y deben ser remunerados por él. En caso contrario, se trata de una forma encubierta de esclavitud.

Hoy contestaría un poco agriamente: No lo gestionaría.

Pero la realidad es que me encanta gestionar este tipo de encuentros, así como participar en ellos y quiero alimentar su funcionamiento con algún tipo de retribución cuando alguien los organiza y sé que no tienen recursos suficientes para hacerlo. Sigo pensando que, como escribí en un artículo relacionado, la forma de financiación convencional no es la más adecuada. Mi propuesta sería la de abrir bancos de tiempo paralelos o formas de retribución no basadas en el pago en dinero que es una herramienta poco apta para valorar objetos contemporáneos por su condición de ser muestras de trabajo contrario a una expectativa cuantificable objetivamente, al contrario de lo que ocurre con el dinero, contante, sonante y basado, ni más ni menos que en su valor objetivable consensuado a priori.

A los artistas les (nos) hacen falta cosas, materiales y no materiales, y a los organizadores también para poder subsistir, para poder realizar estos encuentros y para poder participar en ellos. Comida, alojamiento, servicios varios (desde escribir una reseña periodística a gestionar servidores, pasando por cuidados de niños y clases de idiomas), que pueden ser aportados por los asistentes a un encuentro de arte de acción a razón de un criterio subjetivo y acordable entre las partes que, por otro lado, están muy cerca. Tanto que suelen ser los mismos. Pero de esta tendencia endogámica mejor no hablar ahora.

Piensas que con festivales anuales es suficiente para que el ARTE de ACCIóN se desarrolle.

No.

El Arte de Acción requiere un desarrollo continuado, un trabajo no solo de exhibición, sino de investigación, permanente. Vamos, como todo. Pero ¿tiene público? Veo que esta pregunta está formulada más abajo, así que la contesto luego.

Conozco colectivos que están trabajando de manera regular en obras que solo puntualmente exhiben. Esto es normal. Pero no pueden pensar en vivir de ello tal como está montado el sistema. Huyo de expresiones tan impersonales como esta de «el sistema», ese ente que parece dominarlo todo desde su lejano trono olímpico, pero en este caso se trata de subvertir el sistema antes de poder establecer un método de retribución con sentido para artistas y otros trabajadores cuya producción no es de directa aplicación. Es importante hacer ver que esta producción es necesaria antes de poder plantearse si los encuentros deben o no ser anuales, mensuales, semanales… Y eso es, en parte, responsabilidad de los organizadores de los mismos encuentros.

Creo que la regularidad y el compromiso constante y continuo de los artistas y los organizadores de encuentros de arte son los que hacen que esté aún en pie esta forma de arte llamada Performance.

Piensas que con tan solo las instituciones exhibiendo ARTE, los artistas pueden desarrollarse.

El término «institución» es tan impersonal como el de «sistema».

Si entendemos institución como aquellas dirigidas o administradas por organismos oficiales varios, como gestores de la Comunidad Autónoma, Ayuntamiento, Ministerios, etc, la repuesta es que no.

Los artistas de arte de acción (y de toda creación contemporánea en general) deberían seguir luchando contra ese intento de apresar entre cuatro paredes (más o menos móviles) un trabajo que surgió en respuesta al anquilosado, por necesidad, entorno institucional.

Obviamente, la autogestión surge como forma natural de funcionamiento de estos colectivos e individuos, con la consiguiente complicación de su sostenibilidad.

¿Que funciones piensas que tiene el ARTE? ¿añadirías alguna específica para el arte de acción?

No sé si atreverme a responder esta y las siguientes preguntas sin dar una breve (brevísima) acotación de lo que yo entiendo por ARTE.

Y aquí me quedo en blanco. No es que no me lo haya preguntado una y otra vez, es que nunca acabo de llegar a una respuesta satisfactoria. Creo que esto es un problema (personal y no solo) que hace que la definición del trabajo de ARTISTA sea tan difícil de entender.

¿Es ARTE lo que produce un ARTISTA? o ¿Es ARTISTA quien produce ARTE?

Me inclinaría por la segunda de las dos alternativas. Para mí no hay ARTISTAS, pero sí hay ARTE, aunque, al no haber ARTISTAS, lo llamaría, por distinguirlo, arte.

Y ese arte tiene la función de servir de vehículo de expresión de un individuo o colectivo que necesita, por una íntima cualidad, crear. Es una creación no ex-nihilo, por supuesto, se trata más de una transformación y aquí citaría a mi admirado Joan Brossa: «El arte es vida y, la vida, transformación». Aunque Brossa atribuía esta frase a Leopoldo Frégoli.

Así que, en el fondo, podría verse como que la única función del arte (no del ARTE) es un tanto onanista, pero por otro lado, compartir esa expresión, esa transformación, es algo que abre la mirada al mundo de manera que expande la forma en la que los humanos se relacionan con él. Este cambio en la mirada es un cambio radical, hasta el punto de que es la verdadera forma de transformar el mundo… pero, como me gusta añadir, no necesariamente a mejor.

En cuando a si el arte de acción tiene una función específica: para mí no hay una frontera entre el arte de acción, la poesía, la pintura, la música, la danza… eso son fronteras arbitrarias y un tanto decimonónicas que quedan trasnochadas desde Dadá para acá. Quizá, la única cuestión sobre la que la performance ha sido especialmente dura, al menos en sus orígenes, es en torno al punto que mencionaba unos párrafos más arriba acerca de la resistencia que debe llevarse a cabo por parte de los artistas de este género por no ser encuadrables en los muros de un museo, ni ser comercializables de manera convencional. Ya lo pusieron de manifiesto las acciones de Yves Klein, Piero Mancini, y tantos otros… que luego el mercado acabó por volver a engullir fabricando anécdotas donde había obras.

En este sentido, sigo admirando sin fin al ínclito Isidoro Valcárcel Medina: El arte es una acción personal que puede valer como ejemplo, pero nunca tener un valor ejemplar.

¿Que papel tiene el artista en la sociedad?

Tal como he expuesto en la respuesta a la pregunta anterior: no creo en la existencia del ARTISTA. Pero aquel que hace arte, lo que lleva a cabo es una labor catalizadora que puede valer como ejemplo para que otros sepan que pueden cambiar sus vidas, cambiar sus mundos, buscar respuestas, plantearse preguntas… abrir sus miradas y expandir sus mentes. Pero esto no es una función exclusiva del arte. Creo.

¿Piensas que en España la gente muestra interés por el ARTE?

Depende: la gente, en España, llama ARTE a cosas que yo no llamo ARTE (ni arte) como puede ser un músico más o menos enlatado que se permite el lujo de dar un concierto en el Teatro de la Ópera porque, pretendidamente, es un artista no elitista que ayuda al sostenimiento de una instalación como esa.

Tuve una árida discusión acerca del concierto navideño de Bisbal en navidades de este año en la que yo sostenía que jamás debería estar cantando allí porque ya tenía su lugar donde exhibirse y no en un lugar reservado (o que debería estarlo) al arte de la ópera. Aunque esto sea poco rentable, claro. Y acabamos otra vez en lo de siempre: el dinero y un sistema basado exclusivamente en ese valor como criterio objetivable de calidad.

Por no hablar del culto a ARTISTAS como pintores hiperrealistas o algún habitual de calendarios, otrora criticado Dalí, o algún cineasta más o menos pretencioso, o algún performer espectacular (¡contradicción!) como la aclamada Pina.

Ahora, se me olvida que yo soy gente. Soy poca gente, pero soy gente. Y sí, me gusta algún arte. De alguna persona que lo hace. No todo el arte ni todas las personas. Y no es una cuestión de género o forma. Me gusta o no me gusta. Siempre me interesa, eso sí, su función.

¿Como piensas que va a afectar la privatización del ARTE?

privatizar. (Del lat. priv?tus y el suf. verbal -izar). 1. tr. Transferir una empresa o actividad pública al sector privado.

privado, da. (Del part. de privar; lat. priv?tus). 1. adj. Que se ejecuta a vista de pocos, familiar y domésticamente, sin formalidad ni ceremonia alguna. 2. adj. Particular y personal de cada individuo. 3. adj. Que no es de propiedad pública o estatal, sino que pertenece a particulares. Clínica privada 4. adj. Can. Muy contento, lleno de gozo. ESTAR privado 5. m. Persona que tiene privanza. 6. f. retrete (? aposento). 7. f. Plasta grande de suciedad o excremento echada en el suelo o en la calle.

Pero si, según la RAE, siempre ha sido privado.

Y eso que no he querido tirar por otras acepciones también interesantes de la definición de público.

Quizá es momento de reflexionar sobre este hecho: ¿puede ser público algo que no interesa a un gran público? Es decir, que se ejecutase con publicidad, a la vista de muchos y no pocos y que perteneciese a otros que no fuesen particulares.


Advierten, para terminar sobre la publicidad de los textos escritos:

De momento, publicaremos las opiniones en nuestra página web os informaremos de los siguientes pasos o mejor pasitos que daremos cuando nos hagáis lo envíos, por favor especificar si la publicación queréis que sea o no anónima.

Por supuesto, puede ser publicada en cualquier medio, de cualquier manera, reproducida total y parcialmente, citada sin mencionar al autor o haciéndolo que, en esta ocasión, ha sido Giusseppe Domínguez, en Madrid, a 8 de febrero de 2012.

Con cinco últimas palabras son 2012.

Sobre mi comunidad

Hoy me he encontrado un email curioso en mi bandeja de entrada que decía lo siguiente: (Espero que no lo considere una violación de su intimidad)

Hola Giusseppe,

Perdona que te atraque de esta manera. Mi nombre es ******, te escribo porque buscando en internet «loreto y chicote 2» me ha aparecido tu web. La razón por la que lo buscaba es porque he visitado un ******* que está en venta en tu edificio y quería tener algo más de información.

No sé si será mucho pedir, pero si, como vecino, me pudieras decir qué tal es el edificio, los vecinos y si hay algún problema con las prostitutas que hay en la puerta te estaría muy agradecida.

Gracias por todo y, de nuevo, perdona el atraco.

*******

Y me ha hecho mucha gracia empezando por el hecho (también es otro hecho) de que hace poco me contaba mi amigo Jose Luis Sanz Vicario que buscándose un día en Google (no recuerdo con qué objetivo), había acabado por encontrar mi página por encima de cualquiera de las que le mencionaban, en concreto por un poema objeto que tiene en su poder porque le regalé el mismo hará más de 5 años: Principio de Incertidumbre.

Eso parece indicar que google me quiere mucho, no se sabe muy bien porqué. Pero así es… me busco y me encuentro fácil, pero que otros se busquen y me encuentren… me parece divertido.

Así que no pude por menos que responder a ese email vespertino con esta carta sentida y sincera de mi estancia en esta vivienda desde hace ya más de 15 añitos… o por ahí… ¡vaya!

Hola ********,

¡Qué curiosa forma de «atracarme»!

En absoluto me molesta, así que te voy a contestar:

Llevo viviendo en esta casa (soy actualmente el presidente de la comunidad) desde hace más de 15 años. Entonces era una zona un tanto lúgubre, con mucha menos iluminación y algunas calles aledañas con aspecto de estar paseando por lo más duro de Harlem, New York, con cubos ardiendo y alrededor gente calentándose las manos…. Pero nunca, repito, nunca me pasó nada grave (ni violencia, ni atracos, ni siquiera intimidación) en esta calle.

Una vez, un amigo me dijo que por aquí jamás me pasaría nada porque la prostitución huye de problemas delictivos que espanten clientela. Efectivamente, sentías que era una zona protegida aunque no se supiera muy bien cómo. A pesar de ello, siempre había policía porque había una comisaría en la misma calle Ballesta/Nao y otra en la calle Luna. Ahora han trasladado las dependencias de varias pequeñas comisarías a una mayor y bien ubicada en la Plaza de Soledad Torres Acosta, que todos conocemos como la Plaza de los Luna, por unos cines que había y que me encantaban.

Hace unos 8 años, esta zona pasó la peor de su historia en temas de seguridad o sensación de seguridad, al menos, pues se llenó de drogadictos. Si bien tampoco se metían con nadie (te lo aseguro) la verdad es que imponía bastante ver yonkis en las aceras… pero eso pasó. Afortunadamente.

Desde hace 5 años se ha ido revirtiendo la tendencia y ahora se ha llenado de tiendas de moda alternativas, con lo que mi mujer está francamente encantada, y locales (pocos y nada ruidosos) dignos del barrio más pijo de la ciudad. En broma, a veces les digo a mis amigos que antes no entraba a los locales por razones morales (eran prostíbulos) y ahora no puedo permitirme entrar en ellos (son prohibitivos).

Se fueron todos los restos de droga (salvo la cocaína que pueda haber en los locales nocturnos en los baños, pero esa es otra historia, ¿no?) y la zona mejoró como de la noche al día. Ahora mismo se tiene la sensación de que esto va camino de convertirse en un Soho a la madrileña, que era lo que se pretendía.

Pero sigue habiendo alguna prostitución, sí. En ocasiones, cuando no conocen a alguien, le ofrecen sus servicios, pero con declinarlos con un gesto simple de cabeza es suficiente y te olvidan. La verdad es que a mí jamás me ha molestado y no me molestan en lo más mínimo. Alguna de las mujeres que viven en la zona, te ayudan a abrir la puerta, te saludan con una cortesía que pocas veces encuentras en otras vecinas… Vamos, que para nada, de verdad que para nada, son un problema.

En cuanto a los vecinos del inmueble: pues nos llevamos bastante bien. No es que seamos una familia, ni nada por el estilo, pero creo decir que los propietarios tenemos una muy buena relación entre todos. Sinceramente, cuando me cuentan cosas que pasan en otras comunidades como enfrentamientos personales en las juntas de vecinos… yo me doy cuenta de lo afortunado que soy de vivir aquí. Hace poco hicimos una pequeña reforma en casa e, inmediatamente, los vecinos de enfrente nos ofrecieron su casa para pasar un par de días… algo increíble en muchas otras comunidades, ¿no te parece? Cuando empecé a vivir aquí tuve un problema con Gas Natural (no querían darme el alta) y estuve duchándome durante más de un mes en casa de otra vecina… Ser presidente en esta casa es tan sencillo que, aunque el cargo es rotatorio, ni enteras de que lo eres. Las gestiones las realiza cualquiera, tenemos un administrador de fincas que se encarga de lo principal administrativo, como corresponde… La verdad es que me encanta esta finca… qué te voy a decir.

Hay actualmente 2 problemas menores de pagos de comunidad pendientes por parte de un par de vecinos que vamos a solucionar hoy mismo que tenemos una junta extraordinaria… pero que seguro que se resuelven sin menor complicación.

El edificio es de construcción moderna y no ha tenido hasta ahora ninguna avería importante, pero seguro que en los próximos 10 o 15 años habrá que hacer algún arreglo serio… pero, la verdad, prefiero ni pensarlo. Habrá que pintar partes del interior que, con el paso del tiempo, se han ido quedando un poco avejentadas, pero poco más. La fachada es muy reciente y no va a tener problemas en los próximos 30 años, por lo menos, salvo guerras nucleares o terremotos, claro!

No sé qué más decirte. He procurado no endulzarlo, porque no es perfecto, pero sinceramente no cambiaría dónde vivo por casi ningún otro sitio en Madrid y, si me apuras, de lo que conozco del mundo, por casi nada en ningún otro lugar. Adoro tener todo cerca, vivir en el centro de esta ciudad pero casi sin ruido, (en el primer piso hay más ruido, me consta, pero tampoco tanto salvo en verano, con las ventanas abiertas…) especialmente ahora que se ha peatonalizado, con muy muy poco tráfico en Ballesta. Está, como ya sabrás, muy bien comunicado con cualquier lugar y acabas por ir andando a la mayoría de los sitios.

Como te digo, si tienes pensando elegir un lugar para vivir en el centro de Madrid (que siempre tendrá sus contras por ser el centro de una ciudad como esta), la verdad es que esta casa es un chollo. Porque por tener unas cuantas prostitutas en las calles, lo único que consigues es un descuento del 20% como mínimo por el metro cuadrado… y eso es bastante dinero y, te repito, muy poco inconveniente.

Espero que te sirva esta información que, por supuesto, es sólo una opinión personal.

Un saludo y hasta pronto,
Giusseppe

Conversar

Conservar

En una interesante pregunta que ha lanzado Vera Moreno en Facebook, pregunta ¿Cómo definirías la sociedad actual?

Y aunque aún no sé qué contestarle (ni siquiera si contestarle) he elaborado algunas respuestas posibles:
Conservadora-Conversadora
Mediatizada y sin medios, pero con miedos
NeoLiberal sin libertades
Consumista post comunista
RetroRevolucionaria
Sobreinformada hasta la deformación de la desinformación
Conformista y amorfa
Dictadoramente democrática, demagógicamente ciega
Entre el silencio y el grito (pero no a medias)
Tecnocrática, tecnofílica, tecno-i-lógica, tecnoadicta, tecnotonta y tecnoanalfabeta
Solidaria solitaria
Subpaleolítica
Simple-mente Múltiple



Indefinidamente Indefinible

Al fin, me conformaré con copiar y pegar estas definiciones que no son definiciones. Seguro que le hacen gracia.

Sobre el precio de una performance (Respuestas)

Hace unos meses, publiqué un artículo titulado Sobre el precio de una performance en el que planteaba la cuestión de ¿de qué manera debe financiarse el arte contemporáneo?.

Procedí a enviar el siguiente email a varias personas que tuvieron a bien contestarme y lo que voy a hacer es reproducir sus respuestas sin hacer ningún comentario al respecto. Como mucho, incluyendo mis respuestas a las suyas, que, en todo caso, fueron muy de agradecer.

De: Giusseppe Domínguez
Para: DISTINTOS DESTINATARIOS del ámbito de la Performance, la Danza Contemporánea y algunos amigos cuya opinión aprecio especialmente.
Enviado: martes 8 de noviembre de 2011 14:18
Asunto: Me gustaría tu opinión

Me gustaría saber tu opinión, porque he escrito un articulo pero tengo
dudas… no voy a negarlo.

https://giusseppe.net/blog/archivo/2011/11/08/sobre-el-precio-de-una-performance/

Un abrazo,
Giusseppe

El primero en responderme, casi como si esta pregunta se la hubiese hecho tantas veces que supiese la respuesta, fue el gran Bartolomé Ferrando:

Giusseppe:

Yo sí que soy partidario de que se pague a un performer.. pero ese dinero debería conseguirse de la Institución pública a la que pagamos todos. No sé hasta qué punto soy partidario de cobrar una entrada al público. Yo la pagaría..pero hay personas interesadas que disponen de muy poco dinero

Un saludo

btmé

Y le respondí agradeciéndole su claridad:

Muchísimas gracias por tu opinión.
Estoy de acuerdo en que si pagamos todos a esta Institución debería ser para la divulgación y el fomento de la cultura (la cual debería (de una vez) contemplar la cultura contemporánea), pero me preocupa que no la tenga o, como tú dices, que si se hace de manera privada mediante cobros de entrada, podría ser porcentual a renta o similar. No contemplé este punto y me parecería muy interesante.
Gracias otra vez y un cordial saludo,
Giusseppe

La tercera respuesta fue de Hilario Álvarez, quien mantiene un interesantísimo blog sobre sus opiniones sobre el Arte de Acción, entre otras cosas.

Hola Giusseppe:

He leído tu artículo y contesto «a vuela pluma». Aviso esto para que no te crees expectativas (O tendrías que pagarme, según expones).

Porque tal vez te ayude en tus dudas sobre qué es arte contemporáneo (¿qué es arte?, en realidad) te recomiendo un libro que, no por casualidad, estoy releyendo estos días:
«La transfiguración del lugar común. Una filosofía del arte» de Arthur C. Danto. Ed. Paidos Estética 31. Es un libro de 1981 editado en España en 2002, es decir, absolutamente contemporáneo.

En cuanto a la pregunta clave de tu artículo, ¿cómo remunerar una performance? te diré, y no es salirme por la tangente, que depende.

Depende de qué idea del arte tiene quién realice la performance.

Si es alguien que considera el arte como un trabajo, lógicamente reivindica una remuneración por su trabajo. Músicos, bailarines (tango incluído) cantantes, compositores, escritores, cineastas y videoastas editores y escritores y últimamente también los poetas y sus declinaciones escénicas de spoken words, forman parte (si quieren) de lo que se llama «las industrias culturales» y como tales trabajadores de la industria cultural reclaman un «salario».

(Como anécdota, hace pocos días publiqué en el blog de la Oficina de Ideas Libres lo siguiente:

UN TITULO CLARIVIDENTE

La industria cultural: Ilustración como engaño de masas.

De Adorno y Horkeimer. 1947.

Lógicamente estos trabajadores de la industria cultural necesitan, como bien dices, crear expectativas. De hecho lo que todos nos envían es el anuncio de su actuación. Luego ninguno nos envía el documento de lo hecho. Su necesidad es la de crear audiencia, tener un público, a ser posible fiel, que les mantenga. En ese aspecto, deben atenerse a las reglas del negocio del espectáculo (show business).

Otra posición es no considerar el arte como un trabajo, sino como una labor, una actividad que paga en si misma. El pago es el hecho de hacerla. Entonces lo que se comunica a los demás es el documento fehaciente de lo realizado. Por ejemplo la primera acción, con conciencia de tal (que yo sepa) que se hizo en la España contemporánea, la hizo ZAJ. Consistió, como ellos mismos dijeron, en el traslado de varios objetos de una calle a otra de Madrid. Y después de hacerla enviaron una postal para comunicarlo.

La última vez que estuve con Isidoro me «contó» una acción que había hecho: Fué al Museo del Prado, donde había una de esas exposiciones que atraen masas, se puso en la cola y cuando iba llegando a la zona de la entrada iba dejando pasar a quienes venían detrás de él en la cola. Así se pasó la mañana.

Algo más sobre Isidoro, que no citas en tu texto y que para mí, que tuve que convencerle para que la hiciera, es fundamental: el título de su acción en el Círculo de Bellas Artes fue (es) «Una mala acción». Y ese titulo es toda una declaración de guerra y, como bien dices, de repudio de lo que allí estábamos haciendo los demás.

Puestas así las cosas, ¿de qué vive un artista? A esta pregunta Robert Fillou respondía que en ese terreno los artistas están al nivel que todas las demás personas: tienen que buscarse la vida como mejor puedan. Y, además, hacer arte.

En algunos países tenían (no sé si siguen teniéndolo) un salario muy mínimo pero vitalicio para quienes salían de la facultades de Bellas Artes, con la condición de que entregasen al estado algunas obras cada año y siempre que no realizasen exposiciones y ventas en el mercado del arte. Pocos se conformaban con ese salario mínimo y en cuanto podían entraban en el circuito profesional del mercado, pero al menos les servía como rampa de lanzamiento y supervivencia en esos primeros tiempos.

Otra posición es la de considerar el arte y la cultura general, como una necesidad social y por tanto como una obligación del estado, la de mantener el arte y la cultura como un servicio público. Durante los años de la gran depresión en Estados Unidos, la Unión de Artistas consiguió presionar al gobierno para que pagase salario a algunos artistas que trabajaban en proyectos de lo que hoy llamaríamos arte público.

Si tienes curiosidad teclea en tu navegador de internet: ART WORK: A national conversation about art, labor, and economics

Seguro que te sorprenden los muchísimos artículos en los que artistas americanos, ahora mismo, se plantean y exponen sus posturas ante las preguntas que te haces, y algunas propuestas muy curiosas (Chris Burden en un programa de radio) sobre cómo conseguir financiación.

Un par de cosas sueltas más: sobre el precio de una obra de arte, Wittgenstein en «Aforismos Cultura y Valor» dice (cito de memoria) «Una obra de arte debe valer lo que te cueste hacerla» y en cuanto a la calidad de la obra y la necesidad que dice Rilke, tuve un maestro de arte (Gerardo Delgado, arquitecto y pintor contemporáneo) que decía que si para alguien hacer arte era una necesidad, lo mejor que podía hacer era hacérselo mirar. Seguro que es más barato que vaya al psicólogo que nos aburra a los demás con sus carencias.

Voy a poner un enlace a tu artículo en el blog de la OIL.¿puedo?

Un abrazo

Hilario

A lo que yo no pude evitar responderle:

Muchísimas gracias por la argumentadísima y bien expuesta respuesta.

Que generes expectativas es necesario, pero no suficiente para que te pague… ;-)))

Estoy deseando dar con ese libro que estás releyendo. Lo buscaré. También tengo pendiente revisar obra de Adorno, a quien tengo un poco de manía (prejuicio) por su famosa afirmación de «Después de Auschwitz era imposible escribir poesía». Menos mal que Paul Celan le contestó con su no menos famoso TodesFuge.

Me encanta la respuesta que das sobre la remuneración de una performance:
Depende de qué idea del arte tiene quién realice la performance.

Completamente de acuerdo. La subscribiría 100%. Pero esto sigue sin resolver el enigma, lo traslada a saber ¿Qué idea tiene del arte quien realiza la obra (en general)? ¿Quién evalúa la verdad o falsedad de la idea que el artista dice tener del arte?

Sé que son preguntas que un ajeno a la formación académica del arte puede formularse incluso con cierta ingenuidad, pero que vienen rondándome la cabeza desde hace años.
Quizá porque vengo viviendo como recomienda Fillou desde hace años y es tan cansado…

Cuando releo a Maiakovski (Te recomiendo Conversaciones con el inspector fiscal sobre la poesía) me encuentro con que el planteamiento que más me gustaría es el que dices que existía en algunos países, de pagar un mínimo a quien diga dedicarse al arte (acreditándolo no sé muy bien como… lo de la carrera no sé si me convence, pero puede ser una forma, a falta de otra). Y también completamente de acuerdo con la idea de que aquel que opte por vivir del mercado, inmediatamente está renunciando a la subvención.

Muchísimas gracias otra vez por tu respuesta y, por supuesto que puedes publicar o referenciar cualquier cosa que esté en Internet… mientras no se aplique en exceso la famosa ley SINDE. Todo el contenido de mi web (y mi blog es parte de ella) es público y absolutamente gratuito. No creo ni en el Copyright ni tan siquiera en el Copyleft… o sea, que sí. De hecho, un placer y un orgullo que hayas publicado esta respuesta en tu blog… del que me he hecho hoy mismo seguidor.

Un abrazo enorme y espero que nos veamos pronto,
Giusseppe

Y él enriqueció mi cultura en estos temas con un enlace recomendable:

Hola Giusseppe:

Mira este enlace
http://www.charlotte-lindenberg.com/news-questionnaires/?mid=5261

Como verás hay mucha gente interesada en el tema arte/aconomia y también tienen dudas.

salussss
Hilario

Mi querida amiga Lilian Flores ya me había respondido con su cordialidad habitual:

Me parece claro y lucido! las respuestas habra que buscarlas entre todos los artistas contemporaneos creo yo,,,
en fin marido, se entiende muy bien y deja una puerta abierta a buscar OTRAS FORMAS DE HACER Y SER….
se imprimeeee jaja. lilian

A lo que respondí:

Eso estoy haciendo (lo de buscar respuestas) y ya he tenido alguna de gente tan relevante en este campo como Bartolomé Ferrando, ni más ni menos.

Un abrazo enorme e intenta no imprimir… ahorra papel y árboles.

Un placer de desayuno…
Hasta prontito,
Gsp

Mi buena amiga María Ginzo no tardó demasiado en responder:

Hola Giuppe!!
Qué tal estás? Disfrutando del día de fiesta o has de trabajar en actividades lucrativas?
He leído tu entrada en el blog sobre el precio de las performances, y de hecho me he puesto a trastear en tu blog, y he leído de paso «Sobre la gratuidad y el amor al arte» […]
En cuanto a lo del arte y el precio… es un tema muy interesante pero sobre el que no he pensado mucho aún, la verdad. Quizás por dedicarme a la tarea de intentar enseñar filosofía a unos adolescentes (de forma más o menos agradecida) y en todo caso a cambio de un sueldo.
Parece como si hubiera cosas demasiado nobles como para admitir dinero. El dinero… es como si las ensuciase, como si perpetuase un esquema mercantil del que el artista quiere escapar, porque no es eso, claramente, una performance, por ejemplo, no es una mercancía. Lo que ocurre es que pagar por ir a ver una performance yo creo que no hay que verlo como «intercambio mi acción y algún recurso material por 10 euros», sino que esos 10 euros son un donativo para que el artista pueda seguir trabajando. Lo del mecenazgo democrático me parece interesante. Hay algunos que lo hacen antes de la acción: por ejemplo, tú calculas que una acción te va a costar x, pides subvenciones online para poder hacerla. Lo que pasa es que con este método, a veces se consigue muy poco…
Supongo que también plantea un problema el que, según tú planteas «la contemporaneidad ha roto con la idea de que haya espectador «, porque la retribución debe tener en cuenta la existencia del espectador, no?
Y claro, el ejemplo concreto que mencionas: si pagarías por ver a Isidoro Valcárcel Medina paseándose… parece una broma, pero el caso es que el tal Isidoro también comerá, dormirá bajo techo… cómo soluciona él el tema de las necesidades materiales?
No sé, Giuppe, creo que sé demasiado poco sobre arte contemporáneo! Pero me parece un tema muy interesante que me gustaría seguir discutiendo contigo.
[—]Un abrazo muy fuerte,
María

Y mi respuesta también publicada:

Hola Maria!!!!

[…]Hummm… no sé qué contestarte a tu respuesta.
No se trata de que el dinero ensucie, pero la performance surgió para acabar con la especulación que se estaba produciendo en el mundo del arte objeto, llegándose a pagar cantidades astronómicas por piezas de Jackson Pollock cuyo valor era más que cuestionable, salvo el meramente especulativo. Y el interno para Pollock, que es incalculable. Esta incalculabilidad es la que estoy cuestionando… ¿Ha de establecerse algún método para cuantificar lo que ha sido incalculable hasta hoy por considerarse inherente a la condición de cualquier creación contemporánea o, por el contrario, ha de renunciarse a entender el trabajo de creación contemporánea como algo cualitativamente distinto a la creación clásica en términos de retribución?

No solo el pago condiciona al artista que, en la mayoría de los casos, tiende a pensar en dar algo más espectacular, desvirtuando así la honestidad del acto creativo, también lo hace saberse observado en muchos casos, o exponer y desear (o precisar) un número de espectadores, de asistentes, de público…

En absoluto es «pecaminoso» ese camino, pero desde luego es anticontemporáneo. No hay mucha contemporaneidad desposeída de conceptualismo. Y sin tener en cuenta la coherencia de la obra, poca obra «moderna» se sostendría.

Sí, IVM ha comido poco toda su vida, siendo, como sabes que opino, el mayor artista que ha tenido este país en la segunda mitad del siglo XX, quizá junto con Brossa. Aún vive en condiciones bastante humildes… sobrevive, casi. Pero sigue sin venderse. Lo más admirable de él es esta integridad tan fácilmente olvidada por todo aquel que tiene la posibilidad de ganar dinero o fama y prestigio y renuncia a ello porque sabe que esto puede alejarle de su discurso.

Un abrazo enorme y hasta prontito… espero!
Gsp

La bailarina contemporánea Simona Ferrar, me hizo el aporte siguiente:

Gracias Giusseppe por compartir y por tu llamada al debate.

Te voy a responder con algunas ideas sueltas, pero no tengo respuestas claras obviamente…

1) Es importante plantearnos la pregunta de si ser artista puede ser un oficio o simplemente una manera de ver el mundo que lleva a cada uno a querer expresarse a través acciones, escritos, dibujos, lo que sea, en su tiempo libre, pero sin necesidad de que esto se transforme en una dedicación profesional. Opino lo primero, porque me parece que el artista, además de ser un creador, también es un ser que reflexiona, ofrece una visión sobre el mundo que puede ser útil, saludable, incluso necesaria para que la sociedad también pueda tener un espacio de reflexión a través de las expresiones que ofrece un artista. De la misma forma que un monje, un científico necesitan tiempo para poder hacer bien su trabajo de reflexión, búsqueda y compartirlo con la sociedad, pues el artista hará mejor su trabajo pudiendo dedicarse plenamente a ello. Y para que tenga tiempo para hacerlo, necesita ser remunerado por este tiempo de trabajo, es una obviedad.

2) El trabajo del artista, en muy pocas ocasiones se verá suficientemente remunerado para «vivir», solamente a través del pago de las entradas para su exposición, performance, obra de danza, lo que sea. Para llegar a estas expresiones, habrá hecho un largo trabajo anterior de reflexión y de búsqueda de formas (incluso en el caso de un performer que llega a la acción de andar simplemente). Por lo cual, la cuestión de pedir que se pague o no un acto artístico, tiene que ver sobretodo con invitar al «espectador» a aportar su valoración del trabajo, que suele representar una cantidad simbólica de los ingresos que necesita un artista para vivir.

3) Cómo asegurar entonces el «sueldo» del artista? Esto es lo más difícil. El arte, por definición, no suele ser directamente rentable. Por lo cual, si queremos fomentarlo, tenemos que encontrar a quién lo financie. En algunos casos puede ser el gobierno, en otros mecenas. Cada uno vendrá siempre con sus ideas y exigencias, definiendo entonces a su manera los límites de la libertad del artista. Entonces me parece muy importante que los que deciden apoyar económicamente a los artistas lo hagan con consciencia e inteligencia con respecto a sus motivaciones. Para llegar a una motivación consciente e inteligente debemos reflexionar profundamente juntos sobre el por qué queremos fomentar el trabajo de los artistas, sobre el por qué queremos juntos ofrecernos el arte? Y creo que es esta última parte que muchas veces falla y que necesitamos seguir trabajando, y opino que los artistas podemos y debemos contribuir mucho a esta reflexión, y compartirla con el mundo en el que vivimos (más allá de nuestras necesidades personales y de nuestro ámbito).

4) Si estimamos que la expresión y la reflexión artísticas suponen un bien necesario para la sociedad, porqué la gente tendría que pagar? Sobretodo los que no tienen dinero? Pienso que el arte debe ser fácilmente accesible para todos, pero que se recuerde siempre al espectador que el trabajo del artista tiene un valor, y una de las maneras de hacerlo es proponer un precio de entrada (pensando en la opción de rebajar el precio o ofrecer entradas gratuitas a personas que están en dificultad económica). Pero no pienso que el espectador debe ser el único responsable de remunerar el trabajo de un artista, de la misma forma, que el paciente no debe ser el único responsable de remunerar el trabajo de los médicos, enfermeros, o el alumno él de los profesores.

Me enteré hace poco que el gobierno belga, además de ofrecer bastantes ayudas a la danza, también tiene un programa de ayudas para productoras que producen y distribuyen proyectos de creadores, permitiendo de esta forma que estas productoras también se puedan ocupar de artistas emergentes y/o «experimentales».

Voilà, sigamos pensando.

Un beso y gracias,
Simona

A Simona le respondí así, también por puntos, como ella:

Querida Simona,

Gracias, en primer lugar, por tomarte el tiempo de responder. Y hacerlo tan extensamente.

1) Sí, es una pregunta interesante, esta de si ser artista es oficio o no. Para mí, casi, debería ser un trabajo remunerado funcionarial. Pero tampoco lo tengo tan claro: ¿Cómo se harían los exámenes de ingreso / Oposiciones?

2) ¡Qué me vas a contar! Lo que no tengo claro es la forma de remunerar (mientras no se resuelva el punto 1) ), especialmente cuando se trata de una creación contemporánea que desafía el esquema espectador/espectáculo al no existir criterio objetivable con el que saber si se satisfará una expectativa.

3) ¿Qué ocurre cuando la obra pone en cuestión la posibilidad de comercialización? Me encuentro con exposiciones antisistema que se hacen en, por ejemplo, la Casa Encendida y me da repelús… no sé, quizá ser demasiado coherente puede conducir a la inacción.

4) Que alguien tiene que pagar y que, en última instancia será la gente, es algo inevitable. La cuestión es la manera de hacerlo: ya sea a través de empresas que ingresarán beneficios por desgravaciones (impuestos que no se recaudan y que, por tanto, acaba pagando la gente), o a través de impuesto directo, de entradas, etc… no hay forma de evitarlo. Sí que es interesante que se debata sobre si los que tienen más deben pagar más (como en el modelo actual, donde los impuestos subvencionaban el arte contemporáneo y, se supone, quien tiene más dinero ha de pagar más impuestos… y ya, ya sé que este es uno de los puntos débiles de todo lo demás).

Muchas gracias otra vez por la respuesta que posiblemente compilaré con otras para publicarlas en el blog y haceros saber las de otras personas consultadas.

Un besazo enorme!
Gsp

Luis Elorriaga, organizador de los Encuentros de Arte de Acción de Caudete, me dijo:

Hola Guisseppe:

Se entienden tus dudas, pues yo también las tenia, pero 10 €. no es una cantidad que se considere un valor ejemplar, es simplemente intentar cubrir gastos (en ese caso) y un experimento para ver si es posible cobrar por nuestros trabajos.
En cuanto a frase de Rilke: Una obra de arte es buena cuando surge de la necesidad. Habría que añadir que la necesidad debe ser anímica, expresiva, intima, de comunicación ..
Abrazos Luis.

Y le contesté:

Muchas gracias por tu opinión y el tiempo que me has dedicado.
Sí estoy de acuerdo en que en este caso se trata, con esos 10€ de cubrir gastos, pero era no sólo una reflexión sobre este caso sino un poco más general.
En cuanto a lo de la necesidad: totalmente cierto: es una necesidad anímica, íntima, de comunicación. Exactamente esto.

Un abrazo,
Gsp

Mi amigo Jose Eugenio Vicente Torres me apelaba a la falta de resolución:

Querido Gupe, primero perdona por la tardanza en la contestación (Apenas veo los correos).
Acabo de leer tu artículo y me remito a otro que leí hace tiempo y que señalas en este último «La gratitud y el amor al arte» Del primer artículo todavía me acuerdo y lo leí hace tiempo. Era sentido, visceral y comprometido. No exponías una pregunta, dabas unas razones. En este haces una cuestión que no contestas. Muestras ejemplos que quieren justificar algo que no te atreves a definir y en mi opinión, lías la madeja. No te puedes preguntar algo que sabes su respuesta sin darla a conocer. Me gusta tu visceralidad, no tu intento de justificación. Es como si te sintieses culpable. Así que no te andes con remilgos y opiniones de terceros y expón.

Un beso muy grande y gracias por confiar en mí.

Y, por alusiones, jeje, tuve que responderle:

Hola amiguete,

No es falta de compromiso con mi opinión, es que, realmente, no tengo una firme opinión formada y eso es justamente lo que me cabrea, me inquieta, me mueve a escribir este texto que puede que no sea concluyente, pero es que no puede serlo. Quizá lo que quería era denunciar a todos los que sí deciden tenerlo claro y afirman que hay una forma (a veces solo una) de resolver esta aparente paradoja.

De todos modos, muchísimas gracias por tu opinión, que me ayuda a entenderme un poco más.
Un abrazo gigantesco y hasta prontito,

Gsp

La escritora Clarisa Vitantonio, desde Rosario, Argentina, me envió su respuesta:

Giu,
Leí atentamente la nota, y puse en facebook. La verdad que estoy de acuerdo contigo y a mi también se me plantea esa duda. ¿Cuál es el límite?, ¿Cuál es la retribución contemporánea del valor artístico? Y ¿dónde está el concepto del arte fuera o dentro de los lugares establecido que la gente conceptualmente acepta pagarlo o no?. Creo que todavía no están claros los conceptos, o no muchas personas (y sobre todo los artistas) están dispuestos a llevar este debate. Y como siempre que se discute terminan en posiciones fundamentalistas. ¿Donde está nuestro punto de valoración frente a nuestro trabajo? Es extenso el debate y creo que lo has planteado con mucho coraje (y como siempre excelentemente escrito) y pones de manifiesto algo que dentro de la llamada industria cultural no quieren oír, cualquiera sea la posición que tengan del lado.
Espero podamos seguir debatiendo este tema.
Besazos
Clari

Y, como ya estaba un poco cansado de debatir, respondí más escuetamente que de costumbre:

Me alegra que te interesara el tema y que lo compartas.
Un abrazo y sí, seguiremos debatiendo.
Hasta pronto,
Gsp

Y supongo que eso es, seguiremos debatiendo, aunque me ha ayudado a comprender cómo se percibe esta problemática desde distintos sectores (y eso que no me extralimitado, preguntándolo a gente desconectada de lo que podríamos llamar el entorno artístico contemporáneo).

Muchísimas gracias a todos los que respondieron y también a aquellos que se tomaron la molestia, al menos, de leerlo.

Lotería

Después de todo, parece que no les tocó la lotería. La gente había estado esperando hacerse ricos de la noche a la mañana, o de la mañana a la noche, como si se lo mereciesen, como si tuviesen que ser ellos, olvidándose de que si les tocaba a ellos era a costa de que no les tocase a los demás.

Siempre me pregunto cómo es de ingenua la gente que es capaz de confiarse a la suerte en lugar de desear cambiar por sí mismos lo que no les guste. Pero esto es muy simplista, sé que hay muchos motivos por los que la gente (que es múltiple y variada) juega a juegos de azar como este, que incluyen la tradición, la compartición de una ilusión (de ilusos) común…

Pero también me pregunto por qué no se plantean jugar de manera que la victoria fuese compartida completamente por todos los habitantes de un mismo entorno, digamos nación. Por ejemplo, cómo habría sido que todo lo ganado fuese siempre aportado a las arcas públicas directamente. Pero no, la realidad es que el estímulo del juego es, principalmente, la ambición, la dura y directa ambición y cuanto más individual mejor. No hay intención de compartir con todos el dinero ganado, como mucho con los muy íntimamente allegados como si los demás no existieran, apelando a la tribu familiar, al viejo llamado de la sangre.

No entiendo la lotería. Sé que no la entiendo. Sé lo que se beneficia el estado, que a punto estuvo de venderla para conseguir efectivo, sin hacer bien los cálculos y darse cuenta de que ingresa más si no la vende, haciendo gala de ese compartido anhelo de bienes materiales que es lo único que se comparte verdaderamente en la vana ilusión navideña.

Y aún soy mirado con recelo cuando digo que yo nunca juego (dinero) o que deseo que el único que se enriquezca sea el estado para que pueda repartirlo racionalmente. Sé que es un planteamiento muy racional, quizá demasiado frío, pero es que no puedo empatizar mínimamente con ese estímulo del afán desmedido de ganar dinero para modificar la vida de quienes no la modificarían nunca.

Le pregunté al padre de Carmen qué haría si le tocase la lotería y me acabé encontrando con que sería igual de infeliz que es ahora, repetiría los errores que le han llevado a estar donde está, quejándose de tener una casa que mantener, me dice que si le tocase la lotería se compraría otra casa… y así, es sólo un ejemplo, otros muchos repetirían los errores que cometen en sus vidas o los aciertos pues puede que lo sean, que sean las cosas que quieren hacer aunque no se lo reconozcan a sí mismos, por que viven inconscientes de sus propias voluntades.

Uno de los pocos textos que no he escrito en primera persona, como si realmente a mí no me pasase nunca. Puede que sí, pero no con los juegos de azar. El azar puede intervenir (e interviene) en mi vida, pero no apuesto o espero a que sea este el que la dirija, el que me ayude a tomar las decisiones que considero que deseo tomar.

El hombre está obligado a ser libre. No serlo es una irresponsabilidad. Y la libertad se ejerce tomando decisiones.

Aunque sé que es una opinión y solo mi opinión.

Hoy he alterado mi horario

por encontrarme con una amiga
que está en mi red social preferida
como si no fuese virtual
como si tuviese una voz propia
y su cuerpo tridimensional
no llenase mis múltiples dimensiones
al menos en cortes
secciones
lo que podríamos llamar
curvas de nivel multidimensionales
como su abrazo en mi entorno
o su olor corporal
o el tono cálido de su voz siempre cantarina.

Hoy he alterado mi horario y no me ha importado
porque hemos arreglado el mundo
el suyo y el mío
y nos hemos sumergido en el placer
de tomarse un cafecito en mitad de la mañana
como si trabajase a media jornada
autónomamente
como si fuese libre y dispusiese de mi tiempo
de la manera que me diese la gana
la real gana
que no viene de realeza sino de realidad
de esa realidad no imaginaria
completa como el plano complejo
o como una aplicación
de múltiples variables complejas
cuya concepción me produce tal placer
que hay poca gente con quien pueda compartirlo.

Vendrá mi amigo Jose Luis
que ya ha venido
de Medellín, Colombia,
a pasar unos días en Madrid
y podré hablar con él retomando la conversación
donde la dejamos
en aquellas cuestiones que relacionan
la mecánica cuántica con la crisis financiera
pasando por los modelos de Frequently Asked Questions
como utilizable por las propuestas de democracias directas
u otras formas posibles de organizar la toma de decisiones
e información
en la sociedad del siglo XXI
donde aún algunas imprentas intentan sobrevivir
haciendo trabajitos manuales
del siglo XIX
como si no supieran que el palito se ha movido de sitio.

Hoy he alterado mi horario
y es que
para eso está.

Han terminado las fiestas

Estas fiestas navideñas que, como su propio nombre indica, son tan religiosas como tradicionales y tradicionalistas. Las aborrezco por ello aunque no parece que nadie me comprenda. Sé que soy radical pero no me arrepiento de ello. Sé que no es comprendido que me niegue a ser partícipe de estas fiestas por motivos de coherencia o conciencia. Sé que eso no es lo que debe regir la convivencia. Sé que sería más social obviar esas connotaciones y olvidarlas, dotando a estos días de un renovado valor lúdico-festivo independiente de su connotación religiosa, pero no me es posible hacerlo.

También se vincula al hecho de que son tradicionalmente indisolubles a la familia, en su concepción más inflexible, más sanguínea, más arcaica. No me importa pasar un rato con mi familia o con la de carmen, con estos parientes de sangre no elegidos, pero me disgusta que haya de hacerse tan protocolariamente, tan obligatoriamente que acaba por resultar asfixiante.

Pero no importa. Hoy ya no importa. Ayer sí. Ayer todavía coleaban los agotamientos derivados de intentar llevarse bien con quien no se comparte más que un porcentaje elevado de alelos en nuestros genes. Desde luego, qué difícil es asumir que se es poco más que carne y que la materia no entiende de afinidad, salvo la electrónica, más allá de la cual cualquier construcción es artificial por más que se intente vestir de natural.

Ya tenía ganas de volver a escribir en este diario abandonado a su suerte desde hace casi medio mes, desde que el 22 de diciembre publiqué una última entrada sobre la elección de nuestro gobernante… ay, qué dolor.

Tenía ganas pero también quería descansar, reposar, soltar amarras, dejarme llevar por la inacción durante un tiempo, no quería hablar, en caliente, de las conversaciones apasionadas que se tienen con las llamadas familias, con esos seres a los que hay que ver en estas fechas como si se tratasen de seres que demandan una atención dedicada, una deuda de sangre, un pacto diabólico que nos mantenga unidos.

¡Qué alegría cuando el encuentro se produce sin ninguna otra razón que la de desear verse! ¡Ninguna otra razón!

Pero hoy quiero comenzar el diario del 2012 pensando en otra cosa.

Me tengo que organizar mejor que el 2011.

El tiempo es algo difícil de gestionar para un autónomo. Soy autónomo. O algo parecido. Trabajo sin cobrar para mí mismo, trabajo en algo no remunerado la mayor parte de mi tiempo y debo ser capaz de dedicarle un tiempo organizado, segmentado razonablemente, para que pueda hacer todo aquello que me propongo hacer (propongo/propuesta/proyecto) como es el mantenimiento diario de este diario, la investigación en poéticas que no conozco, la colecta organizada de las lenguas del mundo, la instalación y divulgación de software libre y abierto…

Amén de las cosas (alguna hay) remuneradas que me permiten comer, beber, pagar impuestos, y todas esas cosas que son maravillosas, como dice la vieja canción. Están mis talleres de poesía, a los que debo dedicar un tiempo semanal estimado en unas 10 horas (preparación: 3 horas, comunicación: 2 horas, impartición: 5 horas) sin tener en cuenta los tiempos previos a la preparación, el trabajo de captación de alumnos y algunos extras. Están mis clases particulares, que este año se van a ver incrementadas con 2 horas de un nuevo estudiante de 4º de la ESO; y que ascienden a un total de 11 horas (2h – Marta, 2h – Mateo, 2h – Carlos, 5h – Desplazamientos y preparación).

Puedo considerarme un trabajador a media jornada, pero una media jornada distribuida a lo largo de toda la jornada así que acabo no sabiendo bien cuándo estoy trabajando y cuándo no. Eso sí, ya querría yo cobrar lo que se supone que se ha de cobrar por un trabajo de media jornada… pero trabajo en lo que me gusta y eso se paga… aunque todavía no entienda por qué se ha de pagar por ello.

Cómo se puede ver, tengo bien cuantificado lo que dedico de tiempo al trabajo remunerado, pero no así el trabajo no remunerado. Esto es algo que debe cambiar para que pueda dedicarle también una cantidad de tiempo bien definida. Esto es de gran ayuda para saber que tengo que respetar mis horarios, horarios absolutamente arbitrarios, como todos, pero que estructuran mi quehacer, mi jornada, mi día a día, hasta el punto de no hacerme sentir perdido en un mar de tiempo lleno de actividad que, después, no sé cuál ha sido con claridad.

Además he de meter en mi agenda algo de tiempo periódico para mis cuidados personales, incluyendo una rehabilitación de mi manguito rotador que debe realizarse, para que sea eficaz, diariamente y preferiblemente a la misma hora, como pretendo hacer con la hechura de este blog (huyo de este término como de la peste), para que no pase un día sin hacerlo. Son una serie de ejercicios que, se supone, irán mejorando mi movilidad, pero es algo tan lento que no me motiva. Tengo poca paciencia para cosas como esta, que no me gusta en su detalle, de la que solo deseo el resultado. Si me platease este mismo acercamiento a tareas como esta de elaborar un diario, jamás lo comenzaría, o el del POFLM.

Voy a retrasar la elaboración diaria de estas entradas, para ver si acomodo mejor mi horario. Hasta ahora, intentaba realizarlas a las 10:30-11:30, pero veo que va siendo inviable, así que lo retrasaré media hora, me levantaré media hora antes (08:30), incluiré mis ejercicios en ese ínterin tras el desayuno con mi amada Carmen, a eso de las (09:30-10:30) y, tras leer los emails para ver si hay algo urgente, acercarme a este cuaderno y escribir mis tonterías entre las 11:00 y las 12:00. Buena hora para dar por terminado este trabajo y pasar a otros. Voy a reconfigurar mi calendario de google, preciosa aplicación que le agradezco a esta empresa californiana.

Y como no me gusta que los «voy a» se eternicen, dejo este diario cerrado por hoy.
Hasta mañana a las 11:00.

Ayer fue la inmaculada concepción

O sea, festivo en este país, «»»laico«»».

El pasado martes 6, día de la Constitución, me encontré teniendo una curiosa conversación con mi sobrina Jimena que me dijo que el jueves era fiesta porque era la inmaculada concepción. Le dije que qué era eso y me contestó, con una seguridad pasmosa, que era que la virgen había concebido sin el pecado original. Y se quedó tan feliz, ella.

No quise ahondar en preguntas que podrían poner en un aprieto su confianza, ni quise saber cuánto sabía de lo que significaba concebir, por si acaso yo acababa en un aprieto.

Está en un periodo curioso porque está a punto de hacer la comunión. Junto con su hermano César, ambos, hijos de una pareja no casada por la iglesia. Pero esta iglesia católica cada día son más permisivos, cosa que no acabo de entender porque acaban por dejar de lado el significado de lo que supone realizar la comunión o el bautismo que deben hacer (no estaban bautizados hasta ahora) para poder comulgar.

Hace un par de meses nos pidieron a Carmen y a mí que fuésemos los padrinos de uno de ellos, aún por determinar, al que, según la definición que da la iglesia católica de bautismo, tendríamos que educar en la fe católica.

Padrinos

Cuando los infantes son solemnemente bautizados, las personas asisten a la ceremonia a hacer la profesión de fe a nombre del niño. Esta práctica viene de la antigüedad y es atestiguada por Tertuliano, San Basilio, San Agustín y otros. Dichas personas son designadas sponsores, offerentes, susceptores, fidejussores, y patrini. El término en español es padrino y madrina. Éstos, a falta de los padres, están obligados a instruir en lo referente a la fe y la moralidad. Es suficiente un padrino y no se permite más de dos. En el caso de que sean dos, uno debe ser hombre y el otro mujer. El fin de estas restricciones es el hecho de que el padrino contrae una relación espiritual con el niño y sus padres, lo que sería un impedimento de matrimonio. Los padrinos mismos deben ser personas bautizadas que tengan uso de razón y deben haber sido designados como padrinos por el sacerdote o los padres. Durante el bautismo deben tocar físicamente al niño ya sea personalmente o por algún otro medio. Lo que es más, se requiere que tengan realmente la intención de asumir las obligaciones como padrinos. Es deseable que hayan sido confirmados, pero esto no es absolutamente necesario. A ciertas personas se les prohíbe actuar como padrinos. Ellos son: miembros de órdenes religiosas, personas de matrimonios distintos, o los padres de los que van a ser bautizados, y en general aquellos objetables por razón de infidelidad, herejía, excomunión o que son miembros de sociedades secretas condenadas, o pecadores públicos (Sabetti, no. 663). Los padrinos también son empleados en el bautismo solemne de adultos. Nunca son necesarios en el bautismo privado.

Fuente: Enciclopedia Católica OnLine

Claro que, yo soy un feliz hereje, seguramente un pecador público y no reconozco la validez de mi bautismo, así que tuve que decantarme por un sonoro no.

No pude decir que sí, pero tampoco acabo de entender cómo sus padres pueden decir que sí, cómo la iglesia les permite bautizarles sin estar casados por la iglesia, sin, reconocidamente, creer en dios ni en los mandamientos de la católica. La verdad es que todo esto me resulta tan extraño que me pregunté porqué ocurría y acabé dándome cuenta de que el problema no era religioso, sino social.

Vivir en una sociedad pequeña a veces puede resultar opresivo, pero también hay que responsabilizarse de la coherencia de las decisiones propias, cosa que yo no puedo evitar hacer, aunque en ocasiones no lo haría para comportarme más amigablemente, encajar mejor con un entorno que tiende a homogeneizar y rechazar la diferencia.

Pero digo no, un sonoro no, cuando no quiero que algo sea como no creo que deba ser. Soy tan simple.

Sé que vivir en un pueblo como Daimiel y mantener esa coherencia implica ciertas recriminaciones sociales, cierto problema en la educación de los hijos que acabarán por sentirse excluidos en muchos entornos, pero creo que la exclusión es algo contra lo que hay que luchar no acatándola sino padeciéndola.

No sé qué habría hecho yo en una situación en la que se encuentran mis cuñados, supongo que no habría llegado a ella, puesto que jamás habría aceptado que educasen en religión a mis hijos, pero puede que, incluso así, ellos hubiesen envidiado a sus amigos (que puede que lo fuesen menos) que tenían formidables fastos ceremoniales, subvencionados por todos los españoles, por cierto, mientras que a ellos tendría que haberles compensado laicamente en una ceremonia artificiosa y falsa… aunque no más ni menos que la religiosa de rigor.

Pero ellos encontraron que nadie llevaba a sus hijos pequeños a otra cosa que no fuese religión (por supuesto católica) en el colegio, así que los suyos habrían sido los primeros en salirse del sistema (salvo un par de niños musulmanes, con los que mejor, parece ser, no relacionarse). Pero alguien tiene que ser el primero, alguien ha de dar un paso valiente, decir no, sonoros noes, cuando hacen falta.

Y para mí, la educación de un hijo (que no tengo, así que muchos me atacarán personalmente por aquí, obviando la argumentación) es dependiente de la coherencia con la que se viva, la vida debe ser ejemplar, el ejemplo ha de ser la base de la educación.

Y lo más importante que pueda haber es la educación de nuestra descendencia. Sin eso, no hay esperanza de futuro, salvo una continuidad improgresiva de un pasado rancio, anquilosado, tradicional(ista) y, por supuesto, excluyente, autoritario, dictatorial, que nunca hemos, realmente, superado.

Qué pesaditos estos de Facebook

Cada día me apetece pasar menos tiempo mirando las actualizaciones de estado y los maravillosos artículos que desean compartir conmigo en FaceBook mis amigos. La mayoría de los cuales son completos desconocidos y otros muchos son tan solo eso, conocidos.

Obvio que no es culpa de la aplicación, pretendida base de una renovada Internet… mucho más privatizada, menos neutral, más comercial, menos desinteresada. Esta Internet 2.0 es (y era) una puta mierda.

No puedo ser más claro ni más contundente.
¿Sirve?

Sí, sirve para hacer negocios, para publicar lo impúdico, para cotillear como en un programa del corazón (aunque yo diría programas de vísceras, en general) que claro que está bien que existan, que tengan su público y su, incluso, tiempo. Pero que se quieran autoproclamar los líderes de la tendencia en Internet y que no sean tosidos por nadie es algo muy, pero que muy, peligroso.

Ahora, cada vez que entro en la pantalla (como si esta afirmación fuese posible) de la página principal de FaceBook, me encuentro con que insisten en que consiga una dirección de correo electrónico giusseppe.dominguez@facebook.com

Pero ¿Por qué esta insistencia?

Está claro que es una forma práctica de conseguir un cliente fiel, casi esclavo, casi imposible de escapar de una aplicación que debía ser tan solo un útil y no una vida paralela (y para-lelos).

Pero es preocupante la pérdida de independencia que se tendría (ya se tiene en Gmail y HotMail) al tener un correo electrónico en manos de una de las 3 o cuatro más importantes empresas de Internet que están intentando fuertemente conseguir un oligopolio a la manera de las telefónicas en España, por ejemplo, en un campo que conocí libre y libertario. Era la Internet 1.0. Parece ser.

Pues bien, me niego a seguir jugando a esto. Estoy por darme de baja en FB y pasar olímpicamente de esas presuntas ventajas que me otorgaba. Lo único que me ha aportado hasta ahora ha sido el retomar el contacto con algunas amigas lejanas (y esto es algo que aprecio) de forma sencilla, sabiendo qué hace mi amiga Mariel, por ejemplo, cada dos horas, o haber visto las fotos de su pequeño y ver cómo va creciendo. También me aporta una infinidad de eventos a los que acudir, que no acudo por falta de tiempo, ganas e interés.

Se suponía que lo iba a usar para fines publicitarios (de ahí que haya aceptado tantos desconocidos entre mis amigos) y que iba a poder conseguir alumnos interesados en mis clases, pero la realidad es que hay tanta oferta y tanta dispersión que quien está en FB lo que acaba haciendo es, como yo mismo, perder el interés por las ofertas que se presentan por falta de tiempo y ganas.

Hummmm… siento algo de incoherencia en mí, uno de mis fantasmas acechando…

Si deseas salir de FaceBook, hazlo ya!

¿Por qué digo que no lo hago?

La verdadera razón (hay algunas razones no verdaderas, supongo) es que sigo creyendo que puedo usarlo yo y no ser usado por él, que tengo en mi poder una herramienta que puede servirme para contactar con amigos infrecuentes y saber algo de sus vidas, así como para conseguir algún que otro contacto interesante entre tanta morralla.

Pero esta creencia se desmorona por minutos. Y estoy seguro de que no seré el único que piense así en los próximos años, cuando aparezca una Internet 3.0 que desmonte el mito de que estar permanentemente conectado es un placer.

Y mientras tanto…

El error y la creatividad

Me encanta que alguien lo diga con total claridad, como este señor:

Si no estás dispuesto a equivocarte, nunca llegarás a nada original.
Ken Robinson

Isidoro Valcárcel MedinaHe de reconocer que es algo que ya sabía. Es más, sobre creatividad, me gusta más la idea de vivirla como una actitud, como nos recuerda Rafael Lamata en su libro, prologado, como no podía ser menos, por el ejemplo viviente de esta idea: Isidoro Valcárcel Medina.

Pero es agradable que se oigan estas voces, como las de este hombre, Ken Robinson, entrevistado por Eduardo Punset (quien me genera cierta repulsión por su tonillo un tanto pedante, pero cuyo programa considero de lo mejorcito que hay en la divulgación científica/cultural en TV). Es posible que estos programas tengan los días contados como los tuvo CNN+ para ser el gran hermano 24h. ¡Manda huevos!

Al menos, tenemos en hemeroteca estos programas de la TV2 que será desmontada en breve, con la excusa de los recortes, dejando un TV1 mermada, escasa, de contenidos basurescos, competidores de AnaRosas y Terelus, de peliculitas de serie B en el mejor de los casos y algún evento deportivo o cultural considerado de interés nacional, como un partido de furbol o una corrida de toros, además de, los domingos, la misa. Lo demás, al olvido de la web en el mejor de los casos.

De momento, aprovecho para enlazar los vídeos desde aquí:

  • El sistema educativo es anacrónico. No puedo estar más de acuerdo. Hay que verlo completo y entender que sin el desarrollo completo del ser humano, las máquinas siempre serán más eficaces.
  • Todos tenemos la capacidad de ser creativos. Algo que repito sin cesar en mis talleres y que espero ayudar a divulgar para que cada uno encuentre lo que verdaderamente le apasiona y le mueve. El motor de la vida. Y siento estar consiguiéndolo en cierta medida.

Rogaría a todo aquel que encuentre estos textos y vídeos que los vea, al menos una vez en la vida.
De momento, los dejo aquí para no olvidarlos nunca y poder referenciarlos de cuando en cuando. No quiero perderlos. Son de lo mejor que he visto en programas de entrevistas (aunque el Punset me siga pareciendo un soso pedante).

Esto no es una broma