Conversar

Conservar

En una interesante pregunta que ha lanzado Vera Moreno en Facebook, pregunta ¿Cómo definirías la sociedad actual?

Y aunque aún no sé qué contestarle (ni siquiera si contestarle) he elaborado algunas respuestas posibles:
Conservadora-Conversadora
Mediatizada y sin medios, pero con miedos
NeoLiberal sin libertades
Consumista post comunista
RetroRevolucionaria
Sobreinformada hasta la deformación de la desinformación
Conformista y amorfa
Dictadoramente democrática, demagógicamente ciega
Entre el silencio y el grito (pero no a medias)
Tecnocrática, tecnofílica, tecno-i-lógica, tecnoadicta, tecnotonta y tecnoanalfabeta
Solidaria solitaria
Subpaleolítica
Simple-mente Múltiple



Indefinidamente Indefinible

Al fin, me conformaré con copiar y pegar estas definiciones que no son definiciones. Seguro que le hacen gracia.

Hoy he comenzado el día leyendo la historia de los cimbrios

Un pueblo que procede de las zonas más septentrionales de Europa, antes de que Europa fuese una grande y libre (ah, no que eso es de otra cosa). Pusieron en serios aprietos, junto con los teutones y otros pueblos seminómadas, la existencia de la república romana. Por la incapacidad política y militar de varios cónsules, acabaron estando a la merced de unos ejércitos que superaban (teniendo en cuenta que viajaban con toda la población) el millón de personas, cifra que, en aquel entonces, suponía la mayor amenaza que se pudiese imaginar.

Solo habían estado cerca de ser destruidos de manera semejante, los romanos, en tiempos de la segunda guerra púnica, en la que, bajo el mando de Aníbal, los cartagineses y muchos de sus aliados demostraron la falibilidad de esa potencia entonces emergente.

Aníbal había estado a las puertas de Roma y no supo o no pudo clavar la puntilla. En el tiempo que tuvieron para recomponerse, los romanos terminaron, incluso, por vencer a los cartagineses e imponer su hegemonía de siglos en el Mediterráneo. (Mare Nostrum, entonces).

Pero lo que ocurrió con los cimbrios me preocupa más:

Los políticos romanos, incapaces de ponerse de acuerdo ni siquiera en una batalla de un día, eran tan ineficaces que estos pueblos germánicos habrían cambiado el curso de lo que conocemos por historia si no fuese (parece ser) por las reformas de Cayo Mario.

Reformas que sembraron el germen de la destrucción de las instituciones que habían regulado la política republicana hasta dejar vislumbrar la aparición del imperio, del expansionismo brutal, de la profesionalización de la guerra (del ejército) y la creación, para ello, de un aparato militar que necesitaba comer sin parar alimentándose de muerte.

Eso sí, estarán orgullosos por siempre de este neo-fundador de Roma que les llevó a las cotas más altas de poder internacional, olvidando que mató a más seres humanos que muchos de los antecedentes. Claro que eran seres humanos otrorizables: no eran los romanos los que morían, eran los germanos. Eso está bien, parece ser. Pero yo no lo entiendo. Y especialmente después de que hayamos progresado socialmente hasta haber sido capaces de afirmar, en algún papel mojado, muy mojado, que todos los hombres son iguales.

En Europa, una europa que no acaba de despejar de ser minúscula suma de naciones divisas, los cónsules no llegan a acuerdos y acabarán por ser destruidos, salvo que aparezca un salvador o salvadora, un merkelcito de tres al cuarto o, peor aún, napoleones o hitlercillos, mussolinines… que demuestren que, con mano dura y criterio unificado por cojones, se llega a lo que no puede alcanzarse con diálogo.

¡¡Mierda!! ¿Por qué no hemos aprendido aún a dialogar? ¿Por qué no sabemos pensar en grupos grandes? El mundo está necesitando que seamos (todos (y todas)) capaces de entendernos, de pensar globalmente, para enemistarnos con lo que afecta a la globalidad, esa en la que vivimos lo queramos o no.

Me preocupa enormemente el nacionalismo histérico e histórico del que nunca vemos la viga, pero que señalamos pajas. España es nacionalista y no lo asume. Alemania es nacionalista y no lo asume. Francia es nacionalista y lo asume un poquito más, etc, etc… hasta más de 27. ¿Cuándo Europa será nacionalista?

Me temo que tarde, que será tarde, que Europa va camino de desaparecer, barrida por otros cuyos lenguajes no entendemos y a quienes, por nuestra propia incultura, llamaremos bárbaros.

No aprendemos.

Los tecnócratas en Italia

He oído ya varias veces que en Italia ha habido un cambio de gobierno y que ahora el país es gobernado por técnicos en contraposición a políticos.

No me gusta la forma en que ha ocurrido, pero haría una aclaración o lanzaría una pregunta ¿Berlusconi era un político?

Para mí, ese señor es un empresario que consiguió tener el aparato mediático tan importante como para convencer al electorado repetidamente, haciéndole creer que era la única opción viable para el gobierno del país. Ese señor era poco más que un dictador camuflado de elección, como lo fue Franco quien llevó a cabo algún que otro referendum tras crear la Ley de Referendum dos años antes:

Ley de Referéndum de 1945
(22 de octubre de 1945)

Abierta para todos los españoles su colaboración en las tareas del Estado a través de los organismos naturales, constituidos por la familia, el municipio y el sindicato, y promulgadas las Leyes básicas que han de dar nueva vida y mayor espontaneidad a las representaciones dentro de un régimen de cristiana convivencia, con el fin de garantizar a la Nación contra el desvío que la historia política de los pueblos viene registrando de que en los asuntos de mayor trascendencia o interés pública, la voluntad de la Nación pueda ser suplantada por el juicio subjetivo de sus mandatarios; esta Jefatura del Estado, en uso de las facultades que le reservan las Leyes de 30 de enero de 1938 y 8 de agosto de 1939, ha creído conveniente instituir la consulta directa a la Nación en referéndum público en todos aquellos casos en que, por la trascendencia de las leyes o incertidumbres en la opinión, el Jefe del Estado estime la oportunidad y conveniencia de esta consulta.

En su virtud, dispongo:

  • Artículo 1.- Cuando la trascendencia de determinadas Leyes lo aconsejen o el interés público lo demande, podrá el Jefe del Estado, para mejor servicio de la Nación, someter a referéndum los proyectos de Leyes elaborados por las Cortes.
  • Artículo 2.- El referéndum se llevará a cabo entre todos los hombres y mujeres de la Nación mayores de veintiún años.
  • Artículo 3.- Se autoriza al Gobierno para dictar las disposiciones complementarias conducentes a la formación del censo y ejecución de la presente Ley.

Y ahora nos hablan de pérdida de democracia. Pero en España nunca hemos tenido una verdadera democracia. Esto es así. Nunca hemos podido plantear cuestiones básicas como la monarquía, la religión o la naturaleza más o menos unitaria del estado centralista. Es decir, los tres pilares de la escasa ideología franquista siguen en pie como en 1945.

Adornos, eso sí, tenemos más adornos.

E Italia… bueno, más de lo mismo, pero en su caso involucionaron, yendo a caer en manos de ese señor como antaño lo había hecho Alemania en 1932, también eligiendo «democráticamente» a Adolf Hitler. Quien se encargó rápidamente de deshacer cualquier atisbo de oposición, de crear una opinión única, de personalizar el poder en un único amo y señor del destino alemán. Como Berlusconi en Italia.

Pero las cosas han evolucionado hasta el punto de que ya se sabe que no es buena idea gobernar desde la visibilidad, que es más interesante hacerlo desde las bambalinas, y el señor del que hablo, ese tal Berlusconi, lo seguirá haciendo, pues su emporio mediático, su poder económico no ha sido mermado en absoluto. Pronto podremos apreciarlo.

Y en cuanto a lo del gobierno tecnócrata frente al gobierno político…

Prefiero un gobierno «político», pero las candidaturas que se presentan con opción a ganar las elecciones, presentan un programa técnico, gestor, que, sin embargo, van a poner en práctica políticos al frente. La verdad es que con programas de este tipo, prefiero técnicos al frente.

Lo que desearía son programas teñidos de ideas, de ideologías (aunque esta palabra esté tan mal vista que ha llevado a esta situación), de promesas socio-económicas y visión largoplacista, quiero que me digan qué harían si tuvieran 40 años, quiero que me digan cómo desearían que fuese el mundo… no quiero que me digan qué parche van a aplicar para resolver un problema puntual. Para eso, contrato un técnico…

hummmm…..
Malos tiempos para la libertad.

1789, 1848, 1917

Hay fechas que el romanticismo ha convertido en míticas.
Hay fechas que la desesperación ha calificado de esperanzadoras.
Hay fechas que miramos con ojos cargados de nostalgia.
Hay fechas que añoramos no haber vivido.
1968
Yo estaba vivo y no lo viví.
Los 80
Yo estaba vivo y no los viví.
1789, 1848, 1917
No había nacido y no las viví.
2011
Estoy vivo y lo vivo poco.
¿A qué estoy esperando?

Zuckerberg no tiene la culpa

de que yo pierda mi tiempo
entre caras desconocidas
buscando algo de interés
(simple o compuesto
mientras no llamo a mi amiga
y no hablo con mis vecinos
y no me doy la vuelta y le doy un gran beso a mi mujer

zuck… es solo un hombrecillo
que estaba tan aburrido
que quiso enseñarnos su miseria
para que pudiéramos compadecerle
y lo que hicimos fue copiarle
hasta que su miseria es nuestra
y la hemos multiplicado por
casi siete mil millones
de los que algunos llaman billones
y que está actualizándose
al segundo

he estado casi un minuto viendo esa página
web
y dándome cuenta de lo rápido que
crece la población
actualizándola
con F5 cada varios segundos
y dándome cuenta de que la gente nace
a pesar de todo

no deja de nacer gente y gente

seres humanos
(más o menos humanos
que crecerán
a pesar de todo
y lucharán
algunos incluso en guerras
para perder la vida
luchando
por la vida de otro
a quien muchas veces
no conocerán

así pasarán su tiempo
mientras yo actualizo
el número de personas vivas sobre la faz de la tierra
y las noticias de mis presuntos amigos
a quienes no conozco

pero zuck no tiene la culpa
es otro entero que se sumó al largo número
de los que hay en este momento
sobre la faz de la tierra
la faz esférica o cuasiesférica
de esta naranja mecánica
que habitamos
a pesar de todo.

Reciclar

Sé que lo que voy a decir no será muy agradable y que muy probablemente algún amigo se enemigue conmigo, pero es lo que debo decir.

Reciclar es malo. Medioambientalmente malo. No creo en el reciclaje. Es algo que en ocasiones digo y espanta a más de uno. He de reconocer que lo primero que a mí me espanta es que esto del reciclaje sea algo así como algo en lo que creer, porque lo es, nos venden o prometen una nueva vida para las cosas que hemos usado, adquirido y no reutilizado, para que participemos de una maquinaria de separación de residuos de la que somos la parte más eficiente.

Empezaré por aclarar conceptos:

Reciclar es, como todo el mundo sabe, la última de las famosas tres erres, la que menos importancia debería tener, la que casi no se llevase a cabo, salvo errores en las otras dos erres anteriores.

Y es que nadie parece acordarse de las otras dos primeras: reducir (el consumo) y reutilizar (hasta agotar las posibilidades… que son infinitas).

Siento, con el reciclaje, que es una invención empresarial que nos han vendido a través de nuestra buena intención, que hemos comprado para paliar nuestro sentimiento de culpa, y, para colmo, nos han vendido que nos toca hacerlo casi todo a nosotros, los clientes-usuarios-consumidores-ciudadanos.

Y cuando leo artículos como el de la OCU sobre el seguimiento de residuos electrónicos me queda casi la certeza de que es así. A nadie solivianta, salvo a quien ya está concienciado (y suele estarlo también con las otras erres) porque es algo que no importa tanto; es un poco como si aquel a quien doy una limosna se acaba inyectando cualquier cosa porque no he solucionado su problema, sino que he mirado para otro lado pero dándole algo para acallar mi conciencia.

Y vuelvo a las dos erres anteriores y a la que yo considero etimología de la palabra reciclar:

Pensando en el ciclo del que parece proceder la palabreja, me di cuenta de que no era tan bonito como cabía esperar (aunque se habla del ciclo de vida y esas cosas tan new age que no significan mucho), sino que parece referirse al ciclo de fabricar-comprar-usar-tirar-fabricar… Es decir, que las dos erres anteriores no pueden aplicarse porque se rompería el ciclo y eso es lo que no debe pasar bajo ningún concepto, parece ser.

Es decir, reciclando se está formando parte y fomentando la cultura del comprar-tirar-comprar, el hábito del «no importa lo que hagas, tus residuos puedes volver a comprarlos».

Para colmo, no se desglosa la labor del reciclado en sus varias partes, de manera que nos podamos dar cuenta de qué parte es aquella en la que nosotros podemos incidir: la separación.

Y es que de esta separación se nos hacen responsables, sabiamente, para que no podamos decir que si el reciclaje se hace mal no es por nuestra culpa. No es justo ni razonable: no se puede pedir que tengamos el conocimiento químico suficiente para realizar una separación de residuos ordenada en unas categorías cada vez más difusas (un tetrabrik tiene mucho más que solo cartón y aluminio, por ejemplo). Los materiales con los que se trata son cada vez más fusionados, papeles satinados (plásticos) junto con otros que no lo son, por no hablar de otros objetos más complejos.

Pero vuelvo a las erres anteriores. Por favor, táchenme de lo que quieran, pero no de antiecologista: el ecologismo responsable debe entender que la primera es la fundamental, hay que reducir el consumo. Aunque esto sea antisistema, porque lo es, dicho sea de paso, porque si se elimina la necesidad de consumir compulsivamente, nos veremos abocados a un mundo donde el capitalismo tal y como lo conocemos desaparecería y, claro, esto asusta. Esta crisis, by the way, va a servir para que tengamos que atender a esta primera erre, pero no como algo deseable, sino indeseable. ¡Qué pena!

Y la de reutilizar, ni hablamos: me junto con infinidad de frasquitos de todos los tamaños que uso y uso para tener contenedores de diversos alimentos frescos, pero no doy abasto. No tiro una servilleta sin que me haya servido al menos 3 veces, después la uso para limpiar la encimera, después, cuando ya está bastante sucia, para limpiar las juntas de los fuegos, que tienen mucha grasa y, por último, cuando ya la voy a tirar, me aseguro de que no se pueda dar la vuelta y usarla, aunque sea, para limpiar la parte interior del cubo de basura. Son además, un buen absorbente de comida orgánica, evitando que ésta tenga que ser retirada del cubo antes de un par de días. Es decir, reduzco la necesidad de bolsas de plástico.

Reciclo/Separo (confieso) tan solo algunos vidrios porque sé que su procesamiento es bastante fácil de hacer, barato, casi podría hacerse en casa, poco costoso energéticamente (no me meto en esto que es todo un tema bien documentado sobre el impacto ambiental derivado de un lavado de cara como este), y no todos los vidrios porque tengo entendido que algunos botes o vasos pueden anular todo lo acumulado en un contenedor porque fragilizan el producto reciclado final.

Por volver al principio y cerrar esta disertación desordenada y poco referenciada, diré que no es que sea malo malo, pero no me acaba de convencer. Aún no y en la manera en la que se hace tampoco.

Se olvida que las importantes son las otras erres, que rompen el ciclo, por lo que, sin ciclo, no hay re-ciclo. Prefiero romper el ciclo a formar parte de él.

Imágenes chocantes


Ayer hablaba con el ínclito Jaime Vallaure de esta imagen que rescaté de una edición online de El País. Me parece increíble cómo se mezclan caleidoscópicamente o de manera fragmentaria las cosas (imágenes en este caso) en una sola. Es divertido y espeluznante al mismo tiempo.

Y, en concreto, sobre esta imagen, después de encontradas las 7 diferencias, queda encontrar las similitudes: la primera que salta a la vista (a la mía, al menos) es la del tratamiento objetual que se hace de la mujer y la apelación al deseo sexual como motivo para provocar una u otra vestimenta. En pocas ocasiones (o ninguna) se presenta de esta manera la imagen del género masculino. Es decir, no somos objetos de deseo sexual. Ni siquiera somos tentaciones. Será por eso que los hombres se visten todos igual (más o menos), mientras las mujeres buscan diferenciarse, para resultar más atractivas. Más allá de los avances sociales en esta dirección, quedamos muy lejos de una verdadera igualdad de sexos. Desde Eva y la manzana, frente a Adán y el sudor de su frente… ¡ay, qué pocos cambios!

Eso sí, en Europa (Occidente) se ha venido escindiendo esa visión siempre sexista en las 2 mujeres de Adán: Eva, la casta tentada y, ¡oh, pobrecita! por ello obligada a la sumisión al macho y Lilith, libidinosa y desvergonzada, espontánea, castigada a ser deseada por los hombres. A muchos nos encanta ver mujeres con poca ropa, deseables, carnales, pero muchos desean que su esposa sea de las que no muestran sus encantos, ni por supuesto sus hijas, ni mucho menos sus madres. Doble moral.

Esto en cuanto a la visión de la mujer. Ni hablar de la invisibilidad (salvo en los círculos homosexuales, que gracias, quizá, a ello, son más igualitarios) de los cuerpos masculinos y sus atributos sexuales. No parece ser deseable ni siquiera por las mujeres, cuyas revistas (las que principalmente van dirigidas a ellas) no muestran más que uno o dos hombres, generalmente maduros, en fotos recatadas, salvo excepciones casi adolescentes. Como si después, la publicidad fuese metiendo a las hembras en la vereda de la evanidad, haciéndolas castas, admirando a los hombres por sus (presuntos) intelectos, diciendo de ellos que son interesantes antes que macizos.

Poco a poco se notan cambios, pero tan poco a poco… ¿soy muy impaciente? ¿hay quizá alguna razón para que esto sea así?

Yo no lo creo. Ni que la razón sea más que puramente cultural. Y la cultura evoluciona, despacio, generacionalmente, pero evoluciona y quizá algún día puedan verse imágenes como estas en las que los retratados sean hombres, frente a hombres que van a trabajar preocupándose por su aspecto físico, intentando diferenciarse en la apariencia, porque la alternativa de encontrar mujeres que no desean preocuparse por su aspecto físico es algo que no me parece en absoluto un logro social.

Pero estas cuestiones ya se debatieron largo y tendido en los diversos periodos (olas) de los movimientos feministas. Para lograr la igualdad de géneros, queda por hacerse la revolución masculina. ¿Quién empieza?

Las manías de las redes sociales

Comprendo que mucha gente se aburra con la interfaz de una aplicación web como es esta de las redes sociales. Facebook cada cierto tiempo se ve obligada, seguramente por esta razón, a modificar su aspecto. Pero a mí me está terminando por hartar.

No he sido muy amigo de las famosas redes sociales desde su inicio. Es más, nunca le he acabado de ver el valor añadido del que presumen. Creo que, más bien, son aplicaciones sofisticadas que se han vendido como una revolución de Internet. La revolución es Internet. Las redes sociales son Napoleón cañoneando al pueblo.

De hecho, me asusta que la dependencia de 2 o 3 empresas sea tan grande como para que nadie sepa buscar nada si no es con Google, nadie sepa enviar un email si no es con gmail o hotmail, nadie sepa conectarse a otros si no es con FB o Twitter, nadie sepa subir vídeos si no es con youtube, etc… Nos acabamos olvidando que Internet era un medio por el que infinidad de servicios pudieron ser prestados al mismo tiempo y hacer, de este modo, mucho más sencillo el acceso a ellos por parte de diferentes usuarios o clientes.

Ahora, incluso, ofrecen a sus usuarios meterse en los servicios que otras de estas empresas están ofertando (google se mete en redes sociales, facebook quiere que tenga email, hotmail… bueno, es de bill gates…) y todo eso para nada, para que no les necesite… y sin embargo pierda un enorme tiempo de mi vida, de mi valiosa vida, usándolos.

¿Quiere eso decir que no me gusta Internet?

En absoluto: me encanta la libertad de una red neutra y mundial, una infraestructura libre de protocolos propietarios (y esto es por lo que me cabrea que skype no funcione (bien) en mi ubuntu) y donde la única ley sea la del respeto (así que hay que enseñar a respetar y no a obedecer), un lugar virtual en el que no repetir los errores de monopolios u oligopolios globales tan normales en el mundo no virtual…

¡Pero seré ingenuo! Nunca han estado verdaderamente separados: Internet comenzó ni más ni menos que como un proyecto de investigación del ministerio de defensa de los EEUU. Y si ha llegado a triunfar en Europa ha sido gracias al beneficio que ello le ha dado a las telefónicas. Bueno, en realidad siempre lo he sabido. Pero dentro de ello, podía mantenerse una cierta libertad aprovechándose de la competencia (más o menos libre) una vez que se superaba la aceptación del oligopolio de ISPs.

Si ahora va desapareciendo esa posibilidad de tener formatos diversos, de tener protocolos abiertos, de usar emails, dominios, websites propios para ir cediendo nuestra libertad en aras de una presunta mayor simplicidad, estamos siendo manipulados por nuestra desidia, por culpa de nuestra incapacidad para la adaptación a la tecnología. Pero sin embargo hacemos el esfuerzo de adaptarnos a las modificaciones de las interfaces de aplicaciones como FaceBook, Google, Skype, BlogSpot, Flicker, Youtube, MSN-WLive-Hotmail….

Por eso seguiré intentando ayudar a quien quiera ir contra corriente un poco por mantener esa sensación de aire en la cara que se puede confundir con libertad.

Instalo linux a quien me lo pida, doy albergue a websites gratuitamente, registro dominios con Gandi.net (que es una grande, pero no tan grande), ofrezco algún que otro servicio de ftp, email y lo que pueda.

¿Te interesa?

¿Cómo se puede disponer la información tan aglutinada?

No sé si es a mí solo a quien le llama la atención la manera en que se muestra o se presenta la información. Es como si no importase nada el contexto. Pero contexto tiene que ver necesariamente con información.

contexto. (Del lat. contextus). 1. m. Entorno lingüístico del cual depende el sentido y el valor de una palabra, frase o fragmento considerados. 2. m. Entorno físico o de situación, ya sea político, histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el cual se considera un hecho. 3. m. p. us. Orden de composición o tejido de un discurso, de una narración, etc. 4. m. desus. Enredo, maraña o unión de cosas que se enlazan y entretejen.

El sentido de un fragmento depende de ese entorno. ¿Qué significa, en ese entorno, que uno de cada cuatro hispanos sea pobre en EEUU? ¿De qué manera se impone la web de Hollywood a esa noticia? ¿Y la promesa de regalos que nos hace El País mediante concurso?

Cada vez más me encuentro con que debemos ser capaces de ver fragmentos situados en contextos casi arbitrarios o buscar la conexión entre los fragmentos. Es como cuando caminando por la ostentosa Gran Vía madrileña veo a una mujer recolocándose la estola de piel de zorro y a dos palmos de sus pies un indigente pidiendo algo para comer. O como cuando en una pantalla de plasma de 40″ hablan de la crisis europea como la peor que hemos vivido.

Si lo conectamos tenemos problemas de conciencia o de exigencia de coherencia, que es básicamente lo mismo (la desigualdad permite que la señora se ajuste la estola, la pantalla y el endeudamiento provocado por el consumismo puede que sea lo que nos ha llevado a esta crisis), pero si no lo conectamos, el mundo cada vez nos parece más inexplicable.

La primera vez que encontré algo literario en esta dirección fue cuando leí Hocus Pocus de Kurt Vonnegut. No me podía creer que no hubiera leído antes algo como esto. Un texto que era aparentemente desordenado, pero que era al mismo tiempo globalizador. Después encontré a otro maravilloso hacedor de puzzles que me obsequió mi amigo Jaime Vallaure, la novela La vida, instrucciones de uso, de George Perec.

Quizá lo que pretendo hacer en este blog tenga algo que ver con esto, con esta mirada caleidoscópica a la realidad, olvidándome de cualquier patrón formal o semántico, mezclando poemas con recetas de cocina, opiniones políticas o confesiones sobre mi estado de salud. Y es que el contexto ya no es lo que era. Ahora es un lugar complejo en el que ser capaz de obtener información de los distintos fragmentos mirándolos individual y colectivamente a un tiempo: es como el principio de dualidad onda-corpúsculo traducido a la información: dualidad texto-contexto.

De esta manera, puedo acercarme asintóticamente a retratarme.

El problema de la inmigración

Hablamos de la inmigración
como si fuese un problema
pero nos olvidamos de que es un síntoma
de un problema
llamado desigualdad.

Hablamos de la desigualdad
como si fuese un problema
pero nos olvidamos de que es un síntoma
de un problema
llamado insolidaridad.

Hablamos de la insolidaridad
como si fuese un problema
pero nos olvidamos de que es un síntoma
de un problema
llamado egoísmo.

Hablamos del egoísmo
como si fuese un problema
pero nos olvidamos de que es un síntoma
de un problema
llamado humanidad.

Hablamos de la humanidad
como si fuese un problema
pero nos olvidamos de que es un síntoma
de un problema
llamado naturaleza.

Esto no es una broma