nada personal

nada personal

A parte de los semptiternos errores ortográficos (véanse ese hicierón, ese «si» mismo), lo más lamentable es que el presunto buenrollista mensajito acaba haciendo un guiño a la venganza personal recordándo(te) que la otra persona (o sea, que sí es personal) se hace daño a sí misma. (Algo así como un muy elaborado: «¡Que se joda!»)

En resumidas cuentas: otra pamplina más de esas que circulan por las redes sociales sin transfondo, superficiales, banales, carentes de la más mínima profundidad, pero si me atreviese a decírselo en el muro a la persona que lo ha puesto, estoy más que convencido que lo tomaría de manera tremendamente personal. O sea, que ni esa simpleza aprende quien quiere o pretende enseñar.

¡Buffff…. qué cansado!

Por cierto: lástima de «lástimar» y «me lástima» la lástima de esta publicación…

Pensar

pensar(2). 1. tr. Echar pienso a los animales. MORF. conjug. c. acertar.

Es fantástico pensar en su segunda acepción, que, curiosamente, se conjuga como acertar. Me dio por pensar (de la primera acepción) que pensar (1) se conjugaría como errar. Pero erré, porque pensar (1) también se conjuga como acertar.

Así que en ambos casos se acierta cuando se piensa.

Pero el gesto de mano que acompaña la acción puede muy bien ser distinto.

Y se pueden combinar formando divertimentos como:

Pienso en pensar el pienso a quien piensa.

Pequeñeces que me desalientan

Cada vez es mayor el nivel de exclusión entre la ciudadanía madrileña: ciudadanos y ciudadanas excluidos de un proyecto vital mínimamente estable y muchos de ellos abocados a una situación de pobreza económica, energética, habitacional y social.

Ya sé, ya sé que esto es una tontería por la que no debería preocuparme, pero lo hago.

El programa de las municipales de Ahora Madrid 2015 está plagado de estas «erratas» gramaticales de concordancia de género.

Yo seguiré insistiendo en que yo incluyo, yo incluyo, yo incluyo a todas las personas, de ambos sexos (géneros) cuando utilizo la palabra «persona», no dejándome llevar por la terminación de la misma, por el sufijo que indica que la palabra es de género femenino, asociándola solo a mujeres. Igualmente que en ciudadanos incluyo a las mujeres, salvo que se extraiga una justificación desde el contexto.

Pero me parece absurdo realizar este retorcimiento del lenguaje para luego dejar de hacerlo y concurrir en infinidad de errores que denotan que no se da igual importancia a unos que a otras, pues solo algunos están abocados, mientras que ellas no están abocadas.

Sé que son exigencias de las bases, sé que es lo políticamente correcto en según qué sectores, pero si conlleva un trabajo extra que termina siendo ridículo, hay que hacerlo o no hacerlo, pero desde el principio y, por supuesto, desde la coherencia.

El párrafo tendría que haber sido escrito de esta manera si nos atenemos a esos absurdos mandatos que suponen que yo excluyo (repito, yo no excluyo) cuando utilizo el genérico (de terminación masculina) para referirme a hombres y mujeres:

Cada vez es mayor el nivel de exclusión entre la ciudadanía madrileña: ciudadanos y ciudadanas excluidos y excluidas de un proyecto vital mínimamente estable y muchos de ellos abocados y muchas de ellas abocadas a una situación de pobreza económica, energética, habitacional y social.

El siguiente párrafo del programa (y tan solo es la página 6 de 71) dice:

Gentes que, ante la continua pérdida de empleo y recursos económicos básicos, ven aumentar sus carencias, tienen dificultades para iluminar y calentar su hogar o para alimentar adecuadamente a sus hijos. Madrileños que son desahuciados

Sé que no es motivo para no votarles, pero me desanima la tontería.

to

Dedicado con cariño a mis queridos amigos de Daimiel, donde es frecuente escuchar esta expresión y que, en ocasiones, se ve con menosprecio, pero que, sin embargo, la Real Academia de la Lengua Española respalda incluyendo en su ínclito y casi inapelable Diccionario.

to. 1. interj. so4. 2. interj. tate. 3. interj. Áv., Các., Sal., Vall. y Zam. U. para indicar extrañeza. 4. interj. p. us. U. para llamar al perro. U. m. repetida.

Con esto, con la autoridad que se le confiere a quien tiene como lema «limpiar, fijar y dar esplendor» al idioma, podemos afirmar que es correctísima su utilización, como digo, según lo más canónico de lo canónico. Pero, no obstante, siempre habrá quien quiera ser más papista que el papa.

Refiere a una cuarta acepción de «so», que también es utilizada desde tiempos inmemoriales (o no tanto).

so4. 1. interj. U. para hacer que se paren o detengan las caballerías.

Sé que mis daimieleños lo usan más en su acepción tercera, para indicar extrañeza, pero seguro que alguna vez han detenido caballerías sin darse cuenta.

Himpar

Ayer, leyendo el diccionario, he encontrado esta palabra y estoy asombrado de que exista. Me hace tanta gracia saber que hay palabras inverosímiles en esa compilación de más de 2200 páginas…


FORMAS NO PERSONALES

Infinitivo

himpar

Participio

himpado

Gerundio

himpando

INDICATIVO
SUBJUNTIVO

Presente

himpo
himpas / himpás
himpa
himpamos
himpáis / himpan
himpan

Futuro simple o Futuro

himparé
himparás
himpará
himparemos
himparéis / himparán
himparán

Presente

himpe
himpes
himpe
himpemos
himpéis / himpen
himpen

Pretérito imperfecto o Copretérito

himpaba
himpabas
himpaba
himpábamos
himpabais / himpaban
himpaban

Condicional simple o Pospretérito

himparía
himparías
himparía
himparíamos
himparíais / himparían
himparían

Pretérito imperfecto o Pretérito

himpara o himpase
himparas o himpases
himpara o himpase
himpáramos o himpásemos
himparais o himpaseis / himparan o himpasen
himparan o himpasen

Pretérito perfecto simple o Pretérito

himpé
himpaste
himpó
himpamos
himpasteis / himparon
himparon

Futuro simple o Futuro

himpare
himpares
himpare
himpáremos
himpareis / himparen
himparen

IMPERATIVO
himpa (tú) / himpá (vos)
himpad (vosotros) / himpen (ustedes)

Un minuto

En un minuto de mi tiempo
me propongo
un acertijo ciego
que lastime la vista de tus tímpanos
o que lacere el labio
enardecido
con la clavícula batiente de la noche
frente al llanto iconoclasta
de una bruja
que no conoce varón
ni terciopelo.

En un minuto de mi tiempo
el número de faltas ortográficas
me ha mordido el riñón izquierdo
con dientes de cartón piedra
y con piedras como dientes
de cartón.

En un minuto de mi tiempo
me asomo a la ventana del futuro
y veo pasar el tren que no me lleva.

jo macho, venga hombre…

No sé por qué tengo esta mala costumbre, incluso hablando con Carmen (especialmente hablando con Carmen).

En realidad lo de jo macho no lo uso nunca, pero lo de interjectar con un «venga hombre» o «pero bueno, hombre» es de lo más normal en mi conversación. Y es estúpido, lo sé, pero no dejo de usarlo.

Quiero enmendarme y no es solamente una cuestión de «buenismo político», es una cuestión gramatical, ¿por qué le digo a mis amigas (casi todos mis amigos son amigas) algo como esto?

Es evidente que proviene de la época (aún no extinta) en la que se daba premanencia a las conversaciones entre machos, entre seres humanos masculinos, donde las interjecciones eran las que habían de llamar la atención de ellos y no de ninguna ella que, posiblemente, debía estar en la cocina.

Pero que aún no haya sido capaz de quitarme este mal hábito, esta torpeza social, este error gramatical continuado, me parece tan irritante… y, no obstante, sigo haciéndolo.

Es terrible darse cuenta de lo profundamente interiorizados que tenemos las costumbres socialmente dominantes.

Y no es una cuestión comparable con forzar el idioma para que los genéricos sean masculinos y femeninos o un falso neutro no existente en nuestra lengua. Se trata de un llamamiento individual, una interpelación de uno a uno… pero no válido gramaticalmente de uno a una.

Esto no es una broma