Renombrar el Golfo de México

Cuando alguien habla de renombrar algo y se arma la marimorena, me alegra mucho pensar que la palabra tiene tanta fuerza como para provocar huracanes.

Es que me dedico a lo de la palabra y cada cual arrima el ascua a su sardina.

Ahora, después de escribir esto, tengo ganas de unas sardinas al espeto.

¿Por qué habré empezado esta tonta disertación sobre el poder de la palabra?

Te doy mi palabra: no tengo ni la remota idea.

Conclusión:
Idea es una isla y remota significa desierta.

Eclécticas lecturas

A juzgar por las lecturas que realizo a lo largo de mis periodos vacacionales, se podría deducir que soy algo ecléctico, que es una palabreja que se las trae.

Según la RAE:

Del gr. ἐκλεκτικός eklektikós; literalmente ‘que elige’.

adj. Perteneciente o relativo al eclecticismo.
Sin.: sincrético.
adj. Dicho de una persona: Que profesa las doctrinas del eclecticismo. U. t. c. s.
adj. Dicho de una persona: Que adopta una postura ecléctica. U. t. c. s.
Sin.: conciliador, sintético, equidistante.

Pero principalmente en la faceta de el eclecticismo de la acepción que he remarcado en negrita:

De ecléctico e -ismo.
m. Adopción, en el juzgar u obrar, de una postura intermedia entre doctrinas o actitudes diversas.
Sin.: moderación, conciliación, equidistancia. Ant.: extremismo, radicalismo.
m. Combinación de elementos de diversos estilos, ideas o posibilidades. Eclecticismo arquitectónico.
Sin.: sincretismo, mezcla.
m. Fil. Escuela filosófica que procura conciliar las doctrinas que parecen mejores o más verosímiles, aunque procedan de diversos sistemas.
Sin.: sincretismo.

Quizá también en la primera de ella, pues cada día más quiero llevar a cabo una actitud en la que la suspensión del juicio sea protagonista en mi vida.

Me estoy haciendo «equidistante«.

Concitar

Me despierto pensando en la palabra concitar
y su divertida manera de citar
con.

Decido que quiero usarla en alguna frase
hoy

pero rápidamente me acuerdo
de que ya la usé en una publicación
en una red social
hace meses.

Juguetea en mi cabeza
con
un chiste propio ridículo:
las citas a mi edad
no las busco en tinder
sino en la tarjeta sanitaria

y me viene a la cabeza
(concitado)
el haiku de Benedetti (algo así como):

con veinte años
canción protesta
a los sesenta
canción de próstata

de su libro Rincón de haikus
que fue lindamente editado
en 1999.

La palabra sigue resonando en mi cerebro
como una llama
que no asciende por las montañas peruanas
sino por el hálito
incandescente
de mi mente.

De ahí que haya encontrado
etimológicamente hablando
ins
pira
ción.

Aperturismo

El otro día, leyendo un artículo sobre abolir el turismo, me encontré esta perla de frase que contiene una palabra sobre la que no había pensado mucho:

[…] industria del turismo en España. Así, lo que algunos historiadores se empeñan en llamar “el aperturismo de los años 60” no fue otra cosa que un fuerte lavado de imagen de un régimen que pretendía lanzar el mensaje de que las torturas, las rapadas, los asesinatos sumerios y el hambre eran poco más que […]

Me sorprendió la posibilidad de lectura diferente que se podía hacer de ese APERTURISMO como APER-TURISMO, es decir, que no vendría de apertura, sino de abrirse al turismo masivo como parece ser que se hizo (y se sigue haciendo).

Pero esa industria, en este país, es intocable. Hay tantas cosas atadas y bien atadas… Otra noticia reciente hablaba de la posible (imposible) ruptura del tratado con la santa sede. Hay es nada.

Sobre el artículo, poco que añadir salvo que vive en mi misma burbuja, en esa que a veces mira a las demás personas con suficiencia o, incluso, superioridad moral y les dice que no saben vivir, que no saben tener una vida en la que el turismo no sea un «escape», pero olvida (como yo suelo olvidar en ocasiones) que la estructura social en la que estamos inmersos es mucho más poderosa que la voluntad individual.

Poca empatía en el mundo. Muy poquita.

Tres definiciones de tres palabras para un poema.

Bazofia: Dícese del político sentado en el congreso. Casa con muchas filtraciones. Fruto del bazófiro.
Bistro: Crema refrescante para calmar las piernas inquietas. Libro religioso sobre los 10 mandamientos felinos. Tienda especializada en gafas.
Brócoli: Juego para niños de baile y canto. Un oso que vive en las amazonas. Timón de barco.


La bistro se derramó sobre la bazofia
donde habitaba el subsecretario
alcanzando el brócoli que dirigía su deriva.

Aquella bazofia acababa de volver
de un bistro en el que adquirió
nuevas formas de ver el universo
y capturar un brócoli brasileño.

Nada le convenció de que su bistro
impedía dar de comer bazofia
a su tigre de porcelana
con el que sus hijos construyeron el brócoli
desgañitándose en berridos barbilampiños.

Esto no es una broma