Mi prima fue a buscar los resultados de su examen de conducción. Ella se llama Estela y ya te dije mi nombre.
Encuentro este tipo de adivinanzas en la red social obsoleta que más utilizo, ese caduco facebook, y siempre me quedo pensando que no están bien acotadas.
Yo puedo, perfectamente, imaginar como nombre casi cualquier combinación de letras de las disponibles, así, me encantaría llamarme Mipri, o Mafue, por no hablar de Abus… hasta que llego a la presunta solución que no es ni más ni menos que un triunfo más de la mediocridad, de la carencia de imaginación, de la convencional manera de nombrar, e incluso de pensar. Pero seguiría con Sue, Ell, Yatedi o, ¿por qué no? Minom.
Son tonterías, lo sé.
O no lo son. Y también lo sé.
O no sé ninguna de las anteriores afirmaciones.
Y así paso la vida.