Febrero Febril

FEBRERO
FEBRIL

Que febrero y fiebre estaban relacionadas era algo que sospechaba, pero no sabía cómo.

Terminé encontrando un par de artículos que corroboraban mi conjetura en la etimología del lenguaje:

Febrero: hace referencia a la fiebre. En Fastos del poeta latino Ovidio se lee que los padres romanos llamaron februa a los instrumentos de purificación. En latín la fiebre se designa con la palabra febris, en la que se aprecia la raíz *febr-, que da origen al nombre del segundo mes. Era, precisamente, éste un momento de purificación con algunos rituales para tal fin. Al mismo tiempo, la fiebre siempre ha tenido un valor purificador, sobre todo para curar los resfriados.

En wikipedia también hay un artículo al respecto, aunque tan breve que no merece la pena llamarlo tal:

En la mitología romana, Februus era el dios de los muertos y la purificación. Fue también adorado por los etruscos, donde podría haberse convertido en Febris, diosa de la malaria y la fiebre. Es, posiblemente, nombrado así en honor de los más antiguos Februa, (también Februalia y Februatio), las fiestas de la purificación.

Hoy, 29 de este mes, quería aprovechar para colar una nota sobre el tema, ya que lo bisiesto está tratado.

Pensar es caminar

(Fotografía de Miguel Cereceda)

En esta semana tan performática (dos sábados seguidos realizando acciones en eventos de alto voltaje) he tenido el honor de estar invitado a participar en la décimocuarta revista caminada de la cuenta oficial de Miguel Nava y Rafa Lamata.

En esta ocasión, presenté la acción Pensar es caminar:

Acción pensada para realizarse en el marco de la REVISTA CAMINADA CON MOTIVO DE LA EXPOSICIÓN “CAMINANTE NO HAY CAMINO”. Sábado 27 de Enero de 2024 convocada por Miguel Nava, Rafael Lamata y Miguel Cereceda, comenzando en los Arcos de Moncloa y terminando en la Cafebrería (un café librería) en la Calle del Buen Suceso que alberga la exposición en cuestión.

Me fue asignada la Séptima Página en la Escalinata que baja – Calle del Pintor Rosales.

El comisario de la exposición, Miguel Cereceda, publicó un maravilloso artículo resumiendo a modo de documentación, como debería ser, la jornada en su página web arteycosas.es.

En ella mencionaba a mi estimado Hilario Álvarez quien a lo largo de varios años había realizado una especie de lo que conoceríamos ahora como «spin-off» de revistas caminadas de aquellas iniciadas por Miguen Nava y Rafa Lamata en 1996.

Cereceda dice de mí lo siguiente en su crónica:

Giuseppe Domínguez le estuvo dando vueltas a la pregunta heideggeriana “¿Qué significa pensar?”, en su relación con el caminar. Domínguez insistió en que pensar es caminar y caminar es también pensar. Pero, mirando en el diccionario, le recordó al filósofo alemán que pensar es también alimentar al ganado con pienso. Y, en ese sentido, nos dio un poco de pienso a cada uno. Animales pensantes como somos, lo comimos de buen grado.

Y he de reconocer que me hace ilusión que mencione a Heidegger en su texto relacionándolo con mi pequeña reflexión (casi juego de palabras) sobre caminar y pensar.

Mal soldado

Recuerdo que antes de la adolescencia, si alguna vez estaba relajadamente apoyado sobre una sola pierna, mi padre me gastaba una broma consistente en que se ponía detrás mío sin que yo me percatase y adelantando su rodilla contra la corva estirada o jarrete provocando su flexión, a lo que sucedía su afirmación: «mal soldado».

Quizá por ello decidí no serlo, así que desde muy temprano supe que no haría esa «mili» que «tanto te formaba como hombre», y que es posible que acabase en prisión por ello, pues en aquellos años era obligatoria. Tuve la suerte o desgracia de ser de los últimos objetores de conciencia antes que pasase a ser voluntaria la labor de soldado, que desde un punto de vista etimológico es el único verdadero nombre de soldado (el que cobra un sueldo).

Curiosamente, hoy he estado leyendo sobre la etimología de la palabra soldado, que tiene que ver con sólido, con holocausto, con soldar, con sueldo…

El campo semántico/etimológico de la partícula ProtoIndoEuropeo del que proceden todas *sol- es:

Griego Latín Castellano
ὁλος
[holos]
todo, entero
holocausto, hologénesis, holografía,
holograma
salus salud, saludo, saludar, salubre
saldare saldar
salvare salvar, salvador,
salvia, salvedad
sollicitus solícito, solicitar
solidus sólido, sueldo,
saldo, soldar, soldado,
consolidar, solidaridad
sollus
(entero)
solemne

Entelequia intelectual

ENTELEQUIA
INTELECTUAL

A pesar de su «proximidad», no parecen estar emparentadas etimológicamente, lo que me ha sorprendido. Lo daba por hecho, pero según parece:

La entelequia es un término filosófico definido por Aristóteles. El término tiene su origen en la palabra griega ἐντελέχεια (entelékheia), combinación de enteles (‘completo’), telos (‘fin’, ‘propósito’) y echein (‘tener’).

Sin embargo:

La palabra ‘inteligencia‘ proviene del latín intelligentia o intellēctus, que a su vez provienen del verbo intellegere —término compuesto de inter («entre») y legere («leer, escoger»)— que significa comprender o percibir.

Así, mientras la primera (el núcleo de la misma) vendría de la raíz proto-indoeuropea *kwel-, mientras que en la segunda el núcleo (lexema) es «legere» que tendría relación con elegir.

Una curiosidad que no imaginé.

Esto no es una broma