¡Zenón, cruel Zenón, Zenón de Elea!
¡Me has traspasado con la flecha alada
que vibra y vuela, pero nunca vuela!
Sin que me guste mucho la poesía de Paul Valery, me sorprende cómo en tan poco espacio (poético) es capaz de mezclar filosofía, poesía, matemáticas y física.
En estos versos de «El cementerio marino» está el bosquejo del cálculo infinitesimal, la definición de velocidad instantánea versus velocidad media, el escepticismo griego, metódico y racionalista, el zen, la contemplación de lo cotidiano, el futurismo y su afán por capturar el movimiento en dos dimensiones espaciales…
Ya llegarán Isaac Newton y Gottfried Leibniz… y otros que buscarán la manera de explicar estas paradojas… y crear otras.
¿Es casual que Valery fuese contemporáneo de Bertrand Russell?
🤔