Te llega una maravillosa carta como esta, del fantástico Pepe Buitrago y la verdad es que sientes que algo has hecho bien en tu vida para recibir algo así.
Un holograma conteniendo un poema y sabes qué es un holograma, y a veces sientes que sabes qué es un poema. Te ilusiona saber tanto, por improductivo que parezca.
Buscas el juego de la luz y recuerdas aquella primera postal que te envió tu padre desde NYC con el Skyline que entonces contenía un par de torres ahora ausentes.
Le agradeces su envío y te parece muy poco un gracias, pero todo te parece poco porque sientes que eres pequeño, un viejo epsilon matemático.
Recuerdas que tienes pendiente una exposición con él en Dados Negros, que ha vuelto a retrasarse… y ya no sabes cuándo será, pero no importa: tú querrás estar sea cuando sea, pues con personas como Pepe en tu vida, no todo puede ser tan malo como parece a veces.
Hay esperanza…
¿verdad?