¿Cuándo un referendum no tiene sentido?

Europa (sus líderes políticos, cabría añadir) está preocupada por el anuncio de Papandreu de la convocatoria de un referendum. La prensa critica desde casi todas las posiciones que se dé la posibilidad a los griegos de decidir sobre su destino. He oído que el New York Times, en una editorial que no encuentro, alaba la medida de pedir un referendum, pero parece ser una excepción (o que les queda bastante lejos).

A mí me parece estupendo todo lo que sea aprobar en consenso decisiones del tipo que sea, si bien considero difícil que la democracia esté lo suficientemente madura para que el ciudadano medio sepa cuales son las consecuencias de sus decisiones. Esto es lo que en ocasiones me aleja del movimiento asambleario tan en boga últimamente en España.

Está claro que los griegos pueden votar sobre lo que afecta al pueblo griego, la cuestión que emerge es si no es un referendum que debería ser tomado en el ámbito de su verdadera competencia: Europa.

Si nos olvidamos de una maldita vez de nuestras pequeñas patrias obsoletas, si vamos a una Europa capaz de sostenerse un poco más de tiempo sobre sus pies de barro, aprovechando los resquicios de su imperialismo decimonónico, si queremos que exista de verdad una moneda única, debemos dejar de lado el sostenimiento de la soberanía nacional de entidades como españa, francia, grecia, italia, …, y hablar, de una vez por todas, de Europa.

Así las cosas, ese referendum habría sido una irresponsabilidad, pero aún no están así las cosas.
Así las cosas, no se habría tardado tanto en tomar una decisión de salvar la situación financiera de otro país, sino de salvar las del propio (Europa), que incluiría esa parte llamada grecia. Pero no están así las cosas.
Así las cosas, no harían falta horas de debates innecesarios y en gran medida redundantes, sino que tendríamos un gobierno capaz de decidir continuamente. Pero no solo un Banco Central Europeo. Es necesario valorar cuales son los objetivos político-sociales del gobierno en cuestión, algo que, ahora mismo, es imposible.

He oído cosas como que se planteará ese referendum pero que los griegos no tienen opción a decir no. Es gracioso, creía que un referendum era justo lo contrario: dar la posibilidad de tomar una opción o la contraria. Sé que no siempre ha sido así y aún recuerdo la tendenciosa pregunta del referendum de la OTAN en españa. Sí, está claro que no podía decirse que no… ¿o sí?

Lo que cada día me parece más evidente es que tenemos que revisar qué entendemos por Democracia, qué entendemos por Nación, por Gobierno, por Mercado, por Política.

Es precisa una reflexión profunda sobre estos términos para poder avanzar en el mundo actual con un léxico actualizado. En caso contrario, seguiremos moviéndonos con ideas del siglo XIX en el XXI.

El nombre de las entidades nacionales españa, francia, etc… han sido escritas intencionadamente con minúsculas para acentuar su minúsculo valor político actual.

Imágenes chocantes


Ayer hablaba con el ínclito Jaime Vallaure de esta imagen que rescaté de una edición online de El País. Me parece increíble cómo se mezclan caleidoscópicamente o de manera fragmentaria las cosas (imágenes en este caso) en una sola. Es divertido y espeluznante al mismo tiempo.

Y, en concreto, sobre esta imagen, después de encontradas las 7 diferencias, queda encontrar las similitudes: la primera que salta a la vista (a la mía, al menos) es la del tratamiento objetual que se hace de la mujer y la apelación al deseo sexual como motivo para provocar una u otra vestimenta. En pocas ocasiones (o ninguna) se presenta de esta manera la imagen del género masculino. Es decir, no somos objetos de deseo sexual. Ni siquiera somos tentaciones. Será por eso que los hombres se visten todos igual (más o menos), mientras las mujeres buscan diferenciarse, para resultar más atractivas. Más allá de los avances sociales en esta dirección, quedamos muy lejos de una verdadera igualdad de sexos. Desde Eva y la manzana, frente a Adán y el sudor de su frente… ¡ay, qué pocos cambios!

Eso sí, en Europa (Occidente) se ha venido escindiendo esa visión siempre sexista en las 2 mujeres de Adán: Eva, la casta tentada y, ¡oh, pobrecita! por ello obligada a la sumisión al macho y Lilith, libidinosa y desvergonzada, espontánea, castigada a ser deseada por los hombres. A muchos nos encanta ver mujeres con poca ropa, deseables, carnales, pero muchos desean que su esposa sea de las que no muestran sus encantos, ni por supuesto sus hijas, ni mucho menos sus madres. Doble moral.

Esto en cuanto a la visión de la mujer. Ni hablar de la invisibilidad (salvo en los círculos homosexuales, que gracias, quizá, a ello, son más igualitarios) de los cuerpos masculinos y sus atributos sexuales. No parece ser deseable ni siquiera por las mujeres, cuyas revistas (las que principalmente van dirigidas a ellas) no muestran más que uno o dos hombres, generalmente maduros, en fotos recatadas, salvo excepciones casi adolescentes. Como si después, la publicidad fuese metiendo a las hembras en la vereda de la evanidad, haciéndolas castas, admirando a los hombres por sus (presuntos) intelectos, diciendo de ellos que son interesantes antes que macizos.

Poco a poco se notan cambios, pero tan poco a poco… ¿soy muy impaciente? ¿hay quizá alguna razón para que esto sea así?

Yo no lo creo. Ni que la razón sea más que puramente cultural. Y la cultura evoluciona, despacio, generacionalmente, pero evoluciona y quizá algún día puedan verse imágenes como estas en las que los retratados sean hombres, frente a hombres que van a trabajar preocupándose por su aspecto físico, intentando diferenciarse en la apariencia, porque la alternativa de encontrar mujeres que no desean preocuparse por su aspecto físico es algo que no me parece en absoluto un logro social.

Pero estas cuestiones ya se debatieron largo y tendido en los diversos periodos (olas) de los movimientos feministas. Para lograr la igualdad de géneros, queda por hacerse la revolución masculina. ¿Quién empieza?

¿Cómo se puede disponer la información tan aglutinada?

No sé si es a mí solo a quien le llama la atención la manera en que se muestra o se presenta la información. Es como si no importase nada el contexto. Pero contexto tiene que ver necesariamente con información.

contexto. (Del lat. contextus). 1. m. Entorno lingüístico del cual depende el sentido y el valor de una palabra, frase o fragmento considerados. 2. m. Entorno físico o de situación, ya sea político, histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el cual se considera un hecho. 3. m. p. us. Orden de composición o tejido de un discurso, de una narración, etc. 4. m. desus. Enredo, maraña o unión de cosas que se enlazan y entretejen.

El sentido de un fragmento depende de ese entorno. ¿Qué significa, en ese entorno, que uno de cada cuatro hispanos sea pobre en EEUU? ¿De qué manera se impone la web de Hollywood a esa noticia? ¿Y la promesa de regalos que nos hace El País mediante concurso?

Cada vez más me encuentro con que debemos ser capaces de ver fragmentos situados en contextos casi arbitrarios o buscar la conexión entre los fragmentos. Es como cuando caminando por la ostentosa Gran Vía madrileña veo a una mujer recolocándose la estola de piel de zorro y a dos palmos de sus pies un indigente pidiendo algo para comer. O como cuando en una pantalla de plasma de 40″ hablan de la crisis europea como la peor que hemos vivido.

Si lo conectamos tenemos problemas de conciencia o de exigencia de coherencia, que es básicamente lo mismo (la desigualdad permite que la señora se ajuste la estola, la pantalla y el endeudamiento provocado por el consumismo puede que sea lo que nos ha llevado a esta crisis), pero si no lo conectamos, el mundo cada vez nos parece más inexplicable.

La primera vez que encontré algo literario en esta dirección fue cuando leí Hocus Pocus de Kurt Vonnegut. No me podía creer que no hubiera leído antes algo como esto. Un texto que era aparentemente desordenado, pero que era al mismo tiempo globalizador. Después encontré a otro maravilloso hacedor de puzzles que me obsequió mi amigo Jaime Vallaure, la novela La vida, instrucciones de uso, de George Perec.

Quizá lo que pretendo hacer en este blog tenga algo que ver con esto, con esta mirada caleidoscópica a la realidad, olvidándome de cualquier patrón formal o semántico, mezclando poemas con recetas de cocina, opiniones políticas o confesiones sobre mi estado de salud. Y es que el contexto ya no es lo que era. Ahora es un lugar complejo en el que ser capaz de obtener información de los distintos fragmentos mirándolos individual y colectivamente a un tiempo: es como el principio de dualidad onda-corpúsculo traducido a la información: dualidad texto-contexto.

De esta manera, puedo acercarme asintóticamente a retratarme.

Eso de no saber ni matemáticas ni geografía… y ser periodista

Todavía me estoy riendo de las imágenes que me han venido a la cabeza leyendo la noticia sobre el barco para extraer gas natural de las profundidades marinas.

Según esta,

En las profundidades del mar existe gran cantidad de gas, pero a cientos de miles de kilómetros de la costa o del gasoducto más cercano.

Sí, sí, has leído bien… a cientos de miles de kilómetros de la costa. Ahí es nada. Teniendo en cuenta que la circunferencia más grande que se puede trazar sobre la superficie de la tierra es de unos 40.000 kilómetros, esos cientos de miles han dado un par de vueltas y media para volver al lugar en cuestión o han ido dando un paseo que ni un taxista con mala leche.

Les he enviado un email con la observación, porque aún estoy riéndome de las imágenes de barcos que recorren el espacio sideral hasta llegar a unos 200 kilómetros de la costa después de estar casi en la órbita lunar, o barcos que recorren curvas fractales sobre la superficie poco euclídea de esta bolita llamada mundo.

Desde luego… no saber matemáticas sumado a no saber geografía hace que un periodista sea tan hilarante como el mayor de los payasos de circo… pero estos saben que lo son.

Desconexión

Cuando un artículo como este sobre la caída en desgracia de una actriz norteamericana pasa a ser el más leído de uno de los periódicos de más trascendencia político-social en España es que algo va mal.

Es decir, tenemos muchos temas de los que estar al tanto y elegimos este como principal… quizá estamos hartos de las noticias, de que no pasen de ser informaciones que no transforman nada la sociedad ni la política. Quizá llega el momento de dejar de leer y actuar, pero es un momento delicado en el que elegir el camino correcto o no hacerlo ya no es cuestión de palabras que, según dicen, se las lleva el viento, sino de acciones que, en muchas ocasiones, resultarán molestas y hasta violentas.

Hay que decir que vivimos tiempos violentos en los que se están violentando nuestros derechos civiles, ciudadanos, laborales, sociales, con la excusa de la crisis por bandera y que, ante esta violencia instituicionalizada y aparentemente tolerada, se están empezando a levantar aires de revolución, con lo que de violencia explícita esta tiene.

¿Es razonable «atentar» con spray rojo contra los representantes electos a la entrada o salida de sus lugares de trabajo? Seguramente respondería no la mayoría de las veces, pero cuando se está reaccionando a medidas poco o nada razonables que están siendo tomadas por estos contra los electores, repito, con la excusa de la crisis, es que se ha entrado en una dialéctica en la que la razón no impera. Allá donde no hay razón, la violencia se impone.

O volvemos a cauces razonables o vamos camino de enfrentamientos violentos allá dónde miremos. Y cada vez más entre nuestros amigos, en nuestro propio entorno, nos encontraremos con enemistades acérrimas más viscerales que dialécticas, más instintivas que racionales. Y habrá comenzado la guerra.

Le tengo miedo al futuro
. Quizá es que mi malestar físico no ayuda a ser optimista o quizá es que no veo que de la violencia y su tentación terapeútica se salve nadie. Una vez que se empieza a abofetear para defender un argumento, hay pocas ocasiones de volver atrás.

El 15M se está comenzando a radicalizar y es (o era) inevitable, puesto que las palabras son demasiado lentas para la mayoría de la gente. Necesitamos ver (rápido) resultados. La violencia es más sencilla, más atractiva y más vistosa. Me temo que el camino será este… también porque por otros lados la rapidez del desmantelamiento del estado de bienestar social que habíamos adquirido a lo largo de un siglo está siendo devastadora y parece exigir respuestas contundentes y rápidas…

Y yo escribiendo….
despacio
despacio
espacio
espacio

Un email con Celia

El otro día, escribí un artículo sobre la gratuidad y el arte que me recordó a diversas personas con quienes quise compartirlo. No quería compartirlo en FaceBook, porque, como dice el propio artículo, es demasiado patio de vecinos y acaba siendo agotador comentarlo, defenderlo, debatirlo… es una asamblea interminable.

Entones le envíe un email a aquellas personas a quienes consideré que podía interesarles:
Mi amigo y corresponsal vasco Juan Carlos Etxebarria, la periodista de arte Celia Valenciano, la bailarina de danza contemporánea Simona Ferrar, el performer y organizador de eventos artísticos Paco Nogales, el coordinador de la Asociación cultural Círculo Ágora (por alusiones) y, obviamente, a mi amada Carmen por todo lo que le tocaba.

> El 31/05/11 15:07, «Giusseppe Domínguez» escribió:
>
>> https://giusseppe.net/blog/archivo/2011/05/31/sobre-la-gratuidad-y-el-amor-
>> al-arte/
>>
>> Porque cuando lo escribí me acordé de ti.
>> Giusseppe

Varios me han respondido diversas cosas, pero casi todos ellos están de acuerdo en lo esencial: la insostenibilidad de la actual situación.

La respuesta de Celia, en la misma línea, ha generado una mía:

El 02/06/11 20:22, Celia Valenciano Bono escribió:
> Hola Giuppe! ¿qué tal estás? Espero que muuuy bien. Al fin tuve tiempo
> para leer bien tu texto y sí es una pena contemplar como la cultura y, en
> concreto algunas manifestaciones, parece que la gente no les da ningún
> valor si no van asociadas a un nombre popular y conocido, pero yo sigo
> pensando que hay que seguir ahí y apostar por lo que te gusta y te hace
> feliz, aunque lo ideal sería que eso te reportara un beneficio económico,
> al menos para cubrir gastos. Espero que granito a granito la cosa vaya
> mejorando 🙂
>
> Muchas gracias:-)
>
> Un beso gordo!
>
> Celia

Y ahí va la mía, animándola a seguir con lo que creo que es el mejor camino para ella y para mí y para todos:

Me alegra que te gustase el texto. Sí, creo que son tiempos complejos para la cultura, pero también que hay que espabilar en lo que respecta a formas de vida/trabajo distintas de las habituales. Hay herramientas nuevas y hay que aprender a usarlas. Por eso me encanta lo que estás haciendo en PuntaFinaNews. Espero que sigas con ello como hasta ahora y que organices un servicio de subscripción a bajo coste que envíe, por ejemplo, artículos a uno diario o semanal con digests mensuales… me encantaría poder pagar por ello para que mantengas la calidad que hasta ahora caracteriza tu página.

Si puedo ayudar en la parte técnica para ver la manera de hacerlo, lo haré encantado. Será algo que me aportará experiencia para una forma de financiación de generadores de contenidos que pronto se debe extender…

Hay ha sido elegida la primera mujer para dirigir el New York Times en 160 años y una de las primeras medidas que va a tomar es la de hacer que exista un servicio de subscripción a su periódico para que no todo lo que ofrecen sea gratuito. Esto hay que implementarlo con mucho cuidado, puesto que hay muchas otras fuentes de información en Internet gratuitas, y debe aportar algo que justifique su no gratuidad. Es una exigencia más que razonable, y estar a la altura de ella es un reto para el nuevo periodismo.

Seguro que vas a saber hacerlo. Quiero aprender de lo que vas haciendo. Me encanta. Y, además, eres feliz haciéndolo, como debe ser: no hay que renunciar a la ilusión de trabajar disfrutando, la alienación es una consecuencia de una decisión personal.

Un abrazo grande y afectuoso,
Giusseppe

Populismos

Los tiempos no cambian
Encontré la foto de la derecha en El País, ayer, y no pude por menos que recordar lo que había hecho Manuel Fraga Iribarne en un año antes de que yo naciese.

Compuse este díptico al modo de los Antes / Después de los adelgazantes y similares, para mostrar que el paso del tiempo sólo ha teñido de color la imagen, pero que la actitud sigue siendo la misma: yo me baño así que no hay peligro / yo me como un pepino así que no hay peligro. De 1966 a 2011. Han pasado 45 años y todo parece seguir igual o camino de serlo. Terrorífico.

Entonces era Ministro de Información y Turismo durante la confiscación de gobierno llevada a cabo durante 40 años por Francisco Franco, al que recientemente se intenta, desde la Academia de la Historia, dejar de llamar dictador. Tiempo después, Fraga, fundó Alianza Popular que acabó llamándose, acertadamente desde un punto de vista estratégico, Partido Popular. Esta diferencia entre Alianza y Partido hace creer que es unitario, que no son un grupo diverso de pensamientos más o menos próximos cuyo único interés de base es impedir que gobierne un partido de izquierdas como el PSOE o algo peor

Suya es la perla, en 2007, en unas declaraciones a El Faro de Vigo, donde comparó a Franco con Napoleón, afirmando que «el franquismo ha sentado las bases para una España con más orden«. ¿Cómo no se prohíbe su partido que no ha condenado el terrorismo de estado producido en este país durante cuarenta años con la Ley de Partidos?

Ahora Mariano Rajoy, otro gallego, toma el relevo de las acciones populistas de su antecesor, también siendo ministro de Interior (como lo fue de Gobernación el señor Fraga), durante un año y otros cargos parecidos de duración breve… no se sabe si por su ineptitud o por su gran eficacia para realizar su trabajo en tan poco tiempo.

En breve, da miedo pensarlo, este populista de la «nueva» derecha, será el presidente del gobierno.

Obvio decir que los populismos no son sólo de los partidos de derechas, (ahí están los varios ejemplos que uno puede encontrar en latinoamérica) y que suele tratarse como estúpidos a los ciudadanos desde todos los ángulos. Pero si los ciudadanos no hacemos nada al respecto en las urnas, ni en ningún otro contexto, salvo las manifestaciones de cientos de miles de personas (muchas menos que las que salen a la calle en el caso de la victoria de un equipo de fútbol), me temo que es razonable pensar que, efectivamente, somos estúpidos y fácilmente manipulables.

Cómanse un pepino a mi salud, que no necesita de su «sacrifico«.

Los periódicos

Parece que estar a la última en la información aporta una sensación de pertenencia a la sociedad, al grupo, a la tribu, a la nación, a lo que sea que se quiera pertenecer. Y digo parece porque no es real, es sólo una ilusión, como la perspectiva que, paradójicamente, resta perspectiva: hace tener una mirada tan focal que nos olvidamos de la imagen de fondo, como cuando un árbol no deja (y puede hacerlo) ver el bosque.
De cuando en cuando, conviene realizar el esfuerzo de alejarse de los árboles para ver el bosque.
No leer la prensa a diario debería ser una de las reglas básicas para todo individuo que desee tener una mirada global, integradora, que no se deje o no se quiera dejar llevar por los detalles. La mirada debe estar relajada para poder tomar altura, para poder clasificar en grandes bloques la información que se posee y, de esta manera, poder plantear estrategias de exposición de la misma.
En ocasiones algún periodista hace este trabajo, parcialmente, en reportajes más o menos totalizadores sobre un tema concreto, lo cual no deja de ser una contradicción, pero muy rara vez tienen la capacidad o la oportunidad de realizar un trabajo más… diría filosófico.
No sé si lo más correcto es filosófico, pero sí me parece que tiene que ver con eso, con el amor al conocimiento como humano y abstracto, general, ¿platónico?
El caso es que va siendo necesario el desarrollo de esa capacidad de mirada global, en un mundo complejo plagado de interrelaciones en el que no hay sistemas aislados, como les gusta tanto a los físicos y químicos, sino que todos los sistemas son parte de uno solo grande y global.
No se puede, por ejemplo, pensar en el asesinato de Osama bin Laden sin pensar en la disminución de velocidad máxima autorizada en las carreteras españolas. No se puede pensar en la ilegalización de Bildu sin hablar de la transición a la democracia y la recuperación de la memoria histórica e, incluso, la influencia de la reconquista en la radicalización del cristianismo en España. No se puede hablar de los rebeldes libios sin mencionar la banca china y su hegemonía mundial.
Como decían en una serie de televisión (Life) que me gustó bastante: todo está conectado.
Lo demás, es simplificar y, aunque, como diría George Perec «siempre hay que simplificar», la verdad es que en el complejo mundo que vivimos conviene ser consciente de que la simplificación significa inevitablemente un sesgo, una reducción de la información, a veces intencionado, a veces no, pero siempre una pérdida importante de conocimiento. En resumen, se trata de un acercamiento detallado a un árbol de un enorme bosque.

Esto lo dice todo

Hay, según el periódico El País, una ley anti-batasuna. Claro, ahora sí se comprende que no se pueda aplicar a otros contextos geográficos. Siempre me había preguntado porqué el PP que no condena la violencia (véase guerras no autorizadas por organismos internacionales legitimadores, dictaduras con exterminios, etc) ni el PSOE ni otros que no condenan otras violencias no tenían ningún tipo de exigencia previa como declararse en contra del uso de la violencia para nada.
Claro, ahora se explica, en realidad, más que un fallo de un periodista poco afortunado, lo que revela es la verdad oculta (no tanto) bajo el nombre de Ley de Partidos. Legislar que un partido político tenga en sus metodologías la apología de la violencia me parece tan innecesario en una sociedad responsable que nunca entendí que se necesitase una ley así. Pero es comprensible si se trata de excluir del espectro político de una región concreta a unos partidos que no representan el deseo de interlocución de quien tiene el poder para legislar.
Es decir, desde la legislación se imponen leyes que regulan quien puede acceder a los organismos que eventualmente puedan modificar la legislación, de modo que la legislación queda asegurada por encima de todo. La ley no se puede cambiar. Pero esto no debería ser así en un estado democrático de derecho.
Resumiendo: La ley de partidos es un invento para impedir la representación del voto nacionalista de izquierdas en Euskadi. Nuestra sociedad sigue necesitando que un partido político sea autorizado o no autorizado porque puede ocurrir que la gente estuviera dispuesta a votar (como hace, de hecho) a formaciones que no condenan la violencia.
España es una, grande y libre.
Pero ni una, ni grande, ni libre.

Vertido de toneladas de litros de agua

Publicada en El País la noticia de la contención de la radiación de la central nuclear afectada por el tsunami. Con toneladas de litros. Es tan divertido que no puedo dejar de pensar en mis alumnos y lo que les cuesta diferenciar longitud de superficie y de volumen… pero suelen tener clara la diferencia entre volumen y masa… aunque no saben distinguir entre masa y peso.
Total, que toneladas de litros
o metros cuadrados de profundidad
más unos gramos de longitud
con lágrimas de fe
y racimos de odio
son expresiones tan llenas de sugerentes errores
como imágenes divertidas o, incluso, poéticas.
Hay que tener en cuenta que quizá el periodista ha aproximado la densidad del agua a la unidad, con lo que el error se camufla, pero es una pena que no sean toneladas de litros de aire, que creo que habría sido infinitamente soplador.
En resumidas cuentas: a parte de algunos errores ortográficos a los que casi uno se va acostumbrando en el periodismo actual, a los errores de magnitud que cometen, sobre todo cuando traducen los billones americanos a los españoles, a parte de esos pequeños ceros que se les cuelan como si nada, ahora también la física básica les falla: masa y volumen no se miden con las mismas unidades.
Por cierto: mil kilos de agua o varios kilos de agua, no es que sea mucho… es lo que uso en mi bañera en un par de días. Habría que hablar de millones de litros para que la cantidad sea digna de mención. ¿Qué tal usar los metros cúbicos en vez de los litros?
Bueno, quizá es que sólo vaporizaron la zona con unas gotas de agüita de un manantial sagrado.
Nunca se sabe.

Esto no es una broma