DeFreds

El viernes pasado, en el encuentro de Té y Poesía que organizo mensualmente, al que asistieron, online, 5 personas, se leyeron poemas de Lorca, de Alberto Morante, de Cernuda, de Burges, de José Hierro, de Juan Antonio Valente, de Mujica, de Gustavo Adolfo Becquer, de Neruda, mientras yo leía textos de Poesía Clásica Coreana, de Poetas mexicanas contemporáneas, de Alfonsina Storni… y una persona leyó varios poemas de «una» tal «DeFreds».

No me disgustaron los poemas, así que como había sido el cumpleaños de mi querida Aída y lo celebrábamos al día siguiente, salí casi disparado a ver si encontraba un libro escrito por alguien que usaba el nombre (no el propio, por cierto) del personaje más emblemático de su serie preferida.

Al llegar a la Casa del Libro de la calle Gran Vía, que cerraba, según rezaban sus altavoces, en 15 minutos, me dispuse a buscarlo por orden alfabético de autor.

No había forma de encontrarlo en «Literatura contemporánea por autores», así que pregunté a alguien que me dijo que estaba en la sección de poesía, que seguía estando, como antes de que hiciese obras el local, en una especie de gallinero incomodísimo de acceder y, más aún, de estar en cuclillas buscando el libro o intentando curiosear algún ejemplar atípico que llevarse.

Seguía sin encontrarlo y el tiempo apremiaba, así que volví a preguntar y me indicaron que no lo buscara por la D, sino por la G de Gómez. El autor resultaba ser un tal «José Ángel Gómez Iglesias» y algo en los libros, en sus portadas, en sus ediciones, no me dio buena impresión, así que desistí de comprarlo y me fui a casa.

Al llegar, hice una breve búsqueda y me encontré un artículo en el que el susodicho autor afirma que no escribe poesía y que ni siquiera le interesa, pero parece ser que sí le interesa vender, aprovecharse de un nombre que ha usurpado para que su comercialización se asocie a feminismo, a combatividad, a modernidad, a cultura pop-postmoderna.

Yo acabo asociándolo con oportunismo y vileza.

Pero lo que me parece más insultante es que una librería (que probado ha que no le interesa) como la Casa del Libro, coloque unos libros como estos en una sección a la que el autor insiste no corresponder. Es casi como darle el premio Nobel de Literatura a alguien que no cree que lo que haga sea literatura.

Hoy he leído la noticia, que veo relacionada, de una librería de Madrid que vende solo material escrito por mujeres que se ha sentido traicionada por la publicación de un premio que ha desvelado la identidad de una de ellas siendo el pseudónimo de tres hombres.

Este viernes se desveló durante la gala del acto de entrega del Premio Planeta que tras el misterioso pseudónimo de Carmen Mola, escritora de ‘La novia gitana’ o ‘La red púrpura’, se escondían Antonio Mercero, Agustín Martínez y Jorge Díaz.

Y más allá del hecho de si me parece necesario que exista o no una librería especializada sólo en literatura escrita por mujeres, o si no habrá conflictos con a qué llamamos «mujer» como escritora, puesto que hay casos en los que podría estar su idea siendo llevada a cabo por hombres, y sin entrar en la matización, importante, de si son cis o trans; más allá de ello, lo que me irrita es que se prevé cierto oportunismo, de nuevo, en la escritura de estos hombres como mujer y afán por generar conflictos que son más rentables que la calidad literaria.

Estratégicamente, no me ha parecido muy afortunado el vídeo que ha publicado la librería en cuestión, en el que se ve una mano que va deshaciéndose de los libros en la estantería de la «autora», para meterlos en una caja, sin mucho cuidado, algo desdeñosamente, para retirarlos de la misma.

No obstante, puedo comprender la utilidad de una librería que intenta paliar la injusticia de que la presencia de autoras en las librerías siempre es mucho menor de la mitad (incluso que el tercio) del catálogo (lo que parece generar poco problema en la mayoría de las personas). Suelo acudir a la misma (o a la otra, que no se lleva muy bien con ésta) que también se encarga de ofrecer libros escritos por mujeres para comprar libros más o menos necesarios para ir saliendo de ciertos sesgos que reconozco tener por el hecho de que era complicado encontrar material escrito por mujeres.

Por cierto, publicar este artículo en el Día de las Escritoras no es intencionado. Creo.

pauta vacacional

Con el 40% de los españoles con la pauta vacunal completa […]

Leo esto y mi cerebro introduce unas variaciones mínimas… como cambiar vacunal por vacacional y por fin la frase me parece que cobra sentido.

Mis vacaciones me interesan más que mis vacunaciones, por mucha similitud fonética que tengan. Y no quiero tener vacanuciones, ni vacuciones, ni otras posibles permutaciones.

No me detengo mucho a pensar si sólo son los españoles y a las españolas no les pasa, con lo que sería un porcentaje condicionado que haría entender las cifras de muy distinto modo.

No me detengo mucho a pensar si sólo se trata de nacionalizados en España o habitantes de España o si se trata de algún tipo de pauta vacunacional.

No me detengo mucho a pensar si sólo es la palabra vacuna la referente a los antígenos y no la de equivalente etimología referente al ganado.

Observo que vacunal no es reconocida por el diccionario de mi dispositivo, aunque sí figura en la RAE, siendo vacunal, 1. adj. Perteneciente o relativo a la vacuna (? preparado de antígenos).

Y así
pasa el 40% de la mañana.

mucho del humor que hacen las mujeres es como de víctimas o muy feminista

He flipado con esta afirmación que parece haber hecho hace unos días una mujer que coordina la programación de un teatro popular de Madrid:

¿Por qué no hay cómicas en La Chocita del Loro?, preguntaba la cómica y guionista Pilar de Francisco. Según la directora de estos teatros de comedia, Laura Sánchez Vegas, es debido a que «mucho del humor que hacen las mujeres es como de víctimas o muy feminista«.

Será que estoy rodeado de mujeres con un enorme sentido del humor en absoluto victimista, pero no podía creerme que se dijera esto, así, sin más.

Inmediatamente me vino a la cabeza el grupo de Facebook que comparto con otras 9 personas de las cuales 8 son mujeres y que se llama Humor Absurdo y lo Siguiente, que es privado y secreto para no mostrar que también uso las redes sociales para algo más que el trabajo y la autopromoción insistente (atorrante).

Ninguna de ellas tiene un humor victimista y, afortunadamente, todas ellas tienen un humor feminista. AFORTUNADAMENTE.

Porque si una de las partes de la afirmación es simple y llanamente falsa, pues no es verdad que no sea posible encontrar mujeres que no hagan humor victimista como para compensar el desequilibrado 25(hombres)/1(mujer) que tiene el mencionado Teatro en cartel ahora mismo, si esa parte de la frase es mentira, la otra, es decir, que son «muy feministas» es sencillamente bochornosa: ¡Debería alegrarse! Por si aún no se ha enterado: Lo contrario del feminismo es el machismo.

Cuando se intenta justificar, se hace referencia a la clientela, a la pérdida de dinero que supondría (supone) contratar a esas mujeres que hacen humor «como de víctimas o muy feminista», se considera que es ético actuar así por mor de los ingresos de taquilla, así, sin más ni más: si gano dinero, es correcto actuar así.

Cuando he leído la mayoría de los comentarios de las publicaciones donde aparecía esta polémica me encontraba, ojiplático, con comprensión por la afirmación de la directora… y es que a veces se me olvida que me rodeo de gente que no es la mayoría, como ha quedado recientemente demostrado.

No voy a entrar en ver si el humor que suele hacer la mayoría (hombres) es machista y, por cierto, muy muy victimista, porque no se trata de competir, sino de desmentir: lo que ha dicho esta mujer es MENTIRA y ERROR.

Si quiere seguir viviendo de machistas que acuden a sus salas, que no se atreva a justificarlo con engaños y confusiones. Es vergonzoso, ultrajante y debería bloquearse cualquier ayuda pública que en un presente o futuro pudiera obtener, pues es ideológicamente contraria a los Derechos Humanos e, incluso, a la Constitución Española… si nos ponemos constitucionalistas.

Pero no pasa nada. Ni pasará.

Y seguimos…

No contentos con esto, el gerente de La Chocita se atreve a decir que las mujeres son menos graciosas que los hombres. Así, sin matices. ¡Es la hostia!

“El nivel de las cómicas que hay en España necesita un tiempo, hay que darles uno o dos años para que estén a la altura de los cómicos que hay en La Chocita del Loro”, defiende Francisco Carretero

Pero ¿no será que a lo que este señor llama humor habría que denominarlo llanamente humor machista? Que de ese hay abundante y desde luego lleva años de ventaja… pero es un humor agresivo y discriminador que tiende a mantener a la mujer oprimida, ninguneada, estereotipada, objetualizada… y es de lo que la mayoría de las personas que me rodean, que no están entre mis amistades, se ríen. ¡Por eso no están entre mis amistades!

No puedo seguir escribiendo porque verdaderamente me hierve la sangre. No es mi voz la que ha de alzarse, quizá, más allá de este diario personal más o menos público, pero me dan ganas de publicar este escrito y otros tantos donde gritar abiertamente a ese tal Francisco Carretero:

Si no las conoces, quizá tienes un problema, pero las mujeres que conozco (incluyendo monologuistas profesionales del humor) tienen un grado de humor que deja atrás a todos los monologuistas varones que he conocido nunca. ¿Será que «su» humor (el de ellos) no me gusta? ¿Será que a ti, gerente de mierda, tampoco te gusta el humor feminista? ¿Será, sencillamente y sin tapujos, que eres un machista y en tu casa no lo saben?

Soy un poeta trans

Aparezco analizado en el interesantísimo artículo que ha escrito para el Global Journal of Human-Social Science: A. Arts & Humanities – Psychology. Volume 21 Issue 4 (Ver. 1.0), Laura López Fernández, Profesora especializada en Poesía post-media, visual y experimental de la University of Waikato, Nueva Zelanda.

Me gusta mucho su artículo en el que analizan mi obra con bastante precisión, aunque con un error insalvable: uno de los dos poemas que utilizan para referenciarme, ni siquiera es mío y, por no ser, ni pienso que fuese pensado como poema. Distopía sí es una entrada de mi blog, de mi diario, que nunca pienso que lea nadie, y es un comentario sobre una imagen encontrada en Internet por alguna persona que la realizó y no indicó su autoría o se perdió en una cadena de errores de atribución, lo que vendría a ser un caso más de transmedia poética postmoderna en el que la apropiación (indebida) se ha convertido en bandera.

Si hubiese sido un poema propio, tampoco sería el poema del que me sintiera más orgulloso, pues el exceso de referencias cinematográficas, de utilización de objetos ajenos, no es una característica general de mi trabajo, aunque haya jugado alguna vez con este tipo de materiales, como en la serie «Publicidad en-cubierta«.

Hay algo deprimente en el hecho de que lo que más le haya llamado la atención de mi «ingente» web haya sido precisamente un trabajo que no es mío. Pero bueno, quizá sea solamente el estado de ánimo que en este fin de curso ando teniendo.

Es curioso como a pesar del enorme error, todo lo que dice es aplicable a mi trabajo sin perder ni un ápice de verdad. Me siento completamente identificado con el análisis que hace de mi trabajo, especialmente cuando el poema que sí que comenta es propio: el titulado «Nueva Normalidad«, que tiene además como características la pobreza y la efimeridad.

“Nueva normalidad” se puede leer dentro del marco del poema objeto (aspecto material: cartones superpuestos) y visualmente puede formar parte de la tradición delpoema visual y alfabético. Semánticamente hay que destacar el referente globalista de la pandemia, resumido en la frase “nueva normalidad” y la actualización discursiva que se hace del típico estilo asemántico de los poemas alfabeto “A” y “Z”. En este poema, a diferencia de poemas que utilizan el motivo del alfabeto, el autor está conjurando un tercer espacio o espacio transfronterizo en la línea crítico sociopolítica del globalismo al igual que el poema anterior.

Eso sí, durante la lectura del núcleo del artículo, anduve pensando si sería divertido o perverso contabilizar el número de veces que aparece el prefijo «trans» en el mismo, pues me resultó significativo que hubiese de utilizarse tantas veces para referirse a la vanguardia de la vanguardia o la ruptura de la ruptura, la anulación de la anulación… (Aparece 55 veces el prefijo trans, de los cuales, 28 es para referirse a transfronterizo)

De todas las palabras que se mencionan comenzando por «trans», la que más me llamó la atención fue la de transfronterizo, pues me hizo recordar el proyecto (entre olvidado y siempre en desarrollo) que me lanzó a escribir o crear una poesía más allá de la palabra, derivando en multidimensional, y que denominaba «Frontera», así como mi participación en el III (y último) Encuentro de Arte de Acción de Artón, que se organizó en MATSU, titulada precisamente así: «Frontera«.

El objetivo principal de este estudio es analizar el grado de sistematicidad compositiva que existe en textos de tres poetas españoles contemporáneos; Giusseppe Domínguez, David Fernández Rivera y Alfonso Aguado Ortuño, bajo el marco de una perspectiva interdisciplinaria, intermedial e interartística de géneros. Para ello se empleará el concepto de lo transfronterizo como categoría de análisis semiótico. En la heterogénea y prolífica obra de estos autores lo transfronterizo se puede leer como clave discursiva de su obra y del mundo en que vivimos. En virtud de esta metáfora de carácter topológico, lo espacial y lo intersticial se conceptualizan en base a las distintas funciones que ejercen los signos y sistemas de signos en el poema.

Muy agradecido a la inclusión en este estudio sobre lo transfronterizo en la poesía contemporánea experimental, dentro de la cual me veo completamente identificado: soy un poeta claramente trans…

Incluyo el artículo por si alguien quiere consultarlo (pero añado que no soy el creador del mismo):

Cross-Border Condition in Experimental Cotemporary Poetry – Laura López Fernández

«Musulmania» no es un país

Leyendo un artículo interesante que habla de la segregación que se produce en los colegios españoles, me quedo atento al siguiente párrafo que contiene una comparación que me perturba desde hace tiempo:

uno de los barrios más alejados del centro de Manresa, el Xup, que fue construido a finales de los 60 para alojar a las familias obreras recién llegadas, fundamentalmente andaluzas. Ahora, abunda la población musulmana.

De familias andaluzas a población musulmana.

Esto es algo extraño:

Las familias andaluzas (en los 60) eran católicas, pero no se indica así, sino tan sólo por su origen de procedencia y no por sus creencias. Era lo normal: Gente como dios manda.

La población musulmana puede que no toda sea creyente, aunque eso sería una contradicción, teniendo en cuenta la etimología de «musulman» (Musulmán (en árabe, مسلم‎, muslim) es quien acepta las creencias islámicas, es decir, que cree en un solo Dios y además en el profeta Mahoma como Mensajero de Dios.) e indicar su procedencia puede resultar largo de explicar o difícil: ¿Puede un musulman haber nacido en, pongamos, La Rioja?

Bajo este párrafo veo racismo y del simple: no se habla de marroquíes, ni de argelinos, ni de magrebíes, ni de árabes o sirios (con sus correspondientes femeninos gramaticales). Se habla de musulmanes pero se quiere decir: gente de piel poco clara (y pobre). Lo digo por si nos tenemos que aclarar a la hora de entendernos.

Me alegra y me da esperanza la iniciativa de estas familias tan paritariamente representadas.

¿el fútbol o la justicia?

Personas descerebradas, o peor aún, malintencionadas, han borrado con tinta negra el mural que se convirtió en icono de la lucha feminista a lo largo de los pasados meses porque el ayuntamiento de esta ciudad quería borrarlo.

Vandalizado el mural feminista de Ciudad Lineal, en Madrid
El mural feminista ‘La unión hace la fuerza’ de Ciudad Lineal, pintado sobre el polideportivo de la Concepción, ha amanecido vandalizado este lunes, Día de la Mujer, con pintura negra que cubre los rostros de las mujeres homenajeadas en sus paredes. Según denuncian los vecinos y partidos políticos en las redes sociales, los rostros de mujeres como Rigoberta Menchú, Rosa Parks, Federica Montseny o Frida Kahlo, representadas en el mural, han aparecido esta mañana cubiertos de pintura negra. (Efe)

Pero no lo hacen cualquier día, lo hacen este, el 8M más controvertido de las últimas décadas.

Lo hacen despúes de que el día 7M, es decir, ayer mismo se realizase esta fotografía que testimonia que la aglomeración de personas para pedir según qué cosas no se permite, mientras se permiten otras como ir a un partido de fútbol, las atiborradas calles del centro de Madrid consumiendo sin parar, por no hablar de manifestaciones pro-nazis o colapsos anticatalanistas…

Y hoy me pregunto:

Si las mujeres (o el feminismo en general) propusiera un partido de fútbol para reivindicar la igualdad de oportunidades y manifestar la injusticia vigente, ¿qué primaría: el fútbol o la justicia?

Jo. Sé la respuesta. 🙁

La infanta se va de España, como su abuelo.

No puedo entender que este letrerito haya causado una polémica que termine con la destitución de las personas que lo han elaborado, más o menos accidentalmente (o no).

¿Acaso hay algo de incierto en el hecho de que Leonor (la infanta, es decir, la persona que por el derecho que le otorga su sangre, su ADN azul, va a tener una paga vitalicia y la posible responsabilidad y honor de representar al estado que no la ha votado, al menos individualmente), esa Leonor hija de rey, nieta de rey, va a irse de España como hizo su abuelo?

Independientemente del motivo (que a continuación comento), se va de España por una serie de años en los que las arcas del estado (vía asignación real) van a financiar su estancia en un privado colegio de Gales.

Es decir, que la educación pública no es suficientemente digna para una persona de su abolengo (que no realengo).

También su abuelo, alias «el emérito», está viviendo fuera de España, parece ser que con otros motivos menos dignos aún, más propios de verdaderos canallas o de sinvergüenzas que huyen de la justicia (también pública) española para ponerse a buen recaudo, aunque nos quieran vender otra motivación.

Si no hubiera (por otro lado) motivo alguno de vergüenza con respecto a la residencia elegida (y financiada también por el erario público) por parte de Juan Carlos de Borbón, seguramente no se habría desatado la estúpida polémica en torno al rótulo en televisión. Pero hay que asegurarse que del rey no se hable, ni siquiera mal, aunque lo merezca.

Y diremos que eso es respeto institucional porque la constitución española protege (blinda) la monarquía de «injurias», pero voy a buscar la definición de injuria a ver si realmente este texto contiene alguna:

injuria. Del lat. iniuria. 1. f. Agravio, ultraje de obra o de palabra. 2. f. Hecho o dicho contra razón y justicia. 3. f. Daño o incomodidad que causa algo. 4. f. Der. Delito o falta consistente en la imputación a alguien de un hecho o cualidad en menoscabo de su fama o estimación.

Claro, no se puede ni tan siquiera incomodar… ¡vaya! Sí que hay razones lingüísticas para justificar el despido de los trabajadores que han redactado ese veraz rótulo que asegura, sencillamente, que LEONOR SE VA DE ESPAÑA, COMO SU ABUELO.

Y además de esto, RTVE (mi televisión, pues la financio con los impuestos) se disculpa, SE DISCULPA, ante esta «irresponsabilidad», depurando responsabilidades… o lo que es lo mismo, despidiendo trabajadores, porque según la misma cadena en un comunicado emitido urgentemente, la más importante institución es la corona, por encima, incluso, de la propia constitución.

Comunicado urgente RTVE

La Administradora Provisional única de RTVE, Rosa María Mateo, lamenta profundamente el grave error que se ha producido esta mañana durante la emisión del programa La Hora de La 1 y ha adoptado medidas inmediatas para que los responsables de esta equivocación sean relevados de sus puestos.

Durante la emisión de una información relativa a los próximos estudios de la Princesa Leonor en Gales, se ha sobreimpreso un rótulo con la leyenda: «Leonor se va de España, como su abuelo«. Una grave irresponsabilidad que no puede empañar el compromiso inquebrantable de RTVE con la defensa de los valores constitucionales y de las instituciones del Estado y sobre todas ellas, la Corona.

Así que para un bloque político, las derechas, la Corona ha de ser salvaguardada aún a costa de censuras (véase el feo caso Pablo Hasél, por el que medio mundo nos está llamando poco democráticos), aún a costa de derechos laborales, aún a costa de inferencias políticas en un medio bastante más conservador de lo que lo suelen tachar.

Dentro del otro bloque, las izquierdas, desunión, como es habitual. Pero porque en realidad no existen.

Como de costumbre, tengo que encontrar afinidades en los partidos nacionalistas aunque en muchas otras cosas no concuerde con sus propuestas o sus metodologías.

Y mientras, nadie cuestiona que lo más vergonzoso es que para tener una formación de alto nivel, una persona haya de escoger un colegio privado y un colegio fuera de este país.

Y mientras, nadie cuestiona que lo más vergonzoso es que una persona por un motivo tan peregrino como su cuestionable ADN tenga privilegios o posiciones ventajosas de por vida sobre los súbditos del país.

Y mientras, nadie cuestiona que lo más vergonzoso es que uno de esos individuos privilegiados viva en un país de dudosa moralidad escapando de las causas abiertas que deberían tenerlo encerrado en, este, su país.

(Obviamente, por nadie entiendo una minoría tan insignificante como para saber que esta situación no cambiará en toda mi vida).

¿Puede el deporte no ser machista?

Nota aclaratoria: Este escrito no es en absoluto un lamento por pérdida de privilegios (creo)

Hace unos días se daban los pasos necesarios para la aprobación de la conocida como Ley Trans, que pretende eliminar las discriminaciones por razones de género en colectivos o sobre personas cuya identidad sexual no sea cis, amén de aquellas otras personas que tengan identidades no binarias o, incluso, fluidas.

Está claro que hay cavernas donde ni siquiera es menester dialogarlo porque a duras penas entenderán que una persona pueda ser diferente a «como dios manda«, aunque por supuesto ese dios sea barbudo… por la gracia de dios.

Pero fuera de esas cavernas, el tema está siendo abiertamente conflictivo, entre otras cosas, incluso, por parte de colectivos feministas que habían puesto a la mujer (mujer cis) como sujeto de la reivindicación igualitaria (o identitaria).

No menos cierto que parte del mismo conflicto tiene que ver con los intereses relacionados con la explotación económica de los vientres gestantes (vientres de alquiler) y su desregulación que tienen en mente colectivos (cis y trans) que no pueden concebir un nacimiento genético (por llamarlo así) sin ayuda externa (que se está deseando externalizar hasta formar empresas de trabajo temporal para tener bebés por encargo).

Además, es el caldo de cultivo óptimo para desagrupar colectivos combativos e incómodos para el sistema, como el ahora mismo fracturado LGTBIQ+ y aplicar el célebre «divide y vencerás» juliano.

Hay muchas razones para ser precavido en opinar sobre temas como este, que pueden acabar por enfrentar desde lo más irracional posible: la identidad. No se es algo por razonamiento, ni por ideología, sino por IDENTIDAD.

Y ahí radica parte del problema que se viene viendo venir desde hace tiempo: las nuevas generaciones de colectivos (no sólo minorías sexuales, sino también racializadas (aborrezco esta palabra, aunque comprendo la necesidad urgente de ese colectivo aludido de esta manera)) no luchan en el reconocimiento de derechos igualitarios, sino identitarios. Poder afirmar su identidad públicamente sin que ello conlleve un perjuicio ni merma alguna de derechos.

Me parece crucial que así sea, faltaría más. De hecho, cuando pienso en que la lucha está en esta fase, siento cierta satisfacción al creer que se ha avanzado en luchas sociales hasta el punto de poder reclamar ese derecho (en absoluto baladí).

Otras veces siento que se ha perdido el sentido de la lucha, al menos como yo la entendía (hombre cis heterosexual, blanco y de clase media, europeo occidental). Para mí la lucha estaba (y creo que sigue estándolo) en desear los mismos derechos humanos:

Considerando que la Declaración Universal de Derechos Humanos proclama que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y que toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esa Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Por motivos de urgencia (por ejemplo el indecentemente alto índice de feminicidios) se ha ido situando la lucha en la defensa emergente de las vidas de personas maltratadas (mujeres cis en la inmensa mayoría de los casos) hasta buscar leyes que las amparen por su identidad.

Por los mismos motivos de urgencia (maltrato generalizado de la transexualidad) ahora también se busca la protección de esos colectivos (que son personas, no sólo abstracciones) que buscan leyes que los amparen por su identidad. Identidad que, incluso, se contempla que pueda ser «elegida».

Y estos dos últimos párrafos generan conflictos tan «sencillos» como el que surge al reservar espacios reservados para mujeres (cis) y era algo a lo que estábamos acostumbrados en múltiples contextos: cárceles, iglesias, mezquitas, vestuarios, gimnasios, piscinas, deportes… por no hablar de personas que dicen: «los hombres que se sienten juntos» o «las mujeres juntas» o cosas por el estilo que siempre han sido algo deplorado por mí.

Con respecto al deporte, hoy he leído un artículo que decía que «la ley trans propuesta choca con las normas del deporte» y se argumentaba en función del grado de testoterona que hay en sangre o similar para ver si se pueden aplicar unas nuevas reglas que excluyan o permitan competir a determinadas personas en una determinada prueba so pretexto de que en caso de competirse sin esas pruebas hormonales las competiciones las ganarían previsiblemente mujeres trans (u otras personas que se identifique como mujer).

Es casi imposible que esa ley salga adelante tal y como está escrita y no deja de ser un borrador sobre el que están trabajando para conseguir homologar derechos para todas las personas, pero en parte están haciéndonos ver que la mayoría de nuestras actividades estaban inmersas en un constructo cultural (heteropatriarcado) impuesto a lo largo de milenios y cuya revisión es mucho más compleja de lo previsto.

En mi caso, siempre he considerado el deporte de competición (prácticamente sin excepción) una sublimación de una violencia intraespecífica, una creación cultural para evitar que «los hombres» se peguen (luchen) sin reglas que les sometan a un entorno protegido. En realidad, iría aún más lejos y diría que toda competición tiene en su esencia una guerra en la que individuos humanos pueden competir por sus alimentos, el agua, el espacio, la luz, la posibilidad de aparearse o cualquier otro recurso que puedan necesitar para sobrevivir y reproducirse. Así hasta llegar a pensar que la violencia de género está mucho más profundamente incrustada en nuestra sociedad de lo que se suela suponer, como que el propio sistema capitalista no es ni más ni menos que una emanación de ese constructo socio-cultural.

A mí me diagnosticaron epilepsia siendo un niño, y me dijeron que debía evitar toda competición. Quizá eso fue lo que me apartó de los deportes, pero el caso es que también me apartó del sentido de competición necesario para desear vencer, para desear tener éxito. (No sé si esa recomendación fue algo tendenciosamente eugenésico, pero ahora que lo pienso algo de ello hay).

Obviamente, no tengo soluciones que aportar a un problema de una complejidad que sobrepasa con creces mis conocimientos de todas las situaciones posibles para todas las identidades posibles. Así que este texto es una tontería con la que expresar mis propias dudas a fecha de hoy, que seguramente serán distintas dentro de una década pues, aunque a veces no lo parezca, la sociedad y sus construcciones culturales asociadas mutan más rápido de lo que creemos y, en ocasiones, más lento de lo que deseamos.

El adiós de Iñaki Gabilondo

He seguido durante años la trayectoria de quien considero el mejor comentarista político que ha tenido el periodismo patrio en las últimas décadas, hasta que las redes sociales y el griterío impuesto política y socialmente ha terminado por agotarle (supongo que los 78 años de vida no ayudan, ni una pandemia global…)

Me entristece que abandone, pero le comprendo tanto que el silencio me atenaza cada día más, hasta el punto de que sólo quiero escribir poemas que no tengan el más mínimo sentido o interpretación con la que generar otro altercado airado.

Llevo desde marzo (confinamiento mediante) dejando de lado la mayor parte de las conversaciones que lo único que buscan es convencerme de algo. Sea lo que sea. Me cansa. Recuerdo el texto de «Lo Neutro» de Roland Barthes y no puedo sino subscribir cada una de sus palabras, escritas casi antes de que yo naciese.

También recuerdo la tristeza que sentí (y el enfado, pero antes me enfadaba) cuando cerró CNN para pasar a ser Gran Hermano 24h.

Ahora ya casi ni siento enfado (diría que no me merece la pena) y sí algo de tristeza, pero cada día también menos, quizá porque estoy tan pesimista que me parece el lógico o natural devenir de los acontecimientos.

Echaré de menos a Iñaki Gabilondo de quien tengo más de 10 artículos comentados en este humilde diario tras haber sido seguidor suyo desde hace tanto tiempo, desde hace tanto que no se llamaba seguidor a quien leía o veía los vídeos de otra persona a quien, por supuesto, nunca se llamó influencer.

¿Soy muy insensible porque una de las dos muertes me importe un poco menos que la otra?

El 27 de octubre, es decir, hace unas semanas, se murió la poeta de la generación beat Diane di Prima en un hospital de San Francisco, después de una larga enfermedad.

Yo me he enterado hoy. (Confieso que no leo demasiado la prensa). Pero también sé que no ocupa portadas, ni arrasa en las redes sociales, ni mueve poblaciones… Y sin embargo:

Hace menos de 1 hora se ha muerto un futbolista y me enterado antes de que se pudiera confirmar su muerte, prácticamente.

Si me vengo…, poema de Di Prima:

Si me vengo a vivir contigo,
¿me prometerías
un pedazo de carne los domingos,
una hojita de azucena
para olerla en la almohada,
un queso en el refrigerador,
un beso de lengua
entre las pesadillas?
Si no es así,
no me vengo contigo.

Esto no es una broma