Entra una canalla
corriente cuchillo
abriéndose paso en mi piel
como un murmullo
un grito silencioso
erizando la mañana
de viento frío.
Diario
Entra una canalla
corriente cuchillo
abriéndose paso en mi piel
como un murmullo
un grito silencioso
erizando la mañana
de viento frío.
en forma de bolita
sobre un cabezal dormido
en esqueletos de recuerdos
son unas lágrimas de nata
hecha jirones manteca
con tocino
y arroz
vuela la pluma contra la nostalgia
y alcanza el ramalazo de la resurrección
vuela
vuela
y no me alcanza
al cabo de un rato
mi cerebro deja de jugar con el ratón
y pasa a pensar
que escribo poca poesía textual
que escribo poca poesía
y me quedo algo triste
recordando
como pasa la vida
como viene la muerte
tan callando.
Tres mañanas a la semana recorro una distancia aproximada de unos 7 kilómetros aunque me he quedado dudando sobre la cifra, puesto que supongo una velocidad de unos 6 km/hora y no suelo superar la hora seguida de camino.
Voy desde un lugar (A) a otro (B) y vuelvo.
El lugar (A) es el apartamento en el que tengo la suerte de poder pasar un tiempo durante cada verano. Aún no he decidido la calidad de la suerte. Aunque la «buena» suerte es la de poder, no necesariamente la de hacerlo.
El lugar (B) es una bola de piedra rota en el paseo marítimo que une las urbanizaciones de la playa de Vera con la localidad adyacente de Garrucha.
En concreto, el lugar (B) se encuentra justamente situado sobre la frontera entre estos dos municipios (Vera/Garrucha) y la zona demarcada por la arena de la playa del Mediterráneo Occidental.
Por ser aun más precisos: El punto (B) se sitúa en la confluencia del paralelo 37,188 y el meridiano -1,818, habiendo partido desde el lugar (A) sito en el cruce del paralelo 37,210 y el meridiano -1,810.
Puedo imaginar un punto (A’), como lugar en el espacio, que, encontrándose a la misma latitud de (A) se sitúe a la misma longitud, es decir sobre el mismo meridiano, que el lugar de destino (B). Puedo también imaginar (innecesariamente) un punto, digamos, simétrico (B’) situado en la intersección del meridiano que transita por el origen (A) y el paralelo que atraviesa el destino (B).
Las coordenadas del punto (A’) serían (37,210, -1,818).
Se forma un rectángulo esférico que acota mi desplazamiento o, al menos, lo aproxima entre los vértices A, A’, B, B’ cuyas distancias angulares (conviene recordar, de cuando en cuando, que habitamos algo parecido a una esfera) serían aproximadamente las siguientes, con tres cifras decimales de precisión:
Variación de longitud:
AA’ = 0,008º
Variación de latitud:
A’B = 0,022º
Convertir esas distancias angulares a metros puede hacerse usando la vieja (obsoleta) definición que hacía equivaler el metro a la diezmillonésima parte de cuadrante del meridiano, es decir, suponiendo que 360º son equivalentes a 40.000.000 metros (4×10^7m)
Con esta inexacta regla de tres, puedo traducir la variación de longitud (0,008º)
a (0,008 x (4×10^7) / 360) ~= 8/9 km = 889 metros. (metro arriba o abajo)
y la variación de latitud (0,022º)
a (0,022 x (4×10^7) / 360) ~= 2.445 metros
Asumiendo por simplificar (porque siempre hay que simplificar) que ese rectángulo esférico puede suponerse plano dada la poca variación angular, podemos utilizar el Teorema de Pitágoras para estimar la distancia entre (A) y (B) en línea recta en:
AB = 2.601 metros
mientras que
AA’ + A’B = 3.333 metros
De este modo, una razonable aproximación a la distancia que recorro por las mañanas sería el término medio del doble de ambas (la ida y la vuelta) que, sacando factor común y simplificando, bien podría ser, en resumidas cuentas:
AB + BA’ + A’A = 3.333 + 2.601 = 5.934 metros = 5,934 km.
Bien, tras unos sencillos cálculos, puedo afirmar que camino 5.934 metros tres mañanas a la semana pero lo realmente inquietante es que intento optimizar algo que no tengo bien definido mientras camino.
Busco una especie de geodésica que, de alguna manera, recorra mínimos energéticos y dinámicos:
Podría decir que esas geodésicas que busco trazar proceden de alguna aplicación del Principio de Mínima Acción o relacionado con el Principio de D’Alambert y eso me lleva a pensar en la alarmante conexión de lo que representa, a simple vista como desconexo, pues es D’Alambert uno de los padres del enciclopedismo y, por ende, de los diccionarios.
Resulta algo absurdo pues parte del objetivo del ejercicio que realizo al caminar es gastar o consumir energía, llevando a cabo esfuerzos innecesarios, sin embargo, no puedo evitar ahorrar energía caminando por zonas cuya superficie no reciba iluminación solar directa, lo que reduce la temperatura sobre la que se apoyan en los sucesivos movimientos repetitivos las extremidades inferiores con las que me ayudo en el desplazamiento (gracias al rozamiento) y que suelen denominarse pasos y pies respectivamente.
Calcular si el ahorro energético derivado de tener los pies a la sombra en un determinado trayecto es mayor o menor que el que se produciría por realizar desplazamientos rectilíneos minimizando la distancia implicaría tener en cuenta factores tan complejos como la inclinación solar, variable en función del día del año y la hora en la que se realiza la caminada así como la intensidad lumínica que depende de la atmósfera y su composición química o humedad ambiental (nubes incluidas).
Por no mencionar la energía interna del sistema cuerpo-humano que voy desplazando y cuya actividad químico-gastronómica influiría tanto o más en el buscado gasto energético que las componentes mecánicas de la actividad física en cuestión.
Es decir, voy caminando con mi motor de combustión con tejidos orgánicos como continente y materia orgánica variada como contenido que es sometida a una serie casi inexplicable de procesos metabólicos o reacciones químicas de carácter exotérmico que habitualmente se reducen al sencillo apelativo de digestión.
Como mencioné, casi de pasada, las geodésicas que recorro no solo buscan una optimización energética sino también dinámica, es decir, trazando curvas cuya suavidad pueda minimizar la fuerza necesaria par realizar modificaciones en la dirección del vector de la velocidad instantánea lineal de mi desplazamiento, así como para mantener la aceleración lineal tan mínima y constante como sea preciso para vencer la fuerza de rozamiento que, no obstante, es en última instancia quien más me ayuda a avanzar gracias a ese principio de acción-reacción en un sentido para, tras dar la vuelta en el lugar que denominamos destino (B), avanzar en sentido contrario, de este modo retrocediendo (sin poder volver sobre mis pasos pues la asimetría del movimiento impediría que mis huellas del recorrido (A->B) puedan ser pisadas por mis huellas (B->A).
Resulta incuantificable y de extremada dificultad aproximar las desviaciones necesarias que me veo forzado a realizar para no coincidir en el mismo lugar espaciotemporal que otros objetos móviles cuyas personales y rebuscadas trayectorias se entrecruzan con la mía; no obstante, son significativas aquellas en las que un grupo de núcleos matéricos vinculados se desplazan perpendicularmente a la tangente media de mi recorrido.
Si hasta ahora me había centrado en la optimización de los aspectos energéticos y dinámicos directos, queda por comentar la reducción de energía derivada de la no adquisición de equipamiento específico cuyo coste habría requerido en diferido de la correspondiente carga de trabajo que habría, a su vez, exigido un esfuerzo y consumo energético como el que puede ahorrar gracias a la naturaleza porosa y ligera del material con el que pueda estar elaborado, como en el caso de las camisetas, pantalones y calzado deportivo que no puede competir con mi inespecífico vestuario genérico, cuyo único aporte en la optimización de mi camino estriba en la sobreutilización del mismo reduciendo así el trabajo requerido para su eventual sustitución.
(Sin mencionar el coste energético de la industria de ropa y calzado deportiva para la fabricación de las prendas que no adquiero).
Todo este proceso estimativo podría haberse simplificado o, cuando menos, facilitado, utilizando o sirviéndose de dispositivos portátiles que contabilizasen algunas de las magnitudes en lid, así, un podómetro o medidor de distancias recorridas basado en un sistema de geolocalización GPS (Global Positioning System).
Si bien su acarreo afectaría al resultado, falseándolo, pues tanto la masa del objeto humano siendo desplazado variaría, así como también la cantidad de calor que produce por el contacto del mencionado dispositivo con alguna parte de la piel al opacar e impedir su refrigeración al contacto con el aire y disipar el calor del aparataje electrónico.
En cualquier caso, además, la utilización de sistemas o dispositivos de código cerrado o propietario implica la aceptación y confianza en los datos proporcionados lo cual, si bien no implica aparentes gastos ni ahorros energéticos, sí exige esfuerzos que, en última instancia, puede que hagan a corto plazo la vida más fácil, pero no a medio y definitivamente nunca a largo plazo.
Esta última afirmación queda pendiente, como no podía ser de otra manera, de ser desarrollada en más profundidad.
bajo la ventana
como una pequeña manifestación dulce
de insolidarios gorrinillos verdes
que quieren olvidar las llaves que tienen al lado
y los bolígrafos con los que conviven desde hace décadas
sustentados con orgullo
sobre unos folletos de publicidad
de talleres de poesía.
uno de ellos
es un síntoma de síntomas
los demás
le miran con recelo
con desconfianza
y se tiene que arrinconar
en la cuadrícula rosada.
desde lejos
una navaja suiza
oculta en un cilindro de plástico duro
amenaza la paz mundial.
Cada curso busco nuevas formas de interesar e interesarme por y para realizar esta tarea tan placentera que me he asignado: Coordinar Talleres de Poesía y Escritura Creativa.
En los Talleres de Poesía de Clave 53, el temario de los dos primeros años/cursos suele ser el mismo desde hace años, porque llegué a una especie de «metodología» o algo similar a eso que me parecía y me sigue pareciendo vigente para una persona que quiere iniciarse en los vericuetos de la Poesía Contemporánea.
Podría resumirse en un primer curso de Despertar a la Sensibilidad Contemporánea, en el que vamos acompañados de autores desde las primeras rupturas hasta las vanguardias, con el fin de no considerarse demasiado original, pero por otro lado, para ser consciente de lo que implica ser poeta; y un segundo curso que retome donde terminase el anterior, transite por vanguardias menos conocidas y llegue a OuPILO y la fabricación de Heterónimos. Ambas buenas maneras de enfrentar la conciencia de una poética propia.
A partir del tercer curso, tengo que tirar de «hemeroteca»: Habitualmente, voy fundiendo material para los niveles inferiores de modo que nunca haya visto nadie nada del contenido previsto a partir del contenido de los niveles superiores de otros cursos. Para ello, me apoyo en las decenas de libretas que llevo realizadas desde que comencé hace más de 12 años a coordinar talleres de Poesía. Menos mal que soy una persona ordenada hasta la saciedad… aunque siempre me inquieta no tener todo ese material en PDF o digitalizado de alguna manera. Poco a poco, con los talleres Online, voy haciendo este pequeño gran trabajo de sistematización y, al mismo tiempo, de análisis.
Por último, está el curso, llamemos, avanzado: aquellos locos poetas que quieren seguir asistiendo a mis talleres incluso cuando yo les afirmo que no tengo más que «enseñarles»… y son el gran desafío de un coordinador de talleres de escritura creativa.
Cada curso busco en las librerías e incluso en ocasiones en Internet (aunque aún soy muy analógico en este rol) nuevos materiales, antologías, libros curiosos, propuestas nuevas, juegos a los que aún no haya jugado (no sabiendo, así, si son o no aburridos).
Para este curso tengo algunas locas propuestas basadas en los diccionarios, como no podía ser menos después del proyecto de Isidoro Valcárcel Medina en el que he estado involucrado, así como jugueteos con otras formas de hacer poesía, sonora, audiovisual, y literaturas de diversos contextos.
Así, por ejemplo, este 2015-2016 voy a probar a mezclar una compilación de poetas prostitutas chinas de la dinastía Tang junto con otra antología de diplomáticos españoles del siglo XX y ver qué resultado da. Si no lo pruebo no lo sé.
Muchos de los grupos temáticos que voy probando en el grupo avanzado han dado lugar a los Monográficos de Poesía que luego puedo incorporar a los talleres regulares o bien puedo mantener como cursos temáticos independientes. Es una forma práctica (a pesar de ser poeta soy pragmático) de reutilizar material y darle cierta cohesión y exigencia que dentro de un taller regular a veces se pierde.
Me siento solo
profundamente solo
profusamente solo
con una soledad
desconsolada
con una soledad
de trece cifras
con una soledad
deslavazada.
Me siento solo
sin metáforas
y sin ninguna gana
pensando en el momento de mi muerte
pensando en la vejez y sus miserias
pensando demasiado…
o tan poquito.
Me siento solo
con una soledad desamparada
con una soledad quejica y solitaria
con una soledad tan desolada
con una soledad casi ficticia
que perderé mañana
al despertarme
que perderé mañana en sus sonrisas
pero ahora
justo ahora
sólo ahora
el universo es un gigantesco cráter opaco
y el águila negra
no deja de jugar con mis entrañas.
Justo ahora
sólo ahora solo
siento una soledad unamuniana
una soledad kierkegaardista
una soledad prepaleoinuit o cuasidorset
una soledad atabascana
asolada
a solas sola y sola
y ola
y ola.
Me siento solo
profunda
profunda
profundamente
solo.
La noche me acompaña
y no tengo final para un poema
que no quería empezar
sabiendo como sé (falsa falacia)
que mañana lo habré olvidado
y me daré cuenta
de que este poema
es injusto
es falso
es casi ilícito
¿inmoral?
No sé, no sé…
pero la piel me pica
y los ojos no se cierran
y el vello cutáneo
me fuerza a imaginar
insectos en mis brazos
y el aire entrando en mi nariz
fantasea con sangre
sangre a borbotones octogenarios
glauca, falsa, ficticia y literaria:
sangre de olvido y olvido de poéticas
exigentes con la honestidad.
Me siento solo.
Sí, así, tal cual,
sin aditivos
ni conservantes
para tomar
… con calma
para tomar
… despacio
para tomar
…
…
Usándola como moneda
de cambio cibernético
por un mísero puñado de aplausos ciegos
mientras no dejo de pensar
en las peras del olmo.
táctica. (Del gr. τακτική \’arte de disponer y maniobrar las tropas\’). 1. f. Arte que enseña a poner en orden las cosas. 2. f. Método o sistema para ejecutar o conseguir algo. 3. f. Habilidad o tacto para aplicar este sistema. 4. f. Mil. Arte de disponer, mover y emplear la fuerza bélica para el combate. ~ de avestruz, o ~ del avestruz. 1. f. Actitud de quien trata de ignorar peligros o problemas. ~ naval. 1. f. Arte relativo a formaciones, dispositivos y movimientos de buques y escuadras para el combate.
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
estrategia. (Del lat. strategĭa, y este del gr. στρατηγία). 1. f. Arte de dirigir las operaciones militares. 2. f. Arte, traza para dirigir un asunto. 3. f. Mat. En un proceso regulable, conjunto de las reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento.
La primera clase se puede probar gratuitamente. En Iniciación, todo el mes de Octubre por 19€.
¡Cuéntaselo a quien creas que le puede interesar!
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El despertar de la Sensibilidad Contemporánea
Si te apetece escribir poesía en un ambiente divertido, para aprender, crecer y desarrollar tu capacidad creativa… ¡este es tu curso!
Iniciación: Martes – 20:00-21:00
Cuota: 42 Euros/mes. (Todo el mes de Octubre por 19€) Matrícula GRATIS.
Promociones: 40 €/mes en pago trimestral. 29 €/mes a desempleados, universitarios.
Inform. y Reserva: 655 99 04 13 / poesia@clave53.org
Coordinador: Giusseppe Domínguez (www.giusseppe.net)
Lugar: C/Costanilla de los Ángeles, 2, Esc. Izda. 1-Dcha. Metro Ópera (L2, L5).
Lunes
de 21:00 a 22:00 – Monográficos Mensuales (Octubre/Noviembre – OuLIPO) – Comienzo Martes 19 de Octubre
Martes
de 20:00 a 21:00 – Iniciación – Comienzo Martes 6 de Octubre (GRATIS)
de 21:00 a 22:00 – Intermedio
Miércoles
de 20:00 a 21:00 – Avanzado – Necesaria entrevista previa
Jueves
de 21:00 a 22:00 – On-Line (Vía Skype)
Plazas limitadas. Grupos de un máximo de 10 personas
Información del Taller de Iniciación a la Creación Poética
Objetivo
Nos vamos a enfocar en esa búsqueda a través de ejercicios basados en la palabra. Pero siempre pensando en la palabra en libertad: palabra poesía. Liberados de normas y patrones, independientes del dictado de la crítica, nos dejamos llevar por nuestro propio sentir para descubrir ese arma cargada de futuro, que, según palabras de Gabriel Celaya, es la poesía.
Compartiremos con otras personas con inquietudes semejantes el taller, para ver, en y con otros, nuestra diferencia. Las posibilidades de aprender de otros se multiplican, viendo cómo va cobrando realidad el sueño de escuchar los textos propios leídos por otros. También incidiremos en la manera de leer nuestros poemas para hallar una forma cómoda y, al mismo tiempo, sólida y segura de darle voz a nuestros textos.
Mediante ejercicios de escritura en grupo, escritura automática y otros juegos que incentiven la escritura, nos liberaremos para encontrar la palabra que no manejamos en nuestro habitual diccionario y que, sin embargo, forma parte de nuestro cotidiano, así como para luchar contra el bloqueo ante la página en blanco, gran pequeño enemigo de todo escritor.
Dinámica de las clases
En todas las sesiones se llevan a cabo tareas individuales, a propuesta del coordinador, que van generando un hábito de escritura que, al mismo tiempo, nos saque del lugar común y que nos vaya conformando en una búsqueda de estilo propio y un compromiso con la labor de creación que nos modifique la vida.
Existirá un acompañamiento teórico, situando las distintas corrientes literarias más actuales así como repasando la creación poética desde su arranque a la modernidad hasta nuestros días. Propuestas de lecturas y la posibilidad de compartir con los participantes los textos que más nos han influido, para comentarlos y darnos a conocer a través del material que nos ha hecho ser lo que somos.
El curso dura hasta Junio. No es un curso homologado. Serás invitado a participar en una revista en la que los alumnos publican sus trabajos y a final de curso se edita un libro colectivo.
Recuerda:
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la falta de quietud
o la no quietud
o la ausencia de inmovilidad
o la carencia de calma
o la escasez de relajación
o la inexistencia de esencia
en tanto
ser
sencillo
inamovible
inasible
inacabado
incauto
auto
autoinmóvil
pérgola en la noche
que arrebata instantes al sueño reparador acabando por decodificar el paso del tiempo ralentizado contra la nube del despertador.