poesía
Un tipo no ayuda
Un tipo no ayuda a buscar una dirección a una chica porque no va a poder tirársela. Damas Club. Las piedras son tan falsas como el amor que venden.
Centenares de coches se hacinan unos sobre otros con miedo.
Pienso en el puto dinero y en cómo obtenerlo 10 veces al día. Nadie se da cuenta de que nos llevan como corderos hasta para cruzar la calle.
Te diría algo, por ser lo más bonito que he visto en media hora, pero te asustaría.
Construyen y construyen viviendas que se destruyen porque no están habitadas.
A veces, el mejor viaje es permanecer inmóvil.
Un hombre sentado en el pescante de un camión va recogiendo cartones.
Trozos de marcas rojas y blancas, cintas de plástico atadas como colgajos a rejas que impiden entrar a robar desperdicios de desguaces. La tinta, pintura, entre los adoquines, parece pis.
Botellas en cajas en el suelo. Charcos. Publicidad en los charcos y en el suelo.
Un tipo ríe como un gallo pero lo de los gallos no es risa.
Ambulancias, a todas horas bajan y suben la avenida dejando, tras su rastro de luces, gente bajo la helada, durmiendo en cajas.
(Burguer)
Son como cerdos
comiendo cerdos
Los peces en el escaparate nunca estuvieron vivos.
Y el camarero del restaurante sale escamado para saber qué hago: la escritura es sospechosa.
Creen amarse
hoy.
Puertas y puertas de locales vacíos. Una escalera de incendios.
No nos entendemos y en las miradas sentimos desconfianza. Los bancos, como las putas, siempre que pueden ocupan las esquinas.
Un hombre se saca los mocos.
Guirigai delante de la furgoneta de la policía.
Es inevitable
llorar.
Es inevitable
reír.
Beber cerveza.
Comer patatas fritas aprovechando que los demás escriben y pensar que me follaría a alguien
y luego sé
que no lo haría.
Discurso de Graduación para 21 Poetas Sin Ánimo de Título
No sé cómo se escribe un discurso de una graduación.
Esta frase me recuerda el inicio de un libro de e.e.cummings titulado “yo, seis noconferencias”:
Permítanme advertirles – dice cummings – cordialmente de que no tengo ni la más remota intención de hacerme pasar por un conferenciante. Dar conferencias es supuestamente una forma de enseñar, y supuestamente un profesor es alguien que sabe. Yo nunca supe, y sigo sin saber. Lo que siempre me ha fascinado no ha sido tanto enseñar como aprender…
Y en ese discurso me inscribo, en el de la voluntad de aprender como hasta ahora de poetas sin ánimo de título. A los que hoy, vamos a titular.
No tienen ánimo de título pero no significa en ningún momento ni por ninguna razón que no tengan ánimo. Han demostrado hasta ahora un ánimo bárbaro, caníbal, un ánimo férreo, un ánimo … animado, incluso. Pero ánimo por ser poetas, por vivir siendo poetas, por pelear a la contra, como diría Bukowski, en un mundo que fomenta lo prosaico y lo seguro, ánimo, diríamos, por ser poetas sin ánimo de título, sin demanda de reconocimiento externo, sabiendo que ese es un lugar en el que es fácil perderse.
Hasta hoy, son poetas sin título de tal. Intrusos del verso libre, podríamos decir. Son poetas del juego, del filo del cuchillo, de la inestabilidad, de la búsqueda constante, de la experimentación, de la creación (nunca ex-nihilo), poetas del futuro, que no desdeñan el pasado. Son, sobre todo, poetas humanos, humanos, humanos, humanos, poetas humildes. Y esta humildad es la que me parece más destacable.
humildad. (Del lat. humil?tas, -?tis). 1. f. Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.
Humildad en tanto modestia: cualidad de humilde, falta de engreimiento o de vanidad. Humildad frente a soberbia, frente a esa presunción de omnisciencia que paraliza cualquier posibilidad de aprender nada nuevo pues se da por supuesto que ya se conoce. Humildad humana que trata con equidad a los semejantes, a poetas y otros seres vivos que van saliendo adelante por el mundo, por la vida. Humildad sincera, callada, que guarda la voz para alzarla en forma de poema.
modestia. (Del lat. modest?a). 1. f. Virtud que modera, templa y regla las acciones externas, conteniendo al hombre en los límites de su estado, según lo conveniente a él. 2. f. Cualidad de humilde, falta de engreimiento o de vanidad. 3. f. Pobreza, escasez de medios, recursos, bienes, etc.
Y así vuelvo a encontrarme con el deseo de seguir viviendo como lo hago, defendiendo talleres de escritura en los que aprender, de aquellas personas que se acercan, con inquietud, con esa callada sinceridad, a formarse como poetas, como si eso fuese posible, como si yo pudiese ayudarles…
Hoy vamos a burlarnos de esa vanidad con un poco de ironía, presentando esta ceremonia de graduación a partir de la cual los poetas de ayer serán poetas mañana, pero poetas titulados, poetas que poseen un renombre o distintivo con que se conoce a alguien por sus cualidades o sus acciones en el ámbito académico.
Nos reímos del renombre, pues les vale con el nombre
Nos reímos de la distinción, pues son tan distintos que cada uno es único
Nos reímos del reconocimiento, pues buscan el conocimiento
Nos reímos de las cualidades, pues se trata de poemas
Nos reímos de la academia, pues es para lo único que sirve en poesía.
Veintiuna personas, veintiuno por ciento (RAE)
El numeral uno, una se apocopa en la forma un únicamente cuando antecede a sustantivos masculinos: un libro, un coche; o a sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica: un águila, un alma, un hacha; pero no se apocopa nunca cuando antecede a sustantivos femeninos que no comienzan por /a/ tónica: una amapola, una mujer, una novela.
Consecuentemente, todos los numerales compuestos que contienen el numeral simple uno, una se comportan de la misma manera y solo se apocopan ante sustantivos masculinos y ante sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica. Por lo tanto, igual que decimos una mujer, una amapola, debemos decir veintiuna mujeres, treinta y una amapolas (y no veintiún mujeres, treinta y un amapolas). Asimismo, debe decirse uno por ciento, veintiuno por ciento, treinta y uno por ciento (y no un por ciento, veintiún por ciento, treinta y un por ciento), ya que el numeral uno, una solo se apocopa ante determinado tipo de sustantivos, y por es una preposición.
Son 21 poetas sin ánimo de título
divididos arbitrariamente en 3 promociones
asociadas arbitrariamente a 3 poéticas
asociadas arbitrariamente
Son 21 poetas
Son 21 persona maravillosas
Son:
Alejandro Gallego, Ana Gesteiro, Carmen Cruz, Carmen Garrido, Diana Córdoba, Dolores Vallejo, Ernesto Pentón, Eva Obregón, José Luis González, Juan Carlos Orella, Juan Carlos Ortega, Laura Moya, Mónica Saad, Nines Cuenca, Raquel G. Figueiras, Sara Valverde, Sheila Reyes, Susana Recover, Tanja Ulbrich, Vera Moreno, Vicente Navarro-Abad
21 Poetas sin ánimo de título
PRESENTACIÓN Y RECITAL
Café Comercial
Glorieta de Bilbao, 7
Jueves 25 de Junio a las 20:00
Los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53
Coordinados por
Giusseppe Domínguez
Presentan en un recital poético
el libro
21 POETAS SIN ÁNIMO DE TÍTULO
Los poetas en cuestión son:
Alejandro Gallego, Ana Gesteiro, Carmen Cruz, Carmen Garrido, Diana Córdoba, Dolores Vallejo, Ernesto Pentón, Eva Obregón, José Luis González, Juan Carlos Orella, Juan Carlos Ortega, Laura Moya, Mónica Saad, Angelines Cuenca, Raquel G. Figueiras, Sara Valverde, Sheila Reyes, Susana Recover, Tanja Ulbrich, Vera Moreno y Vicente Navarro-Abad.
A
Llevo una A en el pecho que se ensancha cuando respiro.
Llevo una A en la mente que se ensancha cuando pienso.
Llevo una A en los pies que siembro cuando camino.
Llevo una A en los labios que habla por mí.
Llevo una A en los brazos que abraza cuando abrazo.
Llevo una A en la memoria que se ensancha en el olvido.
Llevo una A en la polla que se ensancha cuando fornico.
Llevo una A en la cabeza que se ve desde la luna.
Llevo una A en la palabra palabra que escribe palabras palabras.
Llevo una A en los dedos que se ensancha cuando tecleo.
Llevo una A en el riñón que se ensancha con la cerveza.
Llevo una A en los ojos que se ensancha con la mirada, con tu mirada.
Llevo una A en la nariz que huele a meteorito.
Llevo una A en la duda que se ensancha cuando afirmo.
Llevo una A en la Z que viaja hasta el principio del universo.
Llevo una A en la verdad que se ensancha cuando miento.
Llevo una A en el alma que busca busca busca
Llevo una A
hasta en la A.
Mi amiga vive en Madrid
Un ejemplo de Literatura Definicional. Pura maravilla OuLIPIana.
D(P)
Mi maestra de escuela de niñas tiene vida en la capital
[D(P)]^2
Mi hilera de piedras para señalar la superficie que ha de llenar el empedrado del establecimiento público donde se da a los niños la instrucción primaria de las personas que han pasado de la niñez guarda fuerza o actividad interna sustancial mediante la que obra el ser que la posee en lo perteneciente a la cabeza.
[D(P)]^3
Mi orden o formación en línea de un número de personas de sustancia mineral, más o menos dura y compacta, que no es terrosa ni de aspecto metálico para rubricar la extensión de tierra que ha de ocupar por completo con algo un espacio vacío y el pavimento formado artificialmente de piedras del local de comercio del conjunto de las personas que participan de unas mismas aficiones o con preferencia concurren a determinado lugar donde se concede a los que tienen pocos años el caudal de conocimientos adquiridos esenciales de los individuos de la especie humana que han aventajado del período de la vida humana, que se extiende desde el nacimiento a la pubertad, atendiendo o mirando a lo que otro hace aplicación del poder físico o moral o facultad de obrar interior que constituye lo esencial y más importante de algo mediante la que ejecuta el modo de existir que se domina a sí mismo en lo que pertenece a la parte superior del cuerpo del hombre y superior o anterior de muchos animales, en la que están situados algunos órganos de los sentidos e importantes centros nerviosos.
¿ Imaginas un [D(P)]^27 ?
e.e.cummings
Leyendo su libro 6 noconferencias, me encuentro maravillas como la que muestro:
He de agradecer a Carmen, mi amor, que siempre está atenta a mis lecturas.
Otra perla de cummings:
Es como para poder comenzar mis talleres y cursos monográficos leyendo sin más estos textos ejemplares. Me recuerdan mucho a la Primera Carta a un Joven Poeta de Rilke que es uno de esos manuales de cómo ser poeta. Pues poeta se es, no se hace… pero tampoco se nace.
Riqueza
Uno de esos maravillosos poemas textuales de Joan Brossa.
No puedo sino compartir completamente el sentido del mismo. Me encanta su enseñanza constante. El día de mi cumpleaños, el miércoles 3 de junio, «me regalé» dedicarle la clase del Taller de Poesía y Escritura Creativa a este ínclito poeta.
Anécdota de la tarde: sentado en una terraza terminando de preparar la sesión, se acerca un hombre a mi mesa (situación ante la cual se tiende, en Madrid, a adoptar una posición defensiva) y me dice que si me importa ser molestado. Le confirmo que no, que no me importa, pero sigo expectante y me cuenta que es por Brossa. Se abren mis ojos sorprendidos y me cuenta que es un apasionado de ese autor y que le parecía extraño que alguien estuviese leyéndolo, así, como si nada, amén de que hace notar que había notado mi detallado estudio del libro, con anotaciones, páginas marcadas… a lo cual procedo a informarle de que soy coordinador de talleres de poesía y que, por ser el día de mi cumpleaños, el miércoles 3 de junio, me voy a regalar dedicarle la clase del Taller de Poesía y Escritura Creativa a este ínclito poeta.
Por la noche, tomando algo con mis alumnos, les conté la anécdota de la tarde cuando, sentado en una terraza, terminando de preparar la sesión…
Hoy escribo sobre esa noche en la que, habiéndole dedicado la clase a ese poeta, me había encontrado en la situación de hablar sobre una anécdota que involucraba a un hombre que se me había acercado mientras preparaba la sesión…