parece mentira
pero he podido sobrevivir
cuatro días
seguidos
a una desconexión absoluta
(y mente voluntaria)
de las redes sociales
e incluso del correo electrónico
si bien es verdad
que escribí un par de mensajes
instantáneos
para concretar
una comida agradable
con mi buena amiga maría
y su familia.
parece mentira
lo que cunde el tiempo
cuando se emplea en cosas
mucho más concretas
que una entelética relación
que
por otro lado
no por virtual es irreal.
parece mentira
lo fácil que resulta
una vez que uno comienza
a tomar las riendas de su vida
y se empodera
o apodera
de su vida
como si fuese un ser humano libre
o un hombre libre
o una mujer libre
o algo, pero libre.
parece mentira
que la pareja con la que se comparte
piso, pasado, presente y esperanzas
risas y pieles
se sienta diferente
hasta reenamorarse
más
de lo que cabe en este verso.
parece mentira
que no importen las noticias
que no son nuevas
que la recuperación económica suene a hueca
que la ciudad huela a derrota
y al mismo tiempo a felicidad.
parece mentira
que los cantautores de antaño
aún me hagan llorar
oyéndolos en frente de unos ojos
miel
que las películas nuevas
sean poco más que viejas películas
que se ven otra vez
y se disfrutan
como la primera.
parece mentira
que los besos
disparen
ganas de versos
y que la ducha de agua caliente
se dé por supuesta
como si siempre fuese a estar ahí.
parece mentira
que sobre dinero a un poeta
a fin de mes
que sobre dinero a una bailarina
a principios de mes
y que se gaste despreocupado
en aras de hedonismo
sin dios castrante.
parece mentira
(sí)
pero es verdad.