Inocuo

Como a mí
mi muchacha acudió
una nocturna hora
a buscar un abrazo
con sus manos puras.

Yo no fui capaz,
no,
al vislumbrarla
tal como supuso un amigo
y fui inocuo (una ocasión más)
con su amor
como un rayo blanco
como una alondra roja o rosa
como su fin
y así,
raudo,
acabó conmigo…

sí, fundidos hasta hoy.

Trata el espacio público como si fuese…

tu casa
la casa de tus padres
la casa de tu mejor amigo
la casa de tu mejor amiga
la casa de dios
la casa del rey o de la reina
la casa de un político
la casa de un policía
la casa de tu suegra
la casa de tu hermana

pero

en vistas de cómo trata mucha gente
su casa
la casa de sus padres
la casa de su mejor amigo
la casa de su mejor amiga
la casa de dios
la casa del rey o de la reina
la casa de un político
la casa de un policía
la casa de su suegra
la casa de su hermana

te diría:

trata el espacio público como si fuese
la casa de alguien a quien deseas enamorar.

El misterio de las cucharillas

Han vuelto a desaparecer varias cucharillas
y, quizá, algún que otro tenedor
aunque hay un par de cuchillos que no consigo
que desaparezcan.

Es un misterio asentado
en la impudicia de la infelicidad
de la cubertería
cibernética
contra el paradigma de la extra-post-modernidad.

Desaparecen
perdidas en la niebla del olvido
bajo las mantas de algún residuo putrefacto
sobre las láminas petroquímicas
reutilizadas.

Vuelven a desaparecer
como si fuese cíclica costumbre arrabalera
que inunda la nostalgia de la pérdida
y la prédica
de una semana de festejos
con candor de ventana
y un Río Orinoco
de cauce sacro
que acaricia el recuerdo
de mi niñez.

Las cucharillas
ya no son ningún símbolo
de un pasado que nunca conocí
ni de un futuro que no deseo saber
sino unas herramientas
para voltear infusiones
o alguna combinación láctea en la mañana.

Son solo eso
sin vínculos conocidos con el tráfico de drogas
o las corruptelas de ningún partido político de corte neoliberal.

Son solo eso:
cucharillas que
tras un puñado de días
desaparecen
para no volver más.

Hipocresía

hipocondríaco
hipocampo
hipotálamo
hipo
hipopótamo
hipoalergénico
hipoglucémico
hipo
hipogeo
hipocentro
hipofunción
hipo
hipogénico
hipocentauro
hipocastanáceo
hipo
hipofosfito
hipofostato
hipofosforito
hipo
hipocicloide
hipoclorhidria
hipocrás
hipo
hipófisis
hipócrita
hipócrita
hipócrita
hipócrita
hipócrita
hipócrita
hipócrita
hipócrita
.
.
.

4 días sin redes sociales y aún no he muerto

parece mentira
pero he podido sobrevivir
cuatro días
seguidos
a una desconexión absoluta
(y mente voluntaria)
de las redes sociales
e incluso del correo electrónico
si bien es verdad
que escribí un par de mensajes
instantáneos
para concretar
una comida agradable
con mi buena amiga maría
y su familia.

parece mentira
lo que cunde el tiempo
cuando se emplea en cosas
mucho más concretas
que una entelética relación
que
por otro lado
no por virtual es irreal.

parece mentira
lo fácil que resulta
una vez que uno comienza
a tomar las riendas de su vida
y se empodera
o apodera
de su vida
como si fuese un ser humano libre
o un hombre libre
o una mujer libre
o algo, pero libre.

parece mentira
que la pareja con la que se comparte
piso, pasado, presente y esperanzas
risas y pieles
se sienta diferente
hasta reenamorarse
más
de lo que cabe en este verso.

parece mentira
que no importen las noticias
que no son nuevas
que la recuperación económica suene a hueca
que la ciudad huela a derrota
y al mismo tiempo a felicidad.

parece mentira
que los cantautores de antaño
aún me hagan llorar
oyéndolos en frente de unos ojos
miel
que las películas nuevas
sean poco más que viejas películas
que se ven otra vez
y se disfrutan
como la primera.

parece mentira
que los besos
disparen
ganas de versos
y que la ducha de agua caliente
se dé por supuesta
como si siempre fuese a estar ahí.

parece mentira
que sobre dinero a un poeta
a fin de mes
que sobre dinero a una bailarina
a principios de mes
y que se gaste despreocupado
en aras de hedonismo
sin dios castrante.

parece mentira
(sí)
pero es verdad.

Echaré de menos a XP

A punto de extirpar de las tripas
del portátil de mi madre
el obsoleto
(por decisión de Gates)
windows XP.

Casi reconozco
haberle cogido cariño
a este sistema operativo
que
con el paso de los años
ha demostrado ser
robusto
sencillo
fiable.

Pero llega el tiempo de abandonarlo
y me cuesta extirpar este duodeno
funcional
aunque sea para instalar alguna
distribución de linux
de bajos recursos
que sea agradable a la vista
y al tacto
de quien estaba acostumbrada a su Inicio
y las cuatro cositas que usaba.

Me resisto a no dejar ni una mísera partición
dedicada
con su formatito NTFS
y un arranque dual que garantice
poder seguir usando
lo de siempre.

Pero llega el tiempo de abandonarlo
y la operación debe ser
definitiva:
sin marcha atrás.

XP ha muerto.
No demoremos su entierro
que los cadáveres descompuestos
tienden a heder.

Desagradecido

Nací
de mi madre
y de mi padre
aunque más de mi madre
por aquello de la gestación.

Nací
sin haberlo pedido
sintiendo que era su deseo
su
deseo
y no necesariamente el mío.

Nací
hace ya más de 46 años
de los que gran parte sostuve
que desearía controlar
al menos
el final
ya que no pude el principio.

Nací
involuntariamente
y esa
carencia
está siendo arrastrada
losa
sobre la espalda
de un exceso de responsabilidad
quizá
mal entendida.

Nací
sin objetivo claro
sin destino
sin fin
y con un principio que no es de incertidumbre.

Nací
tarado
y superhéroe.

Nací
extraterrestre
en mitad de un tumulto de humanos sociales
por naturaleza
e incluso puede que buenos.

Nací
desarmado
y cargado de futuro
con una necesidad de alimento
que se come letra a letra
o verso a verso.

Nací
para morir
y siempre lo he sabido
pero incluso así
supongo
debería sentirme agradecido

y no lo logro.

Mi mente sigue en Ordesa

Circo de Soaso

Hemos vuelto de vacaciones
pero mi mente sigue en Ordesa
recorriendo una ruta con Carmen
sobre la nieve de los glaciares
derritiéndose
para darnos agua fresca que beber
para darnos luz blanca refejada
mientras buscamos un circo
cascadas
entre los hayedos
entre los pedregosos musgos
y mi mente sigue en Ordesa
con la de Carmen
besándose al amparo
de una era geológica diversa
de una era geológica
de fronteras grises como rocas metamórficas
apoyando los pasos en palos
de restos de ramas caídas
para no caer.

Hemos vuelto de vacaciones
pero mi mente
sigue en Ordesa.

Problema de Cinemática

Un camión parte de Barcelona en dirección a Madrid a las 14:00 horas, y conduce a una velocidad promedio de 72 km/h.

Una hora más tarde, desde Madrid sale otro camión con dirección a Barcelona conduciendo a una velocidad promedio de 90 km/h.

Sabiendo que la distancia entre ambas ciudades es de aproximadamente 620 kilómetros, ¿Cuál de los dos conductores sonreirá más?

Esto no es una broma